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Este mensaje fue originalmente predicado el 30 de septiembre del 2018.

Fue 1519 en Leipzig, Alemania dos siglos antes de que Johann Sebastián Bach llegara a esa ciudad, se volvió el director de música en la iglesia, ahí escribió música nueva para todo domingo. Un trabajo que todos nosotros hemos llegado a conocer y amar. Pero unos dos siglos antes de Bach, en Leipzig, una fuerza poderosa había sido desatada en Alemania y por toda Europa en la forma de Martín Lutero. Martín Lutero fue un monje católico, un personaje muy poderoso, una persona muy poderosa y un maestro muy capaz.

Él había clavado sus 95 tesis en la puerta de la iglesia en Wittenberg, Alemania, 95 tesis, 95 asuntos que él pensaba que debían ser abordados y corregidos en la iglesia Católica Romana. Como resultado de eso, dos años después dos años después él fue llamado a un concilio en Leipzig. Él todavía realmente no se había vuelto un cristiano, pero el Señor estaba mostrándole los errores del sistema romano y llevándolo hacia el evangelio verdadero. Él fue citado a una iglesia en Leipzig, la iglesia misma que yo visité para mi gran gozo y beneficio. Y él fue forzado a sentarse en una especie de tribunal, para responder a sus herejías.

Él había negado la penitencia, él había negado el purgatorio, él había negado las indulgencias, comprar el perdón y el cielo, él había negado la salvación por obras, él había negado la autoridad que, del Papa, y su peor crimen es que él había afirmado Sola Scriptura, que la única autoridad es la Biblia. A la luz de esto él fue citado a Leipzig para enfrentar a un hombre llamado, Johann Eck, él fue el maestro de debates de la Iglesia Católica Romana. Habían traído al mejor para enfrentar a Lutero.

La responsabilidad de Eck consistía en exhibir y denunciar las herejías de Lutero, y particularmente Sola Scriptura, únicamente la Escritura. El resultado de ese encuentro, ese tribunal fue una bula papal, o una declaración papal, exsurge domine. Salió en 1520, y lo que esa bula papal declaró fue que todas las enseñanzas de Martín Lutero eran herejes. Y fueron prohibidas por todo el panorama católico romano. Esa discusión impresionante entre Lutero y Eck fue oída por un joven. De hecho, este joven era el secretario de Eck, él estuvo ahí para ayudar a Johann Eck. Su nombre es Johann Graumann. Al escuchar esta discusión él salió dándose cuenta de que Lutero tenía razón, y al que él representaba, Johann Eck, estaba equivocado. Él quedó convencido de la fe verdadera y eventualmente y se unió a La Reforma. Dejó Leipzig y Graumann se volvió un predicador del evangelio.

En 1525 él escribió un himno, un himno que ha durado hasta este día mismo. En 1863 fue traducido del alemán al inglés, el título de ese himno es “Alma mía, alaba ahora a tu hacedor.” “Alma mía, alaba ahora a tú Hacedor, que todo lo que hay dentro de mí bendiga Su nombre, que te hace un participante pleno de misericordias, más de las que te atreves a reclamar. Tan alto como es el cielo sobre nosotros, desde el amanecer hasta el atardecer, desde que Él nos ha amado, Él aleja nuestros pecados. Alábalo al que está reinando para siempre, todos aquellos que oyen Su Palabra, nuestra vida y todo lo que Él sustenta, alma mía, Oh alaba al Señor.”

En 1680 un hombre llamado Joaquín Neander, otro poeta alemán había estado viviendo una vida muy pecaminosa. Él decidió ir a la iglesia para burlarse del predicador, con algunos de sus amigos. Pero al sentarse bajo la predicación del evangelio, él se convirtió, él eventualmente se volvió el pastor asistente del pastor que originalmente él había venido a burlarse de él y bajo cuya predicación él fue salvo. Cuándo él se volvió el pastor asistente se le dio la responsabilidad regular, escuche esto, de predicar todo domingo en el servicio de las cinco de la mañana. Él murió a la edad de treinta años de edad. Quizás ese servicio de las cinco de la mañana lo mató. Pero durante su año final, a la corta edad de treinta años, él escribió un himno, que ya cantaron ustedes esta mañana.

“Alaba al Señor el Todopoderoso, el Rey de la creación. Oh alma mía, alábalo porque Él es tú esperanza y salvación. Todos ustedes los que oyen ahora, a su templo acérquense, acompáñenme en adoración gozosa.” En 1719 Isaac Watts, quien escribió unos 750 himnos, incluyendo “Cuando veo la cruz maravillosa”, y muchos otros, escribió este himno: “Oh, bendice al Señor, alma mía. Mantén en mente sus misericordias. No olvides todos sus beneficios, quien es contigo tan amable. Bendice tú alma mía al Señor, Su gracia y Su amor proclama. Que todo lo que hay dentro de mí, se una para bendecir Su santo nombre.”

Fue en los 1800’s en Escocia, y hubo un joven llamado Henry Lyte, L Y T E, cuyo padre lo describió como un joven inútil, una especie de vago escocés, quien únicamente quería pescar y cazar. La vida se volvió difícil para Henry Lyte porque él era huérfano. En 1816 él estuvo al lado de un hombre moribundo, él vio la realidad sombría, fría de la muerte, y él dejó ese lecho de muerte para encontrar una Biblia y comenzó a leerla. Mediante la lectura de la Palabra de Dios él se convirtió a Cristo, se volvió un predicador del evangelio, un predicador de la Palabra de Dios. Él también fue un gran músico quien tocaba la flauta, y él también podía hablar latín, griego y francés. Y después él escribió poesía, creo que en 1834 él escribió “Lo mejor”, y ustedes también cantaron eso esta mañana.

“Alaba alma mía al Rey del cielo, a Sus pies trae tu ofrenda. Rescatado, curado, restaurado, perdonado, ¿quién como tú debe cantar su alabanza? Alábalo por Su gracia y favor a nuestros padres en aflicción. Alábalo, todavía El mismo de siempre, tardo para la ira y pronto para bendecir. Alábalo, alábalo, glorioso en Su fidelidad.” Ese himno se ha vuelto tan popular que ha sido cantado en muchas coronaciones.

Ahora, ¿por qué estoy mencionando estos himnos que van desde el 1525 hasta los 1800? Porque todos fueron escritos en base al Salmo 103, y, de hecho, toda la música esta mañana fue escrita a partir del Salmo 103, incluyendo “Está bien, alma mía.” Quizás solo el Salmo 23 ha llevado a más música que el Salmo 103. El Salmo 103 es alabanza pura, desde el principio hasta el final. Es alabanza eterna, es alabanza del evangelio. Está lleno de verdad del evangelio. De hecho, creo que estoy seguro al decir que el Salmo 103 es una expectativa del Antiguo Testamento para el libro de Romanos. El Salmo 103 es adoración pura, tiene una concentración fija en una persona, Yahweh. Ese es el único nombre de Dios usado en todo este Salmo. Yahweh es el tetragramaton, el nombre inexpresable de Dios, el Yo Soy.

Está concentrado en adorar al Yo Soy, al eterno. La adoración básicamente está constituida de recitar y recordar la realidad magnifica de su salvación, de sus bendiciones de salvación. Y cuándo digo que este Salmo es alabanza pura, lo quiero decir en este sentido, no se menciona circunstancia histórica alguna, en torno a este Salmo. Muchos salmos, conforme usted entra al salmo, usted ve al principio en el encabezado del Salmo una nota histórica, esto fue escrito en ciertos acontecimientos, cierto tiempo, cierta ocasión. No se menciona ninguna circunstancia histórica con respecto a la Escritura de este salmo. Esto es muy apropiado, es aplicable en términos universales.

Para el creyente cristiano es el enfoque de su vida, para un creyente esto es el norte verdadero. No hay mención de enemigos, hostilidad o amenazas, no hay peticiones, no hay quejas, no hay peticiones. Esto es simple y pura adoración a Dios. No hay nubes en el horizonte, no hay notas de decepción, no hay líneas de tristeza, todo es alabanza gozosa agradecida, fluyendo de los corazones de aquellos que han recibido a quienes se les ha dado salvación plena y eterna. No hay más brotes puros de alabanza en la Escritura como este. Esto es alabanza pura, comienza con cuatro todos, y termina con cuatro todos. Comienza y termina con un llamado muy personal a la adoración. La primera línea, “Bendice alma mía a Jehová”, la última, “Bendice alma mía a Jehová.”

Y entonces, comienza y termina con un llamado personal a la adoración, y en medio de estos llamados, cubre el universo infinito para mandar a toda persona y todo lo que existe a alabar al Señor, a bendecir Su nombre, a adorarlo. Es un salmo únicamente para creyentes, aquellos quienes según los versículos 11, 13, y 17 temen a Jehová, aquellos que temen a Jehová, o aquellos que son adoradores verdaderos de Jehová. O en el versículo 18, aquellos que guardan Su pacto y se acuerdan de Sus preceptos para ponerlos por obras. Esto es para adoradores verdaderos, que obedecen los mandamientos de Dios.

Está colocado en la lista de los Salmos como el primer salmo en cuatro salmos que cierran el libro cuarto de los salmos. Hay cinco libros de los Salmos, este Salmo 103 es parte de cuatro salmos que cierran el libro cuatro. Todos son llamados a alabar. Salmo 103 comienza, “Bendice alma mía a Jehová”. Salmo 104 comienza “Bendice a Jehová, oh alma mía. Oh Jehová Dios mío, Tú eres muy grande.” Salmos 105, “Oh dar gracias a Jehová, invocad su nombre, dad a conoced sus obras entre los pueblos. Cantad a Él. Canten alabanzas a Él. Hablen de todas sus maravillas.” Salmo 106, “Alabad a Jehová o dar gracias a Jehová porque Él es bueno, su misericordia es para siempre.” Al fin mismo del Salmo 106, “Bendito sea Jehová el Dios de Israel, desde la eternidad y hasta la eternidad, que todo el pueblo diga, Amén. Alaben a Jehová.”

Y usted encuentra conforme comienza el libro quinto, la primera línea es “Oh, dad gracias a Jehová porque Él es bueno, porque su misericordia es eterna, que los redimidos de Jehová lo digan, a quien Él ha redimido de la mano del adversario.” Es como si la alabanza al final del cuarto libro todavía sigue un eco al comienzo del libro quinto.

Entonces, esta es una sección de los Salmos que simplemente está cargada de alabanza. El Salmo que estamos viendo comienza esa lista de cuatro Salmos que termina el cuarto libro. Algunas fuentes antiguas nos dicen que David probablemente fue el autor. No podemos estar seguros de eso, y algunos dicen que piensan que David es el autor en su edad avanzada. No podemos estar ciertos en eso, pero puedo estar cierto en esto, la edad avanzada es el mejor momento para alabar al Señor, puedo decirles eso a partir de experiencia personal. ¿Por qué es la edad avanzada el mejor momento de alabar al Señor? Porque usted tiene la experiencia más larga y más rica de poder y bendición y providencia y favor divinos. Entre más pasan los años, su vida debe ser un acto de alabanza constante, un acto de adoración.

Si usted ha caminado con el Señor durante décadas y décadas, y décadas, hasta llegar a una edad mayor tiene una vida de experiencias muy real, larga, muy íntima, muy personal, muy evidente con el poder y la bendición y la providencia de Dios. Esta canción entera es ofrecida como adoración a Dios. De nuevo Yahweh es el único nombre divino que aparece, y es Su propio nombre. No un nombre descriptivo, sino Su nombre, Yo Soy. Es la adoración del Yo Soy, el único Dios vivo y verdadero, Él que existe eternamente, quién nunca tuvo un comienzo, quién nunca tiene un fin, Él es, solo Él, realidad absoluta. El resto de la realidad Él la creó. Él es constante, independiente, soberano. Él es verdad, Él es amor, Él es luz, Él es vida, Él es belleza, Él es perfección, Él es santidad, Él es gozo, Él es todo.

Entonces, solo Él es digno de adoración. Este es Yahweh, y Él también, Él es el Señor Jesucristo. Ahora, este salmo es un llamado a la adoración, tiene tres partes. El primer llamado es un llamado interno, versículos 1 al 5, veámoslo, es un llamado interno. “Bendice alma mía a Jehová.” Comienza con el mandato al alma propia de uno, de hablarle a Dios en maneras que le da honor y gloria, describiendo Su majestad, describiendo Su belleza plena, describiendo todo lo que es verdad acerca de Él en términos de atributos, y obras. “Bendice alma mía a Jehová.” Esto es uno hablándose a sí mismo. Si usted va a hablarse a sí mismo diga esto, “Alma, bendice a Jehová. Bendice a Jehová.”

Ahí es dónde comienza la alabanza, ahí es dónde comienza la adoración, y clamor en el alma, al alma es solo tan fuerte como el conocimiento de uno de Dios. Es solo tan contundente como lo es la santidad de uno. Si usted no conoce mucho acerca de Dios, es una voz muy pequeña que lo llama a usted en su propio corazón a bendecir al Señor, o si su vida está llena de transgresión y pecado, iniquidad, a usted realmente se le va a dificultar llamar a su alma a adorar al Señor. Esto viene del alma que tiene un conocimiento profundo de Dios, y un amor por aquello que es santo y puro. Y, por cierto, no hay un órgano que está tocando aquí.

Esto es adoración sin una banda de alabanza, adoración sin una orquesta, no hay luces tenues, no hay humo, y no una oscuridad que induce un cierto estado de ánimo, esto es adoración de corazón. Este es el rebosar de un corazón que está reflejando en Dios y en su virtud y la salvación que Él ha dado. La canción está en el corazón antes de que llegue a estar en la habitación. Esto es adoración verdadera, y el Padre busca adoradores verdaderos, que lo adoran en espíritu y en verdad, sin considerar ninguna experiencia externa, sin considerar ninguna ayuda externa, el gozo y gratitud, mero, extravagante, exuberante hacia Dios y Su gracia salvadora. “Bendice alma mía a Jehová”.

Yo me encuentro cantando himnos en mi cabeza, la mayor parte del tiempo. Supongo que en ciertas maneras viene después del respirar. Lo más rutinario que hago es cantar himnos en mi cabeza, ha sido así por muchos años, parte de eso es el legado de los himnos que he llegado a conocer y amar. Pero lo que motiva la memoria de esas cosas, es el corazón que desea adorar. Y cuando mi corazón busca adorar, quiere encontrar palabras que algunas veces son mejores de lo que yo puedo producir, y entonces se expresa en himnos. Bendice al Señor, adore al Señor. Hay algo singular acerca de eso, esto, todo esto tiene que ver con Él, y con nadie más, bendice alma mía a Jehová.

Ese es el mandato general y es seguido por esta afirmación en el versículo 1, “Y bendiga todo mi ser su santo nombre.” Bendice alma mía a Jehová, y no simplemente en algún tipo de enfoque parcial o concentración parcial, usted sabe, encontrando algún ahí junto con todo lo demás, sino bendice alma mía a Jehová, y bendiga todo mi ser Su santo nombre. Todas mis facultades, esto no es motivado externamente, esto es motivado internamente. Esto es básicamente como amar al Señor con todo su corazón, alma, mente y fuerzas, con todas sus capacidades, con todas sus capacidades. Usted debe estar bendiciendo al Señor, y usted debe bendecir Su santo nombre. El nombre que abarca Su santidad, lo cual es estar separado del pecado.

De nuevo, no tenemos conocimiento de acontecimiento alguno o circunstancia alguna que motiva al salmista a escribir esto, de tal manera que esto de alguna manera no está motivado por una ocurrencia en la vida, este es un estilo de vida. Nada externo mueve al salmista, es la mera contemplación de Dios en toda su gloria y su gracia, extendida a nosotros en la salvación, que causa que la alabanza se levante en el corazón, y se levanta él, y el nombre de Su santidad. Abraza su santidad, su estar separado, su ser diferente. Ese corazón en una erupción en gratitud por la salvación. Así es que como debemos vivir nuestras vidas, y se vuelve muy específico en el versículo 2, “Bendice alma mía a Jehová, y no olvides ninguno de sus beneficios.” Y no olvides ninguno de sus beneficios.

Algunos traducirán la palabra hebrea suficiencias, pero me gusta beneficios. Este es un mandato a mi alma, para señalar todo beneficio de Dios, todo beneficio, catalogar toda gracia, toda misericordia, todo acto, toda provisión, toda protección, toda bondad, toda expresión de amor, toda providencia. La canción que solía cantar como un niño era esta, “Cuenta tus bendiciones, nómbralas” algunos de ustedes la recuerda, “una por una.” Eso viene de aquí, “Cuenta tus bendiciones, nómbralas una por una, y te sorprenderá lo que el Señor ha hecho. Eso es exactamente lo que esto está diciendo, no olviden ninguno de sus beneficios.

Esto es tan crítico, que, de regreso en el octavo capítulo de Deuteronomio, cuando el Señor está advirtiéndole al pueblo de Israel, Deuteronomio capítulo 8, versículo 11 dice, “Cuídate de no olvidarte de Jehová tu Dios para cumplir sus mandamientos, sus decretos y sus estatutos que yo te ordeno hoy. No suceda que comas y te sacies y edifiques buenas casas en que habites, y tus vacas y tus ovejas se aumenten y la plata y el oro se te multipliquen y todo lo que tuvieres se aumente, y se enorgullezca tu corazón y te olvides de Jehová tu Dios, que te sacó de tierra de Egipto, de casa de servidumbre, que te hizo caminar por un desierto grande y espantoso, lleno de serpientes ardientes y de escorpiones y de sed, dónde no había agua. y él te sacó agua de la roca del pedernal, que te sustentó con maná en el desierto, comida que tus padres no habían conocido, afligiéndote y probándote para la postre hacerte bien. Y digas en tu corazón, mi poder y la fuerza de mi mano me han traído esta riqueza. Sino acuérdate de Jehová tu Dios porque Él te da el poder para hacer las riquezas a fin de confirmar su pacto que juró a tus padres como en este día. Más si llegareis a olvidarte de Jehová tu Dios, y anduvieres en pos de dioses ajenos, y les sirvieres y ellos te inclinares, yo lo afirmo hoy contra vosotros que de cierto pereceréis. Como las naciones que Jehová destruirá delante de vosotros, así pereceréis, por cuanto no habéis atendido a la voz de Jehová vuestro Dios.”

La advertencia, “No te olvides del Señor. No te olvides de sus beneficios, o vas a perecer.” Así es como debemos vivir nuestras vidas, catalogando y recitando constantemente los beneficios del Señor. Estamos retrasados, muy retrasados, estamos retrasados hoy, ¿no es cierto? Ya hemos sido perdonados hoy, ya hemos sido protegidos y preservados hoy, ya hemos sido iluminados y alentados y bendecidos hoy, y hasta este punto probablemente no hemos dicho nada acerca de gratitud al Señor. Así es como debemos vivir nuestras vidas, esa es la fuente de la alabanza.

Simplemente imagínense como serán las relaciones en un matrimonio y en un hogar y en cualquier otro tipo de situación si constantemente estuviéramos catalogando las bendiciones de Dios, que van más allá de nuestra comprensión, y viviendo en alabanza constante y adoración a Él. no tendremos tiempo para lo ridículo, olvidar es carnal, olvidar es pecaminoso. Viva su vida catalogando todos sus beneficios y vivirá su vida en gozo. Su propio gozo y contribuirá al gozo para todos los que lo rodean a usted.

Ahora, el Señor pide que recordemos todos Sus beneficios. Más adelante, él pregunta en el versículo 18, que recordemos Sus preceptos para ponerlos por obra. ¿Es eso pedir demasiado, recordar Sus beneficios y agradecerle? ¿Recordar Sus mandamientos y ponerlos por obra? ¿Es eso demasiado que pedir? Él ha olvidado nuestros pecados, eso es lo que Él dice, “No me acordaré más de tus pecados.” ¿Y correspondiéndole, podemos recordar Sus beneficios? Los beneficios de Dios vienen a nosotros de manera imparable. Nadie jamás ha vivido que ha podido recordarlos todos.

Entonces, ninguno de nosotros se acerca a adorar como debemos adorar. Adorar así es lo que Dios demanda, es lo que Dios merece, pero no es lo que recibe. Él nos da por lo menos una lista con que comenzar, aquí hay beneficios. Versículo 3, “Él es quien perdona todas tus iniquidades.” Esa es una afirmación sorprendente. Él es quien perdona todas tus iniquidades. Isaías 43, “las olvida”, ni siquiera se acuerda de ellas. Este es el primero de los regalos de Dios al pecador penitente que se ha convertido en un adorador verdadero. Esta es la salvación, esta es la puerta a todo el almacén de tesoros de gracia divina y misericordia.

Este es el comienzo, este es la primera afirmación del evangelio. El evangelio, las buenas noticias es que Dios perdona todas tus iniquidades. Esas son las buenas noticias. No tiene que ver con una vida feliz, no tiene que ver con propósito, no tiene que ver con arreglar su vida para que pueda llegar a su satisfacción máxima, no tiene que ver con darle lo que usted quiere. Las buenas noticias tienen que ver con perdón de pecado, mediante el cual usted escapa del infierno, y entrar al cielo.

Aquí es en dónde nuestra gratitud comienza. Estoy perdonado, estoy perdonado, de nuevo hoy, estoy perdonado. He sido perdonado, continuaré siendo perdonado. Simplemente siga catalogando el perdón de Dios. Y después, Él sana todas tus dolencias. Bueno, algunas personas han dicho que eso significa “sus enfermedades físicas”. No es así porque es una afirmación paralela a “perdona todas tus iniquidades.” Y Él de hecho perdona todas tus iniquidades, entonces, sea lo que sea que significa, “sana todas tus dolencias” tiene que ser tan amplio como el perdonar de tus iniquidades, y no puede estarse refiriendo a enfermedad física, porque todos nosotros estamos en el proceso de morir. Y todos tenemos enfermedades físicas. De lo que él está hablando aquí es sanar nuestras enfermedades espirituales, las enfermedades del alma.

En Isaías 1, conforme Dios ve a la Israel pecaminosa en el capítulo 1, versículo 5 y 6 dice, “¿Por qué querréis ser castigados aún? ¿todavía os rebelareis? Toda cabeza está enferma, y todo corazón doliente, desde la planta del pie hasta la cabeza no hay en él cosa sana, sino herida, hinchazón, y podrida llaga. No están curadas ni vendadas ni suavizadas con aceite, son como un leproso que no ha sido tratado.” Él le dice a Israel, hablando de enfermedades espirituales. El Señor perdona todas nuestras iniquidades, y Él sana todas las enfermedades de nuestra alma. Soberbia, deseos de la carne, deseos de los ojos, odio, rebelión en contra de Él, esas son las cosas que Él sana. Un día, cuándo seamos glorificados, Él sanará todas las enfermedades de nuestro cuerpo, cuando recibamos un cuerpo nuevo como el cuerpo de resurrección de Cristo.

¿Cuáles son los beneficios? Perdón y curación espiritual, lo cual realmente describe la regeneración, el hacer una nueva criatura, o el nuevo nacimiento. En el versículo 4, “El que rescata del hoyo tu vida.” Él está hablando de su salvación, su redención, pero conectado a su redención es su resurrección, ¿verdad? usted resucitará de la tumba para ser glorificado, redimido por la sangre de Jesucristo, redimido, pertenezco a Dios quien me levantará de la tumba. Salmo 49:15 dice, “Dios redimirá mi alma del poder del Seol o la tumba.” Beneficios sorprendentes. Perdón de pecado, la curación de sus enfermedades espirituales, la redención de su vida, que un día significa que usted será levantado y sacado de la tumba para la gloria eterna, y mientras tanto, mientras que esperamos eso.

El versículo 4 dice, “Bendice a Jehová, el que te corona de favores y misericordia.” Es como una especia de coronación, Él nos corona de favores. ¿Qué es eso? Amor comprometido, hesed, en Hebreo significa amor comprometido, amor de pacto, ese es el tipo de amor que es inquebrantable, expresado en actos determinados de la voluntad de Dios, mediante los cuales Él guarda Su promesa, a aquellos que le pertenecen a Él. Él es un Dios perdonador, Él es un Dios perdonador, Él hace pacto con aquellos que colocan su confianza en Él, y Él nunca romperá ese pacto. 

Entonces, le agradecemos por Su amor comprometido, Su amor inquebrantable, Su amor de pacto, y también Su compasión, y también Sus misericordias. Esa es la acción de Su amor de pacto, amor de pacto describe la relación, y misericordias describe la acción de esa relación, el lado emocional del favor de Dios. Dios no solo nos ama con un amor comprometido, sino que nos ama emocionalmente, Él nos ama de tal manera que Él desciende y cuida de nosotros. Nos corona como hijos e hijas reales con beneficios celestiales. Amor comprometido, es la promesa de un amor inquebrantable para siempre, y el fruto de ese amor es actos de compasión.

El versículo 5 dice, Él también sacia de bien tu boca. La vida santificada, bendecida es la vida satisfecha, la vida santificada, bendita, es la vida satisfecha. Si usted está caminando con el Señor, si usted ha sido salvo, usted camina de una manera en la que Dios lo baña a usted interminablemente con sus bendiciones celestiales, literalmente nos ahoga en una lluvia constante de amor. Como resultado, el versículo 5, “de modo que te rejuvenezcas como el águila.” La vida satisfecha es la vida completa, es fuerte, está nutrida, florece. Sabe una cosa, se dijo ahí atrás en 2 Samuel capítulo 1, acerca de Saúl y Jonatán, que eran más rápidos que las águilas, y más feroces que los leones.

Este es el tipo de imágenes de una vida vigorosa, fuerte, una vida poderosa. Y eso es exactamente lo que es prometido por Dios para aquellos que son de Él. Necesitamos estar agradeciéndole por el perdón de nuestras iniquidades, por la curación de todas nuestras enfermedades espirituales, por redimirnos, por resucitarnos de la tumba, por coronar nuestras vidas de amor de pacto comprometido y mediante ese amor derramar actos de compasión sobre nosotros, y satisfacernos con toda cosa buena, toda cosa buena que derrama vida y vigor en nuestras vidas espirituales. Dice Isaías 40, “levantaremos alas como las águilas, correremos y no nos cansaremos, caminaremos y no desmayaremos.” Esto es lo que significa ser bendecido por Dios.

Entonces, a su vez lo bendecimos de regreso. Entonces, el primer llamado a la adoración es interno, hablándole a mi propio corazón, y agradeciéndole a Él y alabándolo, y bendiciéndolo por todo esto que me ha dado, de tal manera que mi vida simplemente es esta expresión interminable, consciente de alabanza y adoración. No tengo tiempo para otras cosas necias. El llamado a la adoración entonces es interno. Después, en segundo lugar, es externo, comienza en el versículo 6 y tenemos que avanzar a lo largo de esto de manera más bien rápida, pero es externo.

En el versículo 6 el salmista va más allá de hablarle a su propio corazón y habla de lo que Dios hace para toda persona que viene a Él. “Jehová es el que hace justicia y derecho a todos lo que padecen violencia. Sus caminos notificó a Moisés”. Todas estas promesas de salvación fueron dadas originalmente a Moisés, están en el pentateuco. Y después fueron dadas a los hijos de Israel. Dios ha revelado Su propósito redentor, Dios ha revelado Su naturaleza justa. Dios ha revelado sus juicios. Él comenzó con Moisés en los primeros cinco libros de la Escritura, y después Él le dio Su revelación a los hijos de Israel de tal manera que desde el comienzo de Génesis a lo largo de todo el Antiguo Testamento conocemos del propósito redentor de Dios.

Y sabemos, como dice el versículo 6, literalmente Yahweh siempre está operando justicia total. Yahweh siempre está efectuando justicia total. Él siempre está operando en maneras perfectas, justas, conforme a principios absolutamente justos y por lo tanto no se desvía en lo correcto que son sus juicios, juicios exactos. Él provee justicia para aquellos que son cautivos al pecado. Sin embargo, Sus juicios son justos. Esta es la adivinanza del Antiguo Testamento, ¿cómo puede Dios proveer compasión y justicia a pecadores y todavía ser justos? Esa es la adivinanza del Antiguo Testamento, resuelta en Isaías 53. La respuesta es, Él puede darnos misericordia, gracia y perdón, porque el castigó a Cristo en nuestro lugar.

Este es el plan redentor de Dios. La única cosa histórica en este salmo entero es el versículo 7, lo cual es una referencia general al Antiguo Testamento como el punto de revelación de la naturaleza, esencia, y amor redentor de Dios. Después, comenzando en el versículo 8, él nos da a todos, razón para bendecir al Señor” “Misericordioso y clemente es Jehová, lento para la ira y grande en misericordia.” En amor comprometido. Conocemos esas cosas, y están esparcidos en el Antiguo Testamento, pienso en Éxodo 33:34, pienso en Lamentaciones capítulo 3, hay más de esto en los salmos, incluso hasta el Salmo 145, estas son cosas que conocemos del Señor, compasivo, un Dios de gracia, tardo para la ira abundando en amor comprometido de pacto.

De manera sorprendente, el versículo 9 dice, “No contenderá para siempre, ni para siempre guardará el enojo.” Lo que eso significa es que Él perpetuamente no encontrará falla en nosotros, ¿no son esas buenas noticias? Él no va a encontrar falta perpetuamente en nosotros, Él no va a mantener enojo para siempre en contra de nosotros. Aunque Él es perfectamente justo, y todos Sus juicios son correctos, Él no será siempre nuestro enemigo. Él proveerá una manera de volverse nuestro amigo. El no siempre estará enojado con nosotros. De hecho, el versículo 10, unos de los versículos más preciados en cualquier lugar en la Escritura, “No ha hecho con nosotros conforme a nuestras iniquidades.”

¿Es esa suficiente razón para bendecir al Señor? “No ha hecho con nosotros conforme a nuestras iniquidades, ni nos ha pagado conforme a nuestros pecados.” Si hiciera eso, todos estaríamos en el infierno. Él no ha hecho eso, Él colocó nuestros pecados y nuestras iniquidades en Cristo, y ahora como cristianos que le pertenecen al Señor, todavía tenemos pecados, pero incluso ahora, Él no nos trae conforme a nuestros pecados. Nuestros pecados son muchos, sus juicios son pocos. Nuestros pecados son pesados, Su disciplina es ligera, somos débiles, pero Él no nos ha aplastado. Él solo nos hiere y después nos cura. Nuestros pecados han sido continuos y persistentes, Sus golpes son ocasionales, y ligeros. Nuestra culpabilidad es horrenda, y provocadora, Su perdón es paciente y misericordioso.

Juan Calvino dijo, “Él, de manera maravillosa bendice a aquellos que Él podría destruir de manera justa.” Su misericordia, Su amor de pacto, Su amor comprometido, Su perdón completo de todos nuestros pecados es tan sorprendente y tan vasto, que solo puede ser explicado por dos ilustraciones del infinito. Y, por cierto, estas son las ilustraciones más perfectas que usted podría encontrar en el lenguaje humano, lo cual no es sorprendente, debido a que el Espíritu Santo es el autor. Pero observe como explica este tipo de misericordia, este tipo de salvación.

Versículo 11, aquí está la primera ilustración del infinito, “Porque como la altura de los cielos sobre la tierra engrandeció su misericordia sobre los que le temen.” Cómo la altura de los cielos sobre la tierra, ¿Qué tan alto es eso? Bueno, la gente en tiempos bíblicos lo habría entendido probablemente pensaban que podían contar las estrellas. Le voy a ayudar un poco, la última estadística que la NASA nos da, nos dice que piensan en dónde está la orilla del universo. Y sugieren esto, si usted va a 186 mil millas por segundo, la cual es la velocidad de la luz, usted llegaría al fin del universo conocido en 225 trillones de años. Él nos ama, con un amor comprometido y de pacto, que es infinito, no tiene límites. Dios no tiene que usar ese tipo de hipérbole, es tan sorprendente y tan impresionante que usted podría preguntarse si de hecho es verdad, pero Dios quiere ilustrar Su amor hacia nosotros de una manera infinita.

Lo vuelve hacer con otra ilustración perfecta del infinito. “Cuánto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones.” ¿Qué tan lejos está el este del oeste? Eso también es infinito, es una línea que va en direcciones opuestas siguiendo hasta el infinito. Sin embargo, nuestra ingratitud hacia este tipo de amor de pacto y este tipo de perdón lleva a nuestros pecados al infinito. Nuestra ingratitud y pecaminosidad obstinada agotaría la paciencia de cualquier persona, excepto por Aquel que nos ama de manera infinita y nos perdona de manera infinita. No es sorprendente que Miqueas dice en el 7:18-19 “¿Quién es Dios que perdona como tú?” ¿Quién es un Dios perdonador como tú? ¿Por qué un amor así? ¿Por qué un perdón tan infinito?

Versículo 13, “Cómo el padre se compadece de los hijos, se compadece Jehová de los que le temen. Porque Él conoce nuestra condición, se acuerda de que somos polvo.” Él nos ama así porque Él es nuestro Padre. Él es nuestro Padre, Él tiene compasión de nosotros como un padre tiene compasión de sus hijos, así se compadece Jehová de los que le temen. Los que lo adoran, adoradores verdaderos, Él lo entiende, Él conoce nuestra constitución, Él conoce nuestra estructura humana, Él está consciente de que comenzamos como polvo, y vamos de regreso al polvo.

Él entiende eso, Él entiende la debilidad de nuestra voluntad, Él conoce la fuerza de nuestros impulsos pecaminosos, Él conoce la violencia de nuestro egoísmo, Él conoce la prontitud de nuestra desobediencia. Él conoce lo fácil que interrumpimos nuestra oración, la naturaleza frágil de nuestro gozo, Él conoce todo eso. Él conoce, versículo 15, “que el hombre como las hierbas son sus días, florece como la flor del campo que pasó el viento por ella y pereció y su lugar no la conocerá más.” Estamos aquí y nos vamos, somos tan frágiles, Él es infinito, y somos este pequeño montón de polvo que es llevado por el viento. Él entiende nuestra fuerza débil, pero no es como nosotros.

Él no es como nosotros y Él nos extiende misericordia, dice el versículo 17, que “desde la eternidad y hasta la eternidad”, otra afirmación del infinito. ¿Qué quieres decir que Él nos ama Su amor de pacto es de la eternidad hasta la eternidad, y su justicia sobre los hijos de los hijos? ¿qué quieres decir que Él nos ama Su amor de pacto es de la eternidad a la eternidad sobre aquellos que le temen, y Su justicia para los hijos de los hijos? Significa de generación a generación, Su justicia salvadora. ¿Qué significa Su misericordia, Su amor comprometido es de la eternidad a la eternidad? Escuche esto, lo que significa es que mientras que Dios ha existido Él ha tenido un amor de pacto hacia Su pueblo. Es correcto.

No comenzó cuando usted creyó. Nunca hubo un momento en la mente de Dios cuando Él no amó a los suyos. Nunca en la eternidad pasada, antes de que algo existiera, y solo el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo existían, Dios tuvo un amor pleno de pacto extendido hacia aquellos que todavía no habían sido creados, de amor de elección, amor de glorificación, usted es amado por Dios. Usted fue escogido en Él desde antes de la fundación del mundo, Él lo amó en Cristo antes de que el tiempo comenzara, y Él lo amará en Cristo antes de que el tiempo se acabe. El amor comprometido de Dios hacia Su pueblo es tan eterno como Dios es. No hay tiempo con Dios. Él no aprende nada, Él no llega a una idea nueva, Él no inventa a personas nuevas que redimir, Él siempre ha amado a los suyos por todo el tiempo que Él ha existido.

El amor de Dios es apasionado, el amor de Dios es emotivo, es de Padre, es protector, es vasto, es constante, es omnipotente, es infinito es activo, es benéfico, y es infinito hasta el punto que nunca cambiará. Él siempre lo ha amado a usted, Él siempre lo amará a usted. ¿A quién ama Él? A aquellos que lo adoran, adoradores verdaderos que manifiestan la veracidad de su adoración, mediante, versículo 18, “al acordarse de sus mandamientos para ponerlos por obra.” Aquellos que son los fieles y los obedientes. He dicho esto, hemos sido salvos por gracia, pero nuestra salvación es manifiesta mediante nuestra obediencia, ¿no es cierto? Nunca podremos esperar rastrear de regreso a la eternidad y entender las perfecciones gloriosas de Dios. Nunca podríamos perseguir esas perfecciones gloriosas hacia adelante en la eternidad futura, pero podemos y debemos alabar, adorar y bendecir de manera incesante al Señor que de manera eterna siempre nos ha amado.

Ahora, escuche, honestamente, nada demuestra de manera más clara el pecado que permanece en nosotros que la facilidad con la que olvidamos un amor y bendición tan sorprendentes. Lo vuelvo a decir, nada demuestra de manera tan clara, nuestro pecado que permanece, que la facilidad con la que olvidamos un amor y bendición tan sorprendentes. Hay un llamado final a la alabanza, un llamado interno, un llamado externo, ahora un llamado universal, versículo 19. Únicamente vamos a hacer esto de manera breve. Jehová estableció en los cielos Su trono, y Su reino domina sobre todos. Hay un rey mucho mayor que David, mucho mayor que cualquier otro rey, hay un Rey que está por encima de todos. Es Jehová.

Y debido a que Él está por encima de todos, el salmista dice, “Bendecid a Jehová, vosotros sus ángeles.” Ellos son parte del todo, los ángeles santos, ángeles celestiales, ángeles eternamente justos. “Bendecir a Jehová vosotros sus ángeles, poderosos en fortaleza, que ejecutáis su palabra, obedeciendo a la voz de su precepto.” Cuatro cosas se dicen de los ángeles, son de Él, son fuertes, son obedientes, y lo sirven, están adorándolo para siempre, sus voces nunca están calladas, y el salmista les llama a que sigan bendiciendo al Señor. Y después, en el versículo 21, él va más allá de los ángeles, más allá del ser personal, y dice, “Bendecid a Jehová vosotros todos sus ejércitos.”

¿Qué quiere decir con ejércitos? Usted regresa a Deuteronomio 4:19 en dónde dice, “Todos los ejércitos del cielo son el sol, la luna, las estrellas.” Entonces, él literalmente está llamando a todo el universo creado, incluso los elementos inanimados del mismo, a alabar al Señor. Se oye como el Salmo 148, escuche, “Alabad a Jehová, alabad a Jehová desde los cielos, alabadlo en las alturas, alabadlo a él todos sus ángeles, alabadlo todos sus ejércitos, alabadlo sol y luna, alabadlo todas las estrellas de la luz, alabadlo los cielos más altos, y las aguas que están por encima de los cielos que alaben el nombre de Jehová.

Alaben a Jehová desde la tierra, monstruos del mar y todas las profundidades, fuego y granizo, nieve y nubes, viento tormentoso, cumpliendo su palabra, montañas y todos los montes, árboles de fruta y todos los cedros, bestias y todo el rebaño, cosas que se arrastras y aves, reyes de la tierra y todos los pueblos, príncipes y todos los jueces de la tierra, jóvenes, vírgenes, viejos, niños, alaben el nombre de Jehová porque solo su nombre es exaltado, su gloria está por encima de la tierra, y el cielo. Alaben a Jehová.” Toda la creación es llamada a alabar.

Entonces, la alabanza en primer lugar es interna, y después externa, congregando a los santos y después universal. El crescendo es increíble. Comienza en un fortísimo de adoración con una persona, y termina en un pianísimo del universo entero. Y él termina en dónde comenzó, “Bendice alma mía a Jehová”, lo cual es una manera de decir que comience conmigo, ¿verdad? que comience conmigo.

Fue en 1974 y hubo un niño pequeño que nació en Inglaterra, este niño pequeño nació en una familia muy disfuncional, y su padre cometió suicidio cuando el niño pequeño tenía siete años de edad. Él no sabía que su padre se había quitado su propia vida hasta que tuvo diez años de edad. Dejó algunas cicatrices en él, su madre se volvió a casar con un padrastro muy abusivo, quien eventualmente terminó en la cárcel por abusar de la familia. Una vida difícil para ese niño pequeño en Inglaterra. Poco tiempo después en su juventud él fue a una reunión de misiones en Inglaterra, en dónde oyó el evangelio y se convirtió a Cristo. Él es un buen músico y al querer celebrar lo que Cristo había hecho en su vida, Él comenzó a escribir canciones.

Él llegó al Salmo 103 y escribió una canción acerca del Salmo 103, el nombre de esa canción es “Diez mil razones”. Y ese niño pequeño fue Matt Redman, y “Diez mil razones” es su expresión del Salmo 103. Quinientos años después de 1525, durante esos quinientos años, los creyentes han estado ofreciéndole a Dios su alabanza de salvación a través del Salmo 103.

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