Dios ha diseñado que la sociedad exista en familias, en familias. Dios diseñó la familia, Dios creó al hombre y a la mujer y dijo: “Hagan familias.” Dios repitió eso en primer lugar cuando dijo eso en Génesis 1, estaban Adán y Eva y después que Él había destruido el mundo entero y regresó a Noé y reiteró ese mandato en el noveno capítulo de Génesis, “Hagan familias, hagan familias. Llenen la tierra, llenen la tierra.”
Las familias son la unidad que transmiten la verdad y la justicia de generación a generación. Las familias son las unidades que proveen disciplina, e instrucción, y por lo tanto crean la civilización, mantienen unida a la sociedad. Proveen como un proverbio chino dice, “sombra para los hijos. Una generación planta los árboles, la siguiente generación disfruta de la sombra.” Estamos viviendo en una época en la que uno se preguntaría si algún árbol con sombra está siendo plantado para generaciones futuras. Hay una generación de jóvenes, inclusive jóvenes cristianos en la actualidad quienes tienen miedo del prospecto de traer niños al mundo.
Nuestra sociedad, no solo permite la destrucción de la familia, la ayuda y contribuye a eso. Nuestra sociedad produce leyes para destruir a la familia, las vemos todo el tiempo. Estamos viviendo en una sociedad dónde todos los tabúes han sido abolidos. Solo queda un tabú, y esa es la Biblia, y la moralidad bíblica. La fornicación y el adulterio abundan a un nivel sin precedentes, y para aquellas personas que se casan, el divorcio es una ayuda que está lista para sacarlos de ese matrimonio.
Todos estamos conscientes del hecho de que tenemos un rechazo general de liderazgo masculino, tenemos una sociedad feminizada, madres que trabajan, hijos sin padres, sin madres, aborto, millones de niños siendo matados en el vientre de su madre. Eso se ha estado llevando a cabo por décadas. La pornografía no solo es abundante, sino que está protegida por la expresión libre. Tenemos medios masivos de comunicación dominantes que contaminan la mente de la gente con entretenimiento que está corrupto. Y después tenemos redes sociales, en dónde la gente puede explotarse a sí misma, corromperse a sí misma, y corromper a otros, está por todos lados.
La sociedad no va a ofrecer solución alguna, únicamente va a incrementar la corrupción y mientras que esto es lo que este mundo pecaminoso ha escogido, se ha convertido en juicio divino. Según Romanos 1, cuando Dios juzga a una sociedad habrá una revolución sexual, seguida de una revolución homosexual, seguida de mentes reprobadas, en dónde no hay manera de retroceder porque la manera de pensar está tan corrupta. Y, si usted fuera a identificar en dónde se encuentra el área más corrupta del pensamiento, usted probablemente tendrá que responder afuera del mundo del entretenimiento mismo, en las universidades, las cuales tienen la responsabilidad de preparar académicamente a la generación siguiente.
La sociedad no ofrece solución y de hecho, ésta sociedad está ahora bajo el juicio de Dios, y apresurándose a toda velocidad para llegar al infierno. Entiendo porque la gente ve esto y se pregunta cómo va a hacer para sus hijos, y sus nietos. La sociedad no tiene solución. Aparentemente, muchos en la iglesia no están dispuestos a ponerse de pie y proveer para la gente un entendimiento verdadero, bíblico, de relaciones sexuales, matrimonio y la familia.
Entonces, lo que quiero hacer para usted y para nosotros es simplemente ver en la Palabra de Dios, y poder presentar un entendimiento, un marco de referencia para entender el matrimonio y la familia, y criar hijos como Dios lo ha diseñado. Y quiero que abra su Biblia en el sexto capítulo de Efesios, porque quiero simplemente colocar este pasaje en su mente, y después vamos a ir a muchos lugares. No tengo idea cuán lejos vamos a llegar, he escrito muchas cosas de qué hablar.
Efesios 6:1. “Hijos, obedeced a vuestros padres en el Señor, porque esto es justo. Honra a tu padre y a tu madre, el cual es el primer mandamiento con promesa, para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra. Y vosotros padres, (padre y madre) no provoquéis a vuestros hijos a ira, sino criadlos en la disciplina y amonestación del Señor.”
Este es un resumen de lo que el Nuevo Testamento enseña. Usted encuentra un pasaje casi idéntico en el tercer capítulo de Colosenses también. Y como usted puede ver al ver ese pasaje, se basa en el Antiguo Testamento, de tal manera que nada ha cambiado. Esta es una reiteración y aclaración de lo que el Antiguo Testamento dice. Dios ya ha establecido Su patrón divino para la familia. Como dije, es difícil en la actualidad para la iglesia, definir esto con la precisión que la Biblia lo demanda, porque la iglesia, la iglesia contemporánea está tan pronta a absorber el mundo, y para hacer que la gente mundana se sienta cómoda, y regresar a los mandatos claros, precisos, exactos, demandantes, bíblicos, con respecto al matrimonio y a la familia, amenazaría a iglesias que están tratando de capturar al mundo.
Entonces, comencemos en dónde necesitamos estar y lo que necesitamos entender. Permítame darle cinco cosas que son elementales. Número uno, los hijos son una bendición de Dios. Los hijos son una bendición de Dios. Ahí es donde usted tiene que comenzar, no son un problema, no son una prueba, son una bendición de Dios. Dios bendijo a Adán y Eva, y Dios les dijo, “Fructificad y multiplicaos. Y llenad la tierra.” Al principio la civilización entendió eso, e inclusive después del diluvio. Cuando eso fue repetido, la gente entendió que los hijos eran una bendición del Señor. De hecho, no tener hijos era un desastre en la mente de la gente.
En el capítulo 29 de Génesis, por ejemplo, Raquel era estéril. “Lea concibió y dio a luz a un hijo, y lo llamó Rubén, porque ella dijo: ‘Porque Jehová ha visto mi aflicción, ciertamente ahora mi marido me amará.” Era como si no tener un hijo haría que su marido no la amara a usted. Y lleva volvió a concebir, y dio a luz a un hijo, y dijo: “Porque Jehová ha oído que no soy amada, Él por tanto también me ha dado este hijo. Y entonces lo llamó Simeón.” Ella volvió a concebir, y dio a luz un hijo y dijo, “Ahora, esta vez mi marido se acercará a mí, se apegará a mí, porque le he dado tres hijos. Y ella lo nombró, Leví.”
Ella en el versículo 35 volvió a concebir, y dio a luz un hijo y dijo, “Esta vez alabaré a Jehová.” No fue sino hasta que tuvo un cuarto hijo, que ella creía que podía dejar de anhelar por algo más y estar satisfecha. Los hijos son una bendición del Señor, un tipo de vergüenza en su mente no tener muchos hijos. Y el capítulo 30 dice, “Cuando Raquel vio que ella no le daba hijos a Jacob, ella tuvo envidia de su hermana. Y le dijo a Jacob, “Dame hijos o moriré. Dame hijos o moriré.” Y después a ella se le ocurrió un plan torpe, como usted sabe, y quiso una especie de hijo postizo, Dios en su gracia, ahí en el versículo 23, le mostró su favor y ella concibió y dio a luz un hijo. Ella dijo: “Dios me ha quitado mi oprobio.” Ella lo nombró José diciendo: “Que el Señor me de otro hijo.”
Fue casi como si un hijo no era suficiente. Lo era. El deseo del corazón de una madre, por tener muchos hijos, porque los hijos eran una bendición tal como Dios lo dijo. Escuche el Salmo 127, versículo 3, “He aquí, herencia de Jehová son los hijos, cosa de estima es el fruto del vientre. Como saetas en la mano del valiente, así son los hijos de uno, habidos en la juventud. Bienaventurado el hombre cuya aljaba está llena de ellos. No se avergonzará en cuando hablen con sus enemigos en la puerta.” Fue de hecho, una especie de menosprecio personal, una especie de vergüenza el no tener hijos. Ciertamente, hubieron algunos para quien Dios no diseño que tuvieran hijos, pero como un asunto general, los hijos fueron una bendición, y no tener hijos era no disfrutar de bendición.
Segundo principio que entender, la crianza de los hijos es una bendición. Esto va de la mano con el primer punto, la crianza de los hijos es una bendición. Hay tres veces en los Proverbios en dónde habla de un hijo que hace que el corazón de su padre esté contento. Proverbios 29:17 dice, “Corrige a tu hijo, y te dará descanso. Sí, traerá deleite a tu alma.” Los hijos son una bendición, y ser un padre es una bendición.
Un tercer principio. La crianza de los hijos es medida por los padres, y no los hijos. La crianza de los hijos es medida por los padres y no los hijos. ¿Qué quiero decir con eso? Simplemente, me refiero al principio de Proverbios 22:6, “Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo, no se apartará de él.” Realmente los hijos son un testimonio de como los padres los criaron. Vivimos en una época en la que el enfoque está en los hijos. El enfoque debe estar en el padre.
Ahora, ¿qué significa, ‘instruye al niño, o prepara a un niño en su camino y aun cuando fuere viejo no se apartará de él? No es una garantía de salvación, simplemente es un axioma, un truismo, simplemente es una verdad evidente en sí misma, los hijos llegan a volverse aquello para lo que usted los cría. Ese es un hecho general. Un equivalente del Nuevo Testamento sería Lucas 6:40, cuando un hombre ha sido preparado de manera plena, él será como su maestro. Usted será responsable por moldear a sus hijos. Van a ser aquello a lo que usted los guía. Se volverán aquello que usted permite que se vuelvan. Van a adoptar la forma que usted ha provisto para ellos en su crianza. Nada de lo que usted haga garantiza su salvación. Eso no es lo que está diciendo, pero está diciendo que sus hijos serán los productos de su crianza. Y esa es la razón por la que dije que, el tercer punto en la crianza es medida por los padres, no el talento del hijo, no la belleza del hijo, sino los esfuerzos de los padres.
Entonces, conforme usted ve hacia adelante, y usted se dice a sí mismo, “No sé si quiero criar a un hijo en el mundo que está por venir o en el mundo que existe, recuerde esto. En cualquier ocasión en cualquier mundo, cualquier hijo llegará a ser aquello que usted lo formó y quiso que llegara a ser. La crianza de los hijos es una responsabilidad sin descansos, no hay descansos para tomar café, no hay vacaciones porque es tan importante. No puede ser un trabajo de medio tiempo. Esa es la razón por la que las madres que trabajan pueden ser un desastre tan serio.
Una cuarta cosa en que pensar con respecto a eso, y es obvio, es que la crianza de los hijos es la influencia más poderosa en la vida de un hijo. La crianza de los hijos, es la influencia más poderosa en un hijo. Es más poderosa que la sociedad, es más poderosa que sus amigos, es más poderosa que los medios masivos de comunicación, porque la crianza de los hijos puede controlar todo eso, es una responsabilidad de tiempo completo. De hecho, si usted regresa a Deuteronomio, ahí en el capítulo 6, usted recordará que incorporado, parte del diseño de Dios al principio al revelarle a Su pueblo Su ley de nuevo, lo cual Él lo hace en el libro de Deuteronomio, conforme se preparan para entrar a la tierra prometida, están las palabras conocidas de Deuteronomio 6:4 “Oye Israel, Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. Y amarás a Jehová tu Dios, con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas. Y estas palabras que yo te mando hoy estará sobre tu corazón.”
Ese es el resumen de todos los mandamientos, amar a Jehová tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas. Y después, versículo 7, “Y las enseñarás a tus hijos, y hablarás de ellas cuando estés en tu casa, y cuando andes por el camino y cuando te acuestes y cuando te levantes.” Eso es crianza de hijos. Nunca se detiene, nunca se detiene. “Las vas a atar como señal en tu mano,” de tal manera que básicamente afectan todo lo que haces. “Las colocas como señales en tu frente,” de tal manera que controlan la manera eficaz, lo que piensas. Ese es el simbolismo ahí, las escribes en los postes de tu casa, en tus puertas, de tal manera que cuando entras y sales, la ley del Señor domina todo. Así es como los padres tienen la influencia más grande.
Mantenga en mente que los hijos de Israel en este punto en el tiempo estaban viviendo en medio del paganismo. El paganismo estaba tan mal en ese entonces, que Dios les dijo que cuando entraran a la tierra prometida, literalmente mataran a las naciones que ocupaban la tierra. No hicieron eso, y entonces tuvo esta batalla constante con una sociedad corrupta. La historia de Israel, francamente, es una lección viva de los peligros de no enseñarle a sus hijos, de no tener la ley de Dios dominando a sus hijos, de no enseñarles, de no hablarles la ley de Dios cuando se sientan, cuando caminan, cuando se acuestan, cuando se levantan, haciéndola lo que controla su conducta, lo que controla su manera de pensar, y su ir y venir.
Obviamente Israel fracasó al no hacer eso, aunque se les mandó en Deuteronomio 6. Si usted llega, por ejemplo, una generación más tarde, simplemente una generación más adelante, a Jueces capítulo 2, versículo 7, dice aquí, “El pueblo sirvió a Jehová todos los días de Josué, y todos los días de los ancianos que sobrevivieron a Josué, que habían visto toda la gran obra que Jehová había hecho por Israel.” Josué claro, los habría llevado a la tierra, versículo 10, “toda esa generación también llevada a sus padres, y se levantó otra generación después de ellos que no conoció a Jehová, ni la obra que Él había hecho para Israel.”
Esa generación, no hizo lo que se les dijo que hicieran, enseñar la ley de Dios a sus hijos, para que amaran a Jehová su Dios con todo su corazón, con toda su alma, y con todas sus fuerzas. Esa generación entera fracasó en su crianza de hijos. Versículo 11, aquí está la siguiente generación, “Entonces, los hijos de Israel hicieron lo malo a los ojos de Jehová, y sirvieron a los baales.” Literalmente, adoraron a los señores falsos. “Y, dejaron a Jehová el Dios de sus padres, que los había sacado de la tierra de Egipto, y siguieron a otros dioses de entre los dioses de los pueblos que los rodeaban, y se postraron ante ellos, y de esta manera provocaron a Jehová a ira, entonces dejaron a Jehová y sirvieron a los baales y a Astarot.”
Una generación. Se les dio un mandato claro, toman la ley del Señor que había sido dada a Moisés, y fue dada por segunda vez en Deuteronomio, enséñaselas a tus hijos. No lo hicieron. Se volvieron a los dioses de los cananeos. Un patrón en la vida de Israel repetido una y otra vez, y otra vez, y otra vez, y todos conocemos la historia terrible, trágica, que resultó de esto. Me imagino que el resumen de esto está en Jueces 21:25, “Todo mundo hacía lo que bien le parecía.” ¿Se oye conocido? Esa es la sociedad estadounidense. Ese es el mundo en el que vivimos. Estamos ahí por la misma razón por la que Israel estuvo ahí.
El pueblo de Israel vivió en este mar de paganismo, se les dijo que hacer para protegerse a sí mismos, enseñarles a sus hijos. Fue una responsabilidad de tiempo completo, y tenía que estarse llevando a cabo todo el tiempo, no solo por preceptos sino, por ejemplo. Amar a Jehová tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas. Los hijos son una bendición, la crianza de los hijos en sí mismo es una bendición. De hecho, una familia es medida por la crianza de los hijos. Sea lo que sea que usted hace, va a decidir qué tipo de hijo tiene usted, y la crianza de los hijos es por diseño de Dios, la influencia más poderosa en la vida de un hijo. Es una responsabilidad de tiempo completo, que está incorporada en el comienzo mismo de la ley de Dios, y cuando es ignorada tragedia sobre tragedia, no solo el declive de una familia sino el declive de una sociedad entera.
Y eso nos lleva en cierta manera a una quinta verdad elemental, la crianza de los hijos es el plan de Dios para el hombre. La crianza de los hijos es el plan de Dios para el hombre. La excepción es no ser un padre. ¿No es eso en cierta manera obvio? Porque si usted no tiene padre, usted ya no tiene personas. La crianza de los hijos es el plan de Dios. Decir eso es decir que el matrimonio es el plan de Dios. El matrimonio es el plan de Dios. Dios nos diseñó como criaturas sexuales, seres sexuales, y eso únicamente puede ser cumplido en una unión entre un hombre y una mujer, en un matrimonio de por vida. Cualquier otra cosa diferente a esa relación, es devastador y corrompedor.
En 1 Corintios capítulo 7 usted podría ver esto conforme en cierta manera continuamos construyendo nuestro entendimiento en línea con esto. En 1 Corintios capítulo 7 Pablo dice, “Acerca de las cosas que me escribisteis, bueno le es al hombre no tocar mujer.” Él se refiere a una manera sexual, pero si vas a tener dificultades con eso, entonces dice, “pero debido a las fornicaciones, cada uno tenga su propia esposa, y cada esposa debe tener su propio marido. Usted no puede tener a personas con deseos sexuales por todos lados, sin conyugues. Algunas veces cuando la gente dice, ¿cuál crees tú que es el problema más grande en la familia en la actualidad? Lo he respondido de esta manera: la soltería, la soltería es un gran problema. Usted no tiene matrimonio, usted no tiene hijos, lo que usted tiene es inmoralidad.
Pablo procede a decir en el versículo 9, “Si no tienes dominio propio, cásate. Mejor es casarse que estarse quemando de pasión.” Tenemos una sociedad de solteros que están empujando, empujando, empujando el matrimonio más, y más hacia adelante a un mañana nebuloso. La soltería epidémica es mortal para la familia, produce inmoralidades masivas en toda dirección. Es una señal de egoísmo. Casi 50% de la población en Estados Unidos, que tienen más de 18 años de edad es soltera. Y viendo esta estadística desde otra perspectiva, solo únicamente 50% de las casas en Estados Unidos son parejas que están casadas. Y la casa más común en Estados Unidos, la casa más común en Estados Unidos desde el año 2000, es una persona viviendo sola.
Millones de personas solteras viviendo solas, ese tipo de conducta se ha incrementado en 100% desde 1990. Casi 50% de todos los nacimientos ahora son ilegítimos. El 90% de los estadounidenses en esta encuesta, en la encuesta Harris dijo: “La sociedad debe valorar todo tipo de familias por igual, todo tipo de familias por igual. No importa si son un hombre y una mujer, si están casados, o no, o si son del mismo sexo.” En dichas situaciones, dijeron 90% de las personas encuestadas, no tiene efecto en los hijos. Entonces, la solución para el gobierno de los Estados Unidos es ceder a la inmoralidad, al vicio sexual, a la desviación, la homosexualidad, y la lujuria desenfrenada domina la sociedad.
Y, por cierto, si usted resulta quedar embarazada, mate al bebé. Necesitamos entender que Dios ha diseñado que la gente tenga familias, tenga familias, tenga familias. Como cristianos y como la iglesia, necesitamos guiar al mundo al mantener en alto el matrimonio y a los hijos como la bendición más preciada de Dios en toda la vida humana. Observe en primer lugar, que el matrimonio es la gracia de la vida, ¿verdad? es lo que el Nuevo Testamento dice. En segundo lugar los hijos son una bendición del Señor, y la promesa es que usted los crie de la manera correcta. Cuando son mayores van a demostrar de esa manera que usted ha invertido en sus vidas. Ese es el diseño de Dios.
Los cristianos no pueden ser tan egoístas que no quieren casarse, y muchas personas no quieren casarse, porque después pueden encontrarse a alguien mejor. Es momento para que los cristianos dejen de interrumpir el plan de Dios para los hijos al quedarse solteros. Cásense, sea un marido, tome a una esposa. Y entre los cristianos creo que todavía en la mayoría de los casos es iniciado por los hombres. A los hombres les gustaría pensar que quizás las mujeres deberían venir tras ellos, pero las mujeres cristianas son más sensatas, creo yo, más reservadas, y los hombres necesitan guiar en eso. No sé qué es lo que los hombres cristianos están esperando. Hay muchas damas cristianas fieles, a quienes ellos podrían cuidar como Cristo amó a Su iglesia, y con quienes podrían cuidar hijos piadosos, y quienes serían para ellos, gozo supremo.
En la creación, recuerde usted la afirmación, no es bueno que el hombre esté, ¿qué? solo. Cásense, críe hijos. Críelos para que conozcan al Señor. Entonces, esa sería una especie de percepción elemental que quiero colocar en su mente. Ahora, quiero que regrese a Efesios, y en cierta manera vamos a hablar un poco más acerca de lo que este texto dice de manera específica. En primer lugar, habla de la sumisión de los hijos, y después habla de la sumisión de los padres, ambos sometiéndose al diseño de Dios.
Versículos 1 y 2, “Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo. Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa.” ¿Necesito decir que, se necesita enseñarles a los hijos a hacer eso? No vienen al mundo listos para hacer eso, vienen al mundo como réprobos, réprobos, pequeños hermosos, pero réprobos. Vienen al mundo como pecadores caídos, llevando la naturaleza de Adán, y la culpabilidad de Adán. Pero, veamos simplemente esto en particular, los niños deben ser instruidos con esto. Pero los niños “deben obedecer a vuestros padres en el Señor, porque esto es justo.”
¿Qué queremos decir con ‘hijos,’ tekna? No significa bebés pequeños, no significa niños pequeños, significa cualquier hijo que todavía sería clasificado como un hijo, lo cual sería cualquier hijo que está en el hogar, y no han comenzado aún su propia vida adulta. Hablando en términos generales, cualquier descendiente que todavía está bajo cuidado de los padres. Todavía bajo el cuidado de los padres. De hecho, realmente no se aplica a los más pequeños porque usted realmente no los puede mandar, no tienen una facultad inclusive para comprender eso. Se refiere a aquellos que tienen la suficiente edad como para razonar. Y, por cierto, este es el único mandato en la Biblia a los hijos. Aquí está, “Obedeced a vuestros padres en el Señor.”
Este tipo de obediencia es tan esencial para la civilización, la sociedad se mantiene junta, en un tipo de manera cohesiva, saludable, y segura, cuando los hijos obedecen a sus padres. De hecho, eso está en los mandamientos de Éxodo 20, “Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días sean prolongados en la tierra que Jehová tu Dios te da.” En otras palabras, si no haces eso, podrías morir, sino haces eso podrías morir. Y eso está reiterado en el siguiente capítulo de Éxodo, capítulo 21, y en el versículo 15, “El que golpeara a su padre o a su madre, ciertamente morirá.” Versículo 17, “EL que maldijere a su padre o a su madre, ciertamente morirá.” La pena capital para un hijo que le pega a un padre o maldice a un padre, repetido en el capítulo 20 de Levítico, versículo 9, “Si alguno maldijera a su padre o a su madre, ciertamente morirá.” Él ha maldecido a su padre o a su madre, su sangre está sobre él.
El siguiente versículo habla sobre el hombre que comete adulterio con la esposa de otro hombre, mismo castigo. La pena de muerte debe ser aplicada a los hijos que no obedecen a sus padres, así de urgente es este asunto de la obediencia. Criar una generación de personas que pueden hacer una civilización real, demanda que los hijos obedezcan a los padres. Eso es simplemente, algo absolutamente elemental. Observe el libro de Proverbios por un minuto, y permítame mostrarle tan solo unas cuantas cosas aquí, conforme en cierta manera continuamos con nuestro estudio bíblico. Proverbios realmente es verdad transmitida de los padres y las madres, pero en particular de los padres a sus hijos.
Entonces, el versículo 8 del capítulo 1, “Oye, hijo mío, la instrucción de tu padre, y no desprecies la enseñanza de tu madre. De hecho, son una corona de gracia para tu cabeza, y adornos para tu cuello.” En otras palabras, hay una belleza en un hijo que recibe instrucción de sus padres y la obedecen. En el capítulo 2, versículo 1, “Hijo mío, si recibieres mis palabras, y guardareis mis mandatos dentro de ti, haciendo estar atento tu oído a la sabiduría, si inclinares tu corazón a la prudencia.” Capítulo 3, comienza de la misma manera, “Hijo mío, no te olvides de mí enseñanza, sino guarda mis mandamientos en tu corazón, porque largura de días y años de vida y paz te añadirán.” Capítulo 4, “Oíd hijo la instrucción de un padre, y prestad atención para que adquiráis entendimiento, porque os doy buena enseñanza, no abandonéis mi ley. Cuando yo era hijo de mi padre, delicado y único a los ojos de mi padre, entonces él me enseñaba y me decía, que tu corazón se aferre a mis palabras, guarda mis mandamientos y vivirás.”
En el capítulo 4 de nuevo, versículo 10, “Oye hijo mío, y acepta mis dichos, y los años de tu vida serán muchos.” Capítulo 5, “Hijo mío, da atención a mi sabiduría, inclina tu oído a mi entendimiento.” Capítulo 7 de nuevo, “Hijo mío, guarda mis palabras, atesora mis mandamientos dentro de ti.” No solo obedécelas, sino atesóralas, “guarda mis mandamientos y vivirás. Y mi enseñanza como la niña de mis ojos.” Mismo capítulo, ahí en el versículo 24, “Ahora, por tanto, hijos míos, escuchadme, y prestad atención a las palabras de mi boca.” En el capítulo 8, versículo 32, “Ahora, por tanto, hijos, oídme, porque bienaventurados son los que guardan mis caminos.” Y sigue así a lo largo de esta sección maravillosa.
Usted encuentra en el capítulo 12, versículo 1, “Todo aquel que ama la disciplina ama el conocimiento, pero el que aborrece la reprensión es necio.” No solo debe usted obedecer, sino que debe aceptar de manera dispuesta la disciplina que lo guía a usted por el camino de la obediencia. Capítulo 13, versículo 1, “El hijo sabio acepta la disciplina de su padre, pero el burlador no escucha la reprensión.” Hay poca duda de que esto se encuentra en el corazón de este libro entero de Proverbios. Tan importante.
Capítulo 15, versículo 5, “Un necio rechaza la disciplina de su padre, pero el que escucha la reprensión es prudente.” ¿Quieres ser un hijo prudente? ¿quieres crecer para que llegues a ser un adulto sociable? Entonces, escucha la instrucción de tu padre, y acepta la disciplina de tu padre. Y uno más en el capítulo 28, versículo 7, “El que guarda la ley es un hijo sabio.” El que guarda la ley es un hijo sabio. El lado negativo, si maldices a tus padres y les pegas a tus padres, la pena de muerte. El lado positivo, escúchalos, aprende de ellos, acepta la disciplina que viene con la instrucción.
En Lucas, capítulo 2:52, en Lucas 2:52 hay una afirmación interesante con respecto a nuestro Señor, pero nos da algunas categorías en las que podemos pensar de los hijos. Lucas 2:52, “Jesús crecía en sabiduría y estatura, y en favor con Dios y los hombres.” Los hijos deben ser gobernados, deben ser disciplinados, deben ser instruidos, porque carecen de cuatro cosas. Carecen de sabiduría, carecen de estatura, carecen de favor con Dios, y carecen de favor con los hombres.
En otras palabras, son deficientes mentalmente, son deficientes físicamente, son deficientes socialmente, y son deficientes espiritualmente. Y eso es todo, simplemente son deficientes. Se necesita un esfuerzo en dónde no nos detenemos de manera deliberada para sacarlos de esas deficiencias y llevarlos a un lugar en dónde reciben sabiduría, y crecen hasta llegar a la fortaleza y tener favor con Dios, y favor con los hombres. Dios se preocupa por el aspecto social de la vida, por el aspecto físico, por el aspecto mental, como también por el aspecto físico.
Entonces, usted debe querer que sus hijos sean obedientes, usted entiende que cuando llegan al mundo son deficientes, sus aptitudes sociales no existen, simplemente gritan por lo que quieren, pelean, discuten, van a lugares y hacen cosas que usted no quiere que hagan. No tienen aptitudes sociales, no tienen entendimiento espiritual, son débiles y vulnerables, llevados por doquiera, no tienen sabiduría, y no tienen discernimiento.
Entonces, lo que usted tiene es un pecador, réprobo, pequeño, que es totalmente deficiente en toda área de la existencia. Y su responsabilidad delante de Dios, y su gran gozo, es eliminar esas deficiencias. Si usted no hace eso, usted termina con el tipo de hombre del que habla Proverbios 30:11, que maldice a su padre y no bendice a su madre. Usted termina con el tipo de hombre que se burla del padre, y menosprecia a su madre. Y Proverbios 30:17 dice, “Los cuervos de la cañada saquen el ojo que se burla del padre, y menosprecia a su madre, y los aguiluchos se los comerán.” Eso es bastante vívido.
Entonces, ¿qué hace usted como padre? Usted tiene una responsabilidad y el gozo y el privilegio y el mandato de criar a hijos, para que sean obedientes. Eso significa que usted tiene que ser el instrumento que Dios usa para ayudarles a incrementar, a crecer en sabiduría, estatura, favor con Dios, y favor con el hombre. Usted debe querer que su hijo, regresemos a Efesios, obedezca, obedezca. Enséñele a su hijo a obedecer. Ese es el único mandato, obedezcan a sus padres. Lo académico no es tan importante, el deporte no es tan importante, la moda no es tan importante, el físico no es tan importante, la obediencia importa todo. Obedeced. “Hupakouo,” literalmente significa ‘oíd debajo de’ ‘someterse’ someterse. Es un imperativo presente, y la idea de que habitualmente lo obedecen a usted. Y simplemente quiero decirle que así es como en un sentido es la crianza simple de los hijos. Lo único que usted está tratando de hacer es criar a un hijo obediente. Un hijo que aprenda la obediencia porque las consecuencias son tan dolorosas, las consecuencias de la desobediencia.
Pero hay otro aspecto de esto. “Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres.” ¿Qué significa eso? En el Señor, ¿qué significa eso? Colosenses 3:20 añade, “Obedeced a vuestros padres en el Señor, en todo.” Absolutamente en todo en el Señor. ¿Qué significa eso? Como si estuvieras obedeciendo a Cristo. Como si estás obedeciendo a Cristo. Eso es algo sorprendente. Usted realmente está enseñándole a sus hijos a obedecer, no debido a usted, sino debido a Dios. Su autoridad es una autoridad delegada. Es transmitida a usted desde el cielo. ¿Por qué debe usted hacer esto? Porque esto es justo.
Ahí hay una idea nueva. Algo que de hecho es lo correcto. Hay una cosa correcta y esa es la obediencia. La palabra es dikaion, la cual es ‘justo,’ ‘justo,’ usado con frecuencia de Dios, con frecuencia de Cristo, y con frecuencia de nosotros, cuando está hablando de nuestra justicia en Cristo, nuestra justificación es justo. Los hijos que desobedecen violan la ley de Dios. Esto debió haber sido algo desafiante en la primera iglesia, porque a los hijos judíos se les prohibía creer en Cristo. Probablemente a los hijos paganos se les prohibía creer en Cristo, y estaban siendo expuestos inicialmente al evangelio. ¿Qué iban a hacer?
Bueno, que dijo Jesús, sorprendente, Él dijo, “Si me quieres seguir, quizás tengas que odiar a tu padre, y odiar a tu madre.” Eso es Lucas 14. En Mateo 10 Él dijo, “Si amas a tu madre, o padre más que a mí, no eres digno de ser mi discípulo.” Aquí está el lugar en dónde los hijos hacen lo que es justo, lo que es correcto, cuando desobedecen. Esto es cuando obedecen al Señor, y los padres les están mandando que no lo hagan. Esa es una excepción rara. Fuera de eso, el primer deber de un hijo es obedecer.
Entonces, usted le enseña a sus hijos a obedecer. Y si usted hace eso, cuando sean grandes van a ser obedientes. El segundo deber entonces, en el versículo 2 es, “honrar a tu padre y a tu madre, el cual es el primer mandamiento con promesa. Obedecer es deber, honrar es actitud. Obedecer es deber, honrar es actitud. Usted no solo debe querer obediencia, usted no quiere a un hijo furioso, que lo obedezca a usted con un corazón enojado. Pero esta actitud corresponde al acto de obediencia. La obediencia de un hijo debe contener honor. Y eso, claro, sale de los diez mandamientos en Éxodo 20:12. Usted debe criar a un hijo que es tanto obediente a los padres, porque él se da cuenta que esos padres tienen una autoridad delegada del Señor, para traer la vida más bendita posible a ellos, y al mismo tiempo tener una actitud de honor hacia el padre y la madre.
Patricia y Yo solíamos hablar mucho de esto cuando estábamos criando a nuestros hijos, disciplinábamos por la actitud, disciplinábamos a nuestros hijos mucha más por actitud, que lo que hicimos por acciones, porque tendían a pensar que podían salirse con la suya con una actitud en lugar de un acto. Podíamos prevenir el acto, no podíamos prevenir la actitud. La disciplina por una actitud es tan importante como la disciplina por un acto si usted tiene un hijo que es obediente, reverente, reverente hacia los padres, como los representantes de Dios, con la autoridad delegada de criarlos para conocer y amar a Dios, y vivir en la plenitud de su bendición.
Entonces, este realmente es el quinto mandamiento, y versículo 12 es el quinto mandamiento. Y es el primer mandamiento que tiene que ver con las relaciones humanas. Los primeros cuatro tienen que ver con Dios, Éxodo 20, éste es el primero que tiene que ver la relación humana. Cuando usted entra a las relaciones humanas, lo primero que usted se encuentra son los padres y los hijos. Esto es tan esencial porque viene con una promesa, observe el versículo 3, “para que te vaya bien y para que tengas larga vida sobre la tierra. Este es el primer mandamiento con promesa.” Este es el quinto mandamiento, ese el primero que trata con las relaciones humanas, y es el primero con una promesa.
Los hijos piadosos, los hijos obedientes que honran a sus padres, no van a tener su vida cortada por la disciplina, no van a tener su vida cortada por el juicio divino, van a tener una vida larga, rica, plena, bendita. Eso es lo que usted quiere para sus hijos, ¿verdad? Ese es su deseo para sus hijos. Y aunque cuando el mandato fue dado por primera vez al pueblo de Israel, hubieron promesas físicas hechas a Israel, que iban de la mano con que estuvieran en la tierra. Todavía hay promesas que van de la mano con esto, de lo contrario no sería repetido aquí. Esto es para todos los creyentes, y esto no está ligado necesariamente a la tierra de Israel, sino que tendrás vida larga, no en esa tierra, sino en la tierra.
No se usted, pero me gustaría que mi hijo viviera una vida plena, una vida larga, ¿usted no? No garantiza un número de años, pero lo que garantiza es que su vida no será cortada por la disciplina divina. Esto es absolutamente esencial. Ahora, quiero cerrar al decir que para llevar a sus hijos a este punto, tiene que ejercer algo de disciplina firme. Regresemos a Proverbios de nuevo, y simplemente le voy a mostrar unas cuantas cosas que usted conoce. Proverbios 3, versículo 11, “Hijo mío, no menosprecies la disciplina de Jehová, ni aborrezcas su reprensión, porque aquel a quien Jehová ama, disciplina, así como el padre corrige al hijo a quien quiere.”
Dios lo hace, Dios disciplina, esto es repetido, no es cierto en Hebreos, “Todo aquel al que el Señor ama el disciplina.” En el capítulo 10 de Proverbios, un versículo conocido, versículo 13, “En los labios de quien discierne, la sabiduría se encuentra, pero la vara es para las espaldas del que carece de entendimiento.” No solo le dice a usted que hacer, le dice en dónde hacerlo. Dele en la parte de atrás. Esa es la razón por la que Dios proveyó acolchonamiento suficiente en ese lugar, esa es una vara para la espalda de un hijo que carece de entendimiento. En el capítulo 19 de Proverbios, versículo 18, “Corrige a tu hijo mientras que hay esperanza y no desees su muerte.” Guau. Si no disciplina usted a su hijo, acorta su vida. Lo ama usted, disciplínelo.
Proverbios 22, versículo 15, “La necedad está ligada al corazón del muchacho.” Eso es lo que estaba diciendo, que nacen siendo insensatos, y están caídos, “más la vara de la disciplina la alejará de él.” Esa amigos, es una promesa. ¿quiere usted alejar la necedad de su hijo? El castigo físico desde los primeros años, tan pronto como esa necedad se vuelve aparente y desafiante. Capítulo 23 de Proverbios, versículo 13, “No retenga la disciplina del hijo, le azotarás con vara, y no morirá. Lo azotarás con la vara, y rescatarás su alma de la muerte, de la tumba.” Todo esto está diciendo. Si quiere usted que su hijo viva una vida rica, completa, bendita, plena, va a demandar algo de disciplina seria, dolorosa, disciplina corporal. Claro que, si usted quiere destruir a la familia, usted podría hacer de eso, ilegal.
Proverbios 29, versículo 15, “La vara y la corrección dan sabiduría.” ¿Escuchó esto? “Pero el hijo consentido trae vergüenza a su madre.” Y después en el versículo 17, “Corrige a tu hijo y te dará descanso, y traerá deleite a tu alma.” No voy a llevarlo a lo largo de Proverbios de nuevo, pero si fuera a hacer otro viaje simplemente le diría que Proverbios dice esto, “Un hijo indisciplinado es tristeza para su madre, un rebelde para su padre, una tristeza para sus padres, un desastre para su familia, una desgracia para sus padres, una humillación para sus padres, y un abusador de sus padres.”
Entonces, es esencial tener un hijo obediente. Y es necesario, para que te vaya bien y seas de larga vida sobre la tierra. Calidad de vida, te va bien. Cantidad de vida, larga vida sobre la tierra. Entonces, regresemos adonde comenzamos, los hijos son una bendición del Señor, la crianza de los hijos es una bendición, la crianza de los hijos define a la familia no el hijo, la crianza de los hijos es la influencia más grande que sus hijos jamás van a tener. Tiene que serlo por diseño divino, y la crianza de los hijos es el plan de Dios.
Entonces, usted podría ver al mundo hacia adelante, y decir, “Oh, no sé si quiero casarme. Usted va a terminar posponiendo esta carrera en la vida, posponiendo este llamado alto y glorioso, y lleno de deleite a ser una familia. Muchas cosas amenazan a la familia y al futuro, pero creo que con frecuencia la soltería en la iglesia evangélica es la amenaza más grande. Simplemente necesitamos pedirle al Señor que nos humille y nos dé un corazón para encontrar una persona que ame a Cristo, para criar hijos.
Dice usted, “Oh, el mundo va a ser,” el mundo siempre ha sido igual, ¿verdad? siempre ha sido igual. Usted puede proveer las protecciones que usted necesita para sus hijos, eso es lo que los padres hacen, pero este es el diseño de Dios. Necesitamos más matrimonios cristianos buenos y necesitamos más familias cristianas maravillosas, tenemos tantas aquí en Grace, Grace Church. El mundo necesita más, el mundo necesita más, y usted no tiene nada que temer porque este es un llamado divino, usted lo hace en el poder de Cristo, y la fortaleza del Espíritu, y el Señor lo va a usar para hacer que su familia sea una bendición.
Señor, hemos disfrutado de un gran privilegio al llegar al final de este día, disfrutando de un día maravilloso, fructífero de comunión y ministerio juntos. De nuevo hemos sido expuestos a tu palabra en tantos niveles hoy día, el día de hoy, cuan ricos somos, cuan bendecidos somos por tener la verdad y no estar corriendo por todos lados como personas en el mundo tratando de entender que es lo que es correcto, o lo que es verdad, dónde está la esperanza, en dónde están las respuestas, como vivir, como amar, como casarnos, como criar hijos. Todo está aquí para nosotros, y todo está simplemente cargado de promesas, simplemente está cargado de promesas.
Un matrimonio amoroso, un marido que ama a su mujer, y una mujer que se somete a su marido, hijos que son instruidos y disciplinados para ser obedientes, padres que los crían en la disciplina y amonestación del Señor, encuentran la vida más rica, más satisfactoria. Está bien con ellos–calidad de vida. Y pueden vivir mucho tiempo en la tierra–cantidad de vida. Vida a plenitud, y vida que es de lo más completo, que está encontrada en este regalo maravilloso de la familia. Ayúdanos Señor a buscar tu propósito en esta área.
Señor, sabemos que puede haber algunos a quienes se les ha dado un don para ser solteros, que no tienen un deseo como éste, y que ese es un don de Ti, y que si es un don de Ti, como dice la Escritura, pueden dedicarse continuamente a Ti sin estorbos. Estamos tan agradecidos por aquellos que han sido dotados y llamados de esa manera, y son una parte bendita de nuestra familia como tus hijos. Guíanos Señor, conforme pensamos en estas cosas en las semanas venideras, y conforme la gente que va más allá de nuestra iglesia oye estas verdades, oramos que hagas una obra en muchos corazones. Para Tú gloria oramos. Amén.
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