Bueno, es la época navideña y estamos muy conscientes del nacimiento de nuestro Señor Jesucristo y la importancia de eso. Conforme estaba pensando en que podría ser en términos de mi predicación a ustedes a lo largo de este mes de diciembre, decidí hacer a un lado nuestro estudio de 2 Corintios porque acabamos el cuarto capítulo. Y antes de que nos embarquemos en un capítulo nuevo, nos concentremos en un asunto que está en mi corazón y ciertamente apropiado para la época navideña.
Estoy preparando en éste punto en particular un libro del tema del amor de Dios. Y al preparar ese libro hay algunas cosas que no había estudiado, y no había predicado y realmente no había pensado. Y entonces al querer hacer eso acerca del amor de Dios, y al querer también dirigirme a los asuntos que rodean este tiempo maravilloso del año, decidí hacer una serie del amor de Dios. Y ciertamente la verdad más grande acerca de Navidad es que Dios de tal manera amó al mundo que dio a Su Hijo Unigénito. La Navidad realmente es el efecto de lo que el amor de Dios es la causa. Es apropiado entonces que entendamos algo acerca del amor de Dios. Al principio podemos afirmar que entendemos bastante bien ya este tema, pero creo que conforme entramos en mayor profundidad vamos a descubrir esta mañana que hay asuntos bastantes serios que necesitan ser entendidos al grado que como humanos podemos entender, que se relacionan a como ama Dios, al amor de Dios.
Supongo que, si ha habido alguna cosa que los cristianos a lo largo de los siglos han exaltado, ha sido el amor de Dios. Nos deleitamos en él como creyentes, hablamos de él cuando testificamos y evangelizamos. Siempre estamos dispuestos a hablarle a la gente de que Dios los ama y por lo tanto envió a Su Hijo a morir en la cruz. Hemos proclamado al mundo que Dios es amor, de manera regular hemos anunciado a los pecadores que Dios los ama, a todos ellos sin excepción. La Escritura nos da razón para proclamar que Dios es un Dios de amor. De hecho, en 2 Corintios 3:11 él es llamado el Dios de amor. Y en 1 Juan 4:8 la Biblia dice que Dios es amor. No hay duda, sino que este es verdaderamente un atributo de Dios. Esto es parte de la médula de su esencia espiritual, Su Ser. Y es un atributo muy celebrado porque junto con él viene la bondad y la benignidad, y la misericordia. Esas son las evidencias y esos son los elementos de expresión que encuentran su origen en el amor.
Escritores de canciones y compositores de himnos y poetas a lo largo de toda la historia de la iglesia han exaltado las virtudes de Dios, quien es un Dios de amor. Han escrito himnos y canciones, y salmos, y poemas acerca del amor de Dios. Y como consecuencia, los cristianos han recitado esos poemas, y cantado esas canciones e himnos, y por lo tanto han celebrado el amor de Dios por siglos.
Me acuerdo cuando estaba pasando algo de tiempo con Bill Gaither, quien ha escrito tantas de nuestras canciones contemporáneas, le dije en una cena, una noche, como alguien que está preocupado por la letra, tú y tu esposa escriben algunas de las letras más amadas de las canciones cristianas de nuestra época, ¿cuál es la letra más grande que jamás ha escrito? A lo cual él sin titubear inmediatamente respondió: “La letra más grande jamás escrita es esta: Si fuera tinta todo el mar y todo el cielo un gran papel; y cada hombre un escritor y cada hoja un pincel para escribir el amor de Dios arriba secaría el amor, ni el papel podría contenerlo todo, aunque fuera estirado de cielo a cielo.” Una expresión inmensa del amor de Dios.
El coro de esa canción dice: “Oh amor de Dios, cuán rico y puro, sin medida y fuerte, por los siglos seguirá siendo la canción de los santos y los ángeles.” Hay muchas canciones como esa del amor de Dios que hemos oído y cantado, que expresan ese gran sentido que tenemos de que de hecho Dios es un Dios de amor. Estamos dispuestos a decirle a la gente Dios te ama. Dios te ama tanto que él envió a Su Hijo al mundo para morir en la cruz, para proveer una expiación por el pecado. Estamos dispuestos a poderle decir a la persona más hostil, más impía, más mala, Dios te ama. Y si vienes a Cristo, Dios te salvará.
No sé cómo lo recibió usted, pero, para mí fue algo sorprendente, por un lado, sin embargo, no tan sorprendente por otro lado, que antes de que Jeffrey Dahmer, el homosexual homicida que mató a 17 y se los comió como caníbal a varios de ellos, antes de que muriera en manos de algunos prisioneros que estaban con él, él había hecho una confesión de fe en el Señor Jesucristo y había sido bautizado. De hecho, tuve la ocasión de leer su testamento en el cual él repetidamente él expresó su fe genuina en el Señor Jesucristo, y confianza de que Cristo había perdonado todo su pecado. Y oí una entrevista con el capellán, quien dijo que no había duda alguna en su mente, sino que la fe de Jeffrey Dahmer de hecho, estaba en Jesucristo y que él ahora estaba en Su presencia.
En algunas maneras, eso haría que el mundo estuviera muy enojado. Pensar que un hombre que hizo eso fuera aceptado al cielo, iría en contra de todo lo que perciben acerca de quién es realmente bueno y quien no lo es, y quien merece el cielo, si hay uno. Pero con respecto a la evidencia del sorprendente amor de Dios, esa es una ilustración clásica. Queremos poder decirle a los Jeffrey Dahmer del mundo, o a cualquier persona, que Dios ama al mundo tanto, que él ha enviado a Su Hijo a morir por los pecados del mundo, y que cualquiera que cree en él puede ser salvo, y que cualquiera es ilimitado. Queremos poder decirles que si crees en el Señor Jesucristo él va a perdonar tu pecado, así como Él perdonó el pecado de Pablo, quien dijo que era el primero de los pecadores. Él también fue un blasfemo y perseguidor, y homicida.
Y entonces, proclamamos el amor de Dios de manera amplia, y siempre lo hemos hecho. Dice usted, “Bueno, es bastante simple y bastante directo.” Pero no es así. porque sin importar lo que digamos acerca del amor de Dios no importa cuánto exaltemos el amor de Dios y la bondad de Dios y la misericordia de Dios, la gente todavía tiene preguntas serias que no han sido respondidas y que son muy molestas para sus mentes. Cómo estas: ¿Si Dios es amor, porque es que el mundo es un teatro de tragedia, y porque tantas personas están sufriendo? ¿Si Dios es amor y Dios también es soberano, y está a cargo, entonces cómo es posible que un Dios amoroso podría hacer eso?
¿Ha oído usted esa pregunta? Y no solo esa es una pregunta que usted enfrenta, pero aquí hay una que es aún más penetrante. ¿Si Dios es amor, porque es que Él va a enviar a gente al infierno para sufrir para siempre? Eso no representa ninguna definición de amor que yo conozco. La mayoría de la gente diría. ¿Qué tipo de amor es ese que puede controlar al mundo y permitir que el mundo sufra como sufre? ¿Qué tipo de amor es soberano y está a cargo y envía a gente pobre que está sufriendo a una flama eterna? ¿Cómo debo entender ese tipo de amor? Dígame usted. Tú me dices que Dios amo de tal manera al mundo.
Entonces, yo le diría que, si Dios realmente amara al mundo, Él nunca permitiría todo el sufrimiento y toda la tortura y todo el dolor y toda la tristeza y toda la muerte. Y yo le digo, si un Dios de amor realmente estuviera a cargo del universo, entonces él expresaría ese amor, y Él haría lo que yo creo que el amor haría y es que Él quitaría todo el dolor, Él quitaría toda la maldad, Él quitaría toda la tristeza. Y Él llenaría el tiempo y la eternidad solo con felicidad. ¿Por qué es que Dios no hace eso si realmente ama a todo mundo? Y, además, ¿me estás diciendo que Dios quiere que toda persona sea salva?
Entonces, ¿porque diseñó un plan en el que la mayoría de la gente termina en el infierno para siempre? Y si Dios es un Dios de amor y el ama a todo mundo, ¿entonces, porque no nada más salva a todo mundo? ¿Acaso Él es incapaz de hacerlo? ¿Y si Dios es el padre amoroso de la humanidad, ¿Por qué es que Él no actúa como un padre humano que ama a sus hijos que nunca le permitiría a sus hijos tomar decisiones que resultarán en su destrucción si él pudiera evitarlo o prevenirlo? Si Dios es un Dios amoroso, ¿Por qué permitió el pecado en primer lugar y la muerte? Esas preguntas son razonables y necesitan respuestas.
Hay varias respuestas sugeridas. Una es la respuesta del universalismo. El universalismo es una doctrina creída por muchos, que enseña que al final todo mundo va a ser salvo. Que en ultimas, el plan salvador es universal, y Dios va a salvar a cualquier persona y al final todo mundo va a estar en el cielo, y el infierno no va a existir. Así es como algunas personas responden al problema de que si Dios ama al mundo entero entonces como es posible que Él envíe a todo mundo al infierno, a menos de que unos cuantos crean. Ellos responden al decir que bueno, al final Él no lo va a hacer. Al final su amor va a prevalecer y él va a salvar a todo mundo. Eso es universalismo.
Otras personas responden a la pregunta con una teoría llamada aniquilacionismo. Su solución es: “Bueno, al final Dios toma a la gente creyente al cielo, y al resto hace que dejen de existir, de tal manera que dejan de existir de manera total, no experimentan consciencia en absoluto, no existen, por lo tanto, no pueden tener consciencia alguna, un sufrimiento consciente. Por lo tanto, no hay infierno de castigo, simplemente aniquilación. Y no solo hay individuos que creen eso, sino que hay grupos de personas que creen eso, hay iglesias y sectas que creen eso. Entonces, algunas personas resuelven el problema simplemente al hacer que toda persona sea salva al final. Y otras personas resuelven el problema al hacer que toda la gente no salva simplemente deje de existir de tal manera que no tengan sufrimiento consciente en absoluto porque ya no existe.
El problema con esas dos posturas es que usted no puede defenderlas en la Biblia. Supongo que hasta cierto punto tranquilizaría nuestra emoción humana, un poco si pudiéramos aceptar cualquiera de esas alternativas. Ciertamente eliminaría algunos problemas para nosotros. En primer lugar, nos sentiríamos cómodos acerca de todo mundo, y en cierta manera podríamos relajarnos en términos de evangelismo, porque van a ser salvos para siempre o van a dejar de existir para siempre. ¿Y cuál es la diferencia? Entonces, no nos preocupemos por nadie, no hay infierno definitivo. Entonces, ¿por qué estar involucrado en el evangelismo? Haría la vida cómoda en términos emocionales. Ciertamente haría la vida cómoda en términos de cualquier responsabilidad. El problema es que la Biblia no enseña ninguna de esas.
Otros han presentado una solución que es un poco diferente. Dicen: “Bueno, la manera de entenderlo es esta: “Dios no ama a la gente que no son de Él. Él las odia. Entonces, no tienes que preocuparte porque el amor de Dios se frustre, no tienes que preocuparte porque Dios ame a la gente y después las condene porque el hecho es que a quien él condena él odia, Él no ama a todos, Él no los ama en absoluto. Y dirían que el amor de Dios es selectivo, y es dado únicamente a aquellos que creen en él, y al resto él odia.
Y le recuerdan a usted el Antiguo Testamento en dónde dice que Dios está airado con el impío cada día. Le recuerdan de pasajes en el Antiguo Testamento en dónde Dios dice: “Aborrezco todo camino falso, todo camino malo.” Y otros lugares en dónde Dios expresa enemistad hacia el pecado. inclusive a hacia los pecadores, en ocasiones. Y básicamente dirían, la manera simple de entender esto es que Dios odia a cualquier persona que no cree en Él. Y por lo tanto el amor de Dios está limitado, está limitado a los elegidos. El problema con eso es que la Biblia no enseña eso tampoco. La Biblia dice, “porque de tal manera amó Dios”, ¿qué? “al mundo”.
Ahora, hay otra opción. Algunas personas vienen y dicen: “Bueno, yo no promuevo el universalismo, no promuevo el aniquilacionismo, y no necesariamente quiero estrechar el amor de Dios simplemente a los elegidos, entonces, mi respuesta es para la persona que hace la pregunta: “Cierra la boca. No tienes el derecho de hacer la pregunta.” Y la gente que adopta esa postura tomaría Romanos 9 y toman las palabras de Pablo, quien dijo: “Más antes, ¿quién eres tú, oh hombre, que responde a Dios? La cosa hecha no le va a decir a quien la hizo porqué me hiciste así, ¿o sí?
¿Alguna vez oyó usted a un vaso de barro preguntarle al alfarero porque el vaso fue hecho de la manera en la que fue hecho? ¿Acaso no tiene el derecho el alfarero sobre el barro para hacer de la misma masa un vaso para honra y otro para deshonra? Y lo que Pablo está diciendo es, “aquellos de ustedes que están corriendo por todos lados cuestionando lo que Dios hace, cierren sus bocas, Dios es Dios, Dios va a hacer lo que Él quiere hacer porque Él es Dios, Él es el alfarero, Él decide cómo va a usar el vaso. Dios es Dios, Dios creó, Dios creó, y a Él le agradó crear, eso es todo, deja de hacer la pregunta.
Ahora, hay verdad en eso. Obviamente, Dios es Dios. Y en últimas, se nos van a acabar las respuestas. Y en últimas vamos a terminar en Romanos 9. Al final, y en últimas vamos a tener que conformarnos con el hecho de que Dios va a hacer lo que Él quiere hacer. Podemos entender el problema, sin poder comprenderlo de manera plena. Podemos por lo menos entender que misterio es, sino lo podemos resolver.
Pero antes de que lleguemos a ese punto, hay muchas cosas que necesitamos entender. Cuando alguien dice: “Bueno, no sé cómo es que Dios puede amar al mundo, y ser un Dios de amor y que las cosas estén como están”. Ustedes no tienen que decirle a esa persona, cierra la boca. Usted no tiene el derecho de hacer esa pregunta. Simplemente es un vaso de barro y no tienes derecho de cuestionar al alfarero.” Usted no tiene que responder de esa manera porque la Biblia va a darle a usted un entendimiento maravilloso, asombroso, rico, amplio, del amor de Dios. En ultimas, usted va a llegar al punto en el que usted tiene que confiar en el juicio de Dios como el alfarero, pero no al comienzo mismo.
Y lo que quiero mostrarle es como entender el amor de Dios. Ahora, para que usted lo entienda, quiero que piense en torno a tres proposiciones claves. Y quiero que recuerde ahora, vamos a estudiar esto por varias semanas aquí entonces, hasta que todo se acabe usted no lo va a entender de manera completa. Vamos sí, por el camino correcto, pero no vamos a llegar al destino sino hasta el final. Entonces, no salte a conclusiones preliminares, simplemente disfrute el viaje. Y cuando usted disfruta el viaje, usted va a disfrutar, le va a encantar el destino cuando lleguemos ahí.
Permítame darle tres proposiciones clave, y voy a construir nuestros pensamientos en torno a estas proposiciones. Este es un estudio muy, muy importante porque va a responder algunas preguntas muy penetrantes, importantes desde el punto de vista teológico y desde el punto de vista pragmático, conforme usted trata con la gente, particularmente en esta temporada del año en la que usted va a hacer preguntas acerca de que Dios ama al mundo lo suficiente como para enviar a Su Hijo, y si Él es un Dios de amor porque las cosas están como están.
Permítame darle las tres proposiciones. Proposición número uno: el amor de Dios es ilimitado en su extensión, el amor de Dios es ilimitado en su extensión. Proposición número dos: el amor de Dios es limitado, en grado. El amor de Dios está limitado en grado. Tres: el amor de Dios en últimas está dirigido a su gloria, el amor de Dios en últimas está dirigido a su gloria. Vamos a tomar estas una a la vez, comenzando con esta mañana con la primera. El amor de Dios está ilimitado en su extensión. Conforme examinamos cada una de estas, usted va a tener un entendimiento que se va a desarrollando de la gloria del amor de Dios, creo yo, como nunca antes lo ha tenido.
Entonces, tomemos la primera. El amor de Dios está ilimitado en su extensión. Existe ese amor de Dios que la Escritura nos muestra de manera clara, que es general, universal, indiscriminado, incondicional, ilimitado, sea cual sea el término que quiera usted usar. Y eso se extiende a toda persona en toda época. Es a lo que Tito 3:4 se refiere como el amor de Dios por la humanidad. Es ese amor general hacia toda la humanidad. Y la Escritura da testimonio de este amor en varios lugares. Veámoslos. Mateo capítulo 5. Mateo capítulo 5, y quiero que se mantenga concentrado porque esto va a traer para usted un fruto maravilloso.
En Mateo capítulo 5, versículo 43, Jesús dijo, y esto por cierto es un versículo que establece el trasfondo de Juan 3:16, como señalaré más adelante. “Habéis oído”, esto es en su teología judía, “habéis oído”, los rabinos han enseñado, “amarás a tu prójimo y aborrecerás a tu enemigo.” Ahora, esa era la teología existente de la época, ama a tú prójimo y aborrece a tu enemigo. Lo cual siendo interpretado significaba, ama a los judíos y aborrece a los gentiles. Básicamente, menospreciaban al mundo gentil y amaban a los suyos. Eso es lo que se les ha enseñado. Y entonces, cuando amaban a los suyos y aborrecían a los gentiles menospreciados o a los samaritanos que no eran de raza pura, se sentían justificados porque eso es lo que sus teólogos les habían dicho que agradaba a Dios.
Pero en el versículo 44 Jesús dice, “Pero yo digo, amad a vuestros enemigos.” En otras palabras, no solo amen a los suyos, no solo amas a aquellos que están en tu propia familia, amas a tus enemigos, y muestras ese amor al orar por aquellos que te persiguen, como Jesús. “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen.” Esteban, “no les tengas en cuenta a este pecado”, mientras que estaba siendo matado por gente homicida. Él dice, “amen a sus enemigos, y oren inclusive por aquellos que los persiguen”. Y versículo 45, les dice por qué. “Para que seáis hijos de vuestro padre que está en los cielos.” ¿Qué quieres decir con, hijos de vuestro padre que está en los cielos? Para que puedan manifestar que están en la misma familia, que son hijos de Dios.
Efesios 5:1, “Sed imitadores de Dios como hijos amados y andad en amor.” Imiten a Dios, y caminen en amor. ¿Cuál es el punto? El punto es este, amen a sus enemigos porque son los hijos de Dios y Dios ama a sus enemigos. ¿Lo ve? Eso es lo que significa. Dios no solo ama a su familia, Dios ama a sus enemigos. Jesús en la cruz no solo demuestra amor hacia los apóstoles y aquellos que creen. Su amor se extiende a aquellos que no creen. Ama a tus enemigos, para que puedas ser como tu Padre, quien ama a sus enemigos.
Observe Marcos capítulo 10, y desarrollemos un poco más esta misma idea. Esta es una historia maravillosa del joven rico, y podría tomar mucho tiempo, pero quiero resistir el hacer eso. El meollo en la historia del joven rico es que él viene a Jesús y él dice, “que hago para tener la vida eterna, la cual es una gran pregunta, ¿cómo entro al cielo? Es lo que está preguntando. Y Jesús le dice: “¿Conoces la ley?”, versículo 19, “No mates, no cometas adulterio, no robes, no des falso testimonio, no defraudes, y después honra a tu padre y a tu madre.” Entonces le da la ley. La idea es confrontar su pecado y su violación de la ley de Dios, pero en lugar de eso, la respuesta es opuesta.
Él dice: “Maestro”, versículo 20, “he guardado todas estas cosas desde mi juventud.” ‘Nunca he violado la ley.’ Digo, es increíble, ¿verdad? Este hombre cree que él está bien y el no admite su pecado. entonces Jesús le dice: “¿Quieres vida eterna? Lo primero que tienes que hacer es reconocer que eres un pecador. Si no sabes que eres un pecador entonces no vas a poder recibir la vida eterna. Es para gente que se arrepiente.” Y entonces, Él confronta su pecado, el hombre niega que tiene algún pecado.
Hay un segundo componente en la salvación, y eso es una disposición a obedecer a Cristo. Primero admites que eres un pecador; y, en segundo lugar, te sometes a Cristo. Y entonces, le da una prueba, y le dice: “Mira, ve vende todo lo que tienes, toma tu dinero y dalo a los pobres y después sígueme.” De ninguna manera, dos cosas que el joven no quiso hacer. Una, no quiso reconocer su pecado, y dos, no quiso seguir a Cristo. Ahora, es muy difícil volverse un creyente sin hacer eso. Es muy difícil recibir la vida eterna, es imposible.
Y eso es lo que Jesús dice, que difícil que es para aquellos que son ricos entrar al reino de Dios, versículo 23. Pero lo que quiero que vea está en el versículo 21, lo triste es que el hombre se fue, versículo 22, porque él poseía mucha propiedad y quería controlar su vida y no pensaba que era un pecador y se fue. Y esa fue la última vez que vemos a este hombre en el Nuevo Testamento. Es triste. Pero el versículo 21 dice, “Y viéndolo Jesús”, ¿qué? “le amó”. El amor de Dios manifestado en Jesucristo, no solo está reservado para los suyos. Aquí él amó a un hombre que lo rechazó de manera abierta, que no se arrepintió, que no se quiso someter a él, él lo amó.
Ahora, quiero que regrese conmigo a Isaías capítulo 63. Y aquí en un microcosmos de la nación de Israel, está la manera de entender la extensión ilimitada del amor de Dios como se manifiesta en Jesucristo, y en el evangelio. De regreso a Isaías 63, y usted le va a parecer que esto es muy, muy útil. El profeta Isaías va a escribir acerca de Dios, y acerca del Señor, pero en un área en particular, versículo 7 de Isaías 63. Él está preocupado por la misericordia del Señor. Él quiere escribir acerca del amor de Dios. Y entonces, él habla en el versículo 7, de la gran bondad de Dios hacia la casa de Israel. Y él habla de su compasión. Y después él cierra el versículo 7, y él habla de la multitud de sus misericordias. Todo esto tiene que ver con el amor de Dios. Y el amor de Dios se manifiesta a sí mismo en bondad, misericordia, compasión.
“Quiero mencionar el amor de Dios”, dice él, “permítanme hablar del amor de Dios”. Versículo 8, porque dijo: “Ciertamente mi pueblo son hijos que no mienten”, y escuche esto, ‘y fue su salvador.” ¿Qué? ¿De quién está hablando? Él está hablando de Israel. Dios se volvió el salvador de Israel. Dice usted: “¿quiere decir que simplemente abarco a todos?” Eso es correcto. Dios se volvió el salvador de la nación, Él fue el salvador de Israel, oficial, divinamente designado. Y él realmente se identificó con ellos. Versículo 9, “En toda angustia de ellos, él fue angustiado. Y el ángel de su faz lo salvó.” ¿Quién fue el ángel de su faz? probablemente una aparición pre-encarnada de Cristo.
Entonces, Dios inclusive envió al ángel de su propia presencia, quizás una cristofanía, una aparición pre-encarnada de Cristo para que fuera el salvador especial, y liberador de Israel. Después dice, en su amor y en su clemencia los redimió, se volvió su salvador, él sufrió con su sufrimiento, él envió a su ángel de su presencia para salvarlos. En su amor y clemencia él los redimió y los trajo, y los levantó todos los días de la antigüedad. Ahora aquí, de una manera general, amplia, Dios se identifica a sí mismo como el Salvador de toda la nación de Israel.
Pero después el versículo 10 dice esto, “Más ellos fueron rebeldes e hicieron enojar su Santo Espíritu, por lo cual se les volvió enemigo y Él mismo peleó contra ellos. Esa es una afirmación sorprendente, porque aquí usted tiene a Dios definido como el Salvador, el que ama, el redentor de un pueblo que son sus enemigos, que se han revelado contra Él, que han entristecido a su Espíritu Santo, que han escogido una vida de pecado. Siga ahí hasta el versículo 16, a la mitad del versículo, “Tú oh Jehová, eres nuestro padre, nuestro redentor perpetuo es tu nombre. ¿Por qué oh Jehová nos has hecho errar de tus caminos, y endureciste nuestro corazón a tú temor?” Sorprendente.
Ahora, Dios de hecho está haciendo que se desvíen y endureciendo los corazones de un pueblo con quien se ha identificado como el Redentor. Él es el Salvador, y el Redentor, de un pueblo que son sus enemigos, en contra de quien Él pelea quienes son rebeldes. Él está haciendo que se desvíen, y cuyos corazones Él está endureciendo. Vaya al capítulo 64, versículo 5, a la mitad del versículo, he aquí tú te enojaste porque pecamos. En los pecados hemos perseverado por largo tiempo. Y la pregunta es, ¿podremos acaso ser salvos?” Es posible entonces que Dios es el salvador de los no-salvos. Él es el salvador de los enemigos. Él es el redentor de los rebeldes. Y aquí Él es el salvador de los no-salvos.
Versículo 6, “Si bien todos nosotros somos como suciedad, y todas nuestras justicias es como trapo de inmundicia. Y caímos todos nosotros como la hoja, y nuestras maldades nos llevaron como viento, nadie hay que invoque tu nombre, que se despierte para apoyarse en ti, por lo cual escondiste de nosotros tú rostro, y nos dejaste marchitar en poder de nuestras maldades.” Él tiene que estar describiendo a gente no-convertida, gente no-convertida.
“Ahora, pues Jehová”, versículo 8, “tú eres nuestro Padre, nosotros barro y tú eres quien nos formaste. Así que obra de tus manos somos todos nosotros. No te enojes sobremanera Jehová, ni tengas perpetua memoria de la iniquidad. Dios tú eres el Soberano, tú eres el Alfarero, haz algo con nosotros. Tú has dicho que eres nuestro Salvador, haz dicho que eres nuestro Redentor y no estamos redimidos, ni somos salvos.”
Dios dice, “He tratado de hacer algo con ustedes”, capítulo 65, versículo 2. “Extendí mi mano todo el día a un pueblo rebelde, el cual anda por camino no bueno en pos de sus pensamientos. Pueblo que en mi rostro me provoca de continuo a ira, sacrificando en huertos, y quemando incienso sobre ladrillos. Que se quedan en los sepulcros y en lugares escondidos pasan la noche. Que comen carne de cerdo y en sus ollas hay caldo de cosas inmundas.” En otras palabras, “están metidos en la idolatría.” “Que dicen”, imagínese lo terrible que esto, “Estate en tú lugar, no te acerques a mí porque soy más santo que tú. Estos son humo en mi furor.” ¿Alguna vez ha inhalado humo? Irrita, ¿no es cierto? Es como fuego que arde todo el día.
“Y aquí que escrito está delante de mí, no callaré, sino que recompensaré y daré el pago en su seno. Por vuestras iniquidades, dice Jehová, y por las iniquidades de vuestros padres juntamente, los cuales quemaron incienso sobre los montes, y sobre los collados me afrentaron, por tanto, yo les mediré su obra antigua en su seno.” En otras palabras, “Sé lo que voy a hacer, los voy a juzgar.” “¿Por qué los voy a juzgar?” Porque cuando era su salvador se rehusaron a ser salvo. Cuando fui su redentor se rehusaron a ser redimidos. Vine con el ángel, una presencia, para librarlos y rechazaron la liberación. Vine para mostrarles misericordia, rechazaron la misericordia. Vine para mostrarles compasión, rechazaron la compasión.”
El punto que estoy presentando aquí, es que es muy, muy obvio en este texto que la condenación del pueblo de Israel, es que Dios era su salvador, Él era su redentor, Él les trajo el ofrecimiento de su bendición y su bondad, y su benignidad y misericordia, y ellos la menospreciaron de tal manera que Dios puede ser el salvador de aquellos que son sus enemigos, él puede ser redentor de aquellos que se rebelan contra Él. Dice usted, ¿por qué estás diciendo esto? Solo para decir esto. Dios amó al pueblo de Israel y se volvió su salvador. Sin embargo, lo rechazaron. Escogieron el pecado y experimentaron juicio.
Entonces, cuando decimos que Dios amó de tal manera al mundo que dio a su Hijo unigénito, debemos entender que dio a su Hijo para ser el Salvador del mundo, de la misma manera en la que Dios se identifica a sí mismo como el Salvador de la nación de Israel, aunque no todo Israel, de ninguna manera creyó en Él. Él aún fue su Salvador oficialmente designado. Ahora, vayamos a Juan, en su evangelio. Y, quiero meterlo en esto un poco más. Juan 3, de regreso al versículo que en cierta manera fue el punto inicial. Quiero simplemente tomar unos 10 o 12 minutos, y quiero que se mantenga concentrado en esto porque es muy importante. En Juan capítulo 3. Podría ser un poco más de eso. Oren por mí. Juan capítulo 3, versículo 16, este es el corazón, “Porque de tal manera amo Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda más tenga vida eterna.”
Eso no dice que Dios amó a los elegidos, dice que Él amó al mundo. Y asume que el mundo, el cual Él ama, puede o no creer. El contexto demanda que “mundo” no pueda ser hecho estrecho. Y después usted llega al versículo 20, versículo 19 más bien. “Y esta es la condenación de que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz.” El mundo, entonces, debe ser un mundo que incluye hombres que aman las tinieblas. El mundo es la referencia más amplia posible. Dios ama al mundo entero, Él da su Hijo al mundo entero, y dentro del mundo entero hay algunos que creen y algunos que no creen. Algunos que aman la luz, y vienen a la luz. Algunos que aborrecen la luz, y permanecen en tinieblas.
En otra sección del evangelio de Juan, él lo dijo de esta manera. “Él estuvo en el mundo, y el mundo” ¿qué?, “no le conoció”. No es el mundo de los elegidos que no le conoce, es el mundo en general. Observe, Juan 4, versículo 42, “Y decían a la mujer”, esta es la mujer samaritana y la gente en su ciudad que había creído debido a su testimonio, le decían a ella, “Ya no creemos solamente por tu dicho, porque nosotros mismos hemos oído, y sabemos que verdaderamente este es el Salvador del mundo, el Cristo.” El salvador del mundo. Juan sabe lo que Él quiere decir cuando dice mundo. Y los samaritanos estaban sorprendidos por eso. ¿Por qué? Porque los judíos siempre habían dicho, “Amen a su prójimo, y aborrezcan a los samaritanos y Gentiles menospreciados. Y aquí viene Jesús y dice, “Dios ama” ¿a qué? “al mundo”. Y realmente invierte lo que estaba en el corazón del racismo de ese entonces. Él lo invierte y Él dice, Él nos ama a todos nosotros.
Ellos simplemente se están deleitando en el hecho de eso. 1 Juan 4:14. “Y hemos visto, y damos testimonio de que el Padre ha enviado al Hijo, para ser el Salvador del mundo.” Esa es la razón por la que Dios puede decir que Él no quiere la muerte del impío. Esa es la razón por la que Dios puede decir que Él no quiere que nadie perezca, sino que todos vengan al arrepentimiento. Esa es la razón por la que Dios puede decir que Él quiere que todos los hombres sean salvos. Su amor es ilimitado. Y debido a que su amor es ilimitado, por lo tanto, hay realidades ilimitadas con respecto a Cristo. Si Dios ama al mundo y envía a su Hijo al mundo, es para ser como el Salvador del mundo, y usted no puede limitar eso.
Ahora, voy a cerrar con esto. Esto es lo que quiero que entienda. Hay cuatro maneras en la que esta extensión ilimitada se manifiesta. Cuatro maneras en la que el aspecto ilimitado del amor de Dios se manifiesta. Número uno, gracia común. Gracia común es un término antiguo, pero es uno bueno. Significa que hay ciertas bondades y benignidades que Dios manifiesta de manera común, y las vemos en el mundo. Si usted cuestiona el amor de Dios, entonces usted debería ver de nuevo al mundo en el que vive. Dice usted, “Bueno, hay mucha tristeza en el mundo.”
Bueno, la razón por la que usted reconoce la tristeza es porque hay tanto, ¿qué? hay tanto gozo. La razón por la que usted reconoce lo horrible, es porque hay tanta belleza. La razón por la que usted reconoce la decepción es porque hay tanta satisfacción. Digo, simplemente vea el otro lado de esto, y entienda que usted es un pecador caído, indigno, y Dios, la única razón por la que Dios jamás le da a usted algo porque reírse, y sonreírse y amar y disfrutar, y regocijarse es porque él es simplemente un Dios amoroso. Y aunque usted es un pecador indigno el demuestra su amor, inclusive hacia usted y hacia mí, como pecadores indignos, eso se llama “gracia común.”
En Mateo, en dónde estuvimos antes, en ese mismo versículo, capítulo 5, versículo 45, nuestro Señor Jesús continuó la afirmación que él había hecho acerca de Dios el Padre siendo amoroso, y nosotros amando como sus hijos. Él dice, aquí está la prueba del amor de Dios, Él hace que su sol salga sobre malos y buenos, y Él hace llover sobre justos e injustos. Llueve sobre todo mundo, el sol brilla sobre todo mundo; las flores crecen en el jardín de todo mundo. Muchas personas se divierten y hay mucho gozo, y hay mucha felicidad y no tiene nada que ver con el hecho de que amen a Dios o no, ¿verdad? Así es en la vida.
En Hechos capítulo 14, tiene otra afirmación de la gracia común, la cual es digna de leer. Comienza con el versículo 15 de Hechos 14 en dónde Pablo está hablándole a los paganos en Iconio, pero él dice en el versículo 17, “El Dios que hizo los cielos y la tierra y todo eso,” en el versículo 17 dice, “Él no se ha dejado a sí mismo sin testimonio.” Un testimonio de su amor y su bondad, “porque Él hace bien dándonos lluvias del cielo y tiempos fructíferos, llenando de alegría y de sustento nuestros corazones.” Digo, usted sale a cenar en el restaurante más elegante y usted va a ver gracia común. Usted va a sentarse ahí en su pequeña mesa y usted va a decir, “Gracias Señor por esta comida de 30 dólares.” Y su esposa está revisando su chequera, usted sabe, y va a gastar con gusto. Y ese lugar está lleno de personas que están disfrutando cada mordida y no le están dando gracias a Dios en absoluto. Pero, es gracia común. Así es como el amor de Dios se manifiesta a sí mismo.
En segundo lugar, se manifiesta a sí mismo en compasión, en compasión. Es un amor de compasión. Dicho de otra manera, es un amor de misericordia, es un amor de un corazón quebrantado. En cierta manera es un amor patético. Usted sabe, oye a la gente decir, y quiero corregir esto porque esto no es verdad. Usted oye a la gente decir, “Bueno, debes ser muy especial porque Dios te ama.” Oigo eso todo el tiempo. Eso es alimentar de manera psicológica el ego. No tiene nada que ver con la Biblia, la Biblia no dice eso. Dios no lo ama a usted porque usted es tan digno de ser amado. Usted no lo es. Y yo tampoco. Somos pecadores, terribles, viles, que, si no somos salvos por la gracia de Dios, seríamos arrojados en el montón de basura de la eternidad, el cual es el infierno.
No tenemos un valor intrínseco, ni dignidad intrínseca, no hay nada en nosotros que amar. Dios no es, usted no le puede decir a la gente, “Dios te ama, debes tener un valor elevado, debes tener algo de autoestima, después de todo Dios te ama por lo que eres. No. No es el amor del valor, es el amor de la compasión por aquello que podría haber tenido valor y no tiene. Es el amor de la compasión. Es el amor de la tristeza, es el amor del pathos. Es el amor que dice, “Oh, si la imagen de Dios no hubiera sido distorsionada de manera tan terrible, e irreversible”. Es compasión universal, es tristeza universal. Dios no encuentra placer alguno en la condenación. Le entristece que la imagen de Dios ha sido tan distorsionada, y tan desperdiciada.
En Jeremías capítulo 13, Jeremías llora con las lágrimas de Dios, porque Dios es un espíritu y dice: “Dadle gloria a Dios,” en los versículos 15 y en adelante. “Y si no,” dice él, “mis ojos van a llenarse de lágrimas y voy a llorar con tristeza.” Esas son las lágrimas de Dios, Dios llora por la distorsión de sus criaturas. Si usted va al capítulo 48 de Jeremías, comienza en el versículo 30, pase al versículo 36 vea las lágrimas de Dios ahí. Llega a los evangelios, y llega a Mateo 23:37 y oye a Jesús decir: “Oh, Jerusalén, Jerusalén, ¿cuántas veces quise reunirte como la gallina reúne a sus polluelos y no quisiste?”
Y después va a Lucas 19:41 y lea esto, que Jesús vio a la ciudad y lloró. Él no estaba viendo ahí, y diciendo, “son tan maravillosos, son todos irresistibles.” Era compasión. Era lástima. Era tristeza, no amor motivado por el valor actual. Amor motivado por amor desperdiciado. Valor perdido. Es el mismo tipo que usted podría sentir cuando usted pasa por la peor parte de la ciudad de Los Ángeles, y usted ve algunos ahí tirados por la embriaguez. No hay nada en ese hombre que lo atraiga a usted hacia él, pero hay un sentido de compasión que quebranta su corazón, ¿no es cierto? por lo que él podría haber sido, o quizás fue. Ese es el amor de Dios en la esfera de la compasión.
En tercer lugar, no solo está el amor de la gracia común, y el amor de la compasión, sino está el amor de la advertencia. Uno está mal sino identificara esto. Nada es más evidente en términos de mostrar el amor de Dios, que las advertencias del juicio venidero, que llenan las páginas de la Escritura. Digo, si Dios realmente no amara a la humanidad, entonces no tendría que advertirle porque no le importaría. Pero él ama y se preocupa y advierte. Cada persona que conoce algo de la Escritura, sabe que está llena de advertencias acerca de juicio, juicio, juicio, juicio, seguido por infierno, infierno eterno, el lago de fuego, castigo. ¿Por qué? Porque Dios ama a los hombres lo suficiente como para advertirles.
Jesús, Lucas 13:3 y 5, ambos versículos separados por el versículo 4, dicen exactamente lo mismo. Él dice esto: “Antes, si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente.” Y ese es el mensaje del Nuevo Testamento. Y ese es el mensaje del Antiguo Testamento, y ese es el mensaje entero de la Biblia. Hay un Dios, Dios es un Dios Santo, Él tiene un estándar santo, si usted no vive a ese nivel, usted va camino al infierno. Ahora, solo hay un remedio y ese es que venga con un corazón arrepentido y pida perdón y ruegue por misericordia, lo cual Él concede a usted en base a quien es Cristo, y a lo que Él ha hecho, pero fuera de eso usted va a camino al infierno, ese es el mensaje, esta es la advertencia, advertencia, advertencia. “Dios, en llama de fuego”, 2 Tesalonicenses 1 dice, “vendrá con sus ángeles santos, para vengarse de aquellos que no lo conocen, ni obedecen al evangelio.” Eso es amor. Eso es amor que advierte. El amor no solo es una emoción, el amor es una preocupación honesta por el destino de una persona.
Y después, finalmente, este aspecto ilimitado del amor de Dios se manifiesta en el ofrecimiento del evangelio, el ofrecimiento del evangelio. Dice usted, “¿qué quieres decir con eso?” Bueno, cuando Isaías dice, “Venid, comprad y comed. Venid, comprad vino y leche sin dinero, sin precio”. Cuando Jesús enseña en Mateo 22: 2 y 3 que el reino de los cielos es como cierto que rey que hizo una boda para su hijo, y envió a sus siervos para llamar a aquellos que fueron invitados a venir a la boda, y no quisieron venir. Y después dice que salió a los caminos y llamó a otros, ¿se da cuenta usted que dice ahí que él salió, y llamó a aquellos que estaban invitados a la boda y no quisieron venir? Eso es muy importante. Mateo 22:3. El llamado del evangelio sale a personas que no quieren venir. Y ese es el amor de Dios llamándolos.
Lucas 14, versículos 16 al 18, “Cierto hombre hizo un gran banquete y llamó a muchos, y envió a su siervo a la hora del banquete, para decirles a aquellos que fueron llamados, ‘Venid’. Todos comenzaron a justificarse.” Ese es el llamado del evangelio. Ese es el Rey llamando a los pecadores a venir al banquete y no vienen. Ese es el amor de Dios. El amor de Dios no solo advierte del juicio, el amor de Dios llama a la salvación. Jesús dice, “Venid a mí, todos ¿qué? ¿los de ustedes que son elegidos? “Venid a mí, los que están cargados y cansados que trabajan, y yo os daré descanso.” Lucas 2:10 llega, el ángel les dijo, “Os traigo buenas nuevas de gran gozo que serán para todo el pueblo. Ha nacido en este día en la ciudad de David, un salvador.” Esas son buenas noticias para todo el pueblo, para toda la gente.
El amor de Dios para la humanidad, entonces, es evidente en el ofrecimiento del evangelio a toda persona. Y el camino para el evangelio le ha sido dado a toda persona. Observe Romanos 1, comienza el camino ahí. Dice Romanos 1, “Porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto,” ¿verdad? Romanos 1:18 y 19. “Porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto.” Está en todo individuo. Y no solo eso, la creación a su alrededor demuestra la maravilla de Dios. Y si usted no vive al nivel de ese conocimiento, Pablo dice en Romanos 1, usted no tiene excusa. Usted llega a Romanos 2, y dice que inclusive los paganos que no tenían Escritura tienen la ley de Dios escrita, ¿en dónde? en su corazón. Es la ley escrita en el corazón, toda persona que llega al mundo entonces, puede tomar el paso uno, en el camino hacia Dios, el paso dos en el camino hacia la justicia. Inclusive hay una consciencia ahí para justificarlo o acusarlo a usted dependiendo en cómo reacciona la ley que está escrita en sus corazones.
Y después usted llega al evangelio de Juan, capítulo 1, versículo 9 dice que “Cristo es la luz que ilumina todo hombre que viene al mundo.” Yo creo que usted puede dar un paso más hacia adelante, si usted da el primer paso y el segundo paso, la luz de Cristo puede volverse clara para usted también, hasta que usted es guiado al entendimiento del evangelio. ¿Porque otra razón Jesús diría en Mateo 28 lo que él dijo? Al final mismo de este gran evangelio, “Id por todo el mundo y haced discípulos de todas las naciones.”
¿Por qué es que él se aseguraría de que fuera registrado para nosotros, y llegar a nosotros al final mismo del evangelio de Marcos, en el capítulo 16, y el versículo 15, “Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura”? Porque ese es el amor de Dios extendido en su sentido ilimitado. Su amor hacia la humanidad, de regreso a Tito 3:4. O, 1 Timoteo 4:10, “Él es el salvador de todos los hombres, mayormente, (o especialmente) aquellos que creen” O, “Dios nuestro salvador, quien quiere que todos los hombres sean salvos porque hay un solo Dios y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre.” Mire, Dios ama al mundo entero. Lo ve en la gracia común, lo ve en la compasión, lo ve en la advertencia, y lo ve en el ofrecimiento del evangelio.
Jesús es el salvador del mundo entero, Él es designado como salvador del mundo entero, es llamado el salvador del mundo entero, la obra de expiación de Cristo, la obra de Cristo en la cruz está identificándolo a sí mismo como el salvador del mundo y tiene implicaciones para el mundo entero. Y fue diseñada para revelar, escuche, el amor universal de Dios hacia los pecadores. La raza humana culpable entera, debida a la obra de Jesucristo en la cruz como el salvador del mundo, todos los pecadores son llamados a arrepentirse y creer y ser perdonados y se rehúsan y si lo rechazan son culpables y serán castigados, y han menospreciado el amor de Dios. El amor de Dios es para todo el mundo. Y ese es el primer principio esencial de fundamento.
Ahora, me he pasado, pero comenzamos un poco más tarde. Voy a cerrar con una palabra de Juan 6. Quiero que vaya ahí, usted está en algún lugar por esa zona, Juan 6. Y quiero simplemente concluir con este comentario de Juan 6:31. Jesús le está hablando a los judíos acerca de quién es Él, después de haberlos alimentado, como usted recordará. Y versículo 31, los judíos dijeron, “Nuestros padres comieron maná en el desierto, como está escrito: ‘pan del cielo les dio a comer’. Y Jesús les dijo, “De cierto, de cierto os digo, no os dio Moisés el pan del cielo. Pero mi Padre os da el verdadero pan del cielo.”
Él está hablando a judíos incrédulos, ¿verdad? Les dice, “El Padre les ha dado a ustedes el pan.” Versículo 33, “Porque el pan de Dios es aquel que descendió del cielo, y da vida al mundo.” Entonces, Él dice, “ha venido para el mundo y les ha sido ofrecido a ustedes.”
Ahí en el versículo 41, “murmuraban entonces de él, los judíos, porque había dicho: “Yo soy el pan que descendió del cielo.”” Entonces, él les dice, “el pan es para ustedes, el pan es para ustedes, el pan es para ustedes.” Y ellos dice, “No lo queremos.”
Versículo 52. “Y entonces, los judíos contendían entre sí, diciendo: ‘¿Cómo puede este darnos a comer su carne?’ Versículo 61, “Sabiendo Jesús en sí mismo, que sus discípulos murmuraban de esto…” Y ahí en el versículo 66, “Desde entonces, muchos de sus discípulos volvieron atrás y ya no andaban con Él.” ¿Qué tiene usted ahí? Tiene usted un ofrecimiento claro del evangelio. Ese ofrecimiento es el grupo más amplio de personas. Es a los judíos, quien lo rechazaron de manera plena. Inclusive es para sus seguidores. Únicamente son seguidores temporales, no creyentes verdaderos que se fueron y lo dejaron. El punto que estoy presentando es que Jesús puede decirles, “Yo soy el pan que descendió del cielo para ustedes.” Y amados, debemos poder decirle eso a todo pecador, ¿verdad? Él es el salvador del mundo.
Padre, gracias por nuestro tiempo esta mañana. Gracias por guiarme en mi propia mente y corazón, conforme hemos cubierto estas cosas y confiamos en que esto te traiga gloria, traiga gloria a tu nombre. Ayúdanos a entender tu gran amor hacia nosotros, y no cuestionarlo en absoluto. Ayúdanos Señor a compartir ese amor con todos los que nos encontramos, en particular en esta temporada, cuando podemos anunciar que Dios ama a los pecadores. Oramos en el nombre de Cristo. Amén.
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