Grace to You Resources
Grace to You - Resource

Bueno, esta mañana quiero regresar a nuestro estudio de la anatomía de la iglesia y quiero hablar de otra actitud. Muchas personas me estaban pidiendo que siguiera predicando del perdón. Algunas personas me dijeron que el mensaje de la semana pasada del perdón fue tan potente que pensaron que conocía la historia de su vida y sabía lo que estaba pasando en su vida. De hecho, varias personas me dijeron, no solo una, sino varias, dijeron: “Sabes, eso para mí, comenzó a descubrir cosas en mi vida que necesitaba enfrentar, y no sé si todas están afuera, entonces ¿podrías seguir predicando y seguir exhibiéndome hasta que enfrente todo?”. Esa fue una respuesta maravillosa, maravillosa. 

Usted sabe que la gente ama la verdad y ama al Señor cuando aman la reprensión y la corrección que la Escritura trae sobre su vida. Es muy alentador. Pero el Señor nos bendecirá, creo yo, conforme avanzamos a partir de ese asunto del perdón. Obviamente, lo vamos a volver a tocar. Pero quiero pasar a la siguiente actitud en este asunto de los sistemas internos que necesitan existir en la iglesia. Hemos hablado de cómo la vida de la iglesia fluye a través de ciertas actitudes, actitudes espirituales, como fe, y obediencia, y amor, y humildad, y unidad y, claro, perdón. Y quiero hablar de otra de esas, de hecho, dos de ellas hoy — ambas salen del mismo pasaje de la Escritura.

Entonces, vaya a 1ª de Tesalonicenses, capítulo 5. Podrían haber varios lugares en la Escritura que podríamos ver para estudiar esta próxima actitud espiritual que debe caracterizar a la iglesia. Podrían haber muchas escrituras. De hecho, de manera más notable el libro de Filipenses sería un lugar a donde acudir, porque resuena este tono una y otra vez. Pero quiero que vayamos a 1ª de Tesalonicenses, porque es tan conciso, y tan inescapable y tan directo. En 1ª de Tesalonicenses, capítulo 5 y versículo 16, leemos este versículo tan corto. “Estad siempre gozosos”. Eso es todo. De hecho, en el idioma original, el adverbio viene primero, y entonces se lee así: “Siempre” — y el mandato está en el tiempo presente, entonces la última parte sería – “siempre continúen regocijándose — siempre estén regocijándose”.

Ahora, ese es el mandato del versículo 16, y la actitud de la que quiero hablar es el gozo — gozo. Hay suficientes razones en el mundo en el que vivimos para estar tristes, afligidos, molestos, preocupados, ansiosos, estresados, llenos de temor, duda, pero no para el cristiano. Se nos manda a estar siempre gozosos. Y ese no es un mandato aislado; diecisiete veces en la carta de Pablo a los Filipenses habla de gozo. 

Simplemente unas cuantas de esas vienen a la mente: Filipenses, capítulo 2: “Aún si estoy siendo derramado como libación por el sacrificio y servicio de vuestra fe, me gozo y comparto mi gozo con todos vosotros. Y vosotros también, regocijaos de la misma manera y compartan su gozo conmigo”. No importa lo que está pasando, aún si soy un prisionero, y aún si puedo perder mi vida y termine como un sacrificio para llevarles el evangelio, me regocijo. Y comparto mi gozo con ustedes, espero que se regocijen y compartan su gozo conmigo.

En el capítulo 3, del versículo 1, de Filipenses, “Finalmente, hermanos míos, regocijaos en el Señor”. En el capítulo 4, versículo 4, “Regocijaos en el Señor siempre, y otra vez digo, regocijaos”. Se nos manda a regocijarnos. Se nos manda a tener gozo. Voy a hacer una afirmación ahora que puede parecer un poco difícil, si no imposible, de creer, pero realmente creo lo que digo, y le voy a tratar de mostrarle por qué. Aquí está la afirmación: No hay acontecimiento y no hay circunstancias en la vida que deban disminuir el gozo del cristiano. Permítame decir eso otra vez. No hay acontecimiento y no hay circunstancias en la vida que deban disminuir el gozo del cristiano.

De hecho, permítame ir más allá de eso. Si hay circunstancias o acontecimientos que disminuyen el gozo que usted tiene, usted ha pecado, usted ha pecado. ¿Se oye ridículo eso dadas las aflicciones de la vida? ¿Se oye eso como algo imposible de creer? Pero la Biblia manda: “Regocijaos”, con qué frecuencia, “siempre”. En caso de que no lo entendió, “otra vez os digo regocijaos”. Ahora, veamos este mandato aquí, veamos por qué lo que acabo de decir es verdad, y por qué no hay acontecimiento ni circunstancia que ocurra en la vida de un cristiano que deba disminuir el gozo de ese cristiano. Veamos el mandato en primer lugar. “Estad siempre gozosos”, y como dije, no está aislado; un mandato así repetido, ciertamente en Filipenses y otros lugares. 

Pienso en 1 Pedro 4:13. Dice: “Sigan regocijándose, incluso al grado en el que comparten los sufrimientos de Cristo”. Pablo dijo: “Aunque estoy sufriendo, me estoy regocijando”. Pedro dice: “Al grado al que compartan los padecimientos de Cristo, a ese grado sigan regocijándose”. En cierta manera es conforme su sufrimiento escala, también su regocijo. La Escritura tiene mucho que decir de esto, mucho que decir de esto. Se acuerda usted en el discurso que nuestro Señor tuvo con los discípulos en el aposento alto en la noche de su traición. Juan 13 muestra a Jesús sentado en la mesa con los discípulos, y después fluyendo al capítulo 17, Él tuvo este diálogo sorprendente en el que Él deja un legado para ellos. 

Llamo a esa sección el legado de Jesús, incluso escribí un libro de esto. Y una de las cosas que Jesús deja a los suyos es el gozo, y ocho veces en esa sección, Él se refiere al gozo o al gozo pleno. Él incluso dice: “Todo lo que les estoy diciendo es para que vuestro gozo sea cumplido”. Me voy, voy a morir, voy a ser crucificado, no voy a estar aquí, no voy a estar con ustedes. Van a tener muchos problemas. En este mundo, van a tener tribulación. Los van a perseguir. Los que están guiando la sinagoga van a venir tras de ustedes; van a quitarles la vida. Si me han perseguido, los van a perseguir a ustedes, todo eso. Pero les estoy diciendo todas estas cosas porque quiero que tengan gozo completo.

Guau. En medio de circunstancias aterradoras, la muerte del Señor, la pérdida de Él quien era su vida, conforme Él los iba a dejar, en medio de la expectativa del sufrimiento terrible y la persecución, e incluso la muerte, en todo eso, Él dijo, “Deben tener gozo completo”. Continuamente esto es enfatizado. Y la adversidad no lo cambia. Regresemos a Mateo, capítulo 5, por un momento. No importa cuán severa sea la dificultad; no cambia el requisito. Versículo 10, de Mateo 5: “Bienaventurados son los que han sido perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados sois cuando los hombres los insulten y los persigan y digan toda clase de mal contra vosotros falsamente por causa de mí. Regocijaos y estad contentos”. 

Hombre, eso no es fácil de hacer cuando usted ha sido insultado, perseguido y todo tipo de cosas malas han sido dichas en contra de usted de manera falsa. Regocíjese y esté contento. Hay un pasaje muy parecido en el evangelio de Lucas. Lucas 6:22 y 23 dice: “Bienaventurados sois cuando los hombres os aborrezcan”, y la palabra “Bienaventurado” significa feliz. “Felices son cuando los hombres los aborrezcan y los traten mal, y los insulten, y hablen de su nombre como malo, porque están asociados con Cristo”. Escuchen esto: “Estad contentos en aquel día y brinquen de gozo”. ¿Brinquen de gozo? ¿Brinquen por gozo? Es como cuando usted llega a casa y después de un día en el trabajo, y usted va silbando un tono y cantando una canción, y una sonrisa de oído a oído.

Y usted está brincando y en cierta manera se siente como que, rebotando, quizás su esposa le dice: “¿Qué te pasó?” “Oh, fui perseguido hoy, fui insultado, atacado y toda clase de mal fue hablado en contra de mí”. Estaba platicando no hace mucho tiempo atrás con un amigo, y él me estaba contando lo terrible que estaba siendo tratado, y cosas tan terribles que estaban diciendo de él, insultos terribles, lo estaban representando mal. Y él estaba cansado y no lo quería, y no era justo. Y estaba escuchando, esforzándome por ser compasivo, hasta un punto. Y finalmente dije, le dije: “¿Podría hacerte una pregunta?”.

Yo le dije: “Fuera del hecho de que no pareces estar demasiado gozoso, ¿alguna vez has pensado acerca de lo que Dios está tratando de hacer en tu vida a través de todo esto?” “Bueno”, dijo él, “bueno, probablemente está tratando de demostrarme que debo tener cuidado a quién le digo ciertas cosas”. “¿Oh? Yo no creo que ese sería el punto. No estoy hablando de eso, ¿qué piensas que está tratando de hacer en ti? ¿Qué piensas que el Señor está tratando de llevar a cabo en ti? ¿Crees que quizás a Él le gustaría hacerte más como Su Hijo?” Hombre, eso es algo que te convence de pecado cuando se lo dices a alguien que se está revolcando en su miseria y se siente justificado. “¿Qué tal estar brincando de gozo? ¿Te parece algo que debes estar haciendo?” “¿Estás bromeando?”.

Pero si usted obedece este mandato, regocíjese, ¿con qué frecuencia? Siempre, aun cuando estás sufriendo, aun cuando está siendo perseguido, lo están atacando y todo tipo de mal está siendo hablado contra usted, aun cuando está siendo maltratado, y mal entendido, y mal representado, y usted debe responder al regocijarse, ¿cómo puede hacer uno eso? Bueno, ciertamente el apóstol Pablo, él era bueno en eso. Tenía que serlo, porque su vida entera era de dolor. Santiago nos instruyó muy bien en esto cuando dijo, en el capítulo 1, versículo 2, “Tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas”. Usted debería estar más feliz por sus pruebas de lo que usted está por los buenos momentos, porque las pruebas refinan mucho más, ¿verdad? Son mucho más productivas espiritualmente, ¿verdad? 

Es más probable que lo despojen a usted de su egoísmo. Es más probable que lo convenzan a usted de que no está en control de todo y rompan su soberbia. Es más probable que lo humillen a usted. Es más probable que lo hagan a usted dependiente. Es más probable que fortalezcan su vida de oración. Es más probable que le den a usted compasión con el dolor de Cristo y el dolor del resto de la gente. Oh, hacen una obra tan buena. Santiago dice: “Tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia, o perseverancia más tenga la paciencia y la perseverancia tiene una obra perfeccionadora”. 

¿Se regocija usted en sus pruebas? ¿Se regocija en su sufrimiento? ¿Se regocija en su dolor, en su dificultad? Bueno, eso es lo que la Biblia lo llama a usted a hacer. “Bueno, espere un minuto, dice en Romanos 12:15, 'Gozaos con los que se gozan, y llorad con los que lloran'. Digo, ¿esa es una contradicción? Digo, ¿hay un momento en el que debemos dejar de regocijarnos?” Bueno, en un sentido exterior. Ayer estuve en esta conferencia en Chicago predicando todo el día y predicando de la gran autoridad y poder de la Escritura. Tuvimos un gran tiempo. Pero habían otros oradores hablando y estaba afuera del auditorio mientras que alguien estaba terminando. Y uno de mis queridos, queridos amigos salió, y se me acercó y simplemente estaba frustrado. Usted podía verlo en todos lados. 

“Oh”, él dijo, “oh”, él dijo, “simplemente no lo puedo creer”. Yo le dije: “Bueno, hablamos. Hablemos”. Entonces él vino y comenzó a llorar. Y, claro, eso, claro, usted sabe, me cautiva cuando un amigo está llorando, y le coloco mi brazo, y por un momento entendí lo que era llorar con el que llora. Eso no afectó mi gozo. Él fue traumatizado por algo que le había pasado que quebrantó su corazón. Y no afectó mi gozo, y realmente tampoco afectó el suyo. Mediante mi empatía, y compasión, le sonreí y simplemente le sugerí que quizás el Señor todavía estaba en el trono, que quizás Él tenía un propósito que cumplir.

Hay algo en la identificación externa con la emoción normal humana; claro que compartimos eso. Hay algo en un abrazo tierno hacia alguien que está en dolor y tristeza. Hay algo en compartir una lágrima. Hay algo en entender de manera empática la tristeza de alguien y mostrarles compasión. Pero eso no toca el gozo que permanece en lo más profundo. No debería. Creo que el equilibrio es expresado en 2ª de Corintios 6:10. El apóstol Pablo dice: “Como tristes, pero siempre regocijándonos”. Ese es el equilibrio del que él está hablando: como tristes, pero siempre regocijándonos. Seguro, hay un lugar para la empatía humana normal, pero siempre regocijándonos. Bajo esas lágrimas y bajo esa empatía está este gozo interminable, regocijaos en todo momento.

Esto es a tal grado parte de la primera iglesia, por cierto, que su saludo, y me gustaría que pudiéramos comenzar con esto, su saludo era chairete. ¿Sabe usted lo que es eso? Eso es regocíjate, regocíjate. ¿Y sabe usted quién inició eso? Jesús. En la mañana después de Su resurrección, recuerda usted que Él salió de la tumba y Él se reunió con Sus discípulos. Lo primero que Él dijo en su saludo fue a todos: “Salve”. Qué traducción tan loca. “Salve”, como si Jesús fuera de algún otro país. La palabra es chairete, regocijaos; eso es lo que Él dijo, y eso era lo correcto qué decir, ¿no es cierto? 

 

Después de la resurrección, Él viene con estos hombres, todos están gimiendo y llorando porque Él se fue, y Él se aparece y dice: “Regocijaos”, y eso se volvió el saludo. Es mucho mejor que “hola”. ¿No podemos empezar así? Buenos días, regocíjense. Ese es el saludo común que usaban: regocíjate. Y debían hacerlo, porque había una razón constante por qué hacerlo, y era un mandato. Y usted necesita recordar ese mandato mucho. En Hechos 15:23, enviaron una carta, recuerda, el Concilio de Jerusalén envió una carta: “A los apóstoles y los hermanos que son los ancianos, a los hermanos en Antioquía, en Siria y Cilicia, que son de los gentiles”. Salud, o saludos. ¿Saludos? Realmente dijeron “regocijaos — regocijaos — regocijaos”. 

Y ciertamente tenemos toda razón para regocijarnos. Se nos manda. La Escritura dice que nuestro gozo debe ser grande, debe ser abundante, debe ser excesivo, debe ser animado, inefable, lleno de gloria y asombro. Todo eso es lo que la Escritura dice. No es como el gozo que el mundo tiene. El gozo del mundo es algo totalmente diferente. Digo, cuando usted piensa en el gozo del mundo, supongo que, si quisiera en cierta manera definirlo bíblicamente, así es como el gozo del mundo será descrito bíblicamente. En primer lugar, es derivado de placeres terrenales. El gozo del mundo viene de placeres terrenales. Por ejemplo, en Eclesiastés, capítulo 2, versículo 10, capítulo 11, versículo 9, en esos dos lugares, habla del gozo terrenal y dice que la gente se regocija al seguir los impulsos de su corazón. 

En otras palabras, cuando usted tiene un anhelo, una pasión, un deseo o concupiscencia hacia algo y usted la satisface, usted tiene gozo; eso es gozo terrenal, está completamente conectado a la satisfacción de los deseos terrenales. Pero Proverbios 14 dice que esto es engañoso, porque dice que el fin del gozo podría ser tristeza. La gente quiere, quiere, quiere, quiere, y corren hacia ese deseo, llevados por sus impulsos; satisfacen ese deseo, y con mucha frecuencia, no poco después de que han satisfecho esa concupiscencia, se convierte en tristeza. Dura poco, este placer; es solo tan bueno como el tiempo en el que usted está disfrutando el placer que usted puede disfrutar del gozo. El gozo no dura más allá del placer. Esa es la razón por la que Job, en el capítulo 20, versículo 5, dice: "El gozo de los impíos es momentáneo". Está conectado de manera completa a algún placer. Cuando el placer termina, el gozo se acaba y, con frecuencia, termina en tristeza.

De hecho, Eclesiastés 7: 6 dice que el gozo mundano es como madera que se está consumiendo, simplemente se quema. Santiago dice que con frecuencia se ha convertido en lloro; vuestro gozo se convierta en lloro. Y eso significa que tiene la implicación de juicio. Es muy posible que cuando usted ha satisfecho su placer de corto plazo que dura poco, los placeres del pecado por un tiempo, cuando usted lo ha satisfecho y se ha convertido en tristeza, y después usted tiene la vaciedad, el dolor de la vaciedad. Lo que usted tiene que esperar es el juicio de Dios por haber satisfecho ese deseo. Esa es la razón por la que Isaías 16:10 dice: “El gozo de los impíos será quitado”. Eso es juicio. Entonces no estamos hablando de ese tipo de gozo. 

No estamos hablando de algún tipo de satisfacción de un placer. Ni siquiera estamos hablando de algo que en cierta manera es un rasgo de personalidad. Algunas personas de manera natural tienden a ser más expresivas y a estar más contentas que otros, algunas personas tienen una especie natural de abordar la vida de tal manera que pueden ver todo de manera positiva mejor que otras. Algunas personas, las llamamos personas “más sentimentales”, que parecen hundirse bajo todo. Tienden a ser así, como si su constitución psicológica fuera alguna justificación para su fracaso al no obedecer la Palabra de Dios. No estamos hablando de algún tipo de característica natural, algún tipo de capacidad de rebotar por encima de las cosas. 

No estamos hablando de algún tipo de enfoque de pensamiento positivo tipo Norman Vincent Peale, o el enfoque de pensamiento positivo de Robert Schuller, en donde usted trata de recrear su propio mundo de fantasía de cosas positivas en medio de una realidad negativa. No estamos hablando de jugar juegos mentales. No es algo natural de lo que estamos hablando aquí. Estamos hablando de algo que tiene que trascender eso, porque solo es bueno por un tiempo y en alguna circunstancia más bien superficial. Estamos hablando de un gozo sobrenatural aquí. Estamos hablando de algo que les pertenece solo a los cristianos, algo que es profundo. Es en términos de su fuente, identificado en Gálatas 5:22 como el fruto del Espíritu. “El fruto del Espíritu es gozo”. 

De hecho, en Romanos 14:17, dice que el reino de Dios está constituido de “justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo”. Estamos hablando de un gozo espiritual que viene del Espíritu Santo, como paz espiritual, y justicia y amor. Tenemos un amor que no es amor terrenal. Tenemos una justicia que no es justicia personal. Tenemos una paz que no es la paz que el mundo da. Y tenemos un gozo que es diferente. Es un gozo profundo. No es el tipo de gozo que el mundo conoce. Viene de Dios mediante Cristo, es dado por el Espíritu Santo. Y ninguna circunstancia — lo vuelvo a decir — ninguna circunstancia, ningún acontecimiento debe causar la ausencia de gozo. 

Solo hay una cosa, una cosa, que de manera legítima debe robarle el gozo a usted. ¿Qué es? El pecado, y no debería robarlo por mucho tiempo, porque usted inmediatamente debería — qué — confesar ese pecado, y regocijarse en el perdón de Dios. Ahora, permítame darle una definición de este gozo, simplemente para que sepa lo que es. No es un gozo natural, no es este gozo mundano, no es algo que algunas personas tienen porque ven todo en la vida de manera positiva. Esto es: Es la experiencia de bienestar, que sale de la confianza profunda de que Dios está en control perfecto de todo, para mi bien y Su gloria. ¿Muy bien? Es la experiencia de bienestar, y es una experiencia y una experiencia de bienestar. 

Es sentirse bien, positivo, triunfal, victorioso, no debido a la circunstancia, sino debido a la confianza profunda de que Dios está a cargo de todo y que todo se está moviendo para mi bien y Su gloria. Todos nosotros podemos responder a todo en la vida con gozo, si creemos que Dios está afectando Su gloria y nuestro bien a partir de eso. Esa es la razón por la que le dije a mi amigo: “¿Qué crees que el Señor está tratando de hacer a través de esto? ¿Piensa que él está tratando de hacerte más como Cristo? Hombre, deberías estar feliz. Deberías decir: 'Gracias, Señor, por esta prueba, gracias, gracias'”. Todos nosotros deberíamos estar en el hábito de estar expresando constantemente maravilla gozosa cuando usted simplemente piensa en lo que Dios está haciendo en su vida. 

Ahora, ese es el mandato. Estad siempre gozosos. Permítame darle las razones para obedecerlo, ¿muy bien? Y simplemente le voy a dar una pequeña lista aquí, realmente simple, directa. Aquí hay razones por las que usted puede estar agradecido. Número uno: porque el gozo es un acto de respuesta apropiada a la naturaleza de Dios. Respuesta apropiada a la naturaleza de Dios. Y estoy comenzando ahí en donde me quedé. El gozo comienza porque yo sé que mi Dios es soberano, lleno de gracia, amoroso, misericordioso, amable, omnipotente, omnisciente, omnipresente, y Él tiene mi bienestar en Su mente. ¿Muy bien? ¿Correcto? Esa es la confianza profunda: conozco a mi Dios. Y mi Dios dice: “Ellos pueden tratar de hacerlo por maldad, pero yo lo quiero para bien”. Mi Dios dice: “Yo uso todas las cosas para el bien de aquellos que me aman”. 

Guau — guau, conozco a mi Dios y puedo regocijarme en mi Dios. No siempre puedo regocijarme en mis circunstancias, pero puedo regocijarme en el Dios que controla mis circunstancias. Puedo regocijarme en la naturaleza de mi Dios. ¿No le da gusto a usted que su Dios es incambiable? ¿Qué tal si Dios cambiara la manera en la que Él opera de vez en cuando? Oh, qué cosa tan aterradora sería eso. ¿Qué tal si Su gracia fuera caprichosa y solo fuera extendida en ciertas ocasiones, cuando Él tuviera ganas de extenderla? ¿Qué tal si Su justicia fuera y viniera? ¿Qué tal si tuviera lapsus mentales?

¿Qué tal si tuviera algunos momentos, usted sabe, como Greg Maddux ayer en el juego de béisbol en la tercera entrada? ¿Qué tal si Dios tuviera lapsos en Sus capacidades? La mayor parte del tiempo Él es bastante bueno, usted sabe, siete de ocho entradas, él es muy bueno. Qué cosa tan terrible sería esa. La constancia de la naturaleza de nuestro Dios, la inmutabilidad absoluta, incambiable, sabiduría, soberanía, poder, gracia, misericordia, eso causa gozo en mi corazón. Me causa gozo saber que lo que mi Dios dice, lo hace. Lo que Él promete, Él cumple. 

En segundo lugar, usted no puede tocar el gozo del cristiano, porque usted no puede tocar al Dios del cristiano, porque Él es incambiable y verdadero. En segundo lugar, el gozo es un acto apropiado de valoración hacia la obra de Cristo. El gozo es una respuesta apropiada, un acto apropiado que valora la obra de Cristo. Cuando me doy cuenta de que Jesucristo llevó mi pecado en Su propio cuerpo en el madero. Que Jesucristo, que no conocía pecado, se volvió pecado por mí. Cuando me doy cuenta de que Dios colocó en Él la iniquidad de todos nosotros. 

Cuando me doy cuenta de que fui redimido, no con cosas corruptibles como plata y oro, sino con la sangre preciosa de Jesucristo. Cuando me doy cuenta de que cuando era un enemigo, cuando era odiado, cuando yo odiaba a Dios, cuando era Su enemigo, y cuando yo estaba en contra de Él, era un blasfemo y un burlón, en misericordia y en amor, Dios envió a Su Hijo para redimirme. Cuando entiendo que la cruz quita todo mi pecado. Cuando entiendo que Su expiación sustitutiva perfecta me cubre con la justicia de Cristo. Cuando entiendo que, por lo tanto, el cielo es eternamente mío. Cuando entiendo todo lo que Cristo ha logrado, eso me da un gozo permanente que ninguna circunstancia trivial pasajera de la vida debe afectar.

En tercer lugar, debería tener gozo incesante como un acto de confianza en la obra del Espíritu Santo, un acto de confianza en la obra del Espíritu Santo. Cuando usted lo piensa, ¿cuál es la obra del Espíritu Santo? Bueno le dijimos, Romanos 14:17 dice que Él trae justicia, paz y gozo. En Gálatas 5, Él produce amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza. 2ª de Corintios 3:18, usted recuerda ese versículo maravilloso que dice que el Espíritu Santo nos está moviendo de un nivel de gloria al siguiente, más y más como Jesucristo, y está haciendo eso todo el tiempo. El Espíritu Santo nos está mostrando las cosas de Cristo. Ningún hombre conoce la mente de Dios y la mente de Cristo más que el Espíritu de Cristo. 

Y el Espíritu de Cristo vive en nosotros, y nos muestra a Cristo, y nos lleva a toda la verdad, y Él trae todas las cosas a nuestra memoria, y Él nos enseña todas las cosas. Y Él es la unción de Dios que poseemos. Y Él es el arrabōn, el enganche, el anillo de compromiso, el primer pago de nuestra herencia eterna, todo eso, el Espíritu de Dios está haciéndolo en nosotros. Él nos protege de pecado. Él nos sella hasta el día de la redención. Él llena nuestras bocas de alabanza. Y eso se lleva a cabo todo el tiempo. Entonces su gozo debería comenzar en la realidad del Dios trino, en la naturaleza incambiable y la grandeza de su Dios, en la obra gloriosa terminada de Cristo su Salvador, y en el poder santificador continuo del Espíritu Santo quien vive en usted. Esa es la confianza profunda de que todo está bien.

Bueno, permítame darle unas razones más. Pasamos de los que lo hacen a la obra. Nos estamos regocijando por Dios, Cristo y el Espíritu Santo, pero veamos cuál es la obra que ellos hacen. En cuarto lugar, debemos regocijarnos como un acto de respuesta razonable a las bendiciones espirituales que son dadas continuamente. Nunca se detiene. Nunca se detiene. Por ejemplo, Efesios 1 dice que: “Hemos sido bendecidos con toda bendición espiritual en los lugares celestiales”, y simplemente sigue y sigue y sigue y sigue. Dios simplemente sigue derramando bendición espiritual. Dice usted: “Bueno, ¿qué quieres decir con eso? No siento como que mi vida realmente está muy bendecida en este momento”.

Permítale decirte algo. Cada vez que usted peca y es instantáneamente perdonado, esa es una bendición monumental, la ausencia de lo cual lo llevaría a usted al infierno. 

Cada vez que Dios lo mueve a usted un paso más hacia adelante, hacia la imagen de Jesucristo, esa es una bendición monumental. Cada vez que Dios lo refina a usted mediante las pruebas de la vida, esa es una gran bendición. Dios está derramando perdón, Él está derramando provisión. Dios lo hizo vivir otro día y lo libró de alguna agonía, agonía que usted jamás habría conocido y no conocería, porque usted nunca experimentó esa agonía debido a Su misericordia. Las bendiciones son derraman a usted constantemente. Incluso en este momento y pienso en esto con tanta frecuencia, está preparando un lugar para nosotros. Algunas cosas están pasando en el cielo simplemente para preparar el cielo para nosotros, bendiciones que estamos por experimentar.

Dios está derramando Su bendición sobre nosotros, derramando Su perdón, derramando Su guía, derramando Su sabiduría, derramando Su poder. Toda bendición espiritual de manera interminable derramando esto sobre nosotros. Todo gozo maravilloso y rico en esta vida viene de Él, y bendiciones vistas y no vistas. ¿Alguna vez llega a pensar en que el Espíritu Santo está intercediendo por usted, todo el tiempo, con gemidos indecibles? Esto está pasando todo el tiempo, el Espíritu Santo intercediendo por usted, constantemente llamando a que Dios haga aquello que le te trae a usted bendición y gozo, y le trae a Él gloria.

Y el Espíritu Santo siempre ora según la voluntad de Dios, Romanos 8 dice, entonces sus oraciones por usted siempre están siendo respondidas. Y la intercesión de Jesucristo por usted nunca acaba tampoco. Nunca se detiene tampoco. Él constantemente está delante del trono de Dios, intercediendo a favor de usted. Hay bendiciones interminables, bendiciones interminables.

Número cinco: el gozo es un acto de respuesta apropiada a la providencia divina. Y hablamos de esto un poco, pero permítame presentar un punto específico. El gozo es un acto de respuesta apropiada a la providencia divina. Y con providencia divina simplemente me refiero al hecho de que Dios dirige toda circunstancia para traer bien a su vida. La providencia divina, siempre lo he dicho, es un milagro más grande para mí que un milagro. Si yo fuera Dios, será mucho más fácil, si quisiera hacer algo específico, si quisiera alcanzar cierta meta, como si tuviera un objetivo, y un plan, y un propósito y un fin, y quisiera alcanzar eso, simplemente entrar y hacerlo que pasara.

Sabe una cosa, esa es mi naturaleza de cualquier manera. La gente que me conoce y trabaja conmigo sabe que, si tengo una meta en mente, simplemente busco alcanzarlo. Otras personas quieren decir: “Bueno, ahora John no te apresures aquí. Debemos tener un comité, debemos hablar con estas personas, y deberíamos involucrarlos, y deberíamos involucrar a estas personas y está este proceso aquí, y mira” – “Muy bien”. Y, usted sabe, en cierta manera me detengo y digo: “Sí, pero digo, tú sabes que esto es correcto” “Sí, sí, claro, que es correcto.” Mira, si yo fuera Dios, y claro, eso sería algo impensable, pero si yo fuera Dios, simplemente diría: “Olvídate de la providencia, voy a hacer un milagro ahora” — bang, se acabó. 

Pero Dios dice: “No, simplemente vamos a dejar que todo esto pase, y simplemente voy a controlar todo esto — estos billones de detalles — y todo va a llegar al fin que yo quiero”. ¿Qué genio es ése? Y Dios controla todo lo que pasa en su vida para el fin de Él, lo cual es conformarlo a usted a Jesucristo. Y sabe una cosa, imagínese si Dios simplemente estuviera allá arriba diciendo: “Oh, hombre, no esperaba que eso pasara. Oh, ¿cómo voy a arreglar eso?” Pero qué confianza tan profunda el saber que Él está en control de todo. Sorprendente.

Número seis: el gozo es un acto de respuesta apropiada a la promesa de gloria futura. La razón por la que escribí el libro del cielo, fue porque si los cristianos no tienen esa perspectiva, usted es tan afectado por estar atorado aquí. Si usted se puede perder en las glorias de lo que está por venir, esto de pronto se desvanece, ¿no es cierto? Digo, usted sabe, cuando el apóstol Pablo le dijo a los colosenses: “Poned la mira en las cosas de arriba y no en las de la tierra”, él no estaba tratando de decirles algo que iba a ser profundamente doloroso — “Hagan esto, aunque duele”. Él les estaba diciendo algo que los liberaría de toda la preocupación debilitante por cosas que no importan de cualquier manera. Digo, su gozo jamás debería ser tocado. Llamé a mi hermana, quien tiene cáncer en una situación mortal, y estábamos hablando por teléfono, como lo hemos hecho mucho. De hecho, voy a ir ahí y la voy a ver esta semana. Y le dije: “Bueno, Julie mira”, yo le dije, “lo peor que te podría pasar es lo mejor que le podría pasar a cualquier persona”.

Ella dijo: “Yo sé eso, nunca he cuestionado eso”. Yo le dije: “Sabes, lo peor es que vas a estar en la presencia del Señor, en las glorias del cielo”. Ella dijo: “Y esa es mi confianza”. Y ella dijo: “Enviaron a un psiquiatra aquí hoy al hospital con alguien, y dijeron: 'Vamos a colocarla en una terapia de grupo, y vamos a colocarla bajo terapia especial, porque queremos que esté, que se ponga en contacto con su niño interior '”. Y ella dijo: “No, gracias”. Ella dijo: “No necesito ponerme en contacto con mi niña interior, gracias. Estoy en contacto con mi Señor Jesucristo y todo está bien, todo está bien”. Usted puede enfrentar cualquier tipo de situación con ese tipo de esperanza en su corazón. Esa es una parte esencial de mantener su gozo. Realmente no me molesto mucho por lo que pase aquí, porque es tan temporal y de cualquier manera no lo puedo arreglar todo el tiempo. Y hace que el cielo sea aún más maravilloso y atractivo.

Bueno, séptimo en mi pequeña lista: gozo, el gozo profundo siempre debería estar ahí como un acto de valoración por la oración contestada. “Pedid y se os dará, para que vuestro gozo sea cumplido”. Juan 16:24. ¿Qué le he pedido al Señor que no hizo, si es coherente con Su naturaleza y Su propósito? El Señor ha respondido a mis oraciones una y otra y otra vez. Y como un acto de valoración, de gratitud por todas las oraciones contestadas, y por esas oraciones que aún no han sido contestadas, que yo sé que Él oirá y responderá, mi gozo puede ser intocable.

Número ocho: como un acto de valoración por las Escrituras, como un acto de que valoro las Escrituras. Salmo 19, versículo 8, usted sabe de qué ese es uno de mis Salmos favoritos. Predicaría de este todo el tiempo si pudiera. Tocaría esa campana una y otra vez. “Los preceptos de Jehová son rectos, que alegran el corazón”. Las Escrituras me traen gozo. Jeremías dice: “Fueron halladas tus palabras por mí, yo las comí, y fueron el gozo y el regocijo de mi corazón”. El salmista, Salmo 119, simplemente lea el Salmo 119, ¿cuántas veces David dice que la Palabra le trae gozo, y que la Palabra es su deleite? Debería usted valorar profundamente la Palabra de Dios y eso le va a traer a usted gozo, agradeciéndole por todo lo que Él ha dado. Escuche lo que Juan dijo: “Estas cosas os he escrito para que vuestro gozo — qué — sea cumplido”. 

Número nueve: usted debe regocijarse siempre como un acto porque valora la comunión cristiana, por la comunión cristiana. Qué bendición tan dulce es la comunión cristiana. Pablo dice, en 1ª de Tesalonicenses 3: 9, “¿Qué gratitud podemos darle a Dios por vosotros debido a todo el gozo con el que nos regocijamos delante de Dios debido a vosotros?” Pablo dice simplemente: “Tengo gozo por ustedes”. Yo puedo decir eso. Tengo tantas causas por gozo en mi vida debido a ustedes, y cómo Dios los está usando y bendiciéndolos, y cómo están recibiendo la Palabra y sirviendo al Señor. Y cómo voy a lugares en el mundo, y alrededor del país, y la gente viene y me dice lo que el Señor significa y lo que la Palabra significa.

Cuando regresé a Chicago, estaba cenando con este hombre y me dijo: “Tengo que contarte una historia”. Él dijo: “Fui a un lugar llamado El Poste de las Cien Millas”. Yo dije: “¿Qué tipo de lugar es ese?” Es una ciudad en Canadá. Cuando dejas la civilización, vas al norte en Canadá hacia el Círculo Ártico, vas hacia esa área donde hay mucha madera, y colocan un lugar cada cincuenta millas, entonces está el de cincuenta millas, el Puesto de las Cien Millas, Ciento cincuenta Millas, Doscientas Millas. Y va a ningún lugar. Y él dijo: “Llegué a un lugar llamado El Puesto de las Cien Millas para hablar, y conocí a un hombre. Y había una iglesia ahí”. Yo creo que él dijo que era una iglesia de 150 o 200 personas, en este lugar difícilmente tenían esa cantidad de personas. 

Me dijo: “Cómo esta historia comenzó. Algún misionero voló ahí. Este es un grupo de leñadores. Este misionero había llegado ahí y les dio algunas cintas de Gracia a Vosotros, hace 15 años atrás. Y no tenía ministerio ahí, y este hombre comenzó a escuchar a las cintas y se salvó, y comenzó a conseguir más cintas y más cintas y más cintas. Y ahora hay una iglesia ahí de doscientas personas en un lugar que se llama El Puesto de las Cien Millas. Y este hombre estaba regocijándose por la comunión y el hecho de que había algo, una vida en común, porque en cierta manera eran una extensión de Grace, de esta iglesia debido a la enseñanza. ¿Hay algo más dulce que eso? La comunión cristiana cuando la necesita, un amigo, alguien con quien orar con usted y ser su fuerza.

Finalmente, número diez: debemos tener gozo constante como un acto que muestra que valoramos el privilegio de dar testimonio, el privilegio de predicar el evangelio. Qué privilegio proclamar a Cristo, qué privilegio, qué honor. Recuerda usted a los apóstoles en la primera parte del libro de los Hechos, y los flagelaron, y los golpearon. Y después los enviaron de ahí, ¿y qué hicieron? Se fueron, ¿haciendo qué? Regocijándose, porque fueron tenidos por dignos de sufrir por el nombre de Cristo; fue una emoción para ellos el poder predicar el evangelio, sin importar el costo. Bueno, esas son las razones. Sabe una cosa, hay cosas que van a estorbarlo. 

Si usted no tiene gozo en su vida, ¿quiero sugerirles cuáles podrían ser y vamos a cerrar? En primer lugar, podría ser que usted no es salvo. Es correcto. Podría ser salvación falsa. Se acuerda de Mateo 13, la semilla que cayó en la tierra, pero la tierra era rocosa. Y germinó y hubo gozo, y el sol salió y la quemó, y murió y no había vida ahí. Puede haber una especie de gozo emocional momentáneo y desaparece. Si usted está luchando, y simplemente no tiene gozo en su vida, y simplemente no lo puede disfrutar, quizá realmente no conoce a Cristo, y debería examinarse a sí mismo para ver si realmente está en la fe.

En segundo lugar, quizás está siendo tentado. Quizás está bajo alguna tentación muy fuerte, porque si hay algo que le gustaría hacer a Satanás es robar su gozo. “Él anda alrededor como león rugiente, buscando a quien devorar”, Pedro dice aquí está la solución: “echando toda vuestra ansiedad sobre Él”. Quizás usted está cargando demasiado su carga. Eso se va a convertir en una tentación muy rápido, porque usted no la está descargando, arrojándola en Él. Quizás son expectativas falsas. Quizás usted piensa que merece más de lo que usted está recibiendo, cuando el hecho es que merece menos. ¿No es verdad? ¿Qué merece la gente no regenerada? ¿Qué merece un pecador impío? El Infierno. 

Dios en su misericordia les da vida, y la luz del sol, y lluvia, y alimento, y familia y amor, mucho más de lo que merecen. Dios hace eso incluso para aquellos que no son de Él, y miren lo que nos da a nosotros que no merecemos nada, tanto. ¿Por qué la gente espera todo? Una mujer dejó la iglesia y se fue a una iglesia carismática que predicaba el evangelio de la prosperidad. Regresó y dijo: “No quiero ir ahí. No lo dejan a usted ahí ser pobre o estar enfermo”. Oiga, en la vida algunas personas son pobres y están enfermas, algunas personas simplemente son pobres y algunas personas simplemente están enfermas. ¿Qué espera usted de la vida de cualquier manera? ¿Estar feliz, ser rico, ser exitoso, tener salud constante y tener una vida llena de milagros? Usted se prepara para un problema real de esa manera.

Entonces, algunas veces, cuando usted no tiene gozo, podría ser porque usted no es cristiano. Podría ser porque usted está siendo bombardeado por la tentación. Podría ser porque usted ha establecido expectativas falsas, y eso se relaciona a la soberbia. Podría ser soberbia. Podría ser el pecado de la soberbia, el pecado horrendo, horrendo que dice: “No tengo lo suficiente. Quiero más de esto, de eso o de aquello”. Y sabe una cosa, la sociedad entera vende la insatisfacción, ¿verdad? Digo, colocan a mujeres en la pantalla de la televisión para que usted esté infeliz con la que usted tiene. Colocan a hombres en la pantalla para que usted esté infeliz con el que usted tiene. Colocan autos en la pantalla para que usted esté infeliz con el que usted tiene. 

Colocan todas esas cosas delante de usted para que usted esté insatisfecho. La premisa de toda la mercadotecnia es: “Haz que estén insatisfechos”, entonces la sociedad lo ataca con eso. Y usted, se va a casa con su esposa, y su marido, y su auto, y su vida y su trabajo, y no es la fantasía que están tratando de venderle, pero es exactamente la insatisfacción que lo lleva a usted a comprar o a dejar lo que usted tiene por el engaño. La soberbia va a hacer que usted persiga esas cosas. La ingratitud va a matar su gozo. Vamos a hablar más de eso en esta noche.

Otra cosa es la ausencia de la oración. La ausencia de la oración va a quitarle su gozo, y eso nos lleva de regreso a lo que dije antes, porque usted va a llevar la carga solo. Usted simplemente va a cargar todo. Usted no necesita hacer eso. Simplemente entréguela, simplemente llévela ante el Señor, entréguesela a Él, deje que Él la cargue por usted. Echando toda su ansiedad sobre Él. Filipenses 4, involúcrese en oración. “Por nada estéis afanosos; sino sean conocidas todas vuestras peticiones, delante de Dios en toda oración y ruego”. Y como resultado, la paz de Dios va a estar a cargo. Y otra cosa que podría comentar en esto son los sentimientos. Si usted vive su vida controlado por sus emociones y opera por sentimientos, usted va a tener dificultades sosteniendo el gozo. La gente dice: “Bueno, simplemente no me siento como que estoy feliz. No me siento como que me quiero regocijar. ¿Y cómo me voy a regocijar si no tengo ganas? ¿Y cómo puedo controlar mis sentimientos?”. Permítame decirle a usted, más vale que lo haga.

Digo, si todo el mundo estuviera viviendo y haciendo lo que quieren hacer, ¿qué tipo de lugar sería el mundo en el que vivimos? Todos controlamos nuestros sentimientos hasta cierto punto. Es torpe ir por todos lados diciendo: “Bueno, simplemente no tengo ganas”. Bueno, usted controla sus sentimientos todo el tiempo. Usted lo tiene qué hacer. Y la manera de controlar el tipo de sentimientos que roban su gozo es que su mente esté llena de la verdad. Y ahora estoy llegando al punto central aquí, y el punto central es este: el contribuyente número uno a la falta de gozo es la ignorancia. Usted no conoce la verdad de Dios, Cristo, el Espíritu Santo, no tiene la mente de Cristo, no sabe de la soberanía de Dios, la misericordia de Dios, la providencia de Dios, todas esas cosas de las que hablamos.

Cuando su mente está llena de sana doctrina y usted lo cree con todo su corazón, controla sus emociones. Y después no anda por todos lados simplemente controlado por sus emociones. Usted es un ser racional y sus sentimientos deben ser controlados por su razón, por su mente. Y su mente, cuando esté llena de la verdad de Dios, va a controlar sus emociones. Digo, podría ser tan simple como que usted está volando en un avión y algo sale mal, pierde un motor y usted comienza a rebotar y las emociones inicialmente se apoderan de usted. Y después se dice a sí mismo: “Oh, esta podría ser la mejor experiencia de mi vida. Este podría ser el vuelo 841 con destino al cielo. Quizás vea al Señor pronto. La obra de Dios va a continuar. ¿No es este un potencial maravilloso?”.

Como puede ver, la razón tiene que estar a cargo, y sea lo que sea que esté en su mente controla sus emociones. Algunas personas dirían: “No voy a perder el control, no voy a entrar en pánico, voy a – controlarme, no quiero avergonzarte”. Sabe una cosa, la mente en ese punto toma el control a nivel superficial, y esa persona aprieta sus dientes y se aferra por la vida. Eso me pasó al despegar del aeropuerto de Los Ángeles. Un motor falló apenas después de que despegamos, y esta mujer me clavó sus uñas en el brazo, usted sabe, ¡ay! Y yo, yo simplemente en cierta manera sonreí, usted sabe. Seguro, usted tiene una reacción emocional a eso, pero, usted de pronto, estoy pensando en todo esto, esta es la realidad de lo que podría pasar.

Como puede ver, sus emociones pueden ser controladas por su mente entonces si su mente es controlada por la verdad de la Palabra de Dios, así es como sus emociones van a responder, ¿verdad? Y entonces van a tener respuestas verdaderas a la realidad que es lo más importante, y esa es la realidad espiritual. Bueno, creo que usted entiende el mensaje ya para este punto. Estad siempre gozosos, ¿muy bien? 

Oremos. Padre, gracias por esta mañana maravillosa. Gracias por el gozo de estar juntos. Sabemos que el gozo del Señor es nuestra fortaleza y nos da la fortaleza para enfrentar todo asunto de la vida. Gracias por darnos razones para regocijarnos de manera interminable.

Disponible sobre el Internet en: www.gracia.org
DERECHOS DE AUTOR © 2021 Gracia a Vosotros
Usted podrá reproducir este contenido de Gracia a Vosotros sin fines comerciales de acuerdo con la política de Derechos de Autor de Gracia a Vosotros.

Series (Alta Calidad) Series (Alta Calidad)

Esta serie de sermones incluye los siguientes mensajes:

Por favor, contacte a la casa Editorial para obtener copias de este recurso.

Información de la Editorial
Desatando la verdad de Dios, un versículo a la vez
Desde 1969

¡Bienvenido!

Ingrese su dirección de correo electrónico y le enviaremos instrucciones de cómo restablecer su contraseña.

Volver a Ingresar

Desatando la verdad de Dios, un versículo a la vez
Desde 1969
Minimizar
Ver la lista de deseos

Carrito

No hay productos en el carrito.

Subject to Import Tax

Please be aware that these items are sent out from our office in the UK. Since the UK is now no longer a member of the EU, you may be charged an import tax on this item by the customs authorities in your country of residence, which is beyond our control.

Because we don’t want you to incur expenditure for which you are not prepared, could you please confirm whether you are willing to pay this charge, if necessary?

ECFA Accredited
Desatando la verdad de Dios, un versículo a la vez
Desde 1969
Regresar al Carrito

Compre como invitado:

No ? Salir

Ingrese para acelerar el proceso de pago.

Desatando la verdad de Dios, un versículo a la vez
Desde 1969
Minimizar