Realmente, me considero privilegiado por compartir esta semana en el mundo en el que vivimos, aunque probablemente soy el último hombre calificado para hablar de lo que es vivir en un ambiente secular. Vivo en un invernadero cristiano. Voy de la Iglesia al Master’s College, al Seminario a Grace to You; y nunca me encuentro con algún incrédulo. Mis vecinos me evitan como la plaga. Si me ven venir, huyen al garaje y cierran la puerta, porque están seguros de que les voy a dar un sermón del infierno o les voy a pedir dinero para algún ministerio. Eso no es verdad, pero se acerca. Me evitan.
Tengo que trabajar realmente duro en tener relaciones con los incrédulos. Tengo que trabajar realmente duro en establecer relaciones con personas no cristianas, porque son raros en mi mundo. Y lamento eso. Me gustaría que no fuera el caso. He tenido la oportunidad de llevar a algunas personas a Cristo, gente que realmente no me conoce en el ambiente cristiano, sino que me acaban de conocer en otro ambiente y considero eso un privilegio. No trato de revelar toda la historia acerca de mí cuando conozco a alguien que es una persona no creyente, pero trato de establecer una amistad con ellos como un ser humano; y ver si puedo tener un impacto para Cristo.
Ustedes tienen un escenario en donde tienen más oportunidades de conocer a gente que no se rodea constantemente de gente cristiana. Y esa es una oportunidad maravillosa para ustedes. Afortunadamente, el Señor me ha bendecido de tal manera que cuando me levanto para predicar el domingo, le predico a los incrédulos que son traídos por personas que están en el mundo de la vida cotidiana, en la vida diaria. Y llego a presentarles el Evangelio y ese es un privilegio maravilloso.
Quiero hablar un poco en el sentido amplio acerca de la responsabilidad del cristiano en una sociedad pagana. Simplemente, quiero dar una especie de panorama general. Abran su Biblia en Tito, capítulo 3 - sólo quiero ver este pasaje durante el tiempo que tengo. Hay mucho aquí y obviamente no vamos a poder cubrirlo todo, pero realmente es un pasaje muy importante. Tito, capítulo 3.
Necesitamos tener un poco de trasfondo. Tito era un discípulo joven del apóstol Pablo. A Tito se le dio la responsabilidad de ser enviado a un lugar llamado Creta. Esta fue una isla, como ustedes saben. Y la responsabilidad de Tito en Creta era la de edificar iglesias y desarrollar liderazgo en esas Iglesias. Hasta donde puedo recordar, hubo unos 100 pueblos y ciudades en la isla de Creta. Entonces, había mucho trabajo que hacer y muchas ciudades, muchas iglesias que plantar.
Y en el capítulo 1, versículo 5, a Tito se le dice que fue dejado en Creta para continuar con lo que quedaba, continuar fortaleciendo y desarrollando iglesias y estableciendo ancianos en cada ciudad. Ese sería un gran trabajo, como dije, porque habían más de 100 iglesias potencialmente en los pueblos y ciudades de ese lugar.
Ahora, los cretenses eran personas difíciles con quien tratar. Vayan ahí al capítulo 1, versículo 10. Eran rebeldes. Hablaban cosas que no debían. Eran engañadores, especialmente los de la circuncisión que necesitaban ser callados. Entonces, tenía que enfrentar mucha enseñanza falsa que ya se había infiltrado en Creta. No nada más tenía que entrar y ofrecerse como el primer promotor de la Verdad. Llegabas a la ciudad y encontrabas que ya había sectas, falsos maestros, en todos estos lugares.
Y, además, los cretenses mismos, él dice en el versículo 12, eran mentirosos, malas bestias, glotones ociosos. No creo que la Cámara de Comercio local habría colocado eso en el proyecto de Creta, pero esta era la verdad. Eran mentirosos, bestias malas, glotones ociosos. Y Pablo dice en el versículo 13: “este testimonio es verdadero.” Los he conocido, él está diciendo y esa es una evaluación correcta.
Entonces, tenías algunos problemas, problemas desafiantes cuando ibas a Creta. Tenías a una sociedad muy pagana, gente entregada a las mentiras, gente entregada a una existencia tipo bestial, gente entregada a la pereza. Estaban viviendo en un clima mediterráneo muy templado y se aprovechaban al máximo de no hacer nada. Tú ibas ahí a plantar iglesias. Y este es un ambiente muy, muy pagano. Lo que existe ahí es la religión falsa, gente que habla cosas que no debiera, engañadores; están por todos lados.
Y esto era más bien típico de las iglesias del Nuevo Testamento. Eran islas muy pequeñas en un mar de paganismo y existían en un contraste absoluto a todo lo que había en su cultura. Y sólo quiero que tengan una idea de esto. En el mundo gentil, ni la Biblia ni la moralidad bíblica, ni el cristianismo tenía algún perfil. No existía algo tal como la moralidad cristiana. No existía algo tal como cristianos en lugares de influencia. Hasta donde sabemos, no hubo ningún político cristiano. No hubo ningún gobernante cristiano. No hubo ningún gobernante o líder cristiano, ni siquiera hubo ningún atleta cristiano, hasta donde sabemos. No hubo ningún cristiano de ninguna influencia en absoluto en la sociedad griega. Todo era paganismo. Todo era idolatría, todo era impiedad a un grado u otro, en una definición u otra.
Y también sabemos que la primera Iglesia nunca intentó establecer la moralidad cultural. Nunca intentaron, entre comillas, en términos coloquiales de la actualidad, impactar a su sociedad. Nunca intentaron impactar a su cultura. Nunca se esforzaron por tener un grupo social político bíblico. Nunca se involucraron en tratar de elegir a ciertas personas en posiciones políticas. Nunca se involucraron en tratar de empujar a la gente para que ascendieran alguna escalera social o alguna escalera de influencia, teniendo la idea de que, de alguna manera, podían tener alguna influencia grande moral en su sociedad. Realmente, nunca trataron de cambiar la meta moral de la sociedad. Nunca se esforzaron por tener metas políticas o fines políticos.
Únicamente, buscaron hacer una cosa y eso fue alcanzar a los no salvos con el Evangelio. Eso fue lo único que buscaron hacer, no tenían otro objetivo. Estaban preocupados, como dice ahí atrás en el capítulo 2, versículo 5, porque la Palabra de Dios no fuera blasfemada. Estaban preocupados en el versículo 8 porque los incrédulos no tuvieran nada malo que decir de ellos. Estaban preocupados, según el capítulo 2, versículo 10, de que la doctrina de Dios, nuestro Salvador fuera adornada en todo respecto. Lo único que les preocupaba era el evangelismo. Lo único que les preocupaba era traer la Palabra de Dios al foro público para que la gente pudiera oír la verdad de Dios. Estaban preocupados por vivir vidas piadosas para que no se pudiera decir nada malo de ellos. Estaban preocupados por adornar la enseñanza acerca de Dios como Salvador al demostrar vidas salvas.
El filósofo alemán Heine, una vez dijo: “muéstrame tu vida redimida y quizás, me veré inclinado a creer en tu Redentor.” No. Estaban preocupados en demostrar la redención mediante vidas redimidas.
Y creo que estaban en lo correcto y necesitamos volver a capturar eso. La primera Iglesia buscó únicamente alcanzar a los incrédulos con el Evangelio de Cristo. No tuvieron metas políticas para la cultura. No tuvieron fines morales para la cultura. No se enredaron como los cristianos en la actualidad en las elecciones y la política. No se enredaron en moralizar a la sociedad como tanta gente cristiana y organizaciones cristianas lo hacen en la actualidad. Tenían una cosa en mente y eso era traer a la gente perdida al conocimiento de Dios mediante la fe en Jesucristo.
Y simplemente, les recuerdo que esa es la razón por la que existimos en la actualidad. Estamos en una isla en un mar de paganismo y nuestra responsabilidad no es moralizar la cultura. Nuestra responsabilidad no es centrarnos en la política para que podamos llevar a gente al poder que pueda cambiar la moralidad cultural. Nuestra responsabilidad es redentora. Nuestra responsabilidad es evangelística.
Ahora, reconozco que en Estados Unidos hemos experimentado una cultura cristiana y eso es muy diferente de cualquier cosa que los cristianos en el mundo gentil del Nuevo Testamento jamás experimentaron. Es muy diferente de lo que los cristianos en muchos lugares en el mundo en la actualidad experimentan. Hay cristianos en Israel quienes, como algunos de ustedes saben, los que han estado en Ibex, ustedes se dan cuenta de que no vivían en una cultura cristiana o en nada de lo que jamás ha sido una cultura cristiana.
Hay cristianos en partes árabes del mundo. Recientemente, hablé con algunos que están en el Medio Oriente, en países árabes, viviendo su fe cristiana sin tener absolutamente ninguna influencia en el mundo político, ninguna influencia en elementos morales de su cultura. Únicamente, esforzándose por llevar el Evangelio a musulmanes que están perdidos. Hay cristianos en ambientes paganos, así como los hay en India dominados por el hinduismo; y otros lugares como Pakistán y Bangladesh, en donde de algunas maneras, son más anti cristianos de manera severa. Hay cristianos viviendo su cristianismo en elementos de la sociedad africana en donde la persecución es tan severa que miles de ellos están muriendo cada año. Y más cristianos alrededor del mundo en la actualidad están muriendo por el Evangelio de lo que jamás habían muerto en la historia de la Iglesia. Hay una enemistad fuerte hacia la fe cristiana. Y en esas mentes cristianas, realmente no hay un esfuerzo real por cambiar la cultura. No hay una expectativa por parte de ellos de que la cultura de alguna manera debe adaptarse a sí misma a la moralidad cristiana. Se ven a sí mismos como una isla de verdad en medio de un mar de paganismo.
Pero nosotros, en Estados Unidos, hemos disfrutado de cierta influencia del cristianismo en nuestra cultura. Y ahora, conforme lo vemos morir, conforme lo vemos desvanecerse en lo que distintivamente ahora es una cultura no cristiana, no nos gusta eso. Particularmente, la generación mayor, mi generación. Y quizás una generación delante de ustedes, sus padres. No les gusta esto. No le gusta lo que está pasando en Estados Unidos. Se molestan mucho por eso.
Pat Robertson tuvo una reunión después del desayuno nacional de oración en Washington D.C. y el diseño de esa reunión fue llamar a la formación de una liga de contraataque cristiano, una liga de contraataque cristiano. Hay una liga de contraataque judío que existe para tratar de detener a la gente de perseguir a los judíos. Y él quería comenzar una liga de contraataque cristiano. Esta es una cita, él dijo esto, “nos han llamado necios. Y entonces, los llamaremos intolerantes. Los cristianos están cansados de ser pisados y el tiempo ha llegado para defender los derechos de los cristianos.” Fin de la cita.
Bueno, algunos comentaristas que salieron de esta reunión dijeron que Pat Robertson se puso de pie y declaró la guerra en contra de los no cristianos. Esa es una perspectiva extraña, ¿no es cierto? ¿Acaso los no cristianos son el enemigo o son el campo misionero? Ellos no son en enemigo. No deben ser odiados. No debemos pelear contra ellos. No debemos menospreciarlos. No debemos despreciarlos. No debemos atacarlos. Son las personas mismas a las que se nos ha llamado a alcanzar.
Frecuentemente, veo TBN, esta cadena cristiana y me saca de la apatía. Cuando llego a volverme indiferente al error, simplemente enciendo TBN de durante 15 minutos y estoy listo a salir a pelear por la Verdad. Y ocasionalmente, escucho a Paul Crouch atacar de manera abusiva a los no cristianos en los medios de comunicación masivos. Lo he oído maldiciéndolos, pronunciando juicio divino sobre ellos, condenándolos porque cuestionan la integridad de él y de su esposa y de su organización. Él está promoviendo un odio y enemistad amargos hacia los no cristianos.
En el verano del año 1991, hubo algo llamado el ‘Proyecto Josué’. Y ellos anunciaron que tendrían una conferencia. De hecho, ese anuncio estuvo en muchos diarios y publicaciones cristianas, muchos de nosotros lo vimos. Y el proyecto, el diseño del proyecto, iba a tener esta reunión nacional enorme, llamada el Proyecto Josué. Y el diseño era, y cito: “retomar la cultura… Retomar la cultura.” Vamos a atacar a las personas que son pro aborto, vamos a atacar a la gente que es pro homosexual, vamos a atacar a estas personas que apoyan los derechos de las mujeres, vamos a atacar a estas personas que están desintegrando la familia, vamos a atacar a estas personas que quieren todas estas libertades morales y demás. De hecho, la conferencia describió su propósito, como este, y cito: “sonar la alarma, infundir la visión, establecer el liderazgo que nos capacitará , que nos dará la capacidad para reclamar el corazón de nuestra cultura.” Fin de la cita.
Sabes una cosa, cuando dicen esto se oye tan noble. Pero, ¿lo es? ¿Es eso lo que se supone que debemos hacer? Yo no estoy diciendo que Dios no espera que nosotros seamos la sal y la luz en el mundo. Claro que lo espera. No tenemos ningún mandato a retomar la cultura. Francamente, no importa si te vas al infierno como policía o como prostituta. No importa si te vas al infierno como republicano o demócrata. No importa si te vas al infierno como un capitalista o socialista. No importa si te vas al infierno como un pro aborto o una persona pro vida. No importa. Lo que importa es si te vas al infierno, ¿verdad? No importa si te vas al infierno como alguien que cree que la homosexualidad está mal o alguien que cree que está bien. No importa si te vas al infierno como pro familia o anti familia. No importa si te vas al infierno como alguien que apoyar al más conservador en la política. No importa tu postura política. Ni siquiera importa cuál es tu perspectiva moral. Lo que importa es que te vas al infierno, ¿verdad? No podemos moralizar la cultura. Lo que sucede en este ambiente es que de pronto el campo misionero se convierte en el enemigo. Y comienzas a promover la hostilidad hacia gente que no es cristiana.
Ahora, tienen que entender algo. Ahora, yo no tengo ningún respeto hacia las personas sin integridad. No tengo respeto alguno hacia las personas que no hablan la verdad. No puedo respetar a esas personas. Pero al mismo tiempo, no odio a esas personas. Entiendo que así se conduce la gente que no es salva. No son el enemigo, son el campo misionero. Y también el resto de la gente que son como ellos.
Como puedes ver, un tipo de cristianismo político borra las prioridades. Confunde lo que es de peso. Debilita nuestras lealtades y disipa la claridad de nuestra visión. Ni siquiera somos ciudadanos de la tierra, ¿verdad? ¿En dónde está nuestra ciudadanía? Está en el cielo. Como ustedes saben, este lenguaje de ciudadanía espiritual que se enreda en el rojo, blanco y azul todo el tiempo, realmente confunde la realidad. Somos llamados a alcanzar a la gente perdida. No podemos debilitar nuestra misión al hacer que la gente no regenerada en nuestra sociedad sea el enemigo.
Podemos odiar los pecados. Inclusive, podemos tener un rechazo santo del pecador en el sentido de que sentimos la misma actitud hacia el pecador que Dios tiene. Y Él está airado contra el impío todos los días. Pero no podemos jamás convertir al pecador en el enemigo porque somos su única oportunidad para encontrar la vida. Entonces, todo eso tiene que ser enfrentado con una perspectiva evangelística.
Ahora, con eso en mente, veamos Tito, capítulo 3. Ahora, el objetivo entero de esta pequeña epístola de Tito es ayudar a los cristianos a alcanzar a los paganos. Ese es el punto. En el capítulo 1, versículo 3, dice: “Dios nuestro Salvador.” Capítulo 1, versículo 4: “Cristo Jesús, nuestro Salvador.” Capítulo 2, versículo 10: “Dios, nuestro Salvador.” Capítulo 2, versículo 13: “nuestro gran Dios y Salvador, Cristo Jesús.” Capítulo 3, versículo 4: “Dios, nuestro Salvador.” Capítulo 3, versículo 6: “Jesucristo, nuestro Salvador.” Esta epístola entera trata de la salvación de Dios. Dios es un Salvador, Cristo es un Salvador y ése es el énfasis.
Ahora, ¿cómo vamos a ganar a estos cretenses? ¿Cómo vamos a ganar a estos glotones ociosos, a estas bestias malas, a estos mentirosos? ¿Cómo vamos a ganar a estas personas que no tiene moralidad? Estas personas de lo más bajo que no son mejor que un animal salvaje, que no son mejor que un perezoso bueno para nada, que no son mejores que un engañador y un mentiroso, que están enredados en la doctrina falsa, sectas, y lo que estaba pasando ahí. ¿Cómo vamos a ganar a estas personas? ¿Cómo vamos a llevarlos a la verdad de Dios, el Salvador y Cristo, el Salvador? ¿Cómo vamos a vivir nuestras vidas de tal manera que la Palabra de Dios no es deshonrada? ¿Cómo vamos a vivir nuestras vidas de tal manera que no haya nada malo que decir de nosotros? ¿Cómo vamos a adornar la doctrina de Dios como Salvador al demostrar cómo se ve una vida salva? ¿Cómo vamos a hacer eso? ¿Qué se nos llama a hacer? ¿Se nos llama a atacarlos en el área política? No.
Esto es lo que somos llamados a hacer. Veamos lo que dice en el versículo 1. Pablo le dice a Tito: “Recuérdales que se sujeten a los gobernantes y autoridades, que obedezcan, que estén dispuestos a toda buena obra. Que a nadie difamen, que no sean pendencieros, sino amables, mostrando toda mansedumbre para con todos los hombres. Porque nosotros también éramos en otro tiempo insensatos, rebeldes, extraviados, esclavos de concupiscencias y deleites diversos, viviendo en malicia y envidia, aborrecibles, y aborreciéndonos unos a otros. Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y Su amor para con los hombres, nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por Su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo, el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador, para que, justificados por Su gracia, viniésemos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna. Palabra fiel es esta, y en estas cosas quiero que insistas con firmeza, para que los que creen en Dios procuren ocuparse en buenas obras. Estas cosas son buenas y útiles a los hombres.”
¿Escucharon esa última línea? ¿Quieres alcanzar a la gente? Aquí están las cosas que son buenas y útiles. Esa es una afirmación que se refiere a tu influencia. Tu influencia evangelística. Lo que es bueno y útil para la gente que te rodea se te acaba de dar en los versículos 1 al 8. Ahora, dividamos esto. Pablo le dice a Tito: dile a la gente, recuérdale a la gente, imperativo presente, este es un deber regular, recuérdale a la gente que deben hacer estas cuatro cosas.
En primer lugar: deben recordar su responsabilidad en la sociedad. Recuerden su responsabilidad en la sociedad. Y él da siete virtudes: que se sujeten a los gobernantes y autoridades, que obedezcan, que estén dispuestos a toda buena obra, que a nadie difamen, que no sean pendencieros sino amables, mostrando toda mansedumbre para con todos los hombres. Siete virtudes.
¿Quiere saber cómo vivir en la sociedad? Aquí está cómo: primera virtud, sujétate a las autoridades. Ahora, tu gobernante podía ser César. Tú gobernante podría ser Pilato. Tú gobernante podría ser Félix, podría ser Festo, podría ser Agrippa, podría ser Herodes, podría ser Stalin, podría ser Hitler, podría ser Saddam Hussein - que se sujeten a los gobernantes y autoridades.
Son principios básicos. Eso es lo que se nos manda hacer. Esa es ciudadanía. Ese es el tipo de conducta buena en la sociedad que da un testimonio a un mundo incrédulo y que está observando. No siempre estamos de acuerdo con los líderes, pero siempre somos llamados, según 1 Timoteo 2, debemos orar por los reyes y por todos los que están en autoridad y debemos vivir una vida afable y apacible, en toda piedad y honestidad. Esto es bueno y agradable a los ojos de Dios nuestro Salvador. Entonces, nos sometemos. No nos revelamos. No tomamos la ciudad y maldecimos a los líderes. No nos apoderamos del palacio de gobierno. No nos apoderamos del ayuntamiento. Nos sometemos.
Obviamente, nuestra sumisión está limitada por la Palabra de Dios. Si nos piden hacer lo que Dios nos prohíbe que hagamos, no podemos hacerlo. Nosotros tenemos que adoptar la posición de los apóstoles en el libro de los Hechos. Ellos les dijeron: “no prediquen,” ellos dijeron: “lo sentimos, no podemos obedecer eso. Juzguen si debemos obedecer a Dios o a los hombres.”
Llega un punto en el tiempo en el que tienes que hacer lo que tienes que hacer y enfrentas las consecuencias. Fue en el año 1980, un joven en nuestra Iglesia, fue un alumno en la Universidad de UCLA, un alumno brillante. Él jugaba en el equipo de béisbol de UCLA y estaba estudiando para ser abogado en UCLA. Se recibió en UCLA y estuvo estudiando para ser abogado por un tiempo. Él llegó a nuestra Iglesia. Él fue salvo. Su padre era un católico irlandés. Su madre fue una mujer japonesa que se casó después de la guerra. Vino de una familia mixta con mucho conflicto en su hogar. Digo, un tipo de conflicto serio tal como un cónyuge persiguiendo al otro con un cuchillo de chef. Un hogar muy, muy, muy difícil.
Bueno, él vino a Cristo. Él estuvo involucrado en esta Iglesia y él estuvo tratando de enfrentar los problemas de su hogar que habían influenciado su vida. Y entonces, vino aquí para ser aconsejado por nosotros. Yo lo recibí en mi hogar. Él vivió durante un tiempo, conforme traté de discipularlo en ese ambiente. Y muchos otros de nosotros tratamos de trabajar con él. Lo llevamos a la Palabra de Dios. Oramos con él. Le enseñamos las Escrituras, le enseñamos cómo enfrentar los pecados en su vida y demás. E hicimos lo que pudimos hacer por hacerlo crecer en el Señor.
Y fue una situación trágica. Él trató de suicidarse. Él sobrevivió la primera vez que intentó suicidarse. Y él vino a quedarse otra vez en nuestra casa, conforme tratamos de ayudarle a recuperarse de eso y realmente, lo bañamos en la verdad de Dios.
Pero él dejó la casa y después de un tiempo, él entró en otro conflicto con su padre. Fue tan volátil que él deseó realmente en el momento lastimar a su padre de una manera de la cual su padre nunca pudo recuperarse. Y entonces, él colocó una escopeta en su boca y se voló la tapa de la cabeza en un clóset en su casa en donde su padre lo encontró. E inmediatamente, claro, después de que nos enteramos, quedamos horrorizados por todo esto y tuvimos que enfrentar simplemente la tristeza, el dolor de todo esto. Pero no pasó mucho tiempo después que el padre demandó a la Iglesia. Y esa demanda estuvo en las cortes durante 10 años. Tuve que defenderme en contra lo que se llamó ‘negligencia del clero’. El primer caso de ‘negligencia del clero’ en la nación, en el mundo, hasta donde sabemos.
Bueno, para acortar la historia, ese caso estuvo en litigio durante 10 años… 10 años. Y el caso se basó en esto: estas personas son ineptas, no están calificadas y contribuyeron a su precondición para que él se suicidara al aconsejarlo a partir de la Biblia. Ellos deben ser considerados culpables por eso. Ellos deben pagar una cantidad enorme de dinero, obviamente todas las demandas tienen que ver con dinero, para compensar a la familia por la pérdida del hijo, porque ellos contribuyeron a la condición del hijo al hablarle acerca del pecado y hacerlo sentir más culpable, y más culpable y más culpable.
Nosotros sabíamos bien que eso no tenía nada que ver con esto, que todo tenía que ver con su enemistad con su padre. Pero nos arrastraron a la corte. Trajeron a los expertos, trajeron a todo tipo de personas para tratar de destruir la de credibilidad de la Iglesia, etc., etc., etc. Y tuve que declarar; y lo único que dice fue básicamente, resumiéndolo, fue simplemente esto: “oigan, somos una Iglesia y creemos en la Palabra de Dios y eso es lo que hacemos. Nos mantenemos fieles a la Palabra de Dios.” “Pero esta es una sociedad que tiene psicólogos profesionales, consejería psicológica y blablablá. Y deberían haberlo recomendado al psicólogo y haberlo enviado al psiquiatra, etc., etc., etc.” Y nuestra respuesta fue: “no hacemos eso porque creemos que Dios creó al hombre y Dios nos ha dado Su Palabra y en la palabra de Dios el hombre encuentra la solución a todos estos problemas de la vida.”
Y realmente, estuvimos enfrentando la realidad de que estábamos ahí chocando con la cultura, porque la cultura estaba diciendo que la Biblia es anticuada, la Biblia es un libro antiguo, la Biblia es de mente estrecha, un libro legalista, no le habla a esta época contemporánea. Esta gente debería ser sacada, debería ser cesada. Están causando que la gente se suicide, etc., etc.
Entonces, llega un punto en el tiempo en el que simplemente no puedes hacer lo que la cultura quiere que hagas. Bueno, 10 años de litigio, ganamos el caso. En primer lugar, fue revertido en la Corte de Apelaciones. Fue devuelto de nuevo a la Suprema Corte del Estado de California. Tuve que dar testimonio frente a la Suprema Corte del Estado de California. Y dieron el fallo a nuestro favor. Ganamos el caso al nivel de la Suprema Corte. Apelaron a la Suprema Corte de Estados Unidos y la Suprema Corte de la nación leyó el caso y dijeron: “nosotros apoyamos el fallo de la corte estatal.” Y después de 10 años, triunfamos. Y el triunfo, y esto es algo maravilloso acerca de nuestro país, se basó en la Primera Enmienda, la cual establece que tenemos libertad religiosa y estaban practicando su libertad religiosa.
No quisimos ser el enemigo de la cultura. Nos quisimos hacer que la cultura fuera el malo en la situación. No quise tener que dar testimonio en contra de los psicólogos y psiquiatras, etc. en la Corte. No quise tener que decir que estaban equivocados y que esto es verdad y que esto es correcto. Pero van a haber ocasiones cuando te ves forzado a estar en una situación en donde debido a que la cultura no aceptará la Verdad de Dios, en donde puede haber conflicto.
Y en cierta manera, eso es lo que pasó en el libro de los Hechos cuando dijeron: “no prediquen”. Y ellos dijeron: “lo sentimos, tenemos un mandato de Dios”. Entonces, debemos someternos a la autoridad y hasta que esa autoridad nos diga que debemos hacer algo contrario a lo que Dios nos ha dicho que hagamos, entonces, debemos ser fieles a Dios. ¿Y sabe una cosa?, es Estados Unidos. Y, por lo tanto, tenemos una Primera Enmienda. Si hubiera sido Rusia, me habría ido a Siberia.
Pero eso no cambia lo que haces, ¿no es cierto? Entonces, nos sometemos hasta que llegamos a un punto en el que no podemos someternos porque tenemos un mandato de Dios. Dios nos dice hacer algo que nos prohíben hacer o Dios nos dice ‘no hagas’ algo que nos mandan a hacer. Fuera de eso, nos sometemos a los gobernantes y a las autoridades.
Me pasó algo que me pareció sorprendente. Fue hace unos dos años atrás, creo, cuando se me invitó que fuera al ayuntamiento de Los Ángeles, a una reunión ahí del Concilio de la Ciudad que básicamente se dedicó al honor de Grace Community Church y a darme una gran placa, usted sabe, con todo el reconocimiento ahí, todo esto agradeciéndome por 30 años de ministerio. Fue algo muy interesante porque hablé ante todo el Concilio de la Ciudad y estaba lleno. Literalmente, había gente que estaba de pie por todos lados. Todas estas personas. Y muchos de ellos son homosexuales. De hecho, el hombre que recomendó que a la Iglesia se le diera este reconocimiento es un homosexual. Es interesante. Y él conoce mi postura. Y él sabe lo que enseño y lo que la Biblia enseña. Sin embargo, fue tan fascinante para mí que nos invitaran ahí. Nos dieron este reconocimiento. Nos honraron frente a toda la ciudad. Nos agradecieron por el impacto que Grace Community Church ha tenido en la ciudad de Los Ángeles. Nunca cambiamos nuestro mensaje. Nunca alteramos nada. Siempre predicamos el Evangelio.
Y ahí dijeron: “nos gustaría que el Dr. MacArthur dijera algo.” Y yo dije: “muchas gracias, sólo quiero decirles que Dios perdona a pecadores y que cualquiera de ustedes puede venir a Él para encontrar perdón a través de Jesucristo. Ese es el mensaje que hemos predicado durante 30 años y eso es lo que quiero que todos ustedes sepan.” Y seguí por unos cuantos minutos.
Y saben una cosa, ese es un gran lugar, me encanta estar en un lugar que simplemente está lleno de gente pagana y tener la oportunidad de predicarles y decirle que Dios perdonará sus pecados.
Pero no es interesante que puedes predicar la verdad, puedes predicar la verdad, puedes predicar la verdad, puedes predicar la verdad y aquí hay gente que está viviendo en oposición a la verdad, que puede reconocer que hay algo en la manera en la que manejas la verdad, que indica que tú te preocupas.
Cuando un policía se muere en la ciudad de Los Ángeles, yo diría 8 de 10 veces, el funeral se hace en Grace Community Church. Cuando un bombero muere, normalmente el servicio se realiza en Grace Community Church porque nos ven como una Iglesia que se preocupa por la gente. Puedes hacer eso y nunca tienes que mitigar o hacer concesiones con tu mensaje. Y haces eso al mostrar que eres un buen ciudadano, sometiéndote a las autoridades y claro, Romanos capítulo 13 dice lo mismo.
Sigan ahí el versículo 1, más adelante. Que obedezcan. ¿Qué significa eso? Simplemente obedecer las leyes. Obedecer las leyes. Que estén dispuestos a toda buena obra. Simplemente, cooperen en todo sentido con las autoridades. No seas su enemigo. Sé conocido en la sociedad por tu bondad. Versículo 2: “que a nadie difamen,” ni siquiera a una persona,” no blasphemeo, no trates a alguien con menosprecio. No calumnies a alguien. Confrontas el pecado, llamas a los pecadores al arrepentimiento, pero no maldices a la gente. No calumnias a la gente. No condenas, no maldices a la gente que son incrédulos.
Y no seas contencioso. No estés peleando con el gobierno. No pelees con tus líderes. Es amachos, significa no pelees, sé un pacificador, sé amigable. Y después, él añade: “sino amables.” En cierta manera, como un traductor lo dijo, es alguien que es razonable con dulzura, cierta dulzura. Cierta tolerancia que es considerada y paciente con los pecadores.
Y después, lo resume al final del versículo 2: “mostrando toda mansedumbre o consideración para con todos los hombres.” Esta, de hecho, es la palabra mansedumbre, prautes, mansedumbre. No afirmes tus derechos. Eso es lo que significa. No pelees por tus derechos. No comiences una liga que contrataque cristiano. No ataques a los incrédulos.
Y él dice: “mostrando, al final del versículo 2, toda mansedumbre para con todos los hombres.” ¿Se dan cuenta?, aquí estamos viviendo en esta sociedad pagana y ¿qué se nos dice que hagamos? ¿Pelea contra ella, condénala, maldícela? No. Sométete y obedécela. Haz todo lo bueno que puedas hacer, nunca calumnies a nadie, nunca maldigas a nadie. Nunca seas conocido por ser contencioso, peleando por cosas, protestando por cosas. Sé gentil, mostrando toda consideración. Eso es ser manso. Nunca afirmes tus propios derechos o pelees por los propios derechos. Simplemente, deja que Dios se encargue de eso.
Los cretenses, claro, eran conocidos por ser rebeldes. Ellos eran conocidos por ser homicidas. Ellos tenían todos los vicios de una sociedad pagana. Y estoy seguro de que hubo cosas que estaban sucediendo en la estructura social que eran muy, muy difíciles de enfrentar para los cristianos. Él dice, ‘simplemente, vivan así’. Entonces, tienes que recordar tu responsabilidad en la sociedad.
En segundo lugar, recuerda tu condición anterior. Muy bien, te voy a dar esta rápido. Recuerda tu condición anterior. Esto es realmente bueno. Mi reloj se detuvo al cuarto y pensé que esto fue glorioso, hasta que vi que no estaba funcionando.
Ahora, observe el versículo 3. El versículo 3 es tan bueno. Observa lo que dice. Oye, ¿se te olvidó? Porque nosotros también éramos ¿qué? ¿Qué esperas? Tú esperas que un incrédulo actúe como un incrédulo. Antes de que empieces a calumniar y antes de que empieces a pelearte y antes de que seas contencioso y enojado y desconsiderado, y antes de que defiendas tus derechos y pelees contra la cultura y ataques a los no salvos como si fueran el enemigo, por favor, recuerda que nosotros también éramos en otro tiempo insensatos, rebeldes, extraviados. Y él, aquí da siete características de los impíos, como hubo siete virtudes en los versículos 1 y 2, hay siete características del pecador: insensatos, rebeldes, extraviados, esclavos de concupiscencias y deleites diversos, viviendo en malicia y envidia, aborrecibles, y aborreciéndonos unos a otros.
¿Qué esperas? ¿Qué esperas? Tú solías ser así. Siete virtudes en los versículos 1 y 2. Siete vicios en el versículo 3. Éramos insensatos. Ignorantes. Éramos desobedientes. Estábamos engañados. Andábamos ahí perdidos tratando de entender la Verdad. Estábamos esclavizados a varios epithumea y eidonai, varias pasiones, diferentes tipos de placeres. Pasamos nuestra vida en malicia, esa es la palabra para maldad, impiedad. Éramos envidiosos. Aborrecíamos, aborreciéndonos unos a otros, egocéntricos, consumidos con nosotros mismos. Digo, ¿qué esperas? Eso describe a la gente inconversa. Y solíamos ser así. ¿Se te olvidó eso? ¿Qué esperas de ellos?
Yo no espero del Presidente de los Estados Unidos que actúe de manera diferente de lo que él actúa. ¿Por qué debe él ser virtuoso? ¿Porque él no va a tener un grupo de mujeres aquí y allá y por todos lados? ¿Qué esperas? La gente que no está convertida vive esclavizada a varias concupiscencias y placeres. Bueno, ¿por qué esperamos que él obedezca la Biblia? ¿Porque esperamos que él promueva la moralidad bíblica? Porque la gente inconversa es desobediente y está engañada. ¿Qué esperas? ¿Van a terminar con una vida bíblica cuando viven en un estado de engaño continuo? No. Es un retrato de los inconversos. Ellos están ciegos a Dios. Ellos están ciegos a la realidad espiritual. Son rebeldes a la ley de Dios. Se resisten a Su Verdad. Están totalmente engañados acerca de lo que es verdad. Están engañados acerca de lo que es correcto. Están en esclavitud a la pasión irracional, se alimentan del trato perverso de otras personas. Están llenos de odio y hostilidad y egoísmo. Eso es lo que significa ser inconverso.
Entonces, antes de que los condenes, recuerda, nosotros también éramos iguales. Entonces, recuerda tus responsabilidades. Recuerda tu vida anterior.
En tercer lugar, recuerda tu salvación. La única razón por la que eres diferente, versículo 4, es porque la bondad de Dios nuestro Salvador y Su amor para con los hombres se manifestó y esa es una es una indicación de la Encarnación. Literalmente, apareció corporalmente en Jesucristo. Y Él nos salvó. Me encanta eso. Él nos salvó. No por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, porque el hecho es que estábamos haciendo todo lo que está en el versículo 3, pero fue según Su misericordia.
Ahora, permítanme detenerlos ahí. La única razón por la que eres diferente de estas personas es por ¿qué? Por la misericordia de Dios. No puedes olvidar eso. No puedes olvidar eso. Fue porque Él nos salvó. Él nos lavó en la regeneración. Él nos renovó mediante el Espíritu Santo. Él derramó ricamente en nosotros ese mismo Espíritu Santo mediante Jesucristo, nuestro Salvador.
La única razón por la que eres diferente es porque Dios te salvó; y eso dice él en el versículo 8, es una palabra fiel que has sido justificado por Su gracia. Y entonces, te has convertido en un heredero según esperanza de la vida eterna.
Por cierto, en los versículos, simplemente como un comentario, los versículos 4, 5, 6 y 7, de hecho, cuatro versículos ahí, hay siete aspectos de la salvación. Siete virtudes en el 1 y en el 2, 7 vicios en el versículo 3 y 7 características de la salvación en los versículos 4 al 7. Entonces, esta es una sección bien organizada de las Escrituras por parte de Pablo.
Él dice: “observa tu salvación. Viene por la bondad de Dios, viene por el amor de Dios, Su amor a la humanidad viene por la misericordia de Dios, no en base a obras que hayamos hecho, sino según Su misericordia. Viene por la regeneración de Dios. Por el lavamiento de la regeneración. Viene por la renovación de Dios mediante el Espíritu Santo. Viene por el Hijo de Dios mediante Jesucristo nuestro Salvador. Viene por la gracia de Dios, versículo 7, la cual nos ha hecho herederos según la esperanza de la vida eterna.”
Entonces, ¿cómo vivimos en este mundo? Vivimos recordando nuestra responsabilidad de someternos a la autoridad y a hacer todas las cosas que indican los versículos 1 y 2. Recordamos que estas personas están actuando de una manera tan mala, tan inmoral, están actuando según su naturaleza porque no están convertidos. Y entendemos eso porque así fuimos nosotros en el pasado.
En tercer lugar, nosotros recordamos nuestra salvación y el hecho es que la única razón por la que somos diferentes de ellos no es por algo que hayamos hecho, es sólo debido a lo que Él ha hecho, ¿verdad? Ahora, él dice en el versículo 8: “Tito, quiero que en estas cosas insistas con firmeza. Quiero que le digas a estas personas estas cosas, porque quiero que la gente que cree en Dios haga buenas obras.” ¿Por qué? Al final del versículo 8: “porque estas cosas son buenas y útiles a los hombres.” Si vives así, vas a llevar a gente a Cristo. Va a ser bueno y útil espiritualmente para los no convertidos.
Padre, gracias por nuestro tiempo de nuevo en Tu Palabra. Te damos gracias porque es clara y nos da una perspectiva. Que vivamos así en el mundo para traer gloria a Tu Nombre. Te damos gracias por causa de Cristo. Y todo el mundo dijo: Amén.
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