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Abramos nuestras Biblias en esta noche conforme continuamos nuestro estudio de la anatomía de la iglesia a Efesios capítulo 4. En Efesios capítulo 4 hemos estado hablando de la anatomía de la iglesia, su esqueleto, esas cosas que le dan su forma, su rigidez, esos aspectos no negociables, esas realidades básicas. Hemos pasado a una segunda categoría en nuestra explicación de la anatomía de la iglesia y estamos hablando de sistemas internos.

Hablamos del hecho de que la vida de la iglesia está constituida de ciertas actitudes espirituales y motivaciones espirituales, gracias espirituales, que vienen del interior. No son externas, son internas. Son actitudes producidas por la palabra de Dios mediante el espíritu de Dios en el corazón del pueblo de Dios.

Hemos hablado de fe y obediencia. Tan esencial. Hablamos de humildad. Hemos hablado de amor. Y me imagino que, en ciertas maneras, cuando usted ha hablado de esas cuatro, usted realmente ha cubierto los asuntos primordiales, los órganos internos primordiales de la iglesia. Pueden ser resumidos en esas cuatro virtudes tan increíbles y maravillosas y todo lo demás, en cierta manera, parte de eso.

Permítame llevarlo en esta noche a la quinta en mi lista y si tenemos tiempo, iremos más allá de eso. Unidad. Unidad. Ahora, sé que la unidad en sí misma no es una virtud, pero estoy hablando de la búsqueda de ella, devoción a ella. La unidad en sí misma no es una actitud. En sí misma no es una motivación, pero la búsqueda de la unidad lo es. El deseo por protegerla lo es y a eso nos estamos refiriendo. Si hay algo que destruye a una familia es la discordia interna. Es devastadora. Y muchas cosas pueden producirla: soberbia, egoísmo, pecado, enojo, amargura y más y más. Sigue la lista.

Hay todo tipo de pecados que destruyen la unidad en una familia o en un matrimonio o en una relación de negocios o en una amistad o en cualquier ambiente. Y claro, en la iglesia esto también es de preocupación seria y debe ser una preocupación para todos nosotros, pero ciertamente para el liderazgo. Nada es más aterrador para mí. Supongo que en la vida de la iglesia, que la división, la fractura, la discordia, la falta de armonía causada por la soberbia, el estar centrado en uno mismo, el egoísmo, el enojo, la amargura, algunas veces causada por un espíritu competitivo, causado por atracciones a ciertas personalidades que se vuelven divisivas, porque uno se identifica con una persona y otro con otro.

Y es aquello mismo que Pablo tocó en Corito que ha sido repetido varias veces. La división en una iglesia puede ser causada por juegos de poder. Puede ser causada por venganza. Puede ser causada por envidia. Y sigue y sigue y sigue. En los años que he estado en Grace, Dios creo de manera excepcional ha protegido esta iglesia de la discordia y la división y a lo largo de los años, nuestra iglesia se ha mantenido junta porque tantas personas como se nos manda en la escritura, Efesios 4:3, han hecho esto, “Han sido solícitos en guardar la unidad del espíritu en el vínculo de la paz”.

Siempre hemos tenido un compromiso con esto, un compromiso con ser un pacificador, encontrar el camino de la paz, encontrar el camino de la reconciliación, encontrar el camino del perdón, ser prontos a cubrir una multitud de pecados, encontrar el camino del amor que busca la unidad. Me parece que siempre hemos estado dispuestos a hacer eso y alabo al Señor por ello. Hemos tenido nuestros momentos. Puedo pensar y regresar al pasado en tres interrupciones más bien significativas de la unidad de esta iglesia. La primera, cuando había estado aquí, me imagino unos diez años, algo así, no me puedo acordar las fechas, no es eso bueno, un ataque terrible en contra de la unidad de esta iglesia concentrando su atención en atacarme a mí y atacar la virtud del liderazgo en la iglesia, un ataque así, que vino de individuos que eran parte del personal, parte de los pastores y en particular aquellos en quienes había invertido mi vida.

Nunca olvidaré cuando llegué a una junta de hombres en donde mis propios asociados personales del ministerio a quien había discipulado por varios años y dijeron: “Queremos decirte cuánto significa tu amor” y ellos dijeron: “Si piensas que somos tus amigos, viene otra cosa en contra de ti”. Y después expresaron su rebeldía y después de que eso se acabara, tres de esos jóvenes estaban fuera del ministerio de manera permanente de por vida y muchos corazones fueron quebrantados y esas cosas rompen el corazón y son dolorosas y son agonizantes para el que busca la unidad de la iglesia.

Puedo pensar en un tiempo quizás hace diez años atrás cuando eso se repitió. En una ocasión más bien severa, cuando entre 200 a 300 personas se fueron de esta iglesia y realmente no podían decir por qué, pero se habían sembrado de manera eficiente semillas de discordia, falta de confianza, confusión y caos en sus corazones, al punto en el que su confusión causó que ellos corrieran y no corrieran en todos los casos en silencio sino con una especie de acusaciones genéricas, generales.

La última cuenta de esas más de 200 personas pensamos que unas 150 de ustedes han regresado por lo que le agradecemos al Señor. De esos cuatro hombres que, en cierta manera, encabezaron esa rebeldía al principio del ministerio aquí, cada uno de manera individual, ha regresado con lagrimas y ha buscado el perdón y nos hemos abrazado y le doy gracias al Señor por ello, pero no hay nada más doloroso que eso.

Nuestra iglesia en este momento está disfrutando de una medida de unidad tremenda. Nuestra iglesia está floreciendo en la expresión de amor mutuo y unidad. Estamos lavándonos los pies los unos de los otros. Hay una humildad real en las vidas de muchas personas, pero es tan frágil y siempre estoy esperando a la vuelta de la esquina, entendiendo que lo que Dios une, satanás quiere dividirlo. Y no es fácil mantener la unidad del espíritu en el vínculo de la paz. Se dará cuenta usted en el versículo 3 que uno debe estar solicito en hacer eso. Usted tiene que entender que la meta es mantener la unidad.

La meta no es estar del lado del que puede estar en lo correcto o del que pudo haber sido objeto de ofensa. La meta no es vengarse y hacer que alguien pague porque alguien lo trató de manera imaginaria mal o incluso real. La meta no es asegurarse de que todo mundo entiende y que usted está cansado. La meta es la unidad, unidad, unidad, unidad. Y eso significa que usted debe reconocer que el camino a la unidad es el camino de la paz.

Usted hace todo por buscar la paz, estableciendo un cimiento para este mandato. El apóstol Pablo escribe en el versículo 4 de Efesios 4: “Hay un cuerpo y un espíritu, como fuisteis también llamados en una misma esperanza de vuestra vocación”. Un Señor, una fe, un bautismo, un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos y por todos y en todos, y ahí hay un pasaje que celebra la unidad.

El versículo 4 es el versículo del espíritu. Es el espíritu quien nos coloca en el Cuerpo de Cristo. Es el mismo espíritu que viene a vivir en nosotros. Es el espíritu quien garantiza nuestra herencia futura. Él es el arrabón quien asegura la esperanza de nuestro llamado. Y hay un Señor o un Cristo, un Salvador, un redentor, una fe. Esto es un conjunto de hechos objetivos acerca de Él y su obra que son verdades salvadoras cuando son aplicadas al corazón fiel. Hay un bautismo y creo que esa es la expresión, la expresión pública de confesión de fe en bautismo, que está asociada con la salvación.

Y entonces, el versículo 5 es el versículo del Señor y después el versículo 6 es el versículo de Dios Padre, un Dios y Padre de todos, el cuál es sobre todos y por todos y en todos, y la implicación es que, si hay un espíritu operando en todo creyente, si hay un Señor a quien todos hemos venido, si hay un Dios y Padre sobre todos nosotros, entonces, si algo es verdad en la iglesia es que debe mantener su unidad. Somo un cuerpo. Un cuerpo.

No a expensas de la verdad y no a expensas de la iniquidad. No nos unimos en torno a la confusión, nos unimos en torno a la verdad. Es una unidad edificada sobre la verdad. Es la unidad de la fe, la unidad de la fe, como también la unidad del espíritu. Es esa unidad que nos pertenece porque poseemos la misma vida de Dios al mismo Cristo viviente, al mismo espíritu de Cristo. Como Pablo lo identifica en Romanos 8. Es la unidad de un entendimiento en común de la escritura y de la palabra de Dios.

Hay una motivación hoy día entre los evangélicos y que término tan blando se ha vuelto ese. Pero hay una motivación entre los evangélicos para un ecumenismo que ignora la doctrina sana, que pasa por alto el error y acepta incluso lo que consideraríamos como herejía. Hay una especie de ecumenismo evangélico que dice: “Todos somos uno y necesitamos disfrutarnos el uno al otro sin considerar ninguna de nuestras diferencias doctrinales”.

Esa es una unidad falsa y no bíblica y desagradable, si de hecho es unidad en absoluto. En el sentido de que deshonra y desagrada al señor. Hay otro tipo de búsqueda por la unidad que quiere pasar por alto la iniquidad y abrazar a todo mundo sin importar si están caminando en obediencia a la Palabra de Dios o no, pasando por alto su pecado y su iniquidad, pero es lo opuesto.

La escritura dice que, si hay alguien en medio de ustedes, según Tito capítulo 3, enseñando error, si hay un hereje ahí amonéstalo una vez, amonéstalo dos veces y después sácalo. Él ha perdido un derecho a reclamar la aceptación dentro de esa unidad. Y si hay un hermano o hermana en iniquidad, tú vas a él o ella y pasas por un proceso llamándolos al arrepentimiento y si no se arrepienten, los sacas.

El apóstol Pablo le recuerda a los Tesalonicenses cómo es eso. Él dice esto en 2a de Tesalonicenses 3:6 “Os mandamos hermanos, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que os apartéis—se mantengan distantes de todo hermano que lleva una vida desordenada, no según la tradición que recibisteis de nosotros”. Esa tradición no es alguna tradición rabínica, sino que esa tradición es establecida por la revelación de Dios.

Si tiene usted alguien en su iglesia que está enseñando error, no puede tener unidad con ese individuo. Si usted tiene alguien que está llevando una vida desordenada o pecaminosa, usted no puede tener comunión con ese individuo. Entonces, de lo que estamos hablando aquí es de la búsqueda de la unidad verdadera del espíritu que pertenece a aquellos que rodean la verdad y la afirman y que viven vidas piadosas y alguien podrá decir: “Bueno, espera un minuto”. Me acuerdo de la oración de nuestro Señor, en la oración de nuestro Señor en Juan 17, ahí Jesús oró por unidad.

Permítame hablar de eso, porque ese es uno de los pasajes más abusados en nuestra esfera evangélica contemporánea. Pase a Juan 17. Ahora, como usted sabe, para ahora en esta serie, no me he estado preocupando por un bosquejo. Únicamente he estado compartiendo mi corazón con usted, a partir de varios pasajes y el bosquejo es tan grande que hay un sermón por punto. Entonces, no hay subpuntos, pero quiero hablarle de esas cosas que son parte del tema. En Juan 17 se nos recuerda la preocupación de nuestro Señor por la unidad en esta afirmación del versículo 21 y el Señor está orando. Esta es su gran oración sumo sacerdotal. Si quiere llegar a esa identificación, de regreso en el versículo uno dice estas cosas: “Hablo Jesús y levantando sus ojos al cielo, dijo ‘Padre’” y el resto de ese capítulo hasta el versículo 26 registra su oración al Padre. Y en el versículo 21, Él está pidiendo que todos los que son de Él, todos puedan ser uno. Así como Tú, Padre estás en mí y yo en ti para que ellos también estén en nosotros.

Ahora, quiero detenerme en ese punto y simplemente explicarle que Jesús no quiere que todo mundo que se vuelve cristiano se lleve bien con el resto de la gente. Este no es un deseo que Jesús tuvo y quería que sucediera y le pidió al Padre que si podía hacerlo solo para descubrir que su oración no fue respondida. Jesús no presenta oraciones que no son respondidas, debido a que Él tienen la mente de Dios. Entonces, si Jesús oró por unidad, usted puede saber esto con certeza, sucedió. Es una realidad, no un deseo. Y está hablando de un tipo de unidad que usted debe entender. Él está hablando de algo que tiene que ver con la vida misma de Dios porque Él dice aquí, para que todos sean uno… ¿Cómo? Así como Tú Padre estás en mí y yo en ti.

Estamos hablando de una unidad de vida eterna en común. Algo que de alguna manera se aproxima a la unidad esencial real entre el Padre y el Hijo. Él está orando por una unidad que no tiene que ver con cómo nos llevamos en la superficie sino cómo estamos constituidos internamente. Él está hablando de compartir vida en común, la vida de Dios en el alma del hombre. En versículo 23 Él lo vuelve a decir, yo en ellos y Tú en mí para que sean perfeccionados en unidad.

No es cuestión de que todos nos estamos llevando bien en la superficie, todos somos mejores amigos y estamos tomados de las manos y estamos moviéndonos de lado a lado y cantando la misma canción. No es eso. Estamos hablando aquí de algo que es sobre natural. Esta oración que Jesús oró fue una oración por todo aquellos que vinieron a Él para que se les diera la misma vida eterna para poseer la misma vida de Dios en sus almas, para volverse participantes de la naturaleza divina, para que el espíritu de Dios, su presencia misma viviera en ellos. Él estaba orando a aquello que es afirmado como realidad en 1a de Corintios en donde Pablo dice: “El que se une al Señor, un espíritu es con él”.

Pablo dijo esencialmente lo mismo cuando dijo: “Con Cristo estoy juntamente crucificado, mas ya no vivo yo” sino Cristo vive en ¿qué?, en mí. Cuando usted se volvió cristiano, Dios, el Dios eterno estableció su residencia en su vida y eso es verdad de todo creyente. Cuando usted vino a Cristo, usted se volvió uno con Él y todo creyente es uno con Él y debido a que todos compartimos su vida en común, compartimos la misma vida el uno con el otro. Esta realidad es establecida para nosotros en términos explícitos. Si usted pasa a 1a de Corintios capítulo 12. Primera de Corintios capítulo 12. Jesús no está orando en Juan 17, para que los cristianos se lleven. Esa es una preocupación, pero esa no es la preocupación de esa porción de la escritura. Él está orando por algo que se volvió una realidad en Pentecostés y desde ese entonces, el mismo espíritu de Dios vino sobre los creyentes y continúa haciéndolo.

Primera de Corintios capítulo 12 versículo 11: “Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo espíritu repartiendo a cada uno en particular como Él quiere” porque así como el cuerpo es uno, el cuerpo de Cristo, un cuerpo y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo siendo muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo, porque por un solo espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres y a todos se nos dio a beber de un mismo espíritu.

Además, el cuerpo no es un solo miembro sino muchos. La oración de Jesús es respondida en que todos somos uno y esa unidad espiritualmente orgánica, esa unidad real, esa fe igual de preciosa como Pedro la llama, que nos une a todos en una unidad real y una unidad espiritualmente orgánica, es la base de nuestra comunión practica en común. Pero encontramos en esta unidad que nos ha sido dada, en el punto de la salvación, al ser colocados en el Cuerpo de Cristo con todos los demás creyentes, al tener la morada del mismo Espíritu Santo, esa base se vuelve el cimiento sobre el cual obedecemos el mandato de Efesios 4 manteniendo la unidad del espíritu.

Y hasta ahí no es algo que usted tiene que producir. No es algo que usted tiene que buscar. No es algo que usted tiene que perseguir. Es algo a lo que usted se tiene que aferrar. Es algo que usted tiene que preservar y usted lo hace siempre al reconocer lo que nos mantiene unidos en la expresión practica de nuestras vidas, lo que nos une es la búsqueda de la paz.

Ahora, yo creo que eso se implica en Juan 17 en las afirmaciones que son presentadas aquí. “Entonces el mundo sabrá que me habéis enviado.” El mundo necesita ver la manifestación de la unidad real, pero no es una unidad que no tiene consideración hacia la verdad. Es una unidad edificada en torno a la verdad. No es una unidad sin considerar el pecado. Es una unidad edificada en torno a la santidad.

Hay un par de pasajes que en cierta manera hablan del aspecto práctico de esto. Acompáñeme a 1a de Corintios capítulo 1, capítulo 1, y simplemente algunas maneras prácticas en las que esto es expresado, 1a de Corintios 1:10. Esto no podría ser más claro, por cierto. “Os ruego pues hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo que habléis todos una misma cosa”. ¿Sabe usted que es un mandato hacer eso? Es correcto que todos hablen una misma cosa. Literalmente en el griego, que todos hablen la misma cosa, que no tengan desacuerdos, que no haya fracturas, separaciones, divisiones entre vosotros, sino que estéis perfectamente unidos. Literalmente significa entero, no roto. En una misma mente y en un mismo parecer.

Ahora, ese versículo está tan cargado. En primer lugar, hay un enfoque negativo; que no haya divisiones. Y después el positivo; que todos estén de acuerdo, que tengan la misma mente y el mismo juicio. ¿Sabe usted lo que eso significa? Significa que usted debe pensar de la misma manera. Significa que usted está tan unificado en cómo piensa, usted está tan preparado bíblicamente, usted es tan sensible al Espíritu de Dios conforme Él se revela a Sí mismo mediante las páginas de la Santa Escritura, usted ha sido tan bien instruido en la doctrina sana, usted está tan comprometido con eso y usted está viviendo vidas piadosas y santas de tal manera que literalmente piensa de la misma manera y emite el mismo juicio en los asuntos que lo confrontan a usted, sin divisiones.

Algunas personas piensan que dividir a la iglesia es una virtud. No lo es. No lo es. Y algunas personas podrían pensar: “Bueno, tengo razón”. Ese no es el punto. El punto es la unidad del espíritu en el vinculo de la paz que usted haya encontrado el camino de la paz y mantenga la unidad. Todos deben estar de acuerdo. No debe haber divisiones. Deben ser hechos completos pensando lo mismo y emitiendo los mismos juicios.

Ahora, permítanme decirles algo, el único ambiente en el que eso puede llegar a suceder es un ambiente en donde todo mundo entiende la palabra de Dios. Es el único lugar en el que puede pasar, en donde usted no enseña la escritura con precisión y cuidado, no hay manera alguna en la que la gente va a pensar lo mismo. No hay manera en la que van a emitir el mismo juicio acerca de diferentes asuntos y realmente creo con todo mi corazón que una de las grande bendiciones y beneficios de una iglesia que tiene doctrina clara y enseñanza clara y usa la Palabra de Dios con exactitud o precisión, es que recibe un legado de unidad, porque la gente piensa las mismas cosas. Emiten los mismos juicios. ¿Están de acuerdo?

Podría haber una especie de lucha aquí y allá en términos de la sabiduría necesaria para aplicar la verdad, pero ciertamente, usted debe comenzar con la verdad. Cualquier tipo de unidad en donde usted tiene desacuerdos violentos y simplemente cierra su boca, no es unidad verdadera. Me imagino que, en ciertas maneras, sería mejor que comenzara una guerra a menos de que tenga que amonestar un hereje o confrontar un pecador. Observe el capítulo 3 de 1a de Corintios. Pablo dice: “De manera que yo, hermanos no pudo hablaros como espirituales sino como a carnales, como a niños en Cristo”.  Tengo que hablarles como a personas inmaduras, carnales. No puedo hablarles como personas espirituales. “Os di a beber leche y no vianda.”

¿Qué significa eso? No hay doctrinas de leche en la biblia y doctrinas de carne. Oí a alguien decir eso en una ocasión. Hay doctrinas de leche y doctrinas de carne. No. No, no las hay. Hay doctrinas. Hay verdades y hay un entendimiento de leche y un entendimiento de carne. Puedo hablarle a usted del hecho de que Jesucristo murió en su lugar en la cruz. Y para algunos de ustedes, entienden eso únicamente en el sentido de leche. Usted es nuevo. Es un bebé y sólo entiende eso en el sentido más simple.

Para otros de ustedes, cuando hablo de la doctrina la expiación sustitutiva entran en las profundidades y quizás no regresan a la superficie durante semanas, porque hay profundidades tan grandes en la doctrina de la expiación sustitutiva. Pablo dice: “No les puedo hablar a ustedes de las profundidades. Tengo que hablarles como bebés. Tengo que darles la leche y no el alimento sólido, porque no lo pueden recibir”.

De hecho, aquí está la prueba. No pueden porque todavía son carnales y ¿cuál es la manifestación de eso? Hay celos y hay contiendas o peleas entre ustedes. ¿No son carnales? ¿No están caminando como meros hombres? Permítame decirle una de las cosas que contribuye de manera más directa a la discordia en la Iglesia, es personas con un entendimiento superficial de la escritura. Esa es la razón por la que lo vuelvo a decir. El legado del alimento sólido, de un entendimiento de algo de la profundidad de la palabra de Dios, es la unidad de la fe.

Y cuando—y todo mundo entendiendo lo mismo, creyendo lo mismo, teniendo la misma manera de pensar, emitiendo los mismos juicios, no hay lugar para el desacuerdo sustancial a nivel fundamental, más bien lo opuesto, adoptar una mentalidad reduccionista y decir, “Queremos sacar la doctrina para que podamos llevarnos bien para estar unidos”. Es la antítesis de esto. Eso es meter la herejía abajo de la alfombra y pensar que no va a ser considerada y meter el pecado debajo de la alfombra como si no tuviera efecto negativo y lo que motivara a todos fuera tan sólo aceptar a todo mundo, sin importar lo que creen o cómo se condujeran. Nada podría deshonrar más al Señor. Nada podría deshonrar más a nuestro Señor.

Cuando hay celos y contiendas, son carnales y ustedes están caminando simplemente como meros hombres. Y aquí Él usa la ilustración de esta identificación con personalidades. Algunos diciendo: “Yo soy de Pablo”. Otros de Apolos. Digo, si usted simplemente se identifica con alguna personalidad. Yo soy de John MacArthur. Y yo soy de Jerry Wragg o quien sea. Digo eso porque Jerry y yo no tenemos desacuerdos. Entonces, pueden ser de él y entonces serán de mí. ¿Se dan cuenta? Estamos tan bendecidos aquí por tener una unidad tan maravillosa en nuestro equipo y es porque todos entendemos la palabra de Dios juntos.

Pero en donde usted tiene este tipo de discordia, el Señor es deshonrado. La iglesia es afectada severamente y la bendición es perdida, y viene de la superficialidad y viene del pecado. Si este gran esfuerzo por crear algún tipo de ecumenismo evangélico fuera dirigido de manera apropiada, si la gente que está tratando de dirigir esto supiera lo que está haciendo, entendería que el camino a tener una mente y un juicio y estar en acuerdo y tener unidad real es el camino de la doctrina sana.

Así es como usted llega ahí, y ahí es en donde todo comienza y el camino de la santidad. Si yo descubro que usted erra, según la Escritura debo confrontar el error y si usted no se arrepiente de ese error, no puedo dejarlo ser parte de la comunión. ¿Por qué? Porque su error va a comer como gangrena y como resultado de eso, algunas personas podrían terminar en un naufragio o si lo lleváramos al idioma coloquial, terminarían en un choque de avión de la fe. No puedo exponer a mi congregación a eso y si no confronto su pecado, un poco de levadura leuda toda la masa y eso no produce unidad, la destruye.

Observe Filipenses capítulo 1. Filipenses 1:27, sólo en caso de que un versículo no sea suficiente le voy a dar dos que dicen lo mismo. Pablo escribiéndole a los filipenses dice: “Solamente que os comportéis como es digno del Evangelio de Cristo para que os sea que vaya a veros o que esté ausente” Digo, sea que estén bajo mi escrutinio directo, o no. “Quiero ir de vosotros que estáis firmes en un mismo espíritu, combatiendo unánimes por la fe del” ¿qué? “del Evangelio, la fe del Evangelio.”

¿Qué es eso? Doctrina cristiana, la fe objetiva. No fe subjetiva, objetiva la fe, el contenido del Evangelio revelado. Ustedes están combatiendo unánimes por la fe, por la verdad. Quiero verlos estar firmes en un espíritu. Esa es un alma, una actitud, una mente. De nuevo, pensando las mismas cosas, creyendo las mismas cosas, combatiendo unánimes por la fe. Como Judas le llama, la fe que ha sido una vez dada a los santos; el contenido de la verdad bíblica. Y lo vuelvo a decir, veo este movimiento hacia la unidad y está convencido de manera apasionada de que, si va a lograrse alguna unidad entre los evangélicos, tenemos que asegurarnos de que la doctrina no estorbe.

Esto es absolutamente lo opuesto del camino apropiado; combatiendo unánimes por la fe. ¿Entendemos la fe? ¿Realmente la entendemos? ¿Entendemos sus grandes realidades? Cuando las entendemos, cuando la iglesia lo entiende, estará la expresión de ese compromiso uniforme con la verdad. En la vida de esa iglesia, en demostración visible de unidad espiritual. Eso tiene muchas implicaciones, muchas. La unidad en su expresión visible, tiene todo tipo de implicaciones.

Observe un pasaje más. No sé cuántas de esas implicaciones— Oh, mire. El tiempo se fue. Bueno, tuvimos algunos predicadores en el bautismo de esta noche, verdad, hombre. Entonces, eso es lo que ha estado pasando mientras no he estado aquí, ¿verdad? Romanos 15. Está bien. Van a estar de regreso la semana próxima y yo también. Romanos 15, y vea de nuevo este mismo énfasis. Versículo 5: “Pero el Dios de la paciencia y de la consolación os dé entre vosotros un mismo sentir según Cristo Jesús”. Como puede ver, la medida establecida es Cristo Jesús. La fe, el Evangelio, Cristo Jesús, la verdad, y ahí está de nuevo, un mismo sentir.

Quiero decirle que la manifestación de nuestra unidad orgánica espiritual, la manifestación de nuestra unidad espiritual real, la manifestación de la vida de Dios en nuestras almas, la manera en que eso se expresa en nosotros, comienza con la mente. Primera de Corintios 1:10, la palabra sentir o mente fue usada. Filipenses 1:27, la palabra sentir o mente fue usada a unas veces traducida a alma.

Aquí de nuevo, Romanos 15:5, la palabra mente o sentir es usada. El cristianismo es una fe cognitiva. No estamos tratando de inducir algún tipo de histeria emocional o algún tipo de sentimentalismo emocional que hace que la gente en cierta manera se derrita en unidad bajo la hipnosis masiva. Lo que estamos tratando de hacer es expresar una unidad en torno a un entendimiento común de verdad revelada de tal manera que tengamos la misma mente.

Y usted sólo puede hacer eso cuando entiende la verdad de la misma manera. ¿Sabe una cosa? Yo podría pasar mi vida entera tratando de hacer que un grupo entero de personas de este tamaño o mucho más pequeño que este estuvieran todos unidos y nunca lo lograría si no tuviera un estándar en común, como la ilustración de Touser de 4 mil pianos, él dijo que si usted tuviera 4 mil pianos y tratara de hacer que estuvieran en el mismo tono el uno entre el otro, no podría hacerlo. Si tuviera un estándar en común podría sintonizarlos a todos a ese estándar. Y ese estándar en común a luz del cual todas nuestras vidas están sintonizadas es la verdad, la fe del evangelio y cuando todos ustedes están sintonizados con eso, todos están sintonizados el uno con el otro.

Podríamos discutir cómo eso se encarna, como dije en la aplicación de la sabiduría, pero la realidad en común es nuestra. Usted no va a alcanzar la unidad bíblica fuera de la doctrina sana y fuera de la piedad, la santidad y el enfrentar el pecado. Entonces, cuando ustedes del mismo parecer, versículo 6, “Para que unánimes a una voz glorifiquéis al Dios y Padre de nuestro señor Jesucristo”.

Amados, creo que lo que estoy tratando de decirles en esta noche y tengo que dejar gran parte de lo que quería decir, creo que lo que realmente quiero decir es que sea lo que usted haga en esta iglesia, busque la unidad y sepa esto, sepa esto, que si usted está en discordia aquí y si usted está en contra de esta iglesia, y si usted se siente de cierta manera como un adversario de esta iglesia, una de dos cosas han intervenido: ignorancia de la verdad por parte de alguien o pecado.

Porque si todos entendemos la misma verdad, entonces realmente no hay diferencia sustancial. Si esa verdad ha sido violada por el pecado, debe ser confrontada y enfrentada, pero podría ser que la razón por la que usted está en contra es porque no entiende la verdad.

Siempre me sorprende ver a personas que se oponen a los pastores y ancianos de la iglesia y en tantas ocasiones es porque no entienden la doctrina sana sobre la cual actúan.

No entienden la profundidad de convicción que está bajo la superficie. Necesitan instrucción y eso necesita ser hecho con gracia y en amor y de manera tierna. Necesitan ser instruidos para que puedan llegar al conocimiento de la verdad. Y algunas veces, es debido a malas representaciones pecaminosas, mentiras pecaminosas, envidia, celos, quién sabe qué, pero buscar la preservación de la unidad lo va a colocar a usted en el camino de la paz y usted será el que busca la paz. Y eso significa que usted buscará conocer los asuntos doctrinales que están en juego y los asuntos de pecado sean en la vida de alguien más o en la suya.

Quiero concluir. Nuestro tiempo se acabó. Colosenses 3. ¿Cómo se ve ese camino a la paz? ¿Cómo es que usted busca eso? ¿Cómo se mantiene usted en ese camino para ser un pacificador? Versículo 12: “Vestidos pues como escogidos de Dios, santos y amados”. Aquí está cómo mantenerse en el camino de la paz. Entrañable misericordia de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia, soportándoos unos a otros y perdonándoos unos a otros. Si alguno tuviere queja contra otro, de la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros y sobre todas estas cosas, vestíos de amor.

Ahí ya estamos de regreso a donde comenzamos. El amor es el vínculo perfecto de unidad, el camino a la paz es un camino de compasión, compasión real de ternura real y sensibilidad de corazón hacia el resto de la gente. Es un camino de bondad, de tal manera que nada que no sea amable tiene lugar. Es un camino de humildad, de tal manera que usted nunca es lo que importa. Es un camino de gentileza, paciencia, en el cual usted soporta a otros, en el cual usted perdona a otros, incluso aquellos que específicamente tienen una queja contra alguien y su modelo es el Señor que lo perdonó a usted y quiero decirles que esto es algo por lo que oro frecuentemente. Señor, preserva la paz de esta iglesia: la unidad del espíritu en el vínculo de la paz.

Oigo toda semana, toda semana de algún esfuerzo por traer discordia. Si usted trae discordia, usted no gana. Usted pierde y también la iglesia y el Señor es deshonrado. Haga todo lo que pueda con toda la diligencia de su corazón por preservar la unidad del espíritu en el vínculo de la paz. Haga todo lo que sea posible dentro de su capacidad, dentro de su fuerza por mantener la unidad, por buscar la paz, por mostrar compasión y bondad y humildad y gentileza y paciencia y soportar a la gente y perdonar a la gente y vestirse de amor, un servicio abnegado sacrificial. Y esa unidad espiritual se volverá visible y Dios será glorificado.

Bueno, inclinémonos en oración. Padre, una verdad tan práctica tan directa. Te damos tantas gracias por la sabiduría que tú ordenaste que se encuentra en tu naturaleza misma y revelada en tu palabra. Algunas veces, Señor, aquellos de nosotros que tenemos doctrina fuerte y somos acusados de ser divisivos, aquellos de nosotros que tenemos convicciones acerca de la Escritura somos acusados por ser no amorosos y por traer división, pero Señor, ese no es nuestro deseo en absoluto. Queremos preservar esa unidad espiritual verdadera edificada sobre la verdad y la virtud, edificada sobre un entendimiento correcto de la doctrina sana y la vida piadosa: esa unidad verdadera.

Señor, no nos conformaremos con un sustituto falso que no considera tu verdad ni tu estándar Santo. Señor, llama a tu iglesia de regreso a eso y que sepa que esa es la expresión más pura de la unidad espiritual que existe mediante el espíritu. Y Señor, oramos por esta iglesia, que Tú nos mantengas juntos, amándonos unos a otros, buscando el camino de la paz para que tú no seas deshonrado y oramos porque las congregaciones en todo lugar estén unidas entorno a la verdad y a la virtud, en torno a la escritura y la santidad, para que Tú seas desplegado.

Con ese fin en mente oramos por causa de Cristo y su gloria. Amén.

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