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Ahora quiero que en cierta manera continuemos en donde nos quedamos el domingo pasado, y fue con algunas afirmaciones muy explícitas de los ángeles en Lucas 2. Entonces regresemos a Lucas capítulo 2 en donde recogemos la narrativa en el versículo 8.

“Había pastores en la misma región, que velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su rebaño. Y he aquí, se les presentó un ángel del Señor, y la gloria del Señor los rodeó de resplandor; y tuvieron gran temor. Pero el ángel les dijo: No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor.”

Ahora nos concentramos en la palabra CRISTO, y le dije la semana pasada que ese no es el apellido de Jesús, eso lo identifica como el Mesías. Esa es la palabra UNGIDO. En el Antiguo Testamento, el Mesías era el Ungido, y cuando Cristo vino como el cumplimiento de todas las profecías del Antiguo Testamento, el ángel dice, El Ungido ha llegado. Él es el Salvador y el Redentor. Él es libertador. Pero Él es, en particular, el ungido. Esa es lo que la palabra Cristo significa. Entonces a lo largo de todo el Nuevo Testamento usted lo ve identificado con ese título, Cristo el Ungido.

Y le señalé la última vez que en el Antiguo Testamento hubieron tres hombres separados que recibían una unción para servicio especial. Estaban los profetas y los sacerdotes y los reyes. Eran ungidos con aceite para servicio único, un símbolo de que Dios les asignaba la responsabilidad de operar bajo Su dirección y soberanía. Los profetas fueron ungidos, los sacerdotes fueron ungidos, los reyes fueron ungidos. Pero estaba el Prometido que sería el profeta más grande y el sacerdote más grande y el rey más grande, el Ungido. Y el ángel dice ahí en el libro de Lucas, El Salvador, Cristo el Señor, ha venido. Él es el profeta, sacerdote y rey definitivo, y vimos eso la última vez.

Ahora el mensaje del ángel es que este es el cumplimiento de la profecía del Antiguo Testamento, y para ver eso claramente, quiero que vaya ahora a Hebreos capítulo 1 en donde estuvimos la última vez, y quiero que me siga en esto porque esta es una porción muy, muy poderosa de la Escritura. Permítame recordarle los versículos de apertura, “Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo”. Eso nos presenta a Cristo como el profeta definitivo, cuya revelación trasciende la de los profetas del Antiguo Testamento.

Este profeta también es el heredero de todo. Él es que hizo el universo. Él es el que mejor revela a Dios porque es el resplandor de su gloria y la imagen misma de Su sustancia. Ningún profeta en el Antiguo Testamento podía representar a Dios como el Señor Jesús lo hizo. En Él vemos la plenitud de la deidad corporalmente. Entonces Él es el profeta definitivo, como el que es el resplandor de la gloria de Dios, la imagen misma de Su sustancia. Él es la revelación completa y plena de Dios, trascendiendo al resto de los profetas.

Y después él dice, “quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder.” Él es un profeta cuya palabra tiene más poder que cualquiera que jamás habló. Él habló y existieron los mundos, y Él sustenta todas las cosas con la palabra de su poder. Así de poderoso es este profeta.

En segundo lugar, él lo presenta como un sacerdote en el versículo 3, “Habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados. Él vino y vino a la cruz, y ahí él proveyó un sacrificio que satisfizo a Dios a favor de los elegidos, e hizo el sacrificio por los pecados de ellos que satisfizo a Dios para que Él pudiera conceder perdón y salvación para aquellos que creen.” Ningún sacerdote jamás podía ofrecer un sacrificio final. Él ofreció un sacrificio, el sacrificio de Sí mismo, y completó la redención para todos los que creerían.

No hay sacerdote como Él. La última vez dijimos que los sacerdotes tenían que seguir ofreciendo sacrificios día tras días, tras día, tras día, año tras año, tras año. Ninguno de ellos satisfizo a Dios, simplemente mostraban la futilidad de cualquier esfuerzo humano y apuntaban al futuro cuando un sacrificio aceptable vendría ofrecido por un sacerdote perfectamente recto. Ese fue Cristo ofreciéndose a Sí mismo. Y después, dice el escritor de Hebreos al final del versículo 3, “se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas.” Eso lo presenta como Rey. Él es un profeta como ningún otro, Él es un sacerdote como ningún otro, y Él es un rey como ningún otro, porque solo Él ocupa la diestra del trono de Dios.

Ahora dijimos la última vez que Él es el profeta que reveló a Dios, porque Él es Dios. Él es el sacerdote que nos reconcilió con Dios al proveer un sacrificio satisfactorio a favor de Su pueblo. Y él es el Rey que reina con Dios. Él es todos estos porque Él es Dios, Él es el Creador, Él es el resplandor de la gloria de Dios y la imagen misma de Su sustancia. Esta verdad masiva, masiva, escrita a lectores judíos, como es obviamente indicado por el título de esta carta, toda la epístola de Hebreos es una presentación de la preeminencia del Señor Jesucristo. El punto entero de este libro de trece capítulos es mostrar cómo Jesús es preeminente, cómo Él es superior a toda persona que jamás ha vivido o vivirá.

Habiendo dicho eso, podría parecer un poco raro llegar al versículo 4 y leer esto: “Hecho tanto superior a los ángeles, cuanto heredó más excelente nombre que ellos.” Ahora eso parece como que queda corto de caerse del punto elevado. La mayoría de la gente cuando piensa en ángeles piensan en seres más bien infantiles, pequeños que circulan en el aire con caras de confusión y que se ven virtualmente impotentes, y algo indiferentes.

¿Por qué? Si usted va a escribir una epístola y va pasar por el razonamiento laborioso que el escritor de Hebreos pasa para probar la superioridad de Jesucristo, ¿por qué, después de una introducción tan increíble que lo identifica como el Profeta prometido, sacerdote, rey, un profeta como ningún otro, un sacerdote como ningún otro, un rey como ningún otro, por qué dice para probar que Él es mejor que los ángeles? Eso simplemente parece algo débil, pero eso es porque no entendemos a los ángeles.

La intención del escritor es esta, él va a certificar al Hijo de Dios al asegurarse de que usted entienda Su relación a los ángeles. Él es mucho mejor que los ángeles, ya que ha heredado un más excelente nombre que ellos. La relación de Jesús con los ángeles fluye por este pasaje hasta el capítulo 2, versículo 9. Este es un asunto enorme. Aquí es en donde el escritor de Hebreos comienza a probar la deidad de Jesucristo, que Cristo es el Mesías, que Él es el profeta, sacerdote y rey ungido por Dios.

Y sé que para mucha gente parecería como un asunto no importante conectarlo a los ángeles. ¿Por qué probaría la preeminencia de Cristo en Su relación con los ángeles? Bueno, obviamente, él piensa que es la prioridad. Él piensa que es la defensa más importante que puede dar. Y la respuesta al por qué es que le está escribiendo a judíos, y él le está escribiendo a judíos que conocían la historia del Antiguo Testamento de los ángeles.

En más de cien veces en el Antiguo Testamento los ángeles son vistos, y decirle a una persona judía o escribir esta carta a lectores judíos y decir, “Jesús es mucho mejor que los ángeles, Jesús tiene un más excelente nombre que los ángeles,” sería sorprendente, sería asombroso, y francamente, sería blasfemo. Los ángeles eran lo más cercano a Dios. Los judíos sabían de eso.

Desde lo más atrás en el libro de Job, escrito en la era patriarcal, en Job capítulo 38, el Señor dice: “¿Dónde estabas tú cuando yo fundaba la tierra? —hablando de la creación— Házmelo saber, si tienes inteligencia. ¿Quién ordenó sus medidas, si lo sabes? ¿O quién extendió sobre ella cordel? ¿Sobre qué están fundadas sus bases? ¿O quién puso su piedra angular,

cuando alababan todas las estrellas del alba, y se regocijaban todos los hijos de Dios?” Entonces Él le está diciendo a Job, ¿en dónde estabas cuando Yo cree el mundo y los ángeles estaban cantando? Los ángeles estuvieron en la creación.

Los ángeles en el libro de Éxodo protegían el arca del pacto. Protegían el Lugar Santísimo. Los ángeles fueron colocados en la entrada al huerto del Edén, de hecho, con una espada poderosa, mortal, para evitar que alguien entrara al jardín ya maldecido para comer del árbol de la vida. Eso es lo que dice en Génesis 3. Los ángeles fueron seres muy amenazadores y poderosos. Fue un ángel el que le apareció a Agar, la sierva de Sara, para darle un mensaje de Dios. Fue un mensajero angelical el que se lo dio a pesar del pecado, a pesar del hecho de que Ismael era un hijo ilegítimo y no un hijo del pacto. No obstante Dios mediante un ángel en Génesis 16 le dio a Agar una promesa, una promesa temporal de bendición.

No sea que usted piense que los ángeles son espectadores benignos, en Génesis capítulo 19, hubo ángeles que vinieron a Sodoma y dijeron que literalmente iban a quemarla hasta las cenizas. Y fueron ángeles los que rescataron a Lot y a su esposa y a sus dos hijas, y los ángeles literalmente lo tomaron de la mano y los sacaron. Fue un ángel el que detuvo a Abraham de meterle una daga al corazón de su hijo Isaac. Fue un ángel el que en ese punto le afirmó a Abraham el pacto abrahámico, Génesis 22. Fue un ángel el que le ayudó a Isaac a encontrar una novia, Génesis 24.

Jacob vio ángeles ascendiendo y descendiendo del cielo en una escalera. ¿Y de qué se trató eso? Esa simplemente fue una demostración simbólica de que los ángeles de Dios están viniendo y yéndose a favor de los propósitos y la voluntad de Dios en el mundo. Están involucrados no solo en el cielo, sino en la tierra haciendo la voluntad de Dios, Génesis 28. Cuando Jacob bendijo a José, él habló del ángel que me había redimido de maldad. Un ángel lo había rescatado. Fue un ángel que le apareció a Moisés en la zarza ardiente en Éxodo 3. Fue un ángel de Dios el que guio a Israel con una columna de nube y una columna de fuego en los viajes en el desierto.

Simplemente un par de pasajes que le voy a leer. En Éxodo 23, versículo 20. Y los judíos habrían sabido todo esto. “He aquí yo envío mi ángel delante de ti para que te guarde en el camino, y te introduzca en el lugar que yo he preparado. Guárdate delante de él, y oye su voz”. Ese es un ángel poderoso, él te va a guiar, él te va a mandar, y lo vas a seguir, y vas a obedecer su voz. No le seas rebelde, porque él no perdonará vuestra rebelión, porque mi nombre está en él. Este ángel no te va ofrecer perdón por tu desobediencia.

“Pero si en verdad oyeres su voz e hicieres todo lo que yo te dijere, seré enemigo de tus enemigos, y afligiré a los que te afligieron. Porque mi ángel irá delante de ti, y te llevará a la tierra del amorreo, del heteo, del ferezeo, del cananeo, del heveo y del jebuseo, a los cuales yo haré destruir.” Este es un ángel poderoso, un ángel que habla por Dios, que actúa por Dios.

En Éxodo capítulo 32 y versículo 30: “Y aconteció que al día siguiente dijo Moisés al pueblo: Vosotros habéis cometido un gran pecado, pero yo subiré ahora a Jehová; quizá le aplacaré acerca de vuestro pecado. Entonces volvió Moisés a Jehová, y dijo: Te ruego, pues este pueblo ha cometido un gran pecado, porque se hicieron dioses de oro, que perdones ahora su pecado, y si no, ráeme ahora de tu libro que has escrito. Y Jehová respondió a Moisés: Al que pecare contra mí, a éste raeré yo de mi libro. Ve, pues, ahora, lleva a este pueblo a donde te he dicho; he aquí mi ángel,” ahí está mi ángel, de nuevo, “irá delante de ti; pero en el día del castigo, yo castigaré en ellos su pecado. Y Jehová hirió al pueblo, porque habían hecho el becerro que formó Aarón.” Un ángel poderoso, poderoso, para hablar por Dios, para ser obedecido, e incluso para participar en juicio sobre los desobedientes.

Números 20 dice que fue un ángel el que sacó a Israel de Egipto. Números 22 nos habla de un ángel que evitó que Balaam maldijera a Israel. En Jueces capítulo 2 fue un ángel el que confirmó el pacto de Dios, “Nunca quebrantaré Mi pacto contigo,” habló el ángel. Fue un ángel el que le apareció a Gedeón en Jueces 6, fue un ángel el que le dijo, “Jehová está contigo, varón esforzado.”

Manoa, el padre de Sansón, fue confrontado por un ángel, y ese ángel le dijo, “¿Por qué preguntas por mi nombre, que es admirable?” Jueces 13:18. Fue un ángel de juicio que mató a setenta mil personas, y estaba a punto de destruir la ciudad de Jerusalén cuando Dios lo detuvo, segundo de Samuel 24. ¿Por qué? Castigo por el censo infiel de David, conforme él quería depender de la fortaleza de sus tropas en lugar de su Dios.

Fue un ángel el que ministró a Elías cuando, en Primero de Reyes 19, estaba huyendo de Jezabel. En Segundo de Reyes 19, esto es sorprendente, fue un ángel el que mató a ciento ochenta y cinco mil asirios, atacando Jerusalén, un ángel. El Salmo 34:7 dice, “El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen, y los defiende.” Salmo 35:5 y 6, “Sean como el tamo delante del viento, y el ángel de Jehová los acosa.” Salmo 78:49, “Envió sobre ellos el ardor de su ira, enojo, indignación y angustia, un ejército de ángeles destructores.” Aparecen en varias ocasiones con el propósito de traer juicio y destrucción.

Por otro lado, Salmo 91:11, “Pues a sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden en todos tus caminos.” O el Salmo 103:20, “Bendecid a Jehová, vosotros sus ángeles, poderosos en fortaleza, que ejecutáis su palabra.” Los ángeles santos son perfectamente obedientes, sobrenaturalmente poderosos, y son enviados con el mensaje de Dios sea un mensaje de bendición, afirmación del pacto, o juicio. El Salmo 148:2 dice, “Alabadle, vosotros todos sus ángeles, alabadle, vosotros todos sus ejércitos.” Isaías 63:8 y 9, “Y fue su salvador. En toda angustia de ellos él fue angustiado, y el ángel de su faz los salvó.” Los ángeles libraron a gente.

Ángeles son mencionados en Ezequiel 8 al 11. En la descripción del templo milenial en Ezequiel 40 son ángeles los que miden el templo milenial. En Daniel capítulo 3, los ángeles están muy activos en la vida de Daniel. En Daniel capítulo 3 en el horno de fuego ardiendo es un ángel que aparece ahí. El cuarto capítulo de Daniel usted tiene ángeles llamados vigilantes, estos son ángeles de juicio. En Daniel capítulo 6 usted tiene ángeles que cierran la boca de leones.

En Zacarías 1 dice que ángeles patrullan la tierra para Dios. Ese es un pasaje increíble, Zacarías 1:12. Zacarías 1:12, quizás se lo debo leer. Es maravilloso. “Respondió el ángel de Jehová y dijo: Oh Jehová de los ejércitos, ¿hasta cuándo no tendrás piedad de Jerusalén, y de las ciudades de Judá, con las cuales has estado airado por espacio de setenta años? Y Jehová respondió buenas palabras, palabras consoladoras, al ángel que hablaba conmigo. Y me dijo el ángel que hablaba conmigo: Clama diciendo: Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Celé con gran celo a Jerusalén y a Sion. Y estoy muy airado contra las naciones que están reposadas; porque cuando yo estaba enojado un poco, ellos agravaron el mal. Por tanto, así ha dicho Jehová: Yo me he vuelto a Jerusalén con misericordia; en ella será edificada mi casa, dice Jehová de los ejércitos, y la plomada será tendida sobre Jerusalén.

Clama aun diciendo, Así dice Jehová de los ejércitos, Aún rebosarán mis ciudades con la abundancia del bien, y aún consolará Jehová a Sion, y escogerá todavía a Jerusalén.” Estos son los ángeles patrullando que se mueven por la tierra para hacer los propósitos de Dios. De regreso en el versículo 11, “Y ellos hablaron aquel ángel de Jehová que estaba entre los mirtos, y dijeron: Hemos recorrido la tierra”. Los ángeles hablan por Dios, usted ve eso en Zacarías 2, Zacarías 3, Zacarías 4, Zacarías 5, Zacarías 6, Zacarías 12. Deuteronomio 33:2 dice que son una hueste masiva, diez mil de santos. El Salmo 68:17 dice, “Los carros de Dios se cuentan por veintenas de millares de millares.”

Resumiéndolo todo, los ángeles son santos, espíritus celestiales que sirven a Dios como reveladores, guías, patrullando, como vigilantes, intercesores, consoladores, consejeros, jueces, protectores, castigadores, ejecutores, incluso maestros, y ciertamente adoradores. Aparecen como los agentes de Dios descritos como luz, fuego, metal brillante, piedras preciosas, vestidos en lino con cintos dorados. Son súper seres esplendorosos con poder masivo. Daniel 7:10, Daniel vio miles de miles, y diez mil por diez mil de pie delante de Dios. Algunas veces son llamadas criaturas vivientes, algunas veces llamados querubines, algunas veces llamados serafines. 

Estuvieron presentes cuando se dio la ley. Observe el capítulo 2 de Hebreos, y el versículo 2, “Porque si la palabra dicha por medio de ángeles fue firme, y toda transgresión y desobediencia recibió justa retribución,” se está refiriendo a la ley, si nadie podía escapar las consecuencias de violar la ley que fue hablada mediante ángeles, estuvieron ahí cuando se dio la ley.

En el libro de Hechos y el capítulo 7, versículo 53, Esteban dice, “Vosotros que recibisteis la ley por disposición de ángeles, y no la guardasteis.” Los ángeles tuvieron una función en la entrega de la ley en el Sinaí, ellos, claro, como leímos, hacían responsables al pueblo por la obediencia a ella. Gálatas 3:19, “Entonces, ¿para qué sirve la ley? Fue añadida a causa de las transgresiones, y fue ordenada por medio de ángeles”. Los ángeles tuvieron un lugar al traer la ley de Dios al Monte Sinaí.

Vaya a Isaías 6 y usted ve ángeles rodeando el trono de Dios, y están diciendo: “Santo, Santo, Santo Jehová de los ejércitos, toda la tierra está llena de Su gloria.” Entonces no es sorprendente que cuando usted abre el Nuevo Testamento hay ángeles por todos lados. Un ángel le aparece a María. Un ángel le aparece a Elisabet. Un ángel les aparece a los pastores, y después una hueste entera de ángeles. Los ángeles hacen los anuncios, vienen del trono de Dios.

Muchas tradiciones también, por cierto, se desarrollaron acerca de los ángeles. Los judíos en tiempos antiguos creían, todavía hay algunos que creen, que los ángeles eran los mediadores entre Dios y los hombres. Tradicionalmente, los judíos creen que los ángeles fueron el instrumento para traer la Palabra de Dios. Debido a su función en la ley, los judíos creían que ángeles estaban cumpliendo la voluntad de Dios en la vida humana. Creían que los ángeles eran algún tipo de criaturas etéreas hechas de sustancia de fuego y luz refulgente.

Los judíos creían que fueron creados, pero eran incapaces de procrear. Frecuentemente son llamados consejo de Dios. Dios se reunió con los ángeles en consejo, e interpretan Génesis donde dice, Hagamos al hombre a nuestra imagen, como Dios refiriéndose a los ángeles porque niegan la Trinidad. Entonces los ángeles son el consejo del que Dios estaba hablando en la creación. Nombran ángeles. Ellos nombran ángeles, algunos son nombrados en la Biblia: Gabriel y Miguel, Lucifer. Pero tienen otros ángeles con nombres: Rafael, Uriel, otros nombres.

Hay una tradición de que doscientos ángeles controlan las estrellas, que hay otros ángeles que controlan la sucesión del tiempo, que ángeles poderosos gobiernan el mar, que los ángeles tienen responsabilidades. Hay ángeles de escarcha y rocío, y lluvia y nieve, y granizo y relámpagos y truenos. Hay ángeles que escriben todo. Hay ángeles de muerte. Hay ángeles nacionales que tienen responsabilidad sobre naciones. Hay ángeles guardianes. Algunos rabinos dicen, Toda hoja de pasto tiene su propio ángel.

Algunos judíos adoraban ángeles. Pablo denuncia la adoración de ángeles en Colosenses capítulo 2, versículo 18. Y en el libro de Apocalipsis, capítulo 19 y capítulo 22, adorar ángeles está prohibido. Conforme Juan reacciona a una revelación angelical al dar adoración él es reprendido por adorar un ángel. Entonces no es sorprendente que en la llegada del Hijo de Dios hay mucha actividad angelical.

Lo que es interesante, es que después de esa actividad en torno al nacimiento de Cristo, los ángeles desaparecen. En el capítulo 4, encontramos que el Espíritu Santo viene sobre Jesús, es como si el Espíritu Santo tomó el control, y realmente son empujados al fondo, los ángeles. No vuelven a aparecer sino hasta Getsemaní, en donde regresan y le aseguran a Jesús en su tristeza, de su adoración leal.

Entonces con todo eso en mente, regresemos al versículo 4: “Hecho tanto superior a los ángeles, cuanto heredó más excelente nombre que ellos.” Él no es mejor que los ángeles, Él es ¿qué? Tanto superior que los ángeles. Este es el argumento de cimiento de esta carta entera. Oh, vimos, ahí en el capítulo 2, versículo 9, como también en el versículo 7, que Él por un tiempo fue hecho menor que los ángeles, para que sufriera la muerte. Pero después de eso, exaltado, coronado de gloria y honor.

Él, en su naturaleza, es mucho mejor que los ángeles, mucho más alto que los ángeles. El escritor de Hebreos lo va a probar en cinco maneras. No, no podemos entrar en profundidad, pero quiero tocar estas maneras para usted. Nombre, es la primera manera. Nombre, versículo 5, “Porque ¿A cuál de los ángeles dijo Dios jamás, mi Hijo eres tú, yo te he engendrado hoy?”

Ahora los ángeles son llamados hijos de Dios, vimos eso colectivamente como son los seres humanos en el sentido de que fueron creados por Dios, pero ningún ángel jamás, de manera individual fue llamado el hijo de Dios. Ningún ángel jamás tuvo esa relación con Dios. Y entonces él cita aquí, “Mi Hijo eres tú, Yo te he engendrado hoy,” del Salmo 2. Salmo 2, versículo 7, “Yo publicaré el decreto, Jehová me ha dicho, Mi hijo eres tú; Yo te engendré hoy. Pídeme, y te daré por herencia las naciones, y como posesión tuya los confines de la tierra.” Este es el Padre identificando al Hijo. A ningún ángel jamás se le dijo que él es el Hijo de Dios. Él también hace referencia a Segundo de Samuel 7:14, Segundo de Samuel 7:14, en donde Dios será un padre para el descendiente de David que será el Mesías.

Ningún ángel jamás tuvo una relación así con Dios. Lo que esto nos dice es que Su vida es la vida de Dios. Él es el Hijo eterno, el segundo miembro de la Trinidad. Si el hombre Jesús permanentemente o por naturaleza fuera más bajo que los ángeles, entonces no sería el Mesías. Él no podría ser el Hijo de Dios. El Espíritu Santo entonces nos asegura que, aunque Él por un tiempo fue menor que los ángeles, Él es el Hijo de Dios.

En Juan 5:18, cuando Jesús dijo ser el Hijo de Dios, la gente inmediatamente lo acusó de blasfemia, porque se hizo igual a Dios. Ellos entendieron eso. Hijo de Dios significaba que llevaba la naturaleza de Dios, eres uno con Dios en esencia y naturaleza. Este es el crimen mismo por el que lo mataron. Mateo 27:40, si eres Hijo de Dios, desciende de la cruz, porque Él dijo, Yo soy el Hijo de Dios. Eso fue burla. Hijo de Dios no significaba nada menos que deidad, compartiendo la naturaleza esencial de Dios. Hijo de Dios es un título de deidad, un título de deidad. Este es Su nombre, Hijo.

Un tema de Hebreos 1 es la superioridad absoluta del Hijo de Dios, y hemos visto el flujo del argumento. El Hijo de Dios se reveló a sí mismo en maneras que trascendieron a los profetas, versículo 1. El Hijo de Dios es tanto creador como heredero de todas las cosas, el Hijo de Dios es la manifestación misma de Dios, el brillo mismo de Su gloria, el Hijo es el sustentador de todas las cosas, el Hijo es el Redentor, el Hijo está sentado a la diestra del Padre, y el Hijo es superior a los ángeles. Los judíos consideraban el término Hijo de Dios como blasfemia porque era una declaración de deidad. Sí, Él era un hijo por nacimiento, Lucas 3. Sí, Él fue declarado un hijo por resurrección. Pero Él es un hijo por naturaleza debido a que lleva la esencia misma de Su Padre.

Entonces Él tiene un nombre mucho mejor que ellos, de regreso al versículo 4, un más excelente nombre que ellos. ¿Cuál es ese nombre? Versículos 5, Mi Hijo eres tú. Mi Hijo eres tú. Él lleva la naturaleza de Dios. Los ángeles son seres creados. Él es el Hijo eterno no creado. No solo Su nombre, sino Su posición. Observe el versículo 6, Y otra vez, cuando introduce al Primogénito en el mundo, dice: “Adórenle todos los ángeles de Dios.” Adórenle todos los ángeles de Dios. Esa es una cita del Salmo 97:7.

Aunque Jesucristo es el Verbo eterno que se humilló a sí mismo y fue hecho por un tiempo más bajo que los ángeles, a los ángeles se les manda adorarle. Dios dice incluso cuando trajo a Su primogénito, el PROTÓTOKOS, el primordial, al mundo, adórenle todos los ángeles de Dios. Eso afirma que Él es Dios porque solo uno más alto que los ángeles es Dios mismo. Él siempre debe ser adorado como Dios. Esta es la prueba de que Jesús es Dios: Él tiene un nombre que está por encima de los ángeles. Hijo, y él es al que los ángeles adoran.

¿Ve usted el término primogénito ahí? Esa es una palabra griega, PROTÓTOKOS. Simplemente significa el primordial, el que está en el asiento de honor y en el asiento de dignidad. Y ciertamente Él está en el asiento de honor y dignidad. Después de todo, Él es el resplandor de su gloria y la imagen misma de su sustancia, Él es que creó todo, sustenta todo, y reina, sobre todo. Cuando Él regrese, la alabanza angelical estará dominando completamente el cielo nuevo y la tierra nueva.

En el libro de Apocalipsis simplemente un par de pasajes. Tenemos un retrato de cómo los ángeles lo adoran ahora como siempre lo han adorado. Apocalipsis 4, versículo 7, “El primer ser viviente era semejante a un león; el segundo era semejante a un becerro; el tercero tenía rostro como de hombre y el cuarto era semejante a un águila volando.” Esos son seres angelicales. “Y los cuatro seres vivientes tenían cada uno seis alas, y alrededor y por dentro estaban llenos de ojos, y no cesaban día y noche de decir,” estos son estos seres inteligentes, celestiales, “estos ángeles diciendo, Santo, santo, santo es el Señor Dios Todopoderoso, el que era, el que es y el que ha de venir.”

“Y siempre que aquellos seres vivientes dan gloria y honra y acción de gracias al que está sentado en el trono, al que vive por los siglos de los siglos, los veinticuatro ancianos se postran delante de Él,” estos representan a los santos redimidos, al que está sentado en el trono, y adoran al que vive por los siglos de los siglos, y echan sus coronas delante del trono, diciendo: Señor, digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder, porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas.” 

Y de nuevo en el siguiente capítulo de Apocalipsis, “Y miré,” dice Juan en el versículo 11, “y oí la voz de muchos ángeles alrededor del trono, y de los seres vivientes, y de los ancianos, y su número era millones de millones, ese es un término para 20 mil o 10 mil veces 10 mil, y millones de millones que decían a gran voz, El Cordero que fue inmolado es digno de tomar el poder, la riqueza, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza. Y a todo lo creado que está en el cielo, y sobre la tierra, y debajo de la tierra, y en el mar, y a todas las cosas que en ellos hay, oí decir, Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos. Los cuatro seres vivientes decían, Amén, y los veinticuatro ancianos se postraron sobre sus rostros y adoraron.” Adoración angelical. Y si usted es superior a los ángeles, usted es Dios, porque solo Dios es superior a los ángeles.

Entonces a Él se le ha dado un nombre que está por encima de los ángeles. A Él se le ha dado un lugar que está por encima de los ángeles; los ángeles lo adoran. La tercera cosa que Él es, por naturaleza, superior. Observe el versículo 7, “Ciertamente de los ángeles dice, El que hace,” eso significa son creados, POIÉO, fueron creados como espíritus, y como ministros.

Sí, como espíritus, son seres espirituales, como llama de fuego, tienen poder. Eso incluso podría ser emblemático de su santidad. Pero el punto por explicar aquí es que son creados, eso es lo que la palabra hace significa, y son ministros. La palabra griega en sí aquí significa asistencia o servidores, servidores. Son invisibles, poderosos, rápidos. Traen juicio, pueden destruir. Mateo 13:41 y 42, usted tiene un retrato de ángeles aventando a personas al infierno eterno. Entonces tienen una naturaleza diferente, son seres creados, creados para servir.

Versículo 8, “Mas del Hijo dice, Tu trono, oh Dios, por el siglo del siglo, cetro de equidad es el cetro de tu reino. Has amado la justicia, y aborrecido la maldad, por lo cual te ungió Dios, el Dios tuyo, con óleo de alegría más que a tus compañeros.” Tú no eres creado. Tú oh Dios, eres por el siglo del siglo. Entonces Su naturaleza es la realidad eterna que le pertenece solo a Dios. Y, por cierto, eso es tomado del Salmo 45.

Los ángeles son los siervos de Dios y los siervos del Hijo de Dios, y el Hijo es Dios. Su reino es un reino eterno. Su cetro significa que Él reinará en el reino eterno. Él es el que, como Dios, es perfecto, versículo 9, “Has amado la justicia y aborrecido la maldad, por lo cual te ungió Dios, el Dios tuyo, con óleo de alegría más que a tus compañeros.” Ahí vemos la afirmación de unción. Él es, Él no tiene pecado, santo inocente, sin mancha, apartado de los pecadores, Hebreos 7 dice. Él ama la justicia, Él aborrece la maldad. Las dos son inseparables. No puede usted amar la justicia y tolerar la maldad. Entonces esta es la perfección del Ungido, el Profeta, sacerdote y Rey perfecto de Dios. Y entonces Él es ungido más que a sus compañeros, refiriéndose a los ángeles. Los ángeles son gobernantes, son potencias grandes. Sirven a Dios, son seres creados. Pero el Hijo es eterno.

Entonces ¿qué tenemos hasta ahora, simplemente en el versículo 9? La deidad de Cristo es establecida, su posición exaltada, su naturaleza eterna, su realeza, la excelencia de su dominio, la perfección de su virtud, la sumisión a Dios como hijo dispuesto. Tenemos el anuncio de su coronación. Tenemos la declaración completa de su preeminencia.

La cuarta prueba tomada del Antiguo Testamento es Su naturaleza eterna, versículo 10, tomada del Salmo 102, “Y: Tú, oh Señor, en el principio fundaste la tierra, Y los cielos son obra de tus manos. Ellos perecerán, más tú permaneces; Y todos ellos envejecerán como una vestidura, “Y como un vestido los envolverás y serán mudados, pero Tú eres el mismo y tus años no acabarán.” Eso es tomado como dije, del Salmo 102, versículos 25 al 27.

“En el principio, esa es una afirmación muy importante, en el principio el Hijo no llegó a existir, en el principio Él fundó la tierra, lo cual significa que estaba vivo en la existencia eternamente, y cuando vino la creación, él, claro, siendo el Dios eterno creó el universo. Tú, oh Señor, en el principio, lo cual significa, Tú estabas ahí antes de que cualquier cosa existiera, Tú fundaste la tierra. Tú creaste los cielos, y Tú los trasciendes porque eres eterno.

Todos sabemos que la creación de esta tierra fue por un período de tiempo, porque se nos vuelve a recordar que va a desaparecer. Va a enrollarse, y usted tiene eso presentado descriptivamente en el libro de Apocalipsis, usted puede seguir eso. Pero versículos 11 y 12 vuelven a regresar al Salmo 102. Esto se predice que la tierra no durará para siempre, será cambiada, tiene una duración corta de repisa.

Una afirmación final. Él es superior a los ángeles debido a Su nombre, “Hijo. Debido a su posición, o rango, Él debe ser adorado por ángeles. Debido a su naturaleza, él es el Dios eterno, debido al hecho de que ha transcendido el tiempo y toda la creación y la consumación como el Eterno, lo cual simplemente es un aspecto de Su naturaleza. Pero finalmente, Él es superior a los ángeles debido a Su destino, Su exaltación.

Versículo 13, el escritor se remonta de regreso al Salmo 110:1, Pues, ¿a cuál de los ángeles dijo Dios jamás, siéntate a mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies? Él nunca le dijo eso a un ángel. Él nunca colocó a un ángel en esa posición. Él nunca elevó a un ángel a ese trono alto, majestuoso, nunca. ¿Por qué? Porque el versículo 14 dice, ¿No son todos espíritus ministradores, enviados para servicio a favor de los que serán herederos de la salvación? Deben cuidar de los santos. Deben hacer lo que Dios manda.

Hebreos 13:2 habla de hospedar ángeles sin saberlo. Los ángeles están involucrados activamente en ministrar al pueblo de Dios. Entonces el Hijo de Dios es superior a los ángeles. Esto no es algo insignificante, esto es serio, porque el único que está por encima de los ángeles era Dios, en torno a cuyo trono estaban reunidos los ángeles.

La deidad de Cristo entonces es establecida por Sus nombres divinos, Hijo, Señor, Cristo, Dios, por Su obra divina, creación, sustentando, gobernando, redimiendo, purificando, por Sus atributos divinos, omnisciencia, omnipotencia, inmutabilidad, eternidad, por adoración divina. Él es adorado por todos, incluyendo a los más elevados de los seres en el cielo, los ángeles santos.

Entonces ¿cuáles la implicación de todo esto? Observe el capítulo 2 simplemente de manera breve, “Por tanto, por tanto, es necesario que con más diligencia atendamos a las cosas que hemos oído, no sea que nos deslicemos.” ¿Llama esto su atención? Debería. Más vale que ponga a atención a lo que hemos oído. Y ¿qué hemos oído? Bueno, hemos oído de la preeminencia del Hijo de Dios, quien hizo el único sacrificio por el pecado, que sufrió la muerte por nosotros. Necesitamos con más diligencia atender lo que hemos oído y no deslizarnos de eso, porque la salvación solo viene en el nombre y mediante la obra de Cristo.

Si tuviéramos tiempo los podría llevar a lo largo del resto del libro de Hebreos en donde el escritor continuamente regresa y dice, Más vale que escuchen, más vale que escuchen. Capítulo 4, versículo 2 es una ilustración, “Porque también a nosotros se nos ha anunciado la buena nueva como a ellos, pero no les aprovechó el oír la palabra, por no ir acompañada de fe en los que la oyeron.” Más vale que no deje que eso suceda. Más vale que no escuche y no crea, o será imposible, el capítulo 6 dice, que usted sea renovado para arrepentimiento. O el capítulo 10 dice que no hay otro sacrificio por el pecado y el único Salvador. Por esta razón, debido a la preeminencia de Cristo, escuche.

Si tuviéramos tiempo los podría llevar a lo largo del resto del libro de Hebreos, en dónde el escritor continuamente regresa y dice: Más vale de que escuchen, más vale de que escuchen. Capítulo 4, versículo 2 es una ilustración. “Porque también a nosotros se nos ha anunciado la buena nueva como a ellos, pero no les aprovechó el oír la palabra, por no ir acompañada de fe en los que la oyeron.” Más vale que no deje que eso suceda. Más vale que no escuche y no crea, o sería imposible, el capítulo 6 dice, de que usted sea renovado para arrepentimiento. O el capítulo 10 dice que no hay otro sacrificio para los que rechazan a Cristo. Usted tiene la verdad, Cristo es la verdad. No hay otro. Y Él es el único sacrificio por el pecado y el único Salvador. Por esta razón, debido a la preeminencia de Cristo, escuche.

Y hay una segunda razón, versículo 2, “Porque si la palabra dicha por medio de los ángeles,” esa es la ley en el Sinaí, “fue firme, y toda transgresión y desobediencia recibió justa retribución, ¿cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande?” Si la gente no podía escapar del castigo de la ley. Entonces más vale que escuche, escuche debido a la preeminencia de Cristo. Escuche debido a la certeza del juicio. ¿Cómo va escapar usted del castigo de la ley? Va venir aplastándole en el tiempo y la eternidad si descuida la salvación que es en Cristo y en Cristo únicamente.

Escuche, debido a la preeminencia de Cristo, debido a la certeza del juicio, y un tercer motivo, debido a la confirmación de Dios. Versículo 3, “La cual, habiendo sido anunciada primeramente por el Señor,” estas son las buenas noticias de salvación, “nos fue confirmada por los que oyeron,” los apóstoles, “testificando Dios juntamente con ellos, con señales y prodigios y diversos milagros y repartimientos del Espíritu Santo según su voluntad.” Dios certificó la verdad acerca de Cristo y el evangelio mediante los milagros de Jesús y los milagros que hicieron los apóstoles.

Pedro explicó ese punto en su sermón en el Día de Pentecostés, “Varones israelitas, oíd estas palabras, Jesús nazareno, varón aprobado por Dios entre vosotros con las maravillas, prodigios y señales que Dios hizo entre vosotros.” Los milagros en la vida de Jesús y los apóstoles fueron la confirmación de Dios. No descuide el evangelio de Cristo. No le dé la espalda.

Capítulo 3, versículo 7, él dice, “Por lo cual, como dice el Espíritu Santo, si oyereis hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones.” No endurezcáis vuestros corazones.” Allá en el capítulo 3, versículo 15, lo vuelve a repetir, tomando del Salmo 95, “Si oyereis hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones.” Abajo en el capítulo 4 y versículo 7, “Si oyereis hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones.” Ese el mensaje final, no endurezcan sus corazones.

Tienen la prueba de la preeminencia de Cristo, la certeza de juicio, y la confirmación de Dios. Entonces escuche esta palabra final de Hebreos 12:25, “Mirad que no desechéis al que habla. Porque si no escaparon aquellos que desecharon al que los amonestaba en la tierra, mucho menos nosotros, si desecháremos al que amonesta desde los cielos. La voz del cual conmovió entonces la tierra, pero ahora ha prometido, diciendo: Aún una vez, y conmoveré no solamente la tierra, sino también el cielo. Y esta frase: Aún una vez, indica la remoción de las cosas movibles, como cosas hechas, para que queden las inconmovibles. Así que, recibiendo nosotros un reino inconmovible, tengamos gratitud, y mediante ella sirvamos a Dios agradándole con temor y reverencia; porque nuestro Dios es fuego consumidor.”

Mire, esperamos que este reino se desmorone, verdad, que este reino se sacuda. Está siendo sacudido, y si usted es parte de ese reino y solo de ese reino, es sacudido en la misma ira consumidora de Dios. No rechace las advertencias para venir a Cristo.

Padre nuestro, estamos tan agradecidos por Tu Palabra. Este es el argumento mismo que ordenaste. Esto es lo que escribiste. Esto es del cielo. Solo podría desear que pudiera ser yo un mejor administrador de esto. Pero por tu Espíritu Santo, Señor, sella estas verdades en todo corazón, y que entiendan que Jesucristo es el preeminente, el profeta, sacerdote y rey perfecto, que Él es el salvador y el único salvador. Y que nadie que oiga esto endurezca su corazón y sufra el juicio que vino sobre Israel en el pasado cuando sus corazones eran duros.

No hay escape si descuidamos una salvación tan grande. Y la palabra descuidamos es importante porque creo que podemos asumir que lo que es importante es que no resintamos el evangelio, que no negamos, que no neguemos el evangelio, no, que no lo descuidemos. La mayoría de la gente no es hostil hacia él, es indiferente, y ahí se encuentra su condenación. Entonces sella en nuestros corazones esta verdad. Y oro, Señor, porque en este tiempo de Navidad, que el evangelio salga, y muchos oigan y escapen, escapen en Cristo quién es el único que es nuestra seguridad. Esto oramos en Su nombre y para Su gloria. Amén.

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