Gracias por estar aquí en esta noche para continuar con nuestro estudio de Génesis capítulo uno. Abramos nuestras biblias en Génesis capítulo 1. Ahora, llegamos al día cuatro de la Creación… día cuatro. Se describe en Génesis 1:14 al 19. Permítanme leerles esa porción de las Escrituras.
Génesis 1, versículo 14: “Dijo luego Dios: “Haya lumbreras en la expansión de los cielos para separar el día de la noche; y sirvan de señales para las estaciones, para días y años, y sean por lumbreras en la expansión de los cielos para alumbrar sobre la tierra.” Y fue así. E hizo Dios las dos grandes lumbreras; la lumbrera mayor para que señorease en el día y la lumbrera menor para que señorease en la noche; hizo también las estrellas. Y las puso Dios en la expansión de los cielos para alumbrar sobre la tierra, y para señorear en el día y en la noche, y para separar la luz de las tinieblas. Y vio Dios que era bueno. Y fue la tarde y la mañana el día cuarto.” Así describe la Biblia la creación de todas las luminarias, los cuerpos estelares que ocupan el espacio inmenso, infinito a nuestro alrededor.
La evolución ha luchado incesantemente por explicar todos los cuerpos que existen en el universo, cómo pudieron haber evolucionado a partir de generación espontánea. Todo los viajes a la luna, todos los satélites enviados al espacio, toda la parafernalia que está dando vueltas en órbita; no ha dado respuesta alguna acerca de cómo el universo, los cuerpos en el universo, pudieron haber evolucionado. Y eso es comprensible porque no fue así.
Aquí en el capítulo 1, versículos 14 al 19, dice simplemente que Dios los hizo a todos. Cuando usted se detiene a pensar en esto, es tan impresionante que difícilmente sé cómo explicarlo. Y quizás la mejor manera de hacerlo es presentarlo en cierta manera desde un punto de vista personal. Cuando dice que Dios hizo a las estrellas junto con el sol y la luna, dice algo acerca de Su inmenso poder. Esa simple y breve declaración, casi como un apéndice al final del versículo 16, la cual el hebreo dice literalmente “también las estrellas”. Es como si tan sólo las hubiera incluido… tan asombroso como para ser algo más allá de la comprensión. Tal como usted aprendió cuando niño en la escuela, la luz viaja a 186,000 millas por segundo. Lo cual llega a ser 6 trillones de millas en un año. Así de lejos es la distancia que viaja la luz en un año, 6 trillones de millas.
Ahora, detengámonos a pensar acerca del poder de Dios. Si Él creó todos los cuerpos estelares, todas las estrellas, al considerar un haz de luz moviéndose a 186,000 millas por segundo o 6 trillones de millas al año, y comenzamos esta mañana, domingo por la mañana, cuando la alarma de su reloj se prendió digamos que a las seis de la mañana, para cuando usted salió de la cama, pensando que quizás fue a las 6:08 de la mañana, ese haz de luz estaba pasando la Tierra y saliendo del límite del sistema solar.
Cuando usted se sentó a tomar su café a las 6:41 de la mañana, ese haz de luz pasó por Júpiter. Y cuando yo me levanté para predicar en el segundo servicio, alrededor de las 11:12 de la mañana, si Clayton cumplió con el horario, alrededor de ese entonces, nuestro pequeño rayo de luz estaba pasando por Plutón.
Veamos más adelante, hacia el final de la semana. El viernes a la tarde, cuando usted abandone su trabajo, ese pequeño rayo de luz estará abandonando nuestro sistema solar. Ahora, usted no tiene que pensar acerca de este pequeño rayo de luz nuevamente hasta que vaya a votar por un nuevo presidente en noviembre del año 2003. Y después de toda esta espera, nuestro rayo de luz tan sólo habrá alcanzado la estrella más próxima a nuestro sol, Próxima Centauri, la cual es en esencia una unión de varias estrellas. Si avanza hasta el año 2010, nuestro pequeño rayo de luz apenas ha dejado 20 estrellas atrás de él; y nuestro Sol parece como una estrella más bien blanda, amarillenta, que está desapareciendo en la oscuridad galáctica.
Imagine que este pequeño rayo de luz se está dirigiendo ahora a la constelación Sagitario. En su camino, se está dirigiendo hacia el centro de nuestra galaxia, la Vía Láctea. Tiene que viajar 32,000 años antes de alcanzar el centro de nuestra galaxia, eso es a 6 trillones de millas por año. Pero espere, todavía tiene 50,000 años más para llegar al otro lado de la Vía Láctea, la cual es nuestra galaxia; y cuando lo haga, habrá dejado atrás 100 billones de estrellas.
Recuerde que la galaxia Vía Láctea es sólo una galaxia de tamaño promedio. Hasta donde sabemos, existen por lo menos 50 billones de galaxias en el universo conocido. Y gran parte de eso ha sido determinado por el uso de las cámaras telescópicas Hubbel.
Nuestro pequeño rayo de luz tiene que viajar otros 80,000 años a un ritmo de 6 trillones de millas por año para alcanzar las nubes de Magallanes, que es la galaxia o la serie de galaxias más cercana a nuestra Vía Láctea. Nosotros, habiendo salido esta mañana, en 160,000 años en el futuro y con nuestro haz de luz, moviéndonos a la misma velocidad de 186,000 millas por segundo, enfrentamos 1.8 millones de años de espacio vacío antes de alcanzar el fin de la galaxia Andrómeda, la cual está tan cerca de la Tierra que se puede ver a simple vista. Mirando desde ahí a la Vía Láctea, usted podría ver una mancha elíptica borrosa similar a lo que a nosotros nos parece Andrómeda en una tarde de otoño.
Si nuestro pequeño rayo de luz viaja un par más de millones de años, encontrará espacio realmente abierto. Nuestro pequeño amigo tendría que viajar otros 20 billones de años antes de alcanzar el límite del universo que nosotros conocemos. Cerca de 20 billones de años de viaje, pasando 50 billones de galaxias que tienen 100 billones de estrellas. El Salmo 8:3 dice: “Nuestro pequeño rayo de luz apenas ha visto la obra de los dedos de Dios.” O como lo dijo Job, en Job 26:14: “He aquí, estos son los bordes de Sus caminos y cuán leve es el susurro que oímos de Él.” Esto es muy asombroso.
Génesis explica todo eso diciendo esto: “Hizo las estrellas.” Ahora, si esa es sólo la obra de Sus dedos, ¿qué puede hacer Su brazo? Y con frecuencia, se pregunta ¿cómo puede una luz tan distante alcanzar la Tierra tan rápido en el sexto día de la Creación? Si le toma a nuestro rayo de luz cientos de miles de años llegar aquí, ¿acaso no le toma cientos de miles de años a la luz de una de esas estrellas lejanas para llegar aquí? ¿Acaso no nos toma cientos de miles de año que la luz nos llegue?
Bueno, en primer lugar, puede registrar esto. Dios no sólo pudo hacer las estrellas allí afuera, a nosotros aquí, sino que también pudo hacer toda la luz entre estos puntos de manera instantánea. También es verdad que la luz ya existía, fue creada el primer día de acuerdo al versículo 3 de Génesis; y todo lo que Él tuvo que hacer era colocarla donde Él quería.
Pero después de continuar leyendo acerca de este tema, me inclino por el hecho - tal como lo expresó un científico - que en el momento de la Creación, la velocidad de la luz era posiblemente 10 billones de veces más rápida de lo que es ahora. Algunos científicos han estado trabajando para demostrar eso debido al efecto de la Caída; y lo que ha sucedido es que la velocidad de la luz es más lenta ahora de lo que jamás ha sido. Y se está haciendo más y más lenta. Si usted se remonta, 6000 o 7000 años atrás, sería 10 billones de veces más rápida.
Y cuando usted se detiene a pensar en esto, sólo hay dos posibles modo de comprender el origen del complejo sistema solar; y ni siquiera me voy a meter en las complejidades de todo esto. Si usted ve las estrellas binarias, estrellas que giran juntas en órbitas literalmente una junto a la otra, sistemas de estrellas que giran en torno a una masa sólida central, cuando usted ve las galaxias enormes, cuando ve las complejidades de todas estas cosas, es absolutamente asombroso. De hecho, no hay nada acerca de estas estrellas, estas galaxias, que sea común a todas ellas. Son como huellas digitales. Son como seres humanos. Toda estrella, todo conjunto de estrellas, todo conjunto de estrellas binarias, cada una de estas pequeñas galaxias, tiene la huella digital de Dios. Y todas son diferentes, la una de la otra.
George Wald, quien asistió a Harvard y ganó el premio Nobel de fisiología y medicina, reconoció el dilema. Él dijo, y cito: “La perspectiva razonable era creer en generación espontánea. La única alternativa era creer en un acto único, primario, de creación sobrenatural. No hay una tercera posición.” Él tiene razón. O cree en la generación espontánea - en algún momento no hubo nada de esto y luego espontáneamente llegó a existir por sí mismo - o cree en la creación sobrenatural. Él tiene razón. No hay alternativa.
Wald, sin ninguna explicación racional, procedió a presentar su perspectiva. Y cito: “Uno tiene que contemplar la magnitud de esta tarea para admitir que la generación espontánea de un organismo vivo es imposible. Sin embargo, aquí estamos como resultado, creo yo, de generación espontánea,” fin de la cita.
Él diría que el universo entero, billones de billones de galaxias, son el producto de la generación espontánea, irracional, al azar; algo que existió de la nada. La teoría de que todo el universo y todo lo que hay en él es el resultado de un proceso espontáneo, al azar, que generó espontáneamente células y generó espontáneamente gases, se conectó a sí mismo de una manera ascendente hasta llegar a la complejidad que se va incrementando a lo largo de billones de años para crear por sí mismo al universo.
Como he estado diciendo a lo largo de este estudio y como la ciencia debe atestiguar, la evolución no es posible. Es imposible. Cualquier tipo de generación espontánea es imposible. Cualquier tipo de complejidad ascendente a partir de la simplicidad por azar es imposible. La evolución nunca ha sido observada. La evolución nunca ha sido comprobada porque es imposible. Y existe evidencia contundente, conclusiva, indisputable, imposible de refutar, de una cantidad enorme en todo campo de la ciencia para probar la imposibilidad total y absoluta de la evolución, haciendo de toda creencia en la evolución algo irracional y equivocada.
Yo he sido expuesto en este estudio particular a mucho más de lo que les estoy diciendo. Me encuentro leyendo y leyendo y leyendo; y después tan solo extrayendo pequeñas porciones de lo que les traigo. Pero estoy siendo expuesto a cada campo de la ciencia al cual no fui necesariamente expuesto en el pasado. Y entre más y más leo, más vasta se convierte la riqueza de información que demuestra, más allá de cualquier argumento, cuán imposible es la evolución; y cuán claramente lo que existe tiene que ser el resultado de una mente sobrenatural y un acto sobrenatural de creación.
Por ejemplo, expliquémoslo por un momento a un nivel más inferior. Vayamos de la inmensidad de este universo increíble a la complejidad más minúscula de la vida, el ADN, el ácido desoxirribonucleico. Este es el material del que hemos estado hablando en el pasado que lleva el código de la vida para la función de todo organismo, el ADN.
Permítame que le diga algo acerca del ADN. El ADN existe en toda célula… ¿entendió eso?… en toda célula. Entonces, para llevarlo sencillamente al punto en el que usted está, simplemente mire a su cuerpo. Tan sólo mire a su cuerpo, usted tiene alrededor de 100, o algo así, de trillones de células. Cada una de esas células tiene una pequeña tira… una tira material, física de ADN. Es una copia de información codificada; y está enrollada. Está enrollada en toda cédula de todo organismo vivo, incluyendo usted.
Ahora, usted tiene 46 segmentos en esa pequeña tira enrollada. Veintitrés de estos vinieron de su padre y veintitrés de su madre, los cuales forman los cuarenta y seis. La combinación, entonces, del ADN de su padre y de su madre al darle a usted 23 de cada uno de ellos, dio lugar para formar los 46, formados de manera única para determinar cómo usted se ve y gran parte de sus habilidades y personalidad. Y esa pequeña tira enrollada determina exactamente, de manera precisa y explícita, cómo debe funcionar cada célula de su cuerpo a lo largo de toda su vida. Esa pequeña célula funciona a partir de esa pequeña tira enrollada y del código en esa tira.
Ahora, supongamos que desenrollamos los 46 segmentos de su ADN en una de sus células - y cada una de sus células tiene los mismos 46, pequeños componentes de ADN. Si tomamos tan sólo una pequeña célula y tomamos la tira de ADN y la desenrollamos, sería de siete pies de longitud, de más de 1.80 metros de longitud. Sería muy delgada, me han dicho que sería tan delgada que no podríamos verla bajo un microscopio de electrones. Pero, si la estiráramos, sería de siete pies de largo. Eso está en cada una de sus 100 trillones de células. Sería tan delgado que los detalles no podrían ser vistos. No obstante, escuche esto, si todo el ADN de su cuerpo, si lo tomamos todo y lo estiramos todo, conectándolo, se estiraría de aquí a la Luna uno y medio millón de veces. Algo bastante increíble, ¿no es cierto? Si toda esta información densamente codificada fuera colocada en forma escrita, sólo con su información, llenaría al Gran Cañón 50 veces. Así, de manera tan asombrosa y maravillosa fue usted creado, dice el Salmo 139:14.
Por lo que si usted quiere números, aquí le doy números. Puede ir a la complejidad más grande, más vasta del universo o puede observar la complejidad más pequeña de las células dentro del cuerpo humano; y todo lo que usted verá es la mano de un Creador inteligente y poderoso.
Tomemos algo en medio de estos dos puntos. Hemos visto algo realmente grande y algo realmente pequeño. Tomemos algo que no es tan grande ni tan pequeño, su cerebro. No voy a entrar en detalles personales acerca de cuál pueda ser el tamaño de su cerebro pero, hablemos de su cerebro. Hay tantas cosas que podría decir acerca del cerebro. El estudio del cerebro es un estudio verdaderamente asombroso… asombroso. Su cerebro tiene alrededor de 100,000 billones de conexiones eléctricas. 100,000 billones de conexiones eléctricas, 10 a la catorceava potencia. De hecho, su cerebro tiene más conexiones eléctricas que todos los electrodomésticos en la faz del planeta. Sin embargo, su cerebro, con sus cientos de miles de billones de conexiones eléctricas, cabe en un pequeño contenedor y opera durante 70 años con 10 watts de potencia, impulsado primordialmente por hamburguesas con queso y papas fritas.
¿Por qué es la cúspide del absurdo ser un evolucionista? Bueno, suficiente acerca de su cerebro, no sea que nos metamos en cosas más personales. La única perspectiva razonable es que el universo fue creado por Dios, más poderoso, más complejo y más inteligente de lo que nosotros jamás nos podríamos haber imaginado. Y no tenemos que imaginarlo. No tenemos que preguntarnos cómo Él lo hizo porque Él nos dijo como Él lo hizo. Tenemos el relato.
He leído fuente tras fuente, tras fuente, tras fuente de científicos evolucionistas tratando de explicar cómo el universo evolucionó hasta llegar a existir. Es inútil e imposible. Nosotros no necesitamos esa explicación. Dios lo hizo en seis días; y en un día llenó al universo con todas las estrellas, soles y lunas.
Regresemos al texto. La Creación es presentada en el versículo 1 con una declaración panorámica: “En el principio, creó Dios los cielos y la tierra,” esa es la declaración de resumen. Y como le he dicho hace semanas atrás, en esa declaración usted tiene todo lo que se conoce categorizado.
Herbert Spencer murió en 1903 y dijo que todo lo que se conoce en el universo puede ser resumido en cinco categorías: tiempo, fuerza, acción, espacio y materia. Él fue reconocido como un genio brillante, como un gran científico por haber descubierto las cinco categorías de lo conocido… tiempo, fuerza, acción, espacio y materia. Todo lo que existe puede encajar en eso. Y ese fue un gran descubrimiento. Y eso es exactamente lo que dice en el primer versículo de la Biblia, en el principio… eso es tiempo; creó… eso es acción; Dios… Eso es fuerza; los cielos… eso es espacio; y la tierra… eso es materia. Todo está en ese versículo.
Lo que está diciendo en el versículo uno es simplemente el panorama general. Dios hizo los cielos y la tierra como los conocemos ahora. Después, comenzando el versículo 2, comienza describir cómo hizo eso. Él lo hizo en el proceso de seis días. Ese proceso es descripto a partir del capítulo 1, versículo 2 hasta el capítulo 2, versículo 3. Esta es la sección que estamos estudiando aquí en Génesis. Estas son entonces las generaciones de los cielos y la tierra, la creación de los cielos y la tierra, la historia de la creación de los cielos y la tierra.
Día 1: en el día uno, Dios hizo el material. Podríamos decir que el día uno Él creó el espacio, el tiempo y la materia. El día uno Él creó un universo que no tenía forma y que era inhabitable, estaba despoblado. Y después creó la luz, tal como se nos indican los versículos 2 al 5. Había oscuridad sobre la superficie del abismo que cubría la tierra. El espíritu de Dios estaba revoloteando ahí. Dios dijo sea la luz y fue la luz. Dios separó la luz de las tinieblas. Entonces, en el día uno, Él creó el material a partir del cual la forma final del cielo y de la tierra serían hechos; y creó la luz.
En el día dos, Él separó las aguas que cubrían la superficie de la tierra; y tomó parte de las aguas arriba y dejó parte abajo en la tierra; los versículos 6 al 8 hablan de eso. Y en el medio, Él creó la expansión que conocemos como cielos. Él llamó, versículo 8, a la expansión, cielos. Él dejó algo de agua en la tierra. Y había agua arriba, no sabemos exactamente adónde, pero sea donde sea que fue esa agua, en el medio está el cielo de los cielos que es el lugar de todos los cuerpos estelares, las luminarias que Él creó en el día cuatro.
Luego, el día tres, notamos en los versículos 9 al 13 que Él separó la tierra seca del agua en la tierra, creando entonces los mares y la tierra. Y luego, dos tipos de cosas que crecen: árboles que producen fruto que tiene semillas y plantas que tienen su semilla en sí mismas.
Entonces, en el día 1, el material para formar su universo hasta llegar a su forma final y luz. Día dos, Él crea la expansión del cielo entre las aguas arriba y las aguas abajo. Día tres, Él separa la tierra seca del agua que junta en mares; y crea los árboles y las plantas. Y eso nos lleva al día cuatro.
Regresamos de la tierra al cielo; Él puebla esta vasta expansión del cielo con las luminarias. Esto corresponde al día uno. En el día uno, Él creó la luz. En el día cuatro, Él creó las luces que se convierten en los medios por los cuales la luz es transmitida. Él da luz a los cuerpos estelares. En el día dos, Él creó el agua abajo y cierta manera para encajar con eso, en el día cinco, creó los peces para esa agua. En el día dos, Él también creo los cielos arriba; y el día cinco, Él creó las aves para que volaran en ese cielo. En el día tres, Él creó la tierra y las plantas y los árboles; y el día seis, paralelo a eso, Él creó al hombre y a los animales de la tierra para que vivieran de estas plantas y vivieran en la tierra seca. Entonces, aquí vemos un paralelo maravilloso.
Día uno, luz; y luego, en el día paralelo cuatro, siendo eso las luces. Día dos, el agua y los cielos. Y el día cinco, los peces para el agua, las aves para el cielo. Día tres, la tierra seca y las plantas. Y el día seis, paralelo a eso, hombre y los animales. Y entonces hay seis días de Creación que están en un equilibrio maravilloso. Allí hay un paralelismo, tal como hemos notado. Llegamos al día cuatro. En el día cuatro, tal como dice el versículo 14, Dios creó las lumbreras. Regrese al versículo 3 y lea: “Dijo Dios: “Sea la luz.”” Luego vea el versículo 14: “Dijo luego Dios: “Haya lumbreras en la expansión de los cielos.”
Quiero recordarle una vez más de algo que es muy importante recordar. Todo este flujo de creación es presentado con esta breve frase: “Dijo Dios”, versículo 3, versículos 6, versículo 11, versículo 14, versículo 20, versículo 24, versículo 26 y versículo 29… el modo de la creación siempre, el medio de la creación siempre: “Dijo Dios.” Esto significa que no hay proceso, que no hay tiempo… el tiempo no añade nada a esto. Millones de años, billones de años, miles de años no añaden nada a esto; esto no es un proceso que Dios inició. Esto es algo que Dios completó. Dios simplemente lo dijo y existió.
Y como dije hace tiempo atrás en el estudio, no hay nada en el texto, no hay nada exegético que lleve a ninguna otra conclusión fuera de lo que siempre hemos llamado “creación divina fiat.” Él habla literalmente y existe. Esta mañana se lo leí en el Salmo 33; lo leo nuevamente, versículos 6 al 9: “Por la Palabra de Jehová los cielos fueron hechos. Y por el aliento de Su boca, todo Su ejército,” esto es toda las estrellas, lunas, soles y cometas y todo lo demás que está ahí. Todo fue hecho porque Dios habló y existió. Versículo 9, Él habló y existió. Él mandó y existió.
En otras palabras, no cambió. No se modificó. No se desarrolló. No menguó. Él lo habló y existió; y de ese modo quedó, exactamente el modo en el que Él habló para que existiera. La Luna, el Sol, las estrellas, las galaxias, los billones de billones de galaxias, todo lo que hay en el espacio, todo el material que está allí, todos los gases que están allí, todos los componentes, todos los átomos que están allí, todo lo que está ahí, está exactamente de la misma manera que fue cuando Dios lo hizo. Y la complejidad de ello literalmente me asombra. Usted levanta la vista y piensa que las estrellas están en el mismo lugar todo el tiempo. No lo están. Se están moviendo de manera relativamente lenta desde el punto de vista de la Tierra; todo el tiempo parecen estar en el mismo lugar. Podemos de hecho rastrear nuestros cursos por ellas, dónde vamos, porque no parece que se están moviendo.
Pero el hecho es que sí se está moviendo. Nuestro propio Sol está llevando nuestro sistema solar entero y arrastrándolo de un fin del universo al otro en una órbita que es inmensa. De hecho, la Vía Láctea, la galaxia, está en una órbita que lo científicos calculan que toma 225 millones de años para completar. Y todo lo demás está en órbitas correspondientes. Todo esto es increíble; y eso está haciendo exactamente lo que Dios diseñó que hiciera y lo creó para que lo hiciera con una simple palabra… Dijo luego Dios haya… y fue. Eso es todo.
Hayan lumbreras, versículo 14… hayan lumbreras. Con frecuencia, llamadas luminarias. Y las luces eran para dividir. Regresando al versículo 4, la luz era para dividir. Dios separó la luz de las tinieblas. Dios llamó a la luz día, a las tinieblas llamó noche. Y hubo la tarde y la mañana, un día. Entonces, al principio cuando Él creó la luz, antes de que hubiera una luna, antes de que hubieran estrellas, antes de que hubiera sol, hubo luz. No estaba relacionada con ninguno de estos cuerpos celestes, pero había luz. Dios creó la luz. La luz no es creada por las estrellas. La luz no es creada por el Sol. La luz es simplemente creada por Dios; y es dada a esas luminarias, a esas lumbreras. Dios dijo: “Haya lumbreras”.
Y luces, luminarias, cuerpos celestes brillando debían dividir, dice el versículo 18, para separar la luz de las tinieblas. Simplemente el mismo propósito de la creación original de la luz que Dios tenía en mente. Y entonces, tenemos la creación de la luz en el versículo 1 que identifica el día y la noche, y la tarde y la mañana, el primer día solar, de 24 horas; y ahora esa misma luz para ese mismo propósito se le da a estos cuerpos celestes… El sol, la luna y las estrellas que son identificados ahí en el versículo 16.
Observe nuevamente en el versículo 14: “Haya lumbreras en la expansión de los cielos.” Entonces, sabemos que cuando Dios creó las luces, ellas iban a ser colocadas en esta expansión que está entre las aguas abajo y las aguas arriba, sea cual fuere el lugar donde estaban esas aguas… El cielo de los cielos está entre ellas. Ahora, la creación de la luz en el día cuatro produce un punto importante porque la luz ya está brillando. Y ya me he referido a esto un par de veces, pero quiero asegurarme que le quede claro.
La gente siempre dice que no puede tener luz brillando por todos lados sin estrellas, sin ningún sol, sin ninguna luna, ya que la luz que conocemos viene de esas fuentes. Y ellos dicen que si no había sol, entonces no había plantas en el día tres. ¿Cómo pudo Dios crear plantas en el día tres y el sol en el día cuatro? Porque la fotosíntesis, que es crítica para la vida de las plantas, no existe fuera del sol. Y entonces esto no tiene sentido. Y los críticos menosprecian el texto de la Escritura en base a esto. Pero esto es algo realmente tonto. Esto es algo trivial. Ya había luz en el día uno. Y donde hay luz, hay calor. Y donde hay calor y luz, hay fotosíntesis. Las condiciones requeridas para que la vida de las plantas sobreviva en el día tres ya estaban en existencia porque la luz ya estaba ahí haciendo lo que la luz siempre hace. Simplemente, no venía de manera específica de estos cuerpos estelares. Para todos nosotros es evidente, y debería ser evidente, que las estrellas y el sol no son los creadores de la luz, que Dios es el Creador de la luz. Él simplemente decidió usarlos como portadores de la luz que ya estaba allí antes de ellos y sin ellos. Entonces, Dios tomó la luz que ya había creado y se las dio a las lumbreras que hizo en el día cuatro.
Por cierto, pensé que esto era interesante. Juan Calvino, el gran reformador, escribió en su comentario de Génesis esta breve afirmación, y cito: “La única diferencia es esta: que la luz era antes dispersada, pero ahora procede de cuerpos lúcidos, los cuales al servir este propósito obedecieron al mandato de Dios.” Fin de la cita. Mucho antes de cualquier tipo de viaje espacial, Juan Calvino conocía el texto de las Escrituras. Y estaba en lo correcto. La luz existía y en este momento simplemente fue conectada a estos cuerpos.
Ahora, sigan esto porque esto es muy importante a medida que veamos el texto. Este relato de la creación de la luz define su propósito en tres funciones… tres funciones. Son muy claras. Función número uno, versículo 14: “Para separar el día de la noche.” Haya lumbreras en la expansión de los cielos para separar el día de la noche. Y cada una de estas tres funciones es introducida por la frase: “Hayan o Sean.”
La primera función es separar el día de la noche. Entonces, si usted está tomando notas, podemos decir que la primera función era separar… separar. Para separar algo de otra cosa, para marcar una distinción entre dos cosas, esas dos cosas ya tienen que estar en existencia. La oscuridad ya existía. Lo sabemos por el versículo 1. La luz llegó existir también en el día uno; por lo que también existía. Esto afirma que el día existía sin el Sol y la noche existía sin la luna y sin las estrellas.
Nuevamente, el Sol no es la causa de la luz del día porque ya había habido tres períodos de luz diurna y tres períodos de oscuridad antes del día cuatro. Dios creó a estos portadores de luz y les dio la tarea de separar. Y ahora, desde nuestro punto de vista, es el Sol que nos trae la luz del día, es el Sol que nos trae la luz; la noche junto con las estrellas. El primer propósito, entonces, de estas lumbreras, era separar el día de la noche o crear un día, tal como lo conocemos, un día de 24 horas.
En segundo lugar… dominar. Primero separar, segundo dominar. Sigan el texto. Y dice en el versículo 14: “Y sirvan…” nuevamente esa frase indicando una segunda categoría… “de señales” ¿Qué tipo de señales? “Para las estaciones, para días y años.” Aquí, el verbo, way-ha-u en hebreo, significa sirvan. Dios dio estos cuerpos luminosos para servir. Sirvan de señales, oth en el hebreo, usada como una connotación normal como un signo para los habitantes de la tierra. ¿Y eran señales de qué? Bueno, ahí lo dice. Ellos eran señales de las estaciones, los días y los años. Es decir que estos cuerpos estelares dividirían al año en estaciones; y ellos dividirían al tiempo, mejor dicho, en estaciones, en días y años. Por lo que hay tiempo de estaciones así como tiempo calendario.
Y eso es cierto. Es verdad. Es la Luna, como usted bien sabe, la que determina los meses. Y el curso del movimiento de la Luna en su órbita un poco extraña, genera también las estaciones. Lo mismo hace el Sol. Debido a que la Tierra está inclinada sobre su eje, causa que el Sol esté a distancias variables de su superficie en diferentes puntos del globo en diferentes momentos del año, lo cual produce las estaciones, las cuales son críticas para la renovación de la vida y el crecimiento de los cultivos y el florecimiento de la tierra y la bendición de la humanidad. Dios diseñó al Sol y la Luna para funcionar en la determinación de las estaciones.
Dios también diseñó al Sol en particular para servir en este asunto; y a la Luna para servir en el tema de los días, porque el día de 24 horas es simplemente determinado por el hecho que es el ciclo desde el amanecer al amanecer o desde el atardecer al atardecer, mañana y tarde, un período de tiempo en el que el Sol está brillando y un período de tiempo en el cual la noche es iluminada por la Luna y las estrellas. Entonces, Dios, determinando la órbita del Sol… o de la Tierra alrededor del Sol y la órbita de la Luna alrededor de la Tierra, determinó un día. Un día es entonces determinado por la rotación de la Tierra sobre su eje. Un período de 24 horas es el tiempo de la rotación de la Tierra.
Pero también es verdad que el Sol determina los años; porque se necesita un año completo para que la Tierra en rotación, siendo cada rotación un día, continúe en su órbita alrededor del Sol. Ése es un período de 365 días. Entonces, Dios creó el Sol y él domina, en el sentido que domina la vida en la Tierra. Es el medio mediante el cual nuestro tiempo en la luz y la oscuridad son determinados. Es el medio, junto con la Luna, mediante el cual se determinan las estaciones. Es el medio mediante el cual se determina el año calendario. Por lo tanto, los cuerpos celestes dominan nuestra vida. Nos decretan cuándo trabajamos y cuándo descansamos, cuándo despertamos y cuándo dormimos, cuándo comemos y cuándo no comemos.
Por cierto, un comentario interesante a pie de página. Es la rotación de la Tierra sobre su eje que determina un día de 24 horas. Es la rotación de la Tierra… o la órbita de la Luna alrededor de la Tierra que determina el mes. Y es la rotación de la Tierra alrededor del sol que determina el año. ¿Se ha preguntado alguna vez qué determina una semana? No hay nada en los cuerpos celestes que determine una semana. Y sin embargo, en toda la faz de la Tierra, universalmente, la humanidad vive de acuerdo a semanas. ¿De dónde cree que sacaron eso? De Génesis capítulo 1. Ése es el período de tiempo en el cual Dios creó al universo.
Entonces, los días y los años son respectivamente las medidas más largas y más cortas de tiempo fijadas de manera definida por el movimiento del Sol y también involucra a la Luna en sus movimientos mensuales. Y, claro, dentro del marco de estos días y años, la Luna y el Sol también afectan las estaciones.
Entonces, en segundo lugar… en primer lugar, estos cuerpos luminosos fueron dados para separar y en segundo lugar para dominar. Ellos dominan literalmente nuestras vidas. Algunos han sugerido que cuando Él dice aquí “señales”, pudo haberse referido a algo más. Bueno, me da gusto que haya sugerido eso. Simplemente, no dice eso en la Biblia; y yo prefiero apegarme a lo que Dios escribió aquí. La gente dice que esto podría referirse a la navegación terrestre y marítima por medio de las estrellas. Podría ser. Nosotros alineamos los instrumentos con la estrella del Norte y demás.
Y algunos han sugerido que esto podría ser una referencia indirecta a la estrella de Belén, la cual fue una señal para los hombres sabios de Mateo 2. Algunos realmente se exceden; y ven en las estrellas algún tipo de señal astrológica. Hombre, nuestra cultura realmente está empapada en eso. Que hay una especie de zodíaco y que estas estrellas son en realidad deidades o fuerzas o poderes que dan mensajes y que tienen un gran impacto en las vidas de las personas. Eso es pagano. Eso es impío. Eso es anti bíblico. Eso es pseudo ciencia. Eso es ridículo en el mejor de los casos. Y en el peor, es demoníaco.
Y algunos maestros cristianos inclusive han dicho que dice que son para señales. Y dicen que el Evangelio es predicado allí en las constelaciones. Eso es un invento bíblicamente inaceptable. Génesis nos dice cuáles eran las señales. Eran señales para indicar las estaciones, los días y los años. Y de esa manera, dominan nuestra vida. Controlan la vida humana. Controlan todo lo que hacemos en nuestra vida.
En tercer lugar - primero para separar, segundo para dominar - en tercer lugar, para iluminar. En el versículo 15 dice: “Y sean por lumbreras en la expansión de los cielos para alumbrar sobre la tierra.” Esa misma frase otra vez, simplemente para proveer luz, para iluminar.
Para separar, para dominar y para iluminar. Y me encanta esto: “Y fue así.” Eso es una subestimación, una manera suave de decir lo que ocurrió. Hace un par de semanas mencioné la teoría del Big Bang, la cual es por supuesto una teoría absurda de los evolucionistas. Pero a manera de broma, dije que hubo en un momento una gran explosión, un Big Bang, no el tipo de explosión gaseosa celular acerca de la cual hablan los evolucionistas; pero ellos tienen que admitir que parece que en algún momento hubo una explosión rápida, que propulsó al universo para llevarlo a su inmensidad. Y mientras que rechazamos la teoría del Big Bang, de la gran explosión, ciertamente hubo algo grande cuando Dios simplemente habló e hizo que universo de cuerpos estelares existiera instantáneamente.
Y fue así. Y recuerde esa pequeña frase fue usada en el versículo 7: “Y fue así.” Versículo 9: “Y fue así.” Versículo 11: “Y fue así.” Versículo 15: “Y fue así.” Y es una frase técnica que significa que fue creado de manera permanente. Significa que en la creación hubo una condición firme y fija y establecida. Este es el testimonio… y lo he mencionado un par de veces… de Umberto Cassuto, quien no es cristiano, un autor judío que escribe desde la interpretación judía del libro de Génesis. Tan útil. Este comentario me ha sido más útil que cualquier otro que he leído; y realmente capta el entendimiento hebreo del texto.
Y él dice simplemente repetidas veces que esta pequeña frase indica que fue así; y permaneció así a lo largo de la vida del universo. Es una manera de decir que algo fue fijado. Fue fijo. Y de nuevo, va en contra de la idea del creacionismo progresivo, que Dios hizo algo y comenzó un proceso de evolución. Lo hizo, lo fijó, fue firme, fue establecido… exactamente lo que leí antes del Salmo 33, versículo 9.
Similarmente a las otras descripciones de los días de la Creación, la obra es ahora repetida y definida con mayor detalle. Observe el versículo 16: “E hizo Dios las dos grandes lumbreras.” Está definiendo a estas luces. Las dos grandes luces. “La lumbrera mayor para que señorease en el día y la lumbrera menor para que señorease en la noche; hizo también las estrellas.” Nuevamente, amados, les recuerdo que la afirmación “E hizo Dios” es una afirmación inequívoca de Creación divina, no de un proceso prolongado. Y Él hizo las dos grandes lumbreras… dos grandes lumbreras… las dos grandes lumbreras refiriéndose a esas lumbreras que dominan nuestra vida, el Sol y la Luna.
En el Salmo 8:3, el salmista dice: “Cuando veo los cielos, obra de Tus dedos, la luna y las estrellas que Tú formaste, digo ¿Qué es el hombre para que tengas de él memoria?” Dios es el Creador. Dios es el Hacedor. El Salmo 136, versículos 5 al 9 alaba a Dios con estas palabras: “Al que hizo los cielos con entendimiento, porque para siempre es Su misericordia, al que extendió la tierra sobre las aguas… refiriéndose a separar la tierra del mar… al que hizo las grandes lumbreras,” los mismos términos usados en el Salmo 136. “El sol para que señorease en el día, la luna y las estrellas para que señoreasen en la noche.” Ahí en el Salmo 36, versículos 5 al 9, afirma la Creación de Dios de de las dos grandes lumbreras, la lumbrera mayor para gobernar el día, la lumbrera menor para gobernar la noche junto con las estrellas también.
Veamos simplemente a la lumbrera mayor para gobernar el día. Ése es el Sol… Ése es el Sol, literalmente para gobernar sobre el día; y eso es lo que hace el Sol. Ahí en el versículo 18: “Para señorear en el día,” esa es la función del Sol. Por cierto, cuando dice esto, debemos detenernos. No estamos hablando acerca de algo que es alguna persona; usted sabe que las tribus de la antigüedad han adorado al Dios sol, los egipcios adoraban a Ra, el dios sol. Adoraban al Dios y a la diosa de la luna. Las ideas idólatras paganas aberrantes - que de alguna manera el sol, la luna y las estrellas son gobernantes literales, que son deidades que gobiernan la vida del hombre. Eso no es lo que dice aquí.
Los relatos babilonios antiguos convierten al Sol, la Luna y las estrellas en dioses, adjudicándoles personalidad, intelecto y voluntad. Y es extraño que algunos rabinos adoptaran esto. Existen mitos rabínicos influenciados por este tipo de paganismo que dicen que las lumbreras son personas que de alguna manera se comunican con su creador de tal manera que algunos de los judíos llegaron a adorar a la luna y sol. Si usted lee Ezequiel capítulo 8 encontrará una ilustración de israelitas en el templo de Dios adorando al Sol. Y toda esa idolatría, todo ese mito, está excluido por el Antiguo Testamento. Simplemente, son creación material, creación luminosa en los cielos que gobiernan sólo en el sentido de que están situados por encima de la Tierra; y ellos controlan sus noches y sus días. Y por lo tanto, controlan sus patrones de vida. Como lo he dicho anteriormente, dominan.
El Sol, siendo el más dominante, gobierna el día. La lumbrera menor, versículo 16, sería la Luna; y gobierna la noche de la misma manera que el Sol gobierna el día. Su función consiste en dar su luz sobre la noche. Por lo tanto, decreta nuestras vidas en la oscuridad. Él hizo también las estrellas. Y eso es tan asombroso. Él también hizo las estrellas. Eso es todo ¿Qué más se puede decir? La economía de palabras aquí es asombrosa. Veinte… y usted no quiere saber esto… 20 billones de dólares se han gastado para explorar la Luna; 20 billones de dólares.
Y una de las cosas que han estado tratado de descubrir es cómo es que la Luna evolucionó. Es cierto. Esa ha sido una de las metas primordiales en la exploración de la Luna. Hasta ahora, se han gastado 20 billones de dólares en la exploración de la Luna. No tienen información acerca de cómo la Luna evolucionó porque no lo hizo. La evolución no tiene idea. Ni siquiera puede explicar cómo es que la Luna evolucionó, ¿cómo van a explicar entonces que nuestro sistema solar evolucionó? ¿Y cómo van a explicar que la galaxia, la Vía Láctea, evolucionó junto con todo lo demás?
Una teoría dice que los planetas fueron formados cuando una estrella… que por cierto estaba pasando cerca del Sol, cerca de su campo magnético… no dicen de dónde vino el Sol, no dicen de dónde vino la estrella y cómo desarrollaron sus órbitas, eso no lo dicen… pero la estrella pasó cerca del Sol y su campo magnético arrancó materia del sol; y esa materia comenzó a hacer lo que hace la materia para convertirse a sí misma en un sistema solar.
La teoría más popular es que nuestro sistema solar se formó a partir de una nube de gas, polvo y partículas. No dicen de dónde vinieron el gas, el polvo y las partículas. Y si todo esto fuera verdad, y todo simplemente se hubiera unido, los planetas y sus 63 lunas conocidas en nuestro sistema solar, nuestros planetas tienen un total de 63 lunas acerca de las cuales conocemos, entonces los planetas de nuestro sistema solar y las 63 lunas debieron haber evolucionado del mismo material, entonces podríamos suponer que todos tendrían material y semejanzas en común, ¿no es cierto? Si todo viene de lo mismo.
Pero no es así. Muestran la huella digital de un Creador. Escuche esto… alrededor del 98% del Sol es hidrógeno o helio. Si nuestro sistema solar fue de hecho creado de alguna manera por materia que se arrancó del Sol, Tierra, Marte, Venus y Mercurio, deberían tener una composición semejante. Pero en lugar de esto, el 98% del Sol es hidrógeno y helio, pero menos del 1% de estos planetas es hidrógeno y helio. No hay procesos naturales que pudieran formar estrellas que quemaran combustible, cientos de miles de veces más rápido de lo que lo quema el Sol. No hay explicación alguna de cómo las galaxias pudieron existir con sus billones y billones de estrellas. Y esa es la razón por la cual es tan contundente ver en el versículo 16 que Dios lo hizo todo… Él lo hizo todo a su manera, imposible de imitar, fresca, sabia.
C.S. Lewis llevó a la discusión del sistema solar, la evolución, a su fin lógico. C.S. Lewis dijo, y cito: “Si el sistema solar fue originado por una colisión accidental, entonces la apariencia de vida orgánica en este planeta también fue un accidente y toda la evolución del hombre fue también un accidente. Si fue así, entonces todos nuestros pensamientos actuales son accidentes. El resultado accidental del movimiento de átomos, esto entonces explica los pensamientos de los materialistas y los astrónomos, como también del resto de la gente. Pero si sus pensamientos son meros accidentes, ¿por qué debemos creer alguno de ellos? No veo razón alguna, dice C.S. Lewis, para creer que un accidente puede darme el relato correcto de todos los otros accidentes.” Fin de la cita.
Y Lewis continúa escribiendo en su libro acerca de los milagros. Lo anterior era de su obra Dios en el banquillo, esto es de Los milagros. Él dice, y cito: “Cada pensamiento en particular no tiene valor si es el resultado de causas irracionales. Obviamente entonces, todo el proceso del pensamiento humano, lo que llamamos razón, igualmente no tiene valor si es el resultado de causas irracionales. De esta manera, toda teoría del universo, lo cual hace de la mente humana un resultado de causas irracionales, es inadmisible ya que sería una prueba de que no hay cosas tales como pruebas, lo cual es absurdo. Pero la evolución comúnmente es presentada como correcta y es precisamente una teoría de este tipo.” Fin de la cita. Él podría derrotarlos con facilidad.
Cuando usted ve al universo desde un punto de vista científico, lo que encuentra no es algo que ha evolucionado a lo largo de billones de años, sino algo muy joven. Hay una falta de evidencia de que el Sol y las otras estrellas, por ejemplo, provengan de fusión nuclear. Los evolucionistas dicen que es un tipo de evolución de fusión nuclear. Las reacciones de fusión en el Sol producirían partículas subatómicas conocidas como neutrinos. En los 1960, Raymond Davis condujo un experimento designado para detectarlas. Se detectaron tan pocos neutrinos que Davis dijo de aquellos que sí lo fueron, y cito: “No consideramos a este resultado como una medida del flujo de neutrinos solares debido a las incertidumbres en varios efectos de trasfondo.” Fin de la cita. Conclusión: ellos dijeron que si la fusión nuclear está creando esto… el Sol y las estrellas… encontrarían neutrinos. Miraron, y no encontraron nada.
Recientemente, se ha descubierto que el Sol está oscilando. Estudiando la naturaleza de dichas oscilaciones, los científicos han aprendido acerca del interior del Sol, así como el estudio de las ondas sísmicas nos dice algo acerca del interior de la Tierra. Estos estudios muestran que la temperatura central del Sol es demasiado baja como para producir fusión nuclear. Los cálculos también han mostrado que si el Sol se formó por la contracción de una nube de gases, tal como presenta la evolución estelar, su temperatura central nunca alcanzaría el punto en el que el quemado nuclear puede comenzar. Simplemente no pueden explicarlo.
¿De dónde obtiene el Sol su energía? No tienen ni idea. Pero al observarlo… y esto es interesante… el Sol está contrayéndose o encogiéndose; y ahora están proponiendo una edad muy joven para el Sol, dice un escritor, de como mucho unos miles de años. No sólo el Sol demuestra que el universo es joven, también la Luna. La velocidad a la cual la Luna se está alejando de la Tierra - se está alejando; sabemos cuán rápido se está alejando. Si la Tierra y la Luna tuvieran 4.5 billones de años de edad, la Luna ya debería haberse alejado fuera del alcance de nuestra vista hace mucho tiempo atrás. Y así continúa.
La única explicación para el sistema solar, regresemos al versículo 16, es que Dios hizo dos grandes lumbreras. La lumbrera mayor para gobernar el día y la lumbrera menor para enseñorearse de la noche. Él hizo también las estrellas; y puso Dios en la expansión de los cielos para alumbrar sobre la tierra. Y aquí Él otra vez presenta los tres mismos propósitos: para separar, para dominar y para alumbrar. Sólo que ahora en un orden inverso: para dar luz sobre la tierra… Esto es para alumbrar; y para enseñorear en el día y en la noche, esto es para dominar; y en tercer lugar, para separar la luz de las tinieblas. La única explicación es que Dios lo hizo todo. El salmista estaba en lo correcto. Los cielos declaran… ¿qué? La gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de Sus manos. No hay otra explicación en absoluto.
Y después dice: “Y vio Dios… versículo 18… que era bueno.”¿Qué quiere decir con eso? Le dije lo que esa frase significa. Se utiliza en el versículo 10, después de que la tierra seca y el mar fueron separados; se utiliza en el versículo 12 después de que los árboles y las plantas fueron creados. Y utilizada nuevamente aquí, significa que estaba lista para ser habitada. Era buena. Estaba lista para ser habitada. Finalmente llegó a ese punto, lista para ser habitada. Y ese es el motivo por el que en el día cinco
Él comienza a crear a las criaturas vivientes y a las aves, a las criaturas marinas; y después, al día siguiente, a los animales y al hombre. Lista para ser habitada; era buena. No había muerte, entonces no podía haber ninguna mutación. No podía haber ninguna selección natural porque nada muere, no hay muerte. No hay defecto. No hay mutación. Ninguna evolución es posible. La muerte no viene sino hasta Génesis 3. Todo era bueno. Tal como Él lo hizo, 6 o 7000 años atrás.
Y me encanta como termina en el versículo 19: “Y fue la tarde y la mañana el día cuarto.” Sólo en caso de que alguien no lo entendiera, esto sucedió en un período de 24 horas. Versículo 5, día uno: “Y fue la tarde y la mañana el día uno.” El día primero o un día. Versículo 8: “Y fue la tarde y la mañana el día segundo.” Versículo 13: “Y fue la tarde y la mañana el día tercero.” Y acabamos de leer en el versículo 19, versículo 23, lo mismo: “Y fue la tarde y la mañana el día quinto.” Y versículo 31: “Y fue la tarde y la mañana el día sexto.” Y después, en el capítulo 2, versículo 1: “Fueron pues acabados los cielos y la tierra y todo el ejército de ellos; y acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo. Y reposó el día séptimo de toda la obra que hizo.” Entonces, Dios creó.
Y quiero cerrar llevándolo de regreso al Salmo 8. Pasé conmigo al Salmo 8 y aquí vamos a terminar. Salmo 8: “¡Oh Jehová, Señor nuestro, cuán glorioso es Tu nombre en toda la tierra! Has puesto Tu gloria sobre los cielos.” Y él está viendo el macrocosmos, viendo la gloria de Dios en lo vasto que es la creación celestial. Y después, observa lo más pequeño: “De la boca de los niños y de los que maman fundaste la fortaleza a causa de Tus enemigos, para hacer callar al enemigo y al vengativo. Cuando veo los cielos, obra de Tus dedos, la luna y las estrellas que Tú formaste, digo: ¿qué es el hombre para que tengas de él memoria y el hijo del hombre para que lo visites?”
Y usted puede estar seguro de que en el día del salmista, probablemente ellos no conocían tanto de lo que está ahí afuera; pero aún así, él está asombrado de que Dios, quien creó el universo, se preocupara por él. “¿Qué es el hombre para que tengas de él memoria y el hijo del hombre para que lo visites?” Ahí se está refiriendo la humanidad. “Le has hecho poco menor que los ángeles, y lo coronaste de gloria y de honra.” Somos el pináculo de la Creación divina. “Le hiciste señorear sobre las obras de Tus manos; todo lo pusiste debajo de sus pies: ovejas y bueyes, todo ello, y asimismo las bestias del campo, las aves de los cielos y los peces del mar; todo cuanto pasa por los senderos del mar. ¡Oh Jehová, Señor nuestro, cuán grande es Tu nombre en toda la tierra!”
Como usted puede ver, eso es realmente lo que Dios buscaba en la Creación. Dios nos dio el relato de la Creación para que lo alabáramos como se hace en el Salmo 8, correcto? ¿Y qué es lo que hace el evolucionista? El evolucionista le roba a Dios Su gloria, le roba Su majestad. Debería postrarse en su rostro y decir: “¡Oh, Jehová, Señor nuestro, cuán glorioso es Tu nombre en toda la tierra.” Y maravilla de maravillas, Tú te preocupas por nosotros. Te preocupas lo suficiente como para amarnos, como para enviarnos a un Salvador para perdonar nuestros pecados, para llevarnos a la gloria eterna. Oh Señor, nuestro Dios… él comienza de la misma manera en la que termina… cuán grande es Tu nombre en toda la tierra. Ésta es la respuesta correcta a Génesis 1. No cuestionarlo. No discutir, no debatir, no convertir a la ciencia en algún tipo de hermenéutica para tratar de explicarlo o justificarlo de manera errónea. Sino caer sobre el rostro y clamar con el salmista: “Cuán grande es Tu nombre en toda la tierra.”
¡Qué cosa tan increíble, maravillosa, es que el Dios del universo se preocupe por mí, que se preocupe por mí! Él lo conoce a usted. Usted ha sido maravillosamente hecho. Él entiende que si se uniera su ADN sería como unos 500,000 viajes a la Luna. Él comprende todos los códigos en esas tiras enredadas en cada una de los múltiples trillones de células en su cuerpo. Él entiende todo acerca de usted; y hay tanta gloria en la inmensidad y la complejidad de la creación de su cuerpo como la hay en la complejidad y la creación del universo. Dondequiera que usted mire, verá a Su majestad en despliegue. Algo menos que una vida de adoración es un insulto Dios, digno de ser castigado con una eternidad del infierno, ¿no es cierto?
Padre, te damos gracias por la claridad de este relato y el poder del mismo. Su sabiduría. Estamos sencillamente abrumados conforme vemos la Creación y vemos lo que Tu mano ha hecho. Y no sólo estamos maravillados por Tu poder creador, sea que observemos la parte más diminuta de los organismos vivos o la inmensidad del espacio interminable sino que estamos abrumados porque te preocupas por nosotros y por nuestra eternidad cuando te hemos odiado y nos hemos rebelado y hemos pecado y te hemos desobedecido. Y sin embargo, nos amas; y nos perdonas. Y envías a Tu hijo para morir por nosotros. Te bendecimos, te alabamos. Realmente decimos con el salmista: “¡Oh Jehová, Señor nuestro, cuán glorioso es Tu nombre en toda la tierra!” Te damos gracias porque Tú nos has creado a Tu propia imagen. Y nos creaste para tener comunión eterna contigo, haciendo eso posible a través de Jesucristo, a quien pertenece la alabanza y la gloria; y en cuyo nombre oramos. Y todos dijeron… Amén.
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