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Regresemos a Lucas capítulo 15, y cómo ustedes saben, como dije la semana pasada normalmente cubrimos unos cuantos versículos, pero en estos días estamos esforzándonos por cubrir porciones más grandes de la Escritura, y quiero llevarlos de regreso al capítulo 15 de Lucas, uno de los capítulos más poderosos en todas las Sagradas Escrituras.

Hay un tema único en la predicación, dije esto hace quince años atrás cuando cubrimos el evangelio de Lucas y llegamos a este capítulo, no me acuerdo cuantos mensajes prediqué de este capítulo, pero creo que fueron por lo menos diez o más. Y en ese momento dije que quizás les estaría presentando algo a ustedes que nunca habían oído antes, esto es el gozo de Dios. Pensamos en Dios en muchas maneras, pero normalmente la gente no piensa de Dios como alguien que está gozoso. Pero Dios hace todo lo que hace para Su propio gozo.

Fue Jonathan Edward quien dijo: “El fin singular de Dios en la redención es su propio gozo.” Dios tiene un interés contundente en la recuperación de pecadores para su propio gozo. Por otro lado, la Escritura dice que Dios no tiene gozo en la muerte del impío, Ezequiel 18. Mismo capítulo: “No quiero la muerte del que muere,” declara Jehová. “Por tanto, volveos y vivid.” En Ezequiel 33:11 leemos, “Mientras viva,” dice Jehová Dios, “no quiero la muerte del impío, sino que más bien el impío se vuelva de su camino y viva. Volveos, volveos de vuestros malos caminos, ¿Por qué moriréis?” No quiere la muerte del impío, pero Dios encuentra gozo en el arrepentimiento y la salvación de pecadores.

Escuche Deuteronomio capítulo 30: “Porque Jehová Dios se gozará sobre vosotros, si obedecieres la voz de Jehová vuestro Dios, para guardar sus mandamientos y sus estatutos que están escritos en el libro de la ley. Y si os volvéis a Jehová vuestro Dios, con todo vuestro corazón, y con toda vuestra alma.” El profeta Sofonías dice en el capítulo 3: “Jehová vuestro Dios está en medio de vosotros, Él se regocijará sobre vosotros con gritos de gozo.” Realmente no pensamos en Dios como gritando de gozo, pero en eso consiste Lucas 15, trata del gozo de Dios en la recuperación de pecadores.

En el capítulo 15, versículo 1, encontramos el contexto. “Se acercaban a Jesús todos los publicanos y pecadores para oírle.” Todos los pecadores. Todos los parias, las elites religiosas son mencionadas en el siguiente versículo. “Y los fariseos y los escribas murmuraban diciendo: Este a los pecadores recibe, y con ellos come.” Los fariseos y escribas, que pensaban que eran buenos en sí mismos, detestaban aquellos a quienes consideraban como pecadores, los veían como parias, rechazados, personas inmundas de vida baja, y pensaban que su menosprecio en su justicia personal hacia los pecadores era la actitud de Dios hacia los pecadores, después de todo eran los agentes de Dios, eran los representantes de Dios en el mundo y expresaron las virtudes mismas de Dios.

Y simplemente estaban seguros de que Dios no tenía nada más que menosprecio hacia los pecadores. La respuesta de nuestro Señor hacia ellos en este capítulo es que no conocían a Dios en absoluto, estaban tan lejos de Dios que no entendieron que el gozo de Dios se encuentra encerrado en la salvación de pecadores. De eso trata este capítulo. Ellos no conocen a Dios, ellos no conocen a Dios en absoluto. Ellos no representan a Dios, están tan lejos de Dios como usted puede estar. La respuesta de nuestro Señor a ellos es tan poderosa, al grado que es abrumadora. Los versículos 3 al 6 se les presenta una parábola, una parábola de un hombre que perdió una oveja, y salió a buscarla, y cuando la encontró, reunió a sus amigos, y tuvieron una celebración.

En el versículo 7, la aplicación de eso es esto: “Os digo que así habrá más gozo en el cielo, por un pecador que se arrepiente que por noventa y nueve justos que no necesitan de arrepentimiento. Y, por cierto, las noventa y nueve personas justas solo eran justas a sus propios ojos. Él está diciendo: “Hay más gozo en el cielo cuando un pecador rechazado se arrepiente, que por todas ustedes personas que son justas en sí mismas que no piensan que necesitan arrepentimiento. Dios no encuentra gozo en la justicia personal, porque Él no encuentra gozo en la muerte del impío, y la justicia personal es ser tan impío como usted puede serlo.

Él cuenta otra historia para amarrar el punto. En el versículo 8, una mujer tiene diez monedas de plata. Esto esencialmente habría sido la cantidad entera de ahorro que habría asegurado el futuro de ella. Ella pierde una de esas monedas de valor, la encuentra, ella llama a sus amigos y vecinos para celebrar, y la aplicación viene en el versículo 10: “Así os digo que hay gozo delante de los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente. Hay gozo en la presencia de los ángeles de Dios, y, ¿quién sería que estaría gozoso en medio de los ángeles? Dios mismo. Y los ángeles se unirían en ese gozo. Cada vez que un alma es salvada, cada vez que un pecador es rescatado, el cielo hace erupción en gozo. Y siendo así el caso, hay un gozo que nunca se detiene en el cielo, porque en todo momento, de todo, de un pecador, de algún lugar está siendo redimido.

El cielo está en un estado constante de regocijo. Lo que nuestro Señor les está diciendo es ustedes acudirían a una fiesta para un hombre que habría encontrado una oveja. Irían a una celebración para una mujer que encontró una moneda, ¿pero no se pueden regocijar por un pecador que es redimido? Cuán lejos están de Dios. Cuán materialistas son. Las historias, realmente, en cierta de manera derriban de manera aplastante a estos líderes que eran justos en sí mismos. ¿Cómo es posible que puedan afirmar el gozo de un animal rescatado, o una moneda hallada y no celebrar la recuperación de un alma eterna?

Y después Él les cuenta la historia de todas las historias. Versículo 11: “Un hombre tenía dos hijos.” Un cuento de dos hijos. O, por cierto, ésta no es una historia acerca de la crianza de hijos. Hay algo que usted va a aprender de todas las parábolas de Jesús, siempre son acerca de la salvación. Y usted necesita conocer algo de la cultura judía. Lo que dominaba la cultura judía era una perspectiva de vergüenza y honor. Usted hacía su mejor esfuerzo por tratar de evitar la vergüenza, y adquirir honor. Los fariseos y los escribas eran el depósito básico de la cultura de vergüenza y honor, y determinaban quién era vergonzoso, y quien era honorable. Ésta era la distinción cultural más importante en el judaísmo.

Entonces, Jesús les cuenta la historia más vergonzosa posible. Con el genio creativo de Su mente divina, Él lleva la vergüenza a su nivel extremo. Esta es una historia que está tan llena de vergüenza como cualquier historia puede estarlo. Y de manera sorprendente, toda persona en esta historia es vergonzosa, toda persona. Y conforme Él cuenta la historia, el medidor de vergüenza en las mentes de los fariseos y los escribas va subiendo hasta el punto máximo. Todo es vergonzoso.

Ahora, veamos la historia. “Un hombre tenía dos hijos. Y el menor de ellos dijo a su padre: Padre, dame la parte de los bienes que me corresponden.” Esa es una petición vergonzosa. Entonces, conocemos a un hijo vergonzoso, estás fuera de rango. Tú eres el hijo menor, y tú no recibes tu herencia hasta que tú padre está muerto. Esencialmente, ¿qué es lo que éste hijo está diciendo? “Me gustaría que estuvieras muerto.” Irrespetuoso, lleno de odio, egoísta, y la antena de los fariseos subiría y les indicaría, vergüenza. ¿Qué hijo haría eso? “Dame la parte de los bienes que me corresponde? Tēs ousias, la propiedad, los bienes.

Y él no está pidiendo estas cosas para que él pueda administrarlas y dejar incluso más para la siguiente generación. Él no está pidiendo que su padre lo haga cuidador de esto para incrementar la riqueza de la familia. Él no quiere tener nada que ver con el padre, él resiente al padre, él menosprecia al padre, él quiere su dinero, él lo quiere ahora, y quiere irse. Esa es la vergüenza de toda vergüenza, que un hijo se sienta así acerca de su padre. Él quiere libertad, él quiere independencia, él no quiere rendir cuentas, él no quiere refreno, él no quiere un padre. Simplemente no hay precedente para esto en el judaísmo. Es conducta que cruza los límites de lo que es propio, porque los judíos sabían que Dios había establecido, honra a tu padre, y vas a tener vida larga.

Los fariseos y los escribas podrían asumir que la siguiente parte de la historia era que el padre lo tomó de la túnica y lo abofeteó. O, quizás lo que es más probable, el padre lo tomó y lo golpeó, por una insolencia como ésta. Porque el padre tiene que proteger su honor a costa de lo que sea, el honor es todo. Pero el padre no hace eso. De regreso al versículo 12: “Y les repartió los bienes.” Oh, ahora usted tiene un padre vergonzoso. ¿Qué padre en su juicio cabal le daría eso a un hijo quien era tan insolente?

Otro escándalo, esto es absurdo. Tenían que esperar hasta que el estuviera muerto, y después dos terceras partes iban al mayor y una tercera parte iría al menor, si solo eran dos. ¿Pero este padre está cediendo a esta petición vergonzosa de un hijo vergonzoso? Ridículo. Y el hecho de que el padre se lo da, lo hace deshonroso. Y están pensando consigo mismos, ningún joven judío honorable odiaría a ese grado a su padre, y ningún padre judío honorable odiaría a su hijo a tal grado como para darle lo que él quiere de una manera tan vergonzosa. Por cierto, el hijo mayor no está ahí.

Entonces las primeras dos personas que conocemos son vergonzosas, empeora. Versículo 13: “No muchos días después, juntándolo todo, el hijo menor se fue lejos, a una provincia apartada y allí desperdició sus bienes viviendo perdidamente.” Esencialmente lo que eso significa es que lo liquidó, lo convirtió en efectivo. No sé en qué habría consistido el patrimonio en tiempos judíos, no habría sido efectivo, pudo haber sido propiedad, pudo haber sido animales, pero tenía que liquidarlo, él no solo es vergonzoso, él es torpe, porque él toma su patrimonio y lo descuenta para que pueda gastárselo en unos cuantos días. Una venta barata, rápida. Este no solo es un hijo vergonzoso, sino que este es un hijo torpe. Y él se va a un país lejano, ¿qué es un país lejano, una provincia lejana? Un país gentil. Los judíos no querían ir a países gentiles. Si lo hacían por necesidad, cuando regresaban se sacudían el polvo gentil de su calzado, y también sacudían su atuendo.

Entonces, ¿qué habría pasado? ¿Qué habrían estado pensando los fariseos y los escribas? Bueno, cuando el hijo se fue de ahí habría habido un funeral oficial, éste no es hijo mío. Él no solo es vergonzoso, él no solo es torpe, él es pecaminoso de manera miserable. Él va a un país gentil y desperdició su patrimonio, viviendo perdidamente. Y ahora, los fariseos y los escribas simplemente están encogiéndose de sorpresa, de conmoción, porque ni siquiera pueden imaginar a un joven tan torpe. Esta es la razón por la que él es llamado el prodigo, porque prodigo significa que desperdicia. Él lo quería ahora, él lo liquidó con descuento, y después lo desperdició viviendo perdidamente. ¿Cuál fue la vida perdida? Bueno, no tenemos que preguntarnos. Versículo 30, su hermano mayor dijo que había consumido sus bienes con rameras, prostitutas. Y ahora, los fariseos y los escribas están buscando oxígeno, se han quedado sin aliento. Esta vida está en el fondo.

Empeora, versículo 14: “Y cuando todo lo hubo malgastado.” O, eso también, él liquida su patrimonio entero con prostitutas. Él tenía control de eso, pero él no tiene control de lo que viene a continuación. “Vino una gran hambre en aquella provincia, y comenzó a faltarle.” ¿Qué sucede cuando hay hambre? Bueno, sabemos históricamente que la gente come basura, comen animales callejeros, se comen su calzado. Él tenía control de eso para comenzar, y ahora la vida se ha vuelto contra él, y hay algo que él no puede controlar.

Versículo 15, “Y fue y se arrimó a uno de los ciudadanos de aquella tierra.” Literalmente dice, “se pegó a sí mismo.” Esto indica que él se volvió un mendigo, él se volvió un mendigo. Y el hombre a quien se pegó quería deshacerse de él, podemos asumirlo, entonces lo envió a sus campos a alimentar cerdos. Esto habría sido el escandalo más allá del escándalo, porque los cerdos eran animales inmundos. Y a él no se le pagó. Él no le dio nada, nada. No le pegó, simplemente se deshizo de él. “Sal, y vive con los cerdos.”

El hecho de que no tenía nada es claro a partir del versículo 16, “Y deseaba llenar su vientre de las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba.” Realmente esto está volviéndose demasiado ridículo. Esta es una historia imposible. Ningún joven judío terminaría alimentando cerdos y viviendo con cerdos, y desearía que pudiera comer alimento para cerdos. A los cerdos se les daba cierto tipo de alimentos, su sistema digestivo podía digerirlos, el sistema digestivo humano no podía digerir lo que comían los cerdos, entonces él quería llenar su estómago con las algarrobas, pero no podían comerlas porque él no podía digerirlas, habrían despedazado su interior.

Entonces, él está viviendo con cerdos, en el lugar de vergüenza definitivo y extremo, muriéndose de hambre, ni siquiera puede comer el alimento para cerdos. Jesús acaba de crear la situación más desesperada que alguien puede imaginar. ¿Esto? ¿quién esto? esto, amigos míos es el pecador. Pobre, hambriento, sin esperanza, bajando más y más y más, siendo plenamente responsable, estando más allá de la situación en la que se le puede ayudar, inclusive más allá de la compasión.

La lección es esta, el pecado es rebelión contra el padre. El pecado es rebelión contra la bondad del padre y la ley del padre, el pecado es más que la ausencia de una relación con Dios. Este joven no tenía relación con Dios, eso es verdad, pero el pecado es mucho más que la ausencia de una relación, es menosprecio hacia la persona de Dios, es menosprecio hacia el gobierno de Dios, es menosprecio hacia la autoridad de Dios, es menosprecio hacia la voluntad de Dios, es menosprecio incluso hacia las bendiciones de Dios.

El pecado es volverse en contra de Dios, evadiendo y dándole la espalda a toda responsabilidad y a toda rendición de cuentas. Es negarle a Dios cualquier lugar, odiarlo y desear que estuviera muerto en lugar de amarlo. Es deshonrarlo, es tomar todos sus regalos amorosos y la vida y desperdiciarlos por nada más que por deseos malos. Es correr lo más lejos de Dios que usted puede correr. Es desperdiciar su vida en disipación egoísta, en lujuria sin refreno, dándole la espalda a toda la bondad de Dios e incluso a la oportunidad del evangelio.

El pecado es maldad fuera de control. Es buscar la satisfacción egoísta, y trae privación y muerte. La libertad de la voluntad del pecador es la esclavitud más horrenda. El pecado siempre busca satisfacción fuera y lejos de Dios. Nunca la encuentran. De hecho, el pecado deja al pecador agotado. El rebelde está vacío, pobre, está hambriento y no tiene esperanza. Sí, el retrato es extremo, el tipo de pecado más abierto, turbulencia moral, que Jesús podía imaginar, bancarrota moral. Jesús inventa al pecador definitivo.

Después la historia gira. Otro tipo de vergüenza comienza en el versículo 17. “Y volviendo en sí.” Eso da esperanza, ¿no es cierto? “Y volviendo en sí, dijo: !!Cuántos jornaleros en casa de mi padre tiene abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre!” Él contempla una evaluación correcta de su condición, él volvió en sí. Él fue un hombre honesto, en ese momento, viendo adónde se había llevado a sí mismo, al borde de la muerte, sin que nadie le ayudara. Y él recuerda al padre, y él entiende que el padre no tiene suficiente, él tiene más que suficiente, y él da más que suficiente, incluso a hombres contratados, jornaleros, las personas más bajas en la jerarquía socio-económica.

Él recuerda la bondad de su padre, la generosidad de su padre, y la compasión de su padre, y él recuerda la bondad de su padre. Él está apenado, él requiere regresar a su padre, aquí es dónde el arrepentimiento comienza, cuando usted vuelve en sí, y se da cuenta del pecado en el que está. Él está apenado, a él le espera una reunión difícil, difícil, eso es lo que espera. Pero él dice: “Me levantaré e iré a mi padre y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti.” Esto es tan penoso. Él está regresando sin nada, él tiene que admitir que ha desperdiciado todo con prostitutas, él debió haberles dicho eso porque el hermano mayor supo. Él tiene que regresar y corregir.

Ahora, según la ley judía de familia, él tenía que regresar y trabajar por años, trabajo duro, al nivel del sueldo de un siervo, para recuperar la herencia de la familia que él había desperdiciado. Él regresaría a tomar el martillo y el montón de rocas durante décadas, ésta era la única manera en el judaísmo legalista, para recuperarse. Él sabe que su pecado trasciende al padre, porque él dice: “Padre, he pecado contra el cielo, y contra ti.” Literalmente, he pecado en el cielo, el cielo está consciente de esto, incluso podría interpretarlo, mis pecados son tan altos como el cielo.

Él no pide privilegios, versículo 19: “Ya no soy digno de ser llamado tu hijo, hazme como uno de tus jornaleros.” Ningún privilegio, ningún derecho, él conocía el sistema, ningún perdón. Él perdió todo, sin excusas, él le va a decir a su padre simplemente hazme un trabajador a quién se le paga por día. De nuevo, el más bajo en la jerarquía socio económica porque solo eran contratados un día a la vez. Él es como la parábola de Mateo 18, el hombre que le dijo al rey, a quien le debía una deuda impagable: “Te lo voy a pagar todo.” Porque eso era lo que usted tenía que hacer en el sistema legalista. ¡Qué escenario!

Entonces, aquí está el pecador que ha llegado a la desesperación completa, que se ve a sí mismo y dice: “No quiero estar aquí, tengo un padre quien es generoso, y amable, y tiene suficientes recursos.” Él se arrepiente y quiere reconciliación, pero él también cree que, y él verdaderamente lo creía, porque era lo que enseñaban, que él tiene que regresar. Y para conseguir la restitución él tiene que ganar otra vez todo lo que él perdió, incluso si le toma su vida entera. Y los fariseos finalmente podrían decir: “Al fin, algo que no es vergonzoso.”

Eso es exactamente lo que ese hombre necesita hacer, necesita regresar y volverlo a ganar todo. Este es el primer momento honorable en la historia entera. El hijo vergonzoso, y el padre vergonzoso que le permite tener su herencia, después la vergüenza masiva que el hijo acumula. Finalmente él vuelve en sí, finalmente reconoce la bondad del padre, finalmente la entiende que tiene que ganarse otra vez lo que había perdido. En el versículo 20 leemos: “Y levantándose vino a su padre.”

Los rabinos decían que la reconciliación viene únicamente debido a la restitución. ¿Qué esperaba cuándo él llegara al padre? ¿Distancia? ¿Abuso? ¿Castigo? ¿Prepararse para ir a trabajar? Quizás si usted trabajaba por suficiente tiempo y con suficiente dedicación usted podía volverse a ganar su herencia. Él esperaba que su padre que había sido tan deshonrado cuando le diera la libertad de hacer esto, mantuviera un poco del honor vivo en su vida, a no dejar que el hijo volviera a entrar de inmediato, quizás que se mantuviera de pie a la distancia, para que él presentara una apariencia de lo que él sentía en su corazón. Tú no eres mi hijo, la única manera en la que puedo preservar mi honor, finalmente como padre, es asegurarme de que restaures todo lo que has desperdiciado. Él podría decirle al hijo: “Besa mis pies. Prepárate para trabajar.” Eso es lo que los fariseos y los escribas habrían esperado.

Pero observe el versículo 20: “Y cuándo aún estaba lejos, lo vio su padre y fue movido a misericordia, y corrió, y se echó sobre su cuello y le besó.” Hombre, estamos de regreso a dónde estábamos, éste es un padre sin esperanza. ¡Corrige tú vida! ¡Recupera un poco de honor! Esto de nuevo, es una reconciliación vergonzosa. Un padre ya avergonzado, quién le dio libertad a un hijo impío, es avergonzado incluso más por su recepción.

Los detalles son importantes. “Y cuando estaba lejos lo vio su padre.” ¿Qué le dice eso? ¿Quién estaba buscando a quién? Cuando aún estaba lejos, lo vio su padre. ¿Lejos de dónde? De la entrada a la aldea. Él lo vio porque su padre estaba esperando que regresara, su padre sintió compasión por él. ¡Cuán débil es este padre! Ridículo. Usted no tiene compasión por alguien así, usted siente menosprecio. Él se fue a un país gentil y vivió con los cerdos, él desperdició todo. Esto es tan vergonzoso, que va más allá de la comprensión.

Y después el padre hizo algo que usted no hace; el padre corrió, él corrió. La gente noble, en el medio oriente, no corre. Usan túnicas. La palabra para túnica es macbut, eso significa aquello que me da honor, aquello que me da honor. Usted ve en la actualidad en el medio oriente, y usted ve a hombres honorables con una túnica que llega hasta el suelo, no corren. O hacen el movimiento de caminar sobre la luna, o se resbalan. No corren. Levantar su túnica y correr, es traer más vergüenza sobre usted. Mostrar alguna parte de su anatomía es vergonzoso.

Pero él corre y cruza la aldea, él cruza la aldea con su túnica jalada hacia arriba, trayendo más vergüenza sobre sí mismo. Él no se preocupa porque esto es amor abnegado, ¿no es cierto? Esta es una condescención que se vacía a sí misma, y él llega al joven antes que los burladores lleguen a él. Él llega al joven antes de que la gente de la aldea llegue, él llega al joven para absorber la vergüenza. Esto es conducta escandalosa. “Y se echó sobre su cuello,” joven que apestaba a cerdo, lo abrazó, esta es una señal de reconciliación completa, él abraza a ese pecador rebelde. No solo eso, le besó.

En el texto original, le besó repetidamente. Se acostumbraba expresar amor al cubrir la cabeza con besos. Este padre no se preocupa por su propio honor a los ojos de los líderes judíos. ¿Qué debería haber hecho? Están pensando: “Bueno, él debería haber golpeado al joven en público, enfrente de toda la aldea.” Porque eso es lo que él merecía y de esa manera el padre podía mantener algo de honor. Y después él debería haber dado un anuncio público de que él se iba a volver un trabajador contratado por día, para ganarse su camino de regreso, para recuperar lo que había perdido. ¿Pero que hizo el padre? Él lo amó. Él corrió por él, lo abrazó, siguió besándolo. ¿Qué es esto? Le doy la palabra… ‘gracia’.

Y los fariseos y los escribas no tenían categoría para la gracia, eran legalistas. Bajo este acto abrumador de gracia, el hijo dice en el versículo 21: “Padre, he pecado contra el cielo y contra ti. Ya no soy digno de ser llamado tu hijo.” Pero él no incluyó la última parte de su discurso que había ensayado, versículo 19, el terminó su ensayo como: “hazme como uno de tus jornaleros.” Él no dice eso, ¿por qué? Porque él ya ha sido recibido de manera completa, él no tiene que ganarse su derecho de estar de regreso. Dejo la parte de jornalero, eso podría ser un insulto a la gracia.

Y francamente, la gracia es el ataque más grande, la afrenta más grande en contra de la religión legalista. Están en un estado de escándalo tal, y lo lleva de regreso, no es cierto, el versículo 2: “Los fariseos y los escribas murmuraban porque este hombre recibe a pecadores.” Y eso es exactamente lo que él hizo con ese hijo. Él recibe reconciliación, restauración, y perdón. Y es increíble la generosidad, observe el versículo 22: “Pero el padre dijo a sus siervos: Sacad el mejor vestido y vestidle; y poned un anillo en su mano, y calzado en sus pies. Y traed el becerro gordo y matadlo, y comamos y hagamos fiesta.”

Oh, esta es la tercera historia de celebración, ¿no es cierto? ¿Qué podemos decir acerca de este padre? ¿Quién es este padre? Dios en Cristo, descendiendo del cielo al polvo de nuestros lugares donde vivimos, ciudades, para buscar y salvar al pecador perdido, y Dios inicia la búsqueda, Él es el Buscador, quien encuentra al pecador antes de que el pecador pueda encontrarlo a Él. Y el amor de Dios hacia el penitente es generoso, y es gracia pura, de manera independiente de cualquier obra, y Dios encuentra Su gozo consumado en la salvación de un pecador perdido, de tal manera que todo el cielo está en una erupción de celebración.

2 Corintios 5:19 dice: “Dios estaba en Cristo reconciliando al mundo consigo mismo. No tomándoles en cuenta sus pecados en contra de ellos.” Eso es gracia. No estamos acostumbrados a ver a Dios así, ¿verdad? No pensamos de Dios como estando feliz, pensamos de Él como alguien que está sombrío y es sobrio. Él es ira perfecta, pero también es gozo perfecto, Él es tan expresivo en Su amor, y Él no considera en absoluto lo que el joven hizo en términos del pecado. Él no pidió un registro de su iniquidad. Fue suficiente.

El padre lo buscó, lo encontró, lo amó, le mostró generosidad. Esto simplemente es gracia salvadora mostrada, apunta a la realidad de que Dios en Cristo, va a absorber toda la vergüenza del pecador. Él va a jalar su túnica y se va a avergonzar a sí mismo para correr cruzando la aldea, para rescatar a un pecador. Él va a abrazar a un pecador que apesta a pecado, y lo va a besar por toda su cabeza, Él va a llevar la vergüenza. Nada que el pecador tenga que hacer más que confesar su desesperación, su indignidad, y recibir gracia.

Versículo 22, el padre manda entonces a sus siervos: “Sacad el mejor vestido, y vestidle; y poned un anillo en su mano y calzado en sus pies. Y traed el becerro gorro…” Y esto por cierto en términos de lo que les preocupaba a los fariseos, simplemente un trato vergonzoso por parte de este padre. Otro motivo de enojo, pero aprendemos que el amor generoso y la gracia no retiene nada. Y para los fariseos y los escribas y todos los legalistas, este padre es el prototipo de torpe que continúa amontonando vergüenza sobre sí mismo al amontonar perdón sobre este hijo que peca.

Pero observen que el padre no se contiene, “Sacad,” versículo 22, “Sacad,” e incluye la idea tacú, en el griego: rápidamente; esto realmente habría hecho que miraran al cielo. Sin contemplarlo, sin platicarlo, rápidamente, saquen una túnica, la túnica era el símbolo de la dignidad del padre. Saquen el anillo, ese era el símbolo de la autoridad del padre; saquen el calzado, ese era el artículo que declaraba la responsabilidad del padre, que había sido transmitida al hijo porque los esclavos no usaban calzado. El padre le da su dignidad, su autoridad, y le entrega su responsabilidad al hijo, y le ofrece el lugar pleno como hijo.

Esto le da un golpe en contra de toda la religión que dice, llega a Dios a través de lo que tú haces. Dios no se rehúsa a recibir al pecador penitente, Él corre, Él abraza, Él sigue besando al pecador vil, lo recibe como hijo con todos sus derechos. “Trae el becerro gordo,” “Matadlo y comamos y hagamos fiesta.” ¿Por qué? “Porque este mi hijo muerto era, y ha revivido; se había perdido, y es hallado. Y comenzaron a regocijarse.” Eso es lo que leemos en el versículo 7, una fiesta cuando la oveja fue encontrada; versículo 10, una fiesta, una celebración cuando la moneda fue encontrada; y ahora una celebración realmente significativa cuando el hijo fue encontrado.

La fiesta, imagínese, es en honor al padre vergonzoso y el hijo vergonzoso. A los ojos de los líderes judíos, esto va más allá de lo escandaloso. Los legalistas no tienen categoría para la gracia, todo esto va más allá que tan solo ser algo que irrita, está ofendiendo sus sensibilidades, ningún personaje tan vergonzoso debería existir, ni se pueden imaginar que un personaje así exista; esto es ficción, esto es fantasía. Pero esto es la verdad, esto es Dios en Cristo y el pecador siendo reconciliados.

Eso nos lleva a la conclusión sorprendente de la historia. “Y su hijo mayor estaba en el campo; y cuando vino, y llegó cerca de la casa, oyó la música y las danzas.” Por primera vez desde que fue mencionado, por lo menos a principio de la historia en el versículo 11, él aparece, él ahora está en la historia. Ahora, permítame identificárselo, él es los fariseos y los escribas en la historia. Él se aparece con el enojo. Él no tiene relación con el padre, él también odia al padre, él no ha sido parte de esta planeación, ni siquiera sabe lo que está pasando, lo cual demuestra que él no tiene relación con su padre porque él ni siquiera está ahí, ni el padre lo invita a que esté ahí en el momento más grande de toda la familia. El padre no le envía ningún mensaje porque él no tiene relación alguna con él. Él cumple con su deber, él se quedó en casa, él es el religioso, él es el que piensa de sí mismo como moral, pero él está alejado en su corazón.

Versículo 26: “Y llamando a uno de los criados, le preguntó que era aquello.” Esto indica que no tiene relación con el padre, ni siquiera sabe lo que está pasando. El siervo le dijo en el versículo 27, “tu hermano ha venido, y tu padre ha hecho matar el becerro gordo, por haberle recibido bueno y sano.” Bueno y sano, je, Shalom en hebreo. ¿Cuál piensa usted que fue su respuesta? Versículo 28: “Entonces se enojó.” Seguro, él es los fariseos y los escribas, sin categoría para la gracia, quienes están enojados ante toda la vergüenza.

Y después de todo, él no estaba dispuesto a entrar. Él no podía unirse a la celebración porque él no tenía categoría para la gracia. Su padre sale y comienza a rogarle como Jesús lo hizo con tanta frecuencia con los escribas y los fariseos. “Más él, respondiendo, dijo al padre: He aquí.” Eso es bastante vergonzoso, dirigirse a su padre de esa manera, “tantos años te sirvo, no habiéndote desobedecido jamás, y nunca me has dado ni un cabrito para gozarme con mis amigos.” Legalista, quejumbroso. No hiciste esto para mí, y he estado aquí, esto es lo que el legalista diría. No puede celebrar la gracia. Él no tuvo una fiesta, él no tuvo una relación con el padre. No había nada por lo que el padre se regocijara.

Pero el versículo 30, él dice: “Pero cuando vino este tu hijo, que ha consumido tus bienes con rameras, has hecho matar para él el becerro gordo.” Esto realmente es el enojo final. Observe cuan amable el padre ha sido. Versículo 31: “Él entonces le dijo: Hijo, tú siempre estás conmigo, y todas mis cosas son tuyas.” Es algo amoroso, él no usa uios, hijo, él usa teknon, hijo, niño. Todo ha estado aquí para ti. Todas las riquezas, todas las bendiciones. La salvación es ofrecida a dos tipos de pecadores, el reprobado extremo y el legalista extremo, y toda persona en medio de estos dos puntos extremos. Pero el legalista es el más duro.

Y entonces les digo, es mucho más fácil traer a un pecador abierto a la salvación, que a un legalista religioso. ¿Qué hace que Dios se regocije? ¿Qué hace que Dios se regocije? ¿Qué diez mil pecadores han sido salvos? No. Cuándo uno, cuándo un pecador. El cielo no está conteniendo su gozo, la celebración se lleva a cabo todo el tiempo porque la salvación y la redención es con el propósito del gozo de Dios. “Siempre he estado ahí para ti.” La gracia siempre estuvo ahí pero no podías ir más allá de tu justicia personal.

“Más era necesario hacer fiesta,” versículo 32. “Era necesario hacer fiesta y regocijarnos, porque este tu hermano era muerto y ha revivido, se había perdido y es hallado.” ¿Eso le parece a usted un final incompleto? No hay final aquí. Hay un sistema de estrofas o párrafos en el estilo de contar historias entre los judíos. Y hay cierta manera en la que está estructurada. Este fin, de hecho, debería haber tenido ocho partes, pero, se detiene con la séptima, ése no es el final. ¿Qué le pasó al hijo mayor? ¿Cuál fue su reacción?

Mm, permítame escribir un final. ¿Muy bien? No añada esto a la Escritura. Aquí está el final. Cuándo el padre dijo: Tenemos que hacer fiesta, tenemos que regocijarnos por el pecador perdido que fue hallado, al oír esto aquí está mi final… “Al oír esto, el hijo mayor se enfureció, tomó un pedazo de madera y golpeó a su padre hasta matarlo, enfrente de todo mundo.” Dice usted: Eso es un poco extremo. Pero, solo serían unos cuántos meses hasta que mataran a Cristo, con madera, y se habrían aplaudido a sí mismos porque habían matado a esta persona que ofrecía gracia, y ellos habían preservado su legalismo en justicia persona.

Incluso dijeron: su sangre sea sobre nosotros. En el lenguaje de la parábola el hijo al final está golpeando al padre con golpes aplastantes que lo están matando diciendo: “Tú eres malo, tú eres malo, alguien necesita terminar con tu conducta vergonzosa. Yo lo voy a hacer.” Y golpea al padre hasta matarlo. El giro irónico final es que el padre, quien debería haber golpeado al hijo impío, más bien es matado por el hijo legalista. En el acto más grande de maldad jamás cometido, pensando que él era justo.

Sin embargo, Dios, ese Padre Salvador de gracia, usa esa ejecución para proveer salvación para todos los pecadores. La historia termina en la cruz, y encontramos nuestra salvación ahí, ¿no es cierto?

Padre, te agradecemos por Tu Palabra para nosotros. Gracias por la grandeza de la Escritura, su poder contundente, su veracidad, su obra penetrante en nuestras vidas. Gracias porque nos congregamos para adorarte hoy. Estamos tan llenos de gozo y gratitud, tan agradecidos porque nos has hallado. Sabemos que el cielo está teniendo una celebración y estamos aquí para tener también esa celebración. La adoración es una celebración. La adoración es una celebración de salvación, y celebraremos la salvación que Tú nos has dado a cada uno de nosotros como pecadores indignos.

Y Señor, es mi oración que la Palabra de nuestro Señor en este capítulo alcance muchos corazones el día de hoy, y que muchos pecadores sean hallados, llevados al arrepentimiento, y abrazados, y besados y que se les dé una túnica de justicia, autoridad espiritual, y responsabilidad espiritual como tus propios hijos. Gracias por comprarnos en la cruz. Y te agradecemos Padre, por la gloria de la resurrección, la cual garantiza también nuestra resurrección eterna. Nos has bendecido de manera generosa, con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, somos ricos más allá de la imaginación y no nos hemos ganado nada de esto. Heredamos todo lo que el cielo tiene como co-herederos con Cristo nuestro hermano verdadero. Nos regocijamos en eso.

Llena nuestros corazones de gozo, y en la salvación que es nuestra, y que nos unamos a la celebración celestial. ¡Qué privilegio! Oye nuestra oración. Oramos en el nombre de nuestro Salvador. Amén.

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