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Fue en el año 1978, hace 12 años atrás, cuando nos embarcamos en un estudio de la epístola de Pablo a los efesios. Ha pasado casi esa cantidad de años desde que nos concentramos en un versículo muy, muy importante en Efesios que habla bien del tema de este día en particular. Abra su Biblia, si es tan amable, en Efesios, capítulo 6. Efesios, capítulo 6, versículo 4.

El versículo dice: “Y vosotros, padres,” refiriéndose a padre y madre, “no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor.” Un proverbio chino antiguo dice esto: “una generación planta los árboles y otra recibe la sombra.” Usted y yo estamos viviendo aún en la sombra de algunos árboles que fueron plantados por algunos de nuestros padres y abuelos y bisabuelos. Estamos bajo la sombra, hasta cierto punto, por sus estándares morales, por su compromiso espiritual, su sistema de valores, su sentido de lo que es correcto y lo equivocado, su compromiso con el deber. Estamos bajo la sombra de lo que nuestros padres y abuelos plantaron.

La pregunta que enfrentamos el día de hoy es qué tipo de árboles están siendo plantados en la actualidad para proveer sombra para la generación futura de lo que bien podría ser el calor quemador de un mundo dominado por un anticristo. ¿Estamos plantando algo o estamos dejando a nuestros hijos totalmente expuestos? Es obvio, o debería serlo para cada uno de nosotros, que nuestra cultura, en términos de moralidad, valores, ética, deber, compromiso, se está desintegrando. Los sistemas mismos sobre los cuales basamos nuestra vida están confundidos, están torcidos y fuera de línea con el orden Divino de Dios. Permitimos a nuestro país la masacre de millones de niños no nacidos, mientras que al mismo tiempo sentenciamos a hombre esta semana a seis meses en la cárcel por matar a un colibrí, lo cual nos demuestra que aún no entendemos que el hombre es hecho a imagen de Dios, muy diferente de cualquier animal.

Estaba leyendo un artículo esta semana en la revista Reader's Digest acerca de los derechos de los animales. Una de las personas que es citada en el artículo estaba exaltando la igualdad de todas las cosas creadas con esta afirmación: “una rata es un cerdo y un perro es un niño.” El artículo procedía a decir que hay personas que están reclamando que la matanza de seis millones de pollos para ser rostizados es el equivalente moderno de la masacre de Hitler de los judíos.

¿Qué tipo de valores va a tener nuestra cultura? A mí también se me dijo hace un par de semanas atrás que hay más personas en las escuelas de leyes en los Estados Unidos que en el resto de los programas de posgrado combinados. Es impensable pensar en lo que viene en el futuro en una sociedad que va a irse a demandar entre sí hasta la muerte en juicios, sin un estándar moral mediante el cual va a determinar lo que es correcto.

¿Vamos a sentenciar a la gente a la cárcel por matar a las aves y después, dejarlos estar libres cuando matan a niños? ¿Adónde va nuestra cultura? ¿Qué tipo de sistema de valores, qué tipo de moralidad, qué tipos de estándar estamos estableciendo para proveer sombra para la próxima generación? ¿Estamos plantando algo o los estamos dejando totalmente expuestos?

Bueno, las Escrituras son ciertamente claras cuando hablan de nuestra responsabilidad hacia nuestros hijos. Dios ha establecido los estándares y cualquier madre sabe que los hijos deben ser una bendición. Y normalmente, lo son cuando llegan. Hay algunas madres que no los quieren en absoluto y, por lo tanto, los abortan. Hay algunas madres que inclusive, habiéndolos dado a luz, no los quieren. Y por ello, los desechan en un contenedor para la basura o los regalan.

Y después, están la mayoría de las madres, que al principio los quieren y después de unos cuantos años, no están seguras de que todavía los quieren. Los hijos, supuestamente deben ser una bendición. Los hijos deben ser un gozo. Los hijos deben ser una bendición del Señor para llenar de gracia nuestras vidas de satisfacción y significado y felicidad y plenitud. Son dados para nuestro gozo y, sin embargo, terminan rompiendo el corazón, y rompiendo el corazón y rompiendo el corazón. Al ser dejados expuestos a este mundo y cuando no se les provee la sombra apropiada para protegerlos, ellos, de hecho, rompen su corazón.

Pero regresemos a la perspectiva básica de Dios. Génesis, capítulo 4, cuando regresamos al principio en el que Dios dio hijos, cuando leemos en Génesis 4, versículo 1: “el hombre,” este es Adán, “tuvo relaciones con su esposa Eva y ella concibió y dio a luz a Caín. Y ella dijo:

“he tenido a un hombre niño,” literalmente, con el Señor. En otras palabras, el Señor fue la fuente de este niño. El Señor me dio un niño.

En el versículo 25: “Adán volvió a conocer a su mujer y dio a luz a un hijo y lo llamó Set, porque Dios me ha dado otro descendiente.” Ella vio a sus hijos como regalos de Dios. Capítulo 17 de Génesis, versículo 20: “Y en cuanto a Ismael, también te he oído; he aquí que le bendeciré, y le haré fructificar y multiplicar mucho en gran manera; doce príncipes engendrará, y haré de él una gran nación.” Inclusive a Ismael, Dios dice, lo bendeciré. ¿Cómo lo vas a bendecir? Al darle hijos. Doce príncipes le daré. Esa es una gran bendición.

Génesis, capítulo 29. En Génesis 29, versículo 31: “Y vio Jehová que Lea era menospreciada, y le dio hijos; pero Raquel era estéril. Y concibió Lea, y dio a luz un hijo, y llamó su nombre Rubén, porque dijo: Ha mirado Jehová mi aflicción; ahora, por tanto, me amará mi marido. Concibió otra vez, y dio a luz un hijo, y dijo: Por cuanto oyó Jehová que yo era menospreciada, me ha dado también éste.” Ella pensó que cuando ella le había dado su primer hijo a su marido, él la amaría. Ella descubrió que solo el hijo de ella la amaba. Para cuando ella tuvo el segundo hijo, ella tuvo el segundo hijo y sabía que el segundo hijo iba a llenar de nuevo el vacío de amor que ella no tenía por parte de su marido. El punto es este: que Dios le dio sus hijos para que ella pudiera disfrutar del amor de ellos. Los hijos son una bendición. Los hijos son una fuente de amor.

Raquel estaba sintiendo su esterilidad en el capítulo 30, versículo 1 y ella le dijo a Jacob: “dame hijos o moriré.” Versículo 2: “Y Jacob se enojó contra Raquel, y dijo: ¿Soy yo acaso Dios, que te impidió el fruto de tu vientre?” El punto es que sólo Dios puede dar hijos. Dios los da para gozo. Dios los da para bendición. Dios los da para llenar nuestras vidas. Versículo 6: “Dijo entonces Raquel: Me juzgó Dios, y también oyó mi voz, y me dio un hijo.” De nuevo, un regalo de Dios.

Versículo 17: “Y oyó Dios a Lea; y concibió, y dio a luz el quinto hijo a Jacob. Y dijo Lea: Dios me ha dado mi recompensa, por cuanto di mi sierva a mi marido.” Versículo 19: “Después concibió Lea otra vez, y dio a luz el sexto hijo a Jacob. Y dijo Lea: Dios me ha dado una buena dote.” Los hijos deben traer bondad, gozo, bendición, promesa, esperanza, satisfacción, significado para la vida. En el capítulo 33, versículo 5, y aquí Esaú se reúne con Jacob y Jacob le dice que aquellos que estaban con él eran los hijos que Dios en su gracia le había dado a tu siervo. Regalos de Dios dados en gracia para ser una bendición.

En Rut, ese libro maravilloso, en el versículo 13 del capítulo 4, escuche esto: “Booz, pues, tomó a Rut, y ella fue su mujer; y se llegó a ella, y Jehová le dio que concibiese y diese a luz un hijo. Y las mujeres decían a Noemí: Loado sea Jehová.” Los hijos deben ser una bendición. Siempre ha sido así. Dios los da para nuestro aliento. Dios los da para nuestro gozo.

Proverbios 23:24: “el padre de los justos se regocijará grandemente y el que engendra a un hijo sabio estará gozoso en él.” Ese es el propósito de Dios. Los hijos son para hacernos felices. “Se sabio, hijo mío,” dice Proverbios 27:11, “y llena de gozo mi corazón.” Un hijo sabio, de hecho, llena de gozo el corazón del padre. Proverbios 29:3 dice: “un hombre que ama la sabiduría trae gozo a su padre.” Y así continúa.

Ahora, ¿cómo es con el propósito de Dios de que los hijos deben traernos gozo y felicidad, contentamiento, satisfacción y amor, en lugar de eso, se vuelven algo que rompe nuestro corazón? Los matrimonios y las familias en nuestra época tienden a ser zonas de guerra, áreas de desastre. Los hogares no son refugios. No hay paz, ni gozo, ni contentamiento, sino que más bien, conflicto, intimidación, aislamiento. En la generación de gente que está siendo criada en la actualidad, sin protección, en lugar de estar bajo algún tipo de sombra por algún tipo de estándar de vida apropiado y ordenado por Dios. Para hacer eso práctico, permítame tan sólo hablarle un poco de algo antes de que entremos a nuestro texto.

El departamento de policía de Houston publicó un pequeño folleto apropiadamente llamado Cómo Arruinar a Sus Hijos. Obviamente de manera sarcástica, dice, y garantizado para que sea un 99% infalible. Esto es lo que el departamento de policía de Houston experimentó al enfrentar con la delincuencia y los criminales y los ha llevado a concluir esto. Aquí está cómo arruinar a sus hijos.

Número uno, comience en la infancia a darle a su hijo todo lo que quiere. Número dos, cuando comienza decir malas palabras, ríase de él. Número tres, nunca le de ningún tipo de preparación espiritual hasta que tenga 21 años de edad, después, déjelo decidir por sí mismo. Número cuatro, evite usar la palabra “malo,” podría desarrollar sentimientos de culpabilidad. Cinco, recoja usted todo lo que él deja tirado en el piso para que experimente el evadir toda responsabilidad por todo lo que hace y culpar a los demás. Y sigue y sigue. Inclusive la cultura ve que un hijo sin disciplina e instrucción es un desastre potencial.

Otro libro escrito por un médico también adopta un enfoque más bien sarcástico a esto y sugiere cómo crear o cómo producir a un hijo trágico. Primero, aquí están 10 pasos fáciles para hacer que su bebé saludable, normal se convierta en un adicto a las drogas o un alcohólico. Aquí están. Diez pasos. Uno, consiéntalo. Dele todo lo que él quiere si usted puede pagarlo. Dos, cuando él haga algo que está mal, usted puede amenazarlo, pero nunca disciplinarlo. Tres, promueva su dependencia total de usted para que las drogas y el alcohol puedan reemplazarlo a usted cuando él sea mayor. Cuatro, protéjalo de su marido y de todos esos maestros malos que amenazan con disciplinarlo de vez en cuando y demándelos, si usted quiere. Cinco, tome todas sus decisiones debido a que usted es mucho mayor y mucho más sabio que él. Y él podría cometer errores y aprender de ellos si usted no lo hace. Seis, critique a su padre abiertamente para que su hijo pueda perder el respeto a sí mismo y la confianza. Siete, siempre sáquelo de los problemas para que usted le caiga bien a él. Además, él podría dañar la reputación de usted si él termina con antecedentes penales. Nunca deje que él sufra las consecuencias por su propia conducta.

Quiero detenerme aquí para decir que para mí este es uno de los asuntos más importantes en la crianza de los hijos. Los hijos deben sufrir las consecuencias de su mala conducta, de lo contrario nunca alterará la conducta de ellos. Número ocho, siempre entre y resuélvale los problemas para que él pueda depender de usted y corra usted cuando las cosas se ponen difíciles. Después, cuando él sea mayor y todavía no haya aprendido a cómo resolver sus propios problemas, él puede continuar huyendo de ellos mediante las drogas o el alcohol. Nueve, simplemente, para estar tranquila, asegúrese de dominar a su marido y llévelo a que él beba también. Diez, tome usted misma muchas medicinas que el doctor le ha recetado a usted para que el tomar medicinas que no son con receta no sean un gran paso serio para él. Así es como usted hace que su bebé saludable normal termine siendo un adicto a las drogas o alcohólico.

Él añade: “aquí está cómo hacer que su hijo normal termine siendo un homosexual. Uno, comience usando los diez pasos fáciles seguidos por la madre del alcohólico. Pero esto no será suficiente. Además, muestre su amor a su hijo al protegerlo con mucho cuidado. No le deje jugar fútbol americano o béisbol con los otros niños. Él podría lastimarse. No lo deje trabajar afuera, él podría enfermarse de neumonía con un mal clima. Tres, asegúrese de que pase mucho tiempo con usted y muy poco tiempo con su padre o con cualquier otro hombre adulto. Después, él sugiere: aquí está cómo hacer que su hijo normal termine siendo un criminal sociópata.

Uno, comience con los mismos diez pasos fáciles que la madre del alcohólico usa con las siguientes excepciones y adicciones. Nunca discipline a su hijo. El castigo físico es algo del pasado. De hecho, la disciplina ahora es considerada inmoral. Por cierto, es contra la ley en Suecia, la cual tiene la tasa de suicidio más elevada entre los adolescentes en el mundo. Deje que su hijo se exprese a sí mismo como él quiera. Él aprenderá a partir de su ejemplo a cómo conducirse, él no necesita disciplina alguna. No guíe su vida, deje que él guíe a la de usted. Deje que él lo manipule a usted. Deje que él lo haga sentirse a usted culpable si él no hace lo que quiere. Y no implemente las reglas de la casa, si es que hay alguna, de esa manera, él podría escoger qué leyes de la sociedad él romperá cuando sea mayor y él no temerá a las consecuencias debido a que él no sufrió nunca ninguna consecuencia. No lo moleste con hacer cosas en la casa. No lo moleste con ayudar a limpiar o a recoger la casa. Hágale todo. Por ejemplo, hágale su cama, límpiele todo para que entonces, él pueda ser irresponsable cuando él sea mayor. Y siempre culpe a otros cuando sus responsabilidades no se hacen. Asegúrese de ceder cuando él hacer un berrinche. Él podría pegarle a usted si es usted no cede. Nunca lo confronte cuando él está enojado. También ayudará si usted escoge creer sus mentiras y quizás usted quiera mentir un poco. Particularmente en sus impuestos. Critique a otros de manera abierta y de manera rutinaria para que él entonces se dé cuenta de que él es mejor que el resto de la gente. Dele mucho dinero y no lo fuerce a hacer algo para ganárselo. Él podría terminar con la idea de que él tendrá que trabajar más tarde para vivir si usted lo hace trabajar para tener dinero. Si él hace algo que vale la pena en la casa, asegúrese de pagarle ricamente por cada buena obra, no sea que él termine pensando que un sentimiento de responsabilidad es su propia recompensa.

Y después, el doctor dice: aquí están los plazos para hacer que su hija normal termina siendo una hija histérica. Use los mismos diez pasos fáciles que la madre del alcohólico usó, punto por punto, pero también añada esto: consiéntala, déjela hacer siempre lo que quiere, especialmente si ella llora o se enoja. Cásese con un marido inmaduro y nunca satisfaga usted sus necesidades físicas, sus necesidades de calidez y afecto. Y él se va a acercar demasiado, de hecho, a su hija, en lugar de acercarse a usted. Miéntase mucho a usted misma para que ella pueda aprender a usar la técnica de la negación también. Siempre alábela cómo se ve, nunca por su virtud. Coloque un espejo en toda pared para que ella pueda admirarse a sí misma de manera continua. Esta es una de las reglas más importantes para producir la histeria.

Y cuando ella huya, y probablemente ella va a hacer esto de manera frecuente, asegúrese de salir corriendo siempre tras de ella y discúlpese por no dejarla hacer lo que ella quiere siempre desde el principio. Cuando ella pretenda estar triste y ella finja suicidarse, al tragarse un par de docenas de aspirinas o píldoras para dormir, asegúrese de salvarla de manera dramática y mostrarle lo culpable que usted se siente por no dejarla hacer lo que ella quiere desde el principio. Aliéntela a ser una estrella de película. Ya para este punto, ella es tan dramática que la actuación sería bastante natural para ella. Divórciese y vuélvase a casar dos o tres veces para que ella pueda aprender lo que usted ya conoce: que todos los hombres no sirven para nada, pero, de cualquier manera, usted podría vivir con uno.

Usted podría seguir más allá de eso. Instrucciones para saber cómo criar a un esquizofrénico adulto: No muestre afecto. Tenga un padre débil o una madre débil. ¿Cómo desarrollar a un hijo obsesivo, rígido y tímido? Sea crítico, dominante, legalista, orgulloso. ¿Cómo desarrollar a un hijo que tiende a meterse en accidentes? Peleen entre ustedes y el hijo terminará castigándose a sí mismo en la forma de accidentes. ¿Cómo tener a un hijo obeso? Dele mucha comida y déjelo en casa solo. ¿Cómo tener a un hijo anoréxico? Igual, nada más que incluya que no respete a su marido. ¿Cómo tener a un hijo hipercinético? Nunca discipline y tenga un padre ausente. Y sigue así. Algunos estudios inclusive han indicado que los niños que mojan la cama, de alguna manera son más frecuentes en los hogares de mujeres.

El punto es este: Dios nos ha dado hijos y a menos de que obedezcamos el estándar de Dios, vamos a producir un desastre. Ahora, algunas veces, realmente, no es la culpa de la madre. Algunos maridos son débiles y no sabios. Algunos maridos están ausentes. Algunos maridos se han ido en su totalidad, pero a menos de que usted obedezca el estándar que Dios ha establecido, ese hijo que Dios le ha dado a usted para que sea un gozo y una bendición y un consuelo y consolación a lo largo de su vida, va a terminar rompiendo su corazón.

Ahora, necesitamos regresar a nuestro texto para descubrir cómo criar bien, correctamente a ese hijo. Hemos visto cómo hacerlo mal. ¿Cómo lo hacemos bien? Permítame leerle los primeros tres versículos: “Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo. Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa; para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra.”

Ahora, lo primero que dice y únicamente voy a mencionar esto brevemente, es que los hijos son llamados a obedecer y honrar. Obedecer es el acto y la honra es la actitud. Entonces, lo que queremos de los hijos es obediencia y honor. Necesitan aprender a manera de actitud a honrar a sus padres y en términos de acción, a obedecer a sus padres. De manera natural, no saben esto. ¿Entiende usted eso?

La Comisión de crimen de Minnesota reconoce esto cuando escribe, y cito: “todo bebé comienza la vida como un salvaje pequeño…” Y después, dijeron esto: “él es completamente egoísta y está centrado en sí mismo.” Él quiere lo que quiere cuando lo quiere, su mamila, la atención de su madre, los juguetes del otro niño, el reloj de su tío. Usted le niega estas cosas una vez y él se enoja, se llena de ira y agresividad, la cual sería homicida si él no fuera tan indefenso. Él está sucio, no tiene moralidad, no conoce nada y no tiene ninguna capacidad desarrollada.” Se oye como un vago. “Esto significa que todos los niños,” dice la Comisión de Minnesota, “todos los niños, no sólo ciertos niños, todos los niños nacen como delincuentes. Si se les permite continuar en su mundo egoísta de la infancia, y se les da la libertad y no se refrenan sus satisfacciones impulsivas para satisfacer todo deseo, todo niño va a terminar siendo un criminal, un ladrón, un homicida y un violador.” Fin de la cita.

Y entonces, si usted va a tener que prevenir eso, va a tener que trabajar un poco. Los niños se desarrollan en cuatro áreas, como se indica en Lucas 2:52: "Jesús creció en sabiduría, estatura, favor con Dios y los hombres.” ¿Verdad? Sabiduría, eso es mentalmente. Estatura, eso es físicamente. Favor con Dios, eso es espiritualmente. Y hombres, eso es socialmente. Mental, física, espiritual y socialmente se desarrollan los niños. Cuando llegan al mundo, no están desarrollados. Se les tiene que enseñar a obedecer porque esto es justo. Y Dios dio este mandato y colocó ahí una promesa con él de vida larga, si tienen ellos la actitud correcta. Honra significa el espíritu de obediencia. Obediencia significa el acto de obediencia. Deben honrar a sus padres, lo cual significa que tienen tal respeto hacia ellos que quieren hacer lo que es correcto y después, van a hacer lo correcto. Pero no van a hacer eso automáticamente. Deben ser entrenados para hacer eso.

La clave, claro, es el Señor Jesucristo y la vida llena del Espíritu inclusive para un hijo. Los hijos necesitan estar bajo el control del Espíritu Santo, pero sus padres necesitan enseñarles eso. Tenemos una tarea enorme frente a nosotros. Y si usted no les enseña a sus hijos a honrarlo a usted y a obedecerlo a usted, entonces sus hijos van a romper el corazón de usted. Esto es absolutamente esencial.

Regrese conmigo a Proverbios por un momento. Y permítame darle tan sólo un pequeño repaso de lo que dice en el libro de Proverbios, únicamente unos cuantos versículos clave. Proverbios… Usted no necesita buscarlos si usted simplemente quiere escuchar. Proverbios 3:11 y 12: “hijo mío, no rechaces la disciplina de Jehová o menosprecies Su reprensión, porque Jehová, a quien ama, disciplina, así como el padre al hijo a quien quiere.” Cualquier padre que realmente ama a su hijo y se deleita en él, lo va a disciplinar, lo va a reprender, lo va a corregir.

Proverbios, capítulo 10, versículo 13, aquí está el medio, el versículo 13 dice en la última parte del versículo: “pero una vara es para la espalda del que carece de entendimiento.” Ahora, en esta cultura moderna, diríamos “¡no!”, una computadora es para el que carece de entendimiento o una enciclopedia es para aquel que… No, una vara es para aquel que carece entendimiento. Y lo que él quiere decir aquí no es que no tienen información, sino que no la aplican. Si usted tiene a un hijo que demuestra una falta de sabiduría al vivir, saque una vara y úsela en la espalda de él o de ella. Eso es lo que dice la Biblia.

Capítulo 19, versículo 18 - y esto es tan práctico - versículo 18 del capítulo 19: “disciplina a tu hijo entre tanto que hay esperanza.” Porque va a llegar a un punto en el que no hay esperanza. Usted ya no lo puede hacer. Su hijo crece demasiado y usted trata de darle con una vara y él se la va a romper en la cabeza a usted. Y observe el versículo 18: “disciplina a tu hijo en tanto que hay esperanza y no desee la muerte de él.” Si usted no disciplina a un hijo mientras que hay esperanza, usted está deseando la muerte de él.

¿Qué quieres decir con eso? Uno, él va a terminar siendo un adicto a las drogas y va a morir de una sobredosis. Dos, va a terminar siendo alcohólico y quizás, a la edad de 19 años, va a terminar chocando con su auto en un árbol o en algún muro en algún lugar y se va a matar. Va a terminar siendo un homosexual a los 25 años de edad va a morir de sida. Él va a terminar siendo un criminal y va a terminar muriendo. No. Usted disciplina mientras que hay esperanza. La alternativa es desear la muerte de él.

Capítulo 22 de Proverbios, versículo 15: “la necedad está ligada al corazón del muchacho,” eso es correcto. “La necedad está ligada al corazón del muchacho, más la vara de la disciplina lo alejara de él.” Como puede ver, de nuevo, el castigo corporal es la consecuencia de la desobediencia, lo cual modifica la conducta. La consecuencia dolorosa inmediata altera la conducta. Proverbios 23:13 y 14: “no retengas la disciplina del niño, aunque lo disciplines con la vara, no morirá.” Él le va a decir a usted que se está muriendo, pero no se está muriendo. No morirá. Lo disciplinarás con la vara y librarás su alma del Seol. Usted no sólo ahora está hablando de salvar su vida, está hablando de salvar su alma, la persona entera, cuando usted usa esa vara.

Proverbios 29:17, me encanta esto, “corrige a tu hijo,” y a tu hija, ciertamente se implica aquí, “corrige a tu hijo e hija y Él te dará consuelo.” Él también deleitará tu alma. Permítame decirle algo. Oigo toda esta discusión de cómo criar a sus hijos y toda esta inteligencia de cómo hacer que tus hijos te amen y cómo pueden terminar deleitando tu alma. Y pueden darle a usted mil maneras psicológicas. Permítame hacerlo simple: la Biblia simplemente dice que, si usted lo corrige, en otras palabras, si usted lo corrige con una vara y lo disciplina a él o a ella y los hace vivir una vida obediente, van a deleitar el alma de usted.

No es tan difícil, no es tan complejo. Establezca un estándar, viva a la luz de ese estándar y corrija a la luz de ese estándar. Ahí está. Y Él le va a consolar a usted. En su edad mayor, él lo va a apoyar a usted, lo va a amar a usted, lo va a llamar bienaventurado y le va a deleitar su alma. Si usted no hace eso, Proverbios le dice lo que sucederá. Y no voy a buscar todos los versículos, simplemente, le voy a dar la lista.

Proverbios dice que, si usted no hace esto, que, si usted no disciplina a su hijo y cría a su hijo de manera apropiada, él va a ser tristeza para su madre, rebelde para su padre. Una tristeza para su padre, un desastre para su padre, una desgracia para sus padres, una humillación para sus padres. Va a usar a sus padres y después, vea el capítulo 29, versículo 15: “la vara y la reprensión dan sabiduría, pero el hijo que hace lo que quiere, trae vergüenza a su madre.” Él lo va a avergonzará a usted. Él va a ser pena para usted.

Si usted quiere un hijo que es una tristeza y un rebelde y una tristeza y un desastre y una desgracia y una humillación y que va a usarlo a usted y una vergüenza, entonces, no haga nada. Pero si usted disciplina a ese hijo, establece un estándar, vive a la luz de ese estándar, disciplina a la luz de ese estándar. Sus hijos van a amarlo a usted, se van a deleitar en usted y van a consolar su corazón.

Ahora, regresemos a Efesios y veamos los puntos específicos de lo que el apóstol Pablo dice. Tenemos un regalo tremendo por parte de Dios en nuestros hijos. Son para traernos gozo inmenso. Deben traernos deleite, bendición, felicidad, satisfacción, consuelo, gozo. Y estamos viendo una sociedad en donde los hijos para la mayoría de las personas son un dolor, un desastre. Rompen los corazones de sus padres con su bebida, con sus drogas, con su promiscuidad sexual, con su conducta criminal moderada o extrema, con su falta de valores, con su falta de honra y respeto hacia sus padres. Avergüenzan a sus padres. Son un terror para sus padres en algunos casos. Ellos manipulan y monopolizan el hogar. Esa no es la intención de Dios.

¿Cómo es que usted va a tomar a ese salvaje pequeño, tan hermoso o hermosa que es y garantizar que éste va hacer un gozo para usted? Aquí está el principio afirmado en el versículo 4, de manera negativa, “no provoquéis a ira a vuestros hijos, de manera positiva, “sino criadlos en la disciplina e instrucción del Señor.” Ahí está. No es tan complicado. Usted no tiene que ser un psicólogo infantil para descifrarlo o entenderlo. Usted no tiene que ir a mil seminarios y comprar todos los libros que están ahí en la librería. No es tan difícil.

Usted dice: “bueno, ese fue un tiempo y lugar diferente.” No. En el día de Pablo, tuvieron una situación muy, muy difícil que estaban enfrentando en esa cultura terriblemente pagana. Por ejemplo, en el mundo romano, existía lo que se llamaba patria potestas, la cual es una frase en latín que significa el poder del padre. Y en esa sociedad, el padre tenía poder total, poder absoluto sobre su familia entera. Sin ningún respeto ni consulta en ninguna corte de la ley, él podía vender a cualquier miembro de su familia para que fuera esclavo. Él podía hacerlos trabajar en los campos en cadenas. Él podía tomar la ley en sus propias manos. Él podía castigarlos. Él podía aplicar la pena de muerte en sus propios hijos mientras que él viviera.

Aún si él tenía 60 años de edad y sus hijos tenían 40 años de edad, no había límite de edad en la patria potestas. El padre tenía el derecho y el poder sobre todos los hijos que tenía, inclusive el poder sobre la vida y la muerte. Se nos dice que cuando un niño nacía, era colocado a los pies del padre. Y si el padre se inclinaba y levantaba al niño, significaba que él reconocía al niño y quería quedárselo. Si él se daba la vuelta y se iba caminando, el niño era desechado.

Los hijos que eran desechados, y esto era muy común en tiempos antiguos, eran arrojados en montones de basura, eran dejados en la calle o dejados en el foro en Roma y después, eran recogidos por gente que los criaba para que fueran esclavos y prostitutas, para el negocio de la prostitución y la esclavitud en Roma. Para mostrarle esto, hay una carta que ha sido descubierta del año 1 a. C de un hombre llamado el Hilarión su esposo Aris. Aris. Esto es lo que esa carta dice traducida, Hilarión a su esposa Aris, “saludos cálidos”. Señoras, cuando ustedes reciben esa carta, están en problemas serios. ¿Saludos cálidos? Después, él escribe: “debes saber que inclusive ahora todavía estamos en Alejandría. No te preocupes si cuando el resto regresa, me quedo en Alejandría. Te ruego y te imploro que cuides del hijo pequeño; y tan pronto como recibamos el sueldo, te lo enviaré a ti. Si tiene buena suerte, y tienes al niño, si es un niño, déjalo vivir. Si es niña, deséchala.” Hijos, no deseados eran comunes, comúnmente dejados en las calles de la ciudad.

Séneca escribió, y cito: “matamos a un buey salvaje, estrangulamos a un perro loco, le metemos el cuchillo al rebaño más enfermo y a los niños que nacen débiles y deformados, los ahogamos.” Su mundo no era muy diferente del nuestro. Nada más que nosotros tenemos la tecnología médica para hacerlo antes de que nazcan. Mismo proceso.

Entonces, Pablo le estaba hablando a un mundo en el que los niños eran abusados severamente y no eran deseados. Y en nuestro mundo, también son abusados severamente y asesinados, inclusive los que nacen con mucha frecuencia, no son deseados. Permítame decirle algo: el abuso más grande de un hijo no es físico, el abuso más grande en contra de un hijo es dejar solo a ese hijo. Ese es el abuso más grande porque ese niño no puede desarrollarse físicamente, espiritualmente, socialmente, mentalmente por sí mismo. Será el salvaje que es de por vida.

Usted se deshace de su hijo cuando usted no pasar tiempo con su hijo, cuando usted no cría a su hijo en la disciplina e instrucción del Señor, usted se deshace de ese hijo. Y eso es común en nuestro día. Inclusive los hijos que nacen son desechados por todos lados. La mamá quiere ir allí, quiere ir allá y quiere ir aquí y quiere ir allá. El niño le estorba a la mamá y deja al niño con esta persona que lo cuida, deja al niño con este vecino y deja al niño con la abuela, “simplemente, no te metas en mi vida”. Ese es un niño que ha sido desechado. Criar a un hijo es una responsabilidad de tiempo completo. Así es como las madres en el pasado plantaron los árboles cuya sombra disfrutamos.

Observe el versículo 4, la palabra padres ahí es patera. Normalmente, es usada para la cabeza masculina de la familia. Pero algunas veces, es usada acerca de padres. Así es como es traducida, por ejemplo, en Hebreos 11:23, en donde habla de los padres de Moisés. Incluye, claro, la idea del padre como la cabeza, pero también la ayuda de la madre. Y realmente deberíamos traducirla de esta manera aquí, el versículo 1 dice: “hijos, obedeced a vuestros padres,” e implícito en el versículo 4, “y vosotros padres, hagan esto con sus hijos”.

Entonces, le estaba hablando a los padres y a las madres; y les está dando la responsabilidad juntos. ¿Se acuerda de lo que le dije en 1 Tesalonicenses, de cómo Pablo tomó la metáfora de la madre y después, la metáfora del padre al hablar de su relación con los tesalonicenses, habló de cómo la madre es la persona tierna, gentil, amorosa que cuida y el padre da la exhortación, el aliento, los mandatos? Él establece el estándar. Ése es el trabajo que llevan a cabo juntos. Proverbios 4:3 trae al padre y a la madre juntos en la instrucción de los hijos. Ambos tienen que estar involucrados en ese desarrollo mental, físico, social y espiritual.

Para tratar de darle un enfoque práctico a eso, unos cuantos años atrás, dos sociólogos en la Universidad de Harvard, llamados Glick identificaron los factores cruciales para predecir la delincuencia futura de los niños en edades de los cinco a los seis años. Y después, en su estudio, rastrearon eso por varios años y descubrieron que tenían un 90% de precisión. Ellos podían tomar a un niño de cinco años de edad, de seis años de edad y los factores en la vida del niño y con una precisión del 90%, predecir la delincuencia futura. Futura. Ya no usamos la palabra delincuencia. La conducta antisocial futura; la conducta antisocial futura. Y después, regresaron y presentaron cuatro factores necesarios para prevenir que hubiera niños delincuentes antisociales, disfuncionales.

Aquí están los cuatro. Estos son sociólogos de Harvard. Uno, la disciplina del padre debe ser firme, debe ser justa y debe ser coherente. En donde usted tiene un padre disciplinando firmemente, de manera justa y coherente o consistente, usted trabaja en contra del desastre futuro.

En segundo lugar, la supervisión de la madre. Eso es lo que dijeron. La supervisión de la madre. La madre sabe en dónde están en todo momento. Y sabe lo que están haciendo en todo momento y ella está involucrada en sus vidas a nivel personal, supervisándolos continuamente. En la presencia de ella, los controla. E inclusive cuando ellos están fuera de la presencia de ellas, ellas saben dónde está y lo que están haciendo. Y ellos saben que ya sabe.

El tercer factor, dijeron ellos, para garantizar que se evite el tener a un hijo disfuncional futuro, es el afecto demostrado del padre y de la madre. El afecto demostrado entre el padre y la madre. En donde el padre y la madre se aman el uno al otro y demuestran ese afecto frente a los hijos, hay una respuesta saludable. Se sienten seguros. Sienten que hay un control amoroso del mundo de ellos. También se sienten bien acerca del matrimonio para ellos mismos.

Y el cuarto, muy simple, la unidad de la familia, el tiempo que pasan juntos.

Ahora, ¿es eso muy complicado? ¿Se necesitó que sociólogos de Harvard descubrieran eso, descubrieran que el padre está a cargo de la disciplina, que la madre está ahí para supervisar, que los dos están ahí para amarse el uno al otro y que la familia debe estar junta y eso garantiza que usted no va a criar a un delincuente? ¿Qué tan difícil es eso? Eso es lo que la Biblia dice. Eso es lo que la Biblia dice. El marido es la cabeza de la familia. La madre, obviamente cuida de sus hijos y deben amarse el uno al otro. El marido amando a la esposa, la esposa amando al marido. Y deben hacer cosas juntos como familia. Eso es tan básico. Pero eso es lo que da lugar a hijos saludables.

El médico Paul Meier dijo que la clave para tener relaciones entre padres e hijos correctas puede resumirse en estas cinco cosas. Uno, amor, los padres amándose entre sí y a sus hijos. Dos, disciplina; estableciendo un estándar y haciendo que la gente viva a la luz de ese estándar o que pague las consecuencias. Tres, consistencia. La consistencia es muy, muy importante. Cuando usted está tratando con un hijo, no es importante que usted sea perfecto. Nadie espera eso. Es importante que usted sea consistente. Ambos padres necesitan marchar al mismo paso, usar las mismas reglas, implementar de manera consistente esas reglas para que un hijo no se salga con la suya en una ocasión y después, sea castigado por lo mismo en otra ocasión. Necesita ser consistente.

Usted tiene amor, disciplina, consistencia. Lo cuarto es el ejemplo. El ejemplo. En las familias saludables, los padres nunca esperan que los hijos vivan al nivel de un estándar que ellos mismos no guardan. Eso es lo que devasta a las familias de los pastores. Porque esta tan intensificado. Si un hombre está en el púlpito predicando, predicando, predicando todo el tiempo, se va a casa y vive de otra manera delante de sus hijos, eso es simplemente devastador. La hipocresía de esto es devastadora. Cancelan todo. Eso es verdad en la vida en particular de un cristiano.

Y lo quinto, dijo el doctor, amor, disciplina, consistencia, ejemplo; lo quinto que hace que un hijo este saludables que un hombre sea la cabeza del hogar. Dios nunca diseñó que hubiera un hogar sin un hombre. ¿Por qué cree usted que en el Antiguo Testamento si un hombre moría, esa mujer nunca debía quedarse sola? ¿Qué debía hacer? Ella tenía que casarse de manera inmediata con el siguiente pariente del marido. ¿Por qué? ¿Por causa de ella? Primordialmente, no por causa de ella. Claro que en parte por causa de ella. Pero para que hubiera un padre en el hogar.

La mayoría de los neuróticos, tanto niños como adultos, crecen en hogares en donde no hubo padre o el padre estuvo ausente o fue débil y la madre era dominante. Y de nuevo, lo digo, algunas veces, usted no puede evitar eso y tenemos un ministerio de apoyo para ayudar a esas madres que literalmente, han quedado solas por tener un marido infiel. Es algo trágico.

Entonces, ambos padres están involucrados. Ambos padres. Ahora, ¿qué es lo que hacen? De manera negativa no provocan a sus hijos ira. Eso es lo negativo. Usted entonces pregunta qué significa eso. No hacerlos enojar. Bueno, sí, pero significa más que eso. La palabra provoquéis es usada únicamente dos veces, tiene la idea de irritarlos. Tiene la idea de hacernos estar intensamente enojados por dentro, exasperarlos, amargarlos, desanimarlos de tal manera que se frustran, se enojan. Tenemos a muchas personas así. ¡Oh! Tenemos a muchas personas enojadas, muchas personas hostiles. ¿Leyó usted la semana pasada acerca del hombre que estaba manejando ahí por la autopista de la costa, un hombre se acercó a él y simplemente, le metió una bala en su cerebro? Esa es una persona muy enojada. Esa es una persona joven llena de enojo, hostilidad, amargura. ¿Cómo hace usted eso? ¿Cómo provoca usted a sus hijos a ese tipo de ira?

Permítame darle algunas maneras para que las pueda evitar. Una, al sobreprotegerlos. Si usted realmente quiere frustrar a su hijo, no confíe en ellos, llénelos de límites, no les dé suficiente oportunidad para desarrollar su propia independencia para que puedan describir descubrir quiénes son. Si usted realmente quiere frustrarlos, no deje que ellos tomen riesgos algunos y usted creará un estado de ánimo de enojo. Especialmente, cuando se comparan a sí mismos con lo que se les permite hacer a otros hijos.

Necesitan ser ellos mismos. Son personas. Necesitan a expresarse a sí mismos poco a poco. Poco a poco. Necesitan aprender a enfrentar la vida por sí mismos. Deles margen para hacer eso, déjelos hacer eso. Aprenderán y aprenderán de la mejor manera que aprenden, al chocar con la pared de vez en cuando. Pero si usted los sobreprotege, usted los va a provocar a ira. Y un hijo que es provocado a ira es un hijo enojado. Y un hijo enojado no va a tener una relación amorosa con sus padres.

En segundo lugar, otra manera de provocar a sus hijos a ira es mediante el favoritismo. Favorezca a un hijo por encima del otro. Eso es muy frustrante. Nunca compare a sus hijos. ¿Quiere ver la tragedia de eso? Lea de nuevo la historia de Jacob y Esaú. No compare a sus hijos el uno con el otro. Cada uno es único, cada uno es un regalo de Dios, cada uno debe ser amado y amado porque son especiales.

Otra manera de provocar a ira a sus hijos es al imponerles el mérito. Empújelos en el área del mérito. Simplemente, sigue empujando y empujando hasta que nunca tengan un sentido de haber alcanzado nada. Nunca nada es suficiente. Si sacan Cs, usted demanda Bs. Si sacan Bs, usted demanda As. Si sacan As, usted demanda que todas sean A y no lo pueden satisfacer a usted. Algunos padres, literalmente aplastan a sus hijos con la presión -escuela, deportes, mérito académico, música, lo que sea. El niño se vuelve muy, muy amargo.

Me acuerdo de una niña joven y estaba visitándola en la clínica psiquiátrica de UCLA. Ella eventualmente se suicidó. Una niña hermosa, pero ella nunca pudo alcanzar el promedio que sus padres la empujaron a alcanzar y finalmente, se suicidó. Y esa fue su manera de decir “estoy tan enojada con ustedes por el dolor que han causado en mi vida, porque nunca puedo tener éxito. Nunca puedo tener un sentido de haber alcanzado algo y voy a hacer que les duela el resto de su vida. Y entonces, se suicidó y, de hecho, dijo “ahora, vivan con eso.” Ella correspondió con el dolor.

Otra manera en la que usted puede provocar airar a su hijo es al darle demasiada libertad. Deles todo lo que ellos quieren y, ¿sabe una cosa? Si ellos no tienen ahora la siguiente cosa que quieren, se enojan. ¿Ha notado eso? ¿Ha notado en Navidad, cuando reciben más de lo que pueden recibir de manera posible, que cuando otro niño escoge otra cosa de una docena, ellos se enojan? Eso simplemente va a seguir hasta la edad adulta. La libertad excesiva, la satisfacción excesiva, lleva al enojo. Cuando no tienen lo que ellos quieren y cuando ellos crecen, y están en un ambiente en donde trabajan y alguien más les paga y ya no es mamá ni papa, y usted tiene que ganarse lo que tiene y ellos no tienen lo que quieren, se enojan tanto y lastiman para obtenerlo. Inclusive, van a matar para obtenerlo. Van a robar para obtenerlo.

Otra manera de producir un hijo enojado, amargado, es mediante el desánimo. Simplemente, recuérdele todo el tiempo que nunca van a alcanzar nada. Simplemente, recuérdeles todo el tiempo que nos sirven para nada, que son inútiles, que son un estorbo. No les dé ninguna recompensa, no los apruebe para nada, no hagas cosas amables para ellos, no los honre. Va a destruir la iniciativa de ellos. Va a destruir su incentivo, va a destruir su motivación.

Otra manera de provocar a sus hijos a ira es hacerlos sentir como si fueran un estorbo en la vida de usted. No se sacrifique por ellos, déjelos todo el tiempo. Hágalos preparar sus propias comidas, hágalos limpiar su propia habitación, hágalos comprar sus propias cosas. Hágalos conseguir su propio transporte. No los lleve a lugares porque usted no puede ser molestado. No deje que ellos se metan en su vida porque usted tiene que hacer sus cosas. Hágalos que se conviertan en sus esclavos en la casa y que hagan todo el trabajo de usted. No se sacrifique usted por ellos y ellos van a enojarse y amargarse en contra de usted.

Otra manera de provocar a sus hijos a ira es no permitirles crecer, al no dejarlos cometer errores. Al no dejarlos equivocarse. Alguna vez, ¿ha estado en alguna mesa en donde un niño tiró la leche y usted pensó que los padres acababan de ver el holocausto? Simplemente, una reacción excesiva increíble. O cuando un pequeño niño presenta una idea torpe y usted dice “hombre, eso es torpe”. Ahora, espere un momento. Déjeles compartir algo de sus ideas ridículas y no los condene. No espere perfección. Simplemente, progreso.

Usted también puede provocar a ira a sus hijos al descuidarlos. Al descuidarlos. La historia de Absalón probablemente es la historia del descuido. Una de las historias más tristes que conozco. Me acuerdo de un pastor, un amigo mío que era pastor de jóvenes, escuchó a este niño pequeño ahí en el patio de atrás con su amigo que era su vecino. El amigo vecino dijo: “voy al parque con mi papá.” Y ese pequeño niño hijo del pastor de jóvenes le dijo a su amigo: “oh, mi papá no tiene tiempo para ir al parque conmigo, él está demasiado ocupado con los hijos de otras personas.” Simplemente, lo despedazó. Cambió la manera en la que pensaba.

Yo le digo a la gente todo el tiempo, usted sabe, “tengo un trato con mis dos hijos”. Mis dos hijos crecieron a lo largo de la escuela jugando béisbol y el trato simple que hice con ellos fue: yo voy a sus juegos y ustedes vienen a mis sermones. Y así es, yo voy a ser parte de su vida, ustedes van a ser parte de mi vida. No es tan complicado.

No los descuide. Yo creo que es el pecado más grande en la actualidad. Simplemente, descuide a sus hijos. Simplemente, los deja solos. Ese es un hijo que ha sido desechado. Involúcrese en las vidas de ellos.

Otra manera en la que usted puede provocarlos a ira es mediante palabras amargas y crueldad física. La crueldad física debería ser obvia. Pero las palabras amargas, quizás no sean tan obvias. Su lengua es mucho más fibrosa que la de un niño. Y usted puede usar su lengua haciendo que se vean ridículos, con sarcasmo. Y usted puede destrozarlos con su lengua debido a su vocabulario superior. Así como usted puede golpearlos debido a su fuerza superior. ¿Se da usted cuenta de que les decimos cosas a nuestros hijos que no le diríamos a otro ser humano sobre la faz de la tierra fuera de nuestras esposas o nuestros cónyuges? Nunca diríamos las cosas que les decimos a nuestros hijos. Probablemente, ni siquiera les diríamos esas cosas a nuestro cónyuge. Eso no debe ser. Eso no debe ser. Una esposa que se rehúsa a someterse a su marido en amor como a Cristo, destruirá el principio entero de la autoridad y la sumisión en la vida del hijo. Un marido que se rehúsa a amar a su esposa como Cristo amó a la iglesia, destruirá el principio de autoridad y sumisión en la vida del hijo. La familia simplemente necesita hacer lo que Dios dice que debe hacer. El marido ama a la esposa. La esposa se somete al marido en amor, ellos se aman y ellos crían a los hijos en las cosas de Cristo. No los provocan a ira. Y al final, el niño es la bendición, el gozo, el consuelo, la consolación que Dios quiso que fuera.

Otra cosa simple. Usted necesita poner un ejemplo y vivirlo. Alguien escribió: “si un niño vive con crítica, él aprende a condenar. Si un niño vive con hostilidad, él aprende a pelear. Si un niño vive con ridículo, él aprende a ser penoso. Si un niño aprende a vivir con vergüenza, él aprende a sentirse culpable. Si un niño vive con tolerancia, él aprende a ser paciente. Si un niño vive con aliento, él aprende la confianza. Si un niño vive con reconocimiento, él aprende a valorar. Si un niño vive con justicia, él aprende lo que es la justicia. Si un niño vive con seguridad, él aprende a tener fe. Si un niño vive con aprobación, él aprende a estar cómodo consigo mismo. Si un niño vive con aceptación y amistad, él aprende a encontrar amor en el mundo.”

No debemos provocar a nuestros hijos a ira, amargura, al desánimo. ¿Qué es lo que debemos hacer? Vayamos a lo positivo. “Sino criadlos, criadlos en la disciplina y amonestación o instrucción del Señor.” Eso es muy simple, no es cierto? La disciplina e instrucción del Señor asume las Escrituras. La ley del Señor, Deuteronomio 6, medita en ella todo el tiempo. Enséñasela a tus hijos.

Esta idea de disciplina es una palabra interesante. La palabra disciplina, paideia, significa criar a un niño e implica entrenamiento. Y el entrenamiento es un concepto interesante. Permítame ver si puedo darle una definición. Entrenamiento o preparación significa reglas y normas implementadas mediante recompensas y castigos. Eso es preparación. Reglas y normas implementadas mediante recompensas y castigos. Eso es lo que usted tiene que hacer con un niño. Usted dice “aquí está el estándar, lo establecimos, los seguimos al poner un ejemplo, te hacemos responsable a guardarlo. Si cumples con el estándar, te recompensamos. Si lo violas, te castigamos.” Así de simple. Muy simple.

La disciplina entonces es entrenamiento mediante reglas y normas implementadas por recompensas y castigos. Y tenemos que hacer eso. Decimos: “aquí está el estándar de Dios de la conducta correcta. Lo viviremos, mamá y papá, ése es el ejemplo, y vamos a hacerte responsable porque tu lo vivas y vamos a recompensarte cuando lo sigas y vamos a castigarte cuando no lo sigas.”

Pero, ¿qué hay acerca de la palabra instrucción? Esa es obvia. Eso significa simplemente enseñanza con advertencia en mente. La palabra es amonestación. Instrucción verbal con miras al juicio. Te advertimos, eso es enseñanza con dientes en ella. Si tú sigues haciendo eso, va a haber una consecuencia.

Susana Wesley, la madre de diecisiete niños incluyendo tanto a Juan como a Carlos Wesley, escribió en una ocasión: “el padre que estudia para someter la voluntad en su hijo, trabaja junto con Dios en la renovación y la salvación de un alma. El padre que permite que el hijo haga lo que quiere, hace el trabajo del diablo. Hace que la religión sea impráctica, que la salvación sea inalcanzable y hace todo eso en él para ahogar el alma y el cuerpo de su hijo para siempre,” fin de la cita.

Ahora, Dios perdona nuestros errores. Cometemos errores con nuestros hijos, pero si el formato está bien tenemos un estándar, vivimos bajo ese estándar, nos hacemos responsables a ese estándar y todo esto en un ambiente en donde la mamá y el papá se aman el uno al otro y los aman a ustedes, contribuimos a producir hijos piadosos.

Una madre podría mirar hacia atrás en su vida y decir: “si yo pudiera volverlo a hacer, ¿cómo lo cambiaría?” Quizás algunos de ustedes pueden identificarse con esta madre que dijo “yo amaría a mi marido más enfrente de mis hijos, yo me reiría de mis errores y mis gozos más con mis hijos. Yo escucharía más. Inclusive, al más pequeño de mis hijos. Yo sería más honesta acerca de mis propias debilidades, nunca pretendiendo la perfección, admitiendo que estaba equivocada. Yo oraría de manera diferente por mi familia, en lugar de enfocarme en ellos, me enfocaría en mí. Yo haría más cosas junto con mis hijos. Yo alentaría más. Yo reconocería más. Yo pondría más atención a las cosas pequeñas, acciones y palabras de gratitud. Yo compartiría a Dios de manera más íntima usando toda cosa ordinaria de todos los días y yo me movería hacia Dios.”

En este día de las madres en el año 1990, cuando todavía tenemos un poco de sombra de los árboles del pasado, sería bueno si los padres de nuevo se comprometieran con plantar algo como esto para el futuro. Inclinémonos juntos en oración.

Padre nuestro, Te damos gracias otra vez en esta mañana porque Tu Palabra viene a nosotros de una manera tan penetrante. Sabemos que no podemos ser todo lo que deberíamos ser fuera de la gracia de Dios, mediante Cristo y en el Espíritu Santo, podemos ser suficientes para la tarea de criar a los hijos que Tú nos has dado. Perdónanos por nuestros fracasos, perdónanos por los momentos en los que lastimamos a nuestros hijos, a nuestro cónyuge.

Y Señor, Te damos gracias por la gracia que cubre nuestros fracasos y errores. Oramos también por esos queridos amigos que existen en nuestras familias, en donde un padre no es un cristiano o en donde un padre está ausente. La lucha es tan difícil. Oramos, oh Dios, porque Tú seas para ellos el padre que la familia necesita. La madre que esa familia necesita.

Y oramos, Padre, porque Tú nos hagas invertir nuestras vidas en nuestros hijos para que sean el deleite, la bendición, el gozo, la fuente de amor, consuelo a lo largo de nuestra vida para cumplir con el diseño que Tú tienes al habérnoslos dado. Para que podamos conocer el gozo pleno de tener hijos piadosos, sabiendo plenamente que, si los instruimos en el camino por el que deben ir, no se alejaran de él. Y que aquellos por quienes hemos cuidado en su infancia en amor, cuidarán de nosotros en los últimos años de nuestras vidas. Que los vínculos de nuestra familia sean tan fuertes que disfrutemos todos lo mejor que Tú has diseñado para el matrimonio y la familia en todo su gozo. Y Te daremos gracias por esa posibilidad en Cristo. Amén.

 

 

 

 

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