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Bueno, en esta noche regresamos al tema: La Suficiencia de la Escritura. Es Job quién dijo: “He estimado las palabras de la boca de Dios, más que mi alimento necesario.” Eso quiere decir, lo que Jesús dijo en el Nuevo Testamento, no vivimos por pan únicamente sino por toda Palabra que sale de la boca de Dios. Ingerir la Palabra de Dios es más importante que comer alimento.

El apóstol Pablo dijo que la iglesia está edificada sobre las Escrituras, que vinieron mediante los apóstoles y los profetas, Efesios 2:20. La vida en la iglesia está edificada sobre la Palabra de Dios, es la vida de la iglesia, es el alimento de todo creyente individual. Tomás Watson, uno de mis puritanos favoritos, y de los más amados, fue un escritor muy elocuente. Él presentó en sus escritos muchos tributos a la Biblia, en uno de ellos, él dijo esto: “La Escritura es un rayo del sol de justicia, es un cristal que está fluyendo de la fuente de vida, tan pura que purifica todo lo demás.”

Tomás Watson también escribió esto: “El diablo y sus agentes han estado soplando la luz de la Escritura, pero nunca pudieron apagarla. Una señal clara de que es iluminada por el cielo.” Entonces, por un lado, tenemos la afirmación de que la Escritura es de hecho la Palabra de Dios, es nuestro alimento, es la verdad sobre la cual la obra de Dios depende, y al mismo tiempo es aquella que está bajo ataque constante por parte del enemigo de Dios, el enemigo de los propósitos de Dios, el diablo, y todos los que son parte de su reino. En cualquier período de tiempo, la Escritura estará bajo ataque. En cualquier período de tiempo, en cualquier lugar van a soplar en contra de ella aquellos que quieren extinguir su luz.

Encontramos eso llevándose a cabo a lo largo de toda la historia de la iglesia, lo encontramos inclusive llevándose a cabo en la actualidad. Tenemos que levantarnos en contra de aquellos que quieren atacar la Escritura, y tenemos que levantarnos para defenderla. Estamos viviendo en un tiempo, como lo señalé en nuestro último estudio juntos, cuando la suficiencia de la Escritura está bajo un ataque único. El movimiento hacia la psicología como un componente necesario para resolver los problemas del hombre, indica que la Biblia en sí misma no es suficiente.

La búsqueda de métodos encontrados en la economía del mundo, los negocios del mundo y las técnicas del mundo, y las estrategias del mundo para aplicarse al edificar la iglesia, son la indicación de que la Escritura en sí misma no es suficiente para la vida y crecimiento y expansión de la iglesia. La demanda para el poder político como la clave de la influencia de la iglesia, como la clave para el avivamiento en una sociedad y en una cultura, es un testimonio del hecho de que entre algunas personas la Biblia en sí misma no es suficiente.

El clamor por milagros, el clamor por señales y maravillas, y nuevas revelaciones, y actividades sobrenaturales es otra indicación de que la Biblia en sí misma no es suficiente para demostrar el gran poder de Dios. La invención de un evangelio sintético, un evangelio moderno de prosperidad y satisfacción personal, y sensualidad y éxito, y que busca satisfacer los deseos personales es otro testimonio del hecho de que hay una ausencia de confianza en la suficiencia de la Escritura para que haga su obra de cambiar vidas.  

Todo esto realmente es una demostración de la mundanalidad trágica de la iglesia. Cuándo la iglesia tiene que diseñar su ministerio en torno a cosas no bíblicas, ha abandonado su confianza en la Palabra de Dios, y de esta manera ha traído menosprecio sobre Dios quien él mismo afirma la suficiencia absoluta de Su Palabra. Nos fuerza a hacer esta pregunta sustancialmente elemental, ¿acaso es la Escritura suficiente? ¿Es suficiente para realizar la obra del evangelismo? ¿Es suficiente para realizar la obra de la santificación?

¿Es suficiente para resolver los problemas del corazón humano? ¿Es suficiente para edificar y extender y avanzar la iglesia? O, ¿necesitamos conceder que la Escritura tiene sus limitaciones que tienen que ser superadas por la psicología, por la sabiduría humana, y la estrategia, por el peso político, por revelaciones nuevas, por maravillas y señales? ¿Tenemos de alguna manera que superar el estigma del evangelio, alimentar un mensaje más popular que será aceptable para la gente? ¿Acaso a la Biblia le falta tanto poder propio y suficiencia que tenemos que aplicar sabiduría humana y técnica humana para ayudarle a Dios a superar la resistencia natural de un mundo caído?

Bueno, la respuesta a esa pregunta acerca de la suficiencia de la Escritura, es dada por Dios mismo en el Salmo 19. Vayamos al Salmo 19. De hecho, hay muchos, muchos lugares en la Escritura en dónde su propia suficiencia es afirmada, más de lo que uno podría exponer probablemente en toda la vida. Pero aquí está uno que es un resumen grande y rico y amplio. Aquí está el testimonio mismo de Dios, la revelación misma de Dios, de la suficiencia de la Escritura. Salmo 19. Y estamos viendo los versículos 7 al 14. Permítame leérselos.

“La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma. El testimonio de Jehová es fiel, que hace sabio al sencillo. Los mandamientos de Jehová son rectos, que alegran el corazón. El precepto de Jehová es puro, que alumbra los ojos. El temor de Jehová es limpio, que permanece para siempre. Los juicios de Jehová son verdad, todos justos, deseables son más que el oro, y más que mucho oro afinado; y dulce más que miel, y que la que destila del panal. Tu siervo es además amonestado con ellos, en guardarlos hay grande galardón. ¿Quién podrá entender sus propios errores? líbrame de los que me son ocultos. Preserva también a tu siervo de las soberbias, que no se enseñoreen de mí, entonces seré integro, y estaré limpio de gran rebelión. Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, oh Jehová roca mía, y redentor mío.”

Como le mencioné la última vez, los seis versículos de apertura del Salmo 19 tienen que ver con la revelación de Dios en la Creación, la revelación de Dios en la naturaleza. Llamamos a eso, revelación general. A partir del versículo 7 y en adelante es revelación especial. La revelación de Dios en la Escritura, en la Biblia. La Palabra revelada de Dios. Dios se ha revelado a Si mismo en la creación para que sea conocido que Él existe, y que Él es poderoso y que Él es sabio, y muchos de los atributos de Dios, claro, son mostrados en la creación, pero nada en la creación nos dice cómo es que Dios puede ser conocido.

Y nada en la creación nos dice específicamente cuál es Su voluntad para el hombre, y por lo tanto nos volvemos a la revelación especial. Y Dios da testimonio de la suficiencia de esta revelación especial, esta revelación registrada aquí en estos versículos. En primer lugar, la suficiencia de la Escritura, versículo 7 al 9; después el valor de la Escritura, versículos 10 al 13; y finalmente, nuestro compromiso subsecuente con la Escritura en el versículo 14.

Ahora, estamos viendo los versículos 7 al 9, la suficiencia de la Escritura. Le recuerdo únicamente de manera breve, que hay paralelos en estos tres versículos, seis afirmaciones se hacen, dos en cada versículo, que son paralelas la una a la otra. Todos tienen seis títulos para la Escritura, todos tienen seis características de la Escritura, y cada uno de ellos da seis beneficios de la Escritura. La Escritura es llamada en el versículo 7, ley y testimonio. En el versículo 8, mandamientos y precepto. En el versículo 9, temor y juicios. Esos son títulos para la Escritura. viéndola como un diamante de muchas facetas, es todas esas cosas, es la ley de Dios, el testimonio de Dios, los mandamientos de Dios, el precepto de Dios, el temor de Dios, y los juicios de Dios.

Y hay seis características en el versículo 7 es perfecta y fiel; en el versículo 8 es recta y pura; en el versículo 9 es limpia y es verdad. Y después hay seis efectos o beneficios: convierte el alma, hace sabio al sencillo, alegra el corazón, alumbra los ojos, permanece para siempre, y produce una justicia amplia. Esto entonces provee un entendimiento completo de la magnitud de la suficiencia de la Escritura. Y, por cierto, se nos recuerda quien es el autor, seis veces, es de Jehová, de Jehová, de Jehová, de Jehová, de Jehová, de Jehová. No hay error en cuanto a quien es el autor de la Escritura, es divino. Seis veces el nombre de pacto de Yahweh es usado, y él es de manera clara el que es la fuente de esta revelación escrita.

Ahora, conforme comenzamos la última vez, vimos los tres de apertura, y únicamente los voy a repasar brevemente. “La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma,” eso significa que la Escritura puede ser vista como la ley de Dios para la conducta del hombre. Es el manual de la conducta, es la Torá, instrucción divina para la vida del hombre, y como tal es perfecta, lo cual significa que es amplia, lo cual simplifica que está completa, lo cual significa que nada ha quedado fuera. Es perfecta, en contraste a ser incompleta, no perfecta en contraste a ser imperfecta. No está diciendo que no tiene fallas, aunque es eso, pero, más bien, es suficiente de manera completa y amplia. ¿Para qué? Para convertir el alma. La Palabra convierte, transformar, convertir, renovar el alma, nephesh, la persona interior.

La Escritura, entonces, es amplia, es totalmente suficiente para transformar de manera completa a toda la persona interior. Eso quiere decir que es lo único que se necesita para producir transformación completa total. Salva, es el poder de Dios para salvar. ¿Se acuerda de las palabras de Pedro? “Siendo renacidos por la Palabra,” por la Palabra. Puede convertir, puede transformar. Es más filosa que cualquier otra espada, es una espada de doble filo que corta el corazón y lo abre de manera completa, y produce convicción y conversión. Es la Palabra de Dios que, por sí sola salva, no necesita asistencia alguna al hacer eso. También hicimos una comparación con algunos comentarios en Salmo 119, que enriquece nuestra afirmación y haremos lo mismo conforme comparamos el Salmo 119 con los otros puntos.

El segundo punto que explicamos aquí, viendo el versículo 7 de nuevo, “el testimonio de Jehová,” ve la Escritura como el testimonio personal de Dios. La revelación de Dios de sí mismo. Es su ley, también es su revelación de sí mismo, como tal, es fiel. En un mundo de cosas que no están seguras, no son confiables, ésta es absolutamente y completamente exacta y verdadera. Y como tal es el testimonio verdadero y exacto, confiable de Dios. Tiene la capacidad tomad al simple, al sencillo, refiriéndose a aquellos que carecen de entendimiento, carecen de sabiduría, aquellos que son ingenuos, que no disciernen, que no discriminan, que son necios, y los hace sabios.

Sabio, en el hebreo significa “capaz en toda área de la vida,” “capaz en los aspectos prácticos de la vida santa.” La Escritura entonces es suficiente para salvar, es suficiente para santificar, de tomar a alguien y hacer de esa persona sabia, hábil en todo aspecto práctico de la vida santa. Es todo lo que es necesario para la salvación, es todo lo que es necesario para la santificación, que es producida por la ingestión y la aplicación de la sabiduría divina.

En tercer lugar, en el versículo 8, la Escritura es vista como los preceptos del Señor. Preceptos significan doctrinas, por así decirlo, estatutos, algunas traducciones lo tienen, estos principios para la vida y la piedad, principios divinos, está llena de principios, él dice: “que son rectos.” Literalmente en el hebreo, que establecen el camino correcto, principios para caminar por el camino correcto. Y conforme uno camina en esos principios el efecto es que alegran el corazón. El gozo verdadero llena la persona interior.

Entonces, descubrimos que la Escritura es suficiente para producir salvación, santificación, y un contentamiento y gozo verdaderos, duraderos, de corazón. No necesitamos voces de los ángeles, no necesitamos conversación con lo sobrenatural, no necesitamos visiones y milagros, no necesitamos un tipo místico de imaginaciones e intuiciones para ser guiados por Dios, únicamente necesitamos Su Palabra, Él nos guía por un camino lento, ese camino se vuelve nuestro gozo, todo nuestro placer verdadero, todo nuestro deleite verdadero viene de seguir el camino establecido por la Palabra de Dios. La gente que camina por ese camino experimenta gozo.

Ahora eso nos lleva a los tres que quedan. El número cuatro está en el versículo 8: “Los mandamientos de Jehová son rectos, que alegran el corazón.” El mandamiento indica que la Escritura es un mandato, estos no son negociables, demandan obediencia. La Escritura tiene autoridad, es obligatoria, no es opcional, no es una fuente de sugerencias. La revelación divina de Dios es una serie de mandatos. La desobediencia trae juicio divino. La obediencia trae recompensa divina.

Entonces, la Escritura es la ley de Jehová, el testimonio de Jehová, principios dados por el Señor y mandamiento también. Todas esas cosas al mismo tiempo. Ahora, como tal es limpia. Es la palabra, literalmente esa palabra significa claro, puro. Algunas veces cuando usted usa la palabra puro usted piensa más en el lado espiritual. Esta realmente es una palabra simple que significa lúcido, transparente, fácil de ver, que provee una dirección clara. Eso significa que la Escritura no es misteriosa, la Escritura no tiene la intención de ser confusa, tiene la intención de ser clara. Dice usted: “Bueno, ¿por qué entonces la gente no la entiende?” Porque el hombre natural no percibe las cosas que son de Dios, porque para él son locura, porque él está espiritualmente muerto. Y, además, él está ciego, el dios de este mundo ha cegado las mentes de los que no creen, no sea que la luz gloriosa del evangelio les brille.

Entonces, usted tiene la mortandad espiritual y la ceguera espiritual que limita el entendimiento de alguien, de la Escritura. Pero, para la persona que ha sido regenerada, aquellos cuyos ojos han sido abiertos, a quien se le ha dado vida, la Biblia es clara. De hecho, nuestro Señor inclusive dice que usted se tiene que volver como un niño pequeño para entrar al reino. Es así de clara. El Antiguo Testamento dice que, aunque un hombre fuera un necio, no necesita errar.

Entonces, Dios nos ha dado entendimiento claro. Y cómo tal, alumbra a los ojos en contraste a las ideas confusas, lodosas, de hombres que en sí mismos están ciegos, y en sí mismos están muertos, que inventan ideas de la religión que son inescrutables, la Biblia es clara. Usted tiene la capacidad de ver la verdad en un mundo oscuro, de entender, de ser consolado en tiempos cuándo nadie más puede entender lo que está pasando. Como cristiano, usted y yo compartimos esto en común, veo las cosas con claridad. Yo veo el mundo con claridad. De hecho, con frecuencia me pregunto porque no estoy en más programas dando la respuesta correcta a todo. Todo me parece muy claro, todo me es muy claro, todo es claro para mí, entiendo de dónde vino el mundo a dónde va, entiendo todo eso, entiendo porque las cosas suceden como suceden, entiendo la vida y la muerte y la vida después de la muerte, y el cielo y el infierno, la moralidad, la inmoralidad, lo entiendo todo.

Entiendo porque el mundo es como es porque la gente actúa como actúa. ¿Soy inteligente en lo particular? no. ¿Soy sabio en lo particular? No. Simplemente tengo la mente de Cristo aquí en este libro. Me acuerdo una ocasión, hace años atrás se me invitó a la Universidad de Cal State Northridge para hablarle a la clase de filosofía. Una clase de filosofía avanzada, y el profesor era un rabino formal que le gustaba de vez en cuando aplastar a un fundamentalista.

Entonces, yo iba a ser el hueso de esa experiencia. Fui a la clase y supuestamente iba a hablar del tema del cristianismo y la cultura. Bueno, no quería hablar del cristianismo y la cultura, quería hablar del evangelio. Entonces, yo creo que abrí diciendo, si me acuerdo, algo así como: “Bueno, el gran experto del cristianismo y la cultura es Francis Schaeffer y si quieren saber de eso pueden leer a Francis Schaeffer.” Pero yo dije: “Estoy aquí para decirles esto: Yo sé que esta es una clase de filosofía, y sé que están buscando la verdad. Y estoy aquí para llevar su búsqueda a su fin.”  

Eso fue suficiente para perderlos a todos. Se veían como si alguien había disparado ahí en el salón. La osadía de eso, el egoísmo de eso era sorprendente. Yo dije: “Estoy aquí para terminar con su búsqueda.” Ahora, ese es un problema para una clase de filosofía, porque supuestamente tienes que tener un título por buscar. Si encuentras la verdad se acabó la búsqueda, y no puedes terminar tu título.

Entonces, si estás tomando filosofía no llegas a la verdad hasta que tienes el título, y entonces puedes llegar a la verdad. Entonces dije: “Estoy aquí para decirles la verdad, para decirles la verdad acerca del origen del universo, para decirles la verdad acerca de porqué el universo mantiene las cosas unidas cuando Einstein no pudo entenderlo. Estoy aquí para decirles a dónde va el universo en el futuro, cómo va a terminar. Y estoy aquí para hablarles de la vida, la muerte, y la vida después de la muerte, la moralidad. Todo lo que quieran saber estoy aquí para contarles todo.” Y después dije esto, y el profesor rabino quedó sorprendido como el resto de la gente, y dije: “Pero no importa lo que yo diga, no lo van a entender, y no lo van a creer.”

Y un alumno en ese momento habló en nombre de todos y dijo: “¿Cómo sabes? ¿Cómo sabes que no lo vamos a entender, no lo vamos a creer?” Yo dije: “Porque hay un prerrequisito. Para que tú entiendas esto necesitas ser transformado por la fe en Jesucristo, para que tu entendimiento sea abierto.” A lo cual él respondió: “Bueno, ¿cómo sucede eso?” Y yo dije: “Bien. Ahora vamos a hablar. Vamos a hablar de cómo eres transformado por Jesucristo.”

Y entonces entré en el evangelio, lo cual no fue una irritación pequeña para el profesor. Me acuerdo en un tiempo extendido de compartir el evangelio con algunos de los alumnos ahí, en el pasillo, después que acabó la clase. Y si me acuerdo correctamente, varios de ellos vinieron a la iglesia y un par de ellos, de hecho, se unieron a nuestro ministerio aquí, profesaron a Cristo. La Palabra trae luz, absolutamente todo.

Una anécdota más me viene a la mente cuando llego a este punto. Hace unos años atrás tuvimos algunos misioneros en nuestra iglesia que se llamaban John y Nora Romanowski. John y Nora sirvieron al Señor en la ciudad de Brigham, en Utah, misioneros a los mormones. John y Nora eran una pareja preciada, preciada, tenían dos hijas hermosas y un hijo. Y decidieron en el verano venir a Grace, y traer a sus dos hijas y a su hijo con ellos para unas vacaciones y disfrutar de la iglesia y también inscribir a su hija mayor en la Universidad Master’s. También decidieron traer a dos alumnos extranjeros de intercambio, que habían venido a esa ciudad, de Italia, no eran cristianos, los trajeron para efectos evangelísticos.

Entonces, todos estaban en este auto, habían estado en la universidad para pasar por el proceso de inscripción y ya se iban de la universidad, llegaron a la carretera de Sierra y por alguna razón John se detuvo en un semáforo, y les pegó un camión que venía por la carretera de Sierra a toda velocidad. Les pegó tan fuerte que impulsó a las dos hijas por fuera de la parte de atrás del auto y las mató a ambas instantáneamente, quedaron ahí tiradas en la calle. Los jóvenes terminaron con heridas devastadoras. El golpe fue por atrás del asiento de atrás, en dónde John y Nora estaban sentados, entonces sus heridas no fueron tan serias. Pero en una milésima de segundos habían perdido a sus dos hijas preciadas y su hijo estaba al borde de la muerte ahí en el Hospital Henry Mayo.

Mi hijo Marcos, resultó estar pasando por ahí, me dio la noticia de lo que había pasado. Y, ¿qué le dice usted? Yo dije: “John,” le dije: “No sé qué decir, realmente no sé qué decir.” La gente haría la pregunta, ¿es esto un misionero? ¿Por qué es que Dios dejaría que esto le pasara a un misionero fiel, entregando su vida para alcanzar a mormones con el evangelio? Yo le dije: “John, no sé qué decir.” Él dijo: “Bueno, John,” nunca olvidaré esto, él dijo: “Primero pensé que esta era un sueño y que no había pasado. Quizás simplemente me voy a despertar y voy a, y todos vamos a estar bien, todo va a estar bien. Pero ahora sé que no es verdad.”

Después él dijo esto, él dijo: “Traje a mi familia aquí, porque quería que mis hijas tuvieran la experiencia de una iglesia grande. Nuestra iglesia es muy pequeña y quería que oyeran un coro grande.” Él dijo: “Simplemente no supe que la iglesia grande sería la de los santos glorificados, y el coro sería el coro celestial.” Él dijo esto: “Sé que mis hijas conocían a Cristo, y están en Su presencia.” Estoy tan agradecido porque Él se las llevó y les guardó la vida a esos dos jóvenes inconversos.”

Ahora, cuándo usted puede ver el holocausto de su familia y verlo de esa manera, usted lo ve con claridad, ¿verdad? ¿Y que iluminó sus ojos? Un entendimiento de la esperanza de la vida después de la muerte para aquellos que están en Cristo. Él lo vio exactamente como era, fueron llevados a la presencia de Jesucristo, él vino a este púlpito en cierta manera junto con su esposa, estuvieron aquí semanas para que los jóvenes se recuperaran, lo cual pasó. Él entró a este púlpito y dio su testimonio a esta congregación acerca de la gracia de Dios en su vida. Regresó a ese ministerio sin esas dos niñas, no pasó mucho tiempo hasta que John se mantuvo en contacto conmigo, y me contó que nunca habían tenido un ministerio tan eficaz porque podían ver el triunfo de su fe. La gente a su alrededor podía ver el triunfo de su fe en la manera en la que ellos enfrentaron la pérdida de esas dos niñas.

No quiero vivir mi vida en la oscuridad. ¿Usted sí? Proverbios 6:23, “El mandamiento es lámpara y la enseñanza es luz.” Quiero verlo como realmente es. Romanos 15:4 habla del consuelo de la Escritura, o del aliento de la Escritura como lo dice una versión. ¿Dependemos de la sabiduría mundana para entender las cosas oscuras? ¿Qué dice el psicólogo a alguien en esa situación que no tiene entendimiento de la realidad? ¿Qué es lo que estos consejeros que van a una escuela después de que alguien le disparó a la escuela y mató alumnos?

¿Qué es lo que dicen? ¿Qué tipos de juegos juegan con la mente de la gente que realmente nunca los sacan de la oscuridad? ¿Necesitamos buscarlos para encontrar conocimiento verdadero de la muerte y la vida después de la muerte? ¿Dependemos de algún tipo de psicoanálisis para encontrar las respuestas a nuestras preguntas de fuentes que rechazan la Escritura, y son inventadas por aquellos que están ciegos? ¿Acaso los ciegos están guiando a los ciegos? ¿Acaso la Biblia está tan incompleta que tenemos que volvernos a la ciencia para explicar el origen de todo, la Biblia, la sociología, el pecado?

No. No. La luz se enciende en toda dimensión en todo tema, a partir de la Escritura. Inunda con su verdad gloriosa toda dimensión de la vida. El Salmo 119 reitera esto, versículo 52: “Me acordé de tus ordenanzas desde la antigüedad, oh Jehová, y me consuela.” En medio de los tiempos más oscuros, la verdad viene para consolarnos. Versículo 59: “Consideré mis caminos y volví mis pies a tus testimonios, me apresuré y no me retrasé para guardar tus mandamientos. Vi el camino por el que iba, y supe que necesitaba volverme a tu Palabra para que me iluminara, para cambiar mi dirección.” Versículo 81: “Mi alma desfallece por tu salvación, espero tu palabra. Mis ojos desfallecen por anhelar tu palabra, ¿cuándo me consolarás?” Todo el consuelo viene, todo el consuelo verdadero viene de un entendimiento verdadero, y un entendimiento verdadero de las cosas como son reveladas en la Escritura.

Él sigue varias veces en este Salmo, para decir lo mismo de otra manera. Versículo 92, “Si tu ley no hubiese sido mi delicia, hubiese perecido en mi aflicción.” No podría haber interpretado mi sufrimiento, no podría haber interpretado mis problemas si no supiera que Tu Palabra me dice que en la aflicción Tú consuelas, en la aflicción Tú perfeccionas, en la aflicción Tú me forjas, y me haces ser el hombre que quieres que sea, la mujer que quieres que sea. No sabría eso sino tuviese Tu Palabra. La Palabra es suficiente para la salvación, es suficiente para la capacidad de vivir, la santificación. Es suficiente para producir un gozo profundo, duradero y regocijo, es suficiente para darnos un entendimiento claro de las cosas que de otra manera no son entendidas.

Número cinco, en el versículo 9, “El temor de Jehová es limpio, que permanece para siempre.” Temor es un término en la Escritura que es sinónimo de asombro, reverencia, maravilla, respeto, adoración. Este libro no solo es la ley de Jehová, el testimonio de Jehová, los mandamientos de Jehová, los preceptos de Jehová, el mandamiento de Jehová, sino que es el temor de Jehová. Es el manual de la adoración. Nos instruye para que sepamos como adorar. El temor de Jehová es el principio de la sabiduría. La Escritura nos llama y nos instruye en la verdadera adoración de Dios. Y usted recuerda que Jesús dijo que el Padre busca verdaderos adoradores que le adoren en Espíritu y en verdad.

El hábito del alma humana es adorar, ¿lo ve usted? ¿ve usted eso? El hábito del alma humana es adorar. La gente adora, se adoran a sí mismas, adoran cosas, adoran héroes, adoran aventuras, experiencias, lo que sea, los humanos son hechos para adorar. Únicamente en la Escritura se nos instruye a quien debemos adorar, y cómo debemos adorar. Es el manual acerca de a quién debemos adorar y cómo debemos adorar. Debemos adorar al Dios vivo y verdadero, el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, revelado en la Escritura, encarnado en Su Hijo, y debemos adorarlo en espíritu y en verdad, no debemos hacer ídolos y adorarlos.

Se nos instruye como adorar en la Escritura. Como fuente de adoración, dice él, es limpio, sin maldad, sin corrupción, sin error, esto en contraste a las imaginaciones malas de hombres que adoran otras cosas. La raíz de esta palabra limpio, tāhōr en el hebreo, tiene la idea de la ausencia de impureza, la ausencia de contaminación, la ausencia de inmundicia, la ausencia de imperfección, no está ensuciada.

Salmo 12, versículo 6, “Las palabras de Jehová son palabras limpias, como plata probada en horno de tierra, purificada siete veces.” Sus palabras son santas, separadas, santificadas. Esa es la razón por la que David dice: “En mi corazón he guardado tus dichos para no pecar.” La Palabra tiene un efecto limpiador, Jesús en Juan 15 dice: “Somos limpiados, purgados, somos podados por la palabra.” Debido a su pureza, por cierto, aquí está el efecto, “permanece para siempre.” Permanece para siempre, debido a su pureza permanece para siempre. ¿Qué quieres decir con eso? El pecado mata. La Biblia dura para siempre. Jesús dijo: “Mi palabra nunca pasará.” Nunca. No tiene principio de pecado en ella, no hay error en ella, no hay muerte en ella, permanece para siempre.

Por cierto, no necesita ser actualizada, no necesita ser editada, no necesita ser refinada, no necesita ayuda ni asistencia. Es eternamente pura, eternamente relevante, eternamente poderosa. ¿Debemos creer que de pronto en la actualidad ya no es verdad, ya no es relevante, ya no puede ser entendida? ¿De pronto se apagó la luz y es un libro oscuro? ¿Tiene ineptitudes, errores, fallas, es inexplicable? ¿Necesita corrección, necesita que se le añadan cosas, no podemos confiar en ella? ¿Necesitamos a algunas personas como la gente del Seminario de Jesús para votar, para determinar si algo en la Biblia es verdad al arrojar pelotitas de colores? No. Es sin error. Es sin mancha. Es sin contaminación. Es sin corrupción. Y debido a eso, es incambiable. No es afectada por la caída. Por así decirlo, permanece.

Y de nuevo, Salmo 119. Y no quiero cubrir todos los versículos ahí, pero únicamente para recordarle que muchos de ellos hablan de esto. Muchos de ellos a lo largo de este Salmo. Versículo 9, “¿Con qué limpiará el joven su camino? Al guardarlo conforme a tu palabra.” Si usted quiere un camino puro, entonces aplique un instrumento puro a su corazón. Después, versículo 11, “En mi corazón he guardado tus dichos para no pecar contra ti.” Versículo 38, “Establece tu palabra a tu siervo, como aquello que produce reverencia hacia ti.” La Palabra me limpia, me hace santo, me hace reverente en mis pensamientos hacia Ti.

“Antes…” versículo 67 dice, “…que fuera yo humillado me desviaba. Más ahora guardo tu palabra.” El meollo es, cuando usted obedece a la Palabra lo lleva a usted por el camino de la obediencia y la justicia. Versículo 101, “He refrenado mis pies de todo camino malo.” ¿Por qué? “Porque guardo tu palabra.” Es suficiente para limpiar su vida, es suficiente para purificar su vida. Cualquier persona en cualquier cultura, en cualquier época, en cualquier lugar. No necesita ser actualizada, no necesita ser editada, no se vuelve irrelevante, es tan vivo y poderosa ahora como siempre.

Y finalmente, “los juicios de Jehová son verdad, todos justos.” Juicios. Que interesante es esa palabra. Los juicios de Jehová son verdad, ¿cómo es que eso ve la Escritura? Eso ve la Escritura como veredictos divinos emitidos por el Juez de toda la tierra. Veredictos. Cuando la Biblia emite un veredicto, es verdadero. Sus veredictos son verdaderos. Determinaciones judiciales por parte del juicio de toda la tierra, que vienen desde el cielo, aquel quien es el Juez definitivo, único y final, emite veredictos verdaderos, en contraste a las injusticias que prevalecen en la vida humana, en contraste a las mentiras de este mundo, la justicia de Dios, los juicios de Dios siempre son perfectamente verdaderos, absolutamente verdaderos, absolutamente confiables.

Y esa última frase, cual es el efecto, “produce,” lo que significa es, produce justicia que lo abarca todo. Ese es un resumen, produce el producto total: un alma justa. Justa en el sentido de salvo, santificado, gozoso. La verdad acerca de todo, porque la mente ha sido iluminada por la Escritura, adorando, abrazando la verdad, un alma completa delante de Dios, lo abarca todo. Es suficiente para la salvación. Es suficiente para todas las habilidades de la vida espiritual. Es suficiente para producir un gozo profundo, duradero, inalterable, que supera las tristezas de la vida, es suficiente para entender todas las cosas que son difíciles de ver. Trae luz a toda la oscuridad, es suficiente para purificar todo pecado, y es siempre verdadera, verdadera, verdadera, verdadera.

Un evangelista de televisión, quien es muy popular, dijo esto: “Cualquier cosa que viene por el hombre está contaminada hasta cierto punto. Por lo tanto, debido a que la Biblia vino a través del hombre, debe haber algunos errores en ella, y por lo tanto nunca debemos equiparar la Biblia con el Jesús perfecto.” ¿Acaso la Biblia es menos que perfecta, cuándo Dios en sus propias palabras dice que es perfecta? ¿Puede Dios darnos un texto perfecto y no preservarlo y protegerlo? Dichas afirmaciones menosprecian la Palabra de Dios, cualquier menosprecio de la Palabra de Dios es una deshonra para Dios mismo.

Cuando dice: “Las palabras de la Escritura son todas justas,” significa que son rectas en su amplitud, en su totalidad, y producen en todo sentido lo que es correcto. Creo que es suficiente en base a este texto. No sé cómo usted puede decir algo diferente a esto. Esto es un recordatorio de 2 Timoteo 3, “La Escritura puede hacerlo sabio a usted para la salvación. Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil a fin de que el hombre de Dios sea perfecto,” o sea totalmente perfecto, lo mismo exactamente. Satisface toda necesidad espiritual. Esa es la suficiencia de la Escritura.

Y eso lleva a un segundo pensamiento en el texto, el valor de la Escritura. Debido a que esto es verdad, debido a que esto es verdad, escuche el valor, versículo 10. Deseables, refiriéndose a los juicios de Jehová, que son en su totalidad justos y verdaderos. Deseables, refiriéndose a las palabras de la Escritura, “deseables son más que el oro y más que mucho oro afinado, y dulces más que miel, y que la que destila del panal.” Eso significa, que son más preciados, de mayor valor que cualquier otra cosa. Para ese mundo antiguo, el oro lo era todo. Esto es mejor que eso, mejor que el oro afinado.

Miel que destila del panal, deliciosos para la lengua, esto es más dulce que eso. Podríamos decirlo de esta manera, es nuestra posesión de mayor valor, de mayor valor que el oro. Es nuestro placer de mayor valor, más dulce, más deseable que cualquier otra cosa, es suprema en su valor, es suprema en su dulzura. Me gustaría tener tiempo para llevarlo a lo largo del Salmo 119 en esto, hágalo usted. Debe haber veinte versículos en el Salmo 119 que dicen eso de una u otra manera. Es nuestra posesión más grande, es nuestro placer más grande.

En tercer lugar, es nuestro protector más grande. “Tú siervo es, además,” versículo 11, “amonestado con ello.” Además, por ello, Tu siervo es advertido. La Escritura es la fuente de advertencia frente a la tentación, el pecado y la ignorancia. Necesitamos la Escritura para advertirnos. Nuestra posesión más grande, nuestro placer más grande, nuestro protector más grande, es nuestro proveedor más grande. Versículo 11 al final, “en guardarlos hay grande galardón.”

La obediencia a la Escritura produce recompensa en esta vida y en la vida venidera. La obediencia a la Escritura trae al creyente su provisión más grande o por así decirlo, su utilidad más grande. La Palabra es la fuente de recompensa, la verdadera recompensa no viene mediante la búsqueda personal, no viene mediante imaginar, visualizar, tratar de hablar para que exista como la gente de la confesión positiva nos dice. La verdadera recompensa viene al que guarda la Escritura.

El galardón, literalmente en el hebreo, el fin, el fin, la recompensa eterna se tiene en mente aquí. Siempre es la meta apropiada, usted obedece la Escritura y pacta su recompensa eterna. Usted ni siquiera debería estar buscando lo que usted puede obtener ahora, aquí y ahora, como la preocupación tipo secta cristiana, de salud, riqueza, y prosperidad y éxito, y felicidad ahora. Esperamos esa recompensa eterna, y la obediencia a la Escritura produce esa recompensa eterna, es nuestra posesión más grande, nuestro placer más grande, nuestro protector más grande, nuestro proveedor más grande, y después, nuestro purificador más grande.

Versículo 12, “¿Quién podrá entender sus propios errores?” Realmente no somos muy buenos en examinar nuestros propios corazones, a menos de que tengamos algún tipo de plomada, y algún tipo de estándar, ¿verdad? ¿Qué hace la mayoría de la gente? O se comparan a sí mismos con otras personas, ¿verdad? No soy tan malo como la mayoría de la gente, básicamente soy una buena persona. Cómo Pablo describió a los falsos maestros en 2 Corintios, que se compararon a sí mismos consigo mismos. Usted siempre puede encontrar a alguien peor que usted. Algún homicida en serie. Todos somos mejores que esas personas.

Entonces, ¿quién es el que realmente puede accesar sus propios errores? Por sí mismo, su soberbia, su obstinación, su preservación, sus instintos de auto preservación, su ceguera a la realidad, y su tendencia a compararse va a hacer que usted no pueda honestamente discernir sus propios errores. Usted lo oyó en el testimonio del bautismo en esta noche, la gente realmente no ve pecado en sus propias vidas. ¿Quién va a discernir sus propios errores? Solo uno que está expuesto a la Palabra de Dios, “líbrame de los que me son ocultos. Preserva también a tu siervo de las soberbias, que no se enseñoreen de mí. Entonces seré limpio y estaré limpio de gran rebelión.”

Lo que él está diciendo es que: “Yo ni siquiera entiendo mi propia condición miserable. No entiendo mi propia pecaminosidad, ni siquiera conozco mis errores secretos, como también mis pecados presuntuosos, o acción deliberada planeada y premeditada. Y no conozco la rebelión y la apostasía de mi propio corazón, a menos de que conozca tu Palabra. Es Tu Palabra la que me purifica, me convence de pecado.”

Finalmente, ¿cuál es nuestra respuesta a una Palabra suficiente y a una Palabra preciada? Debería ser, compromiso con ella, versículo 14. Esto es simplemente el punto elevado aquí, el der höhepunkt, como los alemanes dirían. “Sean gratos los dichos de mi boca, y la meditación de mi corazón delante de ti, oh Jehová, roca mía, y redentor mío.” ¿Qué está diciendo él aquí? Probablemente la mayoría de nosotros podemos citar eso. “Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, Jehová roca mía, y Redentor mío.” Eso me hizo hacer una pregunta, ¿qué tipo de palabras y que tipo de meditación son aceptables a los ojos de Dios. ¿Es apropiada la pregunta?

Si usted está diciendo, sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón, entonces la pregunta es, ¿qué tipos de palabras y que tipos de meditaciones son aceptables? David lo sabía, todo mundo lo sabía. David no necesitó explicar más que eso, sería como que usted citara parte de Juan 3:16, “Porque de tal manera amó Dios al mundo.” Usted no necesitaría citar el resto. Todos ustedes podrían citar el resto. David presenta una especie de pequeño comentario cifrado, aquí. Hay pequeñas elipses aquí, hay algunas cosas que no se incluyen, pero todo mundo las conoce, todo mundo las conoce.

¿Por qué él está remontándose a un texto de la Escritura que todo mundo conocía? Vaya a Josué capítulo 1, todo sabía esto, todo mundo en Israel conocía esto, Josué 1:8. Escuche, esto es después de la muerte de Moisés, Dios le habla a Josué, va a guiar al pueblo a la tierra nueva, esto es lo que él dice: “Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley,” la Palabra de Dios, “sino que de día y de noche meditarás en él.” Oh, eso responde a la pregunta. Salmo 19, “Sean gratos los dichos de mi boca, y la meditación de mi corazón delante de ti.” Y aquí se nos dice que el libro de la ley debe proveer las palabras para nuestra boca, y proveer la meditación de nuestro corazón día y noche.

Entonces, ¿qué tipo de palabras, y que tipo de meditación son aceptables para Dios? ¿aquellos que están centrados en qué? en el libro de la ley, el libro de la ley. “Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que está escrito, porque entonces harás prosperar tu camino, y entonces todo te saldrá bien. ¿Quiere usted que su vida sea un éxito? ¿Quiere que su vida sea espiritualmente próspera?

Entonces entienda la suficiencia de la Escritura, para todas estas áreas, su poder amplio, y que sus palabras sean las palabras de la Escritura, y que sus meditaciones sean las meditaciones de la Escritura, porque esto es aceptable a los ojos del Señor, quien por gracia se ha hecho a sí mismo la roca de usted y su redentor. Esta es la respuesta correcta. Oh, Señor, dice David, mantenme en Tu Palabra, para que cuando abra mi boca salga y domine mis pensamientos. Que la Palabra domine mis pensamientos y mis palabras, que saturen mi vida, porque es esta Palabra la que me hace vivir una vida que te agrada a Ti, y será eternamente bendita. Sí, tenemos una Escritura suficiente.

Padre nuestro, de nuevo el testimonio de la Escritura es tan contundente, tan rico. Gracias por este tributo magnifico a Tu Palabra, en las páginas de la Biblia, Te agradecemos de nuevo por el privilegio de oírla, ahora somos responsables. Señor, ayúdanos a saber que todo lo que necesitamos está aquí, todo lo que necesitamos. Y cuándo hacemos la pregunta, ¿qué anhela el corazón humano? ¿cuáles son los anhelos profundos, agonizantes del corazón humano? Podríamos sugerir que transformación del alma, la sabiduría real en todo aspecto de la vida, gozo verdadero, duradero. La capacidad de entender las cosas oscuras de la vida, fuente permanente de vida y verdad, que para siempre es verdadera y nunca está mal.

¡Qué satisfacción encontramos en todas esas cosas! Y todas esas cosas se encuentran en el conocimiento de Tu Palabra. Gracias por este regalo preciado, que vivamos nuestras vidas en ella, como hemos sido instruidos. Vivimos por toda Palabra que procede de Tu boca. Gracias por escribirla para nosotros, por la inspiración del Espíritu, para que podamos verla y conocerla, y meditar en ella, y hablarla, y vivirla. Confiamos para el honor tuyo, oh Señor, nuestra roca, y nuestro Redentor de gracia. Te agradecemos en el nombre de Tu Hijo. Amen.

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