Los cristianos hablan y enseñan mucho acerca del pecado, el arrepentimiento, el perdón, la justificación por la fe - y con razón. Pero hay un aspecto de la salvación del que a menudo no se habla, aunque es un componente crítico, parte de lo que hace que las buenas nuevas del Evangelio sean tan buenas. Es la doctrina de la adopción.

Cuando Dios lo salva, no solo lo salva de la eternidad en el infierno, separado de Su presencia para siempre. Sorprendentemente, hay mucho más. Él lo trae a Su familia. Él lo adopta como Su hijo. Y mientras más considere usted lo que esa adopción significa, mayor será su gozo por lo que Dios ha hecho por usted.

En Adoptado por Dios, John MacArthur lo lleva a Romanos, Gálatas y Apocalipsis para una comprensión profunda de las bendiciones que son suyas como hijo de Dios. Descubra la incomparable esperanza y consuelo que se obtiene al saber a qué familia pertenece y cómo llegó allí.