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Suena extraño comparado con todo lo que nos han enseñado acerca de Dios y casi demasiado bueno para ser verdad. Mientras que Dios llama a que Sus hijos le teman, le adoren, le obedezcan, confíen en Él y le amen, Él también espera que nosotros lo disfrutemos por completo y con pasión.
Pero hay un problema. Antes de que podamos disfrutar de Dios, nosotros debemos conocerlo de manera íntima y precisa.
Entonces, ¿qué tan bien conoce usted a Dios? ¿Cuando usted piensa en Él, qué es lo que viene a su mente? ¿Un abuelo frágil? ¿Un profesor severo? ¿Un gobernante distante que no sabe mucho o a quien no le interesan mucho sus súbditos?
En realidad, no hay tema más importante para establecer que cómo es Dios; y no existe mejor modo de conocerlo y disfrutarlo que viéndolo a través de los ojos de Jesucristo, Su Hijo -aquel que le conoce y disfruta más. John MacArthur nos ayuda a hacer precisamente eso en Disfrutando a Dios. Este estudio puede ayudar a dejar de lado las especulaciones acerca de cómo Dios es y permitirle experimentar Su presencia de un modo más completo.
Esta serie de sermones incluye los siguientes mensajes:
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