Grace to You Resources
Grace to You - Resource

Estamos estudiando la anatomía de la iglesia, y vamos a continuar ese estudio esta mañana. Hemos tomado un pequeño descanso de nuestro estudio de 2 Corintios, y estamos disfrutando mucho este estudio en particular. A pesar de la crisis de identidad en la iglesia, la Biblia es muy clara acerca de lo que una iglesia debe ser. La Escritura presenta una manera definida en la que la vida en la iglesia debe ser conducida, realmente no hay misterios en términos de como la iglesia debe conducirse a sí misma y lo que naturaleza de sus ministerios deben ser.

De hecho, Dios ha bosquejado de manera definitiva una manera correcta de realizar el trabajo en la iglesia; es muy, muy directa y fácil de ver. Las sociedades cambian, los estilos cambian de vez en cuando y de lugar a lugar, pero la naturaleza de la iglesia no cambia y el diseño de Dios de como la iglesia funciona es revelado de manera clara en la Escritura. La triste realidad es que cuando la iglesia se desvía del plan, hay caos. Y eso es lo que la iglesia está experimentando en el mundo en la actualidad. Hablando de la manera correcta de hacer las cosas, en una publicación reciente de una revista que nunca leo, llamada Carne y Pollo, los editores citaron de otra revista que nunca leo, Plumas. Esa es la publicación de la industria de aves de California.

Pero la historia, la siguiente historia fue irresistible. Parece que la Administración de Aviación Federal de Estados Unidos, tiene una manera única de probar la fuerza de los parabrisas en los aviones. La herramienta es una pistola que dispara un pollo muerto en contra del parabrisas del avión, aproximadamente a la velocidad que vuela el avión. La teoría es que, si el parabrisas no se agrieta por el impacto del cadáver, va a sobrevivir una colisión real con un ave durante el vuelo.

Bueno, parece que los británicos estaban muy interesados en esto y querían probar un parabrisas en una locomotora de alto poder que están desarrollando. Tomaron prestado el disparador de pollos de la Asociación de Aviación Norteamericana, cargaron el pollo, y dispararon. El pollo que iba como bala despedazó el parabrisas, atravesó el corazón de la silla del ingeniero, destrozó el panel de instrumentos que estaba detrás de él, y se incrustó en el muro de atrás de la cabina de motores. Los británicos estaban sorprendidos y le preguntaron a la Asociación de Aviación que revisaran la prueba para ver si todo fue hecho de manera correcta. La Asociación de Aviación evaluó la prueba a fondo y solo tenían una recomendación: Descongelen al pollo. Mmm.   

Ahora, estoy tratando de convertir eso en una parábola para este sermón, ustedes lo entienden, así que tienen que regresar de esa escena tan simpática. Hay una manera correcta de hacer las cosas, y si usted hace las cosas de la manera incorrecta el resultado es caos. Y hay una manera correcta de hacer las cosas en la iglesia y la Palabra de Dios ha presentado las fórmulas para eso. Jesús dijo: “Edificaré mi iglesia.” Y Él ha establecido los planes y Él los ha revelado a aquellos que están empleados en el edificio. Aquellos de nosotros que guiamos en la iglesia, que servimos en la iglesia, tenemos el plan en las manos al tener el Nuevo Testamento. Como dije, los estilos pueden variar de vez en cuando, de sociedad a sociedad, pero los elementos básicos para la vida de la iglesia no son negociables, no son intercambiables, están fijos. Estamos repasándolas en esta serie en torno a la metáfora de la iglesia como el cuerpo de Cristo.

Hay varias maneras en la que la iglesia es descrita metafóricamente en la Biblia: como un rebaño, como una familia, como una casa, como una familia, como un templo y demás. Incluso como una vid y pámpanos. Pero la metáfora más rica para la iglesia es la idea del cuerpo que somos como un cuerpo físico, pegados a la cabeza. La cabeza es Cristo y Su vida y dirección y guía fluyen por el cuerpo. Y entonces hemos tomado esta metáfora y la hemos extendido un poco en nuestra serie de la anatomía de la iglesia. Esta metáfora nos permite considerar todos los elementos sobresalientes para la vida en la iglesia, y comenzamos explicándole que habría cuatro categorías que veríamos.

Y una manera muy simple, dividimos el cuerpo en cuatro partes: el esqueleto, los sistemas internos, los músculos y la carne. Podemos ver esas áreas y tener un buen entendimiento de lo que la iglesia debe ser. Comenzamos con el esqueleto. Dijimos que hay algunas cosas que están fijas, que son rígidas, que no son negociables, que le dan a la iglesia su forma, y esas cosas son el esqueleto de la vida de la iglesia. Y dijimos que son el honor de Dios, la exaltación de Jesucristo, la presencia de la santidad, la proclamación de la verdad, y sumisión a la autoridad espiritual. Ese es el marco. Esa es la estructura. Pero como un cuerpo vivo, la estructura misma no tiene la vida.

Ahora, usted ha ido a la oficina del doctor, o al laboratorio en la preparatoria o la universidad, y ha visto un esqueleto suspendido, colgado de un garfio en una estructura metálica, y usted sabe que no está vivo. Tiene la estructura, pero no tiene la vida. A ese esqueleto le tiene que colgar esos sistemas internos que hacen que los fluidos fluyan y mantengan la vida. Y entonces pasamos de hablar del esqueleto a los sistemas internos. Y estamos hablando de que es lo que tiene pasar en el interior de las vidas de los creyentes, para que la iglesia sea lo que Dios quiere que sea. Actitudes espirituales, motivos espirituales, convicciones espirituales, de eso estamos hablando.

El ministerio espiritual en la iglesia aplica la verdad de Dios y los medios de la gracia al alma. El trabajo es el trabajo en el hombre interior, eso es lo que hacemos. El legalismo está contento con trabajar afuera, está contento con conformar a la gente externamente. Eso es lo que hace el legalismo. Manipula a la gente, intimida a la gente, de alguna manera les promete recompensas, o los coloca bajo temor, y los hace conformarse externamente a ciertas conductas. Pero eso no cumple con la obra de Dios. Eso es legalismo y el legalismo es rechazado por la Palabra de Dios, como ustedes saben. No nos interesa controlar a la gente, nos interesa ver el corazón transformado.

Es lo mismo en la crianza de los hijos, es una buena analogía. No es difícil controlar a sus hijos. Usted es más grande, usted es más inteligente, usted es más poderoso. Usted tiene una mejor manera de hablar, usted tiene todo el dinero, usted controla el auto, usted tiene las llaves de todo. No es difícil controlar a sus hijos. Pero otra cosa es ver su corazón transformado. Esa es una misión totalmente diferente. Y eso es lo que la iglesia debe reconocer. El control puede llevarse a cabo en muchas maneras, pero el cambio solo puede llevarse a cabo de una manera y esa es mediante el trabajo en el corazón, trabajar en el corazón. Y eso entonces se encarga del exterior. Las actitudes espirituales son la vida interna de la iglesia, y esas actitudes tienen que ver con motivos y convicciones, fomentando eso en la gente.

Asuntos del corazón es dónde la iglesia tiene que pasar su tiempo, y esos son los sistemas internos. De ahí fluye la vida y fuera de eso la iglesia realmente está muerta. En cierta manera para comenzar con esto, quiero que vea Efesios 3. Y como lo he señalado vamos a cubrir muchos pasajes diferentes, conforme buscamos presentar un resumen de todos estos asuntos sobresalientes con respecto a la vida de la iglesia. Algo que realmente necesitamos hacer porque nuestra iglesia está creciendo, y tenemos a tantas personas nuevas, y queremos que todos ustedes entiendan porque hacemos lo que hacemos, y en dónde está realmente el énfasis. 

Y uno de esos pasajes tan importantes es Efesios capítulo 3. Nos lleva al corazón de uno de los pastores nobles, claros, de todos los tiempos, el apóstol Pablo. Tenemos una idea de lo que realmente buscaba en su ministerio y era el corazón. Hay varios pasajes notables en los que él presenta eso de manera clara, pero este quizás es el más claro de todos. Y descubrimos que su deseo para el trabajo en el corazón se manifiesta en como él oraba por su congregación.

Observe el versículo 14: “Por esta causa doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo, de quien toma nombre toda familia en los cielos y en la tierra.” “Por esta causa,” una causa que está a punto de decirle, él ora. Y él ora al Padre, porque el Padre es el Creador de toda familia en el cielo y en la tierra. En otras palabras, Dios es el Creador de toda familia y todo tipo de familia, sea que usted está hablando de la familia humana en general, o sea que usted esté hablando de lo que se llama la familia nuclear, o individual en particular, o sea que usted esté hablando de la familia espiritual de la iglesia, el cuerpo de Cristo, Dios es el Padre de todo eso. Dios es Aquel de quien todo deriva su vida. Y no solo en el mundo humano, sino en el resto de la creación también.

Entonces él está diciendo: “Regreso a la fuente, regreso al que es el Creador. Y con respecto a la familia que es espiritual, yo oro por esto. Esta es la razón por la que oro.” Aquí está la razón, versículo 16: “para que os de, conforme a las riquezas de su gloria, el ser fortalecidos con poder en el hombre interior por su Espíritu,” aquí está la clave, “en el hombre interior.” El punto es el corazón. Sabemos eso, éste es un buen énfasis. El asunto no es lo que alguien se le conforma que haga por fuera, el asunto es la condición del corazón. “Haciendo la voluntad de Dios, de corazón,” Pablo dice en Efesios 6:6, al final de ese versículo. Hacer la voluntad de Dios desde el corazón.

Pablo dice: “Lo que me preocupa es el hombre interior. Me preocupa el interior porque es a partir del corazón que todo procede. No es lo que entra al hombre lo que lo contamina, Jesús dijo; es lo que sale de él. Y debido a que la contaminación está en el interior, ahí es donde el trabajo debe realizarse.” Regresando a una especie de metáfora médica, por un momento, los hombres necesitan cirugía de corazón, tienen corazones enfermos. Y el trabajo debe llevarse a cabo internamente, usted tiene que cortar para llegar al interior y llevar a cabo el trabajo. Y eso es lo que Pablo oró. Cuando él dobló sus rodillas al que es el Creador y la Fuente de toda familia en la tierra, incluyendo la familia espiritual le pidió que trabajara en el interior. De hecho, él oró porque según las riquezas de Su gloria, y no hay límites para esas riquezas, para que, conforme a las riquezas de Su gloria, el que considere el ser fortalecido con poder en el hombre interior por Su Espíritu.

En otras palabras, Pablo oró por hombres internos fuertes, que hubiera un corazón espiritual fuerte, un hombre interior fuerte. Ahí es donde el trabajo tenía que realizarse. Después observe en el versículo 17, él incluso va más allá de eso. Él quería que ese hombre interior fuera fortalecido con el poder del Espíritu Santo para que, para que es una cláusula de propósito ‘hina’. “Para que habite,” ‘katoikeō’ está establecido, “habite Cristo por la fe en vuestros corazones.

Ahora, permítame detenerme ahí por un momento. Cristo, si usted es un creyente, ya está en su corazón, pero quizás no esté establecido. Quizás Él tenga que estar arreglando las cosas todo el tiempo. Usted recuerda ese maravilloso, pequeño libro, Mi Corazón el Hogar de Cristo, lo leí como joven y tuvo un efecto maravilloso en mí. Es un retrato de una casa como el corazón, y Cristo entra, y Él va a la sala, la cual es la esfera de la comunión; y va al comedor, la cual es la esfera de los apetitos; y Él entra a la biblioteca, lo cual es la esfera del pensamiento. Y hay trabajo que hacer en todos esos lugares, y esos lugares reciben su limpieza. Y después, de pronto cuando todo se acaba, hay un olor terrible que sale de algún lugar y Cristo encuentra un closet y lo abre y hay, ahí están todas las iniquidades escondidas. Y Cristo no puede estar tranquilo y estar en casa hasta que todo ese trabajo se lleve a cabo.

Y eso es lo que el apóstol Pablo está orando. Él está orando porque el Espíritu de Dios lo fortalezca, fortalezca su hombre interior para que el pecado sea enfrentado y la respuesta a la limpieza de Cristo sea una respuesta completa y Cristo pueda estar tranquilo en reposo, porque el pecado está siendo enfrentado. Por eso está orando Pablo. Él está orando porque el Espíritu venga, traiga Su fortaleza al hombre interior y lleve a cabo una obra de limpieza para que Cristo esté cómodo en su vida.

Lo opuesto sería 1 Corintios 6, en dónde usted tiene una ramera unida a Cristo. No puedo imaginar algo más desconcertante para el que está unido con el creyente que estar unido así con una ramera, una vergüenza, y una pena que así fuera para Cristo. Lo opuesto es que Cristo esté descansando en su vida, porque la santidad está ahí, el pecado está siendo enfrentado. Y cuándo Cristo se establece, algo más pasa, usted se vuelve arraigado y establecido en su amor, usted puede entender con todos los santos la amplitud y la longitud y la altura y la profundidad y conocer el amor de Cristo que sobrepasa a todo conocimiento. El Espíritu Santo entra, le da a usted fortaleza en el hombre interior, el pecado es enfrentado, Cristo está en casa, y Él emana, hace que emane Su amor en toda parte de Su vida. Y para aquellos que están a su alrededor, y usted literalmente es un promocional caminante, un testimonio caminante, un testimonio caminante del amor transformador de Cristo.

Y eso no es todo, al final del versículo 9, otra secuencia, otra cláusula de propósito: “para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios.” Ahora, el progreso es sorprendente. El Espíritu viene primero y le trae a usted el poder para controlar ese hombre interior, para que ese hombre interior esté en armonía con la verdad de Dios, Cristo limpia su vida, se establece, está en casa, y después usted es inundado con toda la plenitud de Dios, la Trinidad entera está ahí. Como resultado de eso, versículo 20, usted se vuelve capaz de “hacer mucho más abundantemente de lo que podemos pedir o entender, según el poder que actúa en nosotros.” Y como resultado de eso, a Él sea la gloria en la iglesia y en Cristo Jesús, a todas las generaciones, por los siglos de los siglos. Amén.”

El propósito definitivo de una vida que glorifica a Dios es producido. Esa fue la oración de Pablo. Digo, es una reducción masiva de toda la obra de la santificación en esta oración. El Espíritu entra y lleva a cabo Su obra, y no sea apagado, ni entristecido. Que Cristo tenga la libertad de limpiar toda área de su vida, de tal manera que Él está descansando y en paz y cómodo en su vida. Después la plenitud de Dios entra, y usted comienza a exhibir todos los atributos de Dios, porque Cristo está siendo formado de manera plena en usted. Y después se vuelve útil para ser más allá de lo que puede pedir o entender.

Y al final toda la gloria en la iglesia va al Señor de la iglesia, la cabeza de la iglesia, Jesucristo. Y todo eso es una obra interior. Todo eso es una operación interna, es a largo plazo, es hacerlo a la manera difícil, pero es la única manera correcta, inculcándole a la gente convicciones y motivos y actitudes que hacen que hagan la obra de Dios del corazón. Permítame expandir eso un poco. Regrese a Romanos capítulo 2, y esto en cierta manera apenas está introduciendo esta necesidad para actitudes de corazón.

Pero en Romanos capítulo 2, versículo 5, aquí hay una condenación en este capítulo contra Israel. Y en el versículo 5 de Romanos capítulo 2, esa condenación contra Israel es una condenación por su condición de corazón. Debido a su corazón obstinado y corazón no arrepentido, digo, aquí habían judíos que tenían toda la ley de Dios y los pactos, y las promesas, y el Mesías había venido a ellos. Y tenían todo eso, y tenían toda la religión interna, atravesaban por todas las ceremonias, cumplían con todos los sacrificios, daban todas las ofrendas, pasaban por todos los códigos externos, lo hacían todo, pero eran obstinados y no arrepentidos de corazón.

Y debido a eso, en lugar de acumular mérito con Dios, versículo 5 dice que estaban atesorando ira. Simplemente estaban acumulando más combustible para el fuego, en el que ellos mismo arderían. Y el problema, ahí en el versículo 29, se define aún más al final del capítulo en estas palabras, “el que es judío lo es, el que es internamente,” en el interior. Y la circuncisión que le preocupa a Dios, es la circuncisión del corazón; siempre ha sido interna. Los judíos, claro, habían ignorado eso de manera total, y habían creado una religión externa, tenían una forma de piedad sin poder alguno, tenían un tipo de religión externo. Se acuerda usted que habían sustituido los mandamientos de Dios con tradiciones. Su religión era totalmente por fuera y como consecuencia estaban atesorando nada más que ira. La obra de Dios es la obra del corazón.

Ahí en Hebreos capítulo 4, nos dice lo que es más eficiente al realizar ese trabajo. El versículo 12 del capítulo 4, “porque la Palabra de Dios es viva,” o está viviendo, “y eficaz; y más cortante que toda espada de dos filos.” Si usted va a llevar a cabo un trabajo del corazón, usted no debe usar un cuchillo para mantequilla. Más vale que usted tenga un escalpelo afilado. Y si usted va a llevar a cabo el trabajo de corazón espiritualmente, realmente solo hay un cuchillo eficiente que usted puede usar y esa es la Palabra de Dios porque penetra hasta dividir el alma y el espíritu. Es eficiente para llegar hasta el lugar al que usted necesita ir, hasta las coyunturas y los tuétanos, y entra en profundidad, y disecciona los pensamientos y las intenciones de corazón.

Si hay duda del porque hacemos eso con la Palabra de Dios, ahí está la respuesta. Si vamos a llevar a cabo un trabajo de corazón, tenemos que usar ese cuchillo que puede penetrar en esa profundidad. Tenemos que usar una herramienta eficiente, y esa es la Palabra de Dios. La Palabra de Dios es la que corta hasta el corazón, produce convicción, desgarra los pensamientos y las intenciones y desenmascara la realidad de la condición. Abre y revela la condición verdadera.

En el capítulo 10 de Hebreos, y versículo 22, dice que si nos vamos a acercar a Dios, debemos venir con un corazón sincero, un corazón verdadero, un corazón honesto, sin hipocresía. Y después en adelante dice: “Teniendo nuestros corazones rociados, limpios de una conciencia mala.”  Usted entra ahí y la Palabra de Dios abre, los lleva al corazón, quita lo que está enfermo, limpia el corazón, y entonces usted se puede acercar a Dios.

Ahora, ese es el retrato metafórico. ¿Cuál es la manifestación en sí, de un corazón puro? Regrese a Deuteronomio 13. Cuando la cirugía se ha realizado y al paciente se le ha quitado la enfermedad, se han metido los bypass o lo que se haya hecho se ha hecho. Habrá un nuevo tipo de condición en el corazón, y es descrito para nosotros en Deuteronomio 13. Deuteronomio 13:3, “Porque Jehová tu Dios, te está probando para saber si amas a Jehová con todo tu,” ¿qué? “tu corazón, y con toda tu alma. A Jehová vuestro Dios seguiréis y a Él temeréis, guardaréis sus mandamientos, escuchareis su voz, lo serviréis y te aferraréis a Él.”

Todo realmente que necesita ser dicho acerca del todo de la vida cristiana, es dicho en esos dos versículos, es un resumen glorioso. “Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma. Síguelo, témelo, obedécelo, escucha Su voz, sírvelo y aférrate a Él. Ahí está, y todo eso comienza cuando usted lo ama con todo su corazón. El corazón es el lugar. Tiene que venir del interior.

Ahí en Deuteronomio capítulo 30, en el versículo 6, “Además Jehová vuestro Dios os circuncidará, circuncidará vuestro corazón y el corazón de vuestros descendientes.” Él quiere entrar y cortar el corazón de usted, quiere cortar la enfermedad de su corazón, quiere limpiar, al purificar y purgar el corazón. ¿Por qué? “para amar a Jehová tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, para que viváis.” Esa realidad de cimiento de amar al Señor tu Dios con todo tu corazón, es repetida en Mateo 22:37, en Marcos 12:30 y 33, en Lucas 10:27. “Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, alma, mente y fuerzas,” dice el Nuevo Testamento. Todo comienza con el corazón.

Y entonces, los sistemas internos le dan a la iglesia su vida, y comienza en el interior y fluye de ahí. Esa es la razón por la que no estamos concentrados en el legalismo. No estamos interesados únicamente en hacer que se conformen externamente, pero queremos que el Señor lleva a cabo el trabajo del corazón. Ahora, ¿cuáles son las actitudes de corazón esenciales? ¿Cuáles son los motivos y convicciones de corazón esenciales? El domingo por la noche pasado le di la primera: fe. Fe. Y si usted no estuvo aquí el domingo por la noche pasado, necesita conseguir esa cinta porque es un cimiento absoluto, es indispensable para su entendimiento de todo este asunto.

En Habacuc 2:4, repetido en Romanos 1:17, Gálatas 3:11, Hebreos 10:38, el Señor lo ha repetido por toda la Escritura, dice: “El justo por la fe vivirá.” En el corazón de todo es creer a Dios. El que viene a Él debe creer que es y Él es galardonador de los que le busquen. Y Pablo en Gálatas 2 dice: “Vivo por la fe del Hijo de Dios quien me amó y se entregó por mí.” Vivimos por fe, esa es la actitud del corazón contundente. No andamos por vista, sino por fe y confiamos en Dios, y creemos en Dios. Creemos en Él, creemos que Él es el Dios revelado en la Escritura, creemos que Él es un Dios que guarda fielmente todas Sus promesas y pactos. Creemos que Él es el Dios quien sabe lo que es mejor, nunca miente y dice la verdad. El pecado es lo que hacemos cuando creemos la carne, o al mundo, o al diablo, no cuando creemos a Dios.

Entonces, la fe se vuelve el escudo que estorba toda tentación. Dios dice: “Haz lo correcto y serás bendecido. Haz lo correcto y prosperarás. Haz lo correcto y disfrutarás de paz. Y cuando usted cree en Dios usted resiste la tentación. La fe es la actitud importante de cimiento. Ahora, al lado de eso, y vamos a hablar de esto esta mañana, está la obediencia. El compañero perfecto de la fe es la obediencia. De hecho, el himno dice: “Confía y obedece. Confía y obedece.” Realmente resume las dos actitudes de cimiento. La obediencia simplemente significa someterse a lo que el Señor dice, hacer lo que le dice a usted que haga. Y lo que le dice a usted está revelado en la Escritura.

¿Cuán elemental es esto? Regrese a la Gran Comisión, el último versículo de Mateo. Mateo 28, versículo 20, Jesús está comisionando a los discípulos para que salgan y hagan discípulos de todas las naciones, para bautizarlos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Esa es la parte de salvación. Salgan, prediquen el evangelio. Creen, se vuelven discípulos, los toman, los bautizan, confesión pública de su fe. Y después, versículo 20, una vez que son salvos, esto es lo que hacen, “enseñándoles que guarden todo lo que os he mandado.” Eso es lo que hacemos. Le enseñamos a la gente a obedecer la Palabra de Dios, a obedecer los mandatos de Dios, someterse a Él. Ese es el cimiento de la vida cristiana, de la santificación, la fiel obediencia.

Y allí es donde usted dice, ahí está la fe. Y cuando usted dice hay fe y no hay obediencia, cuestionamos su fe. Juan 8:31, Jesús dijo: “El que continúe en mi palabra es mi discípulo real.” Jesús dijo: “El que guarda mis mandamientos es el que me ama.” 1 Juan, Juan repite este mismo énfasis, en 1 Juan capítulo 2. “Por esto sabemos que le conocemos, si guardamos sus mandamientos. El que dice: Yo le conozco y no guarda sus mandamientos es mentiroso, y la verdad no está en él. Pero el que guarda su palabra en él, en este el amor de Dios ha sido perfeccionado.” En otras palabras, usted dice que ama a Dios, usted dice que cree en Dios, usted dice que le pertenece, entonces se manifestará en su obediencia. Estamos hablando de obediencia de corazón aquí, de corazón, obediencia sin equivocaciones, obediencia sin resistencia, obediencia sin concesiones. Esta es parte medular del compromiso original que hicimos.

Pase a 1 Pedro. Y quiero mostrarle una parte muy importante de este primer capítulo, en 1 Pedro. 1 Pedro 1:22 describe la salvación como un acto de obediencia. Dice, “en obediencia a la verdad habéis purificado vuestras almas.” Él escribe la misma realidad en el versículo 23, como “siendo renacidos por la Palabra de Dios.” Cuándo usted nació de nuevo mediante la Palabra de Dios. Eso también podría ser descrito como obedecer la verdad que purificó su alma. ¿Qué verdad fue esa? El evangelio. ¿Qué fue el evangelio? Arrepiéntete y cree en el Señor Jesucristo, ¿verdad? Y ese es un mandato.

Entonces, usted lo obedece o no. Dios dijo: “Este es mi hijo, a él oíd.” Jesús dijo: “Arrepiéntanse, arrepiéntanse, arrepiéntanse.” Los apóstoles, se acuerda, en el día de Pentecostés, Pedro dice: “Arrepentíos, sean bautizados para la remisión de pecados y demás”. Siempre predican el evangelio, crean, crean. Ese es un mandato. Siempre es un modo de mandato, y demanda obediencia.

Entonces Pedro dice: “Obedecieron la verdad y fueron purificados, fueron salvos. Nacieron de nuevo porque obedecieron la verdad; la verdad contenida en la Palabra de Dios.” La Palabra de Dios fue predicada, la oyeron, la creyeron, la obedecieron. Dijo: “Cree,” creyeron. Dijo: “Arrepiéntanse,” usted se arrepintió. Dijo: “Depende de Cristo,” dependió usted de Cristo. entonces el punto es que en el momento de la salvación usted se involucró en un acto de obediencia. Pero hizo más que eso, usted se comprometió. Pero esa obediencia solo fue el comienzo, no algún acontecimiento aislado.

En otras palabras, en el momento en el que se comprometió con obedecer el evangelio, usted también afirmó a Cristo como Señor, ¿verdad? Usted vino y reconoció que Él era su Salvador, y que no había otra manera de ser salvo de sus pecados y usted iba camino al infierno. Y la carga de su pecado era tan abrumadora. Y entonces usted dijo: “No puedo salvarme a mí mismo. No puedo liberarme del pecado, solo Tú puedes. Solo Tú eres el Salvador y por favor, perdona mi pecado. Me arrojo en Tú misericordia, me arrojo en Tú gracia. Por favor perdona mi pecado en base al hecho de que moriste en mi lugar. Y usted reconoció a Cristo como Salvador, pero al mismo tiempo usted también reconoció que Él es Señor y Amo, y usted dijo: “Te voy a seguir. Te voy a seguir.”

Tengo la confianza de que ningún cristiano en el momento de la salvación entiende las implicaciones completas de lo que ese compromiso significó. Usted no sabe lo que significa en ese punto, pero el compromiso está ahí. ¿Por qué? Porque el Espíritu Santo lo ha producido. El Espíritu Santo ha producido el sentido de que usted ahora se está volviendo un siervo de Dios. Y usted ahora se está volviendo un siervo de Jesucristo, su Amo, y reconociéndolo como Señor. Y usted ha entrado en un lugar de obediencia. Eso es parte del pacto de salvación. La parte de Dios: Te salvo, perdono tus pecados, te doy vida eterna mediante la obra de Jesucristo. Su parte: Usted se arrepiente y se somete para seguirlo a Él. Eso es la salvación. Cuando usted vino a la salvación eso es lo que usted hizo. Eso es lo que usted hizo. Se comprometió a obedecer, aunque no entendió usted de manera plena las implicaciones involucradas en eso. 

Pero regrese de nuevo a 1 Pedro, pasando de los versículos 22 y 23 al versículo 1 y 2. Esta es una porción muy, muy importante de la Escritura. Conforme Pedro comienza a escribir al final del versículo 1, él comienza a hablar de este asunto de la salvación, él comienza con la elección. Él le habla a los expatriados. Los creyentes dispersos que son escogidos.

Entonces, él está comenzando a hablar de la salvación aquí, y comienza con la elección. En la eternidad pasada Dios escogió a quien sería salvo y lo hizo, versículo 2, según su presciencia. La presciencia no significa que todo mundo actúa de manera independiente, y Dios vio hacia adelante y vio lo que iban a hacer y dijo: “Oh, eso es lo que van a hacer, entonces si esto es lo que van a hacer, esto es lo que voy a hacer.” La presciencia es una relación predeterminada. Pre o antes significa, antes de que nacimos, antes de que llegamos a tener una opción, antes de que hicimos o no hicimos algo, Dios predeterminó conocernos.

De la misma manera en la que Él dice: “A Israel solo he conocido,” no quiere decir que son el único pueblo en el planeta que Él conoce, significa que son los únicos con quienes tiene una relación personal. Es lo mismo que Caín conoció a su esposa, lo mismo que María embarazada y José nunca la había conocido. Es el mismo conocer que en Juan 10 en dónde “mis ovejas oyen mi voz y yo las conozco.” Es el conocer de intimidad. Y Dios en Su plan escogió en base a una relación predeterminada, Él predeterminó tener una relación íntima con ciertas personas antes de la fundación del mundo. Esa es la parte pasada de la salvación.

La parte presente entra en la frase, “mediante la obra santificadora del Espíritu.” Eso que estuvo en el decreto de Dios en la eternidad pasada, entró en el tiempo mediante la obra del Espíritu. ¿En qué sentido? Fuimos santificados por la obra del Espíritu. Dicho de otra manera, fuimos renacidos por el Espíritu. Tomando Juan 3, “nacidos del Espíritu,” eso es nuestra salvación ahí. Ese es el inicio de la obra santificadora. Santificar significa separar. Cuándo el Espíritu nos separó del pecado, nos separó de la muerte, nos separó del infierno, nos separó de Satanás, en el sentido de que fuimos salvos.

Entonces, primero eternidad pasada, somos escogidos en base a la predeterminación de Dios de tener una relación con nosotros, somos salvos conforme el Espíritu de Dios se mueve, y nos separó para Dios, esa es la obra santificadora del Espíritu, comenzó en nuestra salvación. Y después observe esto, siguiente afirmación, “para que,” fuimos escogidos y salvos, “para que ustedes,” ¿qué? ¿cuál es la siguiente frase? “obedezcáis a Jesucristo.” Fuimos salvados para buenas obras, Efesios 2:10. Fuimos salvados para obedecer. Ese es el punto.

Entonces, en el pasado, escogidos en base al pre conocimiento de Dios; el presente, salvados por la obra separadora del Espíritu de Dios; el futuro, una vida de, ¿qué? de obediencia. Digo, ese es el propósito redentor, una vida de obediencia. Y después, ésta afirmación, ésta pequeña afirmación tan interesante, “y ser rociados con su sangre”. Eso es extraño. Que cosa tan extraña decir, “y ser rociados con su sangre”. ¿Qué significa ser rociado con su sangre? ¿No es ese más un asunto de salvación? Se hace referencia a esto en Hebreos 12:24, la sangre rociada. ¿Qué es eso? Hay una respuesta a eso y está en Éxodo 24, y a eso está haciendo referencia Pedro.

Vaya a Éxodo 24, es un texto muy importante, y uno muy interesante. En Éxodo 24, y vamos a descubrir lo que ese rocío de sangre es. En Éxodo 24, Moisés ha estado en el monte, y recibió la Ley de Dios. Dios le ha dado al hombre Su Ley. Incluye los Diez Mandamientos, y el resto de la ley que Dios dio. Y en esa ley Dios ha revelado Su voluntad en términos muy específicos. Obviamente antes de la ley mosaica Dios había revelado sus caminos y su voluntad en muchas maneras diferentes, pero ahora todo va a ser escrito de manera específica absoluta en la ley de Moisés.

Entonces Moisés subió al monte, recuerde usted, el Monte Sinaí, y se le dio La Ley de Dios. Y después Moisés bajó. Comencemos en el capítulo 24, versículo 3. Moisés vino, y toda esta ley, esta ley masiva, toda la ley que vino a través de Moisés, la ley ceremonial y la ley moral, y todas las leyes de la vida social, todo. Moisés vino y le relató al pueblo todas las palabras que Jehová le dio, y todas las ordenanzas y todo el pueblo respondió a una voz y dijo: “Todas las palabras que Jehová ha hablado, haremos.”

Ahora, este es un momento muy importante. Moisés desciende, y me imagino que por la obra del Espíritu Santo pudo recordar todo, y él relata todo, toda la ley de Dios al pueblo. Y de manera unilateral con una voz, dijeron: “Haremos todo eso”. Y hacen un pacto público. Hacen un compromiso, hacen una promesa, y es una promesa de obediencia. Es una promesa de obediencia. Se está haciendo un pacto aquí, la parte de Dios es: “Voy a enviarles mi ley moral, voy a proveer en esa ley moral mis estándares, voy a proveer en esa ley moral para cuando ustedes violen esos estándares, porque en la ley mosaica ciertamente tiene implicaciones morales, implicaciones espirituales, pero en la ley mosaica estaba el sistema sacrificial y se les instruyó a cómo enfrentar su pecado también. 

Entonces Dios, incluso reveló Su gracia y Su misericordia mediante esa ley. Entonces Dios dice: “Mi parte del pacto es que les voy a mostrar mi voluntad, y les voy a mostrar lo que quiero que hagan, y les daré un camino de justicia, y les voy a dar un medio de gracia y misericordia. Y Él dio todo eso. Y el pueblo dijo: “Nuestra parte es: obedeceremos.” Usted tiene un paralelo ahí de la salvación. En el punto de la salvación Dios le dice al pecador, aquí está Mi Ley, aquí están Mis medios de gracia, Te voy a bendecir, voy a cuidar de ti. Y el creyente dice: Y yo, ¿qué? te seguiré, te obedeceré.

Entonces, es una escena muy parecida. Sigue entonces en el versículo 4 Moisés después de haber recitado todo esto, de nuevo sin duda bajo la inspiración del Espíritu Santo, escribió todas las palabras de Jehová, y se levantó temprano por la mañana, la implicación es que esa fue una noche completa de escribir, y edificó un altar al pie del monte con doce columnas para las doce tribus de Israel.

Ahora, él está preparándose para simbolizar públicamente el pacto que ha sido hecho entre Dios y el pueblo. Dios reveló Su parte, el pueblo declaró su parte. Dios habló, ellos hablaron y ahora Él va a demostrar un símbolo de sello. Entonces él construye este altar, de piedra sin duda, y coloca doce montones de piedras representando a las doce tribus, como un símbolo de la participación de todo mundo. Él envió a jóvenes de los hijos de Israel y ofrecieron holocaustos, y sacrificaron animales como ofrendas de paz a Jehová. Los sacrificios siendo una indicación del compromiso del pueblo en respuesta a la Ley de Dios.

Y después él hizo algo muy interesante en el versículo 6. Él tomó la mitad de la sangre, y créame, holocaustos sacrificando animales, había sangre por todos lados, era un baño de sangre conforme estaban desangrando todos estos animales, cortando la yugular en la mayoría de los casos, y conteniendo toda la sangre. Moisés tomó la mitad de la sangre, la colocó en contenedores, recolectándola en todos estos contenedores y la otra mitad de la sangre la roció sobre el altar. El altar representaba a Dios.

Y entonces el pacto iba a ser ratificado en esta especie de manera que se podía ver, y él roció algo de la sangre en el altar, después él tomó el libro del pacto, esto es, lo que él había escrito toda la noche, y lo leyó a oídos del pueblo. Lo leyó otra vez todo. Este sería el hecho de que lo habían oído una vez y ahora lo oían otra vez. Y todo el pueblo respondió de la misma manera. Todo lo que Jehová a dicho haremos, y seremos, ¿qué? obedientes. Ese es el pacto hecho entre el pueblo y Dios.

Entonces Moisés, versículo 8, tomó la sangre y la roció sobre el pueblo. Entonces parte de la sangre sobre el altar, simbolizando la parte de Dios en el pacto, el resto de la sangre sobre el pueblo, simbolizando su parte. “He aquí la sangre del pacto que Jehová ha hecho con vosotros conforme a todas estas palabras.” Él dijo su parte, ustedes dijeron su parte, la sangre es la demostración física que ambos han hecho ese compromiso. Ahora, con eso en mente regresemos a 1 Pedro.

Y en 1 Pedro 1 usted lee esto, “para obedecer a Jesucristo y ser rociados con su sangre.” Pedro está tomando de esa ceremonia tan vívida, vívida, de Éxodo 24. Y Pedro está diciendo: “Cuando vinieron a Cristo, cuando colocaron su confianza en Jesucristo, aceptaron su parte del pacto, escribiré mi ley en su corazón,” pacto nuevo, nuevo pacto, “escribiré mis estatutos en su corazón, perdonaré todas sus transgresiones y todas sus iniquidades, les concederé misericordia y les concederé gracia. Y en esa parte, en ese punto cuando estaba usted recibiendo todo eso de Él, usted estaba respondiendo al decir: “Sí Señor, y te seguiré.” Y ese fue el pacto de salvación. Te confieso como Señor. Y Señor significa el que está a cargo. Y eso es lo que usted confesó. Y en ese punto, a los ojos de Dios. La sangre que había sido esparcida, rociada sobre Cristo, el sacrificio, fue entonces rociada sobre usted debido a su parte en el pacto. Es un retrato hermoso.  

Entonces, cuando usted vino a la salvación, amigo mío, usted hizo un pacto simple de obediencia. La historia triste de Israel es que ellos, ¿qué?, lo violaron, y también nosotros, y también nosotros. Si hay algo que tiene que ser el compañero de la fe, debe ser la obediencia, porque esos dos fueron los compañeros cuando fuimos salvos, ¿verdad? Fe en el Salvador, como el Único que nos salva, compromiso con obedecer al Señor como nuestro Rey. La obediencia, y de corazón, es lo que deseamos en la iglesia. Deme usted una iglesia llena de personas cuyos corazones están concentrados en la obediencia, y le mostraré una iglesia con poder y gozo.

Observe Romanos 6:17. Voy darle unas cuantas más y vamos a acabar. Romanos 6:17, en este asunto de la obediencia. Pero vea el versículo 16 en primer lugar. “No sabéis que, si os sometéis a alguien como esclavo para obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis.” Eso es bastante obvio. Usted se vuelve el esclavo de alguien, la palabra primordial es obediencia. Cuándo usted se presenta como un esclavo a alguien, el asunto es lo que usted hace lo que le dicen.

Y después él presenta esa ilustración simple, una doctrina espiritual en el versículo 17. “Pero gracias a Dios, que, aunque erais esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón.” Me encanta esa frase, debería subrayarla. Obediente del corazón porque es su deseo, a usted le encanta ser obediente, porque es desde adentro. “Habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina a la cual fuisteis entregados.”

De hecho, versículo 18, “se volvieron esclavos de justicia.” Cuando usted vino a Cristo usted entró en una nueva obediencia. Usted antes había sido obediente a la carne, al mundo, al diablo. Usted había sido obediente al pecado. Y ahora usted es obediente a Él, usted es obediente a la justicia. No es solo cuestión de oír la Palabra, es cuestión de obedecerla. En Mateo 7 habían personas que oyeron la Palabra y no la obedecieron, y estaban construyendo su casa sobre la arena, y cuando el juicio vino se colapsaría. La obediencia significa oír y practicar.

Una escritura final muy importante, Santiago 1. Vamos a cerrar con esta, Santiago 1:22. “Pero sed hacedores de la palabra, y no meramente oidores que se engañan a sí mismos.” ¿Sabe usted lo que sucede si usted oye la Palabra y no la aplica? Usted está viviendo un engaño. Usted está engañado por su condición espiritual verdadera. Si usted no está aplicando la Palabra de Dios en su vida, usted está engañado por su condición espiritual.

Y después él da una ilustración de dicho engaño. Una muy interesante, versículo 23. “Pero si alguno es oidor de la Palabra y no hacedor, es como el hombre que ve su rostro en un espejo,” literalmente la palabra ‘ve’, usted va en la mañana y usted decidió que va a rasurarse el bigote, y se rasura la mitad. Tiene la mitad de su cabello peinado, y la mitad de sus dientes cepillados. Y suena el teléfono y sale ahí y acaba de comenzar quizás y sale ahí, y toma una llamada telefónica y se olvida como se ve y se va a la oficina para la risa de todo el mundo que lo saluda a usted, porque se le olvidó como se veía.

Así es con un individuo que meramente ve rápidamente la Palabra de Dios, que no la aplica. Él realmente no entiende la condición en la que está. Él piensa que todo está bien, pero todo no está bien. Él está engañado por su condición verdadera. Y cuando se va se le olvida porque no aplica. Esto ciertamente se aplica a un incrédulo, aun no cristiano, aun no cristiano, que oye el evangelio, oye el evangelio y nunca lo practica, nunca realmente lo ve en profundidad, simplemente lo ve rápidamente y está engañado por su condición verdadera.

Esto puede ser verdad de una persona que viene a la iglesia, hace una profesión de Cristo, incluso en su propia mente puede pensar que es cristiano. Piensa que es cristiano, escucha, nunca aplica nada, nunca aplica nada, él está en un estado de engaño por su condición espiritual. También puede ser verdad de un cristiano que oye enseñanza en una cierta área y no va a enfrentar eso, no va a aplicar eso en un área de su vida, se vuelve totalmente engañado por su condición espiritual verdadera.

Entonces el punto es este, más vale que simplemente vea rápidamente si quiere conocer su verdadera condición espiritual, y el versículo 25 dice: “Pero el que mira atentamente,” ese es un verbo que significa que usted ve muy de cerca durante un periodo prolongado para evaluar correctamente su condición. Y mira en ese espejo que es la ley perfecta, la de la libertad. ¿Eso qué es? La Palabra de Dios. Es la ley perfecta, es la ley que lo libera del pecado y del engaño, y usted permanece en ella. Usted no es un oidor olvidadizo, sino uno que es hacedor. Este hombre será bienaventurado. Es obediencia lo que trae la bendición. Y la gente que no obedece se está engañando a sí misma, quizás incluso no son cristianos. Quizás son cristianos que de manera equivocada piensan que todo está bien, cuando no todo está bien.

Entonces debemos enfrentar las actitudes del corazón, y eso significa fe, y eso significa obediencia. Esta noche vamos a hablar de la tercera. Le voy a decir la que es, no debería decirle, pero le voy a decir: Humildad. Y todos aquellos de ustedes que no estén aquí, sabremos que están evitando la humildad. Este es un estudio muy importante en esta noche, y solo lo vamos a tratar una vez. Acompáñenos, y también tendremos la mesa del Señor. Inclinémonos en oración.

Padre, gracias de nuevo por el recordatorio del cimiento de nuestra vida cristiana, que es la obediencia. Hay un plan. Hay una manera correcta de hacer las cosas en Tu iglesia, y eso involucra actitudes espirituales de adentro hacia afuera. Y Señor, pedimos que Tú nos concedas gran fe, y la fortaleza para ser obedientes, y el anhelo para confesar nuestra desobediencia y hacer que todo esté bien. Lleva a cabo esa obra de convicción en nuestros corazones que nos hace odiar nuestra desobediencia y anhelar someternos, produce en nosotros esas actitudes que van a hacernos vivir de maneras que te traen gloria, por causa de Cristo. Amén.

Disponible sobre el Internet en: www.gracia.org 
DERECHOS DE AUTOR © 2021 Gracia a Vosotros
Usted podrá reproducir este contenido de Gracia a Vosotros sin fines comerciales de acuerdo con la política de Derechos de Autor de Gracia a Vosotros.

Series (Alta Calidad) Series (Alta Calidad)

Esta serie de sermones incluye los siguientes mensajes:

Por favor, contacte a la casa Editorial para obtener copias de este recurso.

Información de la Editorial
Desatando la verdad de Dios, un versículo a la vez
Desde 1969

¡Bienvenido!

Ingrese su dirección de correo electrónico y le enviaremos instrucciones de cómo restablecer su contraseña.

Volver a Ingresar

Desatando la verdad de Dios, un versículo a la vez
Desde 1969
Minimizar
Ver la lista de deseos

Carrito

No hay productos en el carrito.

Subject to Import Tax

Please be aware that these items are sent out from our office in the UK. Since the UK is now no longer a member of the EU, you may be charged an import tax on this item by the customs authorities in your country of residence, which is beyond our control.

Because we don’t want you to incur expenditure for which you are not prepared, could you please confirm whether you are willing to pay this charge, if necessary?

ECFA Accredited
Desatando la verdad de Dios, un versículo a la vez
Desde 1969
Regresar al Carrito

Compre como invitado:

No ? Salir

Ingrese para acelerar el proceso de pago.

Desatando la verdad de Dios, un versículo a la vez
Desde 1969
Minimizar