Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.
--Juan 16:33
Jesús dijo esas palabras en el aposento alto la noche que fue traicionado. Fue la conclusión del largo discurso de despedida que comienza: “No se turbe vuestro corazón” (Jn. 14:1). Jesús les dijo a sus discípulos que Él se iba. Les dijo que se sentirían temerosos y preocupados, que serían perseguidos, que serían esparcidos y abandonarían a Jesús. Pero durante todo su discurso hizo promesas de que no los abandonaría. Su amor continuaría. Les daría el Espíritu Santo para que los animara como lo había hecho Jesús. Prometió responder a sus oraciones.
Al final del discurso, Él dijo: “El propósito de todo lo que les he dicho es que tengan paz en el corazón. No tienen por qué estar ansiosos. No quiero decir que no tendrán problemas. Ya les he advertido de persecuciones. En este mundo tendrán problemas”. La palabra griega tiene una raíz que significa “presión”. Usted estará bajó presión, oprimido por los problemas de esta vida. Pero en medio de eso, anímese, ya que al fin al cabo Él ha vencido al mundo.
Ya la batalla se ha decidido, dice Jesucristo. No hay nada que el mundo pueda hacerte que pueda finalmente derrotarte, ya que he ganado una absoluta victoria sobre el pecado y la muerte. Estoy a punto de terminar es obra en la cruz. El mundo, las fuerzas que se oponen a Dios, seguirán causándote problemas pero no pueden derrotarte porque yo ya vencí. Su ataque contra ti no puede dañarte porque todo el sistema del mundo opuesto a Dios ha sido aplastado. Yo he vencido al mundo. Mientras permanezcas en este mundo, tendrás problemas. Pero cuando permaneces en mí, tendrás paz.
Extraído del libro, “El corazón de la Biblia” escrito por el Pastor John MacArthur y publicado por Editorial Portavoz.