Este artículo también está disponible y se vende como un folleto.
D.L. Moody una vez habló acerca de un par de árboles de peras que estaban en su propiedad. Uno tenía una forma muy bonita, pero nunca produjo fruto. El otro, aunque no era tan bonito, daba tanto fruto que sus ramas llegaban a tocar el suelo. El punto de Moody era: “Lo que importa no es lo atractivo que somos, sino lo humilde. Si tan sólo nos bajáramos a tal nivel… Dios usaría a cada uno de nosotros para Su gloria.”
Ciertamente, nadie jamás se humilló a sí mismo más que Jesucristo. Él abandonó por un tiempo los privilegios que poseía desde la eternidad pasada - y nos dejó un ejemplo de humildad por el que debemos luchar. John MacArthur ofrece una conmovedora mirada al Cristo humillado, Cristo exaltado.
Esta serie de sermones incluye los siguientes mensajes:
Por favor, contacte a la casa Editorial para obtener copias de este recurso.
Información de la Editorial