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Quiero compartir con ustedes de mi propio corazón un poco esta mañana. Si toman su Biblia y me acompañan a 1 Corintios capítulo 4… 1 Corintios capítulo 4. Tenemos una media hora y simplemente, quiero llevarlos a algunos pensamientos en el tema del discipulado. Muchas personas me preguntan, muchos alumnos me hacen preguntas acerca del discipulado. Es casi una ocurrencia semanal. Y pensé que podría tomar un poco de tiempo en esta mañana para compartirles algunos de los elementos básicos del discipulado: ¿qué es lo que realmente está involucrado en discipular a alguien? ¿Qué constituye realmente una relación de discipulado?

Obviamente, desde la administración hasta la facultad y el personal hasta los alumnos estamos comprometidos con un proceso de discipulado. Pero ¿qué es lo que ese proceso involucra? Yo creo que en 1 Corintios capítulo 4, versículos 14 hasta el final del capítulo, versículo 21, encontramos un buen modelo. Es lo que yo llamaría un modelo de discipulado implícito en lugar de que sea uno explícito en el sentido de que no dice “esto es discipulado.” Lo implica en el proceso de delinear las verdades en este texto en particular. Hay seis elementos aquí que creo que constituyen una relación de discipulado eficaz.

Y necesitan ver esto de dos maneras, una como un discipulador y otra como un discípulo si es que puedo dividirlo en dos partes. Uno tiene que ver con ser discipulado y otro tiene que ver con discipular a alguien más. Esto es lo que tiene que estar involucrado. Esto es en lo que estamos involucrados al discipular a alguien.

Ahora, Pablo le está escribiendo a los corintios. En todos sentidos, ellos son sus discípulos. Desde el principio, ellos han aprendido de él. Ellos continúan aprendiendo de él. Él escribe esta carta a ellos como aquel que es responsable de su discipulado.

Ahora, permítame darles una definición simple de la palabra discípulo. Significa un aprendiz. Mathetes en el griego significa un aprendiz, alguien que aprende. Y eso es todo lo que un discípulo es. Discipular es simplemente enseñarle a alguien. No es simplemente didáctico. Es implantar en su vida un patrón de vida.

De hecho, con frecuencia he dicho que la mejor manera de definir el discipulado es una amistad profunda con un núcleo espiritual. Es una amistad profunda con un núcleo espiritual. Es venir al lado de alguien no para efectos de instrucción, sino para efectos de transmitir tus patrones de vida a ellos.

Y esto significa que no es sólo diseminar información. Es enseñarles cómo vivir una vida piadosa. Es vivir en el mundo con ellos y transmitir información en las luchas y asuntos diarios de la vida. Discipular a alguien es reproducir en ellos el patrón de tu propia vida. Es más que didáctico. Es más que información. Es mucho más profundo que eso.

Pero hay seis ingredientes que Pablo delinea aquí, conforme habla acerca de su relación con los corintios. Y quiero darles estos seis para que los piensen porque creo que le van a ayudar a enmarcar en lo que consiste el discipulado. Y tú puedes esperar que la persona a la que estás discipulando viva a la luz de esto.

Número uno, y veamos el texto, en primer lugar, en los versículos 14 y15, vamos a leer estos versículos. “No escribo esto para avergonzaros, sino para amonestaros como a hijos míos amados. Porque, aunque tengáis diez mil ayos en Cristo, no tendréis muchos padres; pues en Cristo Jesús yo os engendré por medio del evangelio.”

Ahora, Pablo aquí está diciendo ‘ustedes son mis hijos, son mis discípulos. Ustedes son mis seguidores.’ Y la primera razón o el primer elemento de eso es que el discipulador engendra. ¿Muy bien? Engendra. Escriba eso. Él engendra. Aquí es en donde la relación realmente comienza. Pablo dice: ‘ustedes son mis hijos amados. Me siento responsable por ustedes.’ Esa es la razón por la que él le escribió 1 Corintios. Esa es la razón por la que él les escribió 2 Corintios. Esa es la razón por la que él pasó 18 meses de su vida en la ciudad de Corinto.

Por cierto, esa también es la razón por la que él les escribió 3 Corintios, la cual no es un libro canónico, sino otra carta que Pablo les escribió entre 1 y 2 Corintios. Y ahí expresó su preocupación continua por ellos. Fue un libro escrito por Pablo, no por el Espíritu Santo. Entonces, no se aparece en las Escrituras. Pero él le escribió por lo menos tres cartas, dos de ellas inspiradas. Él pasó 18 meses de su vida ahí. Él estuvo involucrado íntimamente en el proceso de nutrirlos como sus discípulos.

Pero todo comenzó cuando él los engendró. Y el versículo 15 a donde vamos para ver eso. Él dice: si tuvieran múltiples tutores. Ahora, esa es una palabra interesante, ayos o tutores, paidagogos. Paidagogos. La palabra significa guardianes morales. No es la idea de un maestro. Es la idea de alguien que fue contratado por una familia para venir al lado de los hijos en la familia y guardar o proteger su desarrollo moral. En la mayoría de los casos, era un esclavo no contratado para enseñarles, sino contratado para protegerlos. Contratado para caminar con ellos. Para pasar su tiempo con ellos, para asegurarse de que sus vidas fueran como debían ser. Casi como una nana. Casi como un guardián. Podríamos traducirlo: podrían tener a diez mil, esa es la palabra griega, podrían tener a diez mil guardianes morales, podrían tener a un número ilimitado de personas que están preocupados por su desarrollo moral. Sin embargo, no tienen muchos padres. ¿Cuántos padres tiene alguien? Uno. Sólo tienen a uno que engendra.

Entonces, podrían tener a diez mil personas preocupadas por su desarrollo moral, pero sólo tienen a un padre en Cristo Jesús. Y aquí, el uso enfático de ego, yo sólo me convertí en su padre a través del Evangelio. El proceso de discipulado comienza cuando engendra a alguien. Cuando los engendra en la fe. Hay es en donde comienza el proceso de discipulado. Y cuando tú has cumplido con tu responsabilidad, le has dado seguimiento de comunicar a Cristo y tienes el privilegio de guiar a alguien al Señor, entonces, te conviertes en su padre espiritual.

Y podrían tener a diez mil guardianes mundiales, pero te van a ver en una relación única. Te van a ver como su padre espiritual. Habiéndolos engendrado a través del Evangelio. Y va a haber un vínculo como ningún otro vínculo.

Puedo decirles eso a partir de la experiencia personal. La gente a la que yo he tenido el privilegio de llevar a Cristo tiene una relación muy diferente conmigo de la que cualquier otra persona, porque me ven como un instrumento muy especial de Dios en su vida y el apego es casi aterrador.

Estuve en Phoenix y estuve en Alburquerque esta semana, en conferencia de pastores toda la semana. Y en algunas ocasiones, durante esos tiempos en los que estaba ahí realmente con varios miles de personas ahí y después, con los seminarios durante el día con pastores, la gente se me acercaba con lágrimas y quería abrazarme y decirme: “fui salvo al escucharte predicar.” “Fui salvo al escuchar tu programa de radio.” “Fui salvo al leer algo que escribiste.” Hay un vínculo ahí que realmente es sorprendente. Y el tipo de proceso de discipulado más puro y más verdadero fluye de esa relación uno a uno, cuando uno engendra a otro mediante el Evangelio de Jesucristo. Y encontrarás en esa relación tanta satisfacción y tanto gozo porque el vínculo de amor es profundo.

Ahora, usted dice: “bueno, ¿estás diciendo que nunca debes discipular a alguien a quien no has llevado a Cristo?” No. Porque tenemos que enfrentarlo, muchas personas han sido llevadas a Cristo que no tienen acceso a la persona que fue el instrumento en llevarlas a Cristo. Quizás, la persona se mudó, quizás es como yo, leen un libro o escuchan una cinta o escucharon un programa de radio o quizás, alguien los llevó a Cristo y fue infiel en darle seguimiento y ayudarles. Entonces, con frecuencia he pensado que el mundo ciertamente está lleno de bebés nuevos en Cristo que están ahí acostados dando patadas y gritando, rogando porque alguien los alimente y cambie sus pañales, usted sabe. Entonces, hay muchas personas que no están siendo discipuladas porque quien los discipuló o no los pudo discipular o no les dio seguimiento.

Pero simplemente, recuerde esto: este vínculo en el discipulado es el más puro y el más satisfactorio cuando ha sido el padre espiritual en esa relación. Comienza con evangelismo. Y si vamos a ser un discipulador verdadero, tenemos que ser un evangelista verdadero. Llevar alguien a Cristo es lo que comienza todo. Y obviamente, sería ideal si toda persona que guió a alguien a Cristo fuera responsable de darle seguimiento, pero no siempre eso es posible. Y entonces, de vez en cuando, tenemos que recoger a los hijos de otras personas y convertirnos en sus padrastros en el proceso de discipulado. Pero ahí es donde todo comienza.

Entonces, permítanme tan solo alentarlos, jóvenes, que es esencial que estemos involucrados en el elemento de discipulado de engendrar, de llevar a gente al conocimiento de Jesucristo. Fui tan animado esta mañana en el ministerio de la clase de foro que tengo el lunes por la mañana. Varias de las preguntas en esta mañana vinieron de alumnos que me preguntaron cómo ser más eficaces en el evangelismo. Cómo ser más eficaces a nivel personal. Cómo ser más eficaces al llevar a alguien a Jesucristo. Claro que eso es tremendamente alentador para mí, porque ahí es en donde comienza el proceso de discipulado. Y cuando llevas a alguien a Jesucristo, sientes el vínculo de eso.

Puedo darles una ilustración extraña, pero verdadera. Tuve el privilegio de llevar a una niña a Cristo. Ella salió de una familia pagana, no salva. Y fue muy difícil para mí, porque ella era una niña de preparatoria y yo era un joven en la preparatoria. En mi último año de la preparatoria y tuve el privilegio de llevar a una niña Cristo. Resulta que ella era una niña hermosa y tuve el privilegio de llevarla a Cristo. Durante varios años, fue una carga tremenda en su corazón, porque ella no podía separarse del afecto que ella sentía hacia mí como su padre espiritual del tipo de amor que ella sentiría si un hombre con el que ella quería casarse. Y llegó al punto en el que dos semanas antes de casarse con otro hombre, ella se me acercó y me dijo: “si te casaras conmigo, yo estoy dispuesta a cancelar la boda.”

Ahora, yo era tan joven que realmente no supe cómo enfrentar esto. Pero he mirado hacia atrás a ese incidente, por ciento no me casé con ella, ella no canceló la boda. Ella se casó con el hombre, lo cual estuvo bien. No sentía que ese era el propósito para ninguno de los dos en ese momento. Y obviamente, no lo fue. Pero el punto es que el vínculo era tan fuerte que tuve que enseñarle que el vínculo espiritual que sientes hacia alguien no es necesariamente la indicación de Dios de que ese debe ser tu compañero de por vida. Pero con frecuencia, he pensado de ese vínculo que ocurre cuando tienes el privilegio de llevar a alguien a Jesucristo.

Hablando de un amigo verdadero, ¿estás buscando un amigo verdadero? Lleva a alguien a Cristo y ahora tienes un amigo. Probablemente un amigo que en la mayoría de los casos va a ser más fiel que un hermano.

El segundo elemento en el discipulado después de que has engendrado alguien, observe el versículo 14. Pablo les está escribiendo a ellos y él ha estado reprendiéndolos de uno a otro lado. Durante cuatro capítulos, él realmente los ha reprendido. ¿Cuál es la forma más elevada de abuso o crítica? Bueno, normalmente la gente dice sarcasmo. Sarcasmo es la forma más elevada, la forma más volátil de menospreciar verbalmente a alguien. Y él se vuelve muy sarcástico con ellos en el capítulo 4. De hecho, él en el versículo, podrían ver el versículo 8, ahí observen el sarcasmo. Él les dice a estos corintios: “Ya estáis saciados, ya estáis ricos, sin nosotros reináis.” ¿No son ustedes lo mejor? Ahora, eso es sarcástico. “¡Y ojalá reinaseis, para que nosotros reinásemos también juntamente con vosotros!” Él está tan enojado con ellos que él está haciendo sarcástico.

Y en el versículo 10, él dice: “Nosotros somos insensatos por amor de Cristo, mas vosotros prudentes en Cristo; nosotros débiles, mas vosotros fuertes; vosotros honorables, mas nosotros despreciados.” Él está goteando de sarcasmo. Él está muy molesto.

Ahora, ¿por qué es que él está hablando así? Y sus oídos están comenzando a arder y después usted llega al versículo 14 y él dice: “No escribo esto para avergonzaros.” Escucha, nunca debes traer a una relación la meta de avergonzar alguien. Eso es negativo. No debes querer nada más avergonzar a la gente. No debes querer el simplemente avergonzarlos. No debes simplemente menospreciarlos. Él dice no les escribo estas cosas para avergonzarlos, para apenarlos.

Pero aquí viene: “sino para amonestarlos.” Y aquí está el segundo elemento en el proceso de discipulado. Él no sólo engendra, sino también amonesta. Ahora, ¿qué significa amonestar? Describe la palabra advertir. Él advierte. Advierte. Eso es lo que realmente significa. Este es un verbo griego, noutheteo, y lo que significa es amonestar o alentar a alguien con miras a un juicio inminente. Eso es advertir. Es decir: “mira, si continúas por el camino por el que vas, las consecuencias van a ser serias.” Él dice que esa es la razón por la que les está escribiendo a ellos. “Es porque estoy advirtiéndoles del camino al que se dirigen.”

Los corintios estaban en discordia, estaban diciendo, ‘yo soy de Pablo’ y otros estaban diciendo, ‘yo soy de Apolo’. Otros estaban diciendo, ‘yo soy de Cristo,’ y algunos estaban diciendo, como ustedes saben, ‘yo soy de Cefas’. Ahí había discordia. No estaban reconociendo que iban a juzgar al mundo y, por lo tanto, debían juzgar en sus propias disputas. Y estaban acudiendo a las cortes de los hombres y no tenía nada que ver en llevar sus problemas delante de las cortes paganas mundanas. Estaban equivocados en el área de la soltería, estaban equivocados en el área del matrimonio, estaban equivocados en el área del sexo, estaban equivocados en las segundas nupcias, estaban equivocados acerca de la carne ofrecida a los ídolos y la adoración pagana.

 Estaban confundidos en muchas, muchas cosas. Estaban confundidos, como ustedes saben, más adelante, acerca de los dones espirituales. Estaban confundidos acerca de la resurrección de los muertos. Había todo tipo de problemas en esa Iglesia. Y Pablo les está diciendo: “tengo que advertirles que, si continúan por este camino, van a enfrentar a algunas consecuencias serias. Van a enfrentar con consecuencias serias. Yo creo que eso es parte del proceso del discipulado. Hay un elemento de advertencia aquí: cuando tú amas a alguien, les adviertes. Ciertamente, como padre, yo les advierto mis hijos, motivado por el amor. Nadie dice, ‘¿por qué advierte continuamente a tus hijos? ¿No los amas?’ Espera un momento. Les advierto porque los amo. No toques eso, está caliente. No te metas ahí, te va a quemar. No caminas por la calle, un carro te podría atropellar… Digo, es una expresión normal de amor que dice más vale que no hagas eso o las consecuencias serán malas.

Un par de semanas atrás, en la Iglesia di una ilustración. Simplemente, la repito para aquellos de ustedes que quizás no pudieron haber estado ahí. Prendí la radio y había un programa de radio cristiano. Y una dama llamó a un programa de consejería. Y ella dijo: “soy cristiana y tengo un problema real y quiero preguntarte acerca de mi problema.” Y el consejero ahí dijo: “muy bien.”. Ella dijo: “yo realmente soy una adicta sexual compulsiva,” lo cual es un término algo torpe, pero así es como ella lo expresó. Ella dijo: “yo simplemente quiero tener sexo todo el tiempo.” Y él le preguntó qué quería decir, cómo es que se manifiesta a sí mismo.” Y ella dijo: “bueno, simplemente me acuesto con todo el mundo, con cualquier persona. Conozco a alguien y me quiero acostar con ellos. Simplemente, me veo motivada a hacer eso.” Y él le dijo, esta es una estación de radio cristiana, un programa de consejería cristiana. Él le dijo: “dime, cuéntame de tu padre.”

Ella dijo: “Oh, mi padre era pasivo. Él nunca me dio ningún concejo. Nunca me dijo nada. Él simplemente fue pasivo. Y él dijo: “ajá, sí, eso tiene sentido.” Y después, él dijo: “cuéntame de tu madre.” Ella dijo: “amor, odio, amor, odio, amor, odio. Amo a mi madre, ella me ama, pero odio el hecho de que ella es controladora y dominante y siempre trata de dominarme.” “Ahhh, ya veo. Ya veo. ¿No te das cuenta de por qué estás actuando así? Estás tratando de castigar a tu padre y a tu madre. Estás tratando de castigar a tu padre, quien no te dio dirección al decirle ‘no me diste ninguna dirección y ahora soy como soy.’ Estás tratando de castigar a tu madre, quien era controladora, quien trató de controlar tu vida al decirle” “ahora estoy fuera de control, ve cómo estoy viviendo. Recibe esto.” Y no te das cuenta de lo que estás haciendo. Y como puedes ver, estás haciendo esto para vengarte de tus padres por las heridas profundas que te han aplicado en tu vida.

Y después, él dijo: “lo que necesitas realmente es terapia.” Y él dijo: “va a tomar mucho tiempo.” Y ella dijo: “oh, ya he estado en terapia un año.” Y él dijo: “oh, va a tomar más tiempo que eso.” Él dijo: “es como tomar un pedazo de carne y sacarlo del congelador. No lo puedes comer. Tienes que dejar que se descongele y va a tomar mucho tiempo para que se descongele.”

Y después, él dijo esto: “lo que necesitas es encontrar un ambiente de Iglesia que te acepte, amoroso, en donde la gente realmente esté dispuesta a trabajar contigo conforme luchas con por enfrentar este asunto.” Y yo me dije a mí mismo: eso es lo más ridículo que he escuchado en mi vida. Lo que él debería haberle dicho es: yo no sé si eres cristiana debido a que los fornicarios no heredarán el Reino de Dios. Pero si fuera verdad que pudiera ser una cristiana viviendo en pecado, quiero decirle a usted que por favor se ponga de rodillas y se arrepienta de su fornicación y clame a Dios por Su gracia antes de que la ira de Dios caiga sobre usted y sea disciplinada severamente por la manera en la que usted está viviendo. Usted no necesita un ambiente que la acepte a usted. Usted necesita un ambiente que la confronte a usted.

Eso es lo que hace el discipulado. No acaricia el pecado, sino que lo confronta en amor. No lo tolera, pero esa es la manera de pensar de la época que dice: “debido a que de cualquier manera no es tu culpa, ¿por qué debemos hacerte responsable por tu conducta?” Pablo ciertamente no enfrentó las cosas de esa manera.

En 1 Corintios él dice: “más vale que se mantengan alejados de ese pecado sexual.” Él confrontaba mucho. Eso es parte del discipulado. Eso es amonestar. Eso es rendir cuentas. Te hago responsable por la virtud. Tengo personas en mi vida que me llaman durante la semana en intervalos establecidos para decirme si han cometido cierto pecado. Y hacen de eso durante la semana porque he establecido una rendición de cuentas con ellos para hacerlos responsables para que no cometan ese pecado. Y algunos de ellos, han caído en patrones de hábitos tales que tienen que llamarme cada dos días para reportarse, porque demando eso de ellos.

Quiero orar por ustedes y quiero ayudarles a superar este pecado. Esto que está en tu vida. Y la única manera en la que yo conozco que se puede hacer de eso, es hacerte responsable por decirme cada vez que lo haces. De tal manera que cada dos días, me hables y me digas si has cometido ese pecado. E invariablemente, no quieren tener que decirme. Y entonces, esa rendición de cuentas se convierte en un freno. Y si puedes seguir con ese patrón por la suficiente cantidad de tiempo, puedes romper algunos hábitos. Eso es rendición de cuentas y eso emana del amor. Amonestas.

Una relación de discipulado confronta el pecado de una manera amorosa. “Oye, ¿cómo lo haces?” Como dice Gálatas 6: “vosotros que sois espirituales, ¿qué?, restaurad en amor, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado.” Lo haces con amor. Pero lo haces, amonestas.

Tercer factor en el discipulado. Este también es vital. Un discipulador eficaz engendra. Un discipulador eficaz advierte. En tercer lugar, un discipulador eficaz, ama. Y simplemente tomo esto del versículo 14, en donde él dice: “para amonestaros como a hijos míos amados.”

Pablo, nosotros siempre pensamos de él, como ustedes saben, como esta mente grande, este gran pensador crítico, analítico. Este intelecto masivo. Pero él tuvo un corazón de compasión tremenda. Él fue gentil, él fue manso. Él tuvo un espíritu que se preocupaba y se manifiesta en la manera en la que él amaba. Él amaba profundamente y amaba profundamente y amaba sin titubeo y amaba sacrificialmente. Y él le dice a estos corintios: “mis hijos amados”. Y al hacerlo, él abre una pequeña ventana en sus sentimientos hacia ellos. Y dice: “te amo. Y permítame decirle algo jóvenes, nunca discipularán eficazmente a alguien a quien no aman, porque es el amor que ustedes les muestran lo que los amarra a ustedes. Esa es la atracción en la relación. Ése es el elemento de vínculo: conforme demuestras tu amor a ellos, se aferran a ti porque el amor es lo más grande de todas las cosas que jamás experimentarás.

¿Qué quieres decir con amor? ¿Quieres decir sentimientos? No sólo eso. Básicamente, quiero decir sacrificio. ¿Cómo es que alguien sabe que los amas? Cuando te sacrificas por ellos. Si dices: “oye, te quiero discipular, realmente quiero hacerlo”. Y después, te dicen:

“¿podríamos reunirnos? Tengo una verdadera carga. ¿Podríamos reunirnos y orar?” “Oh, no puedo. Pues déjame ver, hombre, ¿está bien el próximo martes a las 4?” El mensaje que les acabas de dar es: “mira, quiero discipularte, es un deber que me gustaría cumplir, pero realmente no estoy en muy preocupado para ser honesto, por ti.” Les estás dando señales fuertes a esa persona de que no los amas; y el amor es el vínculo que mantiene unida la relación.

La manera en la que demuestras ese amor no es al sentir algún tipo de sentimiento cálido, no al tomarlos de la mano y mover la mano de arriba hacia abajo y cantar canciones. La manera en la que demuestras ese amor es cuánto sacrificas por esa persona. ¿Qué estás sacrificando por esa persona? Es el mensaje que les está dando. Si la persona sabe que los tienes en tu corazón al punto en el que sacrifica las cosas en tus planes por ellos, ahí va a estar la esencia del amor que va a hacer que la relación se mantenga fuerte, unida.

Es muy simple. Jesús en Juan 13 lavó los pies de los discípulos, luego, Él les dijo: “por esto todos los hombres conocerán que sois Mis discípulos, si os amáis unos a otros.” ¿Cómo se van a amar unos a otros? “Así como Yo os he amado”. ¿Cómo es que Él los amó? Al lavar sus pies sucios. Eso no es lo que Él quería, esa fue la necesidad de ellos. Y cuando tú haces a un lado lo que a ti te gustaría a cambio de las necesidades de alguien más, les das señales de amor, de amor bíblico, de amor espiritual que mantiene unida la relación.

Entonces, discipulado significa engendrar, significa amonestar y significa amar, lo cual significa sacrificarme a mí mismo por ti. Y yo creo que algunos de ustedes, porque es típico que cualquier grupo de personas cristianas, van a vivir la mayor parte de su vida sin hacer a un lado jamás alguna cosa significativa en su vida por causa de alguien más. Lo van hacer hasta que quizás aprendan de manera dolorosa y van a terminar despertando al hecho de que nadie queda en su círculo de amigos. No tienen ninguna relación que tenga alguna profundidad en absoluto, porque no están rindiendo nada para hacer de esas relaciones lo que Dios quiera que sean.

Número cuatro, el cuarto elemento en el discipulado eficaz es establecer un ejemplo. Establecer un ejemplo. Es más importante lo que haces que lo que dices. Y sé que hay gente que dice: “¿sabes una cosa? No sé si podría ser un buen discipulador o buen discipulador, no conozco mucha teología o no sé si podría ser un muy buen discipulador, porque no estoy seguro de cuáles son los principios del discipulado.” Ese no es el punto. El punto en el discipular a alguien es venir a su lado y modelar una vida de virtud. Lo que digas o no digas ciertamente puede estar fortalecido como tu eficacia como un comunicador.

Pero el punto que importa aquí es el ejemplo. Observe en el versículo 16. Pablo dice: “por tanto os ruego que me imitéis, hagan que su vida sea como la mía, eso es lo que un discipulador tiene que decir. Quiero que seas como yo. ¿Acaso esto coloca alguna presión sobre ti? Digo, si estás discipulando a alguien y le dices “sé como yo”. Ahora, eso debería presionarte de alguna manera, ¿no es cierto? ¿Esperas que ellos tengan una vida de oración? Entonces, más vale que tengas una. ¿Esperas que tengan un tiempo en la Palabra de Dios? Más vale que tengas uno. Si esperas que amen al Señor con todo su corazón, entonces más vale que hagas eso. Si esperas que sean cristianos sacrificiales, entonces más vale que seas uno, porque eso es exactamente lo que van a imitar. El nivel del patrón de tu propia vida.

Como puedes ver, una verdadera relación de discipulado es lo suficientemente íntima como para que eso se manifieste. Es lo suficientemente íntima como para que eso se manifieste. Y francamente, jóvenes, probablemente en este momento, en los años o en los cuatro años que están aquí en el Master's College, están en el lugar de preparación más grande posible sobre la faz de la Tierra como para aprender el proceso de discipulado, porque no habrá otra ocasión en sus vidas en las que probablemente vivirán en un ambiente de comunidad como este.

Una vez que salgan de aquí, se casen con alguien, van a vivir en su pequeña esfera de vida, en su pequeña calle y será el final de la comunidad íntima para ustedes. Y a partir de ahí, prácticamente podrán aislarse a las tres, cuatro o cinco personas que viven en su casa. Pero mientras que están aquí, lo que ustedes son tiene un impacto en todo el dormitorio universitario, ¿no es cierto? El impacto, el impacto potencial para el proceso de discipulado aquí podría ser el más grande que jamás habrá en tu vida, a menos de que termines con una carrera en un submarino o algo así.

Esa es una de las cosas buenas de los deportes. Los deportes hacen que la gente esté junta en una competencia deportiva. Sea lo que seas por dentro, sale gritando, y todo el mundo lo ve. Y ahí, todo es transparente y visible. Y las relaciones verdaderas nacen y son construidas. Esa es la fortaleza de esto. Esa es la razón por la que yo veo hacia atrás del conflicto del deporte y establecí vínculos con personas que voy a tener con ellos durante la vida entera, aunque no los vuelva a ver, porque conozco las profundidades de sus emociones y sentimientos y actitudes, porque todo eso salió en el conflicto artificial de la competencia.

Entonces, ustedes tienen una oportunidad tremenda aquí de vivir una vida ejemplar e impactar y afectar probablemente al rango más amplio de personas que jamás impactarán. Y se lo voy a decir de manera muy personal, por su ejemplo aquí probablemente influencien a más personas de lo que yo puedo por mi ejemplo. Y yo, primordialmente, soy una voz y vivo en una casa con una familia y puede impactarlos con lo que mi vida es, pero no vivo en un dormitorio universitario. Y el potencial para un impacto uno a uno de una vida ejemplar es grande; y ese es el corazón y el alma del proceso de discipulado.

Entonces, Pablo dice ‘imítenme’ y eso es lo que un discipulador tiene que decir. ‘Imítenme.’ Me han visto en la mañana, me han visto en la noche, me ven todo el día, ven mis reacciones a la dificultad, ven mis reacciones a las cosas buenas. Ven cómo uso mi tiempo, cómo uso mi dinero, cómo uso mis ojos, mis oídos, todo, mi cuerpo. Ahí está todo para que lo vean.

El versículo 17 y en adelante dice lo mismo, “por esto mismo”, esta es la razón por la que quiero que me imiten, “os he enviado a Timoteo que es mi hijo amado y fiel en el Señor, el cual os recordará mi proceder en Cristo.” Pablo está diciendo: me he reproducido a mí mismo en Timoteo y debido que quiero que sean como yo, lo estoy enviando a él, porque él ya es como yo.

Entonces, es cuestión de establecer un ejemplo. Y saben una cosa, lo divertido del discipulado es reproducirte a ti mismo. Y sabes una cosa, te sientas y de pronto, ves a esta persona en quien has invertido tu vida y viene y, simplemente, casi te quieres reír. He tenido esta experiencia, porque él simplemente, él está repitiéndote todo lo que le has mostrado. Nada más que él cree que lo ha descubierto todo.

Y tú sabes, él está diciendo: “hombre, tú sabes lo que pienso acerca de esto…” Y simplemente, te estás riendo, porque así es exactamente como tú ves las cosas. Y él te presenta todas sus preocupaciones y todas sus pasiones; y simplemente, te estás riendo porque sabes de dónde las obtuvo. Ese es el gozo del proceso de reproducción. Estableces el ejemplo. Deja que la gente se acerque a ti y vea y aprenda cómo vives, cómo piensas, cómo reaccionas; y establece el ejemplo. Pablo dice: quiero que me imiten y por eso estoy enviando a Timoteo, quien me imita y ustedes pueden imitarlo a él y de este modo, imitarme a mí.

Número cinco, un discipulador eficaz enseña. Él engendra, él advierte, él ama, él establece un ejemplo. Él enseña. Pablo al final del versículo 17 dice: “de la manera en la que enseño en todas partes y en todas las iglesias.” Entonces, él dice” “quiero que sigan mi patrón, quiero que sigan mi patrón como lo ejemplifica Timoteo. Él les va a recordar mi proceder en Cristo. Él les va mostrar cómo he vivido. Y aunque es la misma manera en la que me conduzco y enseño en todos lados. Entonces, ahí hay otro componente del discipulado. Ahí está la enseñanza.

Dices: “¿qué hago en este proceso?” Durante años y años, he discipulado a hombres al llevarlos a lo largo de libros de la Biblia, al enseñarles las cosas de la Biblia. Al enseñarles teología. Al enseñarles todo tipo de cosas. Eso es parte de eso. También he recomendado muchos libros que me encantan y muchos libros que creo que son importantes. Y los animo a leerlos y les doy instrucción en áreas de desarrollo cristiano, la verdad bíblica, doctrina y demás. Eso es parte de eso. Les das principios y les das preceptos.

Algunos de ustedes estuvieron en la Iglesia ayer en la mañana, ¿notaron lo que dije conforme estaba presentando el mensaje? Los principios pueden llegar hasta cierto punto. La enseñanza únicamente puede llegar hasta cierto punto. Y he hecho esta distinción. Es una distinción buena que debes mantener en mente. “La enseñanza me dice lo que tengo que hacer, la enseñanza me muestra mi deber. El ejemplo me prueba que es posible.” Eso es bueno. Eso es alentador porque si lo único que tuviera fueran principios, principios, principios, principios y viera a mi propia vida y dijera ‘no lo puedo hacer, no lo puedo cumplir,’ entonces, le muestras a alguien quién es y le dices: ‘oye, no sólo este es mi deber, sino que es posible.’ Entonces, enseñas los principios, enseñas los preceptos. Le das a la gente la Palabra de Dios, le das buen material, buenos libros que leer, lo que quieras darles en el proceso del discipulado y después, en tu ejemplo le muestras que responder a esos principios es posible. Es posible.

Y después, el último principio, número seis. Y simplemente digamos que él disciplina. Él disciplina. El discipulador disciplina o ella disciplina, cualquiera de los dos. Noten en el versículo 18: “mas algunos están envanecidos como si yo nunca hubiese de ir a vosotros.” Pablo dice, algunos de ustedes, he invertido mi vida en ustedes y no creen que voy a regresar a Corinto. Entonces, simplemente están ahí haciendo lo que quieren y están orgullosos por ello.

“Pero,” versículo 19, “pero iré pronto a vosotros.” “Iré pronto a vosotros, si el Señor quiere y conoceré no las palabras, sino el poder de los que andan envanecidos.” Voy a venir y voy a descubrir si nada más están hablando o si realmente tienen alguna influencia. “Porque el Reino de Dios no consiste en palabras sino en poder. Entonces, ¿qué desean?” Observe esto, versículo 21, “¿qué queréis, iré a vosotros con vara o con amor y espíritu de mansedumbre?”

¿Que está diciendo? Él está diciendo: aun cuando estemos separados en esa relación de discipulado, aun cuando nos hemos separado, voy a regresar a ustedes y si creen que pueden salirse con lo que quieran, están equivocados, porque voy a confrontarlos y voy a confrontar su arrogancia y voy a descubrir si realmente tienen la influencia que dicen tener.

Entonces, él está diciendo más vale que corrijan su vida para que cuando yo llegue a ustedes no tenga que venir con una vara, porque si las cosas están bien entre el Señor y ustedes, puedo venir con un espíritu de amor y mansedumbre.

Ahora, lo que quiero que vean en este punto es esto: hay un sentido en el que nunca pierdes al discípulo. La gente me dice: “¿por cuánto tiempo discipulas a alguien antes de que los dejes?” Permíteme decirte algo. Una vez que has discipulado a alguien eficazmente, nunca lo dejas por el resto de tu vida. Discipulé a un hombre durante tres años. Invertí mi vida en ese hombre. Nos separamos porque él se mudó a otra área. Escuché de él que estaba involucrado en cosas pecaminosas, básicamente yo apliqué Primera de Corintios, lo busqué, lo confronté, lo discipliné, fui con una vara en esa situación y le dije: “el hecho de que no te vea no es que no pienso en ti, tenemos una relación y quiero confrontar este pecado que hay en tu vida.” Y lo llamé de regreso al arrepentimiento. Eso también es parte del discipulado. Eso también es parte.

Ahora, quizás no has podido darle seguimiento a toda persona que has influenciado, pero la necesidad de darle seguimiento existe. Y entonces, él les dice a los corintios: “oigan, voy a venir. Voy a venir a verlos.” Y él escribe una carta. Y espero que cuando llegue ahí, descubra que me pueden recibir el amor y mansedumbre en lugar de que me reciban con una vara.

Ahora, ¿cómo entonces discipulamos? Engendra, advierte, ama, establece un ejemplo, enseña y disciplina cuando la disciplina es necesaria. Eso realmente, de manera simple, es lo que constituye el discipulado. Y realmente, eso es lo que esperamos y oramos que todos nosotros estemos haciendo con nuestras vidas. Y claro que mi oración es que estén haciendo esto y que conozcan el gozo de ese tipo de vínculo que resulta.

¿Puedo llevar esto a una conclusión rápidamente y dejarlos salir? Y es esta. La persona más cercana en la vida de Pablo fue ¿quién? Timoteo. El amigo más cercano que tuvo. ¿Y por qué? Porque él hizo la mayor inversión de discipulado en su vida. ¿Quieres un amigo de por vida? Ahí es donde lo encuentras. Y permítame sugerirles que ése es el vínculo que inclusive va a mantener a un hombre y a una mujer juntos cuando ven el desafío de discipularse el uno al otro a la semejanza a Cristo. Oremos.

Padre, gracias por nuestro tiempo el día de hoy. ¡Qué buen tiempo hemos disfrutado! ¡Qué tiempo tan refrescante! Te damos gracias por todo lo que estás haciendo nuestras vidas y en nuestra universidad y oramos porque seamos eficaces al reproducir la vida misma de Cristo en aquellos que nos rodean. Danos a alguien a quien podamos alimentar en la fe, en quien podamos invertir nuestra vida para Tu gloria y no para la nuestra. Sino para la Tuya, para que puedan ser eficaces al exaltar Tu Nombre y es en ese mismo nombre, en el nombre de Cristo que oramos. Amén. Que Dios los bendiga, que tengan buen día.

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