Me da gusto estar de regreso en la capilla con todos ustedes esta mañana. Estamos hablando del asunto del discernimiento. Solo en casa de que se preguntaran hay más detalles en esto, en un libro que escribí hace unos libros atrás titulado: La Fe Inestable, y el subtítulo es: “Cuando la Iglesia pierde su deseo de discernir,” trata con muchos de los asuntos acerca del discernimiento. En la parte de atrás del libro hay un apéndice, “La Teología del Discernimiento” de Jonathan Edwards, que probablemente vale el precio del libro. Pero bueno, es un libro acerca de la fe inestable del tema del discernimiento, si quieren más información de eso.
Estamos hablando del asunto del discernimiento basándolo en un texto de 1 Tesalonicenses. Si quieren regresar a 1 Tesalonicenses capítulo 5, por un minuto. Quiero ver tan solo el cimiento para nuestros pensamientos, en el versículo 20 de 1 Tesalonicenses 5, “No menosprecies las profeteias,” no menosprecien los mensajes, realmente la predicación. No lo tengan en poco, o no lo traten de manera trivial, no lo disminuyan, tómenlo seriamente, sino que cuando oigas la predicación, versículo 21, examinadlo todo. Pruébalo.
Obviamente, la prueba de la Escritura. Retened lo bueno, aquello que es inherentemente bueno y verdadero. Absteneos de toda especie de mal. Eso es esencialmente lo que es el discernimiento, es oír y examinar como los Bereanos nobles que escudriñaron las Escrituras para ver si estas cosas eran así. Es absolutamente crítico que tratemos con la Escritura con precisión. Es prioritaria la precisión, porque es prioritaria la exactitud. Odio decirlo, pero en el mundo contemporáneo evangélico en la actualidad, no se le da la prioridad de, a la precisión en absoluto, todo mundo en cierta manera tiene el derecho de decir lo que piensa acerca de la Escritura, y en la teología, y los amateurs en cierta manera están a cargo de los evangélicos en la actualidad, personas que no tienen la preparación, ni tienen la diligencia que es demandada para interpretar la Escritura con precisión.
Me acuerdo de un libro que leí hace varios años atrás, que mencioné cuando estuve en el Seminario del Sur, hace una semana. Fue un libro de matemáticas escrito por un profesor de nombre Alejandro Calandra, quien enseña matemática, matemática avanzada en la Universidad Estatal de Washington. Y en este libro, normalmente no leo libros de matemáticas, de hecho, nunca los leo, pero solo resulta que me lo encontré y me pareció una historia muy interesante.
Pero bueno, él estaba aplicando un examen a uno de sus alumnos en una de sus clases de matemáticas avanzadas, y el examen solo tenía una pregunta. La pregunta fue: determina la altura de un edificio con el uso de un barómetro. ¿Cómo haces eso? fue la pregunta. Y los alumnos solo tenían que responder esa pregunta, y un alumno entregó su respuesta y decía esto: “Ve a la parte de arriba del edificio, amarra el barómetro a una cuerda larga, baja el barómetro hasta el suelo, mide la longitud de la cuerda, y tienes la altura del edificio con el uso de un barómetro.”
Bueno, el profesor estuvo de acuerdo con que podías usar la altura del edificio con el uso del barómetro de esa manera, pero eso no demostraba un conocimiento apropiado en el tema para que recibiera una calificación correcta. Entonces dijo: “lo siento te voy a tener que reprobar, a menos de que quieras otra oportunidad. Te voy a dar una oportunidad más para responder a la pregunta.” Él dijo: “Ciertamente me gustaría otra oportunidad, hay muchas respuestas a esa pregunta.”
Entonces el profesor le dijo: “Tienes diez minutos.” Nueve minutos pasaron, él no había escrito nada. Él finalmente terminó con su respuesta, saque el barómetro en un día soleado, mide la longitud de su sombra, después mide la longitud de la sombra del edificio, y por el uso de la proporción simple puedes calcular la altura del edificio, porque conoces la altura del barómetro. Otra vez equivocado. Después dijo: “Lo siento, tampoco puedo permitir esa respuesta.” Él dijo: “Bueno, aquí hay una que te puede gustar. Comienza en la parte de abajo del edificio y sube por las escaleras, conforme subes, coloca el barómetro en la pared y marca con un lápiz conforme subes. Cuando llegues a la parte de arriba del edificio regresa abajo, cuenta todas las marcas del lápiz y tienes la altura del edificio en unidades del barómetro.”
“Otra cosa que le podría gustar,” dijo él, “mientras que está preguntando, es inclinarse en la orilla de la parte de arriba del edificio, dejar caer el barómetro y medir su velocidad con un cronometro y después usando una fórmula, algo con S al cuadrado, puedes determinar la altura del edificio.” Pero, dijo él, “ésta es mi respuesta final. La mejor manera de determinar la altura de un edificio usando un barómetro, es ir al sótano y tocar la puerta del superintendente del edificio, al vigilante, y decirle: “Señor, me puede decir que tan alto es este edificio. Y me gustaría regalarle este barómetro fino.”
Bueno, el alumno tuvo un problema con la precisión. La respuesta, claro, es que, si hay una diferencia en la presión del aire, lo hay debido a la actitud, pero eso no es divertido, en lo que al alumno concernía cualquier respuesta funcionaba. Y creo que eso en cierta manera es lo que está pasando con los evangélicos en la actualidad. En la mayoría de los casos, en lo que concierne a la gente, cualquier respuesta funciona. Pero no es así en términos de las Escrituras, y no es lo que agrada a Dios.
Recientemente estuve en Italia y fue otra experiencia maravillosa para mí estar en Italia. Tuvimos una conferencia para pastores para pastores italianos, solo la segunda que congrega a todos los pastores de toda asociación, denominación, grupos de iglesias, y no hay muchos pastores, pastores evangélicos en Italia. Italia está profundamente sumergida en el culto a María, el catolicismo romano adorando a María, la reina del cielo. Básicamente el poder católico domina todo aspecto de la vida en Italia, entonces las iglesias son pequeñas. Y es muy difícil es llamada, una tumba para misioneros. Es tan difícil servir ahí.
Pero bueno, tuvimos una conferencia de pastores y fue diferente porque a lo largo de los años, la unidad evangélica en Italia es importante, porque hay tan pocos de ellos. Las iglesias son tan pequeñas, hay un testimonio cristiano tan frágil ahí que todo mundo quería asegurarse de que estuvieran ahí con el tema, llevémonos juntos entonces nunca hagamos de la doctrina algo importante, porque la doctrina nos podría dividir, y ya somos tan débiles y nuestro testimonio se divide más, simplemente vamos a estar desapareciendo del radar.
Entonces la idea fue, jamás hablemos de algo que nos va a dividir. Ustedes saben, este pequeño grupo tiene su postura acerca de esto, y este de aquello, entonces nunca tratemos con eso. Entonces, como resultado de eso, la iglesia en Italia tiende a ser muy, muy débil, y no tiene un cimiento doctrinal fuerte. Hubo un cimiento ahí, un cimiento financiero, tuvieron algo de visión, y dijeron: “Veamos si podemos fortalecer a la iglesia italiana al hacer que la doctrina sea importante.” Me invitaron a venir hace dos años atrás, muchas de las personas que pensaron que no funcionaría, tuvimos unos 350 pastores y misioneros, y simplemente les descargué los cimientos de la doctrina reformada. Y fue bastante sorprendente durante los primeros dos días, y cuando comenzaron a ver el poder de la Palabra de Dios, al estar recibiendo la Palabra de la Escritura, como resultado de esa conferencia, dijeron: “Queremos más, queremos más.” Simplemente estuvimos ahí por dos semanas.
Regresamos, en esta ocasión hubieron quinientos pastores y misioneros ahí. Simplemente estaban recibiéndolo como esponjas, y en el tiempo que pasó, ahora incluso en el tiempo, mirando hacia adelante, quieren más y más preparación. Y ahora están en el proceso de construir una escuela de preparación en Sicilia, en dónde podemos mandar más de nuestros, algunos de nuestros egresados de Seminario para que vayan y los preparen aun más en el conocimiento de lo que la Palabra de Dios tiene que decir. Han probado lo que es la doctrina sana, precisa. Les parece que es mucho mejor que la unidad frágil que existe cuando todo es mantenido a nivel superficial. El discernimiento es crítico en la vida de la iglesia. Conocer la doctrina sana es esencial en la vida de la iglesia. La doctrina sana, Pablo le dijo a Timoteo, debe ser predicada, debe ser protegida, debe ser guardada como un tesoro y transmitida a la siguiente generación.
Ahora, dijimos la última vez que hay una falta de discernimiento en el mundo evangélico. Les di la primera razón, ¿se acuerdan cuál fue? Falta de claridad doctrinal y convicción. Falta de claridad doctrinal y convicción. Eso es bastante obvio, simplemente no tenemos eso. Me acuerdo que estuve en un programa con una mujer, fue un programa cristiano en una estación bastante importante. Y estábamos hablando y era obvio que ella era la anfitriona de este programa. La gente llamaba con sus preguntas acerca de la vida espiritual, y era más como consejería cristiana que preguntas bíblicas. Pero bueno, ella era la que respondía, y ella me dijo en medio de esta plática, fuera del aire, ella dijo: “Hay una palabra que muchas personas usan, es la palabra santificación. ¿Qué significa eso? ¿Qué significa eso?”
Entonces, le expliqué un poco acerca de eso, y después de otra media hora, salimos del aire para un comercial y le dije, le dije: “¿Cómo te convertiste en cristiana?” Tratando de entender si lo era. Pero le dije: “¿Cómo te convertiste en cristiana?” Ella dijo: “Oh, me fue muy bien un día. Conseguí el teléfono, el número telefónico de Jesús, y hemos estado conectados desde ese entonces.” Eso es lo que dijo. Y me imagino que yo tenía una cara de sorpresa, estaba tan sorprendido, y ella se veía un poco sorprendida. Y yo le dije: “¿Qué quiere decir eso? ¿Qué quieres decir con que conseguiste el número telefónico de Jesús y has estado conectado desde ese entonces?” Ella dijo: “¿Qué quieres decir con, que quiero decir?” Hasta ahí podía llegar ella.
Ella dijo: “Si alguien te preguntara porque fuiste cristiano, ¿qué dirías?” Yo le dije: “Me da gusto que preguntaste.” Entonces le expliqué el evangelio. Y al final de eso, y coloqué esto en el libro, al final de eso ella me dijo: “Oh, por favor, no tienes que pasar por todo eso para convertirte en cristiano.” Esta es la dama que da respuestas, la dama cristiana en la radio. Tenemos un problema serio cuando no conocemos doctrina sana, cuando la doctrina sana es ofensiva.
Permítame darles una segunda razón, y en cierta manera vamos a avanzar a lo largo de esto y vamos a concluir esto el viernes. Esto en cierta manera es una evaluación de porque tenemos el problema que tenemos. La falta de claridad y convicción doctrinales es seguida por no ser antitéticos. Vamos a hablar en términos un poco filosóficos aquí por un minuto. No ser antitéticos. Dicho de otra manera, no estar dispuestos a estar en desacuerdo. Estar en desacuerdo. Martin Lloyd-Jones dice: “Cuando quitas la polémica de la iglesia, le iglesia se muere.” Tiene que haber un debate constante, saludable y serio acerca de la verdad de la iglesia. Cuando decides que un debate es divisivo, el desacuerdo es intolerable, porque todo mundo tiene el derecho de tener su propia opinión, y la iglesia morirá.
Es verdad. Es esencial ser antitético. Es esencial estar dispuesto a decir, eso está mal y eso está bien. Esto es antítesis. Ahora tenemos esta especie de relativismo que es en cierta manera correcto en términos políticos, sentimental, que prevalece en la iglesia, que no quiere estar en desacuerdo. Nadie realmente tiene la razón, y nadie realmente está equivocado. Nada realmente es verdad y nada realmente es falso. Lo que tú piensas es aceptable, debido a tu propia intuición, tienes el derecho a llegar a la conclusión espiritual a la que tú quieras llegar.
Eso es simplemente mortal para la vida de la iglesia. Todo es subjetivo, la predicación bíblica no es relevante en la actualidad porque es demasiado definida, es demasiado ofensiva, es demasiado incisiva, es demasiado blanco y negro, es demasiado absoluta, pero si ves la Escritura, y simplemente para darles un panorama de la Escritura, te sorprenderías en cierta manera repasaras esto un poco. Y espero que hagan eso, cuan blanco y negro, y absoluta es la Escritura.
Jay Adams escribió un párrafo que creo que coloca esto en perspectiva. “Desde el Huerto del Edén con sus dos árboles, uno es permitido, uno prohibido, al destino eterno del ser humano en el cielo o el infierno, la Biblia presenta dos, y solo dos caminos, el camino de Dios y el resto. De esta manera, la gente o es salva o está perdida. O pertenecen al pueblo de Dios o al mundo. Están en Gerizim, el monte de bendición o Ebal, el monte de maldición. Está el camino estrecho y el camino ancho; uno lleva a la vida eterna y el otro a la destrucción eterna.
Están aquellos que están en contra y aquellos que están con nosotros. Están aquellos que están dentro del reino y aquellos que están afuera del reino. Está la vida y la muerte, la verdad y la mentira, lo bueno y lo malo, la luz y las tinieblas, el reino de Dios y el reino de Satanás, el amor y el odio, sabiduría espiritual y la sabiduría del mundo. Y Cristo se dice que es el camino, la verdad y la vida y nadie puede venir al Padre sino por Él. Él es el único nombre bajo el cielo por el cual uno puede ser salvo.” (Fin del párrafo)
Y esa es exactamente la manera que la Biblia se presenta a sí misma, presenta verdad y error, el camino de Dios, y el camino del resto de la gente. Hay un camino correcto y un camino equivocado. Hay una interpretación correcta de un pasaje, y cualquier otra interpretación es la equivocada. Hay una teología correcta y cualquier cosa que esté en desacuerdo es una teología equivocada. Hay camino correcto para entender a Dios, Cristo, el Espíritu Santo y la salvación, y uno incorrecto. Esto está en toda página de la Biblia. Desde el comienzo hasta el fin de la Escritura ésta manera de pensar antitética está en todos lados, en todos lados.
En el Antiguo Testamento, les voy a dar una ilustración de esto. En el Antiguo Testamento si ves como Dios colocó la ley ceremonial en su lugar, y dentro de la ley ceremonial habían distinciones que no eran morales. Por ejemplo, habían animales limpios y habían animales inmundos. ¿Se acuerdan de eso? Habían ciertos tipos de animales que podías comer y ciertos tipos que no podías comer. Había ciertos tipos de aves que encajaba dentro de los limpios y cierto tipo que encajaban en los inmundos. Y estaba toda esta estructura de lo limpio y lo inmundo. Habían ciertas maneras de preparar el alimento, ciertas maneras de tratar los utensilios, no podías robar huevos del nido de un ave, y estaban todas estas pequeñas reglas que realmente no tenían ninguna implicación moral o espiritual en esto.
Y si haces la pregunta, ¿por qué? ¿Por qué es que Dios incorporó todo esto en el judaísmo? ¿Por qué toda esta distinción en el Antiguo Testamento? Y me gustaría sugerirles que no fue arbitrario en absoluto, fue un medio de enseñar a los judíos hasta el más mínimo detalle del día, como comías, como cocinabas, como cultivabas, que tipo de ropa usabas. Ni siquiera podías mezclar dos tipos de telas. Tenías que pensar en todo lo que hacías, y saber que estaba la manera de Dios y estaba la otra manera. Y tenías que pensar en eso en todo punto. Te despertabas a la mañana y estabas consciente cuando te vestías que Dios había prescrito cierto tipo de ropa y había prohibido cierto tipo.
Y después, ibas a comer y había cierta manera de comer, y esa era la manera en la que Dios había ordenado que comieras, y después estaba cualquier otra manera, la manera en la que los gentiles comían. Técnicas de agricultura, justicia, cuidado de salud, dias festivos, todas estas cosas que no tienen componentes morales o espirituales en particular, no obstante, fueron usados como lo que la Biblia llama el ABC o la enseñanza primordial, para que aprendieras que estaba el camino de Dios y cualquier otro camino, enseñarle a la gente a vivir la vida con un entendimiento de tesis y antítesis. Hoy día, repentinamente esto simplemente ya no está. Cualquier persona en cierta manera puede hacer lo que quiere. Ya no estamos tratando de distinguir el camino de Dios de cualquier otro camino.
Me acuerdo en una ocasión se me preguntó si podía estar a cargo de una escuela cristiana, y de otra universidad cristiana. Y la gente que estaba hablando conmigo me dijo: “¿Sabes una cosa? Aquí está nuestro objetivo, queremos integrar la Escritura con la sabiduría del mundo. Estamos comprometidos con el sincretismo y la integración.” Yo dije: Bueno, creo que tenemos una diferencia profunda entonces. Lo que yo quiero hacer es distinguir la verdad de Dios de la sabiduría del mundo. Yo estoy comprometido con la separación, ustedes con la integración. Esa es una diferencia filosófica profunda y sustancial. Quiero asegurarme, en la educación en la que esté involucrado que la gente entienda que la verdad de Dios está separada de cualquier contaminación de la manera de pensar del hombre. Y después esa verdad de Dios juzga toda la sabiduría humana.” Gran diferencia en esas dos mentalidades.
Así como Santiago 1:27 dice, vas a mantenerte sin mancha del mundo. Si vas a distinguir la sabiduría que es de arriba, de la sabiduría que es de abajo, tienes que mantener un entendimiento claro de la verdad bíblica. En el Salmo 1 otra separación muy clara se presenta: “Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos.” Eso es lo primero en lo que pienso cuando pienso en la integración. “No andes en consejo de malos. No estés en camino de pecadores,” y no por favor, “te sientes en silla de escarnecedores.” No vayas a una escuela y te sientes en dónde la Biblia va a ser objeto de burla, no hagas eso.
Eso es bastante directo. No apuntes tu dirección bajo el consejo de los impíos, no estés de pie, esto quiere decir no adoptes una, tu postura en un camino diseñado por los pecadores, y no te sientes en el asiento de un escarnecedor, en un salón de clases. Por otro lado, “su deleite,” el que es bienaventurado, “está en la ley de Jehová y en su ley medita de día y de noche. Y será como un árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto a su tiempo y su hoja no cae. Y todo lo que hace prosperará. Los impíos,” por otro lado, “no son así, son como el tamo que arrebata el viento” y demás.
De nuevo, esto es acerca del discernimiento. Me acuerdo cuando tuve la idea que quería buscar un título en la escuela de post-grado en Claremont, un título en teología en un punto de mi vida, un título de doctorado. Y fui ahí y dijeron: “Bueno, lo que tienes que hacer es leer doscientos libros, doscientos creo, doscientos veinte libros que están en francés y alemán. Entonces diligentemente me fui a una escuela ahí en Glendale y tomé alemán, pensando que una vez que terminara con alemán tomaría francés, y después iría a leer estos doscientos libros.
Bueno, acabé con alemán para leer uno de esos libros, y decidí que lo único que hacía era burlarse de la Palabra de Dios. Toda esa teoría de crítica alta alemana, simplemente se burlaba y deshonraba y blasfemaba la Palabra de Dios y a Dios mismo, y dije: “Realmente no veo ningún beneficio en pasar por doscientos más de estos.” Y en ese entonces, realmente encontré que el Salmo 1 fue lo que me sacó de manera total de ese programa, decidí que no me iba a beneficiar al ir por el camino de pecadores y estar de pie ahí, y sentarme en el asiento de un escarnecedor, en un salón de clase y exponer mi mente a ataques en contra de la verdad de Dios. No si voy a mantener mi mente pura y sin mancha del mundo.
En Tito capítulo 1, versículo 9, Pablo habla de retener la palabra fiel que es según la doctrina, sostener de manera fuerte la palabra fiel, esa es la Palabra de Dios, entendiendo lo que enseña para que puedas, y aquí hay una idea muy importante, para que pueda exhortar en doctrina sana, escuche esto, y refutar a aquellos que contradicen. Es esencial para el ministerio que exhortes, ese es el lado positivo, exhortes a la gente en la doctrina sana, también es crítico que refutes a aquellos que contradicen la doctrina sana.
Ahora, por cierto, esa es una parte de la Escritura que describe las responsabilidades de los ancianos y los pastores. Como pastor, tengo una responsabilidad doble de enseñar y de reprender, de ayudar a ayudar a aquellos que reciben la verdad, y de reprender a aquellos que están en el error. Tenemos este nuevo clima evangélico, en dónde el discernimiento es inaceptable y no se le da la bienvenida, y señalarle a alguien el error es absolutamente intolerable, por lo tanto, el error gana el día. El error gana el día. El discernimiento solo va a florecer en un ambiente de confrontación. El discernimiento solo va a florecer cuando entiendes que hay antítesis y tesis, hay blanco y negro, hay verdadero y falso, hay lo correcto e incorrecto. Y no solo tienes una responsabilidad de proclamar lo correcto, sino exhibir lo que está mal, eso es parte de nuestra responsabilidad como protectores de la verdad.
Hay una tercera causa por la falta de discernimiento, que simplemente les presento, y no sé exactamente como decirlo, pero la tercera causa es una preocupación con la imagen y la influencia como una clave para evangelizar. Esto es algo serio, y no quiero, no quiero involucrarme mucho en esto, podría, pero voy a tratar de resistirlo. La idea es que la iglesia de alguna manera es más eficaz en el evangelismo, si puede crear un ambiente que de alguna manera abraza a los incrédulos. De aquí viene el movimiento de la iglesia que es amigable al consumidor, al buscador, al usuario, el cual realmente el originador de esto como señalé el domingo es Robert Schuller, y fue recogido por Bill Hybels in Willow Creek, y ha sido esparcido de ahí por todos lados.
Pero la idea es que el evangelismo eficaz es un producto de la influencia, hacer que la gente en cierta manera se sienta bien acerca de la iglesia, hacer que la gente se sienta bien hacia el cristianismo y los cristianos. Y entonces, obviamente no puedes confrontarlos con la verdad, no puedes confrontarlos de manera valiente con la verdad, no puedes confrontarlos su pecado, no puedes confrontar su error, no puedes llamarlos al arrepentimiento porque eso no los hace sentir bien, eso los ofende.
Entonces, la idea es, quitemos todas las ofensas, cualquier cosa que pensamos que es una influencia negativa, y vamos a redefinir la iglesia, reinventar la iglesia, despojarla de cualquier cosa que alguien pueda pensar que en cierta manera es ofensivo, o escuchen esto, incluso diferente. Los himnos son diferentes. El mundo no se identifica con eso. ¿Los sermones? El mundo no se identifica con eso. Esa es la razón por la que Jorge Barna dice: “La única esperanza para la iglesia en el futuro es deshacerse de los predicadores,” porque la gente no se identifica con la predicación.
La gente no se identifica con los himnos antiguos, no se identifican con la música de la iglesia, no se identifican con oraciones pastorales, no se identifican con la mesa del Señor, y la comunión. No se identifican con el bautismo, eso es algo con lo que no están familiarizados, eso en cierta manera no es amigable al usuario, entonces simplemente quita todo eso, aunque eso es lo que el Nuevo Testamento define como la historia de la iglesia.
Y la ilusión es que de alguna manera vamos a poder influenciarlos y apuntarlos al cristianismo al quitar todo lo que les es ofensivo, reinventando la iglesia para que la iglesia simplemente sea otra forma de entretenimiento con psicología en cierta manera metida ahí para elevar su autoestima. Entonces, en cierta manera, de manera sutil metemos un tipo de evangelio minimalista. Dije esto, creo, una semana atrás en la iglesia, esto es un mito, el mito de la influencia. Si has visto la última publicación del ministerio de Ligonier, es acerca del mito de la influencia. Está extremadamente bien escrito, los grandes artículos deberían conseguirlo y leerlo. La idea de que alguien se salva por la influencia de alguien más, realmente es falsa. La única razón por la que la gente se salva es porque oyen y creen en el evangelio.
No estoy diciendo que no deberías vivir una vida que demuestra el poder de Cristo. Debes hacerlo. No estoy diciendo que la gente no ve tu vida y glorifica a tu Padre que está en los cielos, porque la Biblia dice que así es. La influencia real está en la influencia de una vida piadosa, pero eso no es suficiente hasta que oyen la verdad. No es el estilo de nuestra música que hace que la gente se convierta, no es debido al nivel de entretenimiento que disfrutan, que hacen que se conviertan. Tarde o temprano tienes que llegar al punto de confrontarlos con el mensaje y mi juicio es que es mejor antes que después.
Entonces que estamos esperando. Simplemente, hagamos que oigan el mensaje, así es como van a ser salvos. Saca la predicación del pecado, saca la predicación del infierno, saca el arrepentimiento, saca la cruz, y entonces la gente se va a sentir cómoda. Esa es la nueva tendencia. Diseña una imagen de amor, preocupación, de ser amable, y si todo mundo es amable les vamos a caer bien, y quizás Jesús les caiga bien. De manera trágica, ese no es el caso. Cuando Jesús vino predicando el vino predicando arrepentimiento. Lo odiaron por ello, buscaron matarlo, eventualmente lo ejecutaron, hicieron lo mismo con todos los apóstoles, se lo han estado haciendo a los predicadores fieles a lo largo de toda la historia de la iglesia. Solo hay dos reacciones posibles, bueno, tres reacciones posibles al evangelio. Una sería indiferencia, la otra sería fe, y la otra sería hostilidad. Tienes que vivir con la realidad de eso.
Entonces la iglesia ha tenido esta ilusión que de alguna manera podemos quitar todo lo que ofende y de alguna manera influenciar a la gente para que sea salva de una manera inofensiva. Eventualmente vas a tener que llegar a la ofensa. Más vale que comiences ahí, porque hasta que sean ofendidos por su propio pecado y su violación de la santidad de Dios, no van a venir en penitencia al Salvador.
Bueno, hay muchas otras cosas que podríamos decir de eso, permítanme tan solo darles una cuarta cosa en que pensar. Otra razón por la que tenemos una falta de discernimiento es debido a que no interpretamos apropiadamente la Escritura. Esto en cierta manera sigue a la anterior. No interpretar apropiadamente la Escritura. Esto para mí es como rascar con tus uñas un pizarrón cuando oigo alguien hablar y malinterpreta la Escritura. Es algo que me entristece y simplemente les voy a dar una afirmación simple que les di hace unos meses atrás: el significado de la Escritura es la Escritura. El significado de la Escritura es la Escritura. Si no tienes el significado no tienes la Escritura.
Entonces, si malinterpretas la Escritura, esa no es la Escritura. No digas: “Dios dijo,” y después malinterpretas la Escritura. Si vas a decir Dios dijo, entonces tienes que interpretarla correctamente. Sin embargo, en la actualidad hay muy poco interés en la interpretación cuidadosa bíblica. Estaba leyendo de un hombre llamado Bill Hamon, H-a-m-o-n. Y él es un ministro, predicador, evangelista, maestro bíblico, y él dice esto. Él aconseja a la gente a ignorar la razón, a ignorar la lógica, ignorar el sentido común cuando intenta dar testimonio con exactitud de la Escritura. ¿Cómo vas a interpretar de manera exacta la Biblia sin tu mente, sin tu razón?
De hecho, él dice: “El Espíritu te va a ayudar a interpretar la Escritura, al darte sensaciones fuertes en tu área abdominal superior.” “Cuándo recibes un mensaje de ‘no’ en tu área abdominal superior, o ten cuidado, o algo no está bien. Se va a manifestar en un sentimiento nervioso e incomodidad. Y está ese testimonio del Espíritu Santo de que hay un mensaje profundo, imposible de expresar de que algo está mal. Por otro lado,” él dice, “cuando el Espíritu Santo está dando testimonio en nuestro espíritu de que la interpretación es correcta, entonces nuestra área abdominal superior reacciona con una paz y gozo inexplicables y un sentimiento cálido.” Hombre, este hombre necesita ir a un nutriólogo, y hacer algo con su dieta, demasiada comida irritante.
Bueno, aquí hay una cita: “En otras palabras, ignora tu mente, olvida tus creencias, no consideres tu teología, ni sentido común, y espera la sensación en tu área abdominal superior.” Dices tú, eso es raro. Claro que eso es raro, eso está mal, pero ese es el tipo de hombre que se presenta en TBN y nadie cuestiona la legitimidad de eso. Ese tipo de subjetivismo es aterrador, aterrador. Y después ustedes saben, esto es algo que les comentaba a nuestros pastores la semana pasada, Pablo dice en 2 Timoteo, “Predica la Palabra.” Y después él dice: “Tú continua en lo que de mi aprendiste. Lo que de mi aprendiste enséñalo a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros.” Ustedes conocen esos pasajes.
Como una persona que enseña la Palabra de Dios, mi pasión es asegurarme de que soy coherente con los hombres del pasado. En otras palabras, cuando quiero saber si tengo razón no espero algún sentimiento abdominal superior. Si quiero saber si tengo razón, voy a regresar y leer alguien en el pasado quien tuvo iluminación, quien tuvo un ministerio grande bendecido por Dios, podría remontarme hasta los Reformadores, podría remontarme al pasado y leer a Juan Calvino, incluso podría regresar y leer a los Puritanos, mencionamos a Jonathan Edward o John Owen.
Si tengo alguna pregunta si estoy en la interpretación correcta de la Escritura, inevitablemente voy hacia atrás. No busco un escritor contemporáneo. No voy a la librería y digo: Sabes, ¿tienes algún libro nuevo, tú sabes, acerca de la psicología cristiana contemporánea o algún libro cristiano popular? Ciertamente no busco ficción. Si quiero probar mi interpretación de la Escritura invariablemente regreso a aquellos en el pasado que fueron los interpretes nobles, probados de la Escritura, cuyos libros todavía se imprimen porque han soportado, han pasado la prueba del tiempo y el escrutinio de la erudición, y regreso para asegurarme que no estoy inventando algo, simplemente quiero tomar la estafeta de alguien, quiero interpretar la Palabra de Dios, la manera en la que siempre ha sido interpretada.
Y quiero ser fiel a aquellos en el pasado que fueron guiados por el Espíritu de Dios al entender la Palabra de Dios. De hecho, me veo mucho más atraído a literatura del pasado, de lo que me veo atraído a la literatura actual. Podrías colocar todos los libros de los últimos cinco años en mi oficina en una repisa, y el resto, digamos cuatro, cinco mil libros son del pasado, porque hay una continuidad de la obra del Espíritu de Dios en la preservación de la verdad, quiero permanecer en esa continuidad. Y una de las cosas que me aterra mucho acerca de la predicación contemporánea, me aterra mucho, es esta idea de que puedas aislarte del pasado de manera total.
Los predicadores en la actualidad quieren inventar su propio estilo, quieren dar su propio mensaje, presentar sus propias ideas, tienen muy poco, si llega a haber interés en el pasado, no leen a los grandes teólogos y a los grandes comentaristas del pasado, no se exponen a eso, hay un nivel de egoísmo que francamente es aterrador para mí, que de pronto aparezcamos en la escena y digamos: Olvídate del pasado, olvídate de la teología del pasado, olvídate de los grandes escritores del pasado, esto es lo que quiero decirles. Eso es un egoísmo aterrador. Da miedo.
Tú vas a oír a estas personas predicar, que simplemente te dan todas sus ideas, eso es algo que da miedo. Quiero estar en la gran tradición de aquellos que transmitieron la verdad de generación en generación, en generación, entonces perdónenme si incluyo en mi pequeño libro a Jonathan Edwards, pero me da mucho gusto estar exactamente en dónde Jonathan Edward estuvo, misma postura, y proclamar la misma verdad que le preocupaba en su época. En los evangélicos contemporáneos de hoy, tienes un enfoque en el estilo de la predicación, en el estilo que literalmente ha aislado a la iglesia de su legado. Y quitan los himnos. “No queremos ningún himno aquí. Ha nadie le gustan los himnos.”
Escucha. Hay una razón por la que los himnos duran, y les voy a decir cuál es. Fueron escritos por hombres que conocían teología, y los himnos malos desaparecen a lo largo de los siglos. Los himnos que comunican las realidades profundas de la teología, amartilladas a lo largo de los siglos, esos himnos duran. Y esos himnos son un legado fenomenal para la iglesia porque comunican esa teología. Pero la idea contemporánea es: “Corta el pasado. Córtalo. Somos una isla y vamos a reinventar la iglesia, vamos a reinventar la enseñanza, vamos a reinventar la interpretación bíblica. No necesitamos el pasado. No necesitamos su himnología. No necesitamos su teología. No necesitamos sus comentarios, e interpretación.”
Eso es aterrador. Y lo que tienes es una interpretación inepta y no correcta y no histórica de la Escritura, si de hecho tienes alguna interpretación de la Escritura. Tenemos un trabajo como predicadores y es decirle a la gente lo que Dios quiso decir por lo que dijo. Ahí está. Mi vida entera consiste en un libro y solo un libro, y se acabó. Que es lo que Dios quiere decir en este libro. Se acabó, eso es ministerio. Nada más y nada menos, declarar todo el consejo de Dios esa es mi responsabilidad.
Entonces, cuando piensas en el asunto del discernimiento, tienes que darte cuenta de que el discernimiento no puede sobrevivir en un ambiente dónde la doctrina no importa. El discernimiento no puede sobrevivir en un ambiente en dónde la gente se rehúsa a ser polémica, en dónde se rehúsa a debatir o discutir o probar las cosas, o estar en desacuerdo o decir que algo está mal. El discernimiento no puede sobrevivir en un ambiente en dónde todo mundo se preocupa por quitar todo lo que ofende. Y el discernimiento no puede sobrevivir en un ambiente en dónde virtualmente no hay interés en mantener la gran verdad que ha sido transmitida de generación a generación mediante una interpretación de la Escritura que es cuidadosa, analítica, erudita, fiel, que analiza.
El futuro de la iglesia va a depender de liderazgo que discierne. Y quiero decirles que es triste, puedes ver algunas de las organizaciones cristianas más grandes en el mundo, y son guiadas por personas que tienen influencia y poder, pero no tienen una capacidad real de interpretar correctamente la Escritura. Y son los influyentes en los evangélicos los que definen a los evangélicos en sus definiciones más amplias. Entonces, tenemos que regresar a la predicación de la Palabra, a interpretarla correctamente. Vayan a 2 Timoteo por tan solo un minuto, otro versículo y después voy a terminar y los dejo salir por hoy. Pero en 2 Timoteo capítulo 2, “Procura con diligencia,” versículo 15, “presentarte a Dios aprobado como obrero,” artesano, “que no tiene de que avergonzarse.” No sé tú, pero no quiero avergonzarme de mi ministerio. No quiero avergonzarme de mi vida.
Entonces, si voy a presentar mi ministerio a Dios para ser aprobado, para que no me avergüence, tengo que usar bien la Palabra de verdad. Digo, que tan claro es eso. Tiene que ser usada de manera exacta, ahí es dónde comienza, la interpretas de manera exacta, la proclamas con valentía, la proclamas a nivel positivo, exhortando, la proclamas a nivel negativo, confrontando y refutando el error. Y mantente alejado, versículo 16, y aléjate de estas palabras mundanas vacías que llevan a más impiedad. Este tipo de pláticas que se esparcen como gangrena. La gangrena no es algo bueno, destruye, así como Himeneo y Fileto, con sus pláticas de gangrena de nada, hombres que se desviaron de la verdad, y trastornan la fe de algunos.
No interpretar la Escritura con exactitud, de manera cuidadosa y precisa, estar preocupados por la iglesia mundana y la imagen, no ser antitéticos, no definir asuntos de verdad, en términos de blanco y negro, menospreciar la claridad y la convicción en la doctrina llevan a un ataque serio en contra del discernimiento. Simplemente una cosa más que mencionar, el punto final en los pequeños puntos que quiero darles es no disciplinar en la iglesia. No disciplinar en la iglesia. No voy a hablar de esto. Sé que ustedes saben acerca de la disciplina en la iglesia.
Esto es mortal para la iglesia, esto es mortal para el discernimiento porque lo que dice es que sí sé que hay pecado en la iglesia y no hago lo que Mateo 18 dice, y no disciplino en la iglesia, entonces lo que estoy diciendo es: Bueno, se lo que la Biblia dice, la interpreto correctamente, nada más que no importa en tu vida. Esto es, si alguien se levanta en la iglesia y enseña mentiras y no los enfrento, o alguien vive en pecado e iniquidad y no los enfrento, y la iglesia no los enfrenta, lo que estamos diciendo es que la verdad no importa. Es la verdad, pero no importa. Y eso es típico de las iglesias en la actualidad.
No hay disciplina de la iglesia, entonces aún si dicen la verdad, no van a aplicar la verdad, las iglesias toleran a cristianos que pecan, por lo tanto, rebajan el valor de la verdad, porque si la verdad no tiene que ser vivida, entonces ¿cuál es su punto? Como resultado de esto, quitan el filo de la espada del Espíritu. Jamás debes buscar un lugar en dónde incrédulos y pecadores se sienten cómodos, en dónde cristianos nunca son confrontados con su pecado, en dónde el error nunca es enfrentado, porque lo que eso hace es disminuir la verdad. La verdad de Dios es para ser aplicada. Es para ser aplicada para aquellos que están en error y aquellos que están en pecado. Simplemente no está pasando en las iglesias en la actualidad. No quieren aplicar la verdad.
Hablé con un hombre que es parte de una iglesia grande que busca ser amigable con los que buscan, y le dije: Si tuvieras un hombre homosexual en tu iglesia, si supieras que él estaba viviendo en homosexualidad, ¿cuánto tardarías antes de que de manera personal te acercaras a esa persona y lo confrontaras por su pecado? Y nunca olvidaré su respuesta, él dijo: Ah, probablemente sería año y medio, quizás dos, hasta que él se sintiera realmente cómodo en la iglesia. ¿Qué es eso? ¿No crees que la iglesia del Señor debe ser santa? ¿No crees que al Señor le preocupa la pureza? ¿No crees que ese hombre es un alma que vale la pena lo suficiente como para que confrontes su pecado para que se arrepienta y sea salvo?
Este es el asunto de la disciplina, la confrontación, y ésta es otra razón por la que no hay discernimiento en la iglesia porque nadie incluso si llegan a la verdad, está dispuesto parece a aplicar la verdad. Bueno, suficiente por eso. La próxima vez el viernes quiero hablarles de como volverte un cristiano que discierne.
Padre, te agradecemos esta mañana por este gran tiempo de adoración y música con los que cantaban para nosotros esta esperanza. Te agradecemos por guiarnos para honrarte a Ti, y alabarte y glorificar Tu nombre. Simplemente oramos porque los bendigas y a sus familias, a los lugares conforme viajan. Te agradecemos Señor por el llamado al discernimiento, y te agradecemos porque nos has levantado en un sentido, en una especie de contra cultura en un mundo evangélico, como también para el mundo que está afuera. Y oramos oh Dios, porque seamos fieles a la verdad, en vivirla y proclamarla y aplicarla a nuestras vidas, en las vidas de aquellos que nos rodean conforme te servimos en el nombre de Cristo. Amén.
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