Bueno, como dije la semana pasada, he tomado algo así como una desviación de nuestro estudio del Evangelio de Lucas. Le advertí unas semanas atrás, por adelantado, que me vi motivado a escribir un libro acerca del tema de la liberación porque la teología de la liberación que es algo tan bíblico ha sido tan descuidada de manera completa el día de hoy. Y cuando estuve afuera por un par de semanas en Italia, realmente comenzó a pesar en mi mente que necesitaba hablar de este tema. Y entonces, se volvió como Jeremías, fuego en mis huesos y no puedo regresar al Evangelio de Lucas hasta que haya entregado mi alma en el tema de la liberación.
Como dije la semana pasada, y simplemente lo animo, si no estuvo aquí la semana pasada, a que consiga la cinta y la escuche, porque lo que dije la semana pasada es esencial y provee un cimiento de esta explicación. No es uno de esos mensajes que en cierto modo es opcional, es un tema obligatorio que debe ser entendido por todos nosotros. Así que si usted no oyó el mensaje, ciertamente puede recoger la cinta el día de hoy.
Dije la semana pasada que una de las grandes palabras de la Biblia es la palabra “liberación” aunque no es usada comúnmente en el vocabulario cristiano. Lo que es triste es que rara, cuando usted oye a los teólogos hablar acerca de esto, rara vez usted lee que los teólogos escriban acerca de la verdad de la liberación. Y sin embargo, es un término profundamente importante para entender la obra redentora de Dios. Dios está ocupado en liberar. Y deliberación puede ser, probablemente, la mejor palabra, la que mejor aclara, la que abarca de manera más amplia y que explica de la mejor manera la obra de gracia y poderosa que Dios lleva a cabo nuestras vidas. Nos vemos motivados a entrar en esta discusión debido al hecho de que Jesús vino con un ministerio de liberación. Y cuando comenzamos a ver eso en el caso de Jesús, nos acercó al tema más amplio de la liberación el cual realmente cubre todo el propósito redentor de Dios.
Ahora, la teología de la liberación no es simplemente un ejercicio académico. No es meramente cuestión de discusión teológica. La teología de la liberación es práctica. Es intensamente práctica; y es necesario en extremo que todos los creyentes la entiendan porque la teología de la liberación es la que define lo que realmente hace la salvación en el creyente. Una persona que es un verdadero cristiano ha sido liberada de ciertas realidades. La verdadera salvación, podríamos decir, es liberación. Es el rescate dramático del pecador de todos los elementos de la vida que amenazan con destruirlo y condenarlo. De hecho, la liberación define lo que significa ser un cristiano. Están los no liberados y los liberados. Nosotros, somos los liberados.
En Romanos 11:26, Pablo escribe: “El libertador vendrá y quitará la impiedad y quitará el pecado.” El Mesías, el Señor Jesucristo es ahí identificado como el Libertador. De hecho, cada vez que usted ve la palabra salvo, salvado, salvación o Salvador, usted puede traducirla con alguna forma de la palabra liberar. Esencialmente, significa lo mismo; pero liberar comunica bien porque entendemos en español y en inglés el significado de liberación.
Ahora, como dije la última vez para aquellos de ustedes que estuvieron aquí, espero que esté resonando en su mente, la teología de la liberación y el entendimiento de la liberación es un área crítica de verdad. Y se vuelve crítico en el punto de entender quién es un verdadero cristiano. Y eso, como señalé, es absolutamente esencial para la salud y el bienestar y la eficacia de la Iglesia. Si la Iglesia borra la línea entre los cristianos y los no cristianos, entonces invita al enemigo al campamento, distorsiona totalmente su propia identidad y permite que Satanás entre en el campamento. Es cuestión de estar contento o inclusive invitar a la cizaña para que sea sembrada entre del trigo. Sin embargo, eso es exactamente lo que está sucediendo entre los evangélicos en la actualidad.
La Iglesia evangélica está invitando a los no cristianos a entrar y después los está redefiniendo como cristianos. Le dije la semana pasada que el fracaso más grande del cristianismo protestante en este día y en este siglo pasado ha sido el fracaso de distinguir entre los cristianos verdaderos y los falsos. Y es peor ahora que lo que ha sido jamás. Ha estado llevándose a cabo a lo largo del siglo y ahora está peor que nunca. La verdadera Iglesia es la sociedad de los liberados y tenemos que mantener esa distinción muy clara porque el Señor quiere una Iglesia pura. Él quiere una novia pura y quiere una novia sin mancha y sin arrugas. La iglesia debe estar constituida de creyentes verdaderos y debe ser claro quién es un verdadero cristiano y quién no lo es para que protejamos a la Iglesia de la infiltración de Satanás y también protejamos a los perdidos de ser engañados. Y no sólo cuando le permitimos a los no cristianos ser definidos como cristianos contaminamos a la Iglesia sino que también contribuimos y ayudamos al engaño de Satanás. Y la gente vive como si fueran cristianos cuando de hecho, no lo son.
La semana pasada le dije que cuando las personas me preguntan cuál es el problema más grande en la Iglesia le contesto que es su incapacidad de discernir. Y cuando hablamos de qué es lo que la Iglesia no discierne, lo primero en la lista es que no discierne entre quién es un cristiano y quién no lo es. Ese es un error mortal.
Ahora, al terminar la semana pasada, le dije que hay un número de categorías en las cuales necesitamos entender la naturaleza de la liberación. Ser un verdadero cristiano es ser liberado. Y es ser liberado de varias realidades que son muy importantes. La primera es de la cual le quiero hablar en esta mañana. Los verdaderos cristianos han sido liberados del error a la verdad. Del error a la verdad. Ahora, este no es un mensaje fácil de predicarles por varias razones. Uno, tengo demasiado material en mi cabeza, demasiado como para poderlo digerir y esto demanda una cantidad tremenda de esfuerzo mental y una confianza en el Espíritu de Dios para ayudar en el proceso de filtración.
En segundo lugar, va a tener que pensar junto conmigo porque habrá algunas sutilezas como cambiar ciertas cosas no tan sutiles que deberemos comprender conforme avanzamos. Pero esto es muy, muy importante. Nada es peor que una persona crea que es cristiano cuando no lo es. Nada es más mortal para el impacto de la Iglesia que aceptar a los cristianos como si fueran cristianos. Entonces, estamos tratando con un asunto que se encuentra en el centro mismo de lo que la Iglesia realmente es. Y se aplica a todas las vidas de las personas que se acercan a la Iglesia.
Entonces, lo primero que queremos saber acerca de la doctrina de la liberación o la teología de la liberación es que los verdaderos cristianos han sido liberados del error a la verdad.
Pase conmigo en su Biblia Colosenses capítulo 1. Y ahí comenzaremos. Y trataremos de avanzar a lo largo de esto con la mayor velocidad posible, voy a tener que dejar algunas cosas fuera. Pero en Colosenses capítulo 1, creo que podemos comenzar ahí. Ahí hay un pasaje que expresa el gran milagro de la liberación. Y el versículo 13 es el versículo notable. Versículo 13. Colosenses 1:13: “Quien,” este es el Padre mencionado en el versículo 12, “Él, el Padre, quien nos libró, nos rescató, de la potestad de las tinieblas y nos transfirió al Reino de Su amado Hijo.”
De regreso en el versículo 12, Pablo dice: “Por tanto le damos gracias porque Él nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz.” Ahora, aquí usted tiene ese conocido contraste bíblico entre las tinieblas y la luz. Hemos sido librados de la potestad de las tinieblas. Hemos sido librados al Reino del Hijo de Su amor -como el griego literalmente dice- el cual es un Reino constituido de santos en luz. Las tinieblas es sinónimo de la ignorancia. Las tinieblas son sinónimo de error. La luz es sinónimo de verdad. Hemos sido sacados del error, sacados de la oscuridad y librados, llevados a un Reino de luz gobernado por el Hijo de Dios, amado Jesucristo. Esa ea la primera categoría de la liberación.
Los verdaderos cristianos entienden la Verdad. Han salido de las tinieblas a la luz. Han salido del error la verdad. El Salmo 119:130: “La entrada de Tu palabra da luz.” Tu palabra, leemos en el Salmo 119:105, “es lámpara a mis pies, lumbrera a mi camino.” Esa es la primera gran área de liberación de las tinieblas del error a la luz brillante de la verdad.
El apóstol Pablo, cuando fue comisionado a predicar, de acuerdo con Hechos 26:18, fue enviado a los pecadores a abrir sus ojos para que se convirtieran de las tinieblas a la luz. De tal manera que las tinieblas y la luz realmente son símbolos o metáforas del error y la verdad. Y note, si es tan amable, en el versículo 13, que la verdad es sinónimo de Jesucristo. Y somos liberados de la potestad del dominio de las tinieblas, el cual es el Reino de Satanás, al Reino de Su amado Hijo y Él es la luz del mundo. Jesús dijo “Yo soy la luz del mundo y el que a Mí viene nunca andará en tinieblas.” La luz es sinónimo de Jesucristo. Es sinónimo de entrar al Reino de Jesucristo.
Entonces, lo primero que es verdad acerca de los liberados, los verdaderos cristianos, es que no creen en el error porque han venido a la luz. Han venido a la Verdad. Tomando el lenguaje de Efesios, capítulo 6, están involucrados en una batalla en contra de las fuerzas espirituales de las tinieblas, pero son triunfantes porque se han de puesto la armadura de Dios. Y la primera parte de la armadura es el cinto o el cinturón de la verdad.
Un cristiano, entonces, es alguien que entiende la verdad, que ha sido liberado de las mentiras de Satanás a la verdad de Dios. Ser salvo, de acuerdo con 1 Timoteo 2:4, es venir al conocimiento de la verdad. Ese es un versículo muy importante. Escríbalo, 1 Timoteo 2:4: “Ser salvo,” y traduciéndolo de esta manera “inclusive al venir al conocimiento de la verdad.” Esto es lo mismo. Ser salvo no es algún tipo de sentimiento místico oscuro inexplicable. Ser salvo es venir al conocimiento de la verdad. Lucas dice en el Evangelio de Hechos que cuando el Evangelio fue predicado en el día de Pentecostés, 3000 personas creyeron y continuaron en la doctrina de los apóstoles. Ellos comenzaron ahí y continuaron ahí.
Un verdadero cristiano es una persona que ha sido depositada, rescatada de la ignorancia y ha sido depositada en la esfera de la verdad. Ha entrado en la esfera de la verdad, y continúa en la esfera de la verdad. Ser salvo es venir al conocimiento de la verdad. El cristiano es alguien que entiende la verdad, que cree la verdad, que acepta la verdad, que ama la verdad y que se somete a la verdad.
Y sabe una cosa, me sorprende que muchas personas entre los evangélicos de la actualidad, líderes entre los evangélicos, pastores y escritores que creen que una persona puede ser cristiana sin haber sido nunca librada del error a la verdad. Estoy leyendo en la actualidad que hay personas que están diciendo que hay personas en países oscuros y tribus en lugares remotos del mundo que nunca han tenido una Biblia y nunca han oído la verdad de Jesucristo, que serán salvas porque Dios va a mostrar gracia y será amable con ellos. Y serán salvos a pesar de no haber oído nunca la verdad. Bueno, eso es una mentira. Si, de acuerdo con Romanos 1, viven de acuerdo con la luz que tienen y si ven al Creador en la creación y a través de la razón, de acuerdo con Romanos 2 siguen su conciencia, de regreso al que dio la ley, si ven viven al nivel de la luz que tienen; Cristo quien es la luz que alumbra a todo hombre que viene al mundo, dice Juan 1:9 que Dios les va a revelar más luz a ellos. Y ellos van a llegar a una mayor luz porque Dios le dará mayor luz, pero nunca nadie va ser salvo que no venga al conocimiento de la verdad.
Están diciendo en la actualidad que usted no tiene que venir al conocimiento de la verdad. Llamen a todos los misioneros de regreso a casa. Dejen de proclamar el Evangelio a toda criatura, aunque Jesús nos dijo que hiciéramos eso. Pero la Biblia nos dice que cuando usted es liberado, usted es liberado del error a la verdad. Y usted literalmente viene a un paradigma, a una esfera, un dominio, un Reino de luz. En las palabras de Juan 6:45 “todos los creyentes son enseñados por Dios.” Ellos poseen entendimiento que los aparta de la enseñanza de Dios de toda la enseñanza de los hombres. Los verdaderos creyentes entienden la verdad en contraste al error. Han recibido mediante la regeneración una nueva naturaleza y esa nueva naturaleza tiene una capacidad para la verdad. Esa nueva naturaleza tiene un amor por la verdad. Esa nueva naturaleza tiene una devoción a la verdad. Tiene un amor por la verdad.
Tenemos una unción, 1 Juan 2:27, de Dios y permanece en nosotros, dice él, de tal manera que no necesitamos que nadie nos enseñe. No necesitamos a un maestro humano que nos explique el mundo a nosotros. No necesitamos algún enfoque humano para la vida desde el punto de vista filosófico. No necesitamos alguna religión inventada por los hombres o los diablos, los demonios porque hemos sido liberados de las tinieblas a la luz. Vivimos en una esfera de verdad.
Escuche, se nos ha dado, de acuerdo con Juan 14:17, “el Espíritu de verdad quien ha establecido Su residencia en nosotros y entendemos la verdad.” Y esa es la verdad que salva de tal manera que 1 Timoteo 2:4 es el resumen de todo. Ustedes han sido salvos, lo cual significa que han llegado al conocimiento de la verdad. Ustedes lo creyeron, lo afirmaron, se sometieron al mismo, la aman y se sometieron a ella. En Juan 8, Jesús dijo: “Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres.” La búsqueda se acabó. Ustedes están fuera de las tinieblas. Ya no están caminando como ciegos en la oscuridad porque han sido liberados. La verdad los ha liberado. Y permítame decirle algo: lo único que jamás liberará al pecador es la verdad. Hasta que el pecador llegue a la verdad, está encerrado en la oscuridad. Efesios 5.8, Pablo lo explicó de esta manera. Me encanta esto. “Vosotros que erais tinieblas, ahora sois luz en el Señor.” ¿Esto lo expresa bien? Antes éramos tinieblas, ahora son luz en el Señor. Dicho en una manera simple, ser salvo demanda llegar a creer de todo corazón en la verdad que salva. Si usted no cree en la verdad que salva, no puede ser salvo. Usted tiene que creer en la verdad liberadora para ser liberado.
Una mujer me escribió una vez diciendo que ella pensaba que el cristianismo estaba bien pero ella francamente estaba involucrada en el zen. Y a ella le gustaba escuchar la radio cristiana, dijo, porque, y cito “la música suavizaba su karma.” Pero ella dijo que yo interrumpía ese karma porque era demasiado estrecho de mente y demasiado estrecho hacia otras religiones. Entonces, ella escribía para alentarme a ser más amplio, más abierto de mente. Y ella dijo, y esta es una cita: “A Dios no le importa lo que usted crea, siempre y cuando usted lo crea. A Dios no le importa lo que usted crea, siempre y cuando usted sea sincero.” Y ella procedió a decir “todas las religiones llevan en última a la misma realidad no importa qué camino tome usted.” Fin de la cita.
Eso refleja bastante bien a nuestra generación, ¿no es cierto? Esa es una mentira popular y creída por muchos que dice que no importa lo que usted crea siempre y cuando usted crea en algo. Y siempre y cuando usted sea sincero porque todos llegarán al mismo fin de cualquier manera. Eso no es lo que Mateo 7 registra que Jesús dijo. Él dijo: “Ancha es la puerta y el camino es ancho,” ése es el camino por el que va la mayoría de la gente, y lleva a la destrucción. Y en Proverbios 14:12 dice: “Hay camino que al hombre le parece derecho pero su fin es camino de muerte.”
Ahora, entiendo que es políticamente correcto tener este tipo de mentalidad. Entiendo que políticamente es apropiado no decir que su religión es la correcta y su fe es la correcta y usted cree lo correcto y todo el mundo está equivocado. Eso no es aceptado, ¿no es cierto?, en un mundo posmoderno que no está interesado en la verdad. La gran meta del posmodernismo es que todo el mundo sea aceptado sin importar lo que digan que creen; y simplemente tienen el derecho a creerlo. ¿Y quién eres tú para decir que tienes la verdad? Todos sabemos que no existe algo como la verdad. Es sólo un tema de preferencia, lo que te haga sentir mejor está bien para ti, tú lo puedes creer, pero no me digas que es la verdad y todo lo demás es error. Eso no es popular.
Ahora, ese es un tipo de ver la verdad que no discrimina o una postura de no verdad que tanta gente cree que literalmente está infectando los evangélicos. La gente ahora está diciendo que hay personas, como dije antes, por todo el mundo, que están en pequeñas esquinas que nunca conocerán la verdad y Dios de cualquier manera los llevará el cielo. Y hay un libro, me referí a esto cuando estaba enseñando en Italia hace un par de semanas atrás, Jihad Ecuménico. Jihad es una guerra santa y el escritor del libro, Peter Kreeft , es un apologista católico que está diciendo que si vamos a ganar la guerra santa -la cual es una guerra por la cultura- si vamos a hacer que el mundo se vuelva más moral y que el mundo se conduzca mejor y terminar con todas la guerras y el crimen y el resto y tener un mundo moral, tenemos que pelear juntos esa guerra santa. Entonces, tenemos que volvernos ecuménicos y tenemos que unirnos y no lo podemos hacerlo solos.
Entonces, él dice en el libro que tenemos que reconocer que todos realmente somos hijos de Dios. Todos vamos por el mismo camino al mismo cielo y él abre su libro de un modo muy inteligente. Él comienza con él surfeando en California, me imagino, y es volcado por una ola; y llega al fondo y tiene una experiencia extracorpórea. Va al cielo y cuando llega al cielo a él le sorprende descubrir que cuando llega el cielo ve a buda, en quien, bueno, me imagino que cualquiera podría reconocer a buda. Él es una persona única en su apariencia. Sin duda él no tuvo que pasar mucho tiempo para descubrir quién era y se encuentra con buda y dice “¿qué haces aquí en el cielo? digo, el budismo no es cristianismo. ¿Qué estás haciendo?” Y él dice “Bueno, tu sabes, yo estaba contemplando y estaba metido en la paz y estaba en la tranquilidad y lo que no sabía acerca de Jesús, Dios me lo corrigió cuando llegué.
Y después, él avanzó un poco más y se encontró con Mahoma y dijo “¿qué haces aquí? Tú simplemente crees que Jesús es otro de los profetas como Mahoma. ¿Qué estás haciendo aquí?, ¿cómo llegaste aquí?” Y él dijo “bueno, estábamos involucrados en la moralidad, de hecho, Kreeft dice en su libro que los musulmanes son mejores que cristiano que los cristianos porque no fornican, no adulteran, no cometen homosexualidad y otras cosas. Va en contra sus estándares, entonces ellos tienden a ser menos que las personas que dicen ser cristianas. Y entonces, de hecho son mejores cristianos que los cristianos. Y Mahoma dice “bueno, lo que no sabía acerca de Jesús, Dios me lo corrigió cuando llegué”.
Y él da un paso más adelante y se encuentra con algunos judíos que tampoco creían en Jesús, pero estaban adorando al Dios verdadero, el Dios del Antiguo Testamento; y eso fue lo suficientemente bueno para Dios porque ellos estaban adorándolo a Él, el Dios verdadero. Y lo que no sabían acerca de Jesús lo descubrieron cuando llegaron al cielo. Después, se encontró con un grupo de ateos. Y los ateos estaban buscando la verdad y debido a que Dios es verdad, ellos realmente estaban buscando a Dios, y eso fue suficientemente bueno para Dios. Entonces, ellos también estaban ahí.
Y el punto de Peter Kreeft es que ‘mira, cuando lleguemos al cielo, vamos encontrarnos a todos ahí de cualquier manera, ¿por qué estamos peleando todos aquí abajo? Unámonos todos y ganemos esta guerra’. Bueno, hacia el final del libro, y estoy resumiéndolo rápidamente, él dice que necesitamos un general, que necesitamos a un gran líder si vamos a pelear en esta guerra, vamos a unir a todos los musulmanes y a todos los judíos y a todos los judíos y a todos los ateos y a todos los demás y también había otros. Vamos a unirnos todos y vamos a tener un líder. Él dice que hay un líder, el gran ganador de las guerras que no se pueden ganar. Y él lo llama el Papa. Y él va a ser nuestro líder. Y tenemos que tener un poder interno. Y entonces, tenemos que entregarnos a María. Y María es el gran poder espiritual, la gran fuente espiritual. Entonces, vamos a unirnos todos. Vamos a adorar a María. Vamos a tener al Papa como nuestro líder. Vamos a aceptarnos y vamos a ganar el Jihad.
Usted dice, bueno esto es algo muy raro. Bueno, lo que es todavía más raro está en la parte de atrás, donde hay una recomendación por parte de Chuck Colson, esto es lo que dice en la parte de atrás. “Peter Kreeft, el escritor, es uno de los apologistas más importantes en Estados Unidos en la actualidad. Uno de nuestros más valientes guerreros intelectuales.”
Peter Kreeft es un engañador y un mentiroso. Él no es uno de nuestros apologistas más importantes. E inclusive lo que es más sorprendente es que hay una cita ahí de J. Parker, quien habla acerca del libro; y después hace el final la pregunta de su pequeño comentario. ¿Y qué tal si tiene razón? ¿Estamos haciendo esa pregunta? ¿Tiene razón? ¿Toda persona va a ir al cielo sin importar lo que crean? Dice usted, puedo entender a la señora que está metida en el zen, que tiene ese tipo de tolerancia, pero ¿líderes evangélicos? ¿Cómo puede tener usted una junta en Ámsterdam, esa gran junta de evangélicos patrocinada por la organización de Billy Graham? La oración de apertura fue realizada por un católico romano y uno de los mensajes estuvo a cargo del arzobispo de Canterbury, quien niega que Jesús resucitó de los muertos. ¿Cómo acepta usted todo eso y lo llama cristianismo? ¿Dónde termina esto?
Es la naturaleza del hombre caído. Es la naturaleza de los no liberados creer mentiras. No es la naturaleza de los liberados. Hemos sido liberados de las mentiras a la verdad. Hemos sido rescatados de eso.
Pase a Segunda de Corintios 10. Le tengo que mostrar este pasaje. Anteriormente me referí al mismo. Es pertinente para esta discusión. Segunda de Corintios, capítulo 10. Realmente voy a tener que apurarme aquí. Segunda de Corintios 10, versículo 3, Pablo dice que “Estamos en guerra. No podemos pelear en la guerra con armas humanas, con ingenuidad humana, con inteligencia humana, con pensamientos humanos, con teorías, con ideas, con técnicas, con lo que sea. No podemos pelear esta batalla con armas humanas. Versículo 4 “las armas de nuestra milicia no son carnales, no son humanas.” Eso lo que quiere decir. “Sino poderosas en Dios, divinamente poderosas para la destrucción de fortalezas.”
Él dice, ‘mira, estamos en una guerra espiritual. La guerra peli espiritual en la que estamos es algo formidable. Estamos atacando estas grandes fortalezas. Estamos atacando estas fortalezas masivas’ y la idea aquí, la imagen, es de un fuerte inmenso de granito. Y él dice que ‘tenemos que entrar y destruirlas’. Tenemos que tener armas bastante poderosas. No podemos entrar ahí con todas las pequeñas ideas inteligentes. Tenemos que destruir esas fortalezas. ¿Cuáles son esas fortalezas? Versículo 5. Éstas son. Termina el versículo 4: “para la destrucción de fortalezas.” El versículo 5 comienza: “Estamos destruyendo y argumentos, imaginaciones como dicen otras versiones. Esto es lo que define a las fortalezas. Estas son las grandes fortalezas, las grandes prisiones que no son nada más que especulaciones. Son los logismos en la palabra griega, significa ideas, ideologías. ¿Qué tipo de ideología? Siga en el versículo 5: “y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios.” Cualquier idea anti bíblica, cualquier cosa contraria la verdad de Dios, tenemos que destruirla. ¿Por qué? Versículo 5: “Llevamos cautivo todo pensamiento a la obediencia de Cristo.” En otras palabras, el mundo está lleno de personas encarceladas en sistemas ideológicos, en mentiras, en el error, en la oscuridad, en la ceguera. Y nuestra responsabilidad es entrar y destruir, derribar esas ideologías para que podamos liberar a los prisioneros debido a que esa fortaleza se convierte en sus prisiones y eventualmente en sus tumbas.
Esta es una responsabilidad tremenda. Toda altivez, esto es algo orgulloso, intelectual, un sistema complejo, lo que sea. Cualquier idea, cualquier idea de filosofía, cualquier religión, teología, psicología, lo que sea. Cualquier idea que se opone al conocimiento de Dios debe ser atacada. Pero contrario, esas personas van a morir cautivas a esa mentira. Y lo que debemos hacer es derribar esas ideologías y llevar el pensamiento de todos cautivos a Cristo. Queremos que piensen como Dios piensa, que tengan la mente de Cristo para ver la verdad y conozca la verdad y amen la verdad.
Ahora, ¿cómo es que usted derriba eso? Bueno, es muy simple. ¿Qué es lo que destruye el error? La verdad. Esa es la razón por la que usted tiene que estar predicando la verdad. Las personas dicen “bueno, usted sabe, éstas predicando y eres tan dogmático”, simplemente estoy tratando de predicar la verdad. Es lo único que destruye al error; y si no traemos la verdad, entonces, no van a salir de las tinieblas a la luz. No salen del error a la verdad y no son liberados y mueren en sus pecados; y están pereciendo.
Lo primero que es verdad de un cristiano es que es un cristiano, un verdadero cristiano, no alguien que dice que es un cristiano. Un verdadero cristiano es alguien que ha salido del error a la verdad. A Satanás no importa lo que la gente cree. A él no le importa que tan sincera sea la persona en su creencia, siempre y cuando lo que crea esté mal. ¿Entiende eso? Es importante. A él no le importa lo que ellos crean. Él patrocina todo tipo de religiones. Él patrocina toda religión sobre la faz de la tierra que no es verdad. Él está detrás de todo eso. Él tiene suficiente diversidad para todo el mundo. Él ha provisto una variedad totalmente irresistible. Hay algo para que todo el mundo se meta. A él no le importa lo que crean y francamente a él realmente le gusta la sinceridad. A él le gusta la gente extraña y rara en la India que se cuelga a sí misma garfios en su carne. Y está metido con la gente que se inmola a sí misma, que se crucifica a sí misma. Él quiere a la gente que es tan sincera que se mete agujas en su cinto para rasgarse la carne en su cintura conforme caminan diariamente de alguna manera tratando de expiar sus pecados.
Él está metido en todo eso. Él está metido profundamente en la sinceridad. No le importa lo que usted crea o que tan sinceramente lo crea, siempre y cuando lo que usted crea esté mal. Porque lo que está mal condena. Lo que está bien salva. Ése es el motivo por el que Jesús dijo “Yo soy el camino, la verdad y la vida y nadie viene al Padre sino por Mí.” No hay salvación en ningún otro. Y cualquier persona que no se aferre a la verdad está condenada. Gálatas, capítulo 1, véalo, versículo 6. Él habla de un evangelio diferente. Alguien que viene y predica un evangelio diferente.
Bueno, escuche, no hay un evangelio diferente. El Evangelio significa buenas noticias, sólo hay unas buenas noticias; lo demás está equivocado. Pueden decir que está bien, pero está equivocado. Entonces, él dice que es un evangelio diferente, versículo 7, lo cual no es realmente otro. No hay otras buenas noticias más que el Evangelio del verdadero de Cristo. No hay otro evangelio. Entonces, él dice en el versículo 8: “Si alguien viene, inclusive nosotros o un ángel del cielo” y él de cierta manera está utilizando aquí una hipérbole, “y les predica un evangelio diferente al que les hemos predicado, sea anatema.” Sea condenado. Él no dice ‘¿Saben una cosa? Simplemente tienen que ser un poco flexibles, tienen que ser amplios. Abiertos de mente. Ustedes saben, realmente tiene que ser amables aquí. Y quiénes son ustedes para decir quién está bien y quién está mal.’ Él les dice: ‘esas personas que predican cualquier otra cosa están condenadas’.
¿Y sabe una cosa?, hay algo nuevo en la elite de la academia, los liberales que atacan la Biblia con sus mentes en tinieblas. Han inventado una nueva hermenéutica. Y es un título bastante atractivo, se llama ‘la hermenéutica de la humildad’. Hermenéutica es una palabra que viene de hermeneuō en el griego que significa interpretar o explicar. Y la hermenéutica es la herramienta, es básicamente una palabra que se refiere a explicar la Biblia. Y hay ciertos principios hermenéuticos que nos ayudan a entender la Biblia, el lenguaje, la gramática y todo eso. La historia que está detrás de la Biblia, el contexto en el que se encuentra. Y entonces, utilizamos todos esos principios hermenéuticos para interpretar la Biblia. Bueno, la nueva hermenéutica es llamada la hermenéutica de la humildad. Y esto lo que es. “Oh, soy demasiado humilde como para llegar a pensar que mi interpretación de las Escrituras es la correcta. Y soy demasiado humilde como para llegar a pensar que su interpretación puede estar equivocada.”
¿Es eso ser magnánimo? Pero eso es un enfoque condenador. Hay una interpretación correcta e incorrecta de las Escrituras. Pero ese es el clima de la hermenéutica de la humildad. Y realmente la hermenéutica de las tinieblas. El cristianismo es verdad y exclusivamente verdadero y cualquier cosa opuesta al mismo es falsa. Y el contenido de lo que creemos es el punto. Yo sé que esto no es aceptado en los valores relativos de la cultura moderna. Lo sé. Yo sé que el pluralismo es algo muy importante y la diversidad es algo importante en la actualidad; y hemos idealizado al pluralismo y a la tolerancia a un nivel más elevado que la verdad, ¿no es cierto? Ni siquiera nos importa si los candidatos que están peleando por las posiciones políticas, por el cargo político, mienten. Ya no le importa a la sociedad. No importa. Están tan acostumbrados a líderes que mienten que nos sentimos incómodos si nos dijeran la verdad; y probablemente, de cualquier manera, ni les creeríamos. Entonces, hay gente que cree que no importa lo que usted crea, siempre y cuando usted lo llame cristianismo. Simplemente llámelo cristianismo; y eso es lo único que se necesita.
Todos, desde el catolicismo romano, el cual niega que los pecadores son salvos mediante la gracia únicamente a través de la fe únicamente en Cristo únicamente, al movimiento extremo carismático de palabra de fe, el cual corrompe la naturaleza de Cristo, corrompe la muerte de Cristo, la doctrina de Cristo y hace de la salvación un boleto a las riquezas y a la salud. Y los liberales que cuestionan la Biblia, que tienen una salvación por obras, quieren aceptarlo, quieren tenerlos ahí para las reuniones evangelistas. Traigan a todo el mundo, los liberales, los católicos, a los carismáticos extremos, a toda persona, porque la doctrina realmente no importa.
Por cierto, esto no es nuevo. La Iglesia ha peleado por su propia pureza durante mucho tiempo. Simplemente es nuevo para los evangélicos. Los evangélicos modernos están dispuestos a suavizar la doctrina, a menospreciarla. Dicen que la doctrina divide y quieren tolerar todo. Me parece sorprendente que inclusive quieren tolerar el sistema de creencias explícitamente contradictorias y por eso forjan alianzas, alianzas espirituales con el catolicismo, la ortodoxia oriental, extremistas carismáticos y los liberales. ¿Y sabe una cosa?, es tan claro en 2 Corintios 6: ¿qué comunión tiene la luz con las tinieblas? ¿Qué concordia tiene Cristo con Satanás? ¿Cómo pueden dos caminar juntos excepto porque se han puesto de acuerdo? Salgan de entre ellos y sepárense y no toquen lo inmundo.” Esa mentira inmunda.
La gente que ha sido liberada, los verdaderos cristianos, están de acuerdo con que hay un cuerpo de doctrina y eso no es negociable, ¿muy bien? Quizás no estemos de acuerdo en el modo de bautismo. Quizás no estemos de acuerdo en el momento de la segunda venida de Jesucristo o el rapto de la Iglesia. Quizá no estemos de acuerdo en todas las maneras en la que Dios actuó en la historia con respecto a la Iglesia, a Israel. Pero le voy a decir una cosa: hay un cuerpo de doctrina que es absolutamente no negociable y eso constituye la fe necesaria para la salvación. Es la fe que ha sido una vez dada a los santos. Hay fundamentos verdaderos de fe que deben ser creídos y cuando no son creídos, debemos romper comunión porque la luz y las tinieblas no pueden caminar juntas. No pueden entrar en el ministerio en común juntos. Nada es más serio en las Escrituras que exista un límite entre lo verdadero y lo falso. Y que Satanás quiere confundirnos en esa área del límite. Esa es la razón por la que Satanás y todos sus demonios aparecen como ángeles de luz. Son oscuridad. Son tinieblas. Todos. No son nada más que tinieblas. Cuando usted borra la línea, están en la esfera de las tinieblas y quieren aparecer como ángeles de luz para borrar el límite. Y cuando usted borra la línea, entonces Satanás siembra su gente en la Iglesia, despoja a la Iglesia de su poder, despoja a la Iglesia de su coherencia, de su testimonio, porque entonces el mundo ve a gente que está en la Iglesia y ve que, obviamente, Cristo no los ha transformado. Inclusive el mundo puede reconocer lo que la Iglesia algunas veces no está dispuesta a ver. Y eso afecta nuestro testimonio.
Juan, el apóstol, en 1 Juan 4:1: “Amados, no creáis a todo Espíritu, sino probad los espíritus para ver si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo.” Están por todos lados. Son como hormigas. Están por todos lados. Ésa es la estrategia de Satanás. Salgan y construyan las fortalezas de especulaciones mentirosas, ideologías mentirosas, sistemas de creencia mentirosos. Y hagan a la gente prisionera en esas fortalezas. Y los mantienen ahí está que mueren, para que vayan al infierno e incrementen el infierno de Satanás.
Entonces, usted no puede simplemente aceptar todo. Ésta es la estrategia de Satanás. Tenemos que discernir. Segunda de Juan realmente lo dice. Segunda de Juan, versículos 9, 10 y 11: “Cualquiera que va demasiado lejos y no permanece en la enseñanza de Cristo,” esto es la verdadera doctrina de Cristo, la verdadera enseñanza de Cristo en el Evangelio, “si una persona no tiene la verdad, entonces no tiene a Dios. Si alguien viene a vosotros y no trae esta verdad, no lo reciban en su casa.” No lo coloquen en su plataforma, no lo hagan parte de su reunión, no lo hagan parte de su conferencia, su cruzada. Lo que sea. No lo coloquen en su programa de televisión. No lo reciban en su casa. No lo saluden, eso es algún tipo de bienvenida, de afirmación. Si hacen eso, están participando en su mala obra.
Muy bien, no sé cómo puede ser dicho de manera más clara. Si alguien viene y no tiene la verdad acerca de Jesucristo, no lo dejen entrar en su casa, no lo afirmen, no lo saluden. Si lo hace, usted es un colaborador. Es un colega. Ahora, estos versículos nos mandan a mantenernos espiritualmente separados de aquellos que corrompen las verdades esenciales del Evangelio. Este lenguaje es muy fuerte, 2 Juan, muy fuerte. Hay una maldición severa ahí en contra de personas que predican un evangelio corrupto o personas que creen en las tinieblas y la propagan como si fuera luz. Pero también es una advertencia fuerte y severa en contra de aquellos de nosotros que de manera ligera admiten a esas personas. El cristianismo falso aceptado por los verdaderos cristianos es uno de los peores pecados imaginables de acuerdo con ese texto. Usted no puede justificar ninguna unión espiritual con alguna persona cuyo sistema de creencia y enseñanza corrompa el Evangelio del Nuevo Testamento.
Ahora, eso lleva a la pregunta final: ¿Cuál es el cuerpo de verdad que libra? ¿Cuál es el cuerpo de verdad que debe ser creído? ¿La Biblia identifica de manera clara verdades específicas como esenciales? La respuesta es sí, de manera fuerte y firme. Sí. Y las palabras más fuertes de condenación están reservadas para aquellos que corrompen esas verdades esenciales. Hay verdades en la Biblia que si usted no cree, usted va al infierno. El Evangelio de salvación debe ser creído y aceptado y amado, recibido. Entonces, en primer lugar, debe ser entendido. ¿Qué es esencial? En primer lugar y de manera fundamental, le voy a dar varias cosas, usted debe creer que toda la verdad divina tiene su origen en las Escrituras. Como puede ver, esta es la razón por la que los mormones quedan fuera. Ellos creen que Dios les ha hablado a través del libro del mormón, la perla de gran precio, las doctrinas y los pactos, algo fuera de la Biblia.
Aquellos que han sido liberados creen que la revelación de Dios está contenida en las Escrituras; no la tradición, no decretos papales, no visiones modernas, no profecías, no intuición, no ninguna otra fuente de autoridad. Aquellos que han sido liberados creen que las Escrituras pueden hacerte salvo para la salvación, que las Escrituras están para hacerte apto, equipado para toda buena obra. Creemos que la Palabra de Dios contiene todo lo que es fundamental, todo lo que es necesario para la salvación. Ahí es donde comienza. Entonces, usted comienza con la convicción acerca de las Escrituras, y el Espíritu de Dios, creo yo, opera en el corazón de un individuo. Esa es una de las grandes maravillas de la obra del Espíritu Santo.
De hecho, creo que una prueba segura de un verdadero cristiano es cómo reacciona a las Escrituras. ¿La desea como el salmista? ¿La ama? ¿Tiene hambre de ella? Como puede ver, la gente no regenerada, la gente no liberada, no tiene ese tipo de respuesta a la Biblia. Ellos no tienen ninguna capacidad moral para responder a la Biblia. Ellos no tienen ninguna facultad de amarla. Y no tienen capacidad alguna de amarla y no tienen capacidad alguna de obedecerla. De hecho, no tienen interés alguno en ella. “El hombre natural no percibe las cosas que son de Dios, para el son locuras,” 1 Corintios 2, versículo 14.
Como puede ver, la gente no liberada, no responde a la Biblia. Jesús dijo en Juan 8: “Porque os digo la verdad, no creen en Mí.” ¿No es eso una declaración interesante? Si les dijera una mentira, me creerían porque están sintonizados con las mentiras. Ustedes están en el dominio de las tinieblas, ustedes entienden la mentira y el engaño. Es la Verdad la que no pueden entender.
Algunas veces, la gente me dice: “Sabe una cosa, realmente me gustaría ir al sistema de la Universidad y enseñar la Verdad.” Usted no puede hacer eso. Supongo, quizás, aquí y allá haya una oportunidad en la que en cierta manera pueda meterla a gotas. Pero usted entra en ese ambiente y enseña la verdad y nadie la va a recibir. Nadie la va a entender. Van a resentirla, la van a resistir, la van a odiar. “Porque os digo la verdad, no me creéis.” Y Él procede a decir: “El que es de Dios, oye las palabras de Dios. Por lo tanto, ustedes no oyen, porque no son de Dios.” Si ustedes no son de Dios, ustedes están la oscuridad, están en el error. Ni siquiera van a entender la verdad.
Por otro lado, esa es la razón por la que 1 Tesalonicenses 2:13, Pablo le dijo a los cristianos en Tesalónica: “Por esto damos gracias a Dios sin cesar porque cuando recibisteis la palabra de Dios que oísteis de nosotros, la recibisteis no como la palabra de hombres, sino como es de verdad, la palabra de Dios.” Como puede ver, cuando la regeneración se lleva a cabo, cuando la vida es cambiada, ahí está. La palabra viene, la oye, la entiende, la abraza, la ama y anhela obedecerla. Primera de Juan 4, versículos 5 y 6 “Ellos son del mundo y por eso hablan como aquellos que son del mundo. Y el mundo los oye. Nosotros somos de Dios. El que conoce a Dios, nos oye. El que no es de Dios, no nos oye.” Y después, él dice: “Por esto conocemos al Espíritu de verdad y el Espíritu de error.”
¿Sabe cómo sé yo quién es un verdadero cristiano? Oyen la palabra, entienden la palabra, la abrazan, la reciben, la aman, la obedecen. Un verdadero cristiano responde a la Palabra.
Me escriben personas que me condenan, que me insultan por lo que digo. ¿Espero que alguien en las tinieblas entienda la luz? La señora me escribe, quiere que su karma sea suavizado. ¡Claro que no me puede entender! Yo hablo las palabras de Dios. Ella no entiende eso. Pero lo que es sorprendente es que en el cristianismo o en los evangélicos están persuadiendo a estas personas, recibiéndolas; personas que no están comprometidas con la verdad, que no comprenden la verdad, que no conocen la verdad. Muchos de ellos están en posiciones de liderazgo en donde se les da plataformas para enseñar elementos de su error y que son re etiquetados como términos cristianismo.
Entonces, comienza con creer en las Escrituras. Para ser un verdadero cristiano, usted tiene que creer que la Palabra de Dios es autoritativa y que habla la verdad de Dios. Sola scriptura. Como puede ver, en la Iglesia católica romana, simplemente no es así. La Iglesia católica romana de manera común amenaza la condenación eterna en contra de alguien que cuestiona los decretos del Papa o el dogma del concilio de la Iglesia. Por ejemplo, el canon uno de la séptima sesión del concilio de Trento por anunciar anatema, condonación en contra de alguien que dice que hay más o menos que los siete sacramentos establecidos por ese concilio. Usted se va a ir al infierno si niega que hay siete; si dice que hay seis u ocho.
Eso significa que si algún católico cuestiona el sacramento de confirmación, penitencia o extremaunción, por no decir nada de los protestantes que cuestionan todos, aunque ninguno de ellos es mencionado las Escrituras, ni uno de ellos. Confirmación, penitencia, extremaunción, no están mencionados en las Escrituras. Si cuestionamos esas cosas, somos sujetos a ex comunicación y a los ojos de la Iglesia somos dignos de condenación eterna. Los cánones y decretos del concilio de Trento, por cierto, están cargados de docenas y docenas, hasta cien de anatemas como ese. Como lo dijo un escritor, declaran como fundamental su propia madera, heno y hojarasca. Pero de acuerdo con la Biblia, ninguna supuesta autoridad espiritual fuera de las Escrituras puede darnos ninguna sabiduría que lleve a la salvación, ¿verdad?
Para ser un verdadero cristiano, usted debe creer que todo lo que pertenece a la salvación viene de las Escrituras. Usted no necesita los escritos de Mary Baker Eddy Patterson, o Glover Frye, o Ellen G. White, o Madame Blavatsky, o el juez Rutherford, o Joseph Smith, o ninguna otra persona, o el Papa, o un concilio, o alguna tradición oral, o alguna profecía de los últimos días.
En segundo lugar, no sólo creemos que la Biblia es la fuente de estas verdades, sino que en segundo lugar, que las verdades que son fundamentales para la salvación están claramente presentadas en la Biblia. No es que estemos hablando de alguna cosa escondida, algún misterio, algún mensaje oculto de alguna manera escrito al revés, de cabeza o en ángulos. Jesús dijo que Él no reveló estas cosas a los sabios y a los entendidos sino que las escondió de los sabios y de los entendidos, registra Mateo, y se las reveló a los niños. No son adivinanzas, no es algo escondido, no es un código secreto, no es una escritura al revés. No es algo que sea difícil de entender. El testimonio del Señor es seguro y hace del más simple, sabio.
Entonces, hay verdades que están reveladas de manera muy clara en las Escrituras. Algunas de ellas con un texto claro, algunas de ellas simplemente de manera conjunta en la enseñanza colectiva de las Escrituras. Y están presentadas de manera clara. Cualquier cosa perteneciente a la salvación es clara en las Escrituras. Quizás no entendamos lo que significa ser bautizado por los muertos en Primera de Corintios. Eso es algo oscuro. Quizás no entendamos todos los matices o pasajes del Antiguo Testamento porque no podemos reconstruir todo el contexto histórico, pero cualquier cosa que pertenece a la salvación es clara en las Escrituras.
Entonces, uno, creemos que las Escrituras son la fuente de la verdad de la salvación. Dos, creemos que son claras. Tres, las doctrinas que deben ser creídas son aquéllas sobre las cuales depende la vida eterna. Entonces, vamos a las Escrituras. Vamos a las Escrituras y vemos lo que es claro y lo que pertenece a la vida eterna. ¿Y qué es? Debe creer, de acuerdo con Hebreos 11. Si viene a Dios debe creer que Él es. ¿Qué significa eso? Debe creer en el Dios que es Dios, no puede creer en cualquier dios que usted quiera. No puede reinventar a Dios. Alguien el otro día alguien me dijo que creía que iba a haber muchos más mormones en el cielo de lo que podíamos imaginar. Y mi respuesta fue “¿cómo es que un cualquier mormón pueda estar en el cielo? No creen que Dios sea una Trinidad. No creen que Jesús es Dios y no creen que usted es salvo por gracia. ¿Cómo es que van a llegar allí? ¿Qué quiere decir?”
Si usted va a creer en Dios, tiene que creer en el Dios que es Dios, no cualquier dios que usted quiere que Dios sea. No puede creer en Alá. No puede creer en cualquier dios que haya en el budismo. Usted no puede creer en el dios simplemente del Antiguo Testamento como hacen los judíos. Usted tiene que creer en el Dios que está revelado en el Señor Jesucristo. Usted no puede creer en el “otro santo” como lo llamó un teólogo. Usted tiene que creer en el Dios que Dios. Eso significa que usted tiene que creer en la Trinidad. Usted tiene que creer en el Dios que se hizo carne en Jesucristo, el Dios encarnado.
Entonces, usted tiene que creer que Jesús fue Dios en carne humana, totalmente humano, totalmente divino; que Él vivió una vida sin pecado, que Él murió en la cruz en una muerte sustitutiva por los pecadores y que Él resucitó físicamente y corporalmente en el tercer día y ascendió al cielo; envió al Espíritu Santo, ahora intercede por nosotros y regresará en gloria. Ésa es la médula de la verdad de la salvación, que Jesús es el Dios verdadero revelado, encarnado en carne humana, que Él es Dios, Dios mismo, un miembro de la Trinidad, que debe ser adorado y honrado y amado y de manera igual, al mismo nivel que Dios Padre y Dios Espíritu Santo.
Usted debe creer en Su muerte sustitutiva en la Cruz como un sacrificio perfecto sin pecado en Su propia vida. Él no fue otro pecador y Él no fue al infierno para sufrir por Sus pecados, como dice el movimiento palabra de fe. Él fue el cordero perfecto, sin pecado. Él murió ahí, a pesar de que no merecía morir en nuestro lugar como un substituto perfecto. Él expió por nuestros pecados que son imputados a Él para que Su vida justa pudiera ser imputada a nosotros. Él fue resucitado de los muertos para conquistar a la muerte por nosotros. Si usted cree en su corazón que Jesús es, si confiesa con su boca que Jesús es Señor, Romanos 10:9 y cree en su corazón que Dios lo resucitó de entre los muertos, usted será ¿qué? Salvo. Usted cree que Él es Dios, un miembro de la Trinidad encarnado, nacido virginalmente. Esa es la única manera en la que Dios pudo venir a este mundo. Que Él vivió una vida perfecta, murió una muerte sustitutiva, resucitó de los muertos. Si usted cree que eso, es salvo. Si usted cree al punto en el que usted lo afirma, se somete a Él y ama al señor Jesucristo. Primera de Corintios 16:22 dice: “Si alguno no amare al Señor Jesús, sea entregado a destrucción, anatema.”
Usted también debe creer que la salvación es por fe únicamente, la justificación es por fe. Romanos 4:4 y 5: “Pero al que obra, no se le cuenta el salario como gracia, sino como deuda; mas al que no obra, sino cree en aquel que justifica al impío, su fe le es contada por justicia.” ¡Gran declaración! Usted no es salvo por obras. “No por obras para que nadie se gloríe.” Usted es salvo por gracia mediante la fe. Lo que sucede, esta gran declaración, usted cree en el que justifica a los impíos. No es que Él justifica a los buenos y justifica a los piadosos que tienen buenas obras. Él justifica a los impíos. Él justifica a los impíos y a los malos y al pecador que cree en Él que viene y dice que no tiene bien en sí mismo, que no tiene piedad en sí mismo y se arroja a la misericordia de Dios, quien justifica los impíos. Esa es una de las grandes frases en todo el Nuevo Testamento. Romanos 4:5 “aquel que justifica al impío.” Eso quita a las obras de esto. Usted no debe que ser bueno para ser justificado. Usted tiene que reconocer que es malo y clamar a Dios.
La Iglesia católica romana no cree eso. Ellos creen que Él justifica a los buenos, a las personas que toman la gracia impartida que les es infundida a ellos mediante su bautismo y la misa y otros sacramentos y la mezclan con buenas obras y si hacen suficientes buenas obras, y suficientes buenas obras, y suficientes buenas obras, y Dios justificará a los buenos. Eso es lo que la teología liberal cree. No es lo que la Biblia enseña. Un error en entender la justificación es la razón misma por la que Israel fue hecha a un lado. La razón misma por la que Israel fue apóstata, por no conocer acerca de la justicia de Dios. Ellos procedieron a establecer su propia justicia y no se sujetaron a la justicia de Dios, Romanos 10:3. Ese es precisamente el error del catolicismo romano. Es lo mismo de cualquier sistema por obras, cualquier sistema religioso, cualquiera de las sectas, cualquiera de esas cosas conectadas con el cristianismo fuera de la verdad.
Usted debe creer en la doctrina del pecado. Usted debe creer que el hombre es un pecador. Si decimos que no tenemos pecado, hacemos que Dios sea un mentiroso. Su verdad no está en nosotros. Si usted dice que no es pecador, usted no es cristiano, porque si usted dice que no es pecador, entonces la palabra de Dios no está en usted. Primera de Juan 1:8. Versículo 10 también: “Si decimos que no hemos pecado, hacemos de Dios un mentiroso y Su palabra no está en los vosotros.” Versículo 8 dice: “Si usted no lo tiene pecado, usted se engaña a sí mismo. Su verdad no está en usted.”
Entonces, afirmamos nuestra pecaminosidad y afirmamos nuestra impiedad y después afirmamos que no podemos hacer nada para ser salvos. Y afirmamos que Jesucristo pagó el precio por nuestra salvación y clamamos de manera desesperada como los impíos porque Dios coloque la justicia de Dios a nuestra cuenta. Y como puede ver, ese es el cuerpo de verdad que debe ser creído. Ahora, si usted es un musulmán, usted no cree eso. Si usted es un budista, usted no cree eso. Si usted es un judío que no acepta Cristo, usted no cree eso. Si usted es un ateo, usted no cree eso. Si usted es un mormón, usted no cree eso, etc., etc., etc. Y usted todavía está en tinieblas.
Y si usted cree que de alguna manera lo único que hacer es decir es ‘Creo en Jesús’ y usted va a ir al cielo; y usted no conoce, no sabe de qué Jesús está hablando, quién es, qué hizo y por qué el logró lo que hizo en la Cruz y por lo que Él logró en la Cruz, él compró su salvación, y usted no acepta lo que está revelado en las Escrituras, usted no tiene que entender la totalidad de todo esto, pero tiene que entender la claridad de esto. Quizás no entienda todas las implicaciones de la doctrina de la justificación, pero debe entender esto: usted es un pecador. Usted es indigno. Usted no puede hacer nada. Él hizo todo.
“Todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios; y todo espíritu que no confiesa que Jesucristo ha venido en carne, no es de Dios; y este es el espíritu del anticristo.” Si usted está equivocado cerca de quién es Jesús y por qué vino, entonces usted es un espíritu del anticristo.
Como puede ver, todo lo que necesitamos creer para ser salvos está resumido en Cristo, ¿verdad? En Él vemos a la Trinidad, porque Él es un miembro de la Trinidad encarnado en carne humana. Vemos en Él el estándar perfecto, justo, de Dios vivido. Vemos en Él la muerte sustitutiva en la Cruz, el poder de la resurrección sobre la muerte. Todo está resumido en Cristo. Ésa es la razón por la que Pablo dice en 1 Corintios 3: “Porque no podemos colocar otro cimiento que el cimiento que es Jesucristo.”
Entonces, creemos en la Biblia. Los verdaderos cristianos creen en la palabra de Dios. ¿Sabe usted lo que sucede cuando usted es librado? Dios implanta en usted un amor por Su verdad. También creemos en la gran doctrina de la justificación por gracia a través de la fe únicamente. Creemos en Jehová -Tsidkenu en el hebreo- el Señor es nuestra justicia, porque no tenemos justicia nuestra. Creemos en el nacimiento virginal de Jesucristo. Creemos en Su deidad perfecta. Creemos en Su humanidad sin pecado. Creemos en Su muerte expiatoria. Creemos en Su resurrección. Creemos en la verdad de toda palabra que Él habló y la realidad de todo milagro que Él hizo. Entonces, regresando a 2 de Juan 9, “el quiera, si alguno no permanece en estas enseñanzas acerca de Cristo, no tiene a Dios. Cualquiera que permanece en esto tiene tanto al Padre con y al Hijo.” ¿No es eso maravilloso?
Bueno, resumiendo, hay verdades no negociables. La autoridad absoluta de las Escrituras, Sola scriptura. Justificación por la fe únicamente, Sola fide. En Cristo únicamente el Dios/hombre perfecto, Sola Christus. Los reformadores estaban en lo correcto. Esos eran los puntos medulares. Y los verdaderos cristianos, amados, han sido liberados del error a la Verdad. Y todo aquel que cree una mentira no es de Dios. Y aquí está la Iglesia, de regreso a donde comenzamos, borrando la línea entre el verdadero cristiano y el no cristiano. No tenemos nada que ver recibiendo en la comunión de la Iglesia, la comunión de la Iglesia, forjando vínculos espirituales con personas que están en tinieblas y que son culpables. Al hacer eso, nos volvemos culpables de un pecado terrible. Nos volvemos participantes de sus obras malas. Es como los corintios arrogantes, como usted sabe, habían recibido a un hombre que estaba viviendo en el tipo de pecado más vulgar, teniendo una relación sexual con la esposa de su padre. Y Pablo dijo: “Voy a tener que entregar a ese hombre a Satanás.”
Si contamina a la Iglesia que alguien tenga una relación sexual adentro de la Iglesia, ¿qué le hace a la Iglesia el recibir a aquellos que traen mentiras? Los falsos maestros nunca llevan un letrero declarándose a sí mismos como falsos maestros. Y siempre vienen, de acuerdo con 2 Corintios 11:13, disfrazados como ángeles de ¿qué? ¡Oh, ellos siempre les dicen que traen la verdad! Tenemos que mantener a nuestra Iglesia pura y tenemos que mantener a la gente alerta a la realidad de lo que significa ser un verdadero cristiano. Nada es tan necesitado de manera tan desesperada en la Iglesia en este momento que restaurar el discernimiento bíblico y restaurarlo al nivel de inicio. Y eso comienza con quién es un cristiano y quién no lo es. La primera esfera de liberación entonces es ser liberado del error a la Verdad. Oremos.
Señor, Tu Palabra es luz y ha brillado fuertemente nosotros en esta mañana. Y recordamos las palabras de Jeremías quien dijo: “No envíe estos profetas pero corrieron. No les hablé, pero profetizaron.” Y Señor, el mundo está tan lleno de esos a quienes Tú no enviaste y aquellos a quienes Tú nunca diste un mensaje. Y están disfrazados como ángeles de luz; y la Iglesia es tan ingenua por esto. Padre, oramos porque Tú protejas a Tu pueblo, Tu Iglesia, que les des una pasión por la luz, por la Verdad. Y ayúdanos a conocer a los verdaderos cristianos porque son los que han salido de las mentiras, han salido de los engaños, de las tinieblas a la luz clara, brillante, esplendorosa de la Verdad. Gracias por esa liberación. Y Tú lo hiciste. Nosotros nunca podríamos haberlo hecho porque en nuestras tinieblas y en nuestro estado de muerte, no podíamos ver la luz, no podíamos percibir la luz. Estábamos ciegos a ella, sordos a ella, muertos a ella, pero Tú nos diste vida y luz. Te damos gracias por esa liberación. Amén.
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