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Bueno, qué gozo es estar de regreso en el libro de Tito. Vamos a regresar a Tito, capítulo 2, y versículos 11 al 14, en donde nos quedamos hace algunas semanas atrás, y regresar a esta gran sección de la gracia salvadora. Y este será nuestro tercer mensaje en esta sección en particular.

Para que regresemos al texto en esta mañana, quiero comenzar leyendo en el versículo 11 y hasta el versículo 14: "Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres, enseñándonos que renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente, aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo, quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras".

Este es uno de los textos más magníficos acerca de la salvación en toda la Biblia. Es el corazón y alma mismos de la fe cristiana. Simplemente dice que Dios salva a los hombres del pecado. Dios es un Salvador. Ese es el punto. Quiero recordarnos que el propósito mismo de la encarnación de Jesucristo, como también el propósito mismo de nuestras vidas cristianas en el mundo, es demostrar que Dios es un Dios Salvador. En el versículo 11 la gracia de Dios se ha manifestado para salvación, y en el versículo 14 nosotros aquí en la tierra somos celosos de buenas obras para que también podamos demostrar el poder Salvador de Dios.

El mensaje simple del cristianismo es que Dios salva a los hombres del pecado. Ese es el mensaje del cristianismo. Ese es el mensaje de la iglesia. Ese es el mensaje de los misioneros que han seguido a Nuestro Señor a lo largo de toda la historia de la iglesia. Dios salva a pecadores. Jesús vino y su nombre fue Jesús porque él salvará a su pueblo de sus pecados. Él vino para buscar y salvar lo que se había perdido. 1a de Timoteo 2 dice: "Dios nuestro Salvador, el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad". Y este es uno de esos grandes textos que nos recuerdan que Dios es un Dios Salvador. Y ese es el mensaje de la iglesia cristiana. Ese es el mensaje que no podemos perder, no podemos oscurecer, no podemos encubrir, no podemos adulterar, no podemos modificar. Dios salva a los hombres del pecado. Ese es el mensaje.

Y la razón por la que este texto es colocado en este capítulo es porque está ligado a la conducta cristiana. Dios es un Salvador y Él ha demostrado su poder Salvador mediante las vidas de aquellos a quienes Él ha salvado. Esa es la razón por la que es algo tan importante para nosotros vivir vidas piadosas, para que podamos demostrar el poder Salvador de Dios. Dios desea mostrar su gloria al salvar a pecadores de su pecado y después, en lugar de que más bien los tome inmediatamente y los lleve al cielo, Él los deja en la tierra para que el resto del mundo pueda ver cómo se ve un pecador salvo, para que pueda ver el mundo el poder salvador de Dios. Nada despliega la gloria de Dios como la obra milagrosa, sorprendente de redención, trayendo a pecadores indignos a la justicia.

Ahora, hemos estado aprendiendo esto, conforme hemos estado avanzando a lo largo del capítulo 2. Usted recordará que el capítulo 2 dirige la atención de Tito a todo grupo de toda edad en la iglesia: ancianos, ancianas, hombres y mujeres jóvenes, inclusive siervos. Y todos ellos son llamados a la piedad. Todos ellos son llamados a una vida santa, conducta justa, para que, versículo 10 dice: "Adornen la doctrina de Dios Nuestro Salvador en todo sentido".

En otras palabras, para que podamos desplegar el poder Salvador de Dios, en donde quiera que usted viva, donde trabaje, donde vaya a la escuela, donde compre o donde pueda ser. En donde quiera que sea su oportunidad de tener relaciones dentro de su familia, con su familia extendida, usted es una demostración viva que respira del poder Salvador de Dios. Usted debe mostrarlo. Usted debe dejar que su luz brille delante de los hombres para que vean vuestras buenas obras, y por lo tanto, concluyan que Dios es un Dios Salvador y le den gloria por su poder salvador.

Entonces, todos los mandatos hacia la conducta en los versículos 1 al 10 están edificados sobre la verdad de los versículos 11 al 14. Dios lo salvó a usted. Ahora quiere que usted lo adorne como un Salvador para mostrar su poder salvador mediante su conducta piadosa. Usted entonces en los versículos 11 al 14 tiene el fundamento doctrinal de los deberes dados en los versículos 1 al 10. Somos llamados a una vida santa para que podamos demostrar, entonces, el poder salvador de nuestro Dios. Si la gente no puede ver que hemos sido salvados del pecado, entonces Dios no es glorificado de manera apropiada.

Entonces debemos vivir una vida santa, no solo para que podamos ser bendecidos, sino para que Dios pueda ser honrado. Esa inclusive debe ser la motivación más elevada. Entonces, comenzando en el versículo 11, Pablo comienza esta explicación breve pero muy rica del poder salvador, de la gracia salvadora. Y creo que la manera más fácil de resumirlo, en cierta manera, es describir la gracia salvadora mediante cuatro características, cuatro aspectos, cuatro perspectivas, cuatro puntos de vista.

En primer lugar, dijimos en los últimos dos mensajes que la gracia salvadora está diseñada para librarnos en primer lugar, de la paga del pecado. La paga del pecado. Y aunque no es el punto primordial en este texto, debemos añadirlo, porque es tan elemental. La paga del pegado es el infierno. La paga del pecado es muerte. Esto es muerte eterna. Y si no colocamos nuestra fe en Jesucristo, Juan 3 dice que pereceremos. Jesús dijo en otros lugares, en el Evangelio de Juan: "En vuestros pecados moriréis y a donde yo voy nunca vendréis". Jesús de manera repetida dijo que el infierno era un lugar en donde habría lloro y crujir de dientes, en donde el gusano de ellos nunca muere y el fuego nunca se apaga, juicio eterno.

La gracia salvadora nos salva, nos libera de esa paga eterna, aterradora. Regresemos al versículo 11 por un momento y hablemos de ese versículo de manera muy breve. La gracia de Dios se ha manifestado. Ahora recuerde, eso se está refiriendo a la encarnación. La gracia ahí es personificada en una persona, quien es el señor Jesucristo, así como en el versículo 4 del capítulo 3. La bondad y el amor son personificados en la persona de Cristo. La gracia apareció en el versículo 11. La bondad y el amor aparecieron en el versículo 4 del capítulo 3 y todo eso incorpora los atributos de Cristo, quien Él mismo apareció como la gracia encarnada, la bondad encarnada y el amor encarnado ese día en Belén. La razón por la que Él nació, la razón por la que Él apareció, fue para traer salvación. Él vino para buscar y salvar lo que se había perdido.

Y después esa afirmación tan importante al final del versículo 11, trayendo salvación a todos los hombres. Y eso nos indica la extensión del amor y gracia de Dios. Que Él trajo una salvación que se extendió a todos los hombres. El amor de Dios en un sentido, entonces, define la extensión de su provisión. Y el amor en el que su salvación se origina, es amor hacia el mundo, según Juan 3:16. Porque de tal manera amó Dios al mundo que dio.

Y entonces su gracia se extiende a la amplitud de su amor, el cual se extiende al mundo. Esta semana pasada, mientras que estuve en Inglaterra, tuve la oportunidad de leer, entre los momentos en los que estuve predicando. Y estaba leyendo a Juan Brown, un volumen antiguo que he tenido por muchos años. Realmente no lo había leído a fondo recientemente, pero ahora está en tres volúmenes llamados "Discursos y dichos de nuestro Señor". Él fue uno de los últimos, sino es que el último de los puritanos escoceses. Y él tiene una sección interesante ahí, y se la voy a leer.

Para aquellos de ustedes que están interesados en este asunto de la extensión de la expresión, creo que él realmente captura de una manera muy útil la esencia de esto. Él dice: "No puede haber duda en la mente de una persona que entiende la doctrina de la elección personal; que aquellos que de hecho son salvos son los objetos de un amor especial por parte de Dios; y que el Salvador tuvo un diseño especial en referencia a ellos; pero, puede haber poca duda de que la expresión de Cristo tiene una referencia general a la humanidad en general, y que tuvo la intención de mostrar amor por parte de Dios hacia nuestra raza culpable.

No meramente fue la expresión ofrecida por Cristo Jesús suficiente para la salvación del mundo entero, sino que tuvo la intención y fue apta para quitar del camino de la salvación de pecadores, generalmente, todo estorbo los cuales las perfecciones de la virtud moral divina y los principios del gobierno moral divino presentaron. Como consecuencia de esa expresión, todo pecador puede estar, y si él cree en Jesús, ciertamente será perdonado y salvado. La revelación de misericordia hecha en los evangelios se refiere a hombres como pecadores, no como a pecadores elegidos". Pablo lo dijo de esta manera: "Dios estaba en Cristo reconciliando al mundo".

Entonces Dios, al enviar a Jesucristo, ha demostrado su amor hacia el mundo y le ha ofrecido al mundo una oportunidad de salvación. Esto debe ser entendido, junto con el entendimiento del propósito especial de Dios para los elegidos. Y el propósito de salvación entonces, inicialmente y en últimas, es librarnos de la paga del pecado, la cual es muerte y cuando usted mira al Señor Jesucristo y coloca su fe en Él, y usted reconoce que Él murió en una cruz y resucitó para su justificación, y usted cree, y usted viene en arrepentimiento como un pecador rogando por salvación, Dios en su misericordia no lo va a dejar fuera a usted. Dice en Juan 6: "Usted será librado de esa paga final definitiva, la cual es el infierno". Usted será librado del infierno y estará camino al cielo. No obstante, por importante que es eso, no es el corazón y alma de la salvación, y no es el corazón y alma de este texto.

La gracia salvadora sí nos libra de la paga del pecado, pero un asunto más importante es que la gracia salvadora nos libra del poder del pecado, y ese es el segundo punto. Nos libra del poder del pecado. Esto realmente es lo que está en la mente de Pablo aquí, y esto es lo que es tan crucial en este texto, versículo 12. La gracia de Dios se ha manifestado y le ha traído salvación a todos los hombres. Una salvación enseñándonos que renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente.

La salvación no solo lleva a cabo un cambio en nuestro futuro, lleva a cabo un cambio en nuestro presente. No solo elimina la paga del pecado, sino que se vuelve para nosotros un maestro. Aquí usted tiene la gracia de Dios apareciendo en Cristo, ahora personificada como nuestro maestro. Por primera vez, ahora, en nuestras vidas desde que fuimos salvos, estamos recibiendo instrucción constante que viene dentro de nosotros acerca de la justicia y la piedad. La gracia salvadora rompe el dominio del pecado.

En Romanos capítulo 6 y versículo 14 dice que el pecado ya no se enseñorea de nosotros, ya no nos domina. La gracia salvadora rompe el poder del pecado, rompe el dominio del pecado, rompe el dominio y el control del pecado. De hecho, esto es tan evidente que el apóstol Juan nos recuerda en 1º de Juan, capítulo 3, en algunas palabras contundentes: "Hijitos, nadie os engañe, el que practica justicia es justo, así como Él es justo. Dios es justo. Fuimos hechos justos en Cristo, y por lo tanto practicamos justicia." Versículo 9: "Nadie que es nacido de Dios practica el pecado, porque su simiente -esto es la simiente de Dios-, permanece en él. Él no puede pecar, él es nacido de Dios".

Él tiene una vida nueva, él tiene una nueva naturaleza, él es una nueva criatura, y el dominio del pecado es quebrantado, y él no vive en un patrón continuo, habitual, ininterrumpido, inquebrantable, continúa practicando el pecado. Eso es muy básico. La salvación no solo trata con nuestro futuro, trata con nuestro presente. Mientras que hubo un tiempo en el que no podíamos hacer ninguna cosa buena. "No hay justo -Romanos 3 dice-, ni aún uno; no hay quien entienda, no hay quien haga el bien. Veneno de áspides está debajo de sus labios. Todos nos hemos desviado por las obras de la ley.

Ninguno de nosotros puede ser justificado". Dicho en términos de Efesios 2: "Estábamos bajo la potestad del príncipe del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia". Y éramos por naturaleza los hijos de ira. Estábamos condenados a la condenación y estábamos viviendo en un patrón ininterrumpido, no quebrantado de pecado continuo. No podíamos hacer nada que fuera correcto. En el punto de la salvación se nos dio una nueva naturaleza. Nos volvemos nuevas criaturas. No solo somos cubiertos con la justicia forensica de Cristo, sino que hay una obra santificadora que se lleva a cabo en el interior. Somos limpiados. Una nueva creación establece su residencia -por así decirlo- dentro de nosotros, en la que el espíritu de Dios mora y nos motiva hacia una santidad que se va incrementando.

La salvación, entonces, no solo trata con el futuro, sino que trata con el presente. Ahora, si parece que estoy enfatizando mucho este punto, tiene razón, lo estoy haciendo. Una de las cosas que debe entender es que la gracia salvadora reprograma su computadora espiritual. Saca todos los discos antiguos y los deshecha, y reprograma su computadora espiritual con anhelos hacia la santidad y justicia y la virtud y bondad y Dios. Eso es lo que ocurre en la transformación de la salvación.

Entonces él dice, "la gracia -en el versículo 12- se vuelve nuestro educador, nuestro instructor." Él usa la palabra "paideuo", de la cual obtenemos nuestra palabra en inglés "pedagogía", la cual usamos para referirnos a un instructor o maestro. "Paideuo" es como usted lo dice. Esa palabra nos dice que cuando usted se vuelve cristiano, usted entonces es colocado bajo la tutela de Dios y su espíritu y su palabra, y un proceso de preparación se lleva a cabo. La palabra de hecho significa "preparar, entrenar como un niño". Entonces, el proceso de preparación se lleva a cabo conforme somos entrenados en el proceso de la santificación para ser hechos más y más como Jesucristo.

Ahora, sigue este pensamiento. La salvación, entonces, fue un rompimiento decisivo con el poder del pecado. Escúchelo. La salvación fue un rompimiento decisivo con el poder del pecado. Mediante Jesucristo, Juan 1:17 dice, la gracia y la verdad fueron cumplidas. Cuando usted viene a la salvación en Cristo, hay un rompimiento serio con el poder del pecado y empieza a moverse hacia la gracia transformadora. Romanos 5:21: "El pecado reinó en la muerte. Ahora la gracia reina mediante la justicia". Entramos a la justicia y a la gracia, y la justicia comienza a dominar nuestras vidas.

Ahora tenemos un patrón de justicia, un patrón de santidad, un patrón de bondad. Es interrumpido por el pecado, como Romanos 6 y 7 lo señalan, porque todavía tenemos la carne que no ha sido aún glorificada y redimida, pero en Cristo somos una nueva criatura. "Las cosas viejas pasaron y aquí todas son hechas nuevas", según el Corintios 5 dice. Gálatas 2:20: "Con Cristo hemos sido juntamente crucificados, mas ya no vivimos, sino que realmente no somos nosotros, sino Cristo viviendo en nosotros". Y eso nos mueve hacia la santificación.

Ahora, amados, permítanme tan solo hablar de esto por un momento breve. En 1988 cuando escribí el libro "El evangelio según Jesucristo", el cual ustedes conocen, tratamos con uno de los asuntos que es muy, muy importante en la vida de la iglesia. Ese es el asunto del señorío de la salvación, o lo que realmente sucede cuando usted es convertido. Y este año pasado salió un nuevo libro "La fe" obra, la cual espero que haya estado leyendo. Es un libro inclusive más importante y más detallado y más cuidadoso que el primer libro. Y ese libro está siguiendo con el mismo asunto. Y el asunto básico simplemente es este: Cuando una persona es convertida, ¿hay una transformación o no la hay? Esa es la médula.

Todos estamos de acuerdo con que la salvación nos va a salvar de la paga del pecado. Pero estoy convencido de que no solo nos salva de la paga del pecado, sino que rompe el poder del pecado. Aquellos que quieren negar lo que es llamada "la salvación de señorío" quieren negar eso, quieren decir que es posible ser librado de la paga del pecado y continuar bajo el dominio total del pecado, al punto en el que usted inclusive negaría a Cristo, negaría la realidad de Dios, se volvería un agnóstico, un ateo, etcétera, etcétera.

O en donde, aunque usted puede ser un cristiano, usted puede vivir en un patrón continuo de pecado no quebrantado, el cual en realidad es decir que mientras que la salvación trata con su futuro, puede o no tratar con su presente. Esa no es la salvación de la que el apóstol Pablo escribe aquí en este texto, o cualquier otro texto en el Nuevo Testamento. Lo que él nos está diciendo aquí es esto: que cuando la gracia de Dios aparece y trae salvación, inherente en eso hay una transformación que involucra reprogramar al hombre interior mismo. De tal manera que, versículo 12, somos instruidos a negar algunas cosas y a afirmar algunas cosas.

Entonces, está tanto la característica negativa como la positiva en lo que Pablo dice en este proceso de santificación, alejándonos del pecado, separándonos más y más, lo que santificado significa, y más y más hacia Cristo, hay tanto un negativo como un positivo. Observe el negativo, versículo 12, somos instruidos en el punto de salvación a negar algo. Simplemente significa "rechazar, renunciar". Y creo que expresa la idea de un acto decisivo inicialmente. Ciertamente con implicaciones continuas. Y quiero decirle, cuando usted vino a Cristo usted vino porque quería ser librado del pecado, ¿verdad? Hay algunas personas que dirían, "Bueno, no, cuando fui salvo lo único que quería era un seguro contra incendio, cuando fui salvo lo único que quería era asegurarme de que no fuera al infierno". Pero francamente, usted podría cuestionar a alguien que viene así.

Estoy seguro de que es posible que alguien podría, de manera verdadera y genuina, ser salvo motivado por nada más que termo. Pero cuando usted ve una conversión que realmente es genuina, normalmente está marcada no solo por una preocupación por el temor del futuro, sino por un deseo por ser librado del poder de la maldad actual. En otras palabras, la persona está abrumada por su pecaminosidad. No es tanto que la persona esté diciendo "Bueno, me gustaría continuar con mi vida como está, pero ciertamente no quiero morir e ir al infierno..."

Esa no es la médula del arrepentimiento genuino, porque cuando el Espíritu Santo convence, según Juan 16, Él no está convenciendo al mundo del infierno. ¿Él está convenciendo al mundo de qué? Del pecado. La gente viene para ser salva del pecado. Ser salvo del infierno es una consecuencia. Reducir, en algún tipo de mentalidad reduccionista, la salvación, la liberación del infierno, y no liberación del pecado, es adulterar la salvación bíblica, y realmente tratar de manera impropia, injusta y con gran error, con respecto a la obra del Espíritu Santo y la convicción de pecado. En el punto de la salvación hay una negación. Y hay una negación de impiedad, Él dice, y deseos mundanos. Hay algo decisivo que sucede y hay un rechazo de patrones antiguos. Hay un decir "no" a la manera en la que solía ser. Hay una transformación que involucra nuevos deseos y nuevos anhelos. El alma salva es hecha por Dios para romper el poder del pecado.

Y lo primero que se va es, veamos la palabra "impiedad, asebeia". Lo que significa es una falta de reverencia hacia Dios. Si hay algo que es verdad acerca de la persona no regenerada es que son irreverentes. Ciertamente usted podría encontrar la irreverencia definida claramente en Romanos 1:18-32. Ahí usted tiene la ira de Dios revelada desde el cielo en contra de todas esas personas que conocen la verdad de Dios y la rechazan. Cualquier concepto irreverente de Dios es castigable por la muerte eterna, como usted bien lo sabe. Y entonces, cuando una persona se vuelve un creyente, lo primero que pasa es que hay un rompimiento con la irreverencia.

Hay un rompimiento con todas las ideas falsas acerca de Dios. Toda falta de respeto, falta de honor, falta de adoración: un fracaso por no adorar a Dios. Cuando la salvación viene, el pecador abandona todas sus perspectivas equivocadas de Dios e instantáneamente es transformado en un adorador. Filipenses 3:3 define a un cristiano como "el que adora a Dios en el espíritu". Juan 4 dice que "el Padre busca adoradores verdaderos que lo adoren en espíritu y en verdad". No existe algo tal como un cristiano que no es un adorador, porque cuando usted es salvo usted fue transformado en un adorador. Usted no podría ser un agnóstico. Usted no podría ser un ateo. Usted no podría ser alguien que niega a Dios y un adorador al mismo tiempo y usted fue salvo y hecho un adorador.

Entonces, lo primero que usted niega es impiedad. Cualquier cosa que es un concepto irreverente, actitud irreverente o pensamiento irreverente hacia Dios. Y eso significa que usted ahora está concentrado en el Dios verdadero, con una perspectiva verdadera, creyendo en Él como el Dios que de hecho es. La gracia salvadora entonces hace que usted rompa de manera decisiva con la vida antigua y le enseña a usted quién es Dios en realidad. Le da a usted pensamientos dignos acerca de Él.

Y después él añade un segundo componente. Él dice: “La salvación lo instruye a usted no solo a negar la impiedad, sino los deseos mundanos, cósmicos”. “Epithumias” significa deseos pecaminosos que son característicos del sistema humano impío, deseos que reflejan la sociedad impía. Pedro los llama los llama "deseos carnales". Pablo los llama "deseos necios". Él también los llama "deseos que dañan". Y escribiendo en 2a de Timoteo, él habla de "deseos juveniles". Pero usted aquí tiene deseos mundanos. La pasión mundana, carnal, juvenil, que daña, que es necia.

En el punto de la salvación hay un rompimiento decisivo con ideas equivocadas acerca de Dios, y hay un rompimiento decisivo con patrones de vida que fueron dominados por los deseos pecaminosos. Hay una renuncia y una transformación. Hay una reprogramación. En Colosenses 3 creo que habla de eso, en los versículos 9 y 10: "No os mintáis los unos a los otros, ¿por qué? Porque habéis hecho a un lado, os habéis despojado del viejo hombre con sus malas prácticas y os habéis puesto el nuevo hombre, el cual está renovado a un conocimiento verdadero". Y ahí el apóstol Pablo está reconociendo que la salvación no solo trata con el futuro, sino que trata con el presente. No solo trata con la paga del pecado, sino que trata con el poder del pecado. Usted ya no está bajo su dominio, entonces no ceda a él.

Sería absolutamente antibíblico decir que una persona podría ser salva de la paga del pecado y tener un concepto equivocado de Dios, sea el concepto de un agnóstico, un ateo, cualquier otra perspectiva torcida de Dios, que lo haría algo menos que adorar al Dios verdadero, y que él podría ser salvo y continuar con un patrón no quebrantado de deseos mundanos sin cambio visible en la vida. Eso es una violación flagrante de lo que el texto está diciendo. Ahí acaba el versículo 12. Observe el positivo. No solo la salvación se vuelve un pedagogo inmediato que nos enseña a negar algunas cosas, sino a afirmar algunas cosas. Esto es a afirmar el vivir de manera sensata, justa y piadosa en este siglo presente. Este es el lado positivo. Aquí viene la evidencia de la transformación en tres expresiones que realmente en cierta manera resumen cómo hemos sido librados del poder dominante del pecado.

Una cosa que hace el pecado es que le enseña a usted a vivir de manera insensata, injusta, impía, ¿verdad? Simplemente lo opuesto. Entonces, el dominio del pecado es quebrantado y vivimos sensiblemente de manera justa y piadosa. Sensiblemente es esa misma palabra "sofronos", que hemos visto una y otra vez, y significa "dominio propio". Ya la hemos visto cuatro o cinco veces en esta epístola. Una vez en el capítulo 1. Creo que cuatro veces antes de que llegamos a este versículo. Significa "dominio propio". Una de las cosas que le sucede a usted cuando usted es salvo es que usted tiene dominio propio. Usted se puede controlar a sí mismo, el hombre natural no puede.

Él no puede hacer las cosas de Dios, es imposible para él. Él es impotente para hacerlas, lo único que hace es pecar, pecar, pecar y más pecado. Pero un cristiano puede controlarse. Usted puede traer la carne no redimida bajo el control del Espíritu de Dios en el hombre interior redimido y hacer lo que es correcto. El dominio propio significa "equilibrio apropiado, prioridades espirituales, decisiones sabias", todo eso. Después él dice, en segundo lugar, pasando del individuo mismo y su propio dominio propio, él menciona "justamente". Lo cual significa que usted obedece el estándar divino de lo que es correcto. Usted comienza a vivir de manera correcta y después usted afecta a todo mundo. La gente que vive de manera correcta, claro, impacta a aquellos que lo rodean.

Entonces él está diciendo, en primer lugar, cuando fueron salvos hizo un cambio en ustedes. En segundo lugar, hizo un cambio en cómo viven hacia otros. Vive de manera justa, demostrando lo que viví de manera correcta. En tercer lugar, él menciona la palabra "piadoso". Y eso mira hacia Dios. Usted se volvió reverente, usted se volvió respetuoso de Dios, usted honró a Dios, usted adoró a la voz, usted vivió bajo su autoridad. Entonces aquí está la evidencia de la transformación. La salvación, entonces, nos libra de la paga del pecado en el futuro -esto es el infierno- y el poder del pecado del presente -esto es el patrón no quebrantado de pecado continuo-. Y ahora estamos en un patrón de santidad, ya no practicando el pecado como 1º de Juan dice en el capítulo 3, como leí antes en el versículo 10, porque tenemos la vida de Dios en nosotros, tenemos la simiente de Dios en nosotros. Juan dice: "Ya no continuamos en la práctica del pecado".

Ahora, observe el final del versículo 12: “Esta piedad, justicia y sobriedad, este dejar los conceptos equivocados de Dios y vivir por pasión debe ser hecho en el tiempo presente. Esto no es el futuro, esto es ahora, aquí y ahora, la esfera en la que vivimos". La frase particular es repetida por el apóstol Pablo por lo menos cuatro veces, de lo que yo sé, significa "el tiempo presente". La gracia salvadora, entonces, no solo nos libra del infierno futuro, sino que nos educa, nos prepara para la santidad presente en el aquí y el ahora. Eso es esencial para entender el asunto de la salvación.

Veamos un tercer punto aquí. Tercer punto, versículo 13: "Aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo". Un tercer punto que Pablo presenta aquí muy, muy importante, es que la gracia salvadora nos libra de la presencia del pecado. La gracia salvadora nos libra de la presencia del pecado. "Vivimos en esperanza", versículo 13 dice. Y la esperanza es que algún día Jesús vendrá, y cuando él venga, sabemos que él nos librará de la presencia del pecado. Somos librados de su castigo, somos librados de su poder, y anhelamos ser librados de su presencia.

Esa es la razón por la que Pablo dijo: "Mucho mejor partir y estar con Cristo". Esa es la razón por la que Pablo dijo: "Porque para mí el vivir es Cristo y el morir es ganancia". Es un mejor lugar. Esa es la razón por la que Pablo dijo que "la creación entera gime esperando la adopción, la redención de nuestros cuerpos". Esa es la razón por la que anhelamos la manifestación gloriosa de los hijos de Dios. Esa es la razón por la que nos deleitamos en 1º de Juan 3:2: "Seremos como él porque le veremos tal como Él es". Y después se manifestará lo que realmente somos como los hijos de Dios.

Entonces, el anhelo del corazón del creyente es que algún día sea librado de la presencia del pecado. ¿Qué significaría la salvación si no fuera en últimas librarnos de la presencia del pecado? Si el pecado cargara mi corazón, si el pecado me preocupara y me debilitara y me aplastara y si odiara el pecado cuando fui un incrédulo, no lo odio menos, lo odio más y quiero el tipo de salvación que me promete que algún día no existirá. Esa es nuestra esperanza. Esa es la razón por la que él dice en el versículo 13, "esperando". Literalmente significa "esperar", "esperando". No estamos deseando, estamos esperando con expectativa. Conlleva la idea de expectativa, anhelo y ¿qué estamos esperando?

La esperanza bienaventurada. La esperanza bienaventurada. ¿Qué significa eso? La esperanza que bendecirá, la esperanza que traerá bendición. ¿Y cuál es la esperanza bienaventurada? Es la manifestación de la gloria de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo. Esa es nuestra esperanza bienaventurada. Jesús viene. Esa es la esperanza que va a bendecir. Y cuando él venga habrá gozo y riqueza y paz y recompensa y perfección, ausencia de pecado y gloria. Vivimos en esa esperanza. Vivimos anhelando esa esperanza. Algunas personas quieren dividir esto un poco y ven en la frase "esperando la esperanza bienaventurada" el rapto de la iglesia y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Cristo Jesús.

La segunda venida, siete años después. El rapto siendo antes del tiempo de la tribulación, la segunda venida viviendo después. Pero realmente no creo que Pablo está empujando algún tipo división aquí. Creo que simplemente está diciendo: "Estamos esperando la esperanza bienaventurada". Y la esperanza bienaventurada es la aparición del Señor. Él simplemente está resumiendo el todo de la segunda venida. No creo que el está tratando de aislar el rapto del regreso, aunque entendemos que son dos partes de la gran venida de Cristo, la epifanía, la aparición, la llegada.

Creo que Pablo simplemente está diciendo: "Vivimos con la expectativa de que Jesús viene". Y cuando él venga, ciertamente en el rapto y más adelante en la gloria que viene después, a favor de los Santos del Antiguo Testamento y los Santos de la Tribulación, seremos librados de la presencia del pecado en nuestra forma glorificada. La esperanza bienaventurada es una realidad fija, histórica, que anhelamos. De hecho, él dice: "La esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa". ¿Y quién es la gloria? De hecho, la gloria es nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo.

Entonces, en este texto el Señor es llamado "gracia". En el versículo 11 Él es llamado "gloriosa o gloria". En el versículo 3 Él es llamado "bondad". En el versículo 4 del capítulo 3 Él es llamado "amor", en el mismo versículo. Él es la personificación de gracia y gloria y bondad y amor. Vimos la bondad, el amor y la gracia en su primera venida. Veremos la gloria en su segunda venida. Creo, como es frecuente en otras parte de la escritura, usted no tiene una separación del rapto llamada "la esperanza bienaventurada" y la segunda venida llamada "la manifestación", aunque podríamos hacer esas distinciones ciertamente en nuestra escatología. Creo que Pablo simplemente está abarcando el concepto entero del regreso de Cristo como la culminación de la salvación final, la cual nos libra de la presencia misma del pecado.

Entonces recibiremos cuerpos inmortales. Esto corruptible se vestirá de incorruptible. Esto mortal se vestirá de inmortalidad y seremos triunfales en nuestra santidad absoluta.

Una nota acerca del final del versículo 13. Él llama a Cristo por este título: Nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo. Ahora, aquí hay otro de esos pasajes tan, tan poderosos de la escritura que quitan la duda acerca de que Jesús es o no Dios. Siempre hay personas que quieren negar la deidad de Cristo y pequeñas afirmaciones como este gran título aquí son útiles para afirmar la deidad de Cristo. Frecuentemente en la escritura la deidad de Cristo nos es presentada. Pienso en otro texto, que no es diferente a este, en Hebreos 1:3 en donde dice que Cristo Jesús, su hijo, el hijo de Dios es el resplandor de la gloria de Dios y la representación exacta de su naturaleza. Ahí está uno de esos versículos que se refiere de manera definitiva al señor Jesucristo como igual a Dios en la esencia misma y en la naturaleza misma.

Otro que viene a mi mente, estaba leyendo antes, en Romanos 9, versículo 5, una gran afirmación. Dice: "Cristo, quien está por encima de todos, Dios bendito por los siglos". Entonces aquí hay una afirmación que simplemente dice: "Nuestro gran Dios y Salvador, Cristo Jesús". Él vino en un estado humilde la primera vez, con gracia. Él viene en un estado exaltado la próxima vez, con gloria. Él viene a glorificar su iglesia en el rapto y después para regresar en gloria con su iglesia, para glorificar a los santos que quedan y establecer su reino.

Otro comentario. Conforme usted ve esa afirmación, nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo, podría ocurrírsele a usted que podría mover la coma después de la palabra "Salvador" a antes de la palabra "Salvador" y hacer las dos personas. Nuestro gran Dios, y Salvador Cristo Jesús, de tal manera que uno se referiría a Dios, el otro, el Salvador Cristo Jesús y evitar la conexión necesaria con que Jesús es Dios.

Hay varios problemas con eso. Se los menciono. Es mejor verlo como refiriéndose a una persona por varias razones. Hay un artículo aquí, un artículo definido en lugar de dos. Usted también observará en el versículo 14, "quien se dio a sí mismo por nosotros". Toma el título entero, con un pronombre singular, por lo tanto, refiriéndose a un individuo. Esa palabra "gran", ahí sería bastante interesante. "Nuestro gran Dios". No tendría sentido usarse si se está refiriendo solo a Dios. Nunca es usada en el Nuevo Testamento para referirse a Dios. ¿Por qué con tanta frecuencia en el Antiguo Testamento Dios es llamado "grande"? Parece ser afirmado, y no es usado en el Nuevo Testamento. "Gran" o "grande" es usado en el nuevo testamento para referirse a Cristo en varias ocasiones. "Él será grande". Jerusalén es llamada la ciudad del "gran rey". "Un gran profeta se ha levantado entre nosotros", Lucas 7:16. "Un gran sacerdote sobre la casa de Dios", Hebreos 10:21. "Un gran pastor de las ovejas", Hebreos 13:20.

Entonces "gran" es usado de manera repetida para hablar de Cristo en el Nuevo Testamento, nunca de Dios. Y cada vez que "gran" es usado para hablar de Cristo, creo que lo liga como Dios con el uso de "gran" en el Antiguo Testamento, refiriéndose a Dios Padre. Pero el punto más importante en esto es que nunca en la escritura el padre está unido al hijo en su segunda venida. Entonces, usted no podría hablar de la aparición de la gloria de nuestro gran Dios y Jesucristo. El padre nunca acompaña al hijo en la segunda venida. La epifanía, la aparición, la llegada de Jesucristo es de maneras singular, Jesucristo. Entonces todas esas cosas nos indican que el entendimiento apropiado es nuestro gran Dios y Salvador Cristo Jesús. Y por lo tanto se vuelve un testimonio masivo de la deidad de Cristo, quien de hecho es llamado Dios y el Salvador.

Entonces, Él viene en el futuro para salvar a su pueblo. ¿En el sentido de qué? De librarlos de la presencia del pecado. Esa es la razón por la que Pablo en Romanos 13 dice ahora: "Vuestra salvación está más cerca de lo que antes creísteis". ¿Qué tipo de salvación? La salvación de la presencia del pecado. Ya tenemos salvación de la paga y el poder, pero todavía no de la presencia del pecado. Pero nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo va a venir y nos va a librar de la presencia misma del pecado en nuestra propia carne. Filipenses 3:20 dice que cuando viene, versículo 21, "transformará el cuerpo de la humillación nuestra para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya". Él nos va a hacer como Él mismo. Seremos como Él. Porque le veremos tal como Él es. Y esa gran transformación elimina de nuestra persona misma cualquier presencia del pecado. Aún si regresamos y reinamos sobre la tierra en el reino milenial no podemos ser tentados, no podemos ser tentados por el pecado. Seremos puros y eternamente santos.

Esa es la esperanza bienaventurada. Y realmente creo que eso es lo definitivo que la gente ha estado esperando. Ser librado de la paga del pecado, ser librado del poder del pecado, pero en últimas, de la presencia del pecado en su totalidad. Y hay otro pensamiento aquí. Y no voy a agotar esto. Vamos a terminarlo la próxima vez, pero se lo voy a presentar. La gracia salvadora viene para librarnos de la posesión del pecado. La posesión del pecado. Versículo 14: "Quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras". ¡Oh, esta es una verdad tan maravillosa! El pecador no regenerado es la posesión del pecado. Él es posesión de él, es controlado. Romanos 6, 16 y 17: "Él es un esclavo de injusticia".

La gracia salvadora rompe esa posesión. Como Romanos 7 dice: "el primer marido muere, y el cónyuge ya no está en esclavitud". El primer marido era el pecado y está muerto y ya no hay esclavitud. Hay liberación completa. Y nos volvemos -me encanta esto, Versículo 14- pueblo propio. Esto es posesión de Él. Y nos volvemos de Él. Él nos sostiene. Usted puede ir por toda la escritura y leer esto. Que estamos escondidos con Cristo en Dios. Ninguno puede sacarnos de su mano. "Nunca nada nos separara del amor de Dios, que es en Cristo Jesús", Romanos, capítulo 8. Estamos seguros para siempre. Ese es un componente esencial de la salvación, amados. Tenemos una salvación que nos libra de la posesión del pecado permanentemente.

La gracia salvadora rompe para siempre esa posesión. Usted no puede regresar. ¿Por qué? Porque el señor pagó el precio. Y la justicia de Dios quedó satisfecha, y la compra fue realizada. El hecho de que alguien venga y le enseñe que puede perder su salvación, básicamente es decir que Dios no pagó un precio suficiente por una compra eterna. Básicamente es decir que Dios pudo iniciar con nosotros, pero puede perdernos a lo largo del proceso. Habla de que Él es menos que omnipotente. También es básico si usted cree que puede perder su salvación, que tiene que afirmar que, en algún punto en el universo, en algún lugar del universo, alguien es más poderoso que Dios. Como puede ver, a menos de que usted entienda la esencia de lo que está en este texto acerca de la salvación y en otros lugares del Nuevo Testamento, usted puede estar muy confundido. Usted podría pensar que la salvación solo es liberación del infierno. No lo es. Es liberación del poder del pecado, como también la paga.

Usted podría pensar que hay alguna duda si en el futuro de hecho vamos a ser librados de manera plena de la presencia del pecado y existir como seres santos por los siglos de los siglos, así será. Y podría pensar que, en algún punto, usted sabe en cierta manera podríamos entrar y salir de esto. Si alguna de esas posturas equivocadas son verdad, entonces vamos a tener dificultad convenciendo al mundo de que tenemos un Dios Salvador, ¿no es cierto? Si Dios puede perdernos, si en cierta manera podemos entrar y salir de la salvación, ese es el tipo de salvador que la gente en nuestro mundo está buscando, cuando un pecador llegue al fin de su vida -por así decirlo- y quiere redención y quiere salvación y quiere perdón, ¿acaso quiere un Dios que no puede sostenerlo? ¿Cómo podemos adornar la doctrina de Dios?

¿Cómo podemos mostrarle al mundo que nuestro es un Dios salvador si no enseñamos que nuestro Dios guarda a quien Él salva, que nuestro Dios perfecciona a quien Él salva, que nuestro Dios rompe el poder del pecado en las vidas de aquellos a quienes Él salva, como también liberarlos del infierno eterno? Es el paquete que despliega Dios. Tenemos un Dios que puede estar en control de todos los demonios del foso y del infierno. Tenemos un Dios que puede romper la infección devastadora del pecado, la cual está en la médula de los seres humanos. Tenemos un Dios que en últimas va a transformar a tal grado nuestros cuerpos que nunca conoceremos el pecado en la eternidad. Tenemos un Dios cuya posesión nos volvemos, cuya posesión nos volveremos por la eternidad y nunca nadie jamás podrá cambiar eso.

Entonces, si vamos a demostrar la grandeza de nuestro Dios y su poder salvador, entonces exaltémoslo por ser el Salvador que Él es, y no inventemos algún tipo de salvación que es algo menos de aquello que de manera apropiada exalta a nuestro gran Dios. ¿Qué significa ser un cristiano? Significa ser salvo de la paga del pecado en el futuro, el poder del pecado en el presente, algún día de la presencia del pecado, y ser por toda la eternidad la posesión de Dios. Un pueblo propio, hecho puro, librado de toda obra impía y redimidos. Versículo 14 dice que Él se dio a sí mismo para llevar a cabo esto. El sacrificio de Jesucristo fue para llevar a cabo esta salvación completa y nada menos que eso. Cualquier cosa menos que eso, no adorna la enseñanza de Dios nuestro Salvador en todo sentido.

Padre, te damos gracias por nuestro tiempo en esta mañana en tu palabra de nuevo. Oh, el tiempo pasa tan rápidamente y tanta riqueza que, Padre, te damos gracias de nuevo por el recordatorio de que Tú eres un Dios Salvador. En tu gran misericordia y gracia tú te inclinaste para salvar a pecadores indignos. Gracias, padre, por eso. ¿Por qué nos escogiste? Nunca lo comprenderemos. Quizás inclusive en toda la eternidad nunca lo entenderemos, pero estamos agradecidos porque lo hiciste. Estamos agradecidos porque el día vino cuando el Espíritu de Dios convenció nuestros corazones y nosotros te buscamos como pecadores sin esperanza y nos aferramos a una salvación como la que acabamos de describir.

Padre, te damos gracias por la plenitud de nuestra salvación. Y oramos que podamos vivir de tal manera, que podamos mostrarle al mundo qué Dios Salvador eres tú, para que puedan ver en nosotros el gozo de uno que ha sido liberado para siempre de la paga del pecado. Que puedan ver en nosotros la pureza de uno en quien el poder del pecado es quebrantado. Que puedan ver en nosotros la expectativa, el anhelo, la esperanza, la diferencia de la tierra, el sentido de expectativa celestial de uno que algún día será librado de la presencia del pecado. Y que puedan ver en nosotros la confianza y la seguridad y el gozo estable de uno que sabe que nada nunca puede cambiar, que para siempre somos tu posesión personal.

Padre, que este tipo de salvación la mostremos a un mundo que observa la manera en la que vivimos y la manera en la que hablamos y en la manera en la que actuamos, para que otros al ver lo que has hecho en nuestras vidas se vean atraídos a ti y te den la gloria y vengan a conocerte. Gracias por esta oportunidad maravillosa, Señor, de volver a estudiar estas grandes verdades. Y te damos la gloria y te alabamos por lo que has hecho con ellas en nuestras vidas y lo que harás en las vidas de otros, inclusive ahora que oyen este mensaje, conforme tú los salvas por tu gracia. En el nombre de Cristo, Amén.

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