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Esta noche vamos a estar viendo 1 Pedro, en nuestro estudio. Y que gozo es regresar de nuevo a esta carta maravillosa, escrita por el querido apóstol a quien amamos tanto; Pedro. Llegamos a los versículos 10 al 12, conforme él comienza realmente a abrir su corazón en esta epístola maravillosa. Y si fuera a titular estos tres versículos breves, los llamaría: “La grandeza de nuestra salvación”.

Eso me parece ser su tema, la grandeza de nuestra salvación. Comenzando en el versículo 10, Pedro escribe: “Los profetas que profetizaron de la gracia destinada a vosotros, inquirieron y diligentemente indagaron acerca de esta salvación, escudriñando que persona y que tiempo indicaba el espíritu de Cristo que estaba en ellos el cual anunciaba de antemano los sufrimientos de Cristo y las glorias que vendrían tras ellos. A estos se les reveló que no para sí mismos, sino para nosotros administraron las cosas que ahora os son anunciadas por los que os han predicado el evangelio por el Espíritu Santo enviado del cielo, cosas en las cuales anhelan mirar los ángeles.”

Conforme Pedro comienza su carta, la realidad de la salvación está en su corazón. Él la mencionó en el versículo 5, él la mencionó como acabo de señalarlo en el versículo 9, él la vuelve a mencionar en el versículo 10. Él está escribiendo, recuerde, a algunos cristianos perseguidos, esparcidos, rechazados, odiados, menospreciados, a quienes él llama en el versículo 1, “expatriados de la dispersión”. Ellos están viviendo en un mundo hostil, han sido culpados por el incendio de Roma y la persecución está incrementándose en contra de ellos.

Y Pedro, en esta sección de apertura del capítulo 1, realmente está diciendo, “No importa cuán difícil sea, no importa cuán severa sea la persecución, no importa cuán doloroso sea el rechazo, siempre pueden mirar hacia adelante a la salvación de sus almas.” Ahí atrás en el versículo 1 él implicó que podrían ser rechazados por el mundo, pero son escogidos por Dios. Podrían ser maldecidos por el mundo, versículo 3, pero han sido bendecidos por Dios quien debe ser bendecido.

Entonces, no importa cuán difícil sea, él quiere que sus lectores se concentren en la salvación de sus almas. Ese rescate final, completo del pecado, Satanás, la muerte y el infierno que Dios en Su gracia ha escogido darles a ellos mediante la fe en Su Hijo, el Señor Jesucristo. Pedro está celebrando la salvación. Y algunas veces para los cristianos, a lo largo de la historia de la iglesia, no ha habido mucho más que celebrar. Y Pedro les está recordando, no importa que tan mal se ponga, no importa cuán privados estén, siempre tienen la esperanza de su salvación eterna. Y en eso usted puede ser consolado.

Salvación, que palabra. ¿Hay alguna otra palabra en un idioma con tanta esperanza como esa? ¿Hay alguna otra palabra en un idioma tan consoladora como esa, tan llena de certeza y seguridad? No creo. La salvación, la salvación espiritual, el rescate del alma humana del pecado, la muerte y el infierno y Satanás. El tema más grande de la Escritura. Usted sabe lo que la Biblia dice, el hombre es culpable de pecado. Debido a que él es culpable de pecado él se dirige al juicio eterno para pasar la eternidad en el tormento del infierno. Él necesita desesperadamente ser rescatado de eso. Necesita ser salvado, ser librado, y él no puede salvarse a sí mismo.

La Biblia presenta eso de manera muy clara, que, mediante sus propias obras, sus propios actos y sus propios esfuerzos no se puede salvar a sí mismo, él no se puede rescatar a sí mismo, no se puede librar a sí mismo. Pero el mensaje de la Biblia es que mientras que el hombre no se puede salvar a sí mismo del tormento eterno como un castigo por su pecado, Dios puede, y lo salvará. La Biblia nos dice que Dios ama al pecador, Dios muestra Su amor para con nosotros en que siendo aún pecadores Cristo murió por nosotros, Romanos 5:8, Dios no solo ama al pecador, sino que Dios puede rescatar a pecadores.

Salmo 3:8, afirmación maravillosa, “La salvación es de Jehová.” Él tiene el poder de hacer eso. Dios no solo ama al pecador, y Dios no solo puede rescatar al pecador, sino que Dios está dispuesto a rescatar al pecador. Dios, nuestro Salvador, el cual quiere que todos los hombres sean salvos. Además, Dios ha planeado rescatar al pecador. 2 Timoteo 1:9, “Él nos salvó conforme a su propio propósito.” Dios ama al pecador. Dios está dispuesto a rescatar al pecador. Él puede rescatar al pecador. Él ha planeado rescatar al pecador. Y Dios ha hecho que Cristo sea el medio para rescatar al pecador. Pablo dice: “No me avergüenzo del evangelio de Cristo, porque es poder de Dios para salvación.” Cristo es el medio de salvación.

Después Dios también ha ordenado que los predicadores anuncien que Cristo es el medio de salvación. Dios está desarrollando el plan de rescate, Él ama al pecador, Él puede rescatar al pecador, Él está dispuesto a rescatar al pecador, Él ha planeado rescatar al pecador, Él ha hecho que Cristo sea el medio de rescate para el pecador, y Él ha ordenado a predicadores para que anuncien el plan de rescate y llamar a pecadores a sí mismo, llamar a pecadores al arrepentimiento.

Entonces, debemos adorar al Señor, ¿no es cierto? Por lo que Él ha hecho, por la salvación que Él ha provisto, por Su decisión soberana, como se señaló ahí atrás en los versículos 1 y 2. ¡Qué regalo tan glorioso tenemos por parte de Dios en nuestra salvación eterna! Lo triste de esto es que si no tenemos cuidado vamos a perder el sentido de gratitud. Alguien que dijo: “La familiaridad da lugar al menosprecio,” tuvo razón. Y nunca debemos perder ese corazón de gozo por nuestra salvación, pero es fácil hacer eso.

En 1 Crónicas 16:23 hay un buen recordatorio, “Cantad a Jehová, proclamad buenas nuevas de su salvación de día en día.” Eso es sabiduría. Cante al Señor, y proclame las buenas nuevas de Su salvación diariamente. Si no hay otra razón, simplemente para que no lo olvide, para que no se enfríe ante la realidad de la grandeza de su salvación. En el Salmo 96, versículo 2, usted tiene esa misma afirmación repetida, “cantad a Jehová,” y después añade, “bendecid su nombre, proclamad buenas nuevas de su salvación, de día en día.” Un corazón constante de alabanza por nuestra salvación cultivará nuestra memoria.

Pedro quiere llamar a sus lectores y a nosotros a recordar la grandeza de nuestra salvación. Adorar a Dios, agradecerle a Dios por el privilegio de disfrutar de un favor tan grande como para haber sido salvados eternamente. Él ya ha mencionado ahí atrás en los versículos 3 y 4, podría verlo, que tenemos “una esperanza viva por la resurrección de Jesucristo de los muertos, que provee para nosotros una herencia incorruptible, incontaminada, inmarcesible, reservada en los cielos para nosotros.” Y esa debería ser la fuente de gozo más grande en medio de nuestros sufrimientos. No importa que tan mal se ponga, el versículo 8 dice, debemos regocijarnos con gozo inefable y glorioso, porque sabemos que hemos obtenido la salvación de nuestras almas. Este es un buen recordatorio. No importa lo que pase en la vida, nos concentramos en la salvación. Cuándo todo en la vida no va como nos gustaría, regresamos a este punto, la bendición de nuestra salvación eterna. Ese es su tema.

Ahora, en estos tres versículos usted le va a parecer que esto es fascinante, él aborda la grandeza de la salvación o la bendición de la salvación de una manera excepcional. Si me sentara a escribir esta pequeña sección de la grandeza de la salvación, nunca la habría abordado de esta manera. Probablemente habría hablado del hecho de que la salvación es grande debido al gran Dios que la dio. La salvación es grande debido al gran Salvador que la compró. La salvación es grande debido a la gran diferencia, el cambio, la alteración dramática y demás en la vida que produce. Me habría concentrado en el plan de Dios, la obra de Cristo, la transformación de la vida de una persona, y de esta manera hubiera demostrado la grandeza de la salvación, pero el Espíritu Santo no hace eso.

En lugar de ver, y escuche esto porque necesita entender esto de lo contrario va a perder, no va a entender la intención del pasaje. En lugar de ver la grandeza de la salvación a través de los ojos del destinatario, él ve la grandeza de la salvación a través de los ojos de los agentes que la trajeron. Él no ve la grandeza de la salvación desde nuestro punto de vista, sino desde el punto de vista de cuatro personas clave. Una, profetas del Antiguo Testamento que proclamaron el mensaje; dos, el Espíritu Santo que inspiró el mensaje; tres, los apóstoles del Nuevo Testamento que fueron los predicadores del evangelio; y cuatro, los ángeles. Y él demuestra la grandeza de la salvación por como los profetas la vieron, como el Espíritu la vio, como los apóstoles la vieron, y como los ángeles la ven. Que enfoque tan fascinante. No como la vemos, sino como los agentes que trajeron ese mensaje la ven.

Entonces, podemos decir cuatro cosas, la salvación fue el tema del estudio de los profetas, fue el tema de la inspiración del Espíritu, fue el tema del testimonio de los apóstoles, y fue el tema del interés de los ángeles. Esto es tan rico, tan rico. El hecho mismo de que los profetas del Antiguo Testamento estaban tan interesados en esto, que el Espíritu estaba tan interesado en esto, que los apóstoles del Nuevo Testamento estaban tan interesados en esto, que los ángeles estaban tan interesados en esto, habla de su grandeza. Habrían habido muchas cosas en las que los profetas habrían estado interesados, muchas cosas en las que el Espíritu habría estado interesado, muchas cosas en las que los apóstoles y los ángeles en el Nuevo Testamento habrían estado interesados, pero este fue el corazón de su interés. 

Veamos en primer lugar el tema del estudio de los profetas en el versículo 10 y la primera parte del versículo 11. Y ahora recuerde que lo que Pedro quiere hacer es que entendamos cuán grande es nuestra salvación para que sin importar lo que pueda estarse derribando a nuestro alrededor nos aferremos a esa salvación eterna de nuestras almas, la cual sobrepasa tanto en su grandeza todo lo demás. El primer testimonio entonces viene de los profetas, y él comienza en el versículo 10 acerca de esta salvación, la salvación de nuestras almas, que acaba de mencionar. “Los profetas que profetizaron de la gracia destinada a vosotros inquirieron y diligentemente indagaron, escudriñando que persona y que tiempo…” deténgase en ese punto.

Ahora, él está hablando de los profetas aquí, los profetas del Antiguo Testamento. Y él dice, ellos que profetizaron de la gracia destinada, la salvación que estaba por venir. Inquirieron y diligentemente indagaron en esas profecías, tratando de determinar qué persona o tiempo estaba involucrado. Literalmente estudiaron sus propios escritos proféticos, para conocer todo lo que podían de la salvación prometida.

Ahora piénselo, de toda la verdad que pudieron haber estudiado, ¿por qué estaban tan preocupados con esto? Porque este es el tema más grande en el universo, la salvación que Dios ha provisto para pecadores. En este punto en particular en el tiempo y en este pequeño teatro llamado “la tierra,” este es el tema más grande. De toda la verdad que recibieron en su revelación divina, de lo que debían hablar y escribir, esta era su pasión, querían entender la salvación. Esta fue la búsqueda de los profetas del Antiguo Testamento.

Ahora, algo del detalle en cuanto esta salvación, él dice, y no hay artículo aquí en el texto original, simplemente una referencia general; profetas que profetizaron, de Moisés a Malaquías, todos esos profetas del Antiguo Testamento que hablaron para Dios estaban concentrados en la salvación, realmente estaban fascinados por las promesas de la salvación. Dice usted, “Bueno, ¿acaso no fueron destinatarios de la salvación?” Sí, pero, aunque recibieron salvación, escuche esto, la recibieron no habiendo visto de manera completa como se había cumplido.

¿Entiende usted eso? Recibieron el regalo de la salvación sin haber visto jamás, o haber conocido al Salvador Jesucristo. Recibieron el regalo de salvación sin haber visto jamás o haber entendido de manera completa todo lo que estaba involucrado en su vida, su muerte y su resurrección. Recibieron una salvación, en un sentido, sin el beneficio completo de ver como se cumplió esa salvación. Pero había más en eso que solo eso, debido a que, en sus profecías, la promesa de Dios fue que esta salvación que estaba por venir, era una salvación que iría más allá de Israel a todas las naciones de la tierra. Ese era el misterio de la salvación. Esa era la naturaleza única de la salvación.

Entonces, sabían que Dios había revelado un gran plan de redención futuro, no solo para Israel sino para el mundo, y que esa redención y liberación sería traída por el Mesías prometido, el Sacerdote, Rey que estaba por venir, sabían que era futura la gracia que vendría, y querían entenderla mejor. Estaban fascinados por ella. Observe esa pequeña frase, “la gracia destinada”. El tema de su estudio intenso fue la gracia. Esa palabra ‘gracia’ es una palabra más grande que la salvación, la salvación habla del acto de salvar, la gracia habla del motivo, e incluye todo el motivo de Dios detrás de Su obra salvadora.

Entonces, la gracia realmente incluye la salvación, pero es un término más grande. Estaban fascinados por estudiar la gracia de Dios, la bendición inmerecida de Dios, el favor inmerecido de Dios, la bondad perdonadora hacia pecadores. Estaban fascinados por saber que Dios había prometido una salvación por gracia que incluiría al mundo. Ahora, permítanme apresurarme a añadir amados, no deben pensar que debido a que dice: “profetizaron de la gracia destinada,” que no hubo gracia en el Antiguo Testamento. Ese es un error terrible que cometer, y muchas personas cometen ese error. Asumiendo que el Antiguo Testamento era todo ley y nada gracia, eso no es verdad.

Dios, escuche esto, Dios por naturaleza es un Dios de gracia. ¿No es verdad? Dios por naturaleza es un Dios de gracia. Él mismo Dios que muestra gracia en nuestra época fue el Dios de gracia en esa época porque eso es lo que Él es. Dios no está en el proceso a pesar de lo que la teología de proceso nos dice. Dios siempre ha sido incambiable, igual y siempre lleno de gracia de manera incambiable. Él mostró gracia en la economía del Antiguo Testamento, Él es un Dios de gracia en la economía del Nuevo Testamento. Dios es un Dios de gracia y punto. Y mientas que ha habido Dios, y es eterno, y mientras que haya Dios, y eso es eterno, Él es el Dios de gracia.

Ahí atrás en Génesis, primer libro de la Biblia, José levantó sus ojos, vio a su hermano Benjamín, el hijo de su madre, y dijo: “¿Es éste tu hermano más joven de quien me hablaste?” Él dijo: “Que Dios te muestre gracia, hijo mío.” Los patriarcas estaban plenamente conscientes de la gracia de Dios. Ellos sabían eso, ellos conocían eso. En Éxodo 22:27, atrás en el versículo 26, comenzamos, “Si llegas a tomar,” esto es Dios dándole la ley, “si tomas la túnica de tu prójimo como una garantía debes devolvérsela antes de que se ponga el sol, esa es su única protección, es su túnica para su cuerpo, ¿en qué más dormirá? Y sucederá que cuando él clame a mí lo oiré” Dios dice, “porque yo soy, misericordioso,” de gracia.

Dios siempre ha sido un Dios de gracia. En Éxodo 33, recuerda, Moisés estaba teniendo una visión de Dios, y en el 33:19 leemos, Dios dijo: “Yo haré pasar toda mi bondad delante de ti, y proclamaré el nombre de Jehová delante de ti, y tendré misericordia” o gracia, “de quien tenga misericordia, y mostraré compasión a quien yo tenga compasión.” Esas son unas cuantas muestras sacadas de los dos primeros libros del Antiguo Testamento. Dios siempre ha mostrado gracia. Los Salmos están repletos de afirmaciones acerca de la gracia de Dios. Los profetas sabían que Dios era un Dios de gracia. El hecho mismo de que Él no los consumió en su pecado fue una indicación de Su gracia.

Jonás, por ejemplo, el profeta Jonás, capítulo 4, oró al Señor: “Por favor Jehová, ¿no era esto lo que dije mientras yo estaba en mi propio país, por lo tanto, para detener esto hui a Tarsis porque sabía que tú eres un Dios de gracia y de compasión?” ¿Sabe usted porque Jonás huyó de Dios? Él tenía miedo de predicarle a los ninivitas. ¿Sabe usted por qué? Porque él pensó que Dios los salvaría. Y él no podía soportar la idea de que los gentiles fueran salvos. Era repulsivo. Entonces él huyó porque él sabía que Dios era un Dios de gracia. Nunca hubo duda alguna en el Antiguo Testamento, si Dios era o no un Dios de gracia. Siempre ha sido quien es Él.

Pero, había una gracia que sobrepasaba todo, que estaba por venir, había una gracia mayor que estaba por venir, de lo que ellos jamás habían visto en Nínive o en Israel. Había una gracia que iba mucho más allá de cualquier cosa que ellos habían asumido. Por ejemplo, Isaías el profeta profetizó de esto en el capítulo 45, versículo 20, escuche lo que Isaías dice del Señor: “Congregaos y venid; reuníos fugitivos de las naciones. No tienen conocimiento que llevan su ídolo de madera y le oran a un dios que no puede salvar. Declarar y presentad su caso, de hecho, consulten, ¿quién ha anunciado esto desde la antigüedad? ¿Quién lo ha declarado desde hace mucho tiempo? No soy yo Jehová, y no hay otro dios fuera de mí, un Dios justo y un Salvador.”

Aquí está Isaías diciendo que Dios está anunciando que Él es un Salvador a todas las naciones. “No hay ninguno fuera de mí. Volveos a mí y sed salvos todos los fines de la tierra, porque yo soy Dios y no hay otro. Yo he jurado por mí mismo, la palabra ha salido de mi boca en justicia y no se volverá. Que ante mí toda rodilla se doblará y toda lengua jurará lealtad. Dirán de mí, solo en Jehová hay justicia y fortaleza, los hombres vendrán a Él.” Absolutamente increíble. Isaías está prediciendo que toda nación doblará la rodilla a Dios, que entrarán a una salvación, una salvación de gracia. No habían visto aun eso cumplido, sabían que estaba ligada al Mesías.

En Isaías 55, vea los primeros siete versículos, escuche lo que Isaías dice: “He aquí, a todo aquel que tiene sed, venid a las aguas.” Esa es una invitación gratuita a toda persona, a toda nación. “Y los que no tenés dinero, comprad y comed, venid comprad vino y leche sin dinero, sin costo. ¿Por qué gastan dinero para lo que no es pan?” ¿Por qué siguen a dioses falsos? él les está diciendo. “Y su sueldo para lo que no satisface. Escúchenme con atención y coman de lo que es bueno y deléitense en abundancia, inclinen su oído y vengan a mí. Escuchen para que puedan vivir y haré un pacto eterno con vosotros conforme las misericordias fieles mostradas a David. He aquí lo he hecho un testigo a los pueblos, las naciones, un líder y un comandante para los pueblos. He aquí todos a una nación que no conocen, y una nación que no los conoce se volverá a ustedes porque he aquí, porque todos serán una nación que no conocen, y una nación que no conoce no se volverá a ustedes debido a Jehová vuestro Dios, incluso el Santo de Israel.” Dios dice, todo mundo puede venir, y después él dice que las naciones van a venir y gente que no era su pueblo se va a volver su pueblo; gentiles, gentiles.

Entonces, eso es lo que usted necesita entender, los profetas estaban escribiendo de una salvación de gracia por venir que era mucho más grande que cualquier cosa que ellos habían experimentado. Estaban escribiendo acerca del Mesías que traería una salvación que tocaría al mundo. Sus profecías tuvieron varios hechos básicos, únicamente puedo tocarlas de manera ligera debido al tiempo. Pero cuando ellos profetizaron acerca del Mesías y la gracia de salvación, profetizaron en primer lugar que el Mesías sufriría; el Salmo 22 detalla su crucifixión, Isaías 53 detalla Su sufrimiento. En segundo lugar, profetizaron que el Mesías triunfaría. Los Salmos que dicen que Dios no dejará a Su Santo ver corrupción; Salmo 2, que Él establecería Su Rey en Su monte santo, y Él gobernaría con vara de hierro y un cetro. Isaías 9 dijo, que el gobierno estaría sobre sus hombros, sería el Dios fuerte.

Entonces, los profetas profetizaron a un Mesías que sufriría y un Mesías que triunfaría. En tercer lugar, profetizaron a un Mesías que salvaría. Un Mesías que salvaría, que curaría a los quebrantados de corazón, que traería salvación hasta los fines de la tierra. Esa es la razón por la que Jesús cuando Él fue a la sinagoga, en Nazaret, y se le dio el libro de la ley del Antiguo Testamento, lo abrió y leyó de Isaías capítulo 61, estas palabras: “El Espíritu del Señor está sobre mí, porque Él me ha ungido para predicar el evangelio a los pobres, me ha enviado a proclamar liberación, o libertad a los cautivos, vista a los ciegos, a liberar a aquellos que están afligidos, a proclamar el año favorable del Señor.” Esa es una profecía mesiánica del Salvador venidero que salvaría. Y después Él cerró el libro y dijo: “Hoy la Escritura es cumplida en vuestros oídos.”

Entonces los profetas del Antiguo Testamento dijeron: “Él sufrirá, Él triunfará, Él salvará.” Quizás una buena ilustración del contenido del mensaje de los profetas del Antiguo Testamento, mejor que cualquiera, es dada en Romanos por Pablo, conforme Pablo cita algunos de estos profetas. Vea Romanos 9, simplemente vamos a tocarlo de manera muy breve, Romanos 9, versículo 25, esto es tan bueno, tan rico. Y aquí Pablo está, claro, presentando un argumento para la salvación. Es parte de su explicación amplia de la salvación. Y aquí él habla del hecho de que los profetas del Antiguo Testamento vieron salvación gentil. El versículo 24 menciona que un pueblo sería llamado dentro de los gentiles, y después dice: “Cómo también dice en Oseas, el profeta del Antiguo Testamento, llamaré a aquellos que no son mi pueblo, pueblo mío, y la que no era amada, amada. Y será que en el lugar en dónde fue dicho a ellos, no son mi pueblo, ahí serán llamados hijos del Dios viviente.”

¿No es eso maravilloso? Ahí está Oseas el profeta prediciendo una gracia que vendría, una salvación que incluiría a los gentiles. Vaya al capítulo 9, versículo 33, dice: “Pongo en Sion piedra de tropiezo y roca de ofensa, y el que cree en él no será decepcionado.” Y de nuevo, el elemento de declaración no es una nación, no Israel, sino cualquier persona que cree. Después en el capítulo 10, y puede ver si es tan amable, en el versículo 11, y él aquí cita de Isaías 28:16, “Todo aquel que cree en él, no será decepcionado.”

La misma afirmación como al final del capítulo 9. Una salvación universal para cualquier persona que cree. Observe el capítulo 10. El versículo 13 es citado de Joel capítulo 2: “Todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.” Y después ahí en el versículo 20, y el versículo 20 está citando de Isaías 65, “Fui hallado por aquellos que no me buscaron. Me manifesté a aquellos que no preguntaron por mí.” Y eso es salvación de gentiles por otro lado, traté todo el día de alcanzar a mi pueblo, y fueron desobedientes y obstinados.

Vaya al capítulo 15, para un pensamiento final y aquí de nuevo Pablo está hablando de la gracia de Dios en la salvación a los gentiles y él cita una vez más en el versículo 9 del Antiguo Testamento. Y dice, “Para que los gentiles glorifiquen a Dios por su misericordia, cómo está escrito, y él cita del Salmo 18:49, “Por lo tanto te alabaré entre los gentiles, y cantaré a tu nombre.” Y después el versículo 10 de nuevo él dice, “Regocijaos oh gentiles, con su pueblo.” Eso es tomado del Pentateuco, Deuteronomio 32, Moisés el profeta dijo eso. Después versículo 12, el versículo 12 sale de Isaías, “Vendrá la raíz de Isaí, y el que se levanta para gobernar entre los gentiles, y en él esperarán los gentiles.”

Entonces, usted entiende el panorama, salvación de gentiles. Ahí en el versículo 21, “Los que no tenían noticia de él, verán, y los que no han oído, entenderán.” Tomado de nuevo de Isaías 52. Ahora, observe lo que Pablo está haciendo, todas esas profecías, sea Moisés, o Joel, Oseas, o Isaías, todos estaban prediciendo una gracia que vendría que sobrepasaba cualquier cosa que ellos habían experimentado. El Mesías vendría y no salvaría únicamente al judío, sino a las naciones.

Entonces, Pablo en Romanos, conforme él escribe acerca de la salvación que está por venir en Cristo, regresa y escoge profecías selectas y dice: “Eso ahora es cumplido. En Cristo está la gracia de la que los profetas escribieron.” Pero aquí está el punto, cuando ellos escribieron de ella, no tenían Romanos, cuando ellos escribieron de ella, Cristo no había nacido, ni había muerto, ni había resucitado. Cuando ellos escribieron de ella, la iglesia no había nacido, entonces no había un cuerpo judío y gentil con el muro del medio derribado. No había una gracia única que sobrepasaba todo, que se había extendido por todo el mundo. Pero fue tan profundo su deseo por entender esa profecía maravillosa, que él dice de regreso en el versículo 10, “los profetas inquirieron y diligentemente indagaron,” estudiaron sus propios escritos, estudiaron sus propios escritos. Sabían que estaban profetizando de la gracia que vendría a vosotros.

Esas pequeñas palabras, “a vosotros,” muy importante, sabían que estaban escribiendo acerca de una generación futura. No a ellos, sino a alguien en el futuro. Y fue tan fascinante para ellos estudiar acerca del Mesías y acerca de Su sufrimiento, y acerca de Su triunfo, y acerca de Su salvación, y acerca del mundo viniendo a Dios, que inquirieron y diligentemente indagaron. Esas dos palabras no creo que podemos dividir su significado y decir que cada una significa algo distinto, realmente significan lo mismo. Simplemente están enriqueciendo la idea al incluir dos palabras. Diligentemente estudiaron sus propios escritos, escarbaron en sus propios escritos y los escritos de los otros profetas para entender mejor la salvación.

Ahora, ¿qué estoy diciendo aquí? ¿qué está diciendo Pedro? Escuche, esto es lo que él está diciendo: “La salvación fue una realidad tan maravillosa que incluso los profetas del Antiguo Testamento pasaron tiempo tratando de entender sus maravillas.” Así de grande es. Así de maravillosa es. De todas las cosas que pudieron haber investigado, esto es lo que escogieron investigar. El corazón de Pedro es revelado aquí, ve la grandeza de la salvación, simplemente observe como los profetas querían entenderla, los hombres piadosos de la era del Antiguo Testamento, los siervos escogidos por Dios que escribieron la Escritura, estaban enamorados del concepto de la salvación, la realidad de la historia de la salvación en Cristo consumía sus corazones.

Inquirieron, esa es una palabra muy intensa, ekeo, una preposición siempre intensifica el verbo. La buscaron diligentemente, diligentemente indagaron, otro término compuesto, exaronao, escudriñad diligentemente, de manera intensa, porque no entendían de manera plena. No podían entender. ¿Cómo podían entender? Cristo no había venido, no había vivido, no había enseñado, no había muerto, no había resucitado. Los profetas no entendieron, no entendieron muchas cosas.

En Isaías 6, versículo 11, Isaías dice: “Entonces dije, ¿hasta cuándo Señor?” Y en un sentido él está admitiendo, me gustaría que pudiera entender esto. Habacuc, en el capítulo 1 dice, “Señor, ¿hasta cuándo vas a permitir que éste abuso de tu pueblo siga?” Hubieron muchas cosas que no entendieron, muchas cosas que pudieron haber estudiado, debieron haber muchas cosas que les interesaban de manera tremenda. Daniel 7:15, “En cuanto a mí, Daniel, mi espíritu estaba afligido dentro de mí, y las visiones en mi mente me estaban alarmando. Y entonces me acerqué a uno de los que estaban cerca, un ángel, y le pregunté el significado exacto de todo esto.” Él no lo entendió, el ángel le explicó algo de esto para él.

Entonces, como puede ver, esos profetas tenían un dilema interesante. Estaban viviendo tan lejos del otro lado de la cruz y de la obra de Cristo, que no había manera en la que pudieran entenderlo todo. No había manera en la que pudieran absorberlo todo, no habían manera en la que pudieran verlo claramente. Escuche Mateo 13:17, las palabras de Jesús, “Porque de cierto os digo,” Él le dijo esto a sus discípulos, que muchos profetas y justos desearon ver lo que ven y no lo vieron, y oír lo que oís y no lo oyeron,” estaban limitados, estaban limitados.

Y entonces estudiaron sus propios escritos, ¿y qué estudiaron? El Mesías y la salvación que Él traería. No era únicamente investigación de eruditos, era una motivación que los consumía apasionada por entender la grandeza de la salvación. Comentario al margen, algunos han sugerido en este pasaje que esto refleja una actitud de los profetas antes de que habían recibido alguna profecía. Algunos han sugerido que querían entender tanto que Dios les dio las profecías acerca del Mesías, y que lo que usted tiene aquí es que están inquiriendo y diligentemente indagando acerca de verdad que todavía no había sido revelada. Y entonces, buscaron entender antes de que recibieron la Palabra de Dios, entonces Dios les dio la Palabra para que pudieran entender.

No creo que eso refleje en absoluto el texto, esa postura, es mucho más fiel al texto entender que debieron haber tenido primero algo de revelación, de lo contrario, ¿qué habrían estudiado? ¿qué habrían inquirido? ¿en dónde habrían indagado diligentemente? Y la verdad de esto, es que, si no hubieran tenido revelación alguna acerca de una gracia futura que vendría en el Mesías, no habrían tenido ninguna pregunta que hacer porque usted no hace preguntas acerca de algo que usted no sabe que existe. No.

Además, Dios no da revelación a personas que le ruegan, Él escoge a Sus profetas y Él no les dio revelación simplemente porque eran curiosos, he tenido mucha curiosidad por muchas cosas, y todavía no he recibido una revelación. Así no funciona. Y, además, debido a que el versículo 11 dice exactamente en qué estaban interesados, y no fue la doctrina de la salvación, no fue la doctrina del Mesías, no fue si el Mesías sufriría y triunfaría y salvaría, lo que ellos querían saber qué persona era el Mesías, y en qué momento vendría. Muy específico. Tenían suficiente revelación para que su interés fuera despertado, no estaban esperando que viniera una profecía, estaban buscando entender la profecía que ya había venido. ¿Y qué querían saber? versículo 11, “Escudriñando,” erauna, literalmente traducido ‘buscando’, buscando para conocer, buscando entender que persona y que tiempo, quien y cuando.

Ahora eso es comprensible, ¿no es cierto? Si usted fuera un profeta del Antiguo Testamento y tuviera esta información increíble, usted se estaría preguntando: ¿quién es este Mesías? ¿quién será? ¿quién será? Hay algunos judíos que todavía se preguntan eso, ¿quién será y cuándo vendrá? Y, ¿cuándo vendrá? ¿quién es el Mesías? Y ¿cuándo viene? ¿qué persona traerá esta salvación? ¿Quién será el Salvador, Juez, Rey, Profeta, Sacerdote? ¿Quién será el Mesías? Y ¿qué kairos? ¿qué temporada, que época, qué era? ¿Quién fue el último profeta del Antiguo Testamento? ¿Quién fue el último profeta del Antiguo Testamento? Juan el Bautista. Permítame explicarle algo, observe Mateo 11.

Juan el Bautista es una ilustración clásica de ésta actitud entre los profetas. ¿Sabe usted lo que más quería Juan, lo que él más quería saber de todo? ¿Quién es el Mesías? Él estaba en la línea de los profetas. Todos querían saber eso. Él no era diferente. “Sucedió,” versículo 1 de Mateo 11, “que Jesús acabó de dar instrucción a los doce, partió de ahí a enseñar y predicar en las ciudades. Y cuando Juan estaba encarcelado y oyó las obras de Cristo, él envió palabra por sus discípulos. Los discípulos de Juan el Bautista vinieron a Jesús y dijeron esto: ¿Eres tú el que esperamos? Esa siempre fue la pregunta que los profetas se estaban haciendo. ¿Quién? ¿O buscaremos a alguien más? ¿Eres tú Él, y es este el momento? ¿O es alguien más en otro momento? Eso es lo que él quería saber.

Como puede ver los discípulos de Juan estaban conscientes del ministerio de Jesús, según el capítulo 9, versículo 14, y le habían reportado a Juan lo que Jesús estaba haciendo, según Lucas 7 versículos 11 al 18, y Juan ahora tiene curiosidad, él quiere saber. Él quiere saber lo que todos los profetas querían saber, ¿quién y cuándo? ¿es éste el tiempo? ¿y es este el hombre? ¿eres Tú el que has de venir? ¿eres Tú el que esperamos?

Por cierto, uno de los títulos más comunes para el Mesías, el Esperado, El que está por venir, porque todos estaban esperando y buscando, o debemos buscar a otro. En respuesta, Jesús les dio sus credenciales, Él dijo: “Vayan y díganle esto a Juan. Díganle que los ciegos reciben su vista, los cojos caminan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos son resucitados, y a los pobres se les predica el evangelio. Díganle eso. Dice usted, ¿Por qué quieres decirles eso? Porque todo eso cumple la profecía del Antiguo Testamento acerca del Mesías. Y si le dices eso, él sabrá, él sabrá.

Entonces, los profetas del Antiguo Testamento, incluyendo a Juan estaban viendo sus propios escritos, sus propias profecías para asegurarse. Y no olvide esto, Juan ya había dicho acerca de Jesús, “He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo,” Y aunque Dios lo inspiró para decir eso, él todavía se preguntaba lo que eso significaba. Todavía estaba investigando su propia profecía, y quería asegurarse de que, si era de hecho el tiempo, y si era ésta la persona.

Y el punto de Pedro es cuán grande es la salvación si es el estudio que preocupa a todos los profetas. Si están tan preocupados por esto, tan emocionados por esto, tan deseosos por entrar en las profundidades de sus verdades y entenderlo de manera plena. Y entonces, cuán precioso debe ser para nosotros, ¿verdad? ¿Se da usted cuenta de que generación tras generación, y siglo tras siglo esos hombres piadosos buscaron saber lo que usted y yo damos por sentado? ¿Entiende usted eso? Y algunas veces somos apáticos. Fue el tema del estudio de los profetas, así de preciado es.

Segundo punto, y los siguientes dos puntos son más cortos que el primero, así que descanse. El segundo es que la gran salvación de la que Pedro escribe, es el tema de la inspiración del Espíritu Santo. No solo los profetas estuvieron comprometidos con esto, sino también el Espíritu Santo. Y Pedro nos da una verdad crucial del hecho de que toda la revelación fue revelada divinamente por el Espíritu Santo, y la grandeza de nuestra salvación es vista en el hecho de que fue el tema de la revelación del Espíritu Santo. 

Escuche, todo lo que los profetas recibieron, lo recibieron ¿de quién? del Espíritu Santo. Todo lo que los escritores del Nuevo Testamento recibieron lo recibieron del Espíritu Santo. Todo lo que leemos, leemos lo que el Espíritu dijo. De regreso al versículo 11, “Escudriñando que persona y que tiempo,” aquí está la clave, “indicaba el Espíritu de Cristo que estaba en ellos, el cuál anunciaba de antemano los sufrimientos de Cristo y las glorias que vendrían tras ellos.” Pedro nos presenta entonces la idea de que estos profetas realmente querían entender la persona y el tiempo que el Espíritu de Cristo dentro de ellos estaba indicando, conforme él predijo a través de ellos los sufrimientos de Cristo y las glorias que vendrían después.

Ahora, las profecías que escribieron tenían esos dos elementos, los sufrimientos de Cristo y la gloria venidera. Usted va al Antiguo Testamento y lea el Salmo 22, habla del sufrimiento de Cristo. Lea el Salmo 69:1-21 trata del sufrimiento de Cristo. Lea Isaías 52:13 al 53:10 o por ahí, todo es de los sufrimientos de Cristo. Vea Daniel 9:24-26 los sufrimientos de Cristo, el Mesías será cortado. Lea Zacarías 12:10, Él será traspasado, Zacarías 11:7, más de los sufrimientos de Cristo. Escribieron de los sufrimientos de Cristo bajo la inspiración del Espíritu Santo, no habrían sabido eso fuera del Espíritu Santo, ¿verdad? No podían leer el futuro, no podían ni siquiera entender lo que escribieron, mucho menos tratar de escribir algo por sí mismos.

Y después él dice que escribieron de las glorias que vendrían tras ellos, ¿qué significa eso? La resurrección de Cristo, la ascensión de Cristo, el que Cristo estuviera en el trono. Escribieron acerca del niño que se volvería Rey, y el gobierno que estaría sobre sus hombros; Isaías 9. Escribieron en Daniel 2 acerca del que sería el Rey definitivo, y Daniel 7, y Zacarías 2, Y Zacarías 14, los profetas escribieron de la gloria, y escribieron del sufrimiento, pero todo fue inspirado por el Espíritu Santo. Por cierto, los sufrimientos de Cristo y las glorias de Cristo, son los temas principales de la profecía del Antiguo Testamento. Apocalipsis 19:10 dice, “el testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía.”

Entonces toda la profecía realmente está dirigida a dar testimonio de Cristo. Y al dar testimonio de Cristo está concentrado primordialmente en Su sufrimiento y Su gloria, lo cual le permitió volverse el Salvador. En Lucas 24, Jesús dijo en el camino a Emaús, a esos discípulos, “Oh insensatos y tardos de corazón en creer todo lo que los profetas han dicho.” ¿Y qué dijeron los profetas? No era necesario que el Cristo sufriera estas cosas y entrara a Su gloria. Sufrimiento, gloria, sufrimiento, gloria, siempre el tema, siempre el tema. Ese tema fue el tema del estudio de los profetas, porque fue el tema de la inspiración del Espíritu.

Entonces dice, el Espíritu de Cristo, por cierto, eso muestra que Cristo pre-existió antes de su encarnación en una forma de espíritu. Observe la pequeña frase, en ellos, o dentro de ellos, el Espíritu estableció residencia dentro de los escritores del Antiguo Testamento. Esa es la razón por la que 2 Pedro 1:21 dice, “Ninguna profecía jamás fue traída por voluntad humana,” escuche esto, “sino que hombres movidos por el Espíritu Santo hablaron de Dios.” La palabra ‘movidos’ llevados por el Espíritu Santo, 2 Pedro 1:21, uno de los versículos más importantes en el Nuevo Testamento.

El Espíritu residente en ellos los inspiró a escribir acerca de la salvación gloriosa que estaba por venir. La palabra ‘indicando,’ ¿la ve usted ahí? el Espíritu de Cristo estaba indicando en ellos, o algunas biblias podrían decir, ‘dando testimonio’ ‘promartumenos’ significa dar testimonio de antemano, dar testimonio por adelantado, entonces aquí estaba el Espíritu inspirándolos, dando testimonio de una salvación futura, de tal manera que lo que escribieron como 2 Timoteo 3:16 lo expresa fue, ‘respirado por Dios,’ ‘respirado por Dios’. El versículo 12, por cierto, observe, también afirma esto. Ahí hacia el final del versículo dice que los apóstoles del Nuevo Testamento predicaron el evangelio a vosotros por el Espíritu Santo enviado desde el cielo.

Entonces el Espíritu Santo inspiró no solo a los escritores del Antiguo Testamento, sino a los apóstoles del Nuevo Testamento también. Entonces, tanto Antiguo como Nuevo Testamento son el aliento del Espíritu de Dios, origen divino. Entonces el Espíritu Santo reveló esta gran salvación a esa generación. El versículo 12 dice, “a estos se les reveló,” “a estos se les reveló,” esto es a los profetas del Antiguo Testamento, siga esto, “que no para sí mismos,” que este mensaje entero no era para su generación; no para su tiempo. Eso es tan importante.

¿Puedo tan solo retomar un momento y recordarle un versículo que probablemente usted nunca ha leído o no ha pensado en él? Usted pudo haberlo leído, pero no haber pensado en él, Números 24:17, escuche, simplemente escúchelo, “lo veo, pero no ahora, lo veo, pero no cerca, una estrella saldrá de Jacob, y un cetro se levantará de Israel.” Pero no ahora, y no cerca, ahí atrás en el Pentateuco, ya el Espíritu de Dios comenzando a dar testimonio acerca del Mesías venidero. No estaban hablando de su época y su tiempo.

En Hebreos 12 se nos da más información, Hebreos 11:13 dice, “Todos estos murieron en fe,” todos los patriarcas, “sin recibir las promesas, pero habiéndolas visto y habiéndolas recibido,” en término de darle la bienvenida “a distancia”. Es correcto. Sólo podían verlas a distancia, y después al final de ese capítulo 11, esos dos versículos finales maravillosos, 39 y 40, “Y todos estos,” todos estos héroes del Antiguo Testamento que han sido nombrados en este capítulo, “habiendo adquirido aprobación mediante su fe,” escuche, “no recibieron lo que fue prometido.” No lo recibieron, no era para su época. “Porque Dios había provisto algo mejor para vosotros, para que, de manera independiente de nosotros, no fueran hechos perfectos.” No fue para su tiempo, fue para nosotros.

Ahora el punto aquí no es que las profecías no tenían valor, tenían valor inmenso, pero solo que el cumplimiento de las profecías no era para esa generación, sino para una generación futura, que vendría. Y en últimas vendría un tiempo y una generación en la que la salvación sería llevada a cabo y los gentiles estarían involucrados en bendición de pacto gracias a la obra del Mesías.

Entonces los profetas vieron al Mesías, vieron la gracia que estaba por venir, vieron la salvación, pero no sabían quién, y no sabían cuándo, pero les fue revelada, no fue en su generación. Y Pedro nos dice que todo esto fue testimonio del Espíritu Santo. Cuán grande es la salvación, que no solo es el tema del estudio de los profetas, sino también el tema de la inspiración del Espíritu.

Tercer punto. Uno breve. Es el tema de la proclamación de los apóstoles. El versículo 12, de nuevo dice: “Administraban las cosas que ahora os son anunciadas por los que os han predicado el evangelio por el Espíritu Santo enviado del cielo.” Y esa afirmación simplemente incluye a los apóstoles del Nuevo Testamento. “Estas cosas,” esto es la gracia de salvación que está por venir, el sufrimiento y la gloria del Mesías, todo lo que el Espíritu inspiró a los escritores del Antiguo Testamento a escribir, ahora les ha sido anunciado a vosotros mediante aquellos que les predican el evangelio a ustedes. Esos son los predicadores del Nuevo Testamento.

“Estas cosas,” se refiere directamente al quien y al cuándo. En estas cosas, el quien, qué persona y el cuándo, que momento, son predicadas a vosotros. ¿Y no es eso lo que los predicadores del Nuevo Testamento hicieron? ¿No vinieron y dijeron el Mesías es Jesucristo y el tiempo, es que, ahora? ¿Acaso Pablo no dice, he aquí ahora es el tiempo aceptable, hoy es el que, el día de salvación? Ha venido, está aquí, está aquí. Las cosas, quien y cuando, los detalles de las profecías del Antiguo Testamento de Cristo son cumplidas, les han sido anunciadas mediante aquellos que predican el evangelio. ¿Quiénes son? Lucas, Pablo, Bernabé, Felipe, Juan, los apóstoles. Lo predicaron. De hecho, Pablo dijo, “He determinado no saber nada entre vosotros, más que a Cristo, y este,” ¿qué? “crucificado”.

Y ¿por qué predicó solo eso? Solo Cristo y Cristo crucificado y la salvación en Cristo, ¿por qué estaba él listo a predicar el evangelio en todo momento? ¿por qué no se avergonzaba del evangelio de Cristo? ¿Por qué? Porque fue la predicación de la cruz que para los que se pierden se es locura, pero para nosotros que creemos es vida eterna. Ese fue su mensaje. La predicación apostólica de la cruz fue el mensaje. Pablo dice en 1 Corintios 2, “No vine a vosotros con sabiduría humana, no vine a vosotros con filosofía, vine a vosotros con la cruz determinando no saber nada sino a Cristo, y este crucificado.”

Entonces, eso fue lo que ocupó el estudio constante de los profetas, aquello que ocupó la inspiración constante del Espíritu, también se volvió el tema constante de los predicadores del Nuevo Testamento. ¿Y cuán devotos estaban a ello? Escuchen amados, murieron por ello. ¿No es cierto? Murieron por ello, dieron su vida por esto. Así de grande es la salvación, el tema del estudio de los profetas, el tema de la inspiración del Espíritu, el tema del testimonio apostólico.

Y finalmente, el tema del interés de los ángeles. Me encanta esto. Él simplemente incluye esto en el versículo 12, “…cosas en las cuales anhelan mirar los ángeles.” ¿Alguna vez ha querido ser un ángel? Cuando yo era un pequeño solía pensar, “Hombre, ¿no sería increíble ser un ángel, simplemente volar, usted sabe, y ser bueno todo el tiempo? Ser un ángel, aparecérsele a la gente, hacer buenas cosas, estar en la presencia de Dios. O ¿alguna vez se ha preguntado cómo sería ser un ángel? O ¿alguna vez se ha preguntado cómo sería ser un ángel, alguna vez se ha preguntado cómo sería ver lo que los ángeles ven en esa dimensión que no podemos percibir, la dimensión espiritual que no es visible para nosotros?

¿Alguna vez se ha preguntado cómo es para los ángeles luchan con los demonios en esa esfera que es un misterio para nosotros? Es un mundo invisible que simplemente es tan real como el nuestro, que no se puede ver por el ojo físico. ¿Alguna vez se ha preguntado cómo sería ser parte de ese mundo angélico y experimentar esa santidad eterna que los ángeles santos tienen? Tengo noticias para usted, los ángeles están diciendo lo mismo. Me pregunto cómo es ser salvo. Me pregunto cómo es recibir gracia. Me pregunto cómo es el ser perdonado. Fascinante.

De regreso al versículo 12 al final, “cosas,” ¿qué quiere decir cosas? Asuntos de la salvación, “que los ángeles anhelan mirar.” Esas dos palabras, “anhelan mirar,” están cargadas de significado. ¿Sabe usted lo que la palabra “anhelan” es? Escuche esta, epitumeo, ¿Sabe usted lo que esa palabra significa? Tener un deseo fuerte, en un sentido negativo. Está describiendo un deseo fuerte, un impulso abrumador. Esto no es místico, los ángeles no están diciendo, “Oh, por cierto, sería interesante ver cómo es la salvación.” Ésta es una pasión para ellos, éste es un impulso fuerte. El término, en la forma epithumousin aquí, el término básicamente significa un impulso que no está satisfecho, un deseo que no está satisfecho. Y los ángeles tienen este deseo no satisfecho, por ver las cosas de la salvación.

Ver, mirar, palabra maravillosa. ¿Sabe usted lo que literalmente significa? Estirar su cabeza o agacharse. Es usada para describir lo que Pedro y Juan hicieron en la tumba. ¿Se acuerda cuándo corrieron y se agacharon y vieron adentro? Mismo verbo, los ángeles quieren agacharse, estar aquí abajo y ver esto. Tienen una pasión que los motiva por entenderlo. ¿Por qué? Porque nunca lo experimentarán. Los ángeles santos nunca necesitan ser salvos; los ángeles caídos no pueden ser salvos. Los ángeles santos se están agachando para ver la realidad de la salvación en el mundo humano, y podría añadirle que quizás también hay algunos ángeles caídos que están queriendo ver la salvación con la esperanza de que puedan recibirla, pero nunca la recibirán. Nunca la recibirán.

Los ángeles han estado involucrados, los ángeles santos han estado involucrados en la salvación. Los ángeles santos anunciaron el nacimiento de Cristo, los ángeles santos ministraron a Él en Su tentación, le sirvieron ahí en la resurrección, asistieron en Su ascensión, ahora están haciendo lo que Él manda a favor de los santos. Los ángeles caídos estaban ahí, estaban atacándolo en Su tentación, estaban sitiándolo en Su vida, estaban tratando de matarlo y mantenerlo muerto en la cruz, estaban tratando de mantenerlo en la tumba, han atacado Su obra y a Su iglesia. Los ángeles y caídos han estado cerca de la obra de salvación y ninguno de ellos jamás la experimentará.

Los ángeles santos no la necesitan, los ángeles caídos no la pueden tener, pero tienen un deseo poderoso por ver en mayor profundidad la salvación inmensa, milagrosa, de gracia, que nunca experimentarán. Creo que los ángeles santos son los que más se tiene en mente aquí, simplemente ofrezco esa otra opción como un pensamiento posible. Y creo que los ángeles santos quieren verla por la razón de que puedan entenderla mejor, por la razón de que puedan glorificar más a Dios porque eso es lo que hacen, para eso existen. No es mera curiosidad es para capacitarlos, para darle a Dios una mayor gloria. Dios ha mostrado Su iglesia para ellos.

Se acuerda en Lucas 15 cuándo el pecador regresa, dice que los ángeles de los cielos hacen, ¿qué? se regocijan. Los ángeles se regocijan y alaban a Dios por salvar a un pecador. En 1 Corintios, creo que es en el capítulo 4, versículo 9, Pablo dice, “Dios nos ha exhibido a los apóstoles como últimos de todo, como hombres condenados a la muerte, porque nos hemos vuelto espectáculo al mundo, tanto a ángeles como a los hombres.” Los ángeles están viendo a Pablo, están viendo al apóstol Pablo, están viendo el poder de Dios en su vida.

En Efesios capítulo 3, versículo 10, dice que la sabiduría múltiple de Dios pueda ahora darse a conocer mediante la iglesia, a los gobernadores y potestades en los lugares celestiales. Dios está mostrando Su gracia en la iglesia ante los ángeles. Están viendo sus ministerios, están viendo a su iglesia, están absorbiéndolo todo. Nunca participarán, pero hay algo interesante, interesante, en Apocalipsis capítulo 5. Escuche esto. Dice, “El Cordero tomó el libro,” ese es el título de propiedad de la tierra, el Señor Cristo el Cordero, “y las cuatro criaturas vivientes,” esos son ángeles, “y los veinticuatro ancianos,” representando a los santos, “cayeron postrados ante el Cordero, todo mundo tiene un arpa, vasijas doradas de incienso, las oraciones de los santos, y cantaron una nueva canción.”

Ahora, observe esto, aquí está la canción, “Digno eres de tomar el libro, y romper sus sellos, porque tú fuiste inmolado, y compraste para Dios con tu sangre, hombres de toda tribu y lengua y pueblo y nación.” ¿No es esa una canción maravillosa? ¿Puede usted cantar esa canción? ¿Puede cantar la canción de redención? Claro, ha sido redimido. Pero vea esto, versículo 11, “Y vi, y oí la voz de muchos ángeles alrededor del trono, y las criaturas vivientes y los ancianos, y millones y millones y miles de miles y todos dijeron: Digno es el Cordero que fue inmolado, de recibir poder.” Los ángeles están entrando ahí en la canción de redención, aunque no la han experimentado. Somos los que realmente estamos cantando, la han visto como observadores y quieren ver esto como observadores, y quieren verlo para que puedan unirse a la canción de redención y darle a Dios la gloria. ¿No es eso un pensamiento maravilloso? ¡Qué salvación!

Entonces Pedro dice, “Miren, no importa cuáles sean sus pruebas, no importa cuales sean sus dificultades, recuerde la grandeza de su salvación, una salvación que los profetas estudiaron, que el Espíritu inspiró, de la que los apóstoles dieron testimonio, y que es motivo de interés de los ángeles mismos. ¿Puedo hacerle una pregunta? ¿Es su salvación así de preciada para usted? ¿O ha dejado usted su primer amor? Es una pregunta apropiada. Fue preciada para usted al principio, ¿no es cierto? Su primer amor, cuando usted fue salvo inicialmente, ¡oh eso fue grandioso! ¿cómo es ahora? ¿Ha perdido de vista esto? Que esto reavive su corazón.

Dice usted, ¿Cómo? Bueno, la iglesia en Éfeso había dejado su primer amor, y se le instruyó que hiciera esto, “Regresa y haz las primeras obras.” Regrese y comience a vivir como vivía después de que usted fue salvo, con ese corazón ardiente, ese testimonio apasionado, ese amor emocionante por Dios, ese sentido de hambre por la Palabra, ese deseo de comunión cristiana, ese amor por la oración, las primeras obras. Si usted ha dejado el primer amor, regrese y haga las primeras obras, eso es lo que dice en Apocalipsis 2. Y recuerde de nuevo la grandeza de su salvación. Oremos juntos.

Padre, hemos tomado mucho tiempo esta noche para explicar esto, pero por motivación del corazón no había manera en la que pudiéramos dejar algo no dicho en esta porción poderosa, abrumadora de la Escritura. Gracias, gracias por la salvación de gracia que tenemos y que nos emocionemos en ella, que la disfrutemos incluso en medio de las pruebas, que nunca perdamos nuestra perspectiva y sepamos que hemos recibido salvación eterna, tan grande, tan gloriosa que pasaremos la eternidad alabándote por ella. La gratitud no es lo suficientemente adecuada para expresar el clamor de nuestros corazones porque nos has escogido para este regalo glorioso.

En el nombre de Jesús. Amén.

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