Esta noche vamos a hablar de un tema maravilloso, tomé un poco más del tiempo que debía tomar, en un sentido; pero quería compartir con ustedes lo que hice. Entonces, vamos a tratar de comprimirlo en el tiempo que nos queda.
Quiero que abra su Biblia en Romanos 8. Romanos, capítulo 8. Y comencemos en Romanos 8 con parte de la revelación de Dios que es muy conocida.
Versículo 28, el cual es conocido por todos nosotros, es un muy buen punto inicial. Romanos 8:28: “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a Su propósito son llamados. Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de Su Hijo, para que Él sea el primogénito entre muchos hermanos. Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó.”
En nuestro estudio doctrinal, hemos hablado del pre conocimiento. Hemos hablado de la predestinación o la doctrina de la elección. Hemos hablado un poco acerca de la justificación. Y hablaremos acerca de la glorificación. Pero la palabra en la que quiero que se enfoquen esta noche es la palabra “llamados”. Llamados. En el versículo 28: “son llamados”. En el versículo 30: “y a los que predestinó, a estos también llamó. Y a los que llamó, a estos también justificó.”
Ahora, una de las palabras más simples en el idioma español es la palabra llamar. Todos entendemos esa palabra. La usamos de una manera cotidiana. Es una de las palabras más comunes en nuestro vocabulario. Llamamos a nuestros hijos para que vengan a cenar esperando que van a responder. O llamamos a nuestro marido para que venga a cenar y esperamos que él va a responder. Llamamos a nuestros amigos por teléfono y esperamos que ellos hagan a un lado la opción de dejar que la máquina contestadora tome la llamada y respondan.
Se vuelve poco más importante cuando una Iglesia llama a un pastor esperando que él acepte el ofrecimiento de venir y pastorearlos. Y cuando usted es llamado por su jefe, el llamado se vuelve igualmente obligatorio. Me acuerdo cuando era niño, y me llamaban a la oficina del director. Me acuerdo cuando en la universidad recibí lo que se llamaba un “papel de llamado” para concurrir inmediatamente a la oficina del director. Algunos de ustedes han recibido un llamado de una corte. Un citatorio es un llamado que usted realmente no debe ignorar, porque si usted es llamado para ir a una corte, probablemente debería aparecer o quizás usted podría recibir una visita de parte de oficiales de la ley. Quizás un poco más fuerte que tan sólo un citatorio es una orden de comparecencia. Una orden de comparecencia es un citatorio que manda a la persona designada a que aparezca bajo pena de no hacerlo.
Y entonces, realmente hay todo tipo de llamados. Hay una especie de llamados minimalistas que usted en cierta manera le ofrece a alguien para que llegue a la mesa o esas llamadas telefónicas que usted espera que alguien responda, hasta algo más serio como un llamado por parte de su jefe o un llamado de una Iglesia o un llamado por parte de la oficina del director o un llamado, una citación de una corte con una amenaza por no responder. Entonces, hay tipos de llamados que son mucho más obligatorios.
Pero en todos esos casos, usted todavía puede escoger ignorarlos. Usted puede resistir cualquiera de esos llamados y hacer lo que usted quiera hacer. Pero las Escrituras revelan una verdad acerca de un llamado, un citatorio que no puede ser ignorado y no puede ser resistido. Es el citatorio obligatorio contundente por parte de Dios. Es una orden de comparecencia para aparecer delante de Él en Su corte con el propósito de ser declarado justo; ser declarado justo, que todos sus pecados sean perdonados y ser liberado de cualquier juicio o cualquier condenación.
Éste es el llamado del que usted lee en Romanos 8. Es un llamado que justifica. Es un llamado que viene según el propósito Divino. Es un llamado que viene a aquellos que son predestinados, a aquellos que son elegidos, a aquellos que son escogidos. Es un llamado que lleva desde la justificación hasta la gloria eterna. Los teólogos han llamado a este llamado un llamado efecto eficaz, un llamado determinante, un llamado decisivo, un llamado conclusivo, un llamado operativo y un llamado irresistible. Es el llamado a la salvación. Es el citatorio divino. Es el citatorio divino no para juicio y no para castigo, sino para que usted pueda ser declarado justo, libre de la condenación, perdonado. Es el llamado de salvación.
La pregunta es ¿puede ser negado? ¿Puede ser resistido? ¿Es posible no conformarse a ese llamado? Bueno, el versículo 30 dice: “a los que predestinó, a estos también llamó.” Entonces, ese llamado está limitado a aquellos que son los elegidos. No estamos hablando aquí acerca de un llamado general, simplemente un llamado amplio que abarca todo el mundo. El tipo de llamado general que el apóstol Pablo habla al citar al profeta del Antiguo Testamento, ni estamos hablando de las palabras de Mateo 22, “muchos son llamados, pero pocos escogidos”. No estamos hablando acerca de lo que podríamos llamar el llamado general del Evangelio, la invitación externa general del Evangelio. Estamos hablando acerca de algo que viene sólo a los predestinados y que resulta en justificación. Y esa es la razón por la que es llamado un llamado eficaz o un llamado efectivo.
Ahora, quiero que vea aquí la palabra “llamados”. Es parte de un grupo de palabras que salen de una raíz kaleō … kaleō. Kaleō significa llamar a la presencia de uno o citar. Es usada por ejemplo Mateo 2:7, en donde dice “Herodes llamó a los magos a su corte y vinieron.”
La palabra puede ser usada en circunstancias menos serias, pero es la palabra que es utilizada en las Escrituras para hablar de una orden de comparecencia. De hecho, están descriptiva que nosotros como creyentes de hecho somos “los llamados”. Somos los llamados, la Iglesia es la ekklēsia, no de kaleō, sino de ekkaleō. Kaleō es ser citado. Ekkaleō es una palabra más fuerte, un citatorio más fuerte, ser llamado y la Iglesia entonces se convierte en la forma del nombre de ese verbo, los llamados. Entonces, usted pregunta qué es una Iglesia. Es la asamblea de aquellos llamados, citados.
Ahora, esto se vuelve muy claro a lo largo de las Escrituras, no sólo en Romanos 8. Y entonces, quiero hacer un estudio bíblico con ustedes. Regrese a Romanos 1. Y creo que usted lo va a disfrutar y va a estirarlo a una nueva categoría maravillosa de entendimiento. Romanos 1:1: “Pablo, siervo de Jesucristo, llamado a ser apóstol, apartado para el evangelio de Dios,” él es una persona apropiada que podemos estudiar para este tipo de llamado porque cuando el llamado de Dios vino a la vida del apóstol Pablo, fue un citatorio soberano, divino, de gracia irresistible. Él fue azotado en el polvo en el camino a Damasco con nada que hacer más que responder. Él es llamado como un apóstol.
Ahí en el versículo 6, él está hablando de la obediencia de la fe. En el versículo 5, “para la obediencia a la fe en todas las naciones por amor de Su nombre; entre las cuales estáis también vosotros, llamados a ser de Jesucristo; a todos los que estáis en Roma, amados de Dios, llamados a ser santos…” Llamados apartados. Ustedes son los amados, los santos, los llamados.
Observe 1 Corintios 1:1. Nuevamente, versículo 1, Pablo llamado a ser apóstol. Eso no quiere decir que es su título. Él quiere decir que fue llamado por Dios, por la voluntad de Dios a ser un apóstol de Jesucristo. Y nuevamente, no era algo que él podía resistir. Versículo 2: “A la Iglesia de Dios que está en Corinto, aquellos que han sido santificados en Cristo Jesús, santos por llamado.” Entonces, sea lo que sea que es este llamado, hace de usted un santo. Romanos 8 lo justifica a usted. Aquí, lo santifica a usted. Y el versículo 9, “Dios es fiel, mediante quien fuisteis llamados a la comunión con Su Hijo Jesucristo nuestro Señor.” Ustedes fueron llamados a la comunión que ustedes disfrutan con el Señor Jesucristo, llamados por Dios.
Ahí en el versículo 23: “nosotros predicamos a Cristo crucificado, para los judíos ciertamente tropezadero, y para los gentiles locura; mas para los llamados, así judíos como griegos, Cristo poder de Dios, y sabiduría de Dios.” Ahora siga esto: si usted está entre los llamados, entonces cuando Cristo crucificado es predicado, Él se convierte para usted en el poder de Dios y la sabiduría de Dios. Para los judíos es tropezadero, para los gentiles es locura; pero para los llamados sean judíos o gentiles, Cristo es el poder de Dios y la sabiduría de Dios.
Este es un llamado que hace a aquel que es llamado parte de los llamados, la ekklēsia. Versículo 26: “pues considerad vuestro llamado.” Considérelo. Considere su citatorio. Considere su citatorio Divino. “Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es…” Dios ha escogido las cosas débiles del mundo para avergonzar a las cosas que son fuertes. Y las cosas bajas del mundo y lo menospreciado Dios ha elegido.
Y ahí tienen su llamado, hermanos, es un llamado basado en el hecho de que Dios ha elegido. Dios ha elegido. El versículo 30 lo resume al decir: “más por el estáis vosotros en Cristo Jesús.” Cristo se vuelve para usted la sabiduría de Dios en justificación y santificación y redención por lo que Él hizo. Él los eligió, ustedes son los predestinados y Él los llamó. A quien Él predestina, Él llama, a quien Él llama, Él justifica y glorifica. Estamos hablando aquí, entonces, acerca del llamado a la comunión de los santos, en la comunión con Su Hijo.
Pasear Gálatas capítulo 1 y vea la coherencia de esta verdad. Gálatas 1, versículo 6. Pablo dice ‘estoy sorprendido,’ los gálatas estaban desviándose siendo engañados por algunos falsos maestros, aunque eran creyentes. Él dijo ‘estoy sorprendido que tan rápidamente están desertando a Aquel que os llamó por la gracia de Cristo.’ Estoy sorprendido de qué tan rápidamente están dejándolo a Aquel que los llamó por la gracia de Cristo. Y él está diciendo aquí que Dios los llamó a sí mismo. Los citó a sí mismo a través de la gracia de Cristo y estoy sorprendido de que están desviándose de eso siguiendo un evangelio engañoso, distorsionado y diferente.
En el versículo 11 él dice ‘quiero que sepan, hermanos, que el Evangelio que fue predicado por mí no es de acuerdo al hombre. No lo recibí del hombre o fui enseñado. Yo lo recibí a través de una revelación de Jesucristo. Vosotros habéis oído de mi vida anterior en el judaísmo, solía perseguir a la Iglesia de Dios sin medida, tratando de destruirla y estaba avanzando en el judaísmo.’ Y esta mañana hablamos de eso, ¿no es cierto? Si quiere avanzar en el judaísmo, mate a cristianos. Así de apasionados eran acerca de su religión.
Entonces, él estaba avanzando en el judaísmo mucho más allá de mis contemporáneos entre mis compatriotas, siendo mucho más celoso de mis tradiciones ancestrales. ‘Pero cuando le agradó a Dios, quien me apartó aún desde el vientre de mi madre y me llamó por Su gracia revelar a Su Hijo en mí,’ cuando a Dios le agradó alcanzarlo, sabiendo que todavía había sido determinado inclusive desde el vientre de su madre y Él lo llamó mediante Su gracia, cuando le agradó, Él reveló a Su Hijo en Mí para que predicara entre los gentiles.
Pablo entendió que simplemente había sido tomado del cuello por Dios y despertado a la gloria de Cristo y salvado y hecho un apóstol. Observe Efesios capítulo 4. Y nuevamente, esto es para que usted entienda que este es lenguaje tan común en el Nuevo Testamento, Efesios 4:1. “Yo, pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados.” Esto no puede ser un llamado general. Esto no puede ser un llamado que usted pueda tomar o dejar. Este es un llamado mediante el cual usted ha sido llamado que demanda que usted viva su vida de cierta manera. Por lo tanto, es un llamado transformador, un llamado justificador, santificador. Y entonces, usted debe vivir “con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor, solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz; un cuerpo, y un Espíritu, como fuisteis también llamados en una misma esperanza de vuestra vocación, un Señor, una fe, un bautismo, un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en todos.”
Este es un llamado a salvación y nada más. Este es un llamado a un cuerpo, a un Espíritu, a una esperanza, a un Señor, a una fe, a un bautismo, a un Dios y un Padre de todos nosotros que es sobre todos y por todos y en todos. Es un llamado, entonces, que supone una respuesta de una vida que es vivida de una manera digna. En donde quiera entonces que usted ve la idea de un llamado a la salvación en las epístolas del Nuevo Testamento, siempre es este llamado eficaz, determinante, operativo, el llamado Salvador.
Pase a Colosenses 3:15. Y aquí dice en este versículo conocido: “la paz de Cristo gobierne en vuestros corazones, a la cual de hecho han sido llamados a un cuerpo.” Aquí de nuevo ustedes fueron llamados al cuerpo de Cristo. Fueron llamados a paz a través de Cristo, quien ahora gobierna en su corazón. Pasea 1 Tesalonicenses capítulo 2 y de nuevo, él dice lo que dice en Efesios 4, esto es Pablo. “Para que andéis de una manera digna de Dios,” escuche esto, “quien os llama a Su propio Reino y gloria.”
Este es un llamado a comunión. Este es un llamado a una relación con Jesucristo. Este es un llamado a la santidad. Este es un llamado al cuerpo de Cristo, a unirse con el Espíritu, el Señor, la fe, el único Dios y Padre de todos nosotros. Y éste es un llamado a Su Reino y gloria. Y de nuevo, repito, y los teólogos quienes entienden la Palabra de Dios en su simplicidad magnífica siempre han dicho, este es un llamado Salvador. Esta es una orden de comparecencia. Me gusta llamarlo el citatorio obligatorio de Dios.
En 2 Tesalonicenses 2:14. Versículo 13: “siempre debemos dar gracias a Dios por vosotros, hermanos amados por el Señor, porque Dios os ha elegido desde el principio para salvación.” Ahí está la gran doctrina de la elección. Dios os ha elegido desde el principio, desde antes de que el tiempo comenzara en los consejos de la eternidad, dentro de la Trinidad, “Dios os eligió para salvación mediante la santificación por el Espíritu y fe en la verdad.” Versículo 14: “y fue para esto que Él los llamó.”
Fueron llamados porque fueron elegidos. Fueron llamados porque fueron elegidos desde el principio para salvación. Fueron elegidos para ser santificados por el Espíritu, fueron elegidos para creer en la Verdad y Él los llamó mediante nuestro Evangelio para que pudieran ganar la gloria de nuestro Señor Jesucristo. Ahí lo tiene de nuevo. La elección llevó a un llamado, lo cual llevó a la salvación, justificación, santificación y la glorificación final.
De nuevo, versículo 14: “fue para esto que Él los llamó mediante nuestro Evangelio,” ¿para qué?, “Para que pudieseis ganar la gloria de nuestro Señor Jesucristo.” Uniéndolo todo, sea quien sea quien el Señor llama, Él llama a Su Reino, sea quien sea a quien Él llama, Él llama a la salvación, Él llama para fe en la Verdad, Él llama para la santificación por el Espíritu y Él llama a la gloria eterna. Esto de nuevo es un llamado salvador.
Segunda de Timoteo 9, aquí son presentados de manera paralela, al final del versículo 8: “Dios, quien nos salvó y nos llamó con un llamamiento Santo,” esas son dos maneras de decir lo mismo. Dios, quien nos llamó y nos llamó con un llamamiento Santo. Aquí no dice Dios quien nos llamó con un llamamiento Santo y debido a que respondimos, Él nos salvó. No dice eso. Dice: “nos salvó,” lo cual quiere decir Él nos llamó por un llamado o llamamiento Santo, no según nuestras obras sino según Su propio propósito y gracia que nos es concedido en Cristo Jesús antes de que el tiempo comenzara. Ahí usted regresa nuevamente. Él llama a quien Él predestina y elige. Enseñanza inequívoca de las Escrituras.
Primera de Pedro 2:9. Este es un versículo rico, rico. Versículo 9: “mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación Santa,” estas son simplemente designaciones grandiosas, “linaje escogido, real sacerdocio, nación Santa, pueblo adquirido por Dios para que proclaméis las virtudes de Aquel que os llamó de las tinieblas a Su luz admirable.”
Ahora, creo que probablemente cuando usted estudia su Biblia, cada vez que usted encuentra esta palabra ‘llamados’ en las epístolas usted la verá saltando de la página. Este no es un acto que Dios anhela, el llamarlo a usted. No es como llamar a los niños a cenar. Este es un llamado eficaz, efectivo, determinante, operativo. Él lo llamó de las tinieblas a Su luz admirable. Él no lo llamó de las tinieblas esperando que usted viniera, Él lo llamó a usted de las tinieblas a Su luz admirable. Ahí es a dónde usted fue cuando Él lo llamó a usted.
Cuando Él lo llamó usted, usted vino a Su corte y usted fue declarado justo. Cuando Él lo llamó usted, usted vino a su cuerpo y usted se volvió parte del cuerpo de Cristo. Cuando Él lo llamó a usted, usted vino a la comunión. Cuando Él lo llamó, usted se volvió santo. Cuando Él lo llamó a usted, usted fue santificado. Cuando Él lo llamó a usted fue para que usted fuera finalmente glorificado. El versículo 21 dice que usted fue llamado para este propósito, para seguir los pasos de Cristo. Un llamado a seguir su vida siguiendo el ejemplo del Salvador.
Capítulo 3, versículo 9: “mantengan armonía,” versículo 8, “muestren compasión, amables, mostrando amor fraternal, sean humildes en espíritu, no devolviendo mal por mal o insulto por insulto, den gran bendición en lugar de esto; porque para esto fuisteis llamados con el propósito mismo de que podáis heredar una bendición.” Este es un llamado que lo hizo una persona que pudiera ser una bendición. Este es el llamado que lo trajo a la vida que debe vivir de una manera digna. Este llamado tiene un efecto.
Primera de Pedro 5:10. Primera de Pedro 5:10. Esto es tan maravilloso. “Después de que habéis padecido por un poco de tiempo, el Dios de toda gracia quien os llamó a Su gloria eterna en Cristo.” ¡Qué afirmación! Dios lo ha llamado a justificación. Él lo ha llamado a usted a santificación y santidad. Él lo ha llamado a comunión con los santos. Él lo ha llamado a vivir una vida piadosa y virtuosa y a vivir de una manera digna de Su llamado y adornar Su nombre. Y Él lo ha llamado a Su gloria eterna en Cristo.
Y Él lo ha llamado porque lo escogió a usted y lo predestinó para este fin. Segunda de Pedro 1:3, bueno, versículo 2: “Gracia y paz os sean multiplicadas, en el conocimiento de Dios y de nuestro Señor Jesús. Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por Su divino poder, mediante el conocimiento de Aquel,” escuche esto, “que nos llamó por Su gloria y excelencia.” Él nos llamó por Su propia gloria. Él nos llamó por Su propia excelencia. Y Él nos dio todo lo que pertenece a la vida y a la piedad. Esto realmente es sorprendente.
El predicador puede llamar a la gente al arrepentimiento. El predicador puede rogarle a la gente a que venga a salvación en Cristo. Podemos hacer nuestro mejor esfuerzo. Los profetas lo han hecho y los apóstoles también. Y los predicadores todavía lo hacen. Ése es el ruego general externo, muy diferente del llamado interno que salva.
Finalmente, Hebreos 3:1. Aquí está la diferencia. Aquí está la diferencia. Hebreos capítulo 3, versículo 1: “por tanto, hermanos santos,” me encanta eso. Tengo que referirme a ustedes con mayor frecuencia de ese modo. Es verdad, es verdad, todo es verdad. Separados, con justicia imputada. “Por tanto, hermanos santos,” aquí está, partícipes de ¿qué? ¿Cuál es la palabra?, “Un llamado celestial.” Aquí no estamos hablando del predicador. Aquí estamos hablando de Dios. Este es un llamado Divino, un llamado celestial. Ustedes son santos debido a este llamado Divino. Esta es una verdad gloriosa. Una verdad gloriosa, este llamado. Esto no es oscuro, ¿verdad? Esto está en todos lados y hay más. Hay más.
¿De qué estamos hablando aquí? Estamos hablando de un llamado de Dios que resulta en la salvación de una persona. Y voy a decirlo de nuevo. Cada vez que se usa la palabra llamado con respecto a la salvación en las epístolas del Nuevo Testamento, no se refiere a un llamado externo sino a un acto salvador específico, interno, eficaz por parte de Dios. Es, en ese sentido, un citatorio obligatorio por parte de Dios al cual usted responderá. Esta es la razón por la que los teólogos lo han llamado gracia irresistible.
Me gusta más la palabra llamado. Y me gusta la idea de un citatorio obligatorio porque eso enfatiza la obra salvadora obligatoria de Dios en lugar de enfatizar la resistencia del hombre. No obstante, encaja el pequeño bosquejo en la teología de Calvino de la gracia irresistible. Cuando Dios busca salvar y llama a un pecador de las tinieblas a Su luz admirable, la pregunta es: ¿puede el pecador resistir?
Por cierto, 1 Corintios 7:17, acabo de pensar en esto, no quiero dejarlo afuera, “así como el Señor le dio a cada uno como Dios llamó a cada uno de esta manera, así ande.” Esto está hablando de que usted sea soltero o casado o lo que sea. Pero de nuevo, indica que Dios ha asignado algo a cada uno. Dice: “así como el Señor ha asignado a cada uno,” o dado, otra manera de decirlo, así como Dios ha llamado a cada uno. Entonces, lo que usted aquí tiene es una palabra llamado en comparación con la palabra asignado.
Dios ha predeterminado esto por Su propio propósito en la eternidad pasada. Él ha asignado la salvación a algunos y Él los salva mediante este llamado. Él los llama de las tinieblas. Él los llama de la incredulidad. Él los llama de la confusión y el caos. Él los llama del pecado y la impiedad. Este es el llamado soberano Salvador de Dios. Y Él impone su poder al ejercerlo para hacer que el pecador elegido venga a Su corte, entre y sea presentado como perdonado y justificado y camine a la gloria eterna.
Ahora, decir esto molesta a algunas personas. No me molesta decirlo porque la Biblia lo dice. Molesta a algunas personas. Ellos dicen que no está bien. Que no está bien decir que Dios va a traer a los pecadores a sí mismo pateando y gritando. Decir esto es decir que usted no puede pelear contra esto. No lo puede resistir. Dios va hacer lo que Él quiera en contra de la voluntad del pecador y violar la libertad del pecador.
Y hay muchos que dicen que Dios no va a violar nuestro libre albedrío. Oigo eso todo el tiempo. ‘Dios no va a violar nuestra bien libertad para elegir.’ Y ellos quieren decir: ‘bueno mira, Dios hace sugerencias realmente fuertes. Eso es lo que Él dice. Y como usted sabe, algunas veces Él realmente convence. Él es muy persuasivo. Y muchas veces Él hace sugerencias realmente fuertes mediante buenos predicadores que realmente son muy persuasivos. Y podemos orar y podemos pedirle a Dios que haga contundentes esas sugerencias fuertes. Nosotros podemos pedirle a Dios que abra las mentes y los corazones de la gente y que quite su ceguera y que los haga responder; pero no podemos forzarlos a venir. Nosotros podemos pedirle a Dios que les dé oportunidad y mucha información y motivación. Pero al final, va a depender de ellos.’
Un erudito notable quien es muy útil en muchos de sus escritos, Norman Geisler, escribió un libro llamado Escogido pero Libre. Y él presenta la realidad de la gracia irresistible o este llamado salvador, este llamado eficaz, según él, hace que Dios sea un dictador con el poder que aplasta nuestra libertad al arrastrarnos a Su Reino.
Bueno, todo eso realmente es innecesario porque no es lo que dicen las Escrituras. Nunca nadie jamás fue salvado en contra de su voluntad. Nunca nadie fue metido al Reino protestando, pateando, gritando. Nunca nadie fue salvo quien fuera arrastrado contra su voluntad. Eso no es lo que enseñan las Escrituras. Nunca nadie jamás ha sido salvado contra su voluntad. Y nunca nadie lo será. Toda persona que es salvada es salvada porque quieren creer el Evangelio. De hecho, lo quieren con todo su corazón y alma, quieren creer en el Evangelio. Nunca nadie es salvado sin que Él tenga la disposición. Es un acto de la voluntad el creer.
La pregunta es ¿qué los hizo tener esa disposición? o ¿quién los hizo estar dispuestos? ¿Fueron ellos? ¿Fue el predicador? Eso es lo que tendríamos que concluir en ese tipo de sistema. De alguna manera, son ellos al final. Y de alguna manera, aunque no estaban dispuestos, se volvieron dispuestos, encontraron en algún punto que podían por sus propias fuerzas pasar de la indisposición a la disposición. O el predicador destrozó su resistencia y mediante la predicación que hizo, los hizo estar dispuestos.
Hay un pequeño versículo que se encuentra en el Salmo 110. Usted no tiene que buscarlo, simplemente escúchelo. Salmo 110:3. Dice esto: “Tu pueblo estará dispuesto en el día de Tu poder.” Realmente bueno. “Tu pueblo estará dispuesto en el día de Tu poder.” Ningún pecador jamás estará dispuesto hasta que el poder de Dios venga sobre este pecador. No hay nada en el pecador para hacerlo dispuesto. No hay nada en el pecador inclusive bajo los mejores esfuerzos del predicador. Es sólo cuando el poder de Dios lo hace estar dispuesto que él se vuelve en alguien dispuesto.
¿Estoy seguro de eso? Absolutamente. Ningún pecador tiene la capacidad de estar dispuesto. ¿Puedo probárselo? Observe Romanos capítulo 3, simplemente aquí un par de pasajes. Romanos capítulo 3. Yo creo que voy a tener suficiente tiempo y nunca tengo el suficiente. Romanos 3:10: “no hay justo, ni aún uno. No hay quien entienda, no hay quien busque a Dios.” Eso es bastante completo, ¿no es cierto? Todos a una se desviaron, a una se hicieron inútiles. No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno. Sepulcro abierto es su garganta. Con sus lenguas engañan, veneno de áspides hay debajo de sus labios Dios y su boca está llena de maldición y amargura. Sus pies se apresuran para derramar sangre. Quebranto y desventura hay en sus caminos. Y el camino de paz no conocieron, no hay temor de Dios delante de sus ojos.”
Yo diría que esa es una condición bastante triste. Esa es una manera dilatada de decir que engañoso es el corazón, más que todas las cosas y perverso. Nadie busca a Dios. Nadie por sí mismo está dispuesto. Efesios 2:1. Aquí está la razón. Efesios 2:1: “y Él os dio vida a vosotros cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados.” La gente muerta no responde. “En los cuales anduvisteis en otro tiempo siguiendo la corriente de este mundo según el príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia viviendo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás.” Eso es usted. No hay esperanza.
Primera de Corintios 2:14: “pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios porque para él son locura.” Segunda de Corintios 4:3-4: “pero si nuestro Evangelio está encubierto, está encubierto de aquellos que no creen; y ellos no creen porque el Dios de este siglo ha cegado sus mentes, para que la luz de la gloria del Evangelio no les brille.” Hemos estudiado esto a gran detalle. Esto es lo que queremos decir con depravación total, la incapacidad total del pecador a estar dispuesto.
Ningún pecador dejado a sí mismo es capaz. Ningún pecador dejado a sí mismo está dispuesto a comprender, está dispuesto a arrepentirse, está dispuesto a creer, está dispuesto a escoger a Dios, a Cristo y la salvación. La corrupción es demasiado profunda y afecta demasiado a nivel espiritual. No podemos escoger eso. No podemos buscarlo. El pecador sólo se puede vuelve dispuesto en el día del poder divino. Dios debe desplegar Su poder soberano al darnos el deseo de creer. Él debe hacernos estar dispuestos. “Tu pueblo estará dispuesto en el día de Tú poder.”
Pero no es que el pecador venga gritando y pateando y protestando y tratando de resistir, porque cuando el citatorio viene, el pecador es hecho alguien que quiere. De hecho, es la pasión de su corazón. Cuando el Evangelio viene, el pecador está tan dispuesto a responder. Como pecadores perdidos, la gente tiene la libertad de escoger. Es correcto. Su voluntad es -véanlo, vean a los pecadores. Ellos operan libremente. Y, ¿qué es lo que hacen? Ellos escogen pecar. Ellos simplemente escogen qué tipo de pecados.
El pecador perdido tiene libre albedrío. En la salvación, también tenemos libre albedrío, pero en lugar de escoger el pecado, escogemos a Cristo y la diferencia se debe a que hemos sido citados por un llamado divino. Jonathan Edwards dijo: “lo que escogemos realmente no es determinado por la voluntad como si existiera independientemente. Lo que escogemos,” dijo Edwards, “es realmente determinado por la mente y lo que la mente cree que es lo mejor.” Y, por cierto, la mente no es neutral y la mente no es objetiva. La mente es corrupta. Entonces, lo que la mente piensa que es lo mejor es lo que escogemos. Tenemos libertad de escoger lo que nuestra mente cree que es lo mejor y fuera de Dios y fuera de Cristo, nuestra mente es corrupta y cree que el pecado es lo mejor.
Edwards dice: “cuando somos confrontados con Dios, la mente del pecador nunca cree que seguir u obedecer a Dios es una buena alternativa.” La voluntad del pecador nunca es escoger a Dios. Nada lo está deteniendo a él, pero su mente no considera la sumisión a Dios y al Evangelio como algo deseable, entonces, de tal manera que a menos de que Dios cambie la manera en la que nosotros pensamos, nuestra mente siempre nos dirá que nos revelemos en contra de Dios y el Evangelio. Lo cual es precisamente lo que nosotros hacemos.
El pecador resistirá hasta que la gracia amable del cielo descienda; un llamado celestial. No me gusta la idea de la gracia irresistible porque irresistible es negativo y prefiero verla como un citatorio obligatorio por parte de Dios en lugar de verlo como algo negativo. En segundo lugar, porque gracia irresistible es redundante. Si la gracia es toda de Dios, entonces es irresistible porque dice en Romanos que Dios dice: “tendré misericordia del que Yo tenga misericordia,” también en el libro de Éxodo. Es por definición irresistible. Si Dios decide mostrar gracia, entonces es todo de Él y eso es suficiente.
Entonces, no me gusta la palabra irresistible porque es negativa y es redundante. Y, en tercer lugar, define de manera excesiva la gracia. La gracia es mucho más que irresistible. La Biblia no llama a esto la gracia irresistible, la llama un llamamiento celestial, un llamado a la santidad, un llamado a la santificación, un llamado a la justificación, un llamado a la comunión con los santos, un llamado al cuerpo de Cristo. Y esa palabra simplemente sub define eso.
¿Qué tal si tan sólo lo llamamos un llamado salvador? Podría echar a perder su pequeño acróstico, pero está bien. Ese es el regalo de Dios para nosotros, Efesios 2:8-9. ¿Se acuerda de eso? Efesios 2:8-9. “Porque por gracia sois salvos y esto por medio de la fe y no de vosotros, porque es un regalo de Dios no por obras para que nadie se gloríe.” Todo esto es un regalo de Dios. Todo viene como un regalo de Dios a nosotros.
Me encanta lo que dice Filipenses 1:29: “porque a vosotros os es concedido por causa de Cristo no sólo creer en Él sino también padecer por Él.” Les ha sido concedido por causa de Cristo el creer. El llamado lo trajo a la fe. El llamado lo trajo a entender. Lo trajo a la convicción, al arrepentimiento, fe. Es claro, entonces, que este es un llamado salvador y nada menos que eso muestra un entendimiento correcto de las Escrituras.
Es como Hechos 13:48 en donde dice: “y creyeron todos los que estaban ordenados para vida eterna.” ¿Cómo es que aquellos que fueron ordenados para vida eterna creyeron? Porque Dios los llamó de su ignorancia. Los llamó de su confusión. Los llamó de su oscuridad. Los llamó de sus tinieblas, los llamó de su iniquidad, los llamó de su pecado. Y el llamado fue un llamado eficaz activado por el poder de Dios que los trajo a la luz, la verdad, el arrepentimiento y a la fe.
Es como Lidia en Hechos 16:14. Dice que el Señor “abrió su corazón.” Me encanta eso. “El Señor abrió el corazón de Lidia.” Ese es el llamado eficaz. El Señor abre la mente y el corazón y el que no está dispuesto es hecho dispuesto. Hechos 18:27 dice Pablo: “ayudó mucho a aquellos que por la gracia habían creído.”
Entonces, simplemente podríamos llamarlo gracia. Es la gracia que de hecho salva. Es la gracia que de hecho salva. El pecador no puede cambiar su voluntad, no puede promover su voluntad hacia Dios. ¿Se acuerda de Juan 1:12? “Más a todos los que le recibieron, a los que creen en Su nombre les dio potestad de ser hijos de Dios, los cuales no son engendrados de sangre ni de voluntad de carne ni de voluntad de varón, sino de Dios.” Nadie estaría dispuesto a menos de que Dios primero estuviera dispuesto y lo activara.
No es porque el pecador vuelva en sí. No es porque el pecador sea persuadido por la predicación inteligente o una apelación emocional. Todas esas son ilusiones engañosas. No es porque usted es tan amable o usted ha hecho que Jesús se vea también. La gente es salvada porque Dios los cita y Él los cita bajo la proclamación o el entendimiento del Evangelio. Olvídese de todo lo que es ridículo. Únicamente el Evangelio es lo que Dios usa para despertar al pecador y lo hace estar dispuesto, de otra manera, aun cuando nunca antes había estado dispuesto.
Yo soy parte de un grupo de pastores y teólogos llamado La Alianza de Evangélicos y tengo el gusto de ser parte de esto. Es un grupo formidable de teólogos importantes del país y estoy muy honrado por estar con ellos. En el año 1996, la alianza de evangélicos publicó lo que es llamado La Declaración de Cambridge. Y esto es lo que dice: “la confianza sin reservas en la capacidad humana es producto de la naturaleza humana caída.” Buena afirmación. La confianza sin reservas en la capacidad humana es producto de la naturaleza humana caída. La única razón por la que pensamos que nosotros podemos querer ser salvos es porque nuestro pensamiento es corrupto.
Y continúa diciendo: “esta confianza falsa ahora llena el mundo evangélico del Evangelio de la autoestima y del Evangelio de la salud y la prosperidad, de aquellos que han transformado al Evangelio en un producto que debe ser vendido y pecadores que han sido convertidos en consumidores que quieren comprar a otros que tratan a la fe cristiana como ser simplemente verdadera porque funciona. La gracia de Dios en Cristo no es meramente necesaria. La gracia de Dios en Cristo no es meramente necesaria, sino que es la causa única eficiente de salvación. Nosotros confesamos que los seres humanos nacen estando espiritualmente muertos y son incapaces inclusive de cooperar con la gracia regeneradora.”
Además, la declaración dice: “reafirmamos que en la salvación somos rescatados de la ira de Dios por Su gracia únicamente. Es la obra sobrenatural del Espíritu Santo que nos trae a Cristo al liberarnos de nuestra esclavitud del pecado y resucitarnos de la muerte espiritual a la vida espiritual; y negamos que la salvación sea en algún sentido una obra humana. Métodos humanos, técnicas o estratégicas estrategias por sí mismas no pueden lograr esta transformación. La fe no es producida por nuestra naturaleza humana no regenerada.” Fin de la cita.
Ahora, me encantan los himnos. Ayer y hoy estaba leyendo himnos, leyendo los salmos, ayer, porque se me dio una Biblia del año 1672, de unos 330 años de edad. Y en la parte de atrás, alguien ha tomado los 150 salmos y los colocó en metro y rima y estoy leyendo a lo largo de esto. Estoy determinado a escribir algunos himnos más en los años venideros. Simplemente me encanta la buena música. Y uno de mis escritores favoritos, Charles Wesley - ahora usted tiene que entender que los hermanos Wesley eran anti calvinistas. ¿Y sabe una cosa? El calvinismo al que se oponían era bastante malo.
El calvinismo se había corrompido en los días de los Wesley y era áspero, inflexible y muchas de las personas que promovían al calvinismo no tenía nada de cristianos. Pero Charles Wesley, quien escribió tantos himnos desde un punto de vista armiñano o anti calvinista, creyendo en la libertad del hombre, el libre albedrío y la libertad del pecador de escoger, a pesar de su teología, tenía un mejor entendimiento. Porque escuche lo que él escribió. Usted lo reconocerá. Es de un himno que él escribió llamado “Cómo Puede Ser.” Esto es lo que dice:
“Por mucho tiempo mi espíritu encarcelado yacía, esclavizado, encadenado en el pecado y en la naturaleza de la noche. Tu ojo envió un rayo y me desperté en el calabozo lleno de luz. Cayeron mis cadenas, mi corazón fue liberado. Me levanté, y salí para seguirte.” Ahora, sólo un calvinista podía escribir eso. ¿Qué? Por favor, Charles, di la verdad. Usted es un prisionero en la oscuridad y la noche, hasta que Dios hizo que brillara la luz y rompió sus cadenas, nada podía cambiar. Ésta es la gloria de esta gran verdad. Al final, todo va a Dios.
Quiero terminar. A lo largo de los años, varias veces hemos tenido al doctor Jim Boice predicando aquí. Gran, gran siervo de Dios, gran erudito, predicador, vida monumental. Y sus libros todavía son una bendición para mí. Ciertamente lo consideré como un mentor. De hecho, un día R. C. Sproul me dijo un día que la muerte de Jim Boice fue el juicio de Dios en contra de Estados Unidos. Él ha dejado un agujero inmenso. Boice, quien ama los himnos y escribió himnos, escribió en uno de sus libros acerca de John Newton. Fue en 1779 cuando John Newton escribió “Gracia Admirable,” la cual todos conocemos. Pero no sé si ustedes conocen la historia de este hombre que nació en el año 1725 y que murió en el año 1807. Permítame tan sólo leerle un poco de lo que Boice escribió acerca de él.
Newton fue criado en un hogar cristiano en el cual se le enseñaron versículos de la Biblia, pero su madre murió cuando sólo tenía seis años de edad. Y fue enviado a vivir con un pariente que odiaba la Biblia y se burlaba del cristianismo. Newton huyó al mar. Él era un hombre descarriado en esos años y era conocido por poder decir groserías durante dos horas sin repetir una grosería. Él fue forzado a enlistarse con la armada británica, pero desertó, fue capturado y golpeado públicamente a manera de castigo.
Eventualmente, Newton se metió con los marinos mercantes y fue al África. En sus memorias, él escribió que cuando fue a África, él fue únicamente por una razón: “para poder pecar a mi gusto.” Newton terminó con un traficante de esclavos portugués en África, en cuyo hogar él fue tratado de manera cruel. Este hombre frecuentemente se iba en expediciones de esclavos y cuando él no estaba, su autoridad pasaba a su esposa africana, la mujer principal de su harem. Ella odiaba a todos los hombres blancos y descargaba su odio contra el pobre Newton.
Él dice que durante meses fue forzado a estar en el polvo, comiendo su alimento en el piso como un perro. Él fue golpeado sin misericordia si tocaba el alimento. Esto quiere decir que tenía que comer con su cara y no con sus manos. Conforme pasó el tiempo, flaco y desnutrido, Newton llegó al mar, en donde fue recogido por un barco británico que iba hacia la costa de Inglaterra. Cuando el capitán del barco supo que el joven sabía algo de la navegación como resultado de haber estado en la marina británica, él lo hizo su asistente.
Pero aún entonces, Newton se metió en problemas. Un día, cuando el capitán estaba en la costa, Newton sacó la provisión de ron del barco e hizo que toda la tripulación se emborrachara. Él estaba tan borracho que cuando el capitán regresó y le pegó en la cabeza, Newton se cayó y se habría ahogado si uno de los marineros no lo hubiera sacado rápidamente del mar. Cerca del fin de uno de los viajes conforme se acercaban a Escocia, el barco encontró mal tiempo y se desvió de su curso. El agua que había caído en el barco era tal que comenzó a hundirse. El joven desenfrenado fue enviado abajo para bombear agua. La tormenta duró días. Newton estaba aterrado. Él estaba seguro de que el barco se hundiría y que él se ahogaría.
Pero en la parte de abajo del barco, conforme él desesperadamente bombeaba agua, el Dios de toda gracia, a quien él había tratado de olvidar pero que nunca se había olvidado de él, trajo a su mente versículos de la Biblia que él había aprendido en su hogar como cuando era niño. El camino de la salvación le fue abierto a él, él nació de nuevo ahí, en esa parte de abajo del barco. Él fue transformado profundamente y tiempo después, cuando estuvo de nuevo en Inglaterra, Newton comenzó a estudiar teología, él eventualmente se convirtió en un predicador, primero en un pequeño pueblo llamado Olney y más tarde en Londres.” Fin de la cita.
De esta tormenta, William Cooper -realmente el poeta británico excepcional- quien se convirtió en un amigo personal de Newton y vivió con él durante varios años, escribió esto, Cooper escribió acerca de la tormenta en la que Dios llamó Newton. Esto es lo que él escribió. Usted se acordará de estas palabras, y cito: “Dios se mueve de una manera misteriosa, para llevar a cabo Sus maravillas. Él planta sus pasos en el mar y se monta sobre la tormenta.” Fin de la cita.
Y así lo hace, dice Boice. Newton fue un gran predicador de gracia porque él había aprendido que en donde el pecado abunda, la gracia abunda mucho más. Él es prueba de que la gracia de Dios es suficiente para salvar a cualquier persona y que los salva mediante la gracia únicamente.”
Y ahora, usted sabe que cuando John Newton escribió “gracia admirable, cuán dulce el sonido,” fue cuando él oyó el llamado del sonido de la gracia de Dios que él fue despertado. Y los creyentes desde ese entonces han estado cantando de la gracia admirable, la gracia que cita conforme Dios llama al pecador a sí mismo. Inclinen sus cabezas conmigo.
Esta gran verdad, Padre, emociona nuestros corazones hasta la médula, que Tú te has inclinado para llamarnos porque Tú nos escogiste para la gloria. Te bendecimos, te alabamos, te agradecemos. Y que vivamos vidas que son dignas de este llamado celestial, habiendo sido llamados a la santidad, llamados a comunión, llamados al cuerpo, llamados a la unión íntima con Cristo, llamados a ser mensajeros. Que caminemos de una manera digna de este llamado. Y Te alabamos en el nombre de Tu Hijo. Amén.
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