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Esta mañana voy a desafiarlo un poco. Vamos a entrar en la Palabra de Dios y le voy a pedir que me acompañe y se quede conmigo en esto, y le puedo prometer que la recompensa será exactamente lo que usted esperaría cuando usted le presta atención a la Palabra de Dios.

Pero comencemos en Lucas 17, versículos 20 al 25. Estoy regresando a este pasaje, he hecho eso ya varias veces. Lucas 17:20, “Preguntado por los fariseos, cuándo había de venir el reino de Dios, les respondió y dijo: El reino de Dios no vendrá con advertencia, ni dirán, Helo aquí, o helo allí, porque he aquí el reino de Dios está entre vosotros.

Y dijo a sus discípulos: Tiempo vendrá cuando desearéis ver uno de los días del Hijo del Hombre, y no lo veréis. Y os dirán Helo aquí, o helo allí, No vayáis, ni los sigáis. Porque como el relámpago que al fulgurar resplandece desde un extremo del cielo hasta el otro, así también será el Hijo del Hombre en su día. Pero primero es necesario que padezca mucho, y sea desechado por esta generación.

Acabamos de experimentar una inauguración. La inauguración es un evento diseñado para marcar el ascenso de autoridad gobernante. Es, por diseño, lo más público posible, para demostrar a tantos como sea posible la importancia y poder de la autoridad gobernante. Una inauguración es una especie de hijastro de una coronación, lo cual es la declaración ante todos del poder y autoridad de un monarca, un rey.

Ahora nunca hemos tenido un rey en Estados Unidos. Nosotros, de hecho, nos enorgullecemos de la revolución estadounidense, en la que nos deshicimos del gobierno de un rey, un rey británico llamado Jorge III. Celebramos el hecho de que nos hemos liberado a nosotros mismo del rey. Eso se ha vuelto en gran parte la manera en la que el mundo opera. Hay unas cuantas monarquías que de hecho tienen reyes reales, algunos reyes simbólicos, reyes sin poder, simbólicos y reinas. Hay algunos dictadores autócratas, militares, monárquicos en donde un hombre gobierna con poder incluso sobre la vida y la muerte.

Pero una monarquía absoluta es muy rara, solo hay unas cuantas. Ese es un lugar en donde un hombre gobierna con poder soberano, supremo sobre todos los demás, sin refreno de ley alguna, legislatura alguna, tradición alguna o costumbre alguna. Hoy está Brunéi en Asia. Está Esuatini, también conocida como Suazilandia en África. Está Omán en el Medio Oriente. Está Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos, la cual es una coalición de monarquías pequeñas.

Oh, hay una más. De hecho, hay una monarquía verdadera, una monarquía absoluta, es la nación más pequeña del mundo, medio kilómetro cuadrado, 825 personas. Es la Ciudad del Vaticano. La Ciudad del Vaticano es llamada una teocracia eclesiástica, un reino con un soberano absoluto. Ese soberano absoluto es el Papa. Han habido 266 de ellos a lo largo de la historia de ese reino teocrático, eclesiástico. Él gobierna no solo sobre ese reino, sino sobre todos los que por extensión pertenecen a ese reino porque son parte de la Iglesia Católica romana. Actualmente el trono está ocupado por un hombre que antes era un vigilante y portero a quien le gusta el tango, llamado Jorge Mario Bergoglio, quien tomó el nombre de Francisco.

El mundo realmente no tiene otras monarquías. Hay algunas tribus aquí y allá que tienen un gobierno de un hombre. Pero básicamente en nuestra época resentimos las monarquías. Celebramos el fin de las monarquías, el fin de las dictaduras, el fin de los reyes. Elogiamos la democracia. En nuestro país hemos gastado dólares sinfín, vidas sinfín, años sinfín tratando de convertir a otros países en democracias como nosotros.

Ahora podría sorprenderle algo. La Biblia no promueve la democracia. La Biblia no menciona la democracia. La Biblia no comenta de la democracia. La Biblia no define la democracia. No hay lugar en la Biblia en donde usted siquiera encuentra la democracia. No hay país revelado en la Escritura donde existió, nunca es afirmada por Dios.

Ahora le dije la semana pasada que no creo que como cristiano puedo apoyar fuertemente la libertad de religión, porque eso sería violar el primer mandamiento, ¿verdad? No tendrás otros dioses. Dice usted, Bueno, ¿acaso la iglesia no necesita libertad de religión para avanzar? No. De ninguna manera ninguna ley política ayuda o estorba a la iglesia de Jesucristo. Somos un reino separado. Jesús dijo: “Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo, mis siervos pelearían.”

Pelearíamos si el reino fuera del mundo para asegurarnos de que tuviéramos nuestro espacio en el mundo. Pero este no es un reino que es parte de este mundo, este es un reino de otro mundo. La iglesia no necesita ayuda de Washington o de ningún otro gobierno. Cuando Jesús dijo: “Edificaré mi iglesia, y las puertas del hades, las puertas del infierno no prevalecerán contra ella,” Él le aseguró a todas las fuerzas de maldad que estarían de manera imparable contra la iglesia que las puertas del infierno jamás podrían estorbar Su propósito.

Creo que necesitamos ser recordados de que el mundo, no solo en sus perspectivas sociales, sino incluso en sus perspectivas políticas, nunca ha tenido la intención de ser un amigo de la iglesia o aliado en manera alguna. Escuche las palabras de nuestro Señor en Juan 15:18, “Si el mundo os aborrece, sabed que a mí me ha aborrecido antes que a vosotros. Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo.” Ahí está el asunto. Si usted decide que ama al mundo, usted puede moverse para metérsele y conseguir algún nivel de afecto. “Pero porque no sois del mundo, antes yo os elegí del mundo, por eso el mundo os aborrece.” Eso no estorba el propósito de Dios para Su iglesia en el mundo. No necesitamos leyes, no necesitamos políticos para que Cristo edifique Su iglesia.

“Acordaos de las palabras que yo os he dicho,” Jesús dijo: “El siervo no es mayor que su señor. Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán, si han guardado mi palabra, también guardarán la vuestra.” Están ligados a mí. “Por cierto, El que me aborrece a mí,” dijo Él, “también aborrece a mi Padre.”

En Juan 16:33 en el siguiente capítulo, Él dijo: “En el mundo tendréis aflicción.” La semana pasada le dije que perdemos, ¿verdad? Ahora, por ahora, En el mundo tendréis THLÍPSIS, presión, tribulación, pero, Él dijo: “Yo he vencido al mundo.” El final de la historia, Cristo gana y ganamos en Cristo. Pero perder ahora y ganar después no tiene que ver con ninguna ayuda política.

Entonces aquí hay otra sorpresa qué añadir a esa. La Biblia no recomienda, prefiere, o incluso discute la democracia. El mundo antiguo tuvo reyes. Ninguna otra forma de gobierno aparece ni en el Antiguo Testamento ni en el Nuevo Testamento. Los reyes fueron una gracia común. Hablamos de que Dios da gracia común, y el gobierno es gracia común para traer orden a la sociedad, entendemos eso. Pero usted también entiende que la forma más común de gracia común de tipo gubernamental es una monarquía.

De hecho, eran tan comunes los reyes que en el Antiguo Testamento no encontramos a una nación bajo ningún otro tipo de gobierno. Era tan normal tener un rey que la tragedia épica de Israel en el Antiguo Testamento fue que ellos querían un rey como todas las demás naciones paganas. ¿Acaso Israel fue una democracia? Nunca. ¿Por qué fue eso? ¿Qué era? Era una monarquía teocrática y Dios era el Rey. Yahweh era su Rey. el Dios del pacto era su Rey. El Señor Yahweh era el Rey de Israel para siempre.

Usted pensaría que eso sería suficiente, ¿verdad? Isaías 44:6. E Isaías tiene mucho qué decir de esto. Isaías 44:6, “Así dice Jehová Rey de Israel,” ¿oyó eso? “Así dice Jehová Rey de Israel, y su Redentor, Jehová de los ejércitos, Yo soy el primero, y yo soy el postrero, y fuera de mí no hay Dios.” Versículo 8 de ese mismo capítulo Él dice, “No hay Dios sino yo. No conozco ninguno.”

Entonces el Rey de Israel es el único Dios. En Isaías 33:22 leemos, “Porque Jehová es nuestro juez, Jehová es nuestro legislador, Jehová es nuestro Rey, él mismo nos salvará.”

Esa fue la confesión del pueblo. Escuche la respuesta del cielo. Isaías 43:15, “Yo Jehová, Santo vuestro, Creador de Israel, vuestro Rey.” Y en Malaquías 1:14 Dios dice, “Yo soy gran Rey.” Fue un rey tan grande que fue temido entre las naciones.

Solo hay un Dios en el universo, y Él en Su misericordia y gracia se entregó a un pueblo, a los judíos, para ser su Rey. Qué privilegio tan asombroso, ¿verdad? Y toda persona en el mundo antiguo sabía que dios era el Rey de Israel. Sabían de este Dios que los había librado de Egipto. Sabían de este Dios cuyo poder había ahogado el ejército egipcio. Sabían de este Dios que los había sostenido durante cuarenta años en el desierto. Sabían de este Dios que los había traído a la tierra y les había permitido conquistar enemigos poderosos residentes. Y sabían que el pueblo adoraba a este Dios, porque cuando vinieron a la tierra vinieron con el tabernáculo, ¿verdad? ¿en una tienda?

Iban a todos lados con una tienda. Establecían el campamento. Todas las tribus estaban alrededor de una caja pequeña llamada el arca del pacto. Y el arca del pacto tenia querubines. Como Dios mora en la presencia de los querubines, ese era el símbolo de Su trono. Dios es invisible, pero Dios demostró Su presencia de una manera simbólica en el arca. Y cargaban el arca a donde quiera que iban, la colocaban en medio, y todas las tribus se enfocaban en el arca.

Si usted no cree que el pecado lo hace a usted torpe, prepárese para esta historia. Al estar bajo ataque por parte de algunos madianitas, Israel decidió que quería un rey. ¿Querían un rey? ¿Quieres decir que querían otro rey diferente de Dios, Yahweh, el Dios del universo, el Rey verdadero, Juez, Redentor? Sí, querían un rey. Bueno, ¿quién estaba supervisando la vida en Israel antes de que tuvieran un rey? Dios. Era un reino teocrático, y Dios tenía agentes, esos agentes eran jueces y profetas. Uno de esos jueces, pase en su Biblia a Jueces capítulo 8, era un hombre muy conocido llamado Gedeón. No tenemos tiempo para la historia completa, pero es una historia increíble de cómo Dios usó a Gedeón, y nos lleva al capítulo 8, versículo 22.

Gedeón había tenido una gran victoria. “Los israelitas dijeron a Gedeón, Sé nuestro señor, tú y tu hijo, y tu nieto, pues que nos has librado de la mano de Madian. Comencemos una monarquía de familia. Sé tú nuestro rey. Mas Gedeón respondió: No seré señor sobre vosotros, ni mi hijo os señoreará.” ¿Por qué? ¿Cuál es la siguiente frase? Jehová señoreará sobre vosotros. No lo cambien por mí, eso es una locura.

El último de los jueces fue un hombre llamado Samuel. Vaya a Primero de Samuel capítulo 3, y vamos cubrir esta historia. Esta es una historia sorprendente. En un sentido, es el final del reinado de Dios sobre Israel. Capítulo 3, versículo 19, dice que Samuel creció y Jehová estaba con él, y no dejó caer a tierra ninguna de sus palabras. Y todo Israel, desde Dan hasta Beersheva, conoció que Samuel era fiel profeta de Jehová. Entonces esta es exactamente la manera en la que el reino debe operar, ¿verdad? Dios es el Rey y Él media Su reino mediante las palabras que Él le da a Sus profetas. Él Señor hizo lo que quiso, el Señor hizo lo que quiso con Samuel.

Después venimos al capítulo 4, monumental. “Y Samuel habló a todo Israel, Por aquel tiempo salió Israel a encontrar en batalla a los filisteos, y acampó junto a Eben-ezer, y los filisteos acamparon en Afec. Y los filisteos presentaron la batalla a Israel, y trabándose el combate, Israel fue vencido delante de los filisteos, los cuales hirieron en la batalla en el campo como a cuatro mil hombres. Cuando volvió el pueblo al campamento, los ancianos de Israel dijeron, ¿Por qué nos ha herido hoy Jehová delante de los filisteos? Traigamos a nosotros de Silo el arca del pacto de Jehová, ese es el símbolo de la presencia de Dios, ese es Su trono, tomemos eso, para que viniendo entre nosotros nos salve de la mano de nuestros enemigos.”

Entonces ahora lo que usted sabe que ha pasado es que el arca, la cual era el símbolo de la presencia en sí de Dios en medio de Su pueblo de pacto, se ha vuelto un amuleto de la suerte. El pecado ha hecho que estas personas sean torpes. E incluso con un profeta y juez tan noble como Samuel, su torpeza no podía ser evitada. Entonces perdieron la batalla y perdieron vidas y dijeron. Necesitamos traer a Dios aquí abajo, traigan la caja.

“Y envió el pueblo a Silo, y trajeron de allá el arca del pacto de Jehová de los ejércitos, que moraba entre los querubines, recordándoles que este es el trono de Dios. Y los dos hijos de Elí, Ofni y Finees, estaban allí con el arca del pacto de Dios. Aconteció que cuando el arca del pacto de Jehová llegó al campamento, todo Israel gritó con tan gran júbilo que la tierra tembló. ¿Por qué? Porque, hombre, Dios se apareció, el amuleto de la buena suerte. Cuando los filisteos oyeron la voz de júbilo, dijeron, ¿Qué voz de gran júbilo es esta en el campamento de los hebreos? Y supieron que el arca de Jehová había sido traída al campamento. Y los filisteos tuvieron miedo, porque decían, Ha venido Dios al campamento. Y dijeron, Ay de nosotros, pues antes de ahora no fue así. Temieron al Dios de Israel porque conocían la historia de Su poder. Lo temieron más de lo que Israel lo amó.”

Ay de nosotros, dijeron, ¿Quién nos librará de la mano de estos dioses poderosos? Estos son los dioses que hirieron a Egipto con toda plaga en el desierto. Esforzaos, oh filisteos, y sed hombres de lo contrario se volverán esclavos de los hebreos, como ellos han sido esclavos de vosotros. Las palabras de ánimo. No puede ser intimidados por este Dios, tienen que ir a la guerra.

Pelearon, pues, los filisteos, e Israel fue vencido, y huyeron cada cual, a sus tiendas, y fue hecha muy grande mortandad, pues cayeron de Israel treinta mil hombres de a pie. Dios está diciendo: “No me van a usar como un amuleto de la suerte.” El arca de Dios, versículo 11, fue tomada, los filisteos se llevaron a Dios, y muertos los dos hijos de Elí, Ofni y Finees.

No salió tan bien, ¿verdad? Alguien dijo, Trae a Dios y ganaremos. Trajeron a Dios y fueron masacrados. ¿Qué pasó? ¿Qué pasó? Vaya al versículo 19, bueno, versículo 18. Primero, Elí cayó hacia atrás de la silla al lado de la puerta, y se desnucó y murió, y porque era hombre viejo y pesado. Y su nuera la mujer de Finees, que estaba encinta, cercana a al alumbramiento, oyendo el rumor que el arca de Dios había sido tomada, y muertos su suegro y su marido, se inclinó y dio a luz, porque le sobrevinieron sus dolores de repente.

Y al tiempo que moría, le decían las que estaban junto a ella, no tengas temor, porque has dado a luz un hijo.” Entonces, ella muere al dar a luz. Ofni y Finees están muertos, Elí está muerto, treinta mil soldados están muertos, la esposa de Finees está dando a luz, se muere, el niño vive, y alrededor del tiempo de su muerte dicen: No temas, haz dado a luz a un hijo. Mas ella no respondió, ni se dio por entendida. Y llamó al niño Icabod, diciendo, Traspasada es la gloria de Israel, por haber sido tomada el arca de Dios.” ¿Sabe lo que ella quiere decir? Dios se fue. Podemos tener una caja, pero no tenemos a Dios.

Capítulo 5. Si usted piensa que ese es un problema para Israel, imagine qué problema es para los filisteos, ahora tienen a Dios. Cuando los filisteos capturaron el arca de Dios, la llevaron desde Eben-ezer hasta Asdod. Y tomaron los filisteos el arca de Dios, y la metieron en la casa de Dagón. Dagón era una especia de sirena al revés, masculino, cabeza de pescado, piernas humanas, un ídolo raro.

Entonces, cuando al siguiente día los de Asdod se levantaron de mañana, después de colocar a Dios, imagínese el arca del pacto junto a Dagón. Se levantaron de mañana, he aquí Dagón postrado en tierra delante del arca de Jehová,” y dijeron: No, alguien lo tiró. “Y tomaron a Dagón y lo volvieron a su lugar. Y volviéndose a levantar de mañana el siguiente día, he aquí que Dagón había caído postrado en tierra delante del arca de Jehová,” y en esta ocasión la cabeza de Dagón y las dos palmas de sus manos estaban cortadas sobre el umbral, habiéndole quedado a Dagón el tronco solamente. Alguien decapitó a Dagón, alguien decapitó ese ídolo. No lo vas a colocar en el mismo lugar con el Dios vivo y verdadero.

Bueno, ese fue el fin de la religión de Dagón obviamente. Entonces el versículo 5 dice: “Los sacerdotes de Dagón, y todos los que entran en el templo de Dagón no pisan el umbral de Dagón es Asdod, hasta hoy.” Esa religión dejó de existir inmediatamente. Digo, si el Dios de Israel puede cortar tu cabeza y tus manos, no te necesitamos. Los de Asdod dijeron, al ver esto, “No quede con nosotros el arca del Dios de Israel, porque su mano es dura sobre nosotros y sobre nuestro dios Dagón. Convocaron, pues, a todos los príncipes de los filisteos, y les dijeron, ¿Qué haremos con el arca del Dios de Israel? Y ellos respondieron, Pásese el arca del Dios de Israel a Gat.” Envíenla fuera de aquí, envíenla a otra ciudad. Gat, de ahí era Goliat.

Entonces se llevaron al arca a Gat, y cuando la habían pasado, la mano de Jehová estuvo contra la ciudad con gran quebrantamiento. y afligió a los hombres de aquella ciudad. Tuvieron tumores. Entonces dijeron saquen eso de la ciudad. La enviaron a Ecrón. El arca vino a Ecrón y los de Ecrón dijeron, Hombre, Han pasado a nosotros el arca del Dios de Israel para matarnos a nosotros y a nuestro pueblo. Este es un problema tener a Dios en tus manos, y estarte burlando de Dios y deshonrando a Dios en todas estas maneras es un tipo de actividad muy mortal.

Entonces tuvieron una junta en el versículo 11, “Y enviaron y reunieron a todos los príncipes de los filisteos, diciendo: Enviad el arca del Dios de Israel, y vuélvase a su lugar, y no nos mate a nosotros ni a nuestro pueblo, porque había consternación de muerte en toda la ciudad, y la mano de Dios se había agravado allí. Y los que no morían, eran heridos de tumores, y el clamor de la ciudad subía al cielo.”  Dios simplemente está dejando una matanza a dondequiera que el arca va.

El capítulo 6 dice, “Estuvo el arca de Jehová en la tierra de los filisteos siete meses. Entonces los filisteos, llamando a los sacerdotes y adivinos, preguntaron, ¿Qué haremos del arca de Jehová? Hacednos saber de qué manera la hemos de volver a enviar a su lugar.” Esto es muy interesante. “Ellos dijeron, si enviáis el arca del Dios de Israel, no la enviéis vacía, sino pagadle la expiación.” ¿Qué están diciendo? Estos paganos están diciendo esto, No solo envíen eso de regreso, envíen eso de regreso con una ofrenda de culpa. ¿Qué quieres decir? Envíala de regreso con algo que indique que sabes que has violado a ese Dios. Admite que lo que te pasó es lo que merecías porque violaste a ese Dios. ¿Qué enviaríamos? Fascinante.

Y ellos dijeron, ¿Y cuál sería entonces la expiación que le pagaremos? Ellos respondieron, cinco tumores de oro, y cinco ratones de oro. ¿Por qué? Eso se llama una ofrenda votiva. Creas algo que representa el castigo, los ratones debido a la plaga, el tumor debido a los tumores. Entonces estaban haciendo ratones y tumores para enviarlos de regreso como una manera de decirle al Dios ofendido, Por favor, reconocemos que Te hemos ofendido. El versículo 5 en cierta manera lo resume, Daréis gloria al Dios de Israel, quizá aliviará su mano de sobre vosotros y de sobre vuestros dioses, y de sobre vuestra tierra. Saquen a Dios de aquí y no lo envíen de regreso vacío, envíenlo de regreso con el reconocimiento de que han pecado contra Él.

Pase al capítulo 6 versículo 17. Estos son los tumores de oro. Esto está volviéndose más serio. Tienen tanto miedo de esta deidad que empiezan a hacer estas representaciones votivas de su juicio en oro, ¿tumores de oro y ratones de oro? y los colocaron sobre el arca, versículo 18, para enviarla de regreso.

Vinieron a Bet-semes. Entonces Dios hizo morir a los hombres de Bet-semes, porque habían mirado dentro del arca de Jehová. ¿Qué? Sí. Habían cosas en el arca, ¿verdad? Dios mató a más de cincuenta mil. “Y lloró el pueblo, porque Jehová lo había herido con tan gran mortandad.” Versículo 20, “Y dijeron los de Bet-semes, ¿Quién podrá estar delante de Jehová el Dios santo?” Usted no puede sobrevivir un encuentro pecaminoso con Él. “El arca entonces fue enviada a Quiriataim. Se quedó ahí veinte años, y toda la casa de Israel lamentaba.”

Capítulo 7, “Habló Samuel a toda la casa de Israel, diciendo: Si de todo vuestro corazón os volvéis a Jehová, quitad los dioses ajenos, y a Astarot de entre vosotros.” Oh, aquí está el problema, Dios no los defendió porque se habían vuelto a los ídolos, “y preparad vuestro corazón a Jehová, y sólo a él servid, y os librará de la mano de los filisteos. Entonces los hijos de Israel quitaron a los baales y a Astarot, y sirvieron solo a Jehová. Y Samuel dijo, Reunid a todo Israel en Mizpa, y yo oraré por vosotros a Jehová.”

Ese fue un tipo de avivamiento, ¿quizás? El versículo 6 dice, “Y se reunieron en Mizpa, y sacaron agua, y la derramaron delante de Jehová y ayunaron aquel día, y dijeron allí, contra Jehová hemos pecado.” Confesión. Versículo 8, le dijeron a Samuel, más vale que sigas. No ceses de clamar por nosotros a Jehová nuestro Dios.

Solo por razones de tiempo, ahí abajo en el versículo 15. Dios les dio paz con sus enemigos. “Juzgó Samuel a Israel todo el tiempo que vivió. Y todos los años iba y daba vuelta a Bet-el, a Gilgal y a Mizpa, y juzgaba a Israel en todos estos lugares. Ahora recuerde, cuando dice que juzgó a Israel él estaba dándoles la Palabra de Dios. Después volvía a Rama, porque allí estaba su casa, y allí juzgaba a Israel, y edificó allí un altar a Jehová.

Ahora simplemente repase esa historia, muy bien. Tienen a Dios como su rey, el Dios que los guio a través de las plagas en Egipto, ahogó a todo el ejército egipcio, los trajo a lo largo de los años en el desierto, los trajo a la Tierra Prometida, les dio la victoria sobre sus enemigos. Dios que acaba de mostrar Su poder, matando a todo tipo de paganos extranjeros. Ahora tienen a Dios de regreso, tienen a un juez fiel. Quizás esto es permanente, ¿verdad?

Capítulo 8, Aconteció que, habiendo Samuel envejecido, puso a sus hijos por jueces sobre Israel. Y el nombre de su hijo primogénito fue Joel, y el nombre del segundo Abías, y eran jueces en Beersheva. “Pero no anduvieron los hijos por los caminos de su padre, antes se volvieron tras la avaricia, dejándose sobornar y pervirtiendo el derecho.”  Muy bien, aquí tenemos a políticos deshonestos.

Entonces, escuche esto, “Entonces todos los ancianos de Israel se juntaron,” todos los ancianos de Israel se juntaron, “y vinieron a Rama para ver a Samuel, y le dijeron: He aquí tú has envejecido y tus hijos no andan en tus caminos; por tanto, constitúyenos ahora un rey que nos juzgue, como tienen todas las naciones.” Esto es apostasía clara y completa. No queremos a Dios como nuestro rey.

Pero no agradó a Samuel esta palabra que dijeron: Danos un rey que nos juzgue. Y Samuel oró a Jehová. Toda nación tenía un rey. Estos dos hijos de Samuel no están funcionando muy bien. Danos un rey. Queremos un rey como el resto de la gente tiene un rey. En el capítulo 8, versículo 7, “Y dijo Jehová a Samuel, Oye la voz del pueblo en todo lo que te digan, porque no te han desechado a ti, sino,” ¿qué? “a mí me han desechado, para que no reine sobre ellos.” Digo, ¿acaso el pecado te hace torpe o qué? “Ahora pues oye su voz. Mas protesta solemnemente contra ellos, y muéstrales cómo les tratará el rey que reinará sobre ellos.”

Y refirió Samuel todas las palabras de Jehová al pueblo que le había pedido rey. Él dijo: ¿saben lo que esto va a significar? Este será el proceder del rey que reinará sobre ustedes, Así hará el rey: tomará vuestros hijos, y los pondrá en sus carros y en su gente de a caballo, para que corran delante de su carro; y nombrará para sí jefes de miles y jefes de cincuentenas; los pondrá asimismo a que aren sus campos y sieguen sus mieses, y a que hagan sus armas de guerra y los pertrechos de sus carros. Tomará también a vuestras hijas para que sean perfumadoras, cocineras y amasadoras.

Asimismo, tomará lo mejor de vuestras tierras, de vuestras viñas y de vuestros olivares, y los dará a sus siervos. Diezmará vuestro grano y vuestras viñas, (impuestos) para dar a sus oficiales y a sus siervos. Tomará vuestros siervos y vuestras siervas, vuestros mejores jóvenes, y vuestros asnos, y con ellos hará sus obras. Diezmará también vuestros rebaños, y seréis sus siervos. Y clamaréis aquel día a causa de vuestro rey que os habréis elegido, mas Jehová no os responderá en aquel día.” ¿Saben lo que están haciendo? Están cambiando al Redentor Rey por un dictador malo, anti-Dios, narcisista, autócrata.

Versículo 21, “Y oyó Samuel todas las palabras del pueblo, y las refirió en oídos de Jehová. Él dijo, Señor, no puedo creer esto, pero te voy a decir lo que dijeron, como si el Señor no oyera. Jehová dijo a Samuel, “Oye su voz, y pon rey sobre ellos, dales un rey.” Capítulo 12, versículo 12 dice: El rey ha de reinar sobre nosotros, siendo así que Jehová vuestro Dios será vuestro rey.” Esta es la apostasía épica de Israel. Entra, usted sabe quién, Saúl. Saúl va a ser su rey. Vaya al capítulo 10.

Han escogido a Saúl, no vamos a cubrir toda esa historia. “Después Samuel,” versículo 17 del capítulo 10, “convocó al pueblo delante de Jehová en Mizpa, y dijo a los hijos de Israel, Así ha dicho Jehová el Dios de Israel: Yo saqué a Israel de Egipto, y os libré de mano de los egipcios, y de mano de todos los reinos que os afligieron. Pero vosotros habéis desechado hoy a vuestro Dios, que os guarda de todas vuestras aflicciones y angustias, y habéis dicho, No, sino pon rey sobre nosotros. Ahora, pues, presentaos delante de Jehová por vuestras tribus y por vuestros millares.”

“Y haciendo Samuel que se acercasen todas las tribus de Israel, fue tomada la tribu de Benjamín.” Por cierto, cualquier rey en Israel debía ser de la tribu de Judá. “E hizo llegar a la tribu de Benjamín por sus familias, y fue tomada la familia de Matri, y de ella fue tomado Saúl hijo de Cis.” ¿Saúl? ¿Por qué él? Bueno ya sabemos, porque el versículo 23 dice, “Porque era más alto que todo el pueblo,” más alto, oscuro, guapo, y cobarde. En el versículo 22, “Preguntaron por Saúl y estaba escondido entre el bagaje.” ¡Qué bien! Tenemos a un hombre alto, oscuro guapo escondiéndose en el bagaje.

Por cierto, ¿qué hacía? Buscaba burros perdidos, ese era su trabajo. Desafortunadamente no lo hacía muy bien, no podía encontrarlos. él fue de un fin de la tierra al otro fin de la tierra y no podía encontrarlos. Y alguien dijo, Oh, ya están de regreso en casa. Alto, oscuro, guapo, cobarde, buscador de burros. El pecado te hace torpe y te hace tomar decisiones torpes acerca del liderazgo. ¿Quién cambia al Dios eterno por un buscador de burros alto, oscuro, guapo, torpe, que quiere esconderse en el bagaje?

Entonces ¿por qué permitió Dios esto? Como un juicio. ¿Entiende usted eso? Como un juicio, ¿Quieren un rey? Les voy a dar un rey. Les voy a dar un rey que les va a mostrar cuan necios son al dejar a Dios. Saúl es el anti rey. Él es la ilustración del peor tipo de gobernante. Ese es el punto de Dios. Saúl era un desastre completo, y conocemos la triste historia de eso. Un post-mortem de Saúl, solo unos cuantos versículos, capítulo 15, versículo 23, “Como pecado de adivinación es la rebelión, y como ídolos e idolatría la obstinación. Por cuanto tú desechaste la palabra de Jehová, él también te ha desechado para que no seas rey.”

Saúl fue un gran desastre, el pueblo rechazó al Señor para tener a Saúl, y después el Señor rechazó a Saúl porque Saúl lo rechazó a Él. Saúl dijo a Samuel: “Yo he pecado, pues he quebrantado el mandamiento de Jehová y tus palabras, porque temía al pueblo y consentí a la voz de ellos.” Ahí está el cobarde escondiéndose en el bagaje. él teme al pueblo. Alto, oscuro, guapo, cabeza hueca, que buscaba burros. Y él era un desastre total.

Usted no oye esto con mucha frecuencia en la Biblia, versículo 35 del capítulo 15, Jehová se arrepentía de haber puesto a Saúl por rey sobre Israel. Oh, por cierto, Samuel dijo, “No va haber futuro alguno para ti, no más para ti. El siguiente rey no vendrá de tu familia.” De nuevo, la sabiduría de abajo es demoniaca, ¿no es cierto? El pecado lo hace a usted torpe. El Señor fue amable hacia ellos. El siguiente rey fue ¿quién? David. David. Y David fue como Samuel. Dos veces dice, El Señor estaba con él. Él era un hombre con un corazón por Dios. Pero Dios les recordó con Saúl que cuando usted lo cambia por alguien más, esa locura impía es devastadora, más que asombrosa para mí.

Hay un pasaje en Oseas, capítulo 13, que es revelador. Conforme Oseas el profeta pronuncia juicio sobre Israel, o Efraín, escuche esto, capítulo 13 de Oseas: “Cuando Efraín hablaba, hubo temor; fue exaltado en Israel; mas pecó en Baal, y murió. Y ahora añadieron a su pecado, y de su plata se han hecho según su entendimiento imágenes de fundición, ídolos, toda obra de artífices, acerca de los cuales dicen a los hombres que sacrifican, que besen los becerros. Por tanto, serán como la niebla de la mañana, y como el rocío de la madrugada que se pasa; como el tamo que la tempestad arroja de la era, y como el humo que sale de la chimenea. Van a desaparecer, van a vaporizarse dice Dios.

Mas yo soy Jehová tu Dios desde la tierra de Egipto; no conocerás, pues, otro dios fuera de mí, ni otro salvador sino a mí. Yo te conocí en el desierto, en tierra seca. En sus pastos se saciaron, y repletos, se ensoberbeció su corazón; por esta causa se olvidaron de mí. Conforme los deja entrar en la tierra de leche y miel, lo olvidaron. Por tanto, yo seré para ellos como león; como un leopardo en el camino los acecharé. Como osa que ha perdido los hijos los encontraré, y desgarraré las fibras de su corazón, y allí los devoraré como león; fiera del campo los despedazará.”

Les está prometiendo juicio divino, y vino por las manos de los asirios que vinieron por el 722 y se los llevaron a todos, y nunca regresaron. “Te perdiste, oh Israel, más en mí está tu ayuda.” ¿Cómo sucede eso? ¿Dónde está tu rey, para que te guarde con todas tus ciudades; y tus jueces, de los cuales dijiste: Dame rey y príncipes? Te di rey en mi furor, y te lo quité en mi ira.” Hay algunas realidades interesantes en ese versículo 11. Esos son verbos imperfectos lo cual significa que son acción continua.

Literalmente, “Seguí dándote reyes en Mi furor y seguí quitando en Mi ira, y a lo que se está refiriendo es a que en el reino del norte Dios les dio diez reyes, todos ellos malos, reyes impíos. Se los dio como un juicio, los quitó como un juicio. Les dio uno, pero como un juicio, los quitó. Acción repetida una y otra y otra vez. El Señor dijo, querían un rey, les di reyes. Los puse ahí en Mi enojo, los quité en Mi ira. Puse otro en Mi enojo, lo quité en Mi ira. Su idolatría continuó y todo terminó después de esos diez reyes y ustedes yendo a la cautividad.

Entonces cuando usted cambia al Rey verdadero por cualquier otro rey, usted se ha burlado de Dios. ¿Hay esperanza? Vea el capítulo 14 de Oseas. Este es el corazón de Dios mediante el clamor del profeta, “Vuelve, oh Israel, a Jehová tu Dios; porque por tu pecado has caído.

Llevad con vosotros palabras de súplica, y volved a Jehová, y decidle: Quita toda iniquidad, y acepta el bien, y te ofreceremos la ofrenda de nuestros labios. No nos librará el asirio; no montaremos en caballos, ni nunca más diremos a la obra de nuestras manos: Dioses nuestros; porque en ti el huérfano alcanzará misericordia.

Yo sanaré su rebelión, los amaré de pura gracia; porque mi ira se apartó de ellos.

Yo seré a Israel como rocío; él florecerá como lirio, y extenderá sus raíces como el Líbano.

Se extenderán sus ramas, y será su gloria como la del olivo, y perfumará como el Líbano.

Volverán y se sentarán bajo su sombra; serán vivificados como trigo, y florecerán como la vid; su olor será como de vino del Líbano. Efraín, o Israel, dirá: ¿Qué más tendré ya con los ídolos? Yo lo oiré, y miraré; yo seré a él como la haya verde; de mí será hallado tu fruto.

¿Quién es sabio para que entienda esto, y prudente para que lo sepa? Porque los caminos de Jehová son rectos, y los justos andarán por ellos; más los rebeldes caerán en ellos.”

¿Quién es su dios? ¿Quién es su rey? Doscientos años de advertencia antes de que la cautividad vino. Israel entregó a su rey, al Dios verdadero y vivo por una secuencia de gobernantes impíos. Escogieron a un farsante, a un fraude. Escogieron a un anti rey, un tipo de anticristo, por encima del Rey eterno del universo. Oh, por cierto, Dios prometió enviar un rey, y lo hizo, un rey verdadero. Le dijo a David en Segundo de Samuel 7, voy a enviar a alguien de tus lomos que tendrá un reino eterno.

En el evangelio de Lucas, claro, comienza cuando la palabra desciende del cielo a María de un ángel, “concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS. Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo, y el Señor Dios le dará el trono de David su padre y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.” E Isaías dijo, “ese niño que nos es nacido será Maravilloso Consejero, el Dios fuerte, el Padre eterno.” Y Él vino, el Rey verdadero de nuevo, y todo culminó cuando tuvieron que tomar una decisión. ¿Querían al Rey verdadero? ¿Querían a un ladrón y un robador llamado Barrabás?

El mismo tipo de torpeza horrenda, pecaminosa se levanta en el capítulo 18 de Juan, versículo 33, “Entonces Pilato volvió a entrar en el pretorio, y llamó a Jesús y le dijo: ¿Eres tú el Rey de los judíos? Jesús le respondió: ¿Dices tú esto por ti mismo, o te lo han dicho otros de mí? Pilato le respondió: ¿Soy yo acaso judío? Tu nación, y los principales sacerdotes, te han entregado a mí. ¿Qué has hecho? Respondió Jesús: Mi reino no es de este mundo; si mi reino fuera de este mundo, mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos; pero mi reino no es de aquí, de ésta esfera.

Le dijo entonces Pilato: ¿Luego, eres tú rey? Respondió Jesús: Tú dices que yo soy rey. Yo para esto he nacido, y para esto he venido al mundo, para dar testimonio a la verdad.” Y aquí esta la clave, “Todo aquel que es de la verdad, oye mi voz. Le dijo Pilato: cínicamente, ¿Qué es la verdad? Y cuando hubo dicho esto, salió otra vez a los judíos, y les dijo: Yo no hallo en él ningún delito. Pero vosotros tenéis la costumbre de que os suelte uno en la pascua. ¿Queréis, pues, que os suelte al Rey de los judíos? Entonces todos dieron voces de nuevo, diciendo: No a éste, sino ¿a quién? a Barrabás en lugar de Jesús.” Ahí está la insensatez. En el versículo 15 del capítulo 19, “Fuera, fuera, crucifícale. Pilato les dijo, ¿A vuestro rey he de crucificar? Respondieron los principales sacerdotes, No tenemos más rey que César.”

Solo hay un rey verdadero, ¿verdad? La tragedia de la historia de Israel, la tragedia de la historia humana es que el mundo no quiere reconocer al Rey verdadero, al Dios verdadero y vivo y a Su Hijo. Pero Dios ya ha determinado que Su Hijo será Rey. “¿Por qué se amotinan las gentes, Y los pueblos piensan cosas vanas? Se levantarán los reyes de la tierra, Y príncipes consultarán unidos Contra Jehová y contra su ungido, diciendo: Rompamos sus ligaduras, Y echemos de nosotros sus cuerdas. El que mora en los cielos se reirá; El Señor se burlará de ellos. Luego hablará a ellos en su furor, Y los turbará con su ira.

Pero yo he puesto mi rey Sobre Sion, mi santo monte. Yo publicaré el decreto; Jehová me ha dicho: Mi hijo eres tú; Yo te engendré hoy. Pídeme, y te daré por herencia las naciones, Y como posesión tuya los confines de la tierra. Los quebrantarás con vara de hierro; Como vasija de alfarero los desmenuzarás. Ahora, pues, oh reyes, sed prudentes; Admitid amonestación, jueces de la tierra. Servid a Jehová con temor, Y alegraos con temblor. Escuchen esto, Honrad al Hijo, para que no se enoje, y perezcáis en el camino; Pues se inflama de pronto su ira. Bienaventurados todos los que en él confían. Más vale que confíe en el Rey verdadero, ¿verdad?

Entonces, la historia de Israel es una historia de blasfemia, una historia de abominación, una historia de apostasía, una historia de deserción. Inconcebiblemente una historia de cambiar al único Dios verdadero por el anti rey, el rey impío, el rey necio, Saúl. Cambiando al Señor Jesucristo en últimas por el anticristo necio llamado César. Fue durante el tiempo de David, Segundo de Samuel capítulo 6, quiero mostrarle algo. Cerremos ahí, Segundo de Samuel capítulo 6.

Entonces finalmente quieren traer de regreso el arca. Había una prescripción para cómo debía ser movida el arca. Tenía anillos, y usted metía un palo largo para que nadie jamás tocara el arca. Nadie tocaba el arca. Tomaban palos largos, los metían por los anillos, la cargaban de esa manera. No hicieron eso. Dice que querían mover el arca, y versículo 3, “Pusieron el arca de Dios sobre un carro nuevo,” ¿qué es eso? Esa es una violación clara del orden de Dios, y la llevaron de la casa de Abinadab, que estaba en el collado; y Uza y Ahío, hijos de Abinadab, guiaban el carro nuevo.

Y cuando lo llevaban de la casa de Abinadab, que estaba en el collado, con el arca de Dios, Ahío iba delante del arca. Y David y toda la casa de Israel danzaban delante de Jehová con toda clase de instrumentos de madera de haya; con arpas, salterios, panderos, flautas y címbalos.” Esto es ahora como una coronación. Dios está regresando, van a volver a colocar en el trono a Dios en el lugar al que Él pertenece. Versículo 6, “Cuando llegaron a la era de Nacón, Uza extendió su mano al arca de Dios, y la sostuvo; porque los bueyes tropezaban.” Se comenzó a caer, el arca, entonces Uza se estiró para detenerla. Vea el versículo 7, Y el furor de Jehová se encendió contra Uza, y lo hirió allí Dios por aquella temeridad, y cayó allí muerto junto al arca de Dios.

Permítame decir algo. Más vale que tenga cuidado cuando usted coloca su mano sobre Dios. Pensé en eso en esa inauguración. Usted puede decir lo que quiera, pero cuando usted toca el arca, cuando usted coloca su mano en el trono de Dios porque Dios está en el trono en Su Palabra, y coloca su mano sobre la Palabra de Dios y jura hacer las cosas mismas que blasfeman Su nombre, usted habla de una acción de alto riesgo. Lo único que Uza hizo fue lo que pensó que estaba mostrando algo de respeto. Dios no quiere su respeto, quiere su obediencia.

No me diga que usted promueve la matanza de bebes en el vientre. No me diga que quiere destruir la masculinidad, la feminidad, el matrimonio. No me diga que quiere llenar el mundo de personas LBGTQ en liderazgo, usted quiere justificar la actividad transgénero. No me diga que quiere invitar a más musulmanes que representan una religión del infierno y después coloca su mano sobre el trono de Dios. Usted puede hacer el juramento que quiera, no se burle de Dios.

Una palabra final, solo un recordatorio. “Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.” El mensaje tiene que terminar aquí. Busque el reino, ¿verdad? Busque el reino al buscar al Rey. Arrepiéntase, el Rey está aquí. Arrepiéntase y reciba el evangelio. Inclinémonos en oración.

Padre nuestro, ciertamente recordamos a un rey del Antiguo Testamento llamado Nabucodonosor, que terminó burlándose de ti, y fue alejado de la humanidad durante siete años. Vivió en un campo, su cuerpo se mojó con el rocío del cielo, su cabello creció como plumas de águilas, y sus uñas como garras de ave, y estuvo ahí hasta que aprendió que Tú gobiernas sobre la esfera de la humanidad.

Al final de ese período dijo: “Bendije al Altísimo, y alabé y glorifiqué al que vive para siempre, cuyo dominio es sempiterno, y su reino por todas las edades. Todos los habitantes de la tierra son considerados como nada; y él hace según su voluntad en el ejército del cielo, y en los habitantes de la tierra, y no hay quien detenga su mano, y le diga: ¿Qué haces? En el mismo tiempo mi razón me fue devuelta, y la majestad de mi reino, mi dignidad y mi grandeza volvieron a mí, y mis gobernadores y mis consejeros me buscaron; y fui restablecido en mi reino, y mayor grandeza me fue añadida. Ahora yo Nabucodonosor alabo, engrandezco y glorifico al Rey del cielo, porque todas sus obras son verdaderas, y sus caminos justos; y él puede humillar a los que andan con soberbia.”

Señor, vamos a ver a Nabucodonosor en el cielo. Cuán maravilloso es eso, por impío que fue, hubo gracia cuando hubo arrepentimiento. Nuestro deseo, claro, no es el juicio, esa es la razón por la que vivimos en este mundo brillando como luces en esta generación perversa, para que la gente pueda ver la luz y volverse de las tinieblas. Hay otro rey del que escribió Daniel, este es nuestro Rey. Él dice: “Miraba yo en la visión de la noche, y he aquí con las nubes del cielo venía uno como un hijo de hombre, que vino hasta el Anciano de días, y le hicieron acercarse delante de él. Y le fue dado dominio, gloria y reino, para que todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran; su dominio es dominio eterno, que nunca pasará, y su reino uno que no será destruido.”

Un Hijo de hombre es nuestro Rey, ningún otro que el Señor Jesucristo. Todos los demás reyes serán aplastados por Él. Todos aquellos que adoran a cualquier otro dios solo enfrentan juicio eterno. Que la luz de la iglesia brille fuertemente. Que el evangelio sea claro. Que lo proclamemos con urgencia y amor, para Tu gloria oramos. Amén.

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