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Gracia a Vosotros: Desatando la Verdad de Dios, Un Versículo a la Vez

La salvación de los bebés que mueren, 2ª Parte

Escritura: Escrituras Seleccionadas

Código: 80-242

John MacArthur

Esta es la segunda parte de un tema que comencé la noche del domingo pasado, la salvación de los bebés que mueren. El domingo pasado por la noche, cuando terminé el mensaje, ciertamente había tres o cuatro, quizás cinco o seis parejas; padres que se me acercaron y me agradecieron por el mensaje porque recientemente habían perdido a algunos pequeños. Algunos después de la mayor parte del embarazo, algunos en el nacimiento, algunos poco después del nacimiento, algunos después unos cuantos meses, algunos inclusive después de un par de años; y todos expresaron su gratitud porque ahora tenían la confianza de creer que el destino eterno de sus pequeños que murieron esta establecido; y que están en el cielo con el Señor.

Estuve en una conferencia médica en los últimos días, acabo de regresar anoche. Y esta pregunta surgió porque éstas son personas, son médicos que trabajan en países del tercer mundo en donde ven mucha muerte infantil, mucha muerte de infantes. Y estaba hablando con una enfermera neonatal, una enfermera que trabaja en una situación muy difícil con bebés prematuros que realmente nunca sabía qué decirle a los padres de lo que sucede cuando los pequeños mueren. Su gozo fue casi abrumador cuando le expliqué lo que yo creo que enseña la Biblia en cuanto a su salvación. Entonces, desde un punto de vista anecdótico o una perspectiva muy personal, este es un asunto muy importante… un asunto muy importante para los padres aquí en esta noche si uno de sus pequeños muriera.

Pero más allá de lo personal y la anécdota y lo individual, está la realidad de que millones, de hecho billones, a lo largo de la historia humana de seres humanos han sido concebidos y murieron aún antes de que llegaran a una condición de responsabilidad, antes de que pudieran llegar a entender la ley, la gracia, el pecado y la salvación. Antes de que pudieran de manera consciente llegar a rechazar la Verdad. ¿Cuál es su destino eterno? Bueno, las Escrituras de manera muy clara hablan del hecho de que son recibidas al cielo como almas redimidas para vivir para siempre con Dios.

El domingo pasado me esforcé por mostrarles a partir del ángulo teológico por qué esto es verdad. Y esta noche quiero mostrarles desde el punto de vista textual lo que apoya esto.

Ahora, brevemente para repasar lo que hicimos la semana pasada, para, en cierta manera, meterlo al flujo, hicimos la pregunta ¿a quién nos referimos cuando hablamos de estos infantes, estos pequeños, estos niños que mueren y que son salvos? Y la respuesta es ésta: aquellos que no han alcanzado un entendimiento lo suficientemente maduro como para comprender de manera convincente los asuntos del pecado y la salvación. Y permítame añadir como una nota al margen que eso no se aplica a los paganos. Los paganos adultos están involucrados o se encuentran en el pasaje de Romanos 1 cuando conocen a Dios y no le glorificaron como a Dios; y se vuelven vacíos en sus imaginaciones, crean sus propios dioses, adoran a la criatura más que al Creador. No estamos hablando de ellos, estamos hablando de aquellos que no han alcanzado un entendimiento lo suficientemente maduro como para comprender los asuntos del pecado y la salvación. Le dije que no hay una edad de responsabilidad sino que hay una condición de responsabilidad; y es verdad para los niños y es verdad para algunos adultos que están mentalmente retardados o discapacitados.

La segunda pregunta que explicamos -y este es un repaso rápido- ¿acaso todas las almas como esas son concebidas como pecadores? ¿Son culpables delante de Dios y dignos de muerte? Y la respuesta es sí. La Biblia es muy clara de que todos son pecadores, que todos somos concebidos en iniquidad, que somos impíos desde el punto de la concepción porque llevamos la culpabilidad del pecado de Adán y todos llevamos el estado caído de la naturaleza de Adán que se nos transmitido. Todos los que son concebidos desde el momento de la concepción poseen dentro de ellos el poder del pecado; es parte de su naturaleza humana. Y son culpables delante de Dios. Y si los infantes no fueron pecaminosos, si fueran moralmente neutrales, entonces no habría base para que ellos murieran porque la paga del pecado es muerte. Pero, es su naturaleza pecadora heredada que planta en ellos las semillas de la muerte. Y para la mayoría de los que son concebidos, hace que la supervivencia sea por lo menos no más difícil que la vida. Desde el tiempo de la concepción hay muchas cosas que amenazan esa vida.

Y debido a que es verdad que todos aquellos que son concebidos son pecadores depravados, ¿qué implicaciones tiene la verdad de la depravación en los niños que mueren y su salvación? Bueno, hace que su salvación sea puramente un asunto de gracia soberana. Ellos no merecen ser salvos porque son pecadores culpables por herencia. Si son salvos es por la gracia soberana de Dios en base a nada que ellos puedan hacer, nada que ellos puedan alcanzar y nada que ellos puedan presentar como un mérito. La salvación de esas almas entonces es absolutamente coherente con la salvación de adultos que también está basada en gracia soberana independientemente de cualquier cosa que ellos puedan hacer.

Y la cuarta pregunta que hicimos es: ¿cuáles son los medios por los que los infantes son salvos cuando mueren en una condición previa a la responsabilidad? Y la respuesta es que son salvos a través de la obra sacrificial de Jesucristo, Su muerte por ellos porque Él llevó la ira de Dios por ellos así como por todos aquellos que pueden creer. Son salvos entonces por gracia, por gracia soberana. La única diferencia entre su salvación y la nuestra es fe como parte de la nuestra y no como parte de la suya. Pero de nuevo, la fe no es algo con lo que contribuimos nosotros, la fe es un regalo de Dios. Entonces, son salvados por gracia en una elección soberana de tal manera que la obra de Cristo es aplicada de manera gratuita a ellos. En nuestro caso, es justificación por la fe, en su caso es justificación sin fe porque es sin el conocimiento y la capacidad de entender de manera convincente el pecado y la salvación, ellos no pueden ejercer esa fe.

También la última vez terminamos diciendo que las Escrituras no enseñan en ningún lugar la condenación de los infantes; en ningún lugar. Pero las Escrituras enseñan, de acuerdo con Apocalipsis capítulo 20, versículos 11 y 12, se acuerdan que ahí vimos que toda la gente que es enviado al infierno para siempre es enviada ahí en base a un registro de lo que Dios ha mantenido registrado, lo que Dios tiene como registro y es un registro de sus… ¿qué?… sus pecados, Apocalipsis 20:11 y 12.

El pecado dominante que ellos cometen es la incredulidad, la incredulidad. Y ligado a esa incredulidad está un rechazo de su verdadera condición y un rechazo de la provisión de Dios. Entonces, son culpables de no reconocer su propia condición pecaminosa y no creer lo que Dios les ha revelado a ellos. Sea en el caso de un pagano que necesita creer en la revelación que Dios ha colocado en la creación en la conciencia o sea alguien que de hecho ha oído al Evangelio y lo ha rechazado. Es su rechazo e incredulidad lo que es pecado dominante condenador. Pero Su juicio viene en base al registro de los pecados como consecuencia de su incredulidad deliberada.

Los niños no encajan en esa categoría. Pecan, es verdad; los pequeños pecan. Los pequeños desobedecen, son egoístas, se enojan, etcétera. Pero son incapaces de comprender la esencia moral de ese pecado. Ellos son incapaces de entender a Dios. Y son incapaces de entender el Evangelio. Ellos son incapaces de ejercer un verdadero arrepentimiento hacia Dios y una fe salvadora de tal manera que no tengan excusa. Mientras que los paganos en Romanos 1 no tienen excusa porque son capaces de conocer y entender la revelación que Dios les ha dado en la creación y en la conciencia; y son capaces de ejercer fe. Entonces, la incredulidad para ellos es una decisión deliberada.

Y entonces, a manera de resumen de lo que vimos la semana pasada, todos los que mueren sin alcanzar la condición de responsabilidad son perdonados como una expresión de gracia y salvados por Dios a través de la obra de Jesucristo siendo elegidos por gracia soberana, inocentes de una rebelión deliberada e incredulidad en contra de Dios; y por lo tanto, de acumular una vida de obras pecaminosas mediante las cuales serían condenados justamente a un castigo eterno. Eso es lo que enmarcamos en nuestro último mensaje.

Ahora, quiero ir a algunas Escrituras que apoyan esto porque quiero que usted entienda cómo la Biblia habla de esto. Este es un material muy útil. Realmente nunca lo he hecho en el pasado aunque sé lo que creí y lo he tocado aquí y allá; pero nunca he leído tanto y he sintetizado tanto en mi propia mente, lo cual voy a tratar de destilar y les voy a tratar de dar una parte de esto.

Quiero que veamos el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento, ¿muy bien? Y cada uno de estos bajo tres encabezados… Inocencia, posesión y salvación… Y estas no son categorías particularmente brillantes, simplemente son maneras simples en las que podemos dividir el material. Vamos a ver Antiguo Testamento y vamos a ver la categoría de la inocencia, después la categoría de la posesión y después la categoría de la salvación. Y vamos a hacer lo mismo con el Nuevo Testamento. Y creo que esto les va a ayudar mucho, mucho.

Vamos a comenzar en el Antiguo Testamento. Y lo que estamos buscando en el Antiguo Testamento son pasajes que indican que estos pequeños son inocentes delante de Dios. Y esto es que no tienen culpabilidad por la cual el juicio divino es el castigo justo. Regresemos a Deuteronomio capítulo 1; y obviamente no puedo presentarles todo lo que hay en estos pasajes, pero realmente vamos a tratar de concentrarnos en las declaraciones claves que se hacen porque necesitamos cubrir varios textos.

Deuteronomio capítulo 1, versículo 39, obviamente estamos en el contexto de la historia de Israel. Han pecado contra el Señor como dice el versículo 41. El versículo 37 dice que el Señor está airado contra ellos. El versículo 39 de Deuteronomio 1: “Y vuestros niños, de los cuales dijisteis que servirían de botín y vuestros hijos que no saben hoy lo bueno ni lo malo, ellos entrarán allá y ellos la daré y ellos la heredarán.” Ahora, permítame explicarle lo que está pasando aquí. Están listos para entrar en la tierra. Han salido de Egipto, están listos para entrar en la tierra prometida. Y Dios les dice que está enojado con ellos, que pecaron. Y no necesito entrar a la lista de pecados que cometieron mientras que estaban en el desierto incluyendo el becerro de oro, los pecados de los espías entrando en la tierra y las personas que no creyeron. Pero lo que usted necesita entender aquí es que Dios básicamente les dijo que ellos no entrarían a la tierra, que no entrarían debido a su rebelión deliberada, a su pecado deliberado. Pero sus pequeños, que dijeron que se convertirán en un botín si ustedes entraran y tomaran la tierra, aunque Yo les dije que pelearía por ustedes y con ustedes, sus pequeños que en este día no tienen conocimiento del bien y del mal, ellos van a entrar y a ellos se las daré y la van a poseer.

Y lo que Dios está diciendo es su rebelión, su rebelión hace que ustedes pierdan esta bendición. Se las voy a dar a ellos porque ellos no tienen la misma culpabilidad que ustedes tienen. Esto no quiere decir que no están depravados, todos los que nacen están depravados. Pero debido a que no tenían un entendimiento verdadero, no tenían conocimiento del bien o del mal, en un sentido simple sabían los que sus padres les habían dicho que tenían que hacer y ellos sabían si lo hacían o no; pero no tenían un entendimiento verdadero acerca del pecado y de la justicia. Ellos no tenían un entendimiento verdadero de su condición o del remedio de Dios para esa condición. No tenían un entendimiento verdadero de la rebelión y la incredulidad. Y Dios le dice que entonces debido a que ellos no conocen el bien o el mal de la manera que ustedes lo conocen, ustedes no van a entrar a esa tierra y ellos sí. En un sentido, Dios bendijo su inocencia.

Ahora, pase a Jeremías 19:4: “Porque me dejaron y enajenaron este lugar y ofrecieron en él incienso a dioses ajenos…” Nuevamente, ustedes conocen la historia de Jeremías, ustedes conocen que Dios llamó a Jeremías a ser un profeta y Jeremías debía venir y hablar de juicio, del exilio de Jerusalén, del juicio que caería sobre Judá, el Reino del Sur y Jerusalén, lo conocemos como la cautividad babilónica. Y esta es tan sólo una repetición de lo mismo… Me han dejado, enajenaron este lugar. En otras palabras, ellos lo han hecho un lugar de idolatría. Y ofrecieron en él incienso a dioses ajenos los cuales no habían conocido ellos ni sus padres ni los Reyes de Judá y llenaron este lugar de sangre de, escuche esto, inocentes. Ahora, ¿quiénes son los inocentes? Bueno, el mejor entendimiento de este pasaje es que se refiere al sacrificio de bebés porque en el siguiente versículo, “edificaron lugares altos a Baal, para quemar con fuego a sus hijos en holocaustos al mismo Baal, cosa que no les mandé, ni hablé, ni me vino al pensamiento.” Ustedes incineraron a sus bebés ahí en el fuego de Moloc.

Pero lo que creo que observo aquí es que estos son llamados inocentes… Inocentes. Ustedes quemaron a los inocentes. Dios los vio como inocentes aunque no son bebés bautizados de “padres creyentes;” éstos son hijos de idólatras. Ellos habrían estado fuera de la fe de Israel, aunque eran el pueblo judío. Ellos habrían estado afuera de la voluntad de Dios. Ellos serían en esencia judíos paganos que estaban adorando ídolos, quemando a sus bebés. E inclusive los bebés quemados de idólatras son vistos aquí como inocentes. Ésa es la evaluación de Dios de ellos.

Ahora, pase al pequeño profeta Jonás… Jonás. Y este es otro principio interesante que habla del asunto de la inocencia de los pequeños. Jonás capítulo 4, es el último capítulo, el último versículo de Jonás, el versículo 11 del cuarto capítulo. Dios quería que Jonás fuera a Nínive, como usted sabe, y predicara y lo hizo; pero Jonás odió esto, no quiso hacerlo porque él no quería ver a gentiles que en cierta manera adoptaran a su Dios porque él odiaba a los gentiles. Esa fue la manera en la que pensaba. Y realmente ellos no querían incluirlos. Jonás francamente quería que Nínive fuera aplastado. Él hubiera estado contento si Dios hubiera destruido a la ciudad entera. Y entonces, Dios le dijo a Jonás que eso no era apropiado. Y en el capítulo 4, versículo 11: “¿Y no tendré Yo piedad de Nínive, aquella gran ciudad donde hay más de ciento veinte mil personas que no saben discernir entre su mano derecha y su mano izquierda y muchos animales?” Inclusive esos animales son criaturas que Yo he hecho y la bestia del campo me honrará, dijo en Isaías.

Pero ¿qué hay acerca de las ciento veinte mil personas que no saben discernir entre su mano derecha y su mano izquierda? Esto se está refiriendo a los pequeños, a los niños, a los que están retardados mentalmente o los discapacitados. ¿Y sólo voy a ir ahí y aplastar a ciento veinte mil personas que realmente no conocen la diferencia en lo que hacen?

Aquí puede ver que Dios ha restringido Su juicio sobre Nínive por la razón expresa de que no sólo va a traer esa destrucción en contra de los que son, en las palabras de Jeremías 19:4, inocentes. Entonces, puede ver en el Antiguo Testamento que hay pasajes, y no le he dado todos los que hay, hay otros, que indican este asunto de inocencia como una realidad.

El segundo es el asunto de posesión… posesión, lo cual va un poco más allá de la inocencia. La inocencia es sólo una definición categórica, la posesión la personaliza con Dios; y le voy a mostrar esto a partir de varios pasajes en el Antiguo Testamento.

Jeremías capítulo 1… Jeremías capítulo 1, y aquí tenemos a Jeremías presentándose a sí mismo como: “el hijo de Hilcías, de los sacerdotes que estuvieron en Anatot, en tierra de Benjamín. Palabra de Jehová que le vino en los días de Josías hijo de Amón, rey de Judá, en el año decimotercero de su reinado. Le vino también en días de Joacim hijo de Josías, rey de Judá, hasta el fin del año undécimo de Sedequías hijo de Josías, rey de Judá, hasta la cautividad de Jerusalén en el mes quinto,” y esto llevando hasta el exilio.

Y luego, versículo 4, el primer mensaje que Jeremías recibió: “Vino, pues, palabra de Jehová a mí, diciendo: “Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones.”” Ahora, esto es coherente con el Salmo 139. En el Salmo 139, se los leí la última vez, no lo voy a ver otra vez, pero creo que recordarán que en el Salmo 139 cómo dice de manera tan única David: “Porque Tú formaste mis entrañas, Tú me hiciste en el vientre de mi madre. Te alabaré porque formidables, maravillosas son Tus obras, estoy maravillado y mi alma lo sabe muy bien. No fue encubierto de Ti mi cuerpo, bien que en lo oculto fui formado, y entretejido en lo más profundo de la tierra. Mi embrión vieron Tus ojos y en Tu libro estaban escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas, sin faltar una de ellas.” Eso es paralelo a esto. Dios dice no sólo te consideré en ese punto como inocente, sino que te conocí entonces, eras una persona entonces, me eras conocido entonces. No sólo te conocí sino que ya te había apartado para esa determinación de que tú serías un profeta. Tú fuiste mío inclusive en ese entonces.

Ezequiel capítulo 16, otro gran capítulo que expande nuestro entendimiento de lo que acabo de leer. Usted podrá decir que bueno eso está reservado por un profeta. Bueno, también David dijo que era una realidad con él. Bueno, dice usted, esas son personas especiales. Jeremías es una persona especial. David es una persona especial. Quizás el Señor los conoce de una manera especial. Quizás él tiene una intención salvadora hacia ellos. Y después de todo, llegaron a la edad adulta y creyeron.

Pero es mucho más amplio que eso. Versículo 15 de Ezequiel 16, esta es una condenación terrible de Jerusalén, terrible. Un capítulo asombroso realmente. Versículo 15: “Pero confiaste en tu hermosura y te prostituiste a causa de tu renombre y derramaste tus fornicaciones a cuantos pasaron, suya eras. Y tomaste de tus vestidos y te hiciste diversos lugares altos y fornicarte sobre ellos. Cosa semejantes nunca había sucedido ni sucederá más.” Este es un retrato muy vívido. Él presenta a Israel como una mujer infiel. Y después de todo lo que Dios había hecho por ella, la levantó, ahí en el versículo 4, en el día de tu nacimiento, el día que naciste no fue cortado tu ombligo, ni fuiste lavada con aguas para limpiarte, ni salada con sal, ni fuiste envuelta con fajas… fuiste arrojada sobre la faz del campo, con menosprecio de tu vida, en el día que naciste.” Eso es lo que dice acerca de Israel. “Y Yo pasé junto a ti, y te vi sucia en tus sangres, y cuando estabas en tus sangres te dije: ¡Vive! Sí, te dije, cuando estabas en tus sangres: ¡Vive! Te hice multiplicar como la hierba del campo; y creciste y te hiciste grande… Y pasé yo otra vez junto a ti, y te miré, y he aquí que tu tiempo era tiempo de amores; y extendí mi manto sobre ti, y cubrí tu desnudez; y te di juramento y entré en pacto contigo, dice Jehová el Señor, y fuiste mía.” Este Dios diciendo te volviste Mi nación, te saqué de Egipto, te levanté de en medio de un campo, te limpié, te hice mi novia y te limpié y te lavé y te ungí; y ahora eres una prostituta. Eres una ramera. Y ahora te vistes con ropa de prostituta y sales en medio de las calles y juegas a la ramera con todo el mundo.

Y versículo 20: “Tomaste tus hijos y tus hijas que habías dado a luz para Mí, y los sacrificaste a ellas para que fuesen consumidos.” Después, versículo 21: “¿Eran poca cosa tus fornicaciones, para que degollases también a Mis hijos y los ofrecieras a aquellas imágenes como ofrenda que el fuego consumía?” No puedes hacer eso con mis hijos. Mis hijos. Ésa es una declaración grande, Mis hijos.

Ahora, pase a Job una vez más vimos esto brevemente la última vez, pero encaja aquí. Job tres. Job está en problemas. Todo lo malo que podía pasar, pasó. Todo lo que podía salir mal salió mal. Y en Job capítulo 2, versículo 9, su esposa le dijo: “Maldice a Dios y muérete. Aún retienes tu integridad. Maldice a Dios y muérete.” Simplemente maldice a Dios y muérete, esto no puede empeorar más. Dios no puede ser más duro contigo de lo que ya ha sido. Simplemente maldice a Dios y muere.

Y Job no escuchó a su esposa. Versículo 10 dice: “En todo esto no pecó Job con sus labios.” Pero él nos mostró su dolor. Capítulo 3, versículo 11: “¿Por qué no morí yo en la matriz o expiré al salir del vientre? ¿Por qué me recibieron las rodillas? ¿Y a qué los pechos para que mamase? Pues ahora estaría yo muerto, y reposaría; Dormiría, y entonces tendría descanso, Con los reyes y con los consejeros de la tierra que reedifican para sí ruinas; o con los príncipes que poseían el oro, que llenaban de plata sus casas.”

 

Lo que él está diciendo aquí es que habría estado mejor si hubiera nacido muerto. Versículo 16, hubiera sido mejor ser un abortivo, un infante que nunca vio la luz porque, versículo 17 dice que si ese fuera el caso conmigo estaría en un lugar en donde no hay impiedad y donde los que están cansados descansan. Este es el hombre más justo en el planeta en ese entonces, el hombre más justo. Versículo 8 del capítulo 1: no hay nadie como él en la tierra, un hombre irreprensible y justo, que teme a Dios y se vuelve de la maldad. Este es el hombre de Dios, este es un hombre con teología sana y una fe sana y dice: “francamente, la vida está tan mal que hubiera estado mejor si hubiera nacido muerto, si hubiera sido un aborto porque entonces habría estado en reposo.” No está hablando aquí de aniquilación porque él dijo que estaría con los reyes y consejeros y con príncipes, estaría con gente, estaría con aquellos que están en reposo. Esto no es aniquilación. Y ciertamente no puede ser infierno porque si hay una realidad en el infierno es que no hay reposo. Ciertamente, si él va a estar en el infierno, no cesaría de la impiedad. La única posibilidad es el cielo.

 

Entonces, usted ve que en el Antiguo Testamento hay textos que nos indican la condición inocente. Esto no es que no son depravados, no es que no poseen una naturaleza pecaminosa y llevan la culpabilidad del pecado de Adán. Pero no hay una incredulidad deliberada, rebelión y conducta pecaminosa que pueda ser usada en contra de ellos por las que puedan ser responsables porque no entienden de una manera convincente estos asuntos. Son inocentes.

 

Y más que eso, los versículos que les acabo de leer indican que en una manera especial, son de Dios aún los hijos de idólatras paganos que son ofrecidos en altares sacrificiales, “son Mis hijos.” Y son tanto de Dios que si sufrieran un aborto natural, ellos irían a un lugar en donde están con otros en reposo y líderes de impiedad.

 

Pero hay aún más. Usted puede ir de la inocencia a la posesión de la salvación en el Antiguo Testamento. Pase a 2 de Samuel; 2 Samuel capítulo 12. Usted conoce la historia, este es David con Betsabé, un incidente infame en el cual David cometió adulterio con una mujer que no era su mujer y para continuar en esa relación de manera permanente, se aseguró de que su marido, Urías, fuera asesinado. Entonces, David no sólo era un adúltero, él era un homicida. Capítulo 12, versículo 12, un buen lugar para comenzar. David había cometido su pecado en secreto, “más yo haré esto delante de todo Israel y a pleno sol.”

 

“Entonces dijo David a Natán: Pequé contra Jehová. Y Natán dijo a David: También Jehová ha remitido tu pecado; no morirás.” David estaba en penitencia, estaba triste por su pecado. Salmos 32, Salmo 51 son sus oraciones penitentes. Mostrando su arrepentimiento. Dios lo perdonó. “Mas por cuanto con este asunto hiciste blasfemar a los enemigos de Jehová, el hijo que te ha nacido ciertamente morirá.” Versículo 15: “Y Natán se volvió a su casa. Y Jehová hirió al niño que la mujer de Urías había dado a David, y enfermó gravemente.” El pequeño bebé se enfermó. Creo que David realmente quería que ese pequeño bebé viviera porque si el bebé vivía en cierta manera seria una muestra de perdón y gracia. Pero Dios lo había perdonado. Y David necesitaba una lección severa y todos los demás que vieran la situación. Pero David quería que el niño viviera. Y estoy seguro, como cualquier padre, David tenía ternura por ese pequeño niño.

Y entonces, en el versículo 16: “Entonces David rogó a Dios por el niño; y ayunó David, y entró, y pasó la noche acostado en tierra.” No comió, se postró ahí en la tierra rogándole toda la noche que Dios salvara al bebé. “Y se levantaron los ancianos de su casa, y fueron a él para hacerlo levantar de la tierra; mas él no quiso, ni comió con ellos pan.” Versículo 18: “Y al séptimo día murió el niño.” Pasó una semana. Este es un hombre que está en dolor intenso, en oración intensa. “Y temían los siervos de David hacerle saber que el niño había muerto, diciendo entre sí: “Cuando el niño aún vivía, le hablábamos, y no quería oír nuestra voz; ¿cuánto más se afligirá si le decimos que el niño ha muerto?”” Y él a lo largo de estos siete días estuvo en este ayuno, en este lloro, intercesión a favor del niño estando postrado en el suelo. Y temían decirle que su niño estaba muerto porque decían que cuando el niño vivía le hablábamos y no quería oír nuestra voz, ¿cuanto más se afligirá si le decimos que el niño ha muerto? Lo vieron tan afectado por el dolor y el sufrimiento, de una manera tan profunda por la muerte que se esperaba del niño que temían que si le decían que el niño estaba muerto, podía quitarse su propia vida. En su mente, él había entregado su sentido entero de bienestar a la vida de ese niño. No le podemos decir, él se puede hacer algo a sí mismo, se puede dañar a sí mismo.

Versículo 19: “Mas David, viendo a sus siervos hablar entre sí, entendió que el niño había muerto; por lo que dijo David a sus siervos: “¿Ha muerto el niño?” Y ellos respondieron: “Ha muerto.”” Ahora, estos son siete días de estar orando y ayunando y postrándose durante toda la noche rogando a Dios de una manera tan intensa que los siervos tenían miedo aún de decirle que el niño había muerto por temor de que se pudiera quitar su propia vida. Ellos vieron lo triste que estaba.

“Entonces David se levantó de la tierra, y se lavó y se ungió, y cambió sus ropas, y entró a la casa de Jehová, y adoró.” Esto es un ejemplo de oración en el Antiguo Testamento. Se levantó de la tierra, se lavó, se ungió a sí mismo. Significa esencialmente que se bañó, se perfumó, se puso lo que utilizaba en su cabeza, se peinó, cambió sus ropas lo cual indica que probablemente no lo había hecho por siete días. Y vino, entró a la casa de Jehová y adoró.

¿Qué sucede aquí? No se mató a sí mismo. Se bañó. Se limpió. Se arregló, fue la casa del Señor y adoró. Y vino a su casa y dijo: “Oigan, tengo hambre.” Y entonces, le pusieron pan y ¿qué hizo? Comió. Esta es una transformación asombrosa, dice usted. Y en el versículo 21: “Y le dijeron sus siervos: “¿Qué es esto que has hecho? Por el niño, viviendo aún, ayunabas y llorabas; y muerto él, te levantaste y comiste pan.”” Parece que esto está al revés.

“Y él respondió: “Viviendo aún el niño, yo ayunaba y lloraba, diciendo: ¿Quién sabe si Dios tendrá compasión de mí, y vivirá el niño?”” Eso es normal, ¿no es cierto?, orar por la vida del niño. Quería la vida de ese niño, se preocupaba por el niño, lo quería. Aunque nació a partir de un pecado, yo quería amar a ese niño y criar a ese niño y disfrutar a ese niño. Y entonces oré. Y dije quién sabe si Dios tendrá compasión, mostrará gracia hacia mí y el niño podrá vivir. No lo sé.

Él es muy parecido a nosotros, no es cierto? Simplemente oró que Dios tuviera gracia pero no sabía lo que Dios escogería hacer. Pero, versículo 23: “Mas ahora que ha muerto, ¿para qué he de ayunar? ¿Podré yo hacerle volver? Yo voy a él, mas él no volverá a mí.” ¿No es esa una gran declaración? Esta es una partida, pero sólo temporal. Mas él no volverá a mí.

No hay nada porque llorar, caballeros. Nada porque ayunar. Él no puede venir a mí pero yo voy a él. Su tristeza fue reemplazada de manera instantánea por la esperanza cuando ese niño murió.

Este es un nombre de Dios a pesar de sus pecados. Está postrado en el suelo durante siete días, orando y ayunando, llorando con tristeza. Su tristeza es tan grande que los siervos piensan que podría llegar a quitarse su propia vida. Y para sorpresa de ellos, cuando descubre que el bebé ha muerto, él deja de llorar, se levanta, se lava, se pone ropa limpia y come y dice que no hay nada porque estar tristes, caballeros; voy a ir a él. David era un creyente. David pecó. David fue disciplinado. Y David fue perdonado. Él era un hijo de Dios. Entonces, sabemos que David no estaba diciendo que lo iba a ver en el infierno. Algunas personas dicen que bueno, que lo que quiso decir es que iba a ser sepultado en el mismo campo. Por favor, eso no te hace arreglarte y comer. ¿Me da gusto porque voy a estar sepultado ahí junto a él cuando muera? Algunos dicen que bueno, este niño fue el infierno porque nació de un adulterio. Ningún niño, ninguno paga por los pecados de un padre o madre. Ezequiel 18 explica esto de manera absolutamente clara.

La única respuesta a todo esto es que David sabía en dónde estaba el niño y él sabía que habría una reunión. Y ésta es la clave, David sabía adónde iba él. Fue David el que dijo “estaré satisfecho cuando despierte a Tu semejanza.” David sabía que él iba a la presencia de Dios. No hay duda de eso en la mente de David. Él sabía que cuando muriera, él iría ahí. Salmo 16: “No dejarás mi alma en el sepulcro, en el Seol, ni permitirás que tu santo enfrente corrupción. Tú me darás a conocer el camino de la vida. En Tu presencia hay plenitud de gozo. A Tu diestra hay delicias para siempre.” David sabía que él iba a la presencia de Dios en donde hay gozo eterno y placer eterno.

Y si dijo “yo iré a él”, él sabía dónde el niño estaba. Y David fue quien nos dio ese increíble Salmo 23 en el cual dijo: “Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida y en la casa de Jehová moraré por largos días.” ¿A dónde cree usted que él pensó que estaba el pequeño? En la casa del Señor y es esa la razón por la cual no había razón alguna de ayunar; y esa la razón por la cual no había motivo para llorar… Él está con el Señor y ahí estarás tu también pronto.

Ahora, quiero pasar a unos capítulos más adelante, a 2 Samuel 18 porque quiero mostrarle un contraste. Este no fue el único hijo que David tuvo. Él tuvo otro hijo llamado Absalón; y quiero mostrarle un contraste asociado con el desagrado a Absalón. Absalón fue un hijo adulto, un hijo ya crecido. Ahora, usted recuerda que Absalón trató de darle un golpe de Estado a su padre. Y eso lo peor, ¿no es cierto? Su propio hijo guiando la revolución. Esto era un desastre. Y puede leerlo en los capítulos anteriores. David fue maldecido y enfrentó todo tipo de cosas. Y Absalón andaba por todos lados del país tratando de reunir una banda de soldados que lo siguiera y destrozara el palacio. De hecho, desarrolló una conspiración y persiguió a David, expulsándolo de Jerusalén. Y aquí está su propio hijo tratando de matar a su padre. Este es el peor de los hijos, no es un pequeño bebé tierno que está siendo cargado en los brazos; este es un hijo impío, miserable, feo, egoísta, asesino, conspirador que está tramando; ésta es la peor pesadilla de un padre… Un hijo miserable que buscaba matar a su padre. Y él lo buscó para hacer eso.

No obstante, en el capítulo 18 vemos que Absalón literalmente se metió en un problema. Versículo 9: “Iba Absalón sobre un mulo, y el mulo entró por debajo de las ramas espesas de una gran encina, y se le enredó la cabeza en la encina.” Mire, si usted está montado en un caballo ahí en el bosque, agáchese antes de que aparezca el árbol. Absalón no se agachó y su cabeza se enredó en el árbol; y ahí estaba suspendido entre el cielo y la tierra. Y el mulo en que iba pasó adelante. Y: “Viéndolo uno, avisó a Joab, diciendo: “He aquí que he visto a Absalón colgado de una encina.” Y Joab respondió al hombre que le daba la nueva: “Y viéndolo tú, ¿por qué no le mataste luego allí echándole a tierra? Me hubiera placido darte diez siclos de plata y un talabarte.””

Todo hombre necesita un talabarte, esto es un cinturón. “El hombre dijo a Joab: “Aunque me pesaras mil siclos de plata, no extendería yo mi mano contra el hijo del rey.”” Porque no sé cómo va a reaccionar el rey ante esto. ¿Crees que voy a matar al hijo del rey?

“Porque nosotros oímos cuando el rey te mandó a ti y a Abisai y a Itai, diciendo: “Mirad que ninguno toque al joven Absalón.”” Protégelo, protégelo. Ustedes saben, eso es tan ridículo. Piense usted en la historia, David estaba diciendo no permitan que nadie lastime a Absalón. Todo el mundo alrededor de David está diciendo que tiene que estar loco, que el hombre está tratando de matarlo, está encabezando un golpe de estado contra ti… está conspirando y tramando contra ti; y él anda por todos lados diciendo que lo protejan, que lo protejan, que no dejen que nada le pase a Absalón.

Y este pobre hombre dice que no importa cuánto dinero me darás, yo no voy a matar a Absalón… Si el rey descubre que yo he matado Absalón, tendré problemas. Entonces, en el versículo 15, Joab tiene un plan. “Y diez jóvenes escuderos de Joab rodearon e hirieron a Absalón, y acabaron de matarle.” Diez hombres, para que en cierta manera pudieran compartir la culpa.

Ahora versículo 32, un mensajero etíope viene y: “El rey entonces dijo al etíope: ¿El joven Absalón está bien? Y el etíope respondió: Como aquel joven sean los enemigos de mi señor el rey, y todos los que se levanten contra ti para mal.” Que toda persona que está contra ti será como Absalón. Bueno, él sabía lo que quiso decir. Que todos tus enemigos sean matados de la manera que él fue matado.

Entonces, aquí hay un segundo hijo que murió. “Entonces, el rey se turbó y subió a la sala de la puerta, y lloró; y yendo, decía así: ¡Hijo mío Absalón, hijo mío, hijo mío Absalón! ¡Quién me diera que muriera yo en lugar de ti, Absalón, hijo mío, hijo mío! Capítulo 19 versículo 1: “Dieron aviso a Joab: He aquí el rey llora, y hace duelo por Absalón.” Esto es lo exactamente opuesto. Él dejo de llorar cuando el bebé murió y él comenzó a llorar cuando Absalón murió. ¿Cuál es la diferencia? Él sabía que el bebé estaba en la presencia del Señor. Y él sabía que Absalón no. En ese primer hijo, estaba la esperanza de una reunión; en el segundo había horror. Ninguna tristeza por la muerte del primero, pero una tristeza casi imposible de aliviar en la muerte del segundo.

Primera de Reyes capítulo 14, 1 Reyes capítulo 14, este es otro de estos pasajes muy importantes que habla del asunto, no de la inocencia o de posesión sino del hecho de estar con Dios en el cielo, de ser protegido por Dios del Juicio. El rey Jeroboam era muy impío. El rey Jeroboam hizo lo que muchos ocho reyes hicieron: simplemente multiplicó ídolos, tuvo todo tipo de dioses falsos, sacerdotes falsos, era un rey idólatra. Y él realmente en cierta manera duplicó la adoración del becerro de oro que los judíos en cierta manera habían inventado en el monte Sinaí durante el éxodo. Y fue bajo Jeroboam también que ofrecieron a sus hijos en el altar a sus ídolos. Entonces, debido a esta impiedad Dios le dice a Jeroboam: “tu dinastía está maldecida.”

Observé ahí el versículo 9, Dios dice: “Hiciste lo malo sobre todos los que han sido antes de ti, pues fuiste y te hiciste dioses ajenos e imágenes de fundición para enojarme, y a Mí me echaste tras tus espaldas; por tanto, he aquí que Yo traigo mal sobre la casa de Jeroboam, y destruiré de Jeroboam a todo varón, así el siervo como el libre en Israel; y barreré la posteridad de la casa de Jeroboam como se barre el estiércol, hasta que sea acabada.” La dinastía de Jeroboam sería eliminada. Y: “El que muera de los de Jeroboam en la ciudad, lo comerán los perros, y el que muera en el campo, lo comerán las aves del cielo; porque Jehová lo ha dicho.” Cualquier lugar, cualquier hombre en la casa de Jeroboam que muriera iba a ser dejado en las calles para que los perros lo comieran. Sólo en la época moderna los perros han sido domesticados. Siempre eran una especie de animales de rapiña, en cierta manera salvajes, comiendo lo que podían encontrar en las calles. “El que muera en el campo, lo comerán las aves del cielo”. Que las aves de rapiña despedacen sus cuerpos. No sepulten a nadie de la casa de Jeroboam. Que sea sabido que Dios ha colocado una maldición sobre ellos de esa manera.

“Y tú levántate y vete a tu casa; y al poner tu pie en la ciudad, morirá el niño.” En esta familia hay un pequeño niño. “Y todo Israel lo endechará, y le enterrarán; porque de los de Jeroboam, sólo él será sepultado.” Escuche la siguiente afirmación: “Por cuanto se ha hallado en él alguna cosa buena delante de Jehová Dios de Israel, en la casa de Jeroboam.” Este es un pequeño en el idioma original. Todo hombre en tu familia va a ser mancillado, comido por perros o aves de rapiña. Pero ese pequeño va a tener una sepultura decente, respetuosa. ¿Por qué? Porque en él hay algo de bueno hacia el Señor Dios de Israel. ¿Y cuál es ese bien? No es mérito justo sino que es esto, que él fue el único que de manera deliberada, no consiente, no se había rebelado contra Dios. Es un texto maravilloso, ¿no lo es? Dios dice que traten bien a esa vida… Algo bueno hay en esa vida. No lo suficiente para ganarse la salvación, pero no hay una rebelión deliberada contra Mí. Otra indicación del favor especial, del cuidado especial de Dios hacia los pequeños.

Ahora pase el Nuevo Testamento. Romanos 1; brevemente, Romanos 1. “Porque la ira de Dios -versículo 18- se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la Verdad.” Noten: que detienen con injusticia la Verdad. Esta es una definición ampliada. El Juicio divino viene en contra de aquellos que detienen con injusticia la Verdad, lo cual da lugar a la pregunta: ¿puede el juicio divino, la ira de Dios caer en uno que no puede entender o detener la Verdad? Versículo 19: “Porque el juicio de Dios, la ira de Dios, lo que de Dios se conoce les es manifiesto pues Dios se lo manifestó.” Les es evidente a través de la razón; aprendimos eso también en el capítulo 2, a través de la conciencia. “Porque las cosas invisibles de Él, Su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa. Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos y su necio corazón fue entenebrecido. Profesando ser sabios, se hicieron necios; y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles. Por lo cual también Dios los entregó a la inmundicia.”

Bueno, eso no es el caso con los infantes. Ellos no detuvieron la Verdad en injusticia. Ellos no conocen la evidencia de Dios que está en ellos en la razón y la conciencia. Ellos no pueden ver Su eterno poder, Su naturaleza divina, Sus atributos invisibles en la Creación. Ellos no pueden entender esas cosas que son invisibles por lo que es visible a ellos de tal manera que no tienen excusa. Ellos tienen excusa. Este pasaje entonces, de manera inversa por así decirlo, libera a los infantes de la ira de Dios reservada para aquellos que detienen la Verdad. Y eso es lo que los paganos hacen en toda la faz de la tierra. Ellos tienen la Verdad en la conciencia, tienen la verdad en la razón, la detienen. Si no fuera así, si clamaran a Dios por conocer más, créanme, Dios no tiene límites en cuanto a su capacidad de hacer que el Evangelio les llegue. Pero lo que es claramente visto por una persona madura no es claramente visto por alguien que es un niño.

Y después, una palabra de posesión en del Nuevo Testamento. En Lucas 1, un comentario breve aquí. Esto es acerca de inocencia, esto es acerca de posesión. Lucas 1, este es Juan el Bautista. Y dice: “Será grande delante de Dios. No beberá vino ni sidra y será lleno del Espíritu Santo, aun desde el vientre de su madre.” Aquí está de nuevo la misma idea que vimos en Jeremías, que cuando -y con David en el Salmo 139- aquí hay un individuo en el vientre conocido por Dios, que pertenece a Dios, que está lleno del Espíritu Santo de Dios aún desde el vientre de su madre. Y después, en el versículo 39, en el mismo capítulo, María se reúne con Elizabet. Y este niño en el vientre de Elizabet, Juan el Bautista, del cual acabo de leer, oye el saludo de María: “En aquellos días, levantándose María, fue de prisa a la montaña, a una ciudad de Judá; y entró en casa de Zacarías, y saludó a Elisabet. Y aconteció que cuando oyó Elisabet la salutación de María, la criatura saltó en su vientre; y Elisabet fue llena del Espíritu Santo, y exclamó a gran voz, y dijo: Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre. ¿Por qué se me concede esto a mí, que la madre de mi Señor venga a mí? Porque tan pronto como llegó la voz de tu salutación a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre.” Entonces, aquí está Juan, un profeta cuando no puede hablar, él simplemente salta ahí adentro, enviando mensajes a su madre. Esto es simplemente para señalarnos que Dios tiene control absoluto desde el vientre de toda vida.

Gálatas 1:15 es otro. El apóstol Pablo indicando que esto es posesión. Dios posee esa pequeña vida en el vientre, sea David o Jeremías o sea Juan el Bautista o sea el apóstol Pablo. Gálatas 1:15: “Pero cuando agradó a Dios, que me apartó desde el vientre de mi madre, y me llamó por su gracia revelar a su Hijo en mí y demás.” Dios le reveló a Pablo que él había sido escogido por Dios, él era la posesión especial de Dios cuando aún estaba en el vientre de su madre. Él era conocido por Dios como cualquier otra alma concebida en el vientre. Él pertenecía a Dios como todos le pertenecen a Dios. Esa es la razón por la que son llamados “Mis hijos” como vimos en Ezequiel. Y cuando estos pequeños mueren en esa condición, yo creo que están bajo el cuidado especial del Señor. Esa es la razón por la que pueden decir en Romanos 5:18: “Por el pecado de Adán fueron hechos muchos pecadores y a través de Cristo muchos son hechos justos.” Sé que es un camino estrecho y pocos son los que lo hallan, pero no creo que esos son los únicos que van a estar en el cielo. Pocos son los que hallan el camino estrecho, pero muchos están en Cristo. ¿Cómo puede tener a pocos encontrando el camino estrecho y a muchos en Cristo? Porque los muchos han venido a través de la salvación que Dios provee para los pequeños.

Apocalipsis capítulo 5, versículos 9 y 10, en el cielo habrá gente alabando a Cristo de toda lengua, tribu, pueblo y nación. Usted conoce ese pasaje. Apocalipsis 5:9 y 10. ¿Sabe que hay tribus en naciones que aún no han oído el Evangelio? Pero todavía van a haber representantes de esas tribus y naciones en el cielo alabando a Cristo porque murieron en la infancia o en la niñez o sin la capacidad de entender.

Dos pasajes más, Mateo 18; y después Mateo 19. Mateo de 18, un pasaje maravilloso y con frecuencia ni siquiera lo he usado en esta discusión. De hecho, de todo lo que leí, nunca encontré este pasaje como una referencia; y leí muchos libros. Mateo 18:14: “Así, no es la voluntad de vuestro Padre que está en los cielos, que se pierda uno de estos pequeños.” Esa es una declaración muy fuerte, ¿no es cierto?

Usted dirá que sí, pero está hablando de creyentes, que esta no es una discusión acerca de niños. Él dice en el versículo 3, tiene un niño en Sus brazos, usando un niño como una ilustración, Él toma a este pequeño bebé. Jesús lo hace. Algunos dicen que probablemente era un niño de la familia de Pedro, podría haber estado en la casa de Pedro. Él tiene un bebé en Sus brazos y quiere dar una ilustración. Y entonces dice: “Ni siquiera para entrar al Reino al menos que se vuelvan como un niño.” Y entonces, el niño es una ilustración, el niño es con el propósito de ser usado como analogía. Y si vas a venir a Mi Reino, vas a tener que humillarte como este pequeño. Y necesita recibirse unos a otros como pequeños. Y no deben casar tropiezos entre ustedes. Estarán mejor muertos que causar que uno de estos pequeños que creen en Mí tropiece. Entonces, Él simplemente está usando a un niño como una ilustración. Tiene que venir como un niño y tiene que ser amado como un niño. Una vez que entran al Reino, necesitan tratarse entre ustedes como niños. Necesitan cuidarse los unos a los otros y no hacer cosas dañinas entre ustedes. Y cuando versículo 10, cuando alguien menosprecia a uno de estos pequeños, los ángeles mismos del cielo están preocupados porque el Padre está preocupado.

Y el retrato aquí es del creyente como un niño. Usted entra como un niño, dependiente, sin mérito alguno, sin ningún logro, sin ningún mérito. Así es como usted entra al Reino. Usted entra desnudo, por así decirlo, clamando por ayuda como un niño. Una vez que está en el Reino, todavía es un niño y debe ser amado como un niño y cuidado como un niño y protegido como un niño. Y en el versículo 12 Él dice que si uno de ellos se desvía, ustedes van y lo traen de regreso. Bastante obvio, si usted tuviera un grupo de niños y uno de ellos no aparece ahí para la cena en la noche, usted no diría que tiene seis más. Que de todas maneras, Alberto era un dolor, era un dolor de cabeza, nunca hacía lo que le decíamos, dejémoslo irse. No, alguien va a ir por la calle tratando de encontrar a Alberto. Y ese es el punto, es un niño, un niño se pierde.

Y el retrato aquí es de un niño que es análogo a los creyentes. Y entonces, cuando llega al versículo 14 y dice: “No es la voluntad de vuestro Padre que está en los cielos que se pierda uno de estos pequeños,” lo único que tiene sentido es que está hablando de creyentes. Pero la analogía es perfecta, porque Él no quiere que un creyente perezca, así como no quiere que un pequeño perezca. De otra manera, la analogía no tiene sentido. Dios no quiere que Sus hijos perezcan, Sus hijos espirituales perezcan así como no quiere que un pequeño perezca.

Entonces, usted entra como un niño, necesita ser cuidado como un niño, tratado como un niño, protegido como un niño, rescatado como niño y Dios no va a dejar que usted perezca, que sea devastado y destruido así como Él no permite que uno de Sus pequeños atraviese por eso. Como los bebés, así son los creyentes. De la misma manera, Dios está igual de preocupado por los pequeños. Y Él así está de preocupado por los Suyos. Y entonces, la analogía sólo tiene sentido si los pequeños no perecen. Y si los pequeños perecen, entonces la analogía no tiene sentido, ¿verdad? Y después, especialmente Mateo 19; y esto es realmente… se encuentra en tres lugares, Mateo 19:13 al 15; Marcos 10:13 al 16, el cual leí anteriormente en el servicio; y Lucas 18:15 al 17, está en todos estos Evangelios sinópticos… Mateo, Marcos y Lucas. Y usted conoce el pasaje, Mateo 19:13: entonces le fueron presentados unos niños. Los padres están trayendo a sus pequeños para que Él ponga Sus manos con el propósito de bendecirlos y orar por ellos. Y los discípulos lo reprendieron. Los discípulos no habían aprendido su primera lesión en la salvación de niños y están a punto de escucharla.

“Saquen a esos niños.” Jesús dijo: “Dejad a los niños venir a Mí y no se lo impidáis porque de los tales es el Reino de los cielos.”

Usted dice pero “aquí está hablando de creyentes.” Pero no tendría sentido si el Reino de los cielos no les perteneciera, no nos puede pertenecer a nosotros por analogía. Tiene que pertenecerles a ellos.

Entonces dice usted: “bueno, esta es solo una analogía; sólo una analogía.” Bueno, vea a esta gran analogía. Un niño no puede hacer nada por sí mismo para ser salvo. Un niño no puede ganarse la salvación. Un niño no puede ofrecer algún logro, algún mérito. Tiene que ser totalmente dependiente de la gracia soberana. Y ésa es la manera en la que venimos. El Reino está lleno de gente como ellos, salvados puramente en base a la gracia soberana. Y le recuerdo que de acuerdo con Marcos, como leí antes, Jesús levanta, carga a estos pequeños y los bendice. No pude encontrar en ningún lugar en mi Biblia donde Jesús bendice a incrédulos, ¿usted sí? No pude encontrar algún lugar en donde Él bendice a los malditos. No pude encontrar ningún lugar en la Escritura en donde Él pronuncia una bendición sobre los condenados o pronuncia de manera indiscriminada una bendición en una combinación de los Suyos y los del diablo. Éstos eran niños reales que Él tenía en Sus brazos… Niños reales y dice: “De los tales es el Reino de los cielos.” Esa es la analogía. Así como el Reino le pertenece a esos pequeños si es que mueren, no van a perecer en el sentido de Juicio, así el Reino le pertenece a esos pequeños y mueren, así como el Reino le pertenece a esos pequeños y mueren, así nos pertenece a nosotros que somos hijos espirituales. Entonces, Jesús dice: “No les impidan venir a Mí.”

Y realmente reprendió a Sus discípulos ignorantes, que entonces recibieron su primera elección en el asunto de la actitud de Dios hacia los pequeños. Los discípulos estaban equivocados. Los niños constituyen el Reino celestial. Cuando lleguemos al cielo, va a estar lleno de los pequeños que nunca vieron la luz del día, que nunca salieron vivos del vientre, que salieron del vientre pero nunca llegaron al entendimiento y algunos que crecieron y llegaron a la edad adulta física pero cuyas mentes nunca se desarrollaron al punto de entender. Y el Señor bendice a ellos y los reúne con Él.

Juan Calvino, en su comentario de Mateo, Marcos y Lucas, volumen II dijo: “Esos niños que todavía no tiene entendimiento como para desear Su bendición, pero cuando son presentados a Él, Él de manera gentil y amable los recibe y los dedica al Padre por un acto solemne de bendición,” fin de la cita. Y entonces, Jesús demostró que están bajo Su cuidado especial de gracia. Y Calvino continuó, y cito: “Sería demasiado cruel excluir esa edad de la gracia de la redención. Es una audacia irreligiosa alejar del rebaño de Cristo a aquellos a quien Él cargo en Su pecho y cerrarles la puerta como extraños cuando Él no quiso detenerlos,” fin de la cita.

Fue el gran presbiteriano del siglo XIX Charles Hodge quien escribió, y cito: “Él nos dice que de los tales es el Reino de los cielos como si el cielo estuviera en gran medida constituido de las almas de infantes redimidos.” Y el gran teólogo de Princeton, B. B. Warfield escribió: “Si todos los que mueren en la infancia son salvos, sólo puede ser a través de la operación abrupta del Espíritu Santo, quien gobierna y determina cuándo y dónde y cómo a Él le agrada a través de la gracia inefable del Padre congregar a estos pequeños y llevarlos al hogar que Él ha preparado para ellos,” fin de la cita.

Será el difícil encontrar un triunvirato teológico más noble que Calvino, Hodge y Warfield. Ellos afirman que la intención de este pasaje es enseñar el propósito salvador especial de Dios que hace que Su Reino esté lleno con los pequeños.

En conclusión, ¿a qué edad estarán en el cielo? Algunos de ustedes ya me han preguntado eso. Creo que otra manera de decir esta pregunta es si habrá sillas de bebé en la nueva Jerusalén. No. Sean cuales sean las limitaciones aquí, sean cuales sean sus imperfecciones aquí, sean cuales sean sus inmadureces aquí, no están ahí.

Usted preguntará cómo se eso. Porque Primera de Juan 3:2 dice que cuando lleguemos al cielo todos seremos como Cristo, ¿no es cierto? Todos seremos conformados… Romanos 8:29 dice… a Su imagen y algo de lo que estamos absolutamente seguros es que todos los redimidos de todas las edades en el cielo van a estar ocupados haciendo una cosa gloriosa en particular. Apocalipsis 7:9: “Después de esto miré, y he aquí una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas, y con palmas en las manos;

y clamaban a gran voz, diciendo: La salvación pertenece a nuestro Dios que está sentado en el trono y al Cordero. Y todos los ángeles estaban en pie alrededor del trono, y de los ancianos y de los cuatro seres vivientes; y se postraron sobre sus rostros delante del trono, y adoraron a Dios, diciendo: “Amén. La bendición y la gloria y la sabiduría y la acción de gracias y la honra y el poder y la fortaleza, sean a nuestro Dios por los siglos de los siglos. Amén.””

Y de nuevo, en Apocalipsis capítulo 4 tiene otro retrato de los redimidos en el cielo, en el capítulo 5 otro retrato de los redimidos en el cielo. Algo es una realidad. Que cuando lleguemos al cielo, vamos hacer como Cristo. Y lo segundo que es una realidad es que cuando llegue al cielo, usted va a pasar la eternidad alabándolo. Por lo tanto, debe haber suficiente madurez como para ser portador de la imagen de Cristo y suficiente madurez como para entender la importancia de la alabanza eterna. Madurez perfecta, entendimiento perfecto.

Dice usted: “bueno, mi pequeño bebé que yo no tuve debido a un aborto natural, mi pequeño bebé que murió en el nacimiento, mi pequeño bebé que murió a la edad de 1, 2 o 4 o 6 u 8, ¿me va a conocer ese bebé? ¿Habrá una reunión? ¿Qué dijo David? Él no puede venir a mí, pero yo voy a él. Él no dijo yo voy a este lugar. Él dijo yo voy a él. El cielo es un lugar de reuniones perfectas. Todos los pequeños, todos los que nunca se desarrollaron mentalmente van a estar ahí, van a estar esperando. Primera de Corintios 13 dice conocerá como usted es conocido. Usted tendrá un conocimiento perfecto, madurez perfecta. Y usted conocerá todo lo que necesita saber; y usted será congregado con aquellos que lo aman.

Ahora observen, estas son noticias maravillosas, grandes noticias. Esta es una de estas creo que podría decir que está en la categoría de “lo mejor que jamás he oído.” ¿Por qué digo eso? Bueno, nosotros tuvimos un aborto natural, Patricia tuvo un aborto espontáneo; y entonces nosotros tenemos un pequeño en el cielo. Y usted sabe, ese niño no nos causó problemas. En absoluto. ¿Es eso bueno? ¿Es eso gozoso? El desafío real son los que están aquí, amados. Yo sé que ustedes sienten eso, ¿no es cierto? Lo sienten por sus hijos. Sienten ese peso por sus hijos, por sus nietos, porque no quieren un Absalón, ¿verdad? No quieren al hijo rebelde. Quizás ha llegado a pensar como Job, que sería mejor si hubiera habido un aborto natural. Entonces ahí está ese desafío.

¿Y qué puede hacer? Bueno, simplemente todo lo que usted pueda. Orar, darles un ejemplo, exponerlos a la Verdad, rodearlos de influencias piadosas, criarlos en la disciplina y amonestación del Señor. Es una intercesión incesante. Tan sólo en los últimos dos días, no me gusta contar historias de mis nietos, pero en los últimos creo cuatro o cinco días, le pregunté a tres de mis nietos si conocían el Señor, si habían confesado a Cristo y lo habían invitado a su vida. Y eso simplemente está en mi corazón… Algo por lo que Patricia y yo oramos todo el tiempo. Es algo por lo que sus padres oran todo el tiempo. Y usted es igual, ¿no es cierto? Ese es el gran desafío.

Ahora enfrentamos la necesidad de ser instrumentos de la gracia de Dios en aquellos que sobreviven. Pero le puedo prometer que Dios es un Dios de gracia y Dios es fiel y Dios nunca le dará más de lo que usted pueda soportar. Y yo creo que Dios va a honrar sus oraciones. Y cuando usted tiene ese corazón quebrantado que viene como resultado de un hijo que Le ha dado la espalda, usted sólo puede entregarlo al Señor y buscar otros puntos en su vida en donde la gracia de Dios es desplegada. No se rinda, espere y ore. Sea fiel porque ése es el gran desafío frente a nosotros.

Padre, gracias de nuevo por Tu palabra, la longitud, la amplitud y la altura y la profundidad que toca todos los asuntos de la vida de una manera tan grandiosa. Y deseamos, Padre, que Tú nos des la confianza por los pequeños, que nos dé la fortaleza y sabiduría por los que ya crecieron, aquellos que están creciendo para entender los asuntos de la ley y la gracia y el pecado y la salvación. Y que seamos fieles en criarlos en la disciplina y amonestación del Señor. Y criarlos de tal manera que lleguen a abrazar al Salvador. Da gracia especial a aquellos padres cuyos corazones han sido quebrantados como el de David. Algunas veces, de una manera final, algunas veces no es final todavía; pero dales gracia a aquellos padres para que encuentren un lugar de gozo aún en medio de la de tristeza y la decepción por algunos hijos que continúan revelándose. Continuamos orando por su redención. Te damos gracias por Tu gran gracia, gracia soberana en el nombre de Cristo. Amén.

 

 

 

 

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