Este es un mensaje del pastor John MacArthur, traducido y predicado en español para el mundo de habla hispana.
Quiero que volvamos a abrir nuestra Biblia en esta noche en el quinto capítulo de la Epístola de Santiago, y vamos a examinar esta maravillosa sección de apertura, rica, aunque aterradora, llena de asombro y maravilla, conforme vemos al Espíritu de Dios hablar directamente las palabras de juicio en contra de los ricos impíos. Quizá debería decir como un comentario de apertura, que hemos llevado el énfasis muchas veces al hablar acerca del juicio de Dios en contra de las personas ricas impías, que no es la riqueza lo que es pecaminoso, sino que es el mal uso y el abuso de lo mismo, y eso, claro, es el caso en este texto.
Como aprendimos la última vez, es otra de las pruebas de Santiago para la fe salvadora viva, es otra prueba para validar o invalidar la afirmación de una persona al ser un cristiano. Una cosa es decir ser un cristiano y otra cosa es verificar esa declaración con su vida, y supongo que todos nosotros, a un grado u otro, nosotros diríamos que la afirmación de Cristo en la vida de una persona en la que no vemos una razón para creer que eran cristianos, y eso realmente lo que Santiago está buscando; él simplemente está diciendo que la prueba visible, en cierta manera, la prueba de vida vital para saber si usted es cristiano no tiene que ver con la manera en la que usted vive, y eso es tan obvio y básico como puede ser expresado.
Cada uno de nosotros coloca su afirmación de fe en Cristo a prueba diariamente por la manera en la que vivimos, la manera en la que hablamos, la manera en la que nos conducimos a nosotros mismos, y entonces usted puede ver la vida de una persona desde muchas perspectivas diferentes y ver la validez o la invalidez de su afirmación de conocer a Cristo, y el dinero es una de esas pruebas clave. Cómo es que una persona se relaciona con el dinero nos dice lo que necesitamos saber acerca de su relación con Dios.
Jesús dijo: “Si usted se hace tesoro en la tierra”, en otras palabras, “Si su preocupación es acumular su fortuna aquí, entonces su corazón está aquí”. Si por otro lado, usted hace tesoro en el cielo su corazón está ahí, su corazón está ligado a la tierra o ligado al cielo, dice así Nuestro Señor en Mateo 6:19 al 21. Y después de nuevo en Lucas capítulo 16, versículo 11 al 14, él dijo, resumiéndolo, que esas personas que sirven al dinero no sirven a Dios, y las que sirven a Dios no sirven al dinero, ambas son mutualmente exclusivas, y si usted vive para el dinero usted no vive para Dios.
Y Santiago lo dice ahí atrás en el capítulo 4, versículo 4: “¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad con Dios? Todo aquel que quiera hacer amigo del mundo es enemigo de Dios”. Si usted está preocupado con las cosas de este mundo, demuestra que usted es un amigo del mundo y un enemigo de Dios; de nuevo, ambas se excluyen de manera mutua. Y después le recordamos la última vez de 1ª de Juan 2, en la cual Juan escribe y dice: “Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él”; entonces podemos conocer mucho acerca de una persona por lo que vemos en términos de su uso y abuso del dinero.
Ahora obviamente en la congregación a la cual Santiago escribió, judíos dispersos congregándose en el nombre de Cristo en algún local desconocido para nosotros, ahí había gente que decían conocer a Cristo, pero cuyas vidas invalidaban la afirmación; y en parte algunos de ellos obviamente eran amantes del dinero en lugar de ser amantes de Dios. Eran la tierra con arbustos que vimos en Mateo 13, y aunque hubo una respuesta inicial al evangelio, el engaño de las riquezas ahogó esa vida antes de que pudiera llegar a dar fruto; y así eran esos cristianos profesantes a los que Santiago quiere llamar a que se evalúen a sí mismos en este pasaje.
Le mencioné que también esto, el último día del Señor, porque no me puedo refrenar a mí mismo de mencionarlo debido a que los periódicos diariamente están hablando de esto, y en los medio masivos de comunicación, que no nos sorprende el escándalo que está sucediendo en la PTL. La adoración al dinero es especialmente característica de personas que son falsos maestros; es característico de los falsos maestros que están involucrados en las cosas que les traen dinero y en cosas que son escandalosas y tipos de conducta inmorales.
Para que quede más claro en su mente, acompáñeme por un momento a 2ª de Pedro, y estoy extendiéndome a partir del texto de Santiago – hay que reconocerlo. Santiago está primordialmente interesado en aquellos que están en la congregación, que estaban amando el dinero, y por lo tanto decían de manera ilegítima ser cristianos; estoy ampliándolo para decir que aquellos que son especialmente culpables de decir ser cristianos, pero aman el dinero, son falsos maestros; están metidos en eso por el dinero y usan el nombre de Jesús para ser mercadería de la gente.
Observe en 2ª de Pedro capítulo 2, él comienza hablando de falsos maestros, falsos profetas, que de manera secreta, encubierta, siempre de manera secreta, nunca anuncian quiénes son. Siempre son lobos vestidos de ovejas, como Mateo 7:15, dice; un lobo vestido de oveja, es simplemente un lobo vestido en un atuendo de lana, y el atuendo de lana era la vestimenta de un profeta; entonces tiene usted a un lobo vestido como un profeta, falsos maestros, falsos profetas, y ellos meten herejías condenadoras que incluyen negar al Señor que los compró, y traen sobre sí mismo destrucción repentina, y muchas personas seguirán sus malos caminos.
Después, versículo 3, y el motivo es que a través de avaricia ellos codician; quieren cosas, dinero y poder y con palabras fingidas, esto es con palabras de hipocresía, hacen mercadería de vosotros; realmente los convierten a ustedes en un medio para alcanzar su propia ganancia. Ahí en el versículo 10, él habla más de este tipo de personas siendo presuntuosas, obstinadas, y si usted sigue el texto, ahí al versículo 12, son bestias naturales brutas que deben ser tomadas y destruidas, hablan de las cosas que no entienden, y van a perecer de manera absoluta en su propia corrupción, recibirán la recompensa de la injusticia conforme ellos consideran placer el deleitarse en el día; esto es se involucran en impiedad, en el día son manchas que se deleitan en sus propios engaños; mientras que tienen un festín con ustedes, sus ojos están llenos de adulterio, no pueden dejar de pecar, engañan a las almas inconstantes, tienen un corazón que han ejercitado con prácticas avaras; y después dice como Balaán, versículo 15: “Aman el precio de la injusticia”; versículo 18: “Hablan grandes palabras de vanidad, egoístas son los héroes de todas sus historias”. Ellos engañan a través de las concupiscencias en la carne, a través de mucha impiedad a aquellos que simplemente están escapando de los que viven en el error. Son especialmente buenos en cautivar a personas que están saliendo de algún error, pero todavía no han entendido la verdad, versículo 19: “Prometen libertad, pero son los siervos de corrupción”.
Ahora en esos versículos encontramos algunos factores que son repetidos. Uno, tienden hacer inmorales, corruptos, malos. Dos, tienden hacer hipócritas, esto es usan palabras que hablan de Dios y Cristo, pero son palabras de hipocresía; y de manera particular para nuestro pensamiento en esta noche lo hacen por dinero, hacen mercadería de la gente, funcionan a nivel de aquellos que son avaros. Y después me gustaría llevarlos a la epístola de Judas, un par de libros a la derecha, y en la pequeña epístola de Judas, la cual es tan solo un capítulo, y por cierto en la publicación de este mes de la carta de noticias de la Palabra de Gracia que enviamos a todos los que escuchan el programa, y debería estar usted en esa lista de correo, es una carta de noticias maravillosa, pero allí hay un pequeño artículo que tomé de esa revista conforme la estaba viendo el otro día, y señala la marca de un charlatán como se encuentra en la epístola de Judas.
En primer lugar, enseña licencia en lugar de gracia, versículo 4: “Se han metido encubiertamente, son hombres impíos que convierten la gracia de nuestro Dios en libertinaje”, en otras palabras usan la gracia para justificar su conducta equivocada, convirtiendo la gracia en libertinaje; quieren hablar del perdón de Dios, y la restauración de Dios y el amor, y ellos van a pecar una semana y van a aparecerse como el evangelista invitado la próxima semana. En los versículos 7 y 8 nos dicen que se involucran en fornicaciones y sodomía, como Sodoma y Gomorra se entregan a sí mismos a la fornicación, van tras la carne extraña, el pecado terrible de homosexualidad, contaminan la carne dice en el versículo 8. También desafían la autoridad, hablan mal de las dignidades, esto es, no tienen respeto hacia aquellos que son los ángeles de Dios, se presentan a sí mismos como supremos y no hay una corte más elevada que ellos, hablan mal de cosas que no entienden.
Versículo 10: “Desacreditan cosas que son verdad y le dan crédito a cosas que no lo son”; versículo 11: “¡Ay de ellos! Que han seguido el camino de Caín, y han corrido de manera avara buscando el error de Balaam por recompensas; de nuevo, esto trae la idea de su avaricia”; versículo 12: “Siempre se identifican como verdaderos creyentes, vienen a sus ágapes, fiestas de amor, están en fiestas con ustedes, pero no pertenecen al mismo grupo de ustedes. Son nubes sin agua, son manchas, árboles sin fruto, secos, dos veces muertos, arrancados por la raíces”, inevitablemente se jactan acerca de sí mismos; versículo 16: “Caminan siguiendo sus propias concupiscencias, y su boca hablan grandes palabras de orgullo buscando admirar a las personas para su propia ventaja; ellos adulan para obtener alguna ventaja, y están abrumados con algunas con lujurias sensuales”; versículo 19: “Son sensuales, no tienen al Espíritu”, es un paquete.
Cuando usted ve a falsos maestros, usted ve todo lo que conlleva esto, y no es difícil discernir lo que usted está viendo. Entonces Santiago anuncia el juicio de Dios en contra de personas que son los ricos impíos, sean simplemente personas en la iglesia que nombran a Cristo o falsos maestros de quienes Pedro y Judas han escrito de manera tan clara.
Regresemos a Santiago y veamos el capítulo 5 y refresquemos nuestro pensamiento por un momento, y después completaremos este pasaje. En el versículo 2 Santiago dice: “¡Vamos ahora, ricos! Llorad y aullad por las miserias que os vendrán”. Él dirige su atención a los ricos, él les dice: “Ahora escúchenme, y la respuesta correcta por la miseria que va venir sobre ustedes en el juicio de Dios es que deben llorar y aullar”. Esas dos palabras llaman a una tristeza violenta casi fuera de control a la luz de juicio de vino inescapable. “Llorad y aullad”, como señalé la última vez, es muy parecido, es un tipo de enfoque del Antiguo Testamento, habla de la idea de tener remordimiento externo verbal ante la condenación inminente que viene de la mano de juicio de Dios. Isaías llama a la gente por ejemplo, que van ser juzgadas, en el capítulo 15, el versículo 3; el pueblo de Moab, y dice: “En sus calles van a vestirse de cilicio, en la parte de arriba de sus casas y en sus calles todos van a llorar, llorar abundantemente, y Hesbón va clamar y en Eleale su voz será oída y de más”. Santiago aquí se aproxima al profeta del Antiguo Testamento al llamar al lloro.
En el capítulo 16 de Isaías, versículo 7: “Por lo tanto Moab llorará por Moab. Toda persona llorará, y los cimientos de Kir-hareset, llorarán porque son azotadas”. Inclusive en el capítulo, creo que es en el capítulo 23, versículo 1, sí, la carga en contra de Tiro: “Lloren, aúllen, ustedes barcos, naves de Tarsis, porque ha sido desolada de tal manera que no hay casa, nadie entra ahí”. Y hay muchos otros pasajes del Antiguo Testamento, Jeremías 48:20, otro que viene a mi mente Ezequiel 21:12, en donde la gente es llamada a llorar y aullar, inclusive ese capítulo maravilloso, 8 de Amós, hace lo mismo. Entonces él comienza diciendo más vale que lloren, que aúllen, más valen que se agiten violentamente debido al juicio inminente de Dios, y después se les da razones por el juicio. El juicio inexorable, inescapable de Dios viene por cuatro razones, debido a que su riqueza fue: uno, acumulada de manera inútil; dos, robada de manera injusta; tres, gastada de manera egoísta, orgullosa; y cuatro adquirida de manera despiadada. Y esos son los pecados serios y condenadores de los ricos impíos.
Ahora, recuerde en primer lugar los versículos 2 y 3 hablando de acumular vuestras riquezas, y recuerde esa palabra ‘ploutos’ está conectada con el nombre de uno de los dioses griegos, un nombre que significaba “aquello que era producido a partir de la abundancia de la tierra”, y es mi convicción que Santiago primordialmente tiene en mente aquí las riquezas que son acumuladas en almacenes de comida como el hombre rico en Lucas, que almacenó su grano en sus graneros, y dijo: “Voy a estar tranquilo, come, bebe, regocíjate, viviré mi vida, nunca volviendo a mover mis dedos, he acumulado el suficiente grano para sustentarme para tener alimento y vender para todo lo demás que necesito”. En esos días básicamente la riqueza era acumulada en tres maneras: alimento, ropa y dinero.
Y entonces primero Santiago ataca la idea del alimento, su alimento está corrompido, sus riquezas, sus ‘ploutos’ están putrefactas; en lugar de usar sus riquezas para cuidar de su familia y dar a la obra del Señor, y llevar el evangelio a los perdidos, y cuidar a los pobres y a los necesitados, y a la viuda y al huérfano, en lugar de usar su dinero para apoyar aquellos que están el ministerio, lo acumularon de manera inútil, lo acumularon para sí mismos, para su propia satisfacción egoísta futura; y su alimento estaba putrefacto, y su vestimenta había sido comida por polilla, y su oro y plata estaban mezclados en ese entonces en una aleación, y estaba sujeta a corrosión, y de hecho se había enmohecido.
Y entonces él les advierte que todo aquello en lo que han colocado su confianza es inútil. El grano está putrefacto, la ropa está comida por polilla, y las monedas están enmohecidas. ¿Qué tienen ahora? Lo enmohecido viene a la vida y es personificado en el versículo 3: “Y su moho testificará contra vosotros”, su dinero enmohecido muestra su espíritu de acumulación; su dinero enmohecido muestra lo indiferente que fueron a los pobres; su dinero enmohecido muestra lo indiferentes y los despreocupados que fueron hacia los necesitados; su dinero enmohecido muestra que no se preocuparon por esparcir el evangelio, no se preocuparon por invertir en la extensión del reino; y su dinero enmohecido se pone de pie para ser el testigo en contra de ellos; y él da un paso más adelante diciendo: “Devorará del todo vuestras carnes como fuego”.
El moho personificado no solo es el testigo contrario, sino su ejecutor, su ejecutor, ¿y por qué?, al final del versículo 3: “Habéis acumulado tesoros para los días postreros”, en otras palabras han acumulado y acumulado sus riquezas literalmente en estos días postreros, ¿cómo podré usar eso? Reconociendo que vivimos en los últimos días, reconociendo que vivimos al final de la época cuando el Mesías ha venido y estamos esperando su segunda venida inminente, reconociendo que somos llamados a la proclamación del evangelio del reino, reconociendo que debemos hacer lo que Dios nos ha llamado a hacer; eso es usar nuestro dinero para proveer para nuestra familia, usarlo para los pobres y los necesitados, para el ministerio, para ganar a los perdidos, lo han acumulado para sí mismo, y su dinero es un testigo contra ustedes, y su dinero enmohecido será su ejecutor; y no la han hecho de una manera lenta como el dinero llega enmohecerse, sino de una manera rápida dice él, y va devorar su carne como si fuera fuego. Cuando algo se enmohece es lento, el fuego es rápido, lo han hecho en estos días postreros.
En otras palabras, han vivido sin consideración alguna hacia la historia redentora, han vivido sin darse cuenta del reloj de Dios, han vivido como si todas las cosas van a continuar como están, han vivido como si Jesús nunca hubiera venido y nunca regresara, han vivido sin considerar el uso del dinero para comprarse para sí mismos “amigos eternos”, como Lucas 16 lo dice en una manera tan hermosa; han desperdiciado su vida de manera total, han desperdiciado su tesoro, han acumulado en las palabras de Romanos 2:5: “Ira, contra el día de la ira”, simplemente han acumulado juicio; y entre más monedas enmohecidas tuvieron, entre más ropa comida por polilla tuvieron, y entre más comida podrida tuvieron, más fuerte es el testimonio contra ustedes en el día del juicio. Acumular la riqueza es un pecado serio. El infierno francamente es para acumuladores.
Observe en Mateo 25 por un momento, y allí está, creo yo, una ilustración vívida de esto. Mateo 25, versículo 24; después el que había recibido un talento vino, y usted recuerda lo que hizo con ese talento, ¿qué hizo con eso?, lo sepultó en la tierra, no lo usó. Y dice en el versículo 25: “Tuve miedo y escondí el talento en la tierra, no hice nada con lo que me diste, no obtuve intereses”, no hubo utilidad espiritual, ya que esta parábola es para ilustrar la inversión espiritual, no la inversión financiera. “No hice nada con ella, no la usé para extender el reino, no la usé para exaltar tu nombre, la sepulté, fue desperdiciada”. El Señor dijo: “Tú, siervo impío, perezoso, deberías haber puesto mi dinero con los bancos para que en mi venida hubiera recibido lo mío con interés”. Eso no está hablando de tener una buena cuenta de banco, eso no es colocar su dinero en un buen depósito para que pueda obtener un buen interés. La ilustración física de inversión en el banco es una ilustración de usar lo que Dios le da para extender su reino, para pagar dividendos espirituales. Y entonces Él dice: “Quítenle el talento, y dénselo al que tiene diez, porque todo aquel que se le haya dado, el que tiene tendrá más abundancia; pero el que no tiene, aun lo que tiene, le será quitado”.
Y después el versículo 30: “Echad al siervo inútil a las tinieblas de afuera; y ahí será el lloro y el crujir de dientes”, envíelo al infierno, él acumuló su tesoro. Y entonces digo de nuevo, el infierno es para acumuladores, para gente que aunque pueden nombrar el nombre de Cristo, muestran por la manera en la que acumulan el dinero para sí mismos y su propio placer, y no piensan en Dios o el cielo o su reino. “Hijitos míos”, dice Juan en 1ª de Juan 2: “Estos son los últimos días, es momento de que entreguemos lo que tenemos para ganar la vida eterna para aquellos que oigan y crean”. No es que nuestro dinero compra la salvación, es que el dinero invertido de esa manera demuestra en dónde están nuestros corazones. En 1ª de Corintios capítulo 7, el apóstol Pablo hablando del hecho de que estamos viviendo en los últimos días dice: “Y los que tienen esposas deben vivir como si no la tuvieran; y los que lloran como si no llorarán; y los que se regocijan como si no se regocijaran; y los que compran como si no poseyeran; y los que usan este mundo, no usarlo porque la forma de este mundo está pasando”. No se metan en eso, lo que sea necesario o lo que venga como una bendición de Dios a usted, acéptelo con un corazón agradecido, pero tome sus recursos e inviértalos en la eternidad, este es el día postrero.
Y el hombre que acumula todo lo que puede para su propio placer, como el hombre del Lucas 12 que se sienta y dice: “Come, bebe, regocíjate, lo tienes todo”; es el hombre de quien se dice el que hace tesoros para sí mismo, pero no es rico hacia Dios; a ese hombre Dios le dice: “Necio, esa noche han venido a pedirte tu alma, eres un necio al acumular una fortuna para ti mismo y no usándolo para los propósitos para los cuales Dios te los dio”, es muy básico.
De hecho, más adelante en ese mismo capítulo 12 de Lucas, Jesús dice: “Si no más bien busquen el reino de Dios y todas estas cosas os serán añadidas”, simplemente busquen el reino y dejen que Dios añada lo que él escoge añadir. “Y no teman, rebaño pequeño, es la buena voluntad de su Padre darles el reino. No van a ser pobres, van a ser eternamente ricos, van a ser tan ricos que ni siquiera lo pueden imaginar, van a ser tan ricos para siempre que va más allá de ustedes y de mi capacidad de inclusive concebirlo, entonces vendan lo que tienen, y den a los pobres, provéanse bolsas que no se envejecen como los tesoros en los cielos que no perece, en donde ningún ladrón llega, ni la polilla, ni el orín corrompen, porque donde esté vuestro tesoro allí estará también vuestro corazón”. No acumule sus cosas, úselas para el reino.
Y en 1ª de Timoteo capítulo 6, versículo 17: “A los ricos de este siglo manda que no sean altivos, ni pongan la esperanza en las riquezas, las cuales son inciertas, sino en Dios que nos da todas las cosas en abundancia para que la disfrutemos. Que hagan bien, que sean ricos en buenas obras, dadivosos, generosos; echando buen fundamento para lo por venir, que echen mano de la vida eterna”. La única manera de vivir a la luz de la venida de Cristo es invertir en su Gloria y en su reino; estas personas que dicen ser cristianas, pero obviamente lo acumulan todo lo que tenían, el pecado condenador de acumular de manera inútil su riqueza trajo juicio.
Hay un segundo pecado, no sólo su riqueza fue acumulada de manera inútil, sino que fue robada de manera injusta desde el principio, ni siquiera la merecían. Observe en el versículo 4: “He aquí, clama el jornal de los obreros que han cosechado vuestras tierras, el cual por engaño no les ha sido pagado por vosotros; y los clamores de los que habían segado han entrado en los oídos del Señor de los ejércitos”. En lugar de ser generosos con los pobres, los explotaron; en lugar de dar a los pobres, lo retuvieron de ellos; en lugar de darles el pequeño sueldo que se habían ganado, lo retuvieron. Y el versículo 4 comienza con la palabra “He aquí”, porque es casi inconcebible y difícil de creer, tan totalmente contrario a su declaración de ser cristianos, es una conducta tan sorprendente; la paga o el jornal de los obreros que han cosechado vuestras tierras, habla de trabajadores, jornaleros por día.
En el comercio de Israel habían personas que estaban ahí en la plaza comercial. Toda mañana iban ahí a la plaza comercial donde estaba el mercado en la villa y esperaban, esperando a que alguien viniera a contratarlos por un día; trabajaban por el sueldo que habían acordado que pudieran obtener, en la ley del Antiguo Testamento era muy estricta en cómo usted pagaba a los jornaleros de un día. Por ejemplo en el capítulo 24 de Deuteronomio, conforme Dios está estableciendo las leyes para la vida de su pueblo, Él dijo: “No oprimiréis, –versículo 14– a un siervo contratado que es pobre y necesitado, sea de tus hermanos o del extranjero que esté en tu tierra dentro de tus puertas. En su día, –escuche esto– en su día le darás su sueldo. No se pondrá el sol porque es pobre, y él coloca su corazón en él, no sea que clame a ti contra el Señor y sea pecado contra ti”. Él va clamar a Dios contra ti porque si no le pagas por ese día no puede comer, él trabaja para comer y alimentar a su familia, él no tiene una fuente continua de ingreso, y debe ser pagado antes de que se ponga el sol para que él pueda llevarse su paga y alimentar a su familia.
En Levítico 19:13: “No defraudarás a tu prójimo, ni le robarás el sueldo del que es contratado, no permanecerá contigo toda la noche hasta la mañana”. Le pagas antes de que llegue la noche, es la misma idea, paga estricta para trabajadores de día. Una ilustración perfecta de este tipo de aspecto de la economía judía se encuentra en Mateo capítulo 20 donde dice: “El reino de los cielos es como a un hombre quien salió temprano por la mañana a contratar jornaleros para su vid, y él acordó con sus trabajadores un denario al día”. Se reunían ahí en la plaza comercial y negociaban y se iban a trabajar, recuerde usted la parábola. Él contrató a la gente a lo largo del día y al final escogió pagarles lo mismo, pero el punto que quiero mostrar simplemente es que este era una parte normal de la economía de Israel. El ciclo agricultural demandaba eso, usted no podía emplear a gente todo el año, solo en la época de plantar y el tiempo de la cosecha, y entonces los jornaleros diarios eran parte de la economía. Y él les dice a estas personas ricas impías: “Estas personas han venido, han cosechado vuestras tierras, han cosechado sus cosechas, y ustedes, por fraude, no les han pagado lo que le deben”.
El verbo por “engaño” no les ha sido pagado, es una palabra ‘afustereo’ significa “retener por fraude”, no indica tardanza, indica una falla total. No es que se tardaron en pagar, es que se rehusaron a pagar, le robaron a la gente pobre. Ahora eso no necesariamente significa que no les pagaron nada, lo que significa es que no les pagaron lo que les debían; y entonces los ricos tenían dinero acumulado y ganado de manera injusta, y de nuevo personifica ese sueldo como él personificó lo enmohecido, y de nuevo en el versículo 4 clama el jornal, ‘krapso’, presente activo, es como gritar, ese mismo verbo es usado del grito de los demonios, cuando fueron expulsados de sus víctimas, lo encuentro usado por ejemplo en Marcos 9:26 y en Lucas 9:39; y lo que Santiago está diciendo es que el sueldo mismo clama a Dios, son personificados así como otros objetos y animados que claman justicia. ¿Se acuerda usted de Génesis 4:10? O cómo la sangre de Abel clama desde la tierra para justicia; o en Génesis 18:20, Génesis 19:13 dice que el pecado de Sodoma clama a Dios, observe ahí el versículo 4: “Y los clamores de los que habían cegado, han entrado en los oídos del Señor de los ejércitos”.
Le leí el texto del Antiguo Testamento, Deuteronomio 24:15: “Más vale que le paguen su sueldo o el clamor de la gente que ha sido defraudada va llegar a los oídos de Dios”, y esto es lo que dice, es como si Santiago lo tomara de Deuteronomio 24:15, y él dice: “Los clamores de los que han cosechado han entrado a los oídos del Señor de los ejércitos”. El clamor doloroso de las víctimas robadas, las personas pobres defraudadas, llegan a los oídos de Dios, y continúan haciendo un eco en sus oídos justos hasta que él corrige todo.
Por cierto, Señor de los ejércitos es un pensamiento maravilloso; ‘Sabaoth’ significa “Señor de los ejércitos de las huestes”, y eso significa “Señor del ejército del cielo”, el Señor quien es el comandante Todopoderoso de todos los ejércitos del cielo, Señor del ejército sobrenatural, en otras palabras, el que los oye es el Dios Todopoderoso que manda a los ejércitos del cielo y quien va llamar a ese ejército al juicio. Y por cierto, necesito recordarle de que cuando el Señor entra al juicio, es su ejército el que ejecuta el juicio. En 2ª de Tesalonicenses 1- 8: “Con llama de fuego, vengándose en contra de aquellos que no conocen a Dios”. ¿Quién hace eso?, ¿quién viene en llama de fuego? Versículo 7, cuando el Señor Jesús se ha revelado desde el cielo con sus ángeles poderosos; los ángeles son los agentes de juicio.
En las parábolas de Mateo 13, son los ángeles quienes cosechan, son los ángeles que se paran, son los agentes de juicio; y entonces el clamor de los pobres defraudados llegan a los oídos de Dios. He estado pensando en eso últimamente, he estado pensando acerca de estos ministerios en los medios masivos de televisión que roban a la gente pobre. He estado leyendo que el donador promedio es una mujer estadounidense de 55 a 65 años de edad, que tiene muy poco, y que estas personas que confían están enviando su dinero a ladrones, quienes están viviendo en lujo opulento, y consumen estos en sus deseos personales, que nos lleva a no tener palabras para describir cómo a expensas de la gente han defraudado el nombre de Cristo, es un pecado aterrador por el cual son culpables. Han robado a la gente en el nombre de Cristo, y de hecho han robado a Dios porque me temo que han recibido gran parte de dinero que habrá sido dado a ese movimiento genuino de Dios que ocurre en una iglesia local en donde esa gente podría asistir. El dinero podría haber terminado en servicio a Él, pero termina en el bolsillo de algún evangelista comprando sus carros, y barcos, y casas, y viajes, y su joyería que se pone su esposa y lo que sea, es un asunto muy, muy serio. El juicio cae en los ricos impíos porque acumularon de manera inútil, y robaron de manera injusta la riqueza, y enfrentan el juicio del infierno.
Hay un tercer pecado, y todos se solapan gastados de manera egoísta, robaron y acumularon riqueza y lo gastaron en sí mismos. Versículo 5: “Habéis vivido en deleites sobre la tierra, y sido disolutos; habéis engordado vuestros corazones como en día de matanza”. Después de aumentar su riqueza mediante robo, y después de acumularlo todo, ahora lo usan para su propio deseo egoísta. Y para expresar la satisfacción personal de los ricos impíos él usa tres verbos. En primer lugar, observe el versículo 5: “Habéis vivido”, literalmente dice: “Han vivido en lujos sobre la tierra”; ‘truphao’. La palabra en sí misma no necesariamente se relaciona con el pecado, significa básicamente suavidad; han vivido en suavidad, lujo suave, es una buena manera de decirlo. Ustedes no son ningún Robin Hood, no están robándole a la gente para darles a otras personas; están robándole a la gente para acolchonar sus propias camas, comodidad extravagante, esa es la idea. Se han involucrado en la comodidad extravagante.
Escuche, Dios no necesariamente quiere que usted se siente en una caja y duerma en un tapete de palma, pero lo han llevado más allá de cualquier cosa que sea razonable, y así es.
Observe lo que estamos viendo en la actualidad, estas personas que han acumulado estas cantidades enormes de dinero, que han robado a la gente de quien lo han tomado, lo han consumido en sí mismos. Oh, quieren señalar a esto por aquí, y a eso por acá y esta cosa buena por allá, pero francamente la cantidad inmensa es para darles lujos suave, un estilo de vida de satisfacción personal, satisfacción personal, ese es el punto. Vivir más allá, mucho más allá de lo que es normal, lo que es aceptable. ¿Qué es lo que creen que van a ver? Dijeron acerca de Juan el Bautista, Lucas 7: 25: “¿Un hombre en ropa suave? He aquí los que están vestidos de manera atractiva, y viven de manera delicada, están en las cortes de los reyes”. Ya no. Están en la televisión nombrando el nombre de Jesús. Véanlos.
¿Alguna vez los ven usando el mismo atuendo dos veces? ¿Alguna vez? ¡Una fortuna! Una fortuna absoluta es gastada en su guardarropa, sus autos, sus casas, su inmobiliario, simplemente sigue su estilo de vida, y sigue lujos suave. Después él dice: “Y sido disolutos”, o como lo expresa una versión, “han llevado una vida de placer disoluto”, dicho de una manera simple, usted se ha entregado al vicio, el lujo lleva al vicio. Usted comienza a vivir la vida suave y es demandante, y comienza a consumirse usted con su propio placer, y su propio placer se apodera y después quiere todo los placeres que desea, y el lujo se convierte en el vicio.
Lo hemos visto, lo hemos observado, lo vemos frente a nosotros, pero la que vive en los placeres está muerta mientras vive; 1ª de Timoteo 5:6 dice: “Pero la gente disfruta, viven ese placer disoluto, esa vida llena de vicios descontrolados que realmente comienza cuando alguien quiere todo lo que lo hace lo hace sentir bien”. El lujo suave lleva al vicio, hunde a la gente en la disolución, una vida como ve usted, permítame decirlo de otra manera, una vida sin abnegación es una vida que pronto se sale de control en toda área. La gente que está totalmente preocupada con el lujo y el placer no se puede controlar a sí misma. Un hombre con dinero cierra sus ojos a las necesidades de otras personas, cierra sus ojos a la obra de Dios, pero tiene sus ojos muy abiertos para satisfacerse a sí mismo y vive para satisfacerse a sí mismo. Yo veo a estas personas gastando el dinero como un marinero borracho, va absolutamente más allá de la comprensión, y después viven para satisfacerse a nivel personal en todo vicio imaginable.
Y después en tercer lugar, y este es un clímax, él está descendiendo en la escalera y entrando a mayor profundidad en el foso. En tercer lugar, él dice: “Habéis engordado vuestros corazones”. Deténganse en ese punto. ‘Triunfos’ significa alimentar, nutrir o engordar, es usado de un animal, es usado en la Septuaginta de Jeremías 46:21, acerca de engordar animales. ¿Y qué es lo que hace usted cuando tiene un animal? Si alguna vez ha tenido ganado o algún tipo de animal así, usted lo engorda, ¿para qué?, para la matanza, ese es el punto; lo engorda usted porque entre más gordos estén va a traerle más beneficio, y esa es la razón por la que lo engorda. Y él les dice: “Ustedes han engordado sus corazones, sean saciados así mismos”, es correcto. “Se han satisfechos a sí mismos al límite, si lo han querido comprar lo han comprado, si han querido hacerlo lo hacen, y han bebido hasta dejar la copa vacía; comenzaron con lujos suave, y después se llevaron al vicio y han saciado todo deseo que han tenido”. Cuando dice que han engordado sus corazones significa sus deseos internos. Buscaron satisfacer todo deseo personal.
Eso me recordó de un hombre, su nombre era Salomón y escribió un libro llamado Eclesiastés, y esto es lo que él dijo en el capítulo 2, versículo 4: “Hice para mí grandes obras, construí casas, planté vides, hice jardines, y planté árboles de todo tipo de frutos. Construí contenedores de agua para regarlos ahí, con la madera que produce los árboles. Compré siervos y siervas, y tuve siervos nacidos en casa, y tuve muchas posesiones de ganados y rebaños más allá de los que estaban en Jerusalén antes de mí. También acumulé plata y oro, y el tesoro peculiar de reyes y de las provincias, y conseguí cantores y cantoras y los deleites de los hombres de los hombres como instrumentos musicales de todo tipo. Hombre, tuve una fiesta larga y era maravilloso”, un hombre modesto, ¿verdad? “Y me aumenté más que todos aquellos que fueron antes de mí en Jerusalén, también mi sabiduría quedó conmigo y todo lo que mis ojos desearon lo tuve. No contuve mi corazón de ningún gozo, porque mi corazón se regocijó en toda mi labor, y esa fue mi porción de toda mi labor, trabajé por ello, lo merecía”. ¿Han oído eso recientemente? “Trabajé duro para tenerlo, lo merecía. Y después vi las obras de mis manos, que mis manos habían hecho, y el trabajo que había yo trabajado, y he aquí no fue nada y no hubo utilidad debajo del sol, todo era vanidad”. Y Salomón dice: “Lo tuve todo y no fue nada”, peor que eso, peor que no ser nada trae juicio.
Observe la pequeña frase al final del versículo 5, “como en día de matanza”. ¿Qué es un día de matanza?, tiene que ser un día de juicio, es un retrato aterrador de juicio. ¿Sabe cómo mataban a los animales? De la misma manera en la que los matan en la actualidad, cortaban su garganta. Ustedes simplemente son unas vacas gordas, dirigidas al punto en el que sus gargantas van a ser cortadas; ese es un lenguaje muy, muy vivido. Y los impíos ricos, quienes han acumulado de manera inútil el dinero que han robado de manera injusta, y lo han usado para satisfacer sus deleites temporales, simplemente son como animales engordados esperando el juicio de Dios. Dice usted, ¿hay esperanza alguna de que algo cambie? Claro, si hubiera arrepentimiento y fe salvadora verdadera.
En Isaías 34, estaba pensando en esto, y simplemente quería llevarlos un momento al llevar este mensaje a una conclusión, todavía no, no me dejen; pero quiero tomar un momento esta frase, me aterra: “Como en el día de matanza”. Estaba leyendo Isaías 34: “Porque mi espada –versículo 5– será sacada en el cielo, ella vendrá en contra de Edom y en contra de la gente de mi maldición para ser juzgados. La espada del Señor, la espada de Jehová está llena de sangre, ha sido engordada con grosura y con la sangre de corderos, y cabras que con la grosura de entrañas de carneros, porque Jehová tiene un sacrificio en Bosra y, una gran matanza en la tierra de Edom, y el buey salvaje descenderá con ellos y con los bueyes, y su tierra será llena de sangre, y su polvo será engordado con grosura porque es el día de la venganza de Jehová”. Y eso me dice lo que Santiago tenía en mente cuando dijo “el día de matanza”, él estaba hablando del día de la venganza del Señor, el día de juicio en contra de los impíos, el día de la venganza del Señor cuando él venga con una espada y comience a matar.
En el capítulo 46 de Jeremías versículo 10, simplemente escuche: “Porque este es el día de Jehová Dios de los ejércitos, un día de venganza para que él puede vengarse a sí mismo junto a sus adversarios”, y escuche esto: “Y la espada devorará y será llenada hasta el límite y se embriagará de su sangre”. Y en el capítulo 50, dos capítulos del final de Jeremías, versículo 26: “Vengan en contra de ella desde la frontera más lejana; abran sus almacenes; arrójenla; destrúyanla totalmente; que nada de ella quede; maten a todos sus animales, llévenlos a la matanza. ¡Ay de ellos! Porque el día ha venido, el día de su juicio”.
Ahora hubieron muchos días del Señor. Cada vez que Dios vino en juicio era el día del Señor, y vendrá un día del Señor para los impíos ricos de toda época. Santiago ve hacia adelante ese día que está por venir, cuando Dios a través de Cristo y los ángeles santos vengan con su espada en fuego ardiente para vengarse en contra de aquellos que no conocieron a Dios y que han rechazado a Jesucristo; y yo creo que Santiago está viendo ese juicio grande que está aún por venir. En el capítulo de 37 de Ezequiel pueden leer más acerca de lo mismo, pero permítame llevarlo a Apocalipsis por un momento al capítulo 19, y esto sé que será terreno conocido para la mayoría de ustedes, versículo 17 de Apocalipsis 19 leemos esto: “Y vi un ángel”, y ahora estamos viendo el juicio final, “Estando ahí frente al sol, él clamó a gran voz diciendo: A todas ustedes, aves que vuelan en medio del cielo, vengan y congréguense para la gran cena del gran Dios, para que puedan comer la carne de los reyes y la carne de los capitanes, y la carne de hombres poderosos, y la carne de caballos, y de aquellos que se sientan en ellos, y la carne de todos los hombres libres, esclavos, pequeños y grandes”, y esa es la matanza del Armagedón.
¿Qué es lo que lo trae? La venida de Cristo. En los versículos 11 y en adelante: “Él viene en un caballo blanco y sus ojos son llama de fuego”, Él viene; versículo 15: “Y de su boca sale una espada afilada para matar a las naciones”. Como dije hace un momento, y permítame aclararlo, hay muchos días del Señor, días en los cuales Dios trajo venganza y juicio. Cuando una persona rica e impía muere, eso para ella en un sentido es un día del Señor cuando él afrenta a Dios en juicio; pero viene un tiempo de juicio definitivo que realmente va más allá de todos los acontecimientos de la segunda venida, desde la Armagedón hasta el juicio del gran trono blanco, cuando Dios finalmente juzgará. Una matanza eterna se lleva a cabo conforme los ricos impíos que nunca han dejado su pecado, y nunca han venido a Cristo son enviados para siempre al infierno. Entonces Santiago dice: “Han gastado de manera egoísta su riqueza y serán condenados por tal pecado”.
Finalmente en último lugar, él culmina con una denuncia de ellos, no sólo por acumular de manera inútil su dinero, no sólo por robar de manera injusta, no sólo por gastarlo de manera personal, sino por adquirirlo de manera despiadada. Versículo 6: “Habéis condenado y dado muerte al justo”, deténgase ahí. Han condenado y matado a los justos; la avaricia acumuladora los llevó al fraude; el fraude los llevó a la satisfacción personal; y la satisfacción personal se vuelve algo tan consumidor que literalmente va ser lo que tenga que hacer por sostener su estilo de vida. Va condenar y matar, va asesinar, y la implicación aquí es que usan las cortes, usan las cortes; han condenado y matado al justo.
Se acuerda usted del Antiguo Testamento, Dios estableció en la nación de Israel cortes, en donde la justicia se debía llevar a cabo; Deuteronomio 18 al 13 es donde Dios estableció esas cortes, y después Dios mandó que los jueces no fueran avaros, cualquier juez en Israel de Éxodo capítulo 18 en adelante no debía ser avaro; no debían ser parciales de acuerdo con Levítico 19:15; no debían tolerar el perjurio de acuerdo con Deuteronomio 19; nunca debían recibir soborno Isaías 33:15 habla de eso, y también Miqueas 3: 11 y Miqueas 7:3.
Entonces, Dios ordenó a las cortes y a los jueces que no fueran avaros parciales, que no recibieran soborno, que no toleraran el perjurio; debían buscar la justicia para todos, todos debían recibir la justicia. Y sin embargo en Israel en la antigüedad hubo una tremenda corrupción, tremenda corrupción. Amós vuelve a escribir de esto: “Conozco sus múltiples transgresiones –Amós 5:12– y sus grandes pecados afligen al justo, reciben soborno, y los jueces se vuelven del pobre en la puerta”. Después en el versículo 15: “Odien la maldad, amen el bien y establezcan la justicia”. Dios dice: “Han cometido perjurio, inclusive han sido sobornados, han pervertido la justicia”, es algo bastante estándar. Los ricos siempre tratan de usar el sistema para afectar negativamente a los pobres. La palabra “habéis condenado”, ‘catadicasus’ significa sentenciar a alguien; y la palabra “dado a muerte”, ‘phoneo’ significa asesinar; han sentenciado a la gente y realmente los han asesinado, homicidio judicial.
Literalmente, han usado a las cortes para asesinar a la gente. Regrese a Santiago 2:6, ya tuvimos una referencia de eso: “Han menospreciado a los pobres. ¿Acaso los hombres ricos no los oprimen y los llevan delante de las cortes?”, claro, eso es lo que tenían que soportar, el asesinato de la carcelación de gente inocente, ¿negaría eso en tiempos bíblicos?, claro que no; no si usted no ha leído el registro bíblico. Los apóstoles, la mayoría de ellos murieron como criminales condenados de manera injusta; el apóstol Pablo ciertamente fue un encarcelado, y entregó su vida de manera injusta. En la actualidad la gente usa las cortes para enriquecerse, para abusar de los inocentes, por lo menos las usan para demandar. Y entonces el punto que quiero que vean aquí es que Santiago está diciendo, comienzan acumulando: “Acumularon su fortuna en parte debido a que están defraudando a otros”, comienzan entonces a gastarlo en sus propias concupiscencias, las cuales los han llevado a que estén ustedes tan consumidos que literalmente destruyen a la gente en el proceso, los destruyen.
Alguien me contaba el otro día, no sé nada personal acerca de esta mujer Jessica Hon, pero que la tragedia de la destrucción de la vida de esa mujer va más allá de la descripción. Hay muchos otros que son destruidos en diferentes tipos de escándalos por deleites personales; la gente es usada, la gente es abusada y algunas veces matada. Y Santiago termina con la condenación de manera interesante, con una declaración interesante acerca de estas personas pobres que han sido abusadas, y él nos hace resistencia, y él nos hace resistencia. Claro que es difícil ser dogmático acerca de quién es el “él”, pero la mejor manera de tomar al “él”, es el justo, el inocente que fue abusado, el inocente que fue destruido debido a que los ricos impíos buscaron satisfacer sus lujurias; él no los resiste, quizás es un creyente, y en la gracia de la mansedumbre de Cristo no pelea, no se la devuelve, quizás quiere ser como su Señor de quien Pedro dijo a quien le maldecían cuando le maldecían, no respondía con maldición sino que encomendaba la causa al que juzga justamente.
Quizás él quería vivir esas verdades maravillosas del sermón del monte en Mateo 5, se acuerdan ¿no es cierto?, del versículo creo que es el 39: “Cuando alguien los hiera en la mejilla derecha, vuélvale también la otra; y si un hombre los va demandar en la ley, les va quitar su abrigo, dénselo; y todo aquel que los mande a ir una milla, esto es cargar su carga, vaya con él dos; denle al que pide y del que tome prestado de ustedes no lo retengan”. Quizás este es un creyente justo tan maravilloso, la palabra justo aquí significa justo, es una persona justa, no se ve; quizás es tan rico en fe que se encomienda a Dios como Cristo lo hizo, en un sentido eso inclusive lo hace peor. ¿Y por qué la condenación de los ricos? Debido a su acumulación inútil, su robo injusto, su gasto personal, y su adquisición despiadada; satisfaciendo sus lujurias a expensas de la destrucción de cualquier persona, y cualquier persona que se mete en su camino. ¡Qué manera tan terrible de desperdiciar lo que Dios nos ha dado!
Esta semana estaba leyendo también acerca del conde Zinzendorf él fue un alemán que vivió alrededor del 1700 al 1760, él fue clave, por la gracia de Dios, en comenzar una sociedad misionera conocida como los Moravianos, quienes realmente fueron pioneros en la misiones a nivel mundial; él era muy rico, y él dio todo lo que tenía al ministerio para esparcir el evangelio a través de la misión moraviana; la antítesis misma de todo lo que vimos aquí. Cualquier persona que tiene recursos toma una decisión para usarlo para el reino o para desperdiciarlo, y terminar en el juicio de Dios.
Ahora, permítame decirle lo que dije al principio. Esto fue escrito para aquellos que decían ser cristianos, pero no lo eran, como era evidenciado por su amor al dinero. Pero al mismo tiempo, nosotros como creyentes podemos aprender de esto, porque no queremos repetir los pecados de los hipócritas, ¿verdad? Debemos asegurarnos de que usemos lo que tenemos para la extensión del reino, para la Gloria del Señor, y que no amemos al mundo, que no estemos preocupados por ser amigos del mundo, y no debemos hacernos tesoros en este mundo, y no debemos ser amantes del dinero. Al contrario, debemos usar todo recurso que tenemos por causa de la exaltación de Cristo, que así sea especialmente en estos últimos días.
Acompáñeme en oración. Padre, sabemos que estas cosas no son nuevas para nosotros, pero qué recordatorio tan refrescante y necesario son, porque qué fácil es que nosotros caigamos en la trampa materialista terrible de la época en la que vivimos. Señor, tenemos lo mejor de las cosas. Sé que hay ministros fieles, más fieles que yo; pastores de iglesias en países del tercer mundo, quienes tienen un atuendo, y caminan a donde quieran que van y comen porque alguien les da de comer, y están agradecidos y se sienten ricos; y yo sé, Señor, que Tú has bendecido a nuestra sociedad más que a las sociedades del mundo, y de esta manera has colocado nuestros pies mismos una gran responsabilidad.
Ayúdanos a no caer en los pecados de los ricos impíos que serán juzgados. Ayúdanos a no acumular de manera inútil, sino a dar y dar y dar y dar, y después confiar en ti; confiar en que Tú vas a volver a dar, así como toda temporada vuelven a crecer las cosechas. Ayúdanos a vivir por fe. Ayúdanos nunca a defraudar, a retener lo que de manera justa le pertenece a alguien más, y ayúdanos a saber como cristianos que si mi hermano tiene necesidad yo tengo lo que le pertenece a él, y retenerlo es robarle.
Y ayúdanos, Señor, con lo que tenemos porque nos ha dado tanto, casas, y autos y ropa, y gran parte de esto es Tu gracia, y lo aceptamos como tal. Pero Señor, ayúdanos a no usarlo no solo para satisfacer nuestros deseos, sino usar nuestras casas como lugares donde Jesucristo es exaltado, y donde la gente puede encontrar descanso, y provisión, y amor. Y ayúdanos Señor a no estar tan consumidos con nosotros mismos que abusamos y condenamos y usamos a otras personas para alcanzar nuestras propias metas, sino que siempre veamos por el bien de otros.
No nos dejes caer en estos pecados, por los cuales los ricos enfrentan juicio. Y Señor, oramos también porque si hay algunos en nuestra congregación en esta noche que no conocen al Salvador, y quizás su corazón ha sido penetrado por la palabra en esta noche, que busquen el perdón por recursos desperdiciados, no usados en la Gloria de Cristo, y que vengan a los pies del Salvador a recibir ese perdón gratuito que está ahí para todos los pecadores arrepentidos, y sean librados del juicio a la luz, a la esperanza, a la vida eterna, motivados de manera nueva a usar lo que tienen para Tu Gloria. Para ese fin oramos, por la causa de Cristo. Amén.
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